Download Document

Document related concepts

Nuevo Banco de Desarrollo wikipedia , lookup

Tercera Cumbre BRICS 2011 wikipedia , lookup

Segunda Cumbre BRIC 2010 wikipedia , lookup

Club del billón de dólares wikipedia , lookup

Industrialización wikipedia , lookup

Transcript
Mitos y promesas de los BRICS: consideraciones desde los temas alimentarios
Marco Romero Cevallos1
Introducción.
Entre las principales características del orden mundial de post guerra fría, se incluyen los
importantes desplazamientos del poder, que se registran a nivel geográfico, desde el Atlántico
hacia el Pacífico y desde Occidente hacia Oriente; así como a nivel de actores principales de
la economía y de la política mundiales, con una reducción del peso relativo de los Estados
Unidos, de la Unión Europea y del Japón, y el surgimiento de nuevos países, en calidad de
poderes emergentes, cuyo dinamismo económico reciente, los sitúa como ganadores y cada
vez más como nuevos actores relevantes.
Entre tales poderes emergentes están Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que se destacan
entre un conjunto de varios otros países, que fundamentalmente presentan altas y sostenidas
tasas de crecimiento, desde la última década del siglo XX, que contrastan con los pobres
niveles de los países más desarrollados. La brecha entre esas dos tendencias se agudiza
especialmente en la primera década del siglo XXI, cuando los centros desarrollados caen en
el estancamiento y la recesión, sobre todo luego de la profunda crisis financiera y económica
que arranca en el 2007 y cuyo fin no termina de concretarse.
En la fase más alta de esa diferenciación, a mediados de la década pasada, se especuló en
torno a la tesis del “desacople”, que afirmaba que se habría producido una ruptura entre tales
economías dinámicas, convertidas además en los motores de la economía mundial, y el resto
de los países2. La transmisión generalizada de los efectos de la crisis actual, en todas las
direcciones, demostró la precariedad de dicha tesis; es verdad, sin embargo, que sus impactos
fueron diferenciados en los distintos países, en función de sus formas de inserción en la
economía mundial y de los márgenes de maniobra disponibles, para responder ante dichos
efectos, relacionados, a su vez, con los recursos económicos, políticos e institucionales con
que cuentan.
En razón de ser los países de mayor tamaño territorial y de población, así como los que
registraban las mayores tasas de crecimiento, con las letras iniciales de los cuatro países
señalados antes se los denominó como BRICS, destacando su dinamismo, la expansión de
sus mercados internos y, las proyecciones de convertirse en economías poderosas en unas
1
Doctorante en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario. Profesor e investigador de
la Universidad Andina Simón Bolívar de Quito, Ecuador.
2
Esa propuesta analítica era tan descabellada como aquella que se lanzó a comienzos del presente siglo, en
medio de la euforia por las hazañas de las empresas punto com (de carácter tecnológico), afirmando que las
nuevas tecnologías habían permitido superar el ciclo económico, convirtiéndolo en algo del pasado.
décadas más, brindando oportunidades de inversión muy rentables, en un contexto
internacional caracterizado por el deterioro de las perspectivas abiertas en las economías más
desarrolladas3. Será mucho más tarde, en la segunda mitad de la década, que los países
involucrados, tomarán en serio la idea de constituirse como un grupo nuevo de países y
decidirán ampliar progresivamente la cooperación entre ellos y aprovechar los espacios
disponibles para ganar presencia en la escena internacional e incidir en los temas que les
interesan de la agenda internacional.
Existen amplios debates en torno a los BRICS, su identidad y legitimidad, la configuración
y grado de consolidación de este grupo de países, sus capacidades para convertirse en un
actor pleno del sistema internacional, sus aportes potenciales a la gobernanza global; y, sobre
todo, las proyecciones de sus recursos de poder hacia la construcción de un orden multipolar.
Es preciso profundizar en el proceso por el cual una estrategia de inversiones de un actor
privado, dio origen a un grupo de países que parece orientado a convertirse en un eje clave
de la gobernanza global, decisivo en las orientaciones de la agenda global.
Por otro lado, desde las primeras cumbres de los BRICS, el tema de la seguridad alimentaria
y la preocupación por los problemas alimentarios del mundo, han estado presentes en su
agenda. Los países miembros del grupo han expresado públicamente su preocupación por la
volatilidad extrema de los precios de los alimentos en los últimos años y por los efectos del
cambio climático en la agricultura, que provoca caídas de la producción, distorsión de los
flujos comerciales, crecientes tensiones inflacionarias, que generan mayores niveles de
pobreza y de hambre en el mundo, con la consiguiente fragilidad de los regímenes políticos
más afectados. Las declaraciones emitidas por los BRICS han sido más bien vagas y
generales, planteando su voluntad de intercambiar información y experiencias sobre la
agricultura y las reservas de alimentos, propiciar menores efectos del cambio climático; y,
cooperar en el desarrollo de tecnología e innovación.
