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GOSHO PARA DIALOGAR
Cambiar nuestra
actitud interior
Mi mayor preocupación, ahora, es la enfermedad que
usted padece. (…)Cuídese y no agobie su alma con
aflicciones. (…)Sin embargo, cuando pensamos que, sin
falta, llegaremos a ser budas, ya no hay nada más que
lamentar.
Escritos de Nichiren Daishonin, págs. 688-689.
Nichiren Daishonin alienta con bondad a la monja Laica Toki, que estaba luchando contra su propia enfermedad desde hacía un año.
El corazón humano es sensible,
multífacético y diverso; posee la
capacidad de lograr hazañas inconcebibles. Pero por esa misma razón,
a menudo también experimenta
grandes padecimientos y tormentos. Del mismo modo, el corazón
humano puede verse atrapado en
una interminable espiral negativa y
descendente. ¿Transmigrará nuestra vida para siempre en los caminos del mal o lograremos inclinarla
hacia la órbita del bien?
Cuando recitamos Nam-myoho-rengue-kyo, estamos proclamando el
nombre de nuestra naturaleza de
Buda y de la naturaleza de Buda
ajena, y haciéndola aflorar. Cuando
nuestra fe se impone a la duda o a
la ilusión, despertamos el poder de
nuestra naturaleza de Buda inherente mediante la vibración sonora de
nuestro daimoku y espontáneamente se manifiesta en nuestra vida.
En El logro de la Budeidad en esta
existencia, el Daishonin explica
cabalmente que nadie puede manifestar la iluminación sin emprender
un profundo cambio en su propia
vida; es decir, sin transformar su disposición espiritual y su mente. Dice:
(...) “Por lo tanto, cuando entone
myo-ho y recite rengue, debe hacer
surgir la profunda convicción de que
Myoho-rengue-kyo es su propia
vida.”1
“Haga surgir una profunda fe y lustre su espejo día y noche, con ahínco y esmero.¿De que manera lustrarlo? Tan sólo entonando Nammyoho-rengue-kyo.”2
El Daishonin explica que la clave
para recitar el daimoku es armarnos
de una fe profunda, y declara que
cuando lo hacemos, podemos pulir
y perfeccionar nuestra vida, y manifestar un estado iluminado.
El Daishonin dice que el daimoku de
Nam-myoho-rengue-kyo que él recita por la felicidad de sí mismo y de
sus semejantes, enfocado en el
logro del Kosen-rufu “disipa las
nubes de la ignorancia”.5 Vemos así
que el daimoku tiene el poder innegable de disipar la oscuridad. Cuando recitamos Nam-myoho-renguekyo, el sol del estado de Budeidad
irrumpe en nuestro corazón. Y se dispersan la ignorancia y la ilusión, que
hasta ese momento envolvían el sol
como un pesado manto de nubes.
Nuestra vida o nuestra mente, a
cada instante, abarcan todos los
fenómenos y los impregnan. Esto
podría describirse como un estado
de vida inseparable del universo.
Recitar Nam-myoho-rengue-kyo es
fusionarnos con la Ley mística. Es
una práctica budista que integra
nuestra vida con la Ley mística.
A la vez, el Daishonin advierte que
si buscamos la Ley mística fuera de
nosotros mismos, por mucho daimoku que recitemos, no podremos
lograr la iluminación; por el contra-
Recitar Nam-myoho-rengue-kyo con
espíritu de búsqueda en la fe es la
esencia de la práctica establecida y
propagada por Nichiren Daishonin.
“Lo importante es el corazón”6, nos
1) Los escritos de Nichiren Daishonin, pág. 3
2) LEDND, pág. 4
3) LEDND, pág. 4
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rio, nuestra práctica budista sólo se
convertirá en “una dolorosa e interminable austeridad”3. Lo dice claramente: “Sin embargo, aunque
usted recite Nam-myoho-renguekyo y crea en él, si piensa que la Ley
está fuera de usted, no está abrazando la Ley mística, sino una enseñanza inferior”.4
4) LEDND, pág. 3
5) Gosho Zenshu. Pág. 414
Cambiar nuestra actitud interior
asegura. Por lo tanto, con respecto
a la práctica del daimoku, lo fundamental es hacer surgir una fe valiente para vencer la ilusión, sin dejarnos derrotar por los tres obstáculos
y los cuatro demonios.
