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Transcript
LA FRASE DEL FILÓSOFO
Una vez que se masturbaba en medio del ágora dijo:
«Ojalá fuera
posible quitarse
el hambre
frotándose
el vientre»
LOS
FILÓSOFOS
CÍNICOS
DIÓGENES
DIÓGENES DE SÍNOPE ES UNO DE ESOS HÉROES FILOSÓFICOS DE LA ANTIGÜEDAD CUYO MODO DE VIDA
LO CONVIRTIÓ EN UNA FIGURA LEGENDARIA, A LA MISMA ALTURA QUE SÓCRATES. O INCLUSO MÁS.
U
na de las frases más repetidas de Michel Onfray en su Contrahistoria de la filosofía es
que la reputación de
un filósofo “se reduce
siempre a la suma de
malentendidos
que
se acumulan sobre su
nombre”. En el caso de los cínicos nos encontramos no solo ante un caso de incomprensión, sino más bien ante un complot para minimizar su significación filosófica y borrarlos
de la nómina de los filósofos respetables. Y no
podemos olvidar que este “contubernio cristoplatónico” casi ha conseguido sus propósitos:
deslegitimar las corrientes filosóficas opuestas
al platonismo y a la tradición idealista dominante, y, si fuese posible, borrarlos del mapa.
¿Filósofos o payasos?
Los custodios de la tradición filosófica (esos
monjes semicultos que en la Edad Media
copiaron los manuscritos de la Antigüedad
grecorromana) filtraron únicamente aquellos
textos filosóficos compatibles con el cristianismo e hicieron desaparecer todas las obras de
los filósofos que fueran incompatibles con su
ideología platónico-idealista (pues recordemos que, como dijo Nietzsche, el cristianismo
no es más que platonismo para las masas).
Esa es la razón de que no conservemos ninguna de los numerosos escritos que escribieron
Demócrito (que según Laercio “quiso quemar
todos los escritos de Demócrito que pudiera
reunir”), Epicuro (autor de más de 300 rollos),
los sofistas Protágoras y Gorgias, o el triángu-
26 • Filosofía Hoy
LA FRASE-FILO15.indd 26
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DARDOS
POR
ESCRITO
Las sabidurías de
la Antigüedad
Michel Onfray
Anagrama
Vidas y opiniones
de los filósofos
ilustres
(Ed. de Luis Andrés
Bredlow)
Diógenes Laercio
Lucina
está refiriendo a una persona profundamente
desvergonzada, impúdica, insolente, procaz,
obscena, mentirosa y nihilista, alguien que
se burla de todos los ideales porque no cree
en ninguno, es decir, alguien que no respeta
a nada ni a nadie; en suma, un ser despreciable. Y aunque es verdad que en más de una
ocasión los cínicos podían mostrar en público
este tipo de comportamiento, es injusto que
su nombre haya pasado a designar toda esta sarta de vicios, pues precisamente fue su
ejemplar estilo de vida (austero, coherente y
disciplinado) el que a los ojos de los antiguos
los convirtió en modelos de
virtud y sabiduría.
Por si todo esto fuera poco, algunos psiquiatras poco
informados han decidido
bautizar el deseo compulsivo
de algunos ancianos por acumular todo tipo de trastos inútiles en sus casas y la incapacidad de desprenderse de
esos objetos como “síndrome
de Diógenes”; lo que, por otra
parte, no puede estar más
alejado del modo de vida cínico. El auténtico Diógenes
fue un maestro en el arte
de desapego y si en algo insistió fue en que debíamos desprendernos de
todas las cosas inútiles que dominan nuestras
vidas, no solo de los objetos, sino también de
las ideas o las costumbres perniciosas. Su lema es: “Cuanto menos, mejor”.
Diógenes, de Jean-Leon Gérôme
lo subversivo compuesto por Antístenes, Aristipo y Diógenes (que entre los tres parece que
escribieron más de cien obras).
Calumnias
y malentendidos
Como parte de esta persistente labor de manipulación histórica se ha retorcido incluso el
sentido original de los términos (cínico, sofista, hedonista, materialista, etc.). Cuando hoy
alguien dice de otro que es un ‘cínico’, no le
está comparando con un héroe filosófico como Diógenes. No elogia ninguna de las virtudes que le caracterizaban (como su entereza,
su indiferencia frente a las cosas superfluas o
su desprecio de las convenciones), sino que se
Ecocinismos:
La crisis ecológica
desde la
perspectiva de la
filosofía cínica
José Alberto Cuesta
Biblioteca Buridán
¡Vivan las anécdotas!
