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ESTA SEMANA …
 Lunes 16 junio :
- 19h - 20h : Acogida de Caritas Parroquial.
 Martes 17 junio
- 18h30 :Lectura orante de la Palabra de Dios (última reunión).
- 19h -20h : Acogida de Caritas parroquial.
 Jueves 19 junio :
- 18h30 : Reunión de Caritas parroquial.
 22-28 junio : Octavario XIV Semana del Corazón de
Jesús, con el lema “En su corazón abierto”.
-
-
Viernes 20 de Junio:
 19.30 Comienzo del Octavario del Corazón de Jesús. Preside
Vicente Vara Sanz, Pbro, Rector de la Basílica.
Sábado 21 de Junio:
 19.30 : Octavario de la Solemnidad. Preside Mateo Marcos
Moro, Pbro.
 20h30 : Concierto con el nuevo órgano, por Daniel
Oryazábal, Pbro.
Domingo 22 de Junio:
 19.30 : Octavario de la Solemnidad. Preside la Eucaristía
Eduardo Vadillo Romero, pbro.
 20h30 : Acto inaugural de Mons. Ricardo Blázquez Pérez,
Arzobispo de Valladolid.
Ponencia : “Fundamentos dogmaticos de la espiritualidad del
Corazón de Jesús”, D. Eduardo Vadillo Romero, Pbro.
Catedrático de teología dogmática del instituto teológico San
Ildefonso.
 Próximo domingo :
Fiesta del Corpus,
día del amor fraterno
Lema : Construyendo espacios de esperanza
Colecta extraordinaria a favor de Caritas.
FECHA A RETENER
 Sábado 28 junio : Fiesta del Inmaculado Corazón de María,
con preparación, durante la semana en la Eucaristía de las 20h.
Fiesta de la Trinidad
Después de la fiesta de Pentecostés, la Iglesia nos invita a celebrar el gran
misterio de Trinidad : Dios en tres personas : Padre, Hijo y Espíritu Santo. Algo
imposible para nuestra razón, pero gracias a la fe y a la revelación podemos
aproximarnos y sobre todo vivir nuestra vida cristiana en esta perspectiva de la
trinidad : amor, familiaridad, entrega, misión…
Lo nuestro es secundar la acción del Padre que trabaja en todo ser humano.
La semilla plantada por el Padre en el corazón de cada persona y que El sigue
cuidando. Habrá que poner las condiciones favorables para que
esa semilla no quede oculta, ignorada, y pedir la sabiduría del
buen cultivador, del paciente labrador. Pero desde la convicción
de que el hombre es capax Dei (capaz de Dios), que lleva
inscrita en la entraña el anhelo de la comunión con la
divinidad.
Otro referente del misterio es el Hijo: Jesús es el rostro
concreto del ser humano en su autenticidad y en su grandeza,
la persona humana más lograda. En El se pone en claro lo que somos y lo que
Dios quiere para cada uno, porque Jesús
- es el "hombre perfecto" (cf. GS 22). Por eso, el que lo sigue se perfecciona cada
vez más en su propia dignidad humana (cf. GS 41).
- Jesús es la traducción humana del modo de ser y de actuar de Dios. Pensó,
vivió y actuó como ser humano.
Y nosotros podemos colaborar en la obra de Dios desde la honda convicción
de que todo lo verdaderamente humano y lo mejor de los seres humanos conecta
con el Evangelio de Jesucristo, que además lo plenifica (cf. Mt 5,17).
Por otra parte, el aliado principal, incondicional, es el Espíritu Santo.
- El Espíritu nos precede y está trabajando en el corazón de las personas, en las
culturas, en los movimientos sociales, en las venas de la historia...
- El Espíritu es el que prepara los corazones, el que los dispone para acoger
la Buena Nueva.
- El Espíritu es quien convierte, quien da los diferentes dones para servicio del
bien común.
Tratemos de vivir desde esta perspectiva. No entenderemos nada, pero, sin
duda, avanzaremos en nuestra vida cristiana.
P. Sindo.
JORNADA PRO ORANTIBUS
Evangelizamos orando
El domingo, 15 de junio, celebramos la «Solemnidad de la Santísima e indivisa
Trinidad, en la que confesamos y veneramos al único Dios en la Trinidad de
personas, y la Trinidad de personas en la unidad de Dios» (elog. del
Martirologio Romano). En esa solemnidad celebramos
también la Jornada Pro Orantibus. Es una Jornada
dedicada a orar por las personas consagradas
contemplativas y, a la vez, una ocasión para dar gracias a
Dios por esta forma de consagración, para expresar nuestra estima y para dar a conocer esta vocación
específicamente contemplativa tan necesaria y hermosa en la Iglesia y para
la vida del mundo.