El Daishonin cita un pasaje de un
comentario de la escuela T’ien-t’ai
que dice: “Sin percibir la naturaleza
de su propia vida, uno no puede
erradicar sus graves faltas”7. Si no
comprendemos este punto, nos
advierte el Daishonin, todas las
prácticas externas y buenas acciones que hagamos para obtener la
iluminación terminarán pareciéndonos una “austeridad dolorosa e
interminable”8 .
Buscar la Ley mística en algún lugar
externo o separado de nosotros
equivale, de manera profunda, a
evadir la responsabilidad de nuestra
propia vida.
Practicar el budismo del Daishonin
significa no dejarnos arrastrar por
las ideas cambiantes, no ser
influenciables, construir una identidad sólida y resuelta, alta como el
monte Fuji. Pero si descuidamos
este esfuerzo y depositamos nuestra expectativa en otro lado, antes
de que nos demos cuenta terminaremos adoptando creencias que
nos harán buscar le Ley afuera.
Por ejemplo, si recitamos daimoku
pero siempre culpando a otras personas o a nuestro medio ambiente
de lo que nos toca vivir, estamos
eludiendo el desafío de enfrentar
nuestra propia ignorancia u oscuridad. De este modo, estamos buscando la iluminación fuera de nosotros mismos. Uno comienza a mejorar su situación y a ver cambios
cuando se desafía a sí mismo en un
nivel más profundo. La oración es la
fuerza motriz de ese cambio.
6) LEDND, pág. 1045
Si nuestra postura de fe es tibia y a
medias, no podremos cambiar
nuestra actitud interior ni modificar
nuestra vida de raíz.
La queja y los reproches son las
principales puertas por donde se filtran la duda generalizada y la incredulidad. Pero muchas veces, aun
sabiendo que este proceder es erróneo, uno se encuentra haciéndolo
igual. Cuando las quejas y los reproches se vuelven costumbre, actúan
como un freno constante a nuestro
crecimiento y nos llevan a poner en
segundo plano nuestra autosuperación y nuestro avance personal.
Cuando eso ocurre, es como si
pusiéramos una tapa que bloquea
nuestro potencial; en tal caso terminamos cayendo en el camino de
buscar la Ley fuera de nosotros. Es
cierto que cuesta mucho esfuerzo
dejar de quejarnos y de lanzar reproches, pero la Ley mística nos proporciona la sabiduría para controlar
estas tendencias y usarlas como
trampolín para llegar a un crecimiento y un desarrollo positivos.
Nuestra realidad cotidiana está plagada de problemas, uno tras otro.
Pero, con la firme conciencia de que
nuestra vida es Myoho-rengue-kyo,
debemos enfrentar cada desafío con
audacia y de manera frontal, seguros
de que podremos superar cualquier
adversidad y ser felices sin falta.
Cuando mantenemos una profunda
fe, basados en la conciencia de que
“¡Soy Myoho-rengue-kyo!”, podemos abordar cualquier problema con
valentía. La clave para triunfar en la
vida yace en la medida en que hagamos surgir nuestro coraje. No una
tímida afirmación a medias, sino un
desafío de arrojo contundente. ¡Eso
es lo que necesitamos!
El budismo de Nichiren Daishonin
parte de comprender que cada persona posee en si misma el estado de
vida noble y supremo de la Budeidad.
Es una enseñanza que nos permite
efectuar la transformación interior
fundamental. Por eso, el Daishonin
recalca la importancia de nuestra actitud o determinación interior.
Material de referencia:
Los escritos de Nichiren
Daishonin
El Logro de la Budeidad en
esta Existencia. Daisaku Ikeda
7) LEDND, pág. 3
8) LEDND, pág. 4
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