De ahí que sus anécdotas sean tan importantes y que sea necesario un buen trabajo de
interpretación para descubrir las gemas que
se camuflan tras
estas payasadas,
con las que los
filósofos serios y
respetables –como Platón y Hegel– nunca han
sabido muy bien
qué hacer. El cínico argumenta
con su propio
cuerpo, responde al idealismo
de Platón con
la materialidad
más grosera, por
eso defeca, mea
y se masturba en la plaza pública. Pero no lo
hace porque sí, por llevar la contraria o por el
placer de provocar. No; lo hace para transmitir una idea, para extirpar una creencia falsa.
“¿Por qué se puede hablar en el ágora –se
pregunta Diógenes–, pero uno no puede hacer
allí sus necesidades, si tanto unas como otras
son igual de naturales? ¿Por qué está bien que
algunos comportamientos se hagan en público y otros no?”. Y con sus acciones, Diógenes
(o Aristipo, que se atrevió a ponerse un vestido de mujer) quiere poner de manifiesto la
arbitrariedad de nuestras costumbres, que
reflexionemos sobre por qué una determinada sociedad considera unas conductas como
“convencionales” y otras como “naturales”; y
en lugar de pronunciar un largo discurso
prefiere provocar un fuerte impacto emocional en sus oyentes a través de sus extrañas pantomimas.
Es necesario, pues, que saque a la luz el
mensaje filosófico que ellas atesoran y restaure la dignidad filosófica no solo de los cínicos
griegos (Antístenes, Diógenes, Crates, Hiparquia, Menandro…), sino también de todas las
otras corrientes filosóficas minoritarias que
durante tanto tiempo han sido vilipendiadas
por los biempensantes en filosofía, todos esos
discípulos de Platón y Hegel que dictaminan
lo que es filosofía y lo que no. Y es que estos
señores empingorotados que tanto desprecian à
Diógenes está
filosofando aquí con
la masturbación,
defendiendo la
autosuficiencia y la
inocencia de un acto
natural frente a los
tabúes de la civilización
Performances
filosóficas
Crítica de la
razón cínica
Peter Sloterdijk
Siruela
que los cínicos buscan con estas acciones es
propiciar eso que los psicólogos llaman hoy
“una experiencia emocional correctiva”. Para
Sloterdijk, Diógenes es, sin duda, “el filósofo
más filantrópico de nuestra tradición: popular, sensible, esotérico y plebeyo; hasta cierto
punto el gran payaso de la Antigüedad”.
Toda la filosofía de estos autores silenciados
(sofistas, materialistas, hedonistas o cínicos),
y especialmente la de Antístenes, Aristipo y
Diógenes, no es más que una poderosa maquinaria de guerra contra el platonismo (¿qué
otra cosa es sino la conocida anécdota del pollo desplumado según la que, habiendo dado
Platón la definición de que «el hombre es un
bípedo implume», introdujo en la escuela un
pollo desplumado y dijo: «Aquí está el hombre
de Platón». Entonces, añadió a la definición
«y de uñas planas»). Como muy bien supo ver
Peter Sloterdijk en su magnífica Crítica de la
razón cínica, el cinismo (y no el aristotelismo)
es la antítesis filosófica realista a las teorías
de Platón. “Diógenes y los suyos oponen una
reflexión esencialmente plebeya” contra esa
manera tan aristocrática de concebir el saber
y de transmitirlo, un tipo de diálogo (la diatriba) que no excluya a nadie y que todo el mundo pueda entender. Constituyen la “primera
réplica al ateniense idealismo señorial, réplica que va más allá de refutaciones teóricas”.
Diógenes no habla contra el idealismo platónico, vive contra él.
El cínico prefiere actuar a pronunciar largos discursos (“el movimiento se demuestra
andando”), prefiere provocar a sugerir, la insolencia a la demostración. “Diógenes refuta
el lenguaje de los filósofos con el del payaso”,
dirá Sloterdijk. Y tiene toda la razón. Diógenes utiliza la pantomima para transmitir ideas filosóficas. Argumenta con todo su
cuerpo, no solo con su lengua. Podríamos
decir que es el creador de la performance filosófica, puesto que, en lugar de convencer
a sus interlocutores con argumentos, utiliza
una serie de actos extravagantes para producir en su oyente un fuerte impacto emocional
que cortocircuite su manera de pensar habitual y le ayude a cambiar de vida. Es decir, lo
LAS
CLAVES
} A pesar de lo que piensen los filósofos más
serios y respetables, Diógenes y los cínicos
han encarnado mejor que nadie la figura del
filósofo. Su vida es su gran obra filosófica.
} El filósofo cínico no habla de filosofía, la vive. No discursea, actúa. Es consecuente, es
libre, es independiente. Vive como un rey, a
pesar de ser el más pobre de los hombres. Es
la encarnación perfecta del filósofo. En él se
funden filosofía y vida.
Filosofía Hoy ••27
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LA FRASE DEL FILÓSOFO
à la ironía, el humor y la burla no saben que, como nos recuerda Onfray en Las sabidurías de
la Antigüedad, “la anécdota es la vía regia que
conduce al epicentro de un pensamiento”.
Por ejemplo, la anécdota de Diógenes masturbándose en el ágora es uno de los mejores
ejemplos para mostrar uno de los principios
fundamentales del cinismo: la autarquía. No
olvidemos que “uno de los principales pilares
en los que se asienta este ideal del sabio helenístico es la noción de autarquía, al considerarse que el individuo, por sí mismo, es capaz
de alcanzar la felicidad sean cuales
sean las circunstancias externas
que le rodean”,
explica José Antonio Cuesta en
Ecocinismos, uno
de los mejores libros en español
sobre esta incomprendida escuela.
“La masturbación –escribe el autor– es un
símbolo inequívoco de autarquía, ya que
cumple la satisfacción de una necesidad sin
tener que recurrir a ningún «agente» externo. El paroxismo del ideal de autarquía queda plasmado en la réplica que Diógenes da
a quienes le reprochan su masturbación pública; “si frotándose el vientre se calmara el
hambre como se calma el deseo sexual, se solucionarían muchos de los peores males que
afectan al ser humano”. Y continúa: “La desvergüenza se manifiesta en el hecho de que la
masturbación se produce en el ágora, el lugar
público por excelencia, además de centro de
reunión del gremio filosófico”. De lo que se
puede deducir, pues, “que al masturbarse en
el lugar en el que se filosofa, Diógenes está filosofando con la masturbación, defendiendo
la autosuficiencia y la inocencia de un acto
natural frente a los tabúes y eufemismos de
la civilización”.
Pero de todas las anécdotas de Diógenes, la
que más trascendencia ha tenido en la historia del pensamiento es la del día en que Diógenes estaba tomando el sol y se presentó
el emperador Alejandro Magno. Este le
dijo: “Pídeme lo que quieras”. El filósofo
le respondió: “Que no me hagas sombra”.
Sloterdijk nos recuerda que “esta es la anécdota más conocida referida a un filósofo de la
Antigüedad clásica, y no sin razón. Demuestra de un solo golpe lo que la Antigüedad entiende bajo el concepto de sabiduría filosófica:
no tanto un saber teórico cuanto, más bien,
un espíritu insobornable”.
tata, emperador romano del siglo IV d. C, para quien Diógenes representaba la perfección
del ideal de vida filosófica: alguien que era
capaz de llevar en todo momento un modo
de vida ejemplar –más incluso que Sócrates–
que pudiera servir de inspiración a otros seres
humanos. Diógenes sería algo así como el
Hércules de la filosofía, el atleta máximo
de la virtud y el espejo en el que los filósofos posteriores –y especialmente los estoicos– se mirarían para ser mejores.
A pesar de lo que en un principio pudiera
parecer, los cínicos ejemplifican
mejor que nadie el modo de vida esforzado del filósofo, que debe estar
ejercitándose constantemente para
superar todo tipo de pruebas físicas
y anímicas. Recordemos uno de sus
dichos más famosos: “Nada se consigue en la vida sin entrenamiento
y este es capaz de mejorarlo todo”.
Como insiste García Gual en La secta del perro, “la vía de la verdadera
excelencia consiste en no dejarse
dominar por nada, por ningún contratiempo: ni por el hambre, ni por la sed y el frío, ni
por el dolor físico, la pobreza, la humillación
o el destierro, sino ver en todo ello una mera
ocasión de probar la propia fuerza moral y de
voluntad, ocasión para el endurecimiento, de
«ascesis» en sentido corporal y anímico”.