El lema de este año 2014 es: «Evangelizamos orando». Está en sintonía
con el impulso evangelizador del papa Francisco en la exhortación
apostólica Evangelii gaudium y remite a lo esencial de la vida contemplativa que es la oración. Este lema nos sirve también de preparación para
el V Centenario del nacimiento de santa Teresa de Jesús, monja
contemplativa y mujer renovadora y misionera.
Los monjes y monjas contemplativos evangelizan con lo que “son”, más que
con lo que “hacen”. Su propia vocación y consagración son de manera especial
testimonio de fe e instrumento de evangelización. Lo más esencial de la
evangelización de los contemplativos es mostrar a los demás la belleza de la
oración. Las personas consagradas contemplativas nos ayudan a experimentar el
misterio insondable de Dios, que es amor. Lo hacen consagrando sus vidas a
Dios Padre, unidas a la acción de gracias del Hijo Jesucristo y colaborando en la
acción santificadora del Espíritu Santo.
La Iglesia insiste hoy en la evangelización en esta nueva etapa de la historia y
la vida monástica contemplativa es evangelizadora desde su esencia y misión.
He aquí algunas razones.
La vida contemplativa es una existencia profética. Si un monasterio es fiel al
Espíritu Santo plantea constantemente a los hombres
interrogantes profundos sobre el sentido de la vida, la esperanza, el amor, el
sufrimiento y la alegría, el tiempo y la eternidad. La vida ordinaria y alegre de
una comunidad monástica provoca preguntas y ofrece respuestas a las
necesidades más profundas del corazón humano.
2. El anuncio del Evangelio exige profundidad contemplativa. No hay anuncio
eficaz del Evangelio que no nazca de la fecundidad del desierto de la oración.
Desierto, en hebreo (Mit-Bar), es el lugar de la Palabra. Tenemos hoy más que
nunca necesidad de la Palabra de Dios. El silencio es vacío si adentro no resuena
la Palabra de Dios. La soledad es estéril y nociva, si es pura evasión o encuentro
con nosotros mismos. Es necesario encontrarse a solas con Dios, que nos
ilumina y transforma para convertirnos en discípulos misioneros. Hace falta
encontrarse con el Señor en el silencio de la oración lejos de los “espejismos” de
la ciudad, que nos llena de ruido y de prisas. Lo exige la urgencia de nuestra renovación interior y de la conversión pastoral, a la que nos llama el papa
Francisco.
El papa Benedicto XVI, en el encuentro organizado por el Pontificio Consejo
para la Nueva Evangelización, Nuevos Evangelizadores para la Nueva
Evangelización, dirigiéndose a los participantes, les decía que «el mundo de
hoy necesita personas que hablen a Dios para poder hablar de Dios […].
Solo a través de hombres y mujeres modelados por la presencia de Dios, la
Palabra de Dios continuará su camino en el mundo dando sus frutos»
(16.X.2011).
La vida consagrada contemplativa sirve a la causa del Evangelio. San Juan
Pablo II en su exhortación apostólica Vita consecrata escribe sobre la
aportación específica de la vida consagrada a la evangelización. Lo que
afirma de la vida consagrada en general sirve también para la vida
consagrada contemplativa en particular: «La aportación específica que los
consagrados y consagradas ofrecen a la evangelización está, ante todo, en el
testimonio de una vida totalmente entregada a Dios y a los hermanos, a imitación del Salvador que, por amor del hombre, se hizo siervo. En la obra de la
salvación, en efecto, todo proviene de la participación en el ágape divino. Las
personas consagradas hacen visible, en su consagración y total entrega, la
presencia amorosa y salvadora de Cristo, el consagrado del Padre, enviado en
misión. Ellas, dejándose conquistar por Él (cf. Flp 3, 12), se disponen para convertirse, en cierto modo, en una prolongación de su humanidad. La vida
consagrada es una prueba elocuente de que, cuanto más se vive de Cristo, tanto
mejor se le puede servir en los demás, llegando hasta
las avanzadillas de la misión y aceptando los mayores
riesgos» (Vita consecrata, n. 76).
En la Jornada Pro Orantibus damos gracias Dios por
el don de la vida consagrada contemplativa, que tanto
embellece el rostro de Cristo, que resplandece en su
Iglesia, y pedimos por las vocaciones a esta forma de
vida consagrada.
✠ Vicente Jiménez Zamora. Obispo de Santander
Presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada