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Grietas en 'la fábrica del mundo'
Millones de emigrantes chinos se ven obligados a regresar a sus pueblos,
debido a la caída de actividad y el cierre de empresas por la crisis
JOSÉ REINOSO - Dongguan - 13/01/2009 – El País
La enorme plaza que da entrada a la estación de tren de Guangzhou, capital de la
provincia sureña de Guangdong, es un hormiguero a las siete de la tarde. Cientos
de emigrantes descansan en el suelo, junto a los fardos en los que se aprietan sus
pertenencias. Rostros hastiados, miradas perdidas. Los restos de comida, bolsas
de plástico y hojas de periódicos hablan de largas horas de espera. Bajo el
eslogan "Continúa el proceso de apertura y reforma", una pantalla gigante rompe
la noche con imágenes de playas paradisíacas y aguas turquesas. Una visión muy
distinta de la realidad de estos antiguos campesinos, que se han visto obligados a
regresar a sus pueblos ante la falta de actividad o el cierre de las fábricas en las
que trabajaban en el delta del río Perla -el principal centro manufacturero del paísa causa de la crisis.
Chen Jian (nombre ficticio), de 23 años, llegó a la estación hace 13 horas. "La
fábrica de maletas en la que trabajaba tenía hace unos meses entre 5.000 y 6.000
empleados. Eran 10 horas al día, siete días a la semana. Ahora no da para más
de cinco horas, tres o cuatro días a la semana, y el salario ha bajado de unos
2.000 yuanes [210 euros] a 1.300. No nos han despedido, simplemente han
reducido el número de horas, y ya no compensa", afirma este nativo de la
provincia de Sichuan.
La situación se reproduce entre muchos de los viajeros que esperan la salida de
sus trenes bajo la mirada de los policías que recorren la plaza. Forzados por la
falta de tajo, han decidido irse a sus casas a pasar las fiestas de Año Nuevo chino
semanas antes de lo que lo habrían hecho normalmente. "Llevo cuatro o cinco
años en Guangdong. A veces, trabajábamos 21 horas diarias. Pero desde
septiembre, la cosa se ha hundido", dice un chico de 20 años de la provincia de
Yunnan, acuclillado junto a su hermana. "Después de las fiestas, decidiré si vengo
otra vez".
El proceso de reforma y apertura lanzado por Deng Xiaoping hace 30 años ha
convertido China en la fábrica del mundo. Pero el desplome de la demanda
extranjera, especialmente de Estados Unidos, le ha asestado un duro golpe. Las
exportaciones cayeron un 2,8% en diciembre, la mayor caída en diez años. Ya
retrocedieron un 2,2% en noviembre, la primera vez que experimentaban un
descenso en más de siete años. Miles de empresas han echado el cierre. La crisis
se ha sumado al efecto que las mayores exigencias de calidad, leyes laborales y
medioambientales más estrictas, y la apreciación del yuan ya estaban teniendo.
El presidente chino, Hu Jintao, ha asegurado que China se enfrente este año a
una situación "muy sombría" en el empleo, y que afrontar la crisis va a ser una
"una prueba de la capacidad del Partido Comunista Chino para gobernar". El
Gobierno prevé un 8%. El Fondo Monetario Internacional y el Royal Bank of
Scotland pronostican un 5%, la peor cifra desde la revuelta de Tiananmen.
La ralentización económica podría forzar el cierre de un 20% de las fábricas de
Guangdong, provincia responsable del 12% del PIB chino, según algunas
organizaciones laborales provinciales. Algunos economistas estiman que 20
millones de emigrantes de los 160 millones con que cuenta el país podrían verse
obligados a regresar a sus pueblos este año.
El Gobierno ha fijado como "prioridad absoluta nacional" mantener el crecimiento
para crear empleo, y ha reaccionado con medidas tajantes ante el riesgo de que
se dispare la inestabilidad social. A principios de noviembre, aprobó un plan
financiero por valor de cuatro billones de yuanes (420.000 millones de euros)
hasta 2010 para reactivar la economía, impulsar el consumo interno y reducir la
dependencia de las exportaciones, que representan el 40% del PIB nacional; y ha
pedido a los empresarios que no lleven a cabo despidos masivos.
El impacto de la crisis se nota incluso en la propia capital de Guangdong. En los
comercios de la calle Shang Jiu, una de las más animadas de Guangzhou (antigua
Cantón), flotan los carteles anunciado saldos. "La crisis empeora. La fábrica ha
cerrado. Juego completo de sábanas por 50 yuanes [5,2 euros]", dice uno.
"Cazadoras de piel. Antes, 1.280 yuanes. Ahora, 99. Para pagar los créditos de la
factoría", señala otro.
¿Realidad o herramienta publicitaria? Sea lo que sea, el hecho es que los clientes
no compran, según explican los vendedores, y las existencias se acumulan en los
estantes.
Dongguan, espejo de la crisis
Para palpar cómo está afectando el parón mundial a China, lo mejor es viajar a
Dongguan, 60 kilómetros al este de Guangzhou, más que una ciudad, un taller
infinito. Todas las carreteras que conducen a Dongguan -cuya municipalidad ha
pasado de 1,1 millones de habitantes en 1978, a 8,7 millones en 2007- están
flanqueadas de fábricas. Algunas son grandes complejos industriales con varias
decenas de miles de operarios, otras, talleres familiares. Aquí se producen desde
componentes electrónicos a juguetes, zapatos, relojes, ropa o adornos navideños.
Todos esos artículos que, gracias a su bajo precio, han inundado el planeta y han
permitido a China convertirse en la cuarta economía del mundo.
El cielo gris, los inmuebles ocres, la continua sucesión de áreas industriales, y los
monos de trabajo colgados en los balcones de los edificios de dormitorios anexos
a las fábricas imprimen un aire triste a la región.
Pero muchos de esos uniformes de trabajo ya no se balancean al aire. Muchos
talleres han dejado de producir y los bloques de dormitorios de siete u ocho
plantas se elevan sin inquilinos, como gigantes dormidos. Sólo en octubre,
cerraron 700 empresas en Dongguan. El Gobierno de Guangdong pretende elevar
el nivel tecnológico de las empresas en la provincia, de ahí que haya impulsado
también el desplazamiento de algunas compañías hacia el interior del país. "Vaciar
la jaula para dejar sitio a los nuevos pájaros", ha dicho Wan Qingliang, vice
gobernador provincial.
En una de las calles de la ciudad, duerme un taller que ni siquiera ha sido
estrenado, sorprendido a contrapié por la crisis. Sobre las paredes de las factorías
huecas, se repiten la frase 'Se alquila' y números de teléfono escritos en carteles
de intenso color rojo.
"El empresario que la tenía arrendada desde hacía más de tres años la desmontó
hace dos semanas, debido a la crisis. Esperemos que, tras el Año Nuevo chino
[que comienza el 26 de enero], la gente regrese para continuar los negocios", dice
Wang, una mujer que contesta a uno de estos números.
Las fábricas que no han cerrado han disminuido la actividad, y sus trabajadores se
ven obligados a permanecer en los dormitorios o a deambular ociosos por la
ciudad, en la que, aparte de tiendas, restaurantes y karaokes, hay poco más. "Sólo
trabajamos cinco horas diarias de lunes a viernes. Y, en los dormitorios, que son
de ocho o 10 personas, ahora estamos cuatro o cinco", explica Wang Shuang, una
chica menuda de 19 años, mientras pasea por un mercadillo acompañada de su
hermana gemela, Wang Fang.
A pesar de que ganan menos, las dos chicas han decidido aguantar en la empresa
de componentes electrónicos, ya que en su pueblo de la provincia de Guizhou,
una de las más pobres de China, hay poco que hacer. "Tras las fiestas,
volveremos. Esto es más desarrollado", dicen, enfundadas en unos vaqueros
ajustados.
"Para estos emigrantes, es muy difícil retomar el trabajo y el estilo de vida que
tenían antes de dejar sus pueblos", asegura Yuen Pau Woo, presidente de la
Fundación Asia Pacífico de Canadá. "Sin embargo, el paquete de estímulo fiscal
[aprobado por Pekín] puede crear empleos en otras áreas, especialmente zonas
rurales y ciudades secundarias".
La amenaza del paro
El fantasma del paro es una de las mayores preocupaciones del Gobierno, ya que
la precariedad del sistema de seguridad social y el coste de la Educación y de la
Sanidad convierten la falta de trabajo en una bomba de relojería en este país de
1.300 millones de almas. Desde que comenzó la crisis, se han multiplicado las
protestas, debido a las irregularidades cometidas en el pago de los salarios y las
indemnizaciones por algunos empresarios, y a la inquietud por el futuro. Para el
Partido Comunista Chino, que ha buscado, en buena parte, legitimarse en el poder
con el rápido progreso del país, está en juego, también, su propia supervivencia.