EL
} No sabemos casi nada con certeza de Dióge-
El filósofo-perro
frente al sabio
Platón
Yan Marchand
Errata Naturae
Para el emperador
Juliano, Diógenes
representaba la
perfección del ideal
de vida filosófica
El héroe filosófico
Y es que para los antiguos griegos y romanos
los cínicos eran un modelo de virtud, y Diógenes, uno de los mejores representantes de
la tradición socrática. Quizás nadie lo ha expuesto de manera tan clara como Foucault,
cuando dice en Discurso y verdad en la antigua Grecia que “Diógenes era una figura real,
histórica, pero su vida se volvió tan legendaria que se convirtió en una especie de mito
cuando anécdotas, escándalos, etc., fueron
añadidos a su vida real. Acerca de su vida no
sabemos demasiado, pero está claro que llegó
a ser una especie de héroe filosófico. Platón,
Aristóteles, Zenón de Citia, por ejemplo, eran
autores filosóficos y autoridades en filosofía,
pero no eran considerados héroes. Diógenes
era fundamentalmente una figura heroica”.
Así lo consideró, por ejemplo, Juliano el Após28
•
La secta
del perro
Carlos G. Gual
Alianza editorial
La seriedad camuflada
Y es que, en el fondo, “tras la causticidad de
Diógenes y su intención de provocar, percibimos una actitud filosófica seria, tal como
puede haber sido la de Sócrates. Si se dedicó
a hacer caer una tras otra las máscaras de la
vida civilizada y a oponer a la hipocresía en
boga las costumbres del «perro», ello se debe
a que Diógenes creía que podía proponer a
los hombres un camino que los condujera a la
felicidad”, escribe Marie-Odile Goulet-Cazé,
la autora de L'ascèse cynique, a quien Michel
Onfray cita en Cinismos: Retrato de los filósofos llamados “perros”, dos de los filósofos que
más se han empeñado en reivindicar la dignidad filosófica del movimiento cínico.
Pero la mejor descripción de lo que Diógenes significó para los antiguos es de Máximo
de Tiro, filósofo platónico del siglo II d. C.:
“Se despojó de todos los condicionantes del
entorno, se liberó de las ataduras y recorría libre la tierra, al modo de un ave con
uso de razón, sin temor al tirano, sin dejarse constreñir por la ley, ni ocuparse de la
política, ni estar agobiado por la crianza de
niños, ni encarcelado por el matrimonio, sino que se burlaba de todos esos hombres y de
sus ocupaciones como nosotros de los niños
pequeños, cuando les vemos tan seriamente
ocupados en el juego de las tabas y recibiendo golpes, ganándolas y perdiéndolas. Llevaba el régimen de vida de un rey, pero libre y
sin temor […]. Fue más excelso que Licurgo,
Solón, Atajerjes y Alejandro y más libre que el
propio Sócrates”.
Y hoy, ¿quiénes serían los herederos de
los cínicos? ¿Ciorán? ¿Quiénes son los que
hoy se atreven a criticar los tópicos más
queridos en los que se asienta nuestra sociedad? ¿Agustín García Calvo? Lo único claro
es que, como dijo D'Alembert hace más
de dos siglos, “cada época, y la nuestra
en particular, necesita su Diógenes. Sin
embargo, la dificultad consiste en encontrar
a hombres que tengan el coraje de ser Diógenes y asumir las consecuencias”.
FILÓSOFO
nes. Que nació en Sínope (hoy Turquía) sobre el
año 412 a. C. y murió en Corintio a los 89 años.
El resto no está tan claro. No se conservan sus
textos y solo disponemos de un puñado de
anécdotas (la mayoría de ellas transmitidas
por su tocayo Laercio cuatro siglos después
de su muerte) que no buscan tanto reflejar su
vida como servir de instrumento pedagógico
para conocer su “filosofía de vida”. Por eso no
es de extrañar que las anécdotas de Diógenes
se le atribuyan a Sócrates, Antístenes o Crates
(como esa que dice que “los otros hombres
viven para comer, mientras que él comía para
vivir”). En el fondo, no son más que variantes
de un mismo arquetipo: el filósofo antiguo. Lo
fundamental no es saber si una anécdota
es cierta o no, sino cuál es la enseñanza
filosófica que podemos extraer de ella
para aplicarla a nuestra vida cotidiana.
De ahí que normalmente Laercio proporcione
diferentes versiones sobre un mismo suceso:
¿Murió Diógenes por comer un pulpo vivo, al
disputarse con unos perros unos despojos o
porque decidió quitarse la vida conteniendo
la respiración? ¡Qué más da! Lo importante no
es lo que realmente le sucedió, sino la sabiduría que destilan esas historias.
LOS
LIBROS
Cinismos
Retratos de los
filósofos llamados 'perros'
Michel Onfray
Paidós
Discurso y
verdad en la
antigua Grecia
Michel Foucault
Paidós
La historia de la
filosofía está llena
de lagunas. De gran
número de filósofos
antiguos solo nos
han llegado unas
pocas anécdotas y
aforismos gracias a
las Vidas y opiniones
de los filósofos ilustres de Diógenes Laercio. De
los libros que escribieron, apenas conocemos
los títulos o, a lo sumo, unos pocos párrafos.
Por eso son tan importantes las compilaciones
de estos fragmentos. En el caso de los cínicos,
el profesor Martín García ha recopilado en
dos volúmenes todas las referencias disponibles sobre uno de los movimientos
filosóficos que más influyó en su época,
más tiempo duró (cinco siglos) y más adeptos
reclutó. En total, más de 1100 páginas por las
que desfilan una cincuentena de estos valerosos filósofos, no solo aquellos que menciona
Laercio, como Antítestes, Diógenes, Hiparquia,
Crates o Metrocles, sino también otros menos conocidos aunque igual de importantes,
como Bión de Borístenes, Menipo de Gádara,
Dión de Prusa, Peregrino, Demonacte, Luciano
de Samosata o el emperador Juliano.
LOS FILÓSOFOS
CÍNICOS (VOL. I Y II)
Edición de José
Martín García
Akal, 2008
22 € cada volumen
}
฀Gabriel Arnaiz
Filosofía Hoy
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PREGUNTAS DIDÁCTICAS
DE COMPRENSIÓN
1. ¿Qué significan las siguientes palabras: complot, contubernio, custodio,
semiculto, grecorromano, entereza, impúdico, procaz, insolente, obsceno,
nihilista, desapego, diatriba, plebeyo, pantomima, esotérico, filantrópico,
vilipendiar,
biempensante,
dictaminar,
empingorotado,
autarquía,
helenismo, paroxismo, ágora, apóstata, ascesis, ascético, ascetismo, asceta,
causticidad, arquetipo y calumnia?
2. ¿En qué consiste la reputación de un filósofo, según Michel Onfray?
3. ¿De qué autores borraron su huella los monjes medievales?
4. ¿Por qué sofista, cínico, hedonista y materialista son hoy casi insultos?
5. ¿Cuál es la acepción coloquial de “cínico”? ¿Se corresponde a la realidad de
este movimiento filosófico?
6. ¿Qué es lo que tenían de ejemplar el estilo de vida cínico?
7. ¿Está bien elegido la expresión “síndrome de Diógenes? ¿Por qué?
8. ¿Cuál podría ser el lema cínico?
9. ¿Contra qué filósofo se opone Diógenes (pero también Demócrito y los
sofistas)? ¿Cuál sería la anécdota que mostraría esta oposición?
10. ¿Qué diferencias tiene la diatriba cínica frente al diálogo platónico, según
Sloterdijk?
11. ¿Qué prefiere hacer el cínico en lugar de hablar? ¿Por qué lo hace?
12. ¿Qué es lo que quiere propiciar el cínico en la mente de su público?
13. ¿Qué pretende Diógenes al cagar en medio del ágora? ¿Y Aristipo por
vestirse de mujer? ¿Por qué prefieren “hacer algo impactante” a pronunciar
largos discursos para convencer a su audiencia?
14. ¿Quiénes serían los filósofos serios y respetables?
15. ¿Por qué se dice en el texto que “Diógenes encarna mejor que nadie la
figura del filósofo”?
16. ¿Qué quiere decir la frase de Onfray sobre el papel de las anécdotas?
17. ¿Por qué es tan importante la anécdota de la masturbación? ¿Qué simboliza?
18. ¿En qué consistía la autarquía para los filósofos helenísticos?
19. ¿Cuál es la anécdota filosófica más repetida en la Antigüedad? ¿Por qué?
