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TONGLEN By Roshi Joan Halifax From the book BWD and the four boundless abodes booklet -Traducción: Santiago Avilés Lee- Para comenzar tu práctica, ubícate cómodamente en una silla, una butaca o un cojín en el suelo, o incluso acostado de manera que te encuentres relajado y cómodo. Cierra tus ojos suavemente y deja que tu cuerpo y mente estén tranquilos. Es importante que te sientas relajado y abierto. Antes de dar inicio, para prepararte, puedes repetir en silencio la siguiente afirmación: "Habiendo reconocido la futilidad de mi egoísmo y el gran beneficio de amar a los demás , pueda yo traer a todos los seres, a la alegría. Pueda yo dirigir todas mis virtudes y felicidad a los otros, a través de la fortaleza de mi práctica y pueda yo, recibir el sufrimiento, los obstáculos y las dificultades de todos los seres, en todos los reinos" Haz conciencia de tu respiración. Permanece atento en la inhalación a cualquier cosa que sea que estés sintiendo en este momento: temor, agitación, enojo y resistencia y acepta todo ello. Al exhalar, exhala bienestar. Limpia tu mente al hacer conciencia de aquello que te está generando agitación, inhálalo y acéptalo con bondad. En la exhalación acepta lo que sea que está presente para ti, en este momento. Simplemente, dándole el espacio para ser. Continúa con esta práctica de respiración hasta que estés calmado y alerta. Habiendo logrado la calma interior, continúa estableciendo un ritmo de respiración. En la inhalación, imagina que estás inhalando aire pesado caliente. En la exhalación, imagina que estás exhalando aire frío y ligero. Continúa con este patrón. Inhalando pesadez. Exhalando liviandad, hasta que esto se vuelva familiar para ti. La pesadez es sufrimiento, la liviandad es bienestar. Ahora, imagina que estás inhalando por cada poro de tu cuerpo. En la inhalación penetra aire pesado, caliente, en cada poro. En la exhalación, por cada poro, sale aire ligero y frío. Ahora, visualiza una "coraza" metálica alrededor de tu corazón. Esta coraza significa todo aquello acerca de ti que es difícil de aceptar la auto-importancia, el egoísmo, la autoestima sobredimensionada, la auto-lástima. Esta es la faja, la banda, de temor que endurece tu corazón. Esta práctica, te invita a que disuelvas esta coraza y abras tu corazón a su cálido estado natural de no juzgar, de calidez, de bondad, de inmensidad y amplitud. Esto lo logras cuando en la inhalación visualizas cómo la coraza de metal se rompe en el momento que la inhalación del sufrimiento le toca. Cuando el corazón se abre, el aire caliente y pesado se dispersa en el vasto espacio lo que surge es misericordia natural. Es esta cualidad de un corazón desprotegido, la que te permite estar con el sufrimiento, y al mismo tiempo mirar lo que subyace por debajo de él. La razón de hacer esto es que tu estás sufriendo, que otros están sufriendo y que tu deseas con todo tu corazón, que todos los seres se liberen del sufrimiento. Este deseo debe ser especifico, personal y sincero. Puede ayudar si nos sintonizamos con un ser o un evento que nos evoque este deseo. Un recuerdo de este estilo ayuda a abrir el corazón al realizar la práctica. Trae a tu mente la imagen de un ser especial para ti, vivo o muerto. Alguien por quien sientas una profunda conexión. Tu padre o madre, un hijo, tus abuelos, un amigo querido, tu maestro amado, incluso una mascota, alguien que esté sufriendo. Alguien por quien harías cualquier cosa por ayudarle, si está sufriendo. Permanece con este ser o persona y siente lo que ella está sintiendo. Permite que todo tu ser se vuelque hacia su sufrimiento, con el deseo de que éste sea aliviado. Date cuenta de cuán vulnerable es este ser o esta persona. Como una madre que haría cualquier cosa por su hijo, tu harías cualquier cosa por ayudar a tu amigo, a tu ser querido. Visualiza el sufrimiento de tu ser querido como si fuera un humo poluto y caliente, inhálalo en todo tu cuerpo. En el momento en que la inhalación del sufrimiento toca la coraza de metal, egoísta, de alrededor del corazón, la coraza se rompe y el corazón se abre al sufrimiento. El humo caliente, instantáneamente se esfuma en el gran espacio de tu corazón y desde este espacio, espontáneamente, surge una exhalación de misericordia y sanación. Envía un profundo aliento de aire sanador, frío, ligero y amplio a tu ser querido. Deja que la exhalación fluya por cada poro de tu cuerpo. Permite que el sufrimiento de tu ser querido te recuerde los muchos otros que están también sufriendo de la misma manera. Este ser querido es tu conexión con ellos. Inhala el sufrimiento. Deja que se abra tu corazón. Envíale sanación a esta persona con tu exhalación. Ahora, para traer esta práctica a tu propia vida, recuerda un momento en el que atravesaste por una situación difícil. Puede que aún persistas sintiéndote apegado a la energía de esta dificultad. Puedes haberte sentido herido, enojado, deprimido, furioso, indignado o atemorizado. Recuerda este momento lo más vívidamente posible. Inhálalo como un humo poluto, caliente y pesado. Deja ir cualquier sensación de culpa, suelta cualquier objeto de culpa. No te involucres en la historia, en tu historia. En su lugar, inhala este crudo sentimiento como si fuera el humo caliente del sufrimiento. Tómalo por cada poro de