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Más vale plumífero en fosa metacarpiana, que segunda potencia de diez
pululando en el espacio.
Relátame con quién deambulas y te manifestaré tu idiosincrasia.
A perturbación climática, rostro jocundo.
Vital líquido que no has de ingurgitar, permítele que discurra por su cauce.
Quien a ubérrima conífera se adosa, óptima umbría lo entolda.
A equino objeto de obsequio, no se le aquilatan las piezas dentales.
La ausencia de percepción visual torna insensible al órgano cardíaco.
Crustáceo decápodo que pierde su estado de vigilia, es arrastrado por el
ímpetu marino.
El globo oftálmico del poseedor torna obeso al bruto vacuno.
Cavidad gástrica satisfecha, víscera cardiaca eufórica.
Aquí hay felino en cautiverio.
El que embriológicamente es traído al mundo con el diámetro
anteroposterior de la cavidad abdominal aumentado, no logrará reducir su
contenida visceral por más intentos forzados extrínsecos de reforzar dicha
pared en su infancia.
El rumiante cérvido propende al accidente orográfico.
Más vale pájaro en mano, que cien volando.
Dime con quién andas y te diré quién eres.
Al mal tiempo, buena cara.
Agua que no has de beber, déjala correr.
Quien a buen árbol se arrima, buena sombra le
cobija.
A caballo dado, no se le mira colmillo.
Ojos que no ven, corazón que no siente.
Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente.
El ojo del amo engorda al ganado.
Barriga llena, corazón contento.
Aquí hay gato encerrado.
El que nace barrigón, ni aunque lo fajen de chiquito.
La cabra tira al monte.