Una de las empresas en las que se han registrado protestas es Jiang Rong, que
se dedicaba a la fabricación de bolsos y maletas. Su propietario, taiwanés,
desapareció el 15 de diciembre sin previo aviso -una práctica común en
Guangdong-, adeudando dos meses y medio de salario a los 300 trabajadores, y
tres meses de alquiler de la fábrica y las facturas de agua y electricidad.
Los empleados se echaron a la calle para pedir a las autoridades locales sus
sueldos, pero éstas contestaron que sólo les pagarían el 60% de lo adeudado,
como reza un cartel pegado a la puerta de la factoría y explica, también, Dai
Houxue, de 30 años, original de Guizhou, que trabajaba desde hacía tres años en
Jiang Rong.
Tras reclamar en vano los salarios completos al departamento de Trabajo, los
empleados se dirigieron en manifestación a las oficinas del Gobierno local. Pero
fueron recibidos a golpes por la policía. El 24 de diciembre, la fábrica dejó de dar
comidas, y, tras 10 días de protestas, los trabajadores se resignaron, cogieron lo
ofrecido y se marcharon.
Salvo unos cuantos. "A tres no nos dieron ni siquiera el 60% que nos
correspondía", afirma Dai, quien, probablemente, fue castigado de esta forma por
haber sido uno de los cabecillas de las reivindicaciones. "Me deben aún más de
500 yuanes, y no me iré hasta que me los paguen. La televisión dice que el
Gobierno central ayudará a las fábricas por la crisis. Pero, ¿dónde va el dinero?
Seguro que se lo quedan los funcionarios locales. Todo esto es muy oscuro",
asegura. Al otro lado de la verja, varios obreros enviados por los dirigentes locales
sacan pertenencias de los talleres y las cargan en un camión.
Desorientados ante la quiebra de su negocio o la pérdida de empleo, empresarios
y trabajadores acuden a veces en busca de consejo a Zhou Qingfang, un adivino,
experto en geomancia y curandero, que ofrece sus servicios en una calle de
Dongguan. "Me preguntan qué socio buscar, qué hacer tras quedarse sin empleo,
y yo, en función de su nombre, la fecha de nacimiento, o su elemento chino, les
sugiero la dirección que deben seguir", dice este hombre de 70 años, quinta
generación familiar de videntes. "Hace unos meses, venían 10 o 20 personas al
día. Ahora, son más de 30", dice Zhou, que cobra 20 yuanes por consulta y trata
igualmente problemas de infertilidad, impotencia o dolores de muelas.
Un centenar de kilómetros al sureste, en el puerto de Shenzhen, fronterizo con
Hong Kong, y una de las principales vías de salida de mercancías de la fábrica del
mundo, se percibe también claramente la crisis. El tráfico de mercancías ha
disminuido sensiblemente. "Desde principios de septiembre, salen muchos menos
contenedores. La actividad ha caído más de un 30%", asegura Zhang Qingshen,
empleado en una de las empresas que opera en la terminal internacional de
contenedores de Shekou. A un centenar de metros, una grúa carga un mercante
de color verde con lentos movimientos. "Antes pasaban delante de ese muelle
muchos buques cada día. Ahora, no veo más de dos o tres en 24 horas", dice. El
Banco Mundial prevé que la economía china crezca un 7,5% en 2009, el valor más
bajo de los últimos 19 años.
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ENTREVISTA: David Dollar Director del Banco Mundial en China
"Millones de trabajadores van a perder sus empleos"
JOSÉ REINOSO - Pekín - 13/01/2009
David Dollar ha podido constatar con sus propios ojos la tremenda transformación
que ha experimentado China en las dos últimas décadas. Llegó por primera vez a
Pekín en 1986, para trabajar como profesor de Economía en la Academia de
Ciencias Sociales, donde estaba integrado en una unidad de trabajo y recibía
cupones de racionamiento. Este estadounidense de 54 años califica de
"revolucionarios" e "increíbles" los cambios que ha vivido el país desde que Deng
Xiaoping lanzó el proceso de reforma y apertura hace 30 años. Dollar asumió en
2004 el cargo de director de la oficina del Banco Mundial en Pekín, un
observatorio privilegiado para captar el pulso económico del país. Asegura que
"millones de trabajadores van a perder sus empleos" en China debido a la crisis
mundial, pero cree que el país dispone de las herramientas necesarias para salir
bien parado del desafío.
Pregunta. ¿Cómo ve la crisis en China?
Respuesta. Está teniendo un gran efecto. Está afectando a las exportaciones, que
bajaron en noviembre. El sector inmobiliario y la construcción han caído
drásticamente. Esto tiene un impacto sobre otros sectores de la economía. Es un
momento realmente peligroso, con un efecto multiplicador. Millones de
trabajadores van a perder sus empleos por la crisis.
P. China aprobó a principios de noviembre un plan de estimulación de la economía
por valor de cuatro billones de yuanes (420.000 millones de euros) hasta 2010.
¿Es suficiente?
R. El tamaño del plan es correcto. Lo importante será su composición. Algunas
partes han sido anunciadas. Muchas son grandes proyectos de infraestructuras,
que están bien, y en seis meses producirán efecto. Pero la cuestión ahora mismo
es que muchos trabajadores de los sectores exportadores van a perder sus
empleos, y los proyectos de infraestructuras no salvan puestos de trabajo en la
exportación. China tiene una red de seguridad bastante bien diseñada. Dotarla de
fondos es la medida de estímulo más eficaz en este momento, porque los
desempleados que reciban algún tipo de ingreso mínimo gastarán el dinero.
P. ¿Cuánto va a durar esta difícil situación en China?
R. Es imposible predecirlo, pero el escenario más probable es que comience a
salir de la crisis dentro de seis meses, debido a un ligero repunte de Estados
Unidos y a que el plan de estímulo chino comenzará a tener efecto sobre la
creación de puestos de trabajo, y generará más demanda doméstica. Estimamos
que el PIB crecerá un 7,5% en 2009.
P. ¿Qué ocurrirá si la crisis se prolonga dos o tres años?
R. Incluso con una ralentización más larga de lo esperado, China tiene las
herramientas para crecer al 7% anual, independientemente de lo que ocurra a la
economía mundial.
P. ¿Son estas herramientas el superávit fiscal y las cuantiosas reservas de divisas
extranjeras?
R. Si, pero lo importante es cómo se gasta el plan de estímulo fiscal, porque
cuando salgamos de ésta, China necesita tener otro modelo de crecimiento.
Nunca más las exportaciones jugarán el papel que han jugado en el pasado.
China debe generar más demanda doméstica.
P. ¿Cuál es el principal logro de Pekín en estos 30 años?
R. La reducción de la pobreza. Al comenzar las reformas, China era más pobre
que el África sub sahariana. Pero en este tiempo ha sacado a más de 500 millones
de personas de la pobreza. Todavía hay muchos problemas en la sanidad rural,
pero la situación es mejor que en la mayoría de los países en desarrollo. Alrededor
de 100 millones de personas viven en China bajo el umbral de la pobreza según el
criterio del Banco Mundial (paridad de poder de compra de un dólar diario). El
Gobierno chino utiliza un valor aproximadamente la mitad de éste.
P. ¿Ha tenido el proceso de desarrollo chino efectos negativos?
R. No, para mí.
P. ¿Y las desigualdades sociales, los problemas medioambientales, la corrupción?
R. China ya tenía problemas medioambientales muy graves cuando inició las
reformas económicas, por ejemplo de deforestación. En este aspecto, la situación
ha mejorado. En lo que respecta a la contaminación atmosférica, empeoró entre
1978 y 1988, ya que creció la cantidad de carbón quemado para producir energía.
Pero ahora, el aire es mucho mejor que hace 30 años. La contaminación del agua
sí ha empeorado, pero han comenzado a tomar medidas. Respecto a las
desigualdades, es inevitable que crezcan cuando se inicia un proceso de
reformas. En China existen restricciones al movimiento de la gente, lo que hace
que se mantengan las diferencias de nivel de vida entre las zonas urbanas y las
rurales. Pero es sorprendente que las desigualdades hayan seguido aumentando
los 10 últimos años. En los baremos internacionales de corrupción, China se
encuentra en el lugar que se esperaría por su renta per cápita, y no parece
desincentivar a los inversores extranjeros.
P. Muchos apuntan a China, que es un país en desarrollo, para que ayude al
mundo a salir de la crisis. Parece una paradoja.
R. No es realista. El consumo de los hogares en China representa un tercio del
PIB. Los chinos no van a pasar de la noche a la mañana a consumir el doble.
China no puede sustituir a Estados Unidos como mayor motor de demanda de la
economía mundial. Es aún un país bastante pobre. Lo mejor esperanza para la
economía mundial es que se produzcan ajustes en varios países, como Japón,
Brasil, India. Los mercados emergentes pueden reorientar su crecimiento para
basarlo más en la demanda doméstica.
P. Los chinos no consumen por la falta de una red de seguridad, el coste de la
Sanidad y la Educación, entre otros.
R. Se han hecho muchas cosas para crear una red de seguridad (programas de
salario mínimo, subsidio de paro). Desgraciadamente, en Sanidad no se ha hecho
gran cosa. China necesita reforzar el sistema sanitario, desarrollar seguros
sanitarios tanto en el campo como en las ciudades. Pero esto no se lleva a cabo
en un año. Lo más práctico ahora es poner dinero en las manos de los
desempleados, y dedicar más a Sanidad y Educación. La gente se sentiría así
más segura y destinaría sus ingresos a otras cosas.
P. ¿Debe China contribuir con más fondos al Banco Mundial?
R. China tiene una gran cantidad de reservas de divisas y va a acumular más. Va
en su propio interés poner algunas de estas reservas a disposición de otros países
en desarrollo.
P. China es el mayor propietario de deuda pública estadounidense. ¿Está en cierto
modo EE UU en sus manos?
R. Yo no diría eso. Se llama dependencia mutua.
P. ¿Puede China mantener sus altos ritmos de crecimiento?
R. Básicamente, sí. Pero crecimientos del 10% son un fenómeno de países de
bajos ingresos, en proceso de industrialización. Ahora es un país de ingresos
medios, y tiene las herramientas para crecer a un 7% u 8% anual.
P. ¿Cuándo superará a EE UU y se convertirá en la primera economía del mundo
[actualmente es la cuarta]?
R. Las estimaciones son que se produzca alrededor de 2035, pero su renta per
cápita será cuatro veces inferior a la de Estados Unidos, dado que su población es
aproximadamente cuatro veces mayor.
P. ¿Qué le trasladó el primer ministro chino, Wen Jiabao, al presidente del Banco
Mundial, Robert Zoellick, durante su reciente encuentro en Pekín?
R. Que China es consciente de la gravedad de la situación global y de su efecto
en la economía china -incluida la pérdida de muchos empleos-, y que el Gobierno
está comprometido a tomar rápidamente las medidas que haga falta.
P. ¿Sería una crisis larga un desafío para la estabilidad política en China?
R. Una crisis larga sería un riesgo para cualquier Gobierno en cualquier parte del
mundo.
Deterioro del mercado laboral
EE UU perdió 2,6 millones de empleos en 2008
Hay 11 millones de estadounidenses sin empleo.- La tasa de desempleo se
sitúa en el 7,2%, pero Obama alertó ayer de los riesgos de alcanzar cifras de
dos dígitos
ELPAÍS.com 09/01/2009 – El País
La economía de Estados Unidos perdió 2,6 millones de empleos durante 2008, la
peor cifra desde el fin de la II Guerra Mundial en 1945, según ha informado hoy el
Departamento de Trabajo. Según estos datos, además, EE UU mandó a las listas
del paro a 524.000 personas el pasado mes de diciembre, lo que sitúa la tasa en
el 7,2%, la más desde 1994, cuando el país aún se recuperaba de la recesión de
principios de los noventa. En noviembre, el desempleo estaba en el 6,8% y en
abril en un lejano 5%. El 40% de la pérdida de empleo en EE UU durante el último
año se ha dado entre octubre y diciembre. En total hay 11 millones de
estadounidenses sin empleo tras un año consecutivo de aumento del desempleo.
Obama aboga por una "fuerte" intervención en la economía para evitar una
recesión que dure "años"
La recesión causa una oleada de despidos en EE UU y Europa
Según los analistas, esta aceleración en la pérdida de empleo (un millón en dos
meses) pronostica una prolongación de la recesión hasta al menos el principio del
verano, lo que la convertiría en el mayor periodo de recesión de la historia de la
economía estadounidense. Es sólo la quinta vez en los últimos 58 años que se
pierden más de medio millón de empleos en un mes. Aunque los datos que se
esperaban eran malos, el Dow Jones ha abierto a la baja y a las 15.45 hora
peninsular perdía cerca de un 1%.
Ayer mismo, en su discurso en la Universidad George Mason en Fairfax
(Washington), el presidente electo Barack Obama alertó del riesgo de que Estados
Unidos llegue a un paro de dos dígitos si no se actúa rápidamente contra la crisis.
En los ultimos meses se han sucedido los malos datos para la economía
estadounidense. El caso del expediente de empleo de la multinacional del aluminio
Alcoa , que dejará sin trabajo a 13.000 personas, es el último ejemplo. Además,
ante la crisis, los estadounidenses han reducido su consumo, la caída de las
ventas de coches es solo un ejemplo, lo que se ha reflejado en índices de
producción manufacturera historicamente bajos y esto, irremediablemente, termina
afectando al empleo.
La recesión causa una oleada de despidos en EE UU y Europa
El desempleo crece en Alemania por primera vez en tres años
SANDRO POZZI - Nueva York - 08/01/2009 – El País
La recesión enseña su cara más siniestra en el mercado laboral. Una nueva
oleada de despidos ha sacudido Estados Unidos y Europa en diciembre pasado, y
las grandes multinacionales preparan más ajustes de plantilla como el anunciado
ayer por la siderúrgica Alcoa para más de 13.000 trabajadores.
En Estados Unidos las empresas del sector privado eliminaron 693.000 puestos
de trabajo en diciembre, por lo que la tasa de paro se situará por encima del 7%
ese mes. El dato oficial de empleo de cierre de 2008 se conocerá mañana, y en
Wall Street anticipan que será malo. En noviembre los parados sumaban ya 10,3
millones.
En Alemania, hasta ahora el último reducto europeo donde se creaba empleo, se
ha roto la tendencia. En diciembre, el número de desempleados se aumentó en
18.000 personas, en lo que supone el primer incremento del paro desde febrero de
2006.
En España, el dato del paro se conocerá hoy. Se da por seguro que se superará la
barrera de tres millones de parados, y se cierre 2008 con una tasa de entre el 13%
y el 13,5%
La pérdida de empleos afecta a todas las empresas, da igual el sector o su
tamaño. El gigante industrial Alcoa se sumó ayer a una lista que ya integran AT&T,
DuPont, 3M o DowChemical, al anunciar que va a eliminar 13.500 empleos, el
equivalente al 13% de su plantilla global. El ajuste del productor de aluminio puede
afectar a la planta en Sabiñánigo, que emplea a 180 personas, aunque no lo hará
en los centros que la multinacional posee en Asturias y Galicia.
El epicentro de esta crisis está en el sector financiero, donde se habla de 250.000
despidos. Barclays, que acaba de hacerse con parte de la quebrada Lehman
Brothers, prevé 400 nuevos despidos en Reino Unido. Y los empleados de IBM
temen que la recesión se lleve por delante hasta 16.000 empleos.
Y entre tanto van creciendo los temores sobre la suerte en el comercio, donde
pasada la temporada de compras navideñas se espera una oleada de bancarrotas
y liquidaciones. La británica Marks & Spencer eliminará 1.230 empleos, el 1,6% de
la plantilla.
En Estados Unidos, la consultora laboral Challenger, Gray & Christmas calcula
que los despidos anunciados por las empresas son un 275% mayores que hace
un año. La última vez que se vivió una situación similar fue en 2003, cuando el
mercado laboral arrastraba con las consecuencias de la recesión de 2001. Y
advierte que los recortes de plantilla serán notables hasta la segunda mitad 2009.
Los analistas cuentan ya que la recesión acabe con cuatro millones de puestos de
trabajo en EE UU, y la tasa de paro supere el 9% antes de verse una
estabilización en la economía.
El presidente electo Barack Obama urgió a los legisladores en Washington para
que aprueben su plan bianual de reactivación, con el que busca "crear o salvar"
hasta tres millones de empleos. Su iniciativa incluye medidas para ampliar los
subsidios al desempleo y que los Estados dispongan de un fondo de 7.000
millones de dólares (5.100 millones de euros) para ampliar la cobertura de
desempleo.