tu cuerpo. Apodérate completamente de su crudeza y calor. Realizar esta práctica requiere de gran coraje. Puede que te encuentras resistiéndote a inhalar el sufrimiento. Si es así, puedes inhalar incluso tu resistencia, como un humo pesado y caliente. Puedes inhalar alienación, lástima, aburrimiento, arrogancia, confusión, dolor, apego, cualquiera que sea el sabor que tome el momento de tu sufrimiento, deja que la coraza del ego se disuelva para mostrar tu basto y amplio corazón. Exhala estos sentimientos de amplitud, apertura, bondad y rendición, que surgen. Baña en ti estas cualidades en forma de lluvia de luz fresca y saludable. Airear tu sufrimiento, amenaza al ego. Ese pequeño y endurecido ser, que habitualmente se apega al enojo, a la culpa o a la vergüenza, como forma de fortificar su ilusión de solidez y separatividad. Esto abrirá tu corazón a tu ser más grande. No analices lo que estás haciendo. No trates siquiera de entenderlo. Tampoco lo justifiques. Tan sólo realiza la práctica. Inhala el humo caliente de tu sufrimiento y exhala un espacio solidario y empático. En la medida que inhalas este sufrimiento, casi como brea, aprópiate de él. Luego exhala claridad, liberación, alivio y bondad. Ahora, toma en cuenta que en este preciso momento, muchos otros están experimentando tu mismo tipo de miseria; enojo por ejemplo, los detalles de su distrés no son importantes. El punto es que nos conectemos con la verdad de que otros están sufriendo, al igual que tu estás sufriendo. Sintiendo tu distrés y el distrés de los otros, inhalándolos por los demás y por ti mismo. Esto no aumentara tu sufrimiento. En cambio, esto abrirá tu corazón a la verdad de que otros están sufriendo al igual que tu. Te dará la oportunidad de conectarte con ellos. Deja que esta conexión abra tu empatía hacia ti mismo y hacia los demás y al exhalar claridad y bondad, que tu respiración se dirija a todos aquellos que sufren como tu. Disuelve ahora tu visualización y continua con la práctica. Inhala el sufrimiento universal, tu sufrimiento y el sufrimiento de todos los seres, como un humo pesado y caliente. La coraza alrededor de tu corazón se disuelve y tu gran corazón aparece, mientras el humo del sufrimiento, se dispersa en su vasto espacio. A través de cada poro de tu cuerpo, exhala bondad y sanación en la forma de una respiración fresca y liviana. Ahora, haz conciencia de tu padre, de tu madre o de una figura materna o paterna, viva o muerta, con la que hayas tenido la mayor de las dificultades. Manteniendo el ritmo de inhalar humo pesado y caliente y exhalar aire fresco y ligero, toma en cuenta cómo esta persona y tu han sufrido. Por un momento imagina que miras a los ojos de este padre o madre. Puede ayudarte el mirar una fotografía mental. Date cuenta si esto es difícil para ti, observa el deterioro de su rostro, quizás su vida ha estado llena de desilusión y frustración, de pronto está persona estaba temerosa, de pronto estaba adormecida. Mira si puedes entrar en contacto con las dificultades que esta persona ha tenido, imagina cómo las cosas han podido haber sido diferentes para ella, imagina como ella pudo haberte brindado amor, de forma tal que te hubiese nutrido. Imagina a tu padre o a tu madre como un niño una niña de tres o cuatro años de edad. Quizás recuerdes una fotografía de esta cara, mira esta cara sin deterioro alguno. Mírale sin sufrimiento. Si es difícil para ti ver a tu padre o a tu madre de esta manera, toma nota de la resistencia, exhala aceptación y amplitud. Al practicar de esta manera es posible que sientas desilusión, enojo o roto tu corazón, permítete sentir lo que sea que surja, inhala profundamente en tu abdomen y decide transformar tu alineación con el fin de ayudar a otros y ayudarte a ti mismo a liberarse y a liberarte del sufrimiento. Inhala tu sufrimiento como un pesado, poluto y caliente, en el instante en que la inhalación del sufrimiento toca la coraza egoísta de metal alrededor de tu corazón, la coraza se disuelve y tu corazón puede abrirse a tu propio sufrimiento. El humo caliente del sufrimiento se dispersa instantáneamente en tu corazón y desde este espacio surge espontáneamente una exhalación de misericordia. Envíate un aliento profundo, fresco y sanador a ti mismo. Que esta exhalación fluya a través de cada poro de tu cuerpo. Reconsidera ahora a tu padre o madre que visualizaste. Le viste como un niño o una niña, ahora mírale en la forma que le recuerdas por última vez, inhala el humo caliente y pesado de su sufrimiento, que disuelva la coraza alrededor de tu corazón, de forma que tu corazón pueda absorber y transformar el sufrimiento. En tu exhalación, envía toda tu fortaleza, entendimiento,cariño y amor, a tu padre, a tu madre. Ahora, deja ir la visualización de tu padre o madre y mantén estable tu ritmo de respiración. Inhalando humo pesado y caliente, humo que se disuelve completamente en la vastedad de tu corazón. Y por cada poro de tu cuerpo, exhala un aliento fresco y sanador, envíalo a todo el mundo. Ahora, imagínate que estás sentado con alguien que está muriendo. Mira a esta persona tan claramente como puedas. Estás sentado silenciosa y pacíficamente a su lado,siguiendo su respiración. Te das cuenta que esa persona está sufriendo. Prácticamente puedes sentir su dolor. Visualiza la coraza de temor alrededor de tu corