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El Último Vuelo
Lo que sucedió en la cabina de la avioneta Diamond
cuando el jueves 11 Walter Braedt y José ‘Titi’ de
Col se embarcaron en una travesía sin retorno.
Agosto del 2012
Walter Braedt en Jamaica antes de
llegar a Lima. Planeaba devolver la
avioneta, pero primero aprovechó
para viajar a la selva con ‘Titi’.
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Chicla
San Miguel de Viso
Matucana
San Jerónimo
de Surco
Otao
San Andrés de Tupicocha
Chaute
Santiago de Tuna
Infografia: Fabián Carpio
San Bartolomé
Breadt piloteaba la aeronave. Conocía bien el trayecto hasta San Ramón, en Junín.
La avioneta Diamond perdió contacto con la torre de control de Las Palmas a las 9:45 a.m. del jueves 11. La tragedia se produjo cuando atravesaba Los Andes, a la altura de Chicla, en Huarochirí.
A última señal de vida de
Walter Braedt y José ‘Titi’
de Col fue un registro electrónico la mañana del jueves 11
de julio en Surco.
El radar de la base aérea Las
Palmas indicaba que la avioneta
Diamond en la que viajaban llegaba a los 16,500 pies de altura a eso
de las 9 y 45 de la mañana.
Habían despegado media hora
antes desde el aeródromo Lib Mandi
1989, bicampeón nacional y traspasándole el legado a su hijo Cristóbal, actual campeón nacional.
Su amistad estaba afianzada en
el común amor a sus familias y en
una atracción poderosa hacia los
deportes de aventura.
Esa mañana, tras ese último
registro en Las Palmas, la avioneta Diamond desapareció del radar
en Surco.
Testigos en el poblado de Chicla,
a la altura del kilómetro 130 de la
Carretera Central, hablan de una
“bola de fuego” cayendo desde el
cielo esa mañana.
Pero lo que realmente sucedió
está en la reconstrucción del vuelo
a cargo de la Junta Investigadora de Accidentes de Aviación Civil
(JIAAC), a cuyos primeros alcances
CARETAS tuvo acceso.
L
de San Bartolo. Braedt (47) piloteaba, ‘Titi’ (45) era su único pasajero.
Se dirigían al distrito de San
Ramón, en Junín, donde ambos
tenían intereses comunes. Braedt
era empresario, de Col arquitecto.
Braedt fue gerente general por
10 años de la compañía fabricante
de embutidos que lleva su apellido.
Su padre la fundó en 1953.
‘Titi’ empezó un reinado en el
mundo de las olas coronándose, en
‘Titi’ de Col fue dos
veces campeón
nacional de tabla.
Sus hijos continúan
el legado.
nes de combustible.
Utilizaba el sistema GPS Gramin 1000 y disponía de piloto automático. Su talón de Aquiles, según
expertos, era que el caparazón era
de fibra de carbono, material altamente inflamable.
Braedt siguió un curso de instrucción en Estados Unidos para
aprender a maniobrar este tipo de
aviones ligeros. La avioneta estaba a nombre de la empresa Aero
Walter Braedt intentó
un aterrizaje de
emergencia a la altura
del kilómetro 130 de
la Carretera Central.
Pero algo no salió
como esperaba.
ÚLTIMO VUELO
DIAMANTE NEGRO
Walter Braedt compró la avioneta Diamond (Diamante) a inicios
del 2012 en Fort Lauderdale (Florida). Pagó US$ 300,000 por ella.
La nave era su juguete predilecto,
dicen sus amigos.
Su potencia de velocidad era de
100 nudos, con tanques de gasolina dispuestos en las alas y con
capacidad de almacenar 60 galo38
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Advantage Corporation.
Braedt obtuvo su licencia de
piloto internacional y timoneó el
Diamond de regreso a Lima hace
once meses. Al traerla hizo escalas
en Key West (Florida), Kingstone
(Jamaica), Cali (Colombia) y Quito
(Ecuador). Braedt era considerado
un piloto solvente, llegando a acumular 400 horas de vuelo.
Pero los altos costos de mantenimiento lo habrían desanimado de su
uso y estaba a punto de devolverla a
su país original.
Antes de hacerlo quería sacarle
el jugo y aprovecharla en un último
viaje a la selva con su amigo ‘Titi’.
Christophe Laudrin, instructor personal de Braedt y jefe de la escuela Master of
the Sky, sostiene la teoría de que la avioneta sufrió un desperfecto mecánico.
Los reportes de clima indicaban cielo despejado y viento óptimo
la mañana del jueves 11. Alzaron
vuelo a las 9:15 a.m.
Braedt conocía bien el trayecto hasta San Ramón. Así lo confirma su profesor en Lima, el capitán
Christophe Laudrin. Lo había atravesado dos veces con anterioridad
en medio de nubosidad y aguaceros.
En comparación, esta vez las
condiciones eran perfectas.
Siguió el plan de ruta trazado
en dichas oportunidades, es decir,
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transición
Tragedia
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primero la aeronave realizó un giro
por Cieneguilla para luego enrumbar directo hacia la parte más baja
de Los Andes.
Sobrevolaba el distrito de San
Mateo, a las 9:35 a.m., cuando las
áridas cumbres empezaron a asomar en el horizonte, a una velocidad estimada de 80 nudos.
Braedt practicó una maniobra
de manual en vuelos cortos: empalmó desde el aire con la silueta de la
Carretera Central. Esto le era útil
porque, en caso de emergencia, ahí
podrían aterrizar.
Justamente eso fue lo que intentaron, según Laudrin. Pero algo no
salió como esperaban.
UNA TEORÍA
Laudrin sostiene la teoría de
que la avioneta sufrió un desperfecto mecánico. Probablemente, la
hélice frontal dejó de girar y el
descenso se hizo inevitable. Contradiciendo las primeras y apresuradas versiones, testigos de una
mina próxima al lugar del siniestro informaron que la nave planeó con el rotor apagado hacia la
autopista.
La carretera en ese tramo está
rodeada de cables eléctricos y la
superficie abunda en baches. Desde
16,500 pies de altura, asegura Laudrin, es imposible adivinarlo.
A esa distancia los velocímetros
suelen arrojar números falsos y el
piloto calcula con margen de error.
Braedt, deduce Laudrin, aprovechó la única opción a la vista: un
aterrizaje forzoso.
La avioneta se estrelló en la
Carretera Central cuando llevaba
40 minutos en el aire con los tanques de gasolina casi a tope.
La explosión y el fuego lo redujo
todo a cenizas. Fue entonces cuando
la luz intermitente que registraba
el vuelo del Diamond en el radar de
Las Palmas se apagó para siempre.
Estaban a 40 minutos de su
Q
destino. (Álvaro Arce)
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El Perú y los Desafíos
del Cambio Climático
Por @HaroldForsyth
E ha difundido poco la designación del Perú como sede de
la Conferencia de las Partes
de Cambio Climático (COP 20) que
se efectuará en Lima, entre la última semana de noviembre y la primera de diciembre de 2014.
Se trata de un hecho impactante que no solo reafirma el vigor de
nuestra política exterior sino que,
además, ratifica la imagen del Perú
como un socio confiable en asuntos
de importancia crítica que atañen a
la humanidad en su conjunto y que
son, en buena cuenta, una expresión de los derechos humanos.
Por su ubicación geográfica y
riqueza ecológica, el Perú es uno
de los países que presentan mayores vulnerabilidades ante los efectos nocivos del
cambio climático. Se trata, sin
duda, de uno de
los desafíos más
importantes que
nuestro país deberá enfrentar si
desea continuar avanzando por la
senda del crecimiento económico y
el desarrollo sostenible.
Las variaciones en la temperatura en los últimos 30 años han venido afectando sensiblemente el ciclo
hidrológico, los ciclos productivos de
la agricultura, la biodiversidad y la
permanencia de los glaciares tropicales como los de la Cordillera Blanca, que han experimentado una sensible reducción de sus superficies,
lo que motivará inexorablemente
una disminución del suministro de
agua fresca para la costa con la consiguiente afectación de las poblaciones rurales más pobres que dependen casi exclusivamente del clima
para su subsistencia.
En el marco de nuestra política
S
exterior resulta, por lo tanto, urgente concertar las acciones necesarias
en materia de cooperación y diálogo político a fin de promover medidas de adaptación y mitigación. Siendo nuestro país, al igual que muchos
otros, una víctima potencial directa
del cambio climático, se nos presenta,
como futura sede del evento mundial
más importante sobre ese tema, una
posibilidad admirable de tener una
participación categórica y asumir el
liderazgo al que nos predispone nuestra propia ubicación geográfica.
Se trata de un evento en el
marco de la Convención de la ONU
sobre Cambio Climático que convocará a más de 15,000 participantes, incluidos representantes de
gobiernos, entidades financieras,
organizaciones no
gubernamentales, entre otros.
La COP 20
será, a su vez, la
antesala para la
COP 21 de París, cita a la cual
los países se han comprometido a
llegar con un acuerdo vinculante
que ponga límites a las emisiones
de gases efecto invernadero y que
reemplace el Protocolo de Kioto,
que nunca llegó a implementarse
de manera efectiva. La cumbre que
se realizará en el Perú será determinante para lograr este cometido.
Obviamente, la organización de
un evento de tal magnitud presupone un desafío complejo, logístico
y temático, en el que el Ministerio
del Ambiente y la Cancillería están
comprometidos. Y el Perú estará,
una vez más, dispuesto a honrar las
expectativas de la comunidad interQ
nacional.
“En diciembre 2014,
Lima será sede de la
COP 20. Se esperan
15 mil asistentes”.
*El autor es Embajador del Perú
en los Estados Unidos.
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