Es indispensable por lo tanto, examinar algunos aspectos de la constitución y funcionamiento
del grupo de los BRICS, para entender mejor sus posibilidades y límites como actor en la
escena internacional. Es lo que haremos en la primera parte de este ensayo. Posteriormente
nos centraremos en la dimensión alimentaria de los BRICS y su proyección global,
analizando mucho más que el evidente peso relativo determinante de los países involucrados,
en términos de su población, territorio, recursos económicos y en particular su peso
específico en los mercados mundiales de alimentos, considerando las dimensiones
geopolíticas de su participación en tales mercados, examinando el alcance de sus políticas
agro alimentarias, sus proyecciones, a nivel global y los problemas que pueden limitar el
3
El acrónimo BRIC fue creado por un analista de Goldman Sachs, a comienzos del siglo, para destacar sus
proyecciones futuras de tales economías y la necesidad de incorporarlas dentro de sus estrategias de
inversión. Ver al respecto, Baumann Renato (2009): El comercio entre los países “BRICS”, CEPAL,
grado de cooperación intra BRICS en esta área temática, señalada como crucial por sus
miembros.
Abordaremos estos dos campos temáticos, desde una perspectiva de economía política
internacional, que consideramos es la única que nos permite analizar la capacidad que tienen
los BRICS para articular una posición común frente a los principales temas alimentarios de
la agenda global, considerando no sólo las brechas que mantienen en su tamaño relativo y en
la posición que ocupan en el régimen agroalimentario global, sino también los límites para
la cooperación que surgen de las políticas de apoyo a sus propios productores y de las
restricciones derivadas de la dinámica económica que enfrentan en el período reciente. La
comprensión de los elementos mencionados permitirá tener una perspectiva mucho más
precisa de las posibilidades de cooperación y consolidación de los BRICS, en este campo de
la agenda global, así como sus posibilidades de incidir sobre otros aspectos de los debates en
torno a los cambios indispensables que se procesan en la gobernanza global.
Algunos elementos para comprender el carácter de los BRICS y su proyección global.
Los denominados como BRICS son una agrupación de países, que comparten ciertas
características, entre ellas las de su tamaño territorial, una población significativa, que
determina un mercado interno, actual o potencial, muy importante; su economía ha crecido
de manera destacada en las últimas décadas; y, sus proyecciones futuras son promisorias, en
términos de una creciente gravitación en la economía mundial. Son precisamente dichas
características las que llevaron a Goldman Sachs, a identificarlos como espacios muy
rentables de inversión. Ese fue el comienzo.
Lo que resulta interesante es analizar la transformación que se produce desde que se publica
un producto típico de las estrategias de inversión de los bancos más grandes del sistema
financiero global, hasta el surgimiento y la profundización de un grupo de países que gana
peso en el sistema internacional, tiene una presencia activa y genera iniciativas audaces, que
pueden tener una incidencia global4. Efectivamente, en este caso, Goldman Sachs5, aplicando
sus regímenes de clasificación, emite un informe para sus clientes, que destaca las dinámicas
y proyecciones de un grupo de países que, a su juicio, tienen condiciones suficientes para
seguir ganando peso relativo en la economía y en la política mundiales, y ofrecen por lo tanto,
excelentes oportunidades de inversión.
4
Precisamente el 15 de julio pasado, este grupo de países concretó la creación de un nuevo banco de
desarrollo y de un fondo de reservas, como una fuente de financiamiento para obras de infraestructura y
como una línea de defensa frente a turbulencias financieras, respectivamente; ello muestra claramente la
voluntad política de dar contenido real a sus aspiraciones.
5
Se trata de una institución financiera con cerca de 150 años de vida, especializada en banca de inversión y
en valores, que tradicionalmente ha mantenido estrechas relaciones con el poder político, no sólo en los
Estados Unidos, con varios ex Secretarios del Tesoro como parte de su staff, sino también en Europa. Sus
manejos en torno a ciertas deudas soberanas en Europa y sus estrategias financieras han sido cuestionadas.
Esa categoría clasificatoria, los BRICS, evoluciona a partir del papel importante jugado por
los medios masivos de comunicación y en particular de los especializados en temas
financieros y económicos internacionales, que la retoman y elaboran, dándole los contenidos
relacionados con sus objetivos de mercado; así como por las acciones y políticas de los
gobiernos de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que perciben las oportunidades de ganar
presencia e incidencia en el espacio global, deciden incrementar los niveles de cooperación
y coordinación entre ellos y dan existencia real a un grupo de países, que pugnan por asumir
un papel más relevante en el escenario económico y político internacional.
En este segundo sentido, se torna indispensable reflexionar sobre el contenido y alcances del
grupo BRICS, sus características y proyecciones, al igual que los factores que generan
evidentes limitaciones sobre sus posibilidades de acción colectiva.
Una primera aclaración pertinente se refiere a que el origen y desarrollo del grupo BRICS
tiene muy poco que ver con las distintas perspectivas que se plantean desde el regionalismo
y la integración económica. Si bien en el cuadro pintado por la OMC6, sobre la explosión de
acuerdos de comercio preferencial, en lo que va del siglo y marcados fundamentalmente por
el bilateralismo, se incluyen esquemas como los de APEC y de la Alianza del Pacífico,
formados por países de distintos continentes y muy distantes entre ellos, en su conformación
primaron objetivos económicos y principalmente de tipo comercial. Ese no es el caso en
cuanto a los BRICS.
Por otro lado, en los últimos años están negociándose un conjunto de acuerdos de nuevo tipo,
cuyos objetivos son mucho más ambiciosos y abarcadores que los de los clásicos tratados de
libre comercio y cuya meta central es la armonización regulatoria, en ámbitos como la
propiedad intelectual, las inversiones, compras públicas, entre muchos otros. Detrás de tales
propuestas se pueden identificar diseños geopolíticos claros, que se comprenden en el marco
de las disputas por el poder global y de la agudizada competencia económica. Este tipo de
acuerdos se vuelven indispensables para permitir el continuo despliegue de las cadenas
globales de valor, asociadas a la producción y distribución de todo tipo de bienes y servicios
en el mundo.
Se trata de los denominados mega acuerdos, entre los cuales están el TPP, el TPIP y el RCEP.
Sólo este último, que se localiza en el Asia y comprende a los 10 países de la ASEAN+6
(Australia, China, India, Japón, Corea y Nueva Zelanda), cuenta con la participación de 2
países BRICS; según algunos análisis, estos mega acuerdos pretenderían precisamente,
contener el rápido ascenso de China y de otras economías emergentes. Sin embargo, otros
consideran que estos acuerdos apuntan a multilateralizar el regionalismo, desde luego a partir
de una relación muy asimétrica de poder, que consolidaría una “coalición de los dispuestos”,
es decir de todos aquellos países que han decidido a aceptar dichas reglas, que claramente
6
Ver OMC (2011): Informe sobre el comercio mundial 2011. La OMC y los acuerdos comerciales
preferenciales: de la coexistencia a la coherencia
benefician a las grandes corporaciones transnacionales y a los países más desarrollados. Estos
acuerdos mega regionales expresan, por lo tanto, la disputa en torno a quien fija las reglas y
define la nueva gobernanza del comercio mundial7.
Considero que más allá de las reformulaciones y malabarismos lingüísticos en torno al
regionalismo, que consisten en asignarle diversos adjetivos, como postliberal, pos
hegemónico, postmoderno, entre varios otros, tratando de que dicho concepto, de suyo muy
desgastado, de cuenta de procesos cada vez más diversos, tales dinámicas pueden
comprenderse como partes del funcionamiento de las cadenas globales de valor, superando
incluso el clásico análisis de los flujos económicos internacionales restringidos por la
perspectiva de los estados nacionales.
En el proceso de conformación real del grupo BRICS, encontramos precisamente lo opuesto,
una creciente crítica de las estructuras de la gobernanza global, que se arrastran desde fines
de la Segunda Guerra Mundial, y cuyas bases objetivas de distribución del poder y niveles
de legitimidad se han erosionado profundamente en la segunda mitad del siglo XX, pero
sobre todo desde la década de los noventas. Por otro lado, los gobiernos de dichos países y
otros sectores de tales sociedades, también han cuestionado a la clásica división del trabajo
que define las lógicas del desarrollo y del subdesarrollo; por ello, los miembros del BRICS
han buscado industrializarse e incorporar niveles crecientes de tecnología a su producción de
bienes y servicios, si bien en diferentes períodos históricos, con énfasis específicos y bajo
distintas estrategias y combinaciones de políticas públicas.
La construcción del grupo BRICS, básicamente es la conformación de una alianza, un
esfuerzo de concertación entre los representantes y tomadores de decisión de un grupo de
importantes países, cada uno de los cuales ejerce un liderazgo regional.
Por supuesto que tanto en los mercados financieros, como desde los gobiernos, se han
mencionado distintas agrupaciones alternativas de países, así como otros candidatos a
ingresar al grupo. De hecho los países BRICS, analizan periódicamente la conveniencia de
mantener el grupo original, incorporando a Sudáfrica, lo que le dio una cobertura geográfica
muy completa; o seguir ampliándolo progresivamente8.
Como señala Jayati Ghosh, se trata de países que “aunque separados geográficamente,
económica y políticamente distintos, con diferentes niveles de desarrollo y sin fuertes nexos
7
Barreto Menini Viviana (2014): El “Paquete de Bali”: ¿un éxito para América Latina?; Friedrich Ebert
Stiftung, Abril.
8
Las discusiones frente a un eventual ingreso de Argentina, en Julio 2014, más allá de las inconsistencias que
reflejan, son sólo el episodio más reciente del tema de la ampliación gradual del BRICS, que no ha sido
desechada, pero que se ha pospuesto, frente a la necesidad de consolidar mejor al grupo.
económicos en ese tiempo, se ven a sí mismos como un grupo, en gran medida debido a las
percepciones de los inversionistas extranjeros y de los medios”9
Ese grupo de países diversos, con estructuras económicas muy diferenciadas, con sistemas
políticos muy variados, con brechas de los ingresos per cápita anuales (expresados en paridad
de poder adquisitivo), que, para el 2013, van desde los 4 mil dólares de India, pasando por
los 9.800 de China, hasta los 18.100 de Rusia10, entre muchas otras diferencias, deciden desde
el 2009, ampliar los niveles de cooperación y de inter relaciones que mantienen entre ellos.
Para ello establecen las cumbres anuales, de las cuales se han realizado ya 6 encuentros,
alternativamente en los distintos países miembros. Tales eventos se han constituido en foros
de diálogo y de toma de posiciones, no sólo sobre aspectos de su interés económico
inmediato, sino fundamentalmente con respecto a las instancias de la gobernanza global, por
ejemplo frente al funcionamiento de las instituciones de Bretton Woods, que siguen
incidiendo en el sistema monetario internacional, tema central de la tercera cumbre del grupo.
En igual forma, en cada cumbre los líderes del grupo BRICS emiten sus posicionamientos
con respecto a los temas más relevantes de la agenda política mundial, como el terrorismo,
los ataques a Libia, hasta el apoyo a las negociaciones de paz en Colombia.
Cada cumbre está acompañada igualmente de una serie de eventos paralelos, que ofrecen la
oportunidad a distintos actores de los países del grupo, para intercambiar criterios y generar
iniciativas de cooperación en campos como los de la energía, las tecnologías, así como para
adelantar foros académicos para reflexionar y explorar nuevas alternativas de cooperación.
Tales iniciativas no se restringen a los intereses directos de los países del grupo, ya que se
abordan los distintos temas, desde las perspectivas del conjunto de los países en desarrollo.
Este constituye otro de los desafíos que enfrentan los BRICS, el de representar tanto a los
países emergentes, como a los países en desarrollo; para ello necesitan ganarse dicha
legitimidad, a partir de sus acciones.
En definitiva, el funcionamiento de los BRICS aparece como un contrapeso frente a las
instancias que siguen controlando la gobernanza global, como son el G8 y el G20. Cabe
recordar, que fueron precisamente las presiones de los países emergentes, principalmente los
que hoy constituyen el BRICS, las que provocaron el desplazamiento del G8 hacia el G20,
en medio de los efectos de la crisis asiática en 1997. Pero será el desarrollo de la gran recesión
que arranca en el 2007, la que potencia el rol del G20.
En definitiva, hasta el presente, el grupo de los BRICS aparece como una instancia
intergubernamental, que tiene un peso simbólico creciente en la economía mundial. En tal
9
Ghosh Jayati (20213): The Global Economic Chessboard and the Role of the BRICS: Brazil, Russia, India,
China, South Africa”; Global Research, November.
10
Cifras de CIA World Factbook, consultadas en julio 2014.
sentido, es interesante la perspectiva de Fourcade (2013)11, quien considera que “la noción
de los BRICS se comprende mejor desde las dimensiones simbólicas y política, que busca
reformular las estructuras de gobernanza de la economía mundial, superando el dominio
tradicional de Europa”.
Es importante destacar, sin embargo, que si bien el proceso de constitución del grupo BRICS
muestra indudablemente la fuerza generadora que pueden tener las ideas12, no puede
comprenderse solo desde una perspectiva constructivista radical, puesto que las bases
materiales de poder con que cuentan esos países emergentes, son muy importantes, en
términos de sus dotaciones de recursos (territorio, población, fuentes de energía, materias
primas, capacidades productivas…), al igual que de su dinamismo sostenido en lo que va del
presente siglo y en algunos casos, por varias décadas.
Son precisamente tales recursos, los que han permitido a los BRICS dotarse de márgenes de
libertad más amplios, frente a las instancias establecidas del poder; por ejemplo, liberándose
de la tutela del FMI, al pagar anticipadamente los préstamos pendientes, en la década pasada;
creando altos niveles de reservas de divisas; acordando flujos de comercio bilateral entre
ellos, utilizando sus propias monedas; entre otras acciones.
Por otro lado, es claro que la proyección de ciertos BRICS hacia América Latina, en la última
década, principalmente de China y Rusia, y en menor medida de la India, es parte del proceso
de ocupación del espacio dejado por los Estados Unidos en la región, como de la
convergencia de intereses entre sus economías, en términos de acceso a materias primas y a
mercados, así como a fuentes de financiamiento y de inversiones. La sostenibilidad en el
mediano y largo plazo de tales relaciones, así como la distribución de los beneficios que se
generen deberá ser analizada.
Sin embargo, es evidente que el poder acumulado por los países del grupo BRICS, tiene
límites que se relacionan tanto con la resistencia de las estructuras tradicionales del poder,
como con sus propias fragilidades. En el primer caso cabe mencionar, por ejemplo, la
decisión adoptada por el FMI, a fines del 2010, de incrementar las cuotas correspondientes a
varios países emergentes (y por lo tanto su poder de voto), incluyendo a los del grupo BRICS,
que aportarían más de 75.000 millones de dólares más, y reducir el peso relativo, básicamente
de los países europeos y marginalmente de los Estados Unidos, sin modificar su poder de
veto. Esa decisión ha quedado bloqueada en el Congreso norteamericano, que no quiere dar
paso a dicha reforma elemental del FMI.
11
Fourcade Marion (2013): The material and symbolic construction of the BRICS: Reflections inspired by the
RIPE Special Issue; Review of International Political Economy, Vol. 20, No. 2.
12
Fourcade menciona como la clasificación de del grupo BRICS como atractivo de inversión, generó el
florecimiento de fondos de inversión y productos financieros, al igual que de actividades de consultoría,
marca y mercadeo, como nuevas fuentes de beneficios para los bancos, empresas de consultoría, agencias
calificadoras de crédito y la prensa financiera. Ver Fourcade (2013, 265).
En cuanto a las fragilidades de los países del BRICS, parece necesario examinar más
detenidamente los factores que explican el extraordinario crecimiento de sus economías, en
forma sostenida; al respecto, existen las tesis ortodoxas del crecimiento, que enfatizan la
reasignación de recursos y la formalización de la mano de obra, en el caso del Brasil; o el
desarrollo del capital humano, para otros. Surge entonces la pregunta sobre en qué medida
esos países aplicaron o no las prescripciones del Consenso de Washington13 .
En tal sentido Cornel y Blyth destacan que la los cambios importantes registrados en la
capacidad industrial y en las habilidades de la India, y el auge de las materias primas,
vinculado con la mayor demanda mundial, en los casos de Brasil y Rusia, permitieron que
estos países evadan la condicionalidad de las instituciones financieras internacionales, que
presionaban por la adopción de la ortodoxia en política económica. De cualquier manera,
estos países nunca tomaron al Consenso de Washington como una camisa de fuerza, sino que
trataron de acomodar sus políticas, en forma pragmática
En el caso de los BRICS, el tamaño de sus economías, las condiciones favorables de
inserción en la economía mundial y la evolución favorable de los precios de las materias
primas, les permitieron eludir esas condicionalidades, tener un mayor espacio para sus
propias políticas públicas, principalmente restableciendo un papel crucial para el estado.
Efectivamente todos los países del grupo BRICS han desarrollado modelos económicos, en
los cuales hay una intervención activa del estado, con distintos grados y modalidades. En
consecuencia, sus políticas económicas se alejan, en mayor o menor medida, del esquema
ortodoxo. Esto no significa, sin embargo, que abandonen la búsqueda de la estabilidad fiscal
y tengan límites claros para los manejos financieros.
Las fragilidades de los países BRICS son diversas; la crisis del 2007 y sus secuelas, han
terminado afectándolos de diversas formas, por los canales comerciales, con la caída de la
demanda de sus rubros de exportación y la reducción de los precios; y por los canales
financieros, con la disminución del financiamiento, su encarecimiento, las salidas de
capitales y la apreciación de sus monedas.
Considerando la estrecha interacción que mantienen sus economías con la dinámica global,
los países del BRICS son muy sensibles ante sus oscilaciones; por ello deben implementar
una serie de estrategias para diversificar sus exportaciones y sus mercados, para generar una
mayor sostenibilidad de sus factores de crecimiento, desarrollando su propio mercado interno
(sobre todo en los países de mayor tamaño poblacional), y generando mecanismos anti
cíclicos, que les permitan enfrentar las fases recesivas de la economía mundial.
Otro desafío fundamental constituye la necesidad de incrementar los flujos de comercio intra
grupo, los mismos que al 2009 representaron un monto de 32.6 mil millones de dólares,
13
Ban Cornel and Blyth Mark (2013): The BRICs and the Washington Consensus: An introduction; en Review
of International Political Economy, 2013 Vol. 20, No. 2, 241-255.
siendo porcentualmente más importante para Brasil (ya que representa 18% de su comercio,
mientras que para Rusia e India significa un 11% y para China un 6%14. Los flujos de
comercio están concentrados en torno a China, que presenta además un amplio saldo
favorable. Excluyendo a China, el comercio entre el resto de miembros del BRICS totaliza
sólo 22 mil millones de dólares.
Los patrones del comercio intra BRICS tienden a reproducir la especialización basada en las
ventajas comparativas tradicionales, con China exportando manufacturas, mientras el resto
vende alimentos, insumos industriales, materias primas, combustibles y lubricantes; Rusia, a
pesar de tener su comercio centrado en combustibles y lubricantes, exporta a los demás países
del grupo, bienes de capital y equipo de transporte. Por lo tanto, existe un espacio muy amplio
para incrementar los flujos intra BRICS, de productos elaborados, que profundicen la
especialización intra industrial, mejorando la distribución de los beneficios del comercio.
Finalmente, entre los escépticos y críticos respecto de que el ascenso de los BRICS represente
una real redistribución del poder, se mencionan las debilidades estructurales de dichos países
BRICS, incluso de China, señalando por ejemplo: la restricción del partido único, el limitado
suelo arable con que cuenta, los problemas que arrastra su sistema financiero, desde hace casi
dos décadas, los elevados niveles de contaminación ambiental y de corrupción, la enorme
población campesina del interior (más de 300 millones de chinos), desempleados y sin mayor
capacitación. En el caso de India, se mencionan
India por su parte15 tiene un elevado porcentaje de su población pobre o en los umbrales de
ella, sus propios representantes afirman que tiene 300 millones de habitantes que sobreviven
con 1 dólar diario y 700 millones con 2 dólares diarios; enfrenta limitaciones de su
infraestructura, básicamente de salud y educación; tiene limitaciones tecnológicas y
dependencia energética; conserva fronteras en disputa y cuestionamientos de sus vecinos;
periódicamente resurgen divisiones internas y tensiones religiosas.
Rusia ha superado el prolongado estancamiento y recesión posterior al fin de la URSS y, en
lo que va del siglo XXI, se ha beneficiado de los altos precios del petróleo y del gas, pero su
economía se ha reconcentrado en esa producción primaria; ello la vuelve más vulnerable a
los cambios en la demanda internacional, como se evidenció con la crisis del 2007 y sus
prolongaciones en Europa; enfrenta desafíos de orden geopolítico, derivados de la política
sistemática de arrinconamiento, aplicada por Estados Unidos y los países europeos, por la
incorporación de sus ex aliados a la OTAN; la crisis de Ucrania, así como las precedentes en
Georgia y en otras ex repúblicas soviéticas, son las evidencias de dicho proceso. Además
14
Puga Fernando y Lage de Souza (2011): O comercio entre os BRICS e suas oportunidades de crescimento;
BNDES, No. 93, Abr.
15
Sahni Varun (2013): India: a pesar de sus limitaciones una potencia emergente; en Nueva Sociedad No.
246, Julio-Agosto.
el retorno al capitalismo está marcado por la creciente polarización de los ingresos, por un
aumento significativo de la corrupción y por el surgimiento de mafias.
En el caso del Brasil, sus vulnerabilidades se han evidenciado desde el 2010, cuando su tasa
de crecimiento económico perdió vigor, no sólo por la caída de la demanda y de los precios
de las materias primas que vende al mundo, sino también por las salidas de capitales y por la
apreciación del real, que le ha restado competitividad a su producción. La subsistencia de
profundas brechas sociales y de ingresos, al igual que las carencias de su infraestructura y de
los servicios, se mostraron ampliamente, en el último mundial de fútbol. Brasil sigue siendo
uno de los países más desiguales del mundo.
La reciente creación de un Nuevo Banco de Desarrollo, y del Acuerdo Contingente de
Reservas, en la 6ta. Cumbre de los BRICS, concretando las propuestas planteadas dos años
antes en India, muestran la voluntad política de autoafirmación del grupo, su decisión de
crear mecanismos prácticos, que respondan a sus necesidades. La puesta en marcha de tales
instituciones y las modalidades de funcionamiento que adopten, al igual que sus relaciones
con las instituciones financieras internacionales, serán decisivas en el futuro inmediato.
Varios líderes de los BRICS han afirmado que buscan complementar y no competir con el
FMI y el Banco Mundial. Sin embargo, han despertado expectativas muy altas entre los
países en desarrollo. En un período de evidente pérdida de dinamismo del crecimiento
económico en todos los BRICS, aun cuando siguen registrando tasas muy superiores a las de
cualquier país rico, esas instituciones, así como la expansión de los acuerdos bilaterales para
comerciar en sus propias monedas, pueden ser estratégicos.
Consideraciones desde la perspectiva alimentaria.Los países BRICS tienen una importancia crucial en los temas alimentarios para el mundo,
en primer lugar considerando que albergan más del 40% de la población mundial y por ende,
la evolución de sus niveles de producción agrícola y ganadera, al igual que sus requerimientos
alimentarios del mercado mundial, tienen impactos directos en el sistema alimentario global.
Las políticas domésticas que adopten tienen impactos mucho más allá de sus fronteras.
Entre los principales productores de bienes agrícolas están los países BRICS, que en forma
agregada representan más del 35% del total mundial, en el 2010; incluyendo a China como
muy importante productor, con un 17%, sólo superado por Estados Unidos; y, con Brasil e
India, que suman prácticamente igual peso que el de China. Rusia y Sudáfrica tienen un
menor peso relativo global, pero también son importantes productores regionales.
Como ilustración adicional cabe destacar, utilizando las estadísticas de la FAO al 2010, que
China e India, en ese orden, son los primeros productores mundiales de arroz, de trigo, de
papas y de lechuga (seguidos además, de Rusia, como tercer productor en estos dos rubros);
en maíz, China y Brasil ocupan el 2º y 3er Lugar respectivamente. Los países del grupo
BRICS son también primeros productores mundiales de varias frutas, como: banano (India),
mango (India y China); Brasil India y China están entre los cuatro primeros productores de
naranja. Por último, China produce la mitad de la manzana del mundo.
No resulta extraño, por lo tanto, que en este grupo consten dos de los 6 más importantes
exportadores de productos agrícolas, Brasil y China, con un valor de ventas de 65 y de 36
mil millones de euros, respectivamente, en el 2013, por detrás de los 28 miembros de la
Unión Europea, y de Estados Unidos, con 120 y 115 mil millones de euros, respectivamente,
en ese año. Los otros dos principales exportadores de productos agrícolas son Canadá y
Argentina, con valores en torno a los 30 mil millones de euros.
Sin embargo, de hecho Brasil, con una población equivalente a menos de la sexta parte de la
de China o de la India, es el primer exportador mundial de soja, cubriendo más de la mitad
del total mundial; es un importante exportador de maíz (3º.), de café verde (1º.); de trigo (9º.).
Por su parte China es el principal exportador mundial de ajo, de mijo, de papas. Otros países
BRICS, como Rusia e India, ocupan lugares principales en las exportaciones de trigo, cebada,
maíz, papas y frutas.
Debido al tamaño de su mercado interno y al crecimiento de la demanda de alimentos, en la
última década, debido al mejoramiento de los niveles de ingreso de su población, China es
largamente el primer importador mundial de soya, con compras por más de 52 millones de
toneladas en el 2011; Japón le sigue, con importaciones de casi 3 millones de toneladas.
China es igualmente un importante importador de trigo, cebada maíz, carne de cerdo.
Como se ha mostrado, los países BRICS son grandes productores de alimentos, así como
actores principales en el comercio mundial de alimentos; su importancia es muy marcada en
algunos rubros específicos, como los señalados en párrafos anteriores.
En tercer lugar, debido al tamaño de su población y a los antecedentes históricos de agudos
problemas alimentarios, con verdaderas hambrunas, que costaron millones de vidas,
particularmente en China e India, son muy sensibles ante las crisis alimentarias que se han
suscitado periódicamente y han generado políticas orientadas hacia la autosuficiencia, sobre
todo en granos, que es una base crucial para alimentar a su población. Esa meta está
incorporada en la planificación y en las políticas aplicadas por el gobierno chino,
reconociendo además la gran importancia política del “problema alimentario”16.
En consecuencia, para ganar legitimidad, el gobierno chino ha venido aplicando en las
últimas décadas, un conjunto de reformas en el campo, para asegurar el abastecimiento de
alimentos; sus resultados han sido espectaculares, logrando desde 1995 el auto
abastecimiento en granos y generando excedentes exportables luego. Esas tendencias se
mantuvieron y profundizaron en la década pasada.
16
Zha Daojiong y Zhang Hongzhou (2013): Food in China’s international relations; The Pacific Review,
November.
India por su parte, es un importante productor mundial de bienes agrícolas; de hecho fue
considerado como un ejemplo exitoso de la “revolución verde”; sin embargo, debe alimentar
a una enorme población, con rápidas tasas de crecimiento, por lo cual sigue presentando
elevados índices de pobreza y desnutrición, y es el único país de los BRICS, con niveles
comparables con los de los países menos desarrollados en esos indicadores. El bajo nivel de
infraestructura con que cuenta, las luchas entre fracciones partidarias y los elevados índices
de corrupción, generan bajos niveles de productividad y también altas tasas de desperdicio
de alimentos.
Rusia descuidó el desarrollo de su sector agropecuario en los años noventa, cuando perdió
rápidamente posiciones en la producción de cereales; sin embargo, en la primera década del
presente siglo las condiciones económicas y sobre todo crediticias han mejorado y se ha
recuperado el sector, si bien todavía debe importar algunos cereales, soya y carne.
En el caso del Brasil, su sector agrícola se ha modernizado y mecanizado, aumentó la
superficie con regadío, desde fines del siglo XX, registrando importantes incrementos de la
productividad e incluso cosechas récord a fines de la década pasada, principalmente de soja,
caña de azúcar, maíz y café. Esas dinámicas se han concentrado en las grandes propiedades,
pero se ha agudizado el problema de la tierra, por la ausencia de un programa serio de reforma
agraria, que enfrente la situación de amplios sectores de campesinos sin tierra y de la pequeña
producción campesina.
Cabe agregar que los países BRICS han mantenido incluso posiciones contrarias en
instancias multilaterales (India y Brasil defendieron posiciones diferentes, en las diversas
reuniones que intentaban destrabar la ronda de Doha, en el marco de la OMC. De hecho, al
menos en parte, esas posiciones diversas se explican por las diferencias en los compromisos
y en el tratamiento que reciben los países BRICS, en la OMC, debido a la fecha y condiciones
en que ingresaron al sistema, y, por ejemplo, la forma en que se miden los márgenes de que
disponen para apoyar a sus productores agrícolas17
La formación del grupo BRICS y el inicio de sus cumbres, se producen en medio de la crisis
alimentaria global, que se caracterizó por rápidas subidas de los precios de los principales
productos alimenticios, en 3 oleadas sucesivas, que fueron desde el 2006 hasta el 2011. Dicha
crisis, la primera de tal magnitud en el siglo XXI, era otra de las dimensiones de la crisis que
arrancó en los mercados financieros de los Estados Unidos, en el 2007 y se propagó al
conjunto de la economía mundial, provocando la gran recesión, la cual todavía no logra
superarse.
Esa crisis alimentaria mostraba características nuevas, en la medida en que se evidencian
claras vinculaciones de la producción y disponibilidad de alimentos, con el funcionamiento
17
Este tema es tratado detalladamente en: Brink Lars, Orden David and Datz Giselle (2013): BRIC Agricultural
Policies through a WTO Lens; Journal of Agricultural Economics, Vol. 64, No. 1.
de ciertos segmentos de los mercados financieros, con las orientaciones que surgen en el
campo energético, hacia los biocombustibles; y, con los efectos de los problemas del medio
ambiente y en particular con el cambio climático.
La extrema volatilidad de los precios de los alimentos, en el período mencionado, y las
dificultades para asegurar el acceso a los alimentos, en el mercado mundial, por la vía del
comercio exterior, pusieron en cuestionamiento ese pilar del régimen alimentario global en
las casi 4 décadas precedentes, generando inestabilidad política y diversas acciones de los
estados, tratando de restablecer y garantizar, a futuro, la seguridad alimentaria para su
población.
Las acciones de varios países, incluso de algunos BRICS, consistieron en bloquear sus
exportaciones de alimentos y priorizar el abastecimiento del mercado interno, con lo cual
tendieron a agudizar los problemas de oferta. La seguridad alimentaria se plantea entonces,
como un problema clave para gran parte de la población de los países menos desarrollados,
especialmente de África y de Asia, en las próximas décadas; pero también constituye una
amenaza para segmentos importantes de la población de algunos países de ingreso medio,
como los de América Latina.
Fue precisamente esa percepción y conciencia de la crisis alimentaria y de sus proyecciones
en el mediano y largo plazos, las que llevaron a los BRICS a incorporar el tema alimentario,
desde su primera cumbre en el 2009, con una declaración específica sobre la seguridad
alimentaria. En ella manifiestan su oposición frente al proteccionismo y la demanda de un
régimen comercial justo razonable para los productos agropecuarios; y, postulan el principio
de “responsabilidad conjunta pero diferenciada”, entre los países desarrollados y en
desarrollo, para enfrentar la seguridad alimentaria, y también el cambio climático, Destacan
también su interés en cooperar, compartiendo las prácticas más exitosas.
A marzo del 2010 se realizó la primera reunión de los ministros de agricultura de los países
BRICS, llegando a consensos en torno a: crear un sistema de información agrícola; generar
una estrategia que asegure al acceso a los alimentos para la población más vulnerable; reducir
los impactos del cambio climático en la seguridad alimentaria; y, fortalecer la cooperación e
innovación en tecnología agrícola. En el 2011 se reunió el grupo de trabajo de cooperación
agrícola de los BRICS y formuló el “Plan de Acción sobre Cooperación Agrícola de los
países BRICS”, para el período 2012-2016, que fue aprobado en la segunda reunión de los
ministros de agricultura.
Dicho plan establece un calendario anual de actividades y asigna a cada miembro, la
coordinación de los diferentes ámbito: así, China coordina el sistema de información
agrícola; Brasil lidera el tema de acceso a los alimentos para los sectores vulnerables;
Sudáfrica coordina el tema de reducir los efectos del cambio climático sobre la seguridad
alimentaria y la adaptación de la agricultura al cambio climático; en tanto que India coordina
el tema de fortalecer la cooperación en tecnología e innovación agrícola.
En cada uno de esos temas, se han presentado propuestas e iniciativas (modelos de base,
seminarios, talleres y otros eventos), que están en marcha o se desarrollarán en los próximos
años. La tercera reunión del grupo de trabajo sobre cooperación agrícola se realizó en agosto
del 2013, e hizo el seguimiento de los temas antes acordados.
Vale destacar que los diferentes temas identificados en el plan de acción de los BRICS y las
acciones en análisis no se ocupan exclusivamente de los intereses estrechos de sus miembros,
sino que abordan tales problemas desde las perspectivas de los países en desarrollo,
enfatizando su preocupación por los problemas de hambre en ciertas regiones del África, en
particular en el denominado Cuerno del África. En consecuencia han propuesto una
asociación entre los BRICS y el África, para promover una producción agrícola y alimenticia
sostenible, que le permita alimentarse a sí misma y al mundo.
Así se comprende el activismo desarrollado por China y Brasil en el continente africano,
impulsando múltiples programas de cooperación y proyectos de inversión y de capacitación,
no sólo en temas agrícolas.
Entre dichos programas se han incluido compras y arrendamiento de tierras, que han sido
consideradas como parte del “acaparamiento de tierras (land grabbing), mediante el cual
China y otros países árabes, fundamentalmente, han buscado asegurarse un abastecimiento
de alimentos para el futuro, en detrimento de los intereses de las poblaciones de los países
africanos. Brasil ha impulsado en el África los programas para reducir el hambre, a partir de
su exitosa experiencia con el plan Hambre Cero, que según algunos lo convirtió en el
“campeón mundial de la lucha contra el hambre”.
En términos más conceptuales y de carácter más general, los análisis más neorrealistas,
destacan que el grado de cooperación alcanzado entre los BRICS, hasta el momento, rebasa
ya los niveles que podían esperarse, entre estados que finalmente compiten entre sí por el
poder. Alguno destaca fundamentalmente, recordando a Robert Gilpin, el hecho de que los
BRICS están impulsando cambios en el sistema internacional y no cambios de un sistema
internacional; en consecuencia sólo implicarían negociaciones y acomodos, dentro del orden
existente18
Conclusiones.Es indudable que los BRICS son actores relevantes en la economía y la política global y
juegan un papel fundamental en los temas agro alimentarios, tanto por representar más del
18
Glosny Michael A. (2010): China and the BRICs: A Real (but limited) Partnership in a Unipolar World; en
Polity, Volume 42, Number 1
40% de la población del mundo, como por ser importantes productores, exportadores e
importadores de alimentos.
Las formas en que perciben su posicionamiento en el sistema agroalimentario y las políticas
necesarias para garantizar no sólo la seguridad, sino incluso la soberanía alimentaria, o la
autosuficiencia, no sólo por razones económicas, sino fundamentalmente de orden
geopolítico u de seguridad, inciden decisivamente en los flujos de comercio alimentario a
nivel global y en los precios de los alimentos. Las formas en que decidan incrementar su
productividad agrícola, para responder a la creciente demanda de su población, incidirán en
forma determinante en la dinámica del calentamiento global.
Las definiciones de su papel en la ayuda oficial al desarrollo y de las lógicas de su presencia
en el África, a través de corrientes de inversión, comercio y cooperación, especialmente en
los temas agro alimentarios, tendrán efectos de largo plazo sobre las perspectivas de dichos
países.
El papel que entre a jugar en Nuevo Banco del Desarrollo, en su relación con otros países en
desarrollo, será decisivo para delinear su incidencia en los cambios en el sistema
internacional, que permitan enfrentar el flagelo del hambre y la desnutrición, pero no parece
orientado, al menos por el momento, a provocar un cambio del sistema de poder.