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DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN NOTA DE PRENSA La investigación, que se publicará en el próximo número de la revista ‘Proceedings’ de la Academia Nacional de Ciencias de EE UU, ha sido realizada por científicos del IMEDEA Un estudio financiado por la Fundación BBVA formula por primera vez una regla universal que explica el equilibrio de las poblaciones vegetales La investigación muestra cómo las plantas aseguran la supervivencia de su especie, independientemente de su longevidad Según los autores, los resultados del trabajo predicen que la tasa de mortalidad de las plantas se incrementaría en un 40% si la temperatura terrestre aumentara 4ºC Los resultados de la investigación identifican a los organismos fotosintéticos del plancton marino, que viven alrededor de un día, como los organismos menos longevos 11.09.07.- Un estudio financiado por la Fundación BBVA, y realizado por los científicos del IMEDEA (CSIC - Universidad de Islas Baleares) Carlos Duarte, Nuria Agustì y Nuria Marbà, ha permitido formular por primera vez una regla universal que explica el equilibro de las poblaciones vegetales, mostrando la manera en que las plantas aseguran la supervivencia de su especie, independientemente de que su vida dure un día o se prolongue durante siglos. La investigación, que aparecerá publicada en el próximo número de la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de EE UU, sugiere también que la esperanza de vida de estos organismos puede ser sensible al aumento de la temperatura. Según predicciones elaboradas por los autores, la tasa de mortalidad de las plantas se incrementaría en un 40% si la temperatura terrestre aumentara hasta 4ºC (incremento previsto por los modelos de predicción de cambio climático durante el siglo XXI). Las razones por las que los organismos dejan de funcionar y mueren siguen representando un reto para la ciencia. Algunos árboles pueden vivir cientos de años mientras que las hierbas más pequeñas viven tan sólo algunos meses. Sin embargo, no hay una razón fundamental por la que las hierbas no puedan vivir en principio tanto como los árboles, ya que todos los organismos fotosintéticos –las plantas– podrían vivir indefinidamente en ausencia de perturbaciones. Los autores de la investigación de la Fundación BBVA han examinado las tasas de mortalidad y crecimiento de poblaciones de 700 organismos fotosinteticos, que incluyen desde los más pequeños –las células de la cianobacteria fotosintética marina Prochloroccocus (con tan solo medio micrómetro de diámetro, pero responsables de una fracción importante de la fotosíntesis en el océano)– a los árboles más grandes, para buscar reglas generales que permitan comprender la regulación de la longevidad de las plantas. Los resultados de la investigación identifican a los organismos fotosintéticos del plancton marino como los organismos menos longevos, ya que viven alrededor de un día, mientras que los árboles alcanzan edades milenarias. Estos resultados han sido posibles gracias al diseño de una metodología –desarrollada por Susana Agustí– de técnicas capaces de cuantificar la mortalidad celular de organismos fotosintéticos del pláncton, lo que hasta hace poco era imposible. Los autores demuestran que las mismas reglas biofísicas determinan la longevidad y la tasa de nacimiento de las plantas, de forma que la escasa longevidad de las microscópicas células de pláncton fotosintético se compensa por un ritmo vertiginoso de nacimientos en la población, mientras que las poblaciones de árboles que alcanzan edades centenarias muestran nacimientos esporádicos. Los resultados obtenidos aportan claves de una regulación universal de la longevidad de los organismos fotosintéticos por el tamaño de las plantas y la temperatura a la que crecen, y sugieren que las tasas de mortalidad de los organismos fotosintéticos han evolucionado para equipararse a las tasas de crecimiento poblacional. El trabajo predice también que las tasas de mortalidad de las plantas han de ser muy sensibles a la temperatura y que el calentamiento climático acelerará la tasa de mortalidad de los organismos fotosintéticos de los que dependen las cadenas alimenticias de la biosfera. Como se mencionaba anteriormente, los autores estiman que la tasa de mortalidad de las plantas se incrementaría en un 40% si la temperatura terrestre aumentara hasta 4ºC (incremento previsto por los modelos de predicción de cambio climático durante el siglo XXI). El equilibrio entre la longevidad y tasa de nacimiento entre organismos fotosintéticos permite mantener poblaciones aproximadamente en equilibrio. Si la longevidad de las plantas estuviese muy descompensada con su tasa de nacimiento, las poblaciones se extinguirían con facilidad, caso de ser la tasa de mortalidad muy superior a la de nacimientos, o crecerían hasta el punto de agotar los recursos (luz, agua, nutrientes), y se extinguirían igualmente, si la tasa de nacimientos fuese muy superior a la de mortalidad. Si desea más información, puede ponerse en contacto con el Departamento de Comunicación de la Fundación BBVA (91537 66 15 y 94 487 46 27) 2