20. ¿Qué diferencia había entre un autor filosófico y un héroe filosófico?
21. ¿Qué representaba Diógenes para el emperador Juliano?
22. ¿Por qué se inspiraron los estoicos en Diógenes?
23. ¿Por qué es tan importante el entrenamiento (la ascesis) para el cínico?
24. Para el cínico, ¿dónde se encuentra la excelencia (la virtud)?
25. ¿Dónde está la seriedad de la actitud cínica?
26. ¿Cuál es la mejor descripción antigua del modo de vida cínico?
27. ¿Por qué se burla el cínico de nosotros? ¿Por qué se dice que “llevaban la
vida de un rey”?
28. ¿Por qué “cada época necesita su Diógenes”?
29. ¿Por qué es tan importante el libro de Laercio?
30. ¿Cuántos siglos duró el movimiento cínico (desde qué siglo hasta cuándo)?
¿Cuáles son sus figuras más destacadas?
DE AMPLIACIÓN
31. ¿Qué ha pretendido hacer Michel Onfray en su Contrahistoria de la filosofía?
32. ¿A qué cliché te recuerda el “contubernio cristo-platónico”?
33. ¿Qué quiere decir Nietzsche con su frase sobre el cristianismo?
34. Busca en Diógenes Laercio algunos de los títulos de las obras que más te
llamen la atención de estos “filósofos silenciados”.
35. ¿Qué características comunes tiene comparte la ideología platónico-idealista
de la filosofía de Platón, Descartes y Kant?
Gabriel Arnaiz
36. ¿Qué es una performance en arte? Busca algún ejemplo que se parezca a lo
que hacía Diógenes.
37. ¿Cuál era la función del bufón en las cortes medievales?
38. ¿Quiénes serían los filósofos serios y respetables (busca más nombres, no
sólo los que se citan en el artículo), y quiénes los filósofos “cachondos”,
divertidos, irreverentes, esos que no se toman a sí mismo en serio?
39. ¿Cuáles son las anécdotas filosóficas de los otros cínicos con las que te
quedas (elige al menos una para cada uno de ellos)? (te doy algunas pistas:
la del pedo de Metrocles, la de las lentejas de Crates, las de Hiparquia...)
40. ¿Por qué llamaban “perros” a los cínicos?
41. ¿Quién fue Cioran? ¿Y Agustín García Calvo?
42. ¿Pueden el humor, el sexo o los excrementos ser filosóficos?
43. ¿Quién es Leo Bassi? ¿Te parece bien que se hayan prohibido algunas de sus
obras de teatro (por ejemplo, en Marchena) por su parodia del papa? ¿Sabes
que ha “fundado” una nueva religión, el patolicismo?
44. ¿Qué piensas del uso del sexo (protestan con las tetas al aire) que hacen las
chicas de Femen? ¿Te parece correcto?
45. ¿Sabes por qué el grupo ruso de punk Pussy Riot están en la cárcel?
DE PROFUNDIZACIÓN
46. ¿Puede el humor ser serio? ¿Y los payasos?
47. ¿Son los payasos (o los bufones) filósofos camuflados?
48. ¿Es la risa esencialmente subversiva? ¿Por qué el poder siempre se ha
enfrentado a la risa?
49. ¿Quiénes serían hoy los cínicos? ¿Las chicas de Femen, los antitaurinos, Leo
Bassi...?
50. ¿Qué podemos aprender de ellos? ¿Por qué crees que este movimiento tuvo
tanto éxito y duró tanto tiempo
51. ¿Se puede (y se debe) reír uno de todo? ¿Hay cosas (com la religión, el
Holocausto, el terrorismo, los negros, la discriminación hacia las mujeres...)
de las que uno no puede tomarse a risa?
52. Cuando uno se ríe de alguien o de algo, ¿necesariamente se está burlando
de eso? ¿Cuál es el límite entre la risa y la burla?
53. ¿Te parece bien que se haya prohibido la obra Estrella sublime en Écija? ¿O
que se hayan prohibido las caricaturas de los reyes en la revista El jueves?
54. ¿Y que juzgaran por blasfemia al cantante satírico Javer Krahe, autor de la
canción “No todo va a ser follar”, por un vídeo en el que cocinaba a un
cristo?
55. ¿Son las religiones alérgicas a la risa? (lo digo también por los disturbios que
produjeron unas caricaturas de Mahoma)
Gabriel Arnaiz