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UN PROTOPSICOLOGO A BORDO DEL BEAGLE Aristóbulo Pérez, Alejandro Segura & Germán Gutiérrez Grupo de Investigación de Aprendizaje y Comportamiento Animal Universidad Nacional de Colombia En 2009 celebraremos 150 años de la publicación “Sobre el Origen de las Especies” y también el bicentenario del nacimiento de su autor, Charles Darwin. Así, alrededor de todo el mundo múltiples asociaciones académicas se encuentran preparando foros, videoconferencias, exposiciones audiovisuales y, en general, actividades de diverso índole que simplemente nos recuerdan el impacto que las ideas de este naturalista inglés tuvieron en las ciencias naturales. Hace 150 años, Darwin expuso los mecanismos de variación, selección natural y selección sexual, como explicación del cambio de la vida en el planeta y aún hoy, permanecen vigentes en las explicaciones últimas de diversas disciplinas, luego de superar los ataques que científicos y religiosos del siglo XIX realizaron durante 50 años a los planteamientos evolutivos, periodo conocido como “El Eclipse del Darwinismo”. Los cien años posteriores se han caracterizado por un interés compartido por los investigadores en identificar el valor científico de la teoría evolutiva y el cambio producido por ésta al pensamiento científico moderno (Bowler, 1989). Una de las disciplinas permeadas por las ideas evolucionistas es la psicología. Podemos identificar el pensamiento de Darwin al interior de ésta por lo menos en dos vertientes: la psicología evolucionista y la psicología comparada. La primera, versa sobre los mecanismos subyacentes de los fenómenos de conducta. La segunda, se apoya en la teoría evolutiva al establecer una continuidad en los procesos o mecanismos que dirigen el comportamiento en diferentes niveles de la escala filogenética (Pérez, Gutiérrez y Segura, 2007). Así los postulados evolutivos han sido empleados por la psicología para dar una mayor consistencia a sus postulados teóricos y también han sido la base para dirigir y validar el estudio empírico de la conducta. En síntesis y como lo afirman Pérez, Gutiérrez y Segura (2007) “se reconoce claramente la influencia de Darwin en el estudio científico de la conducta. Pero conocemos parcialmente la influencia, que la observación de la conducta generó, en los estudios científicos de Darwin”. Comprendemos luego, ¿cuál fue el papel de la identificación de los comportamientos, de las diferentes especies observadas por Darwin, en la elaboración de su teoría evolutiva? Los mecanismos de selección natural, selección sexual y variación ¿fueron postulados por Darwin sin tener en cuenta la conducta de las especies? Estas preguntas ambiciosas y de difícil contrastación son vigentes al celebrar el bicentenario del nacimiento de Darwin. Para responder a ellas, al menos parcialmente, se hace necesario comprender qué significó el viaje a bordo del Beagle, para Darwin y para la ciencia. Con base en ello Pérez, Gutiérrez y Segura (2007) identificaron las observaciones que el naturalista inglés realizó sobre la conducta de los animales y que fueron consignadas en las anotaciones a bordo del barco. Revisar los diferentes textos de Darwin es entonces, una tarea necesaria en la comprensión de su pensamiento y del papel que la observación de la conducta jugó en la formación de la teoría de la evolución. ¿Sería Charles Darwin un protopsicólogo a bordo del H.M.S Beagle en su viaje alrededor del mundo? Referencias Bowler, P. J. (1985). El eclipse del Darwinismo. Teorías evolucionistas antidarwinistas en las décadas en torno a 1900. Barcelona: Labor. Pérez, A., Gutiérrez, G. y Segura, A. (2007). Observaciones Conductuales en el Viaje de Darwin a bordo del Beagle. Revista Latinoamericana de Psicología, 39, 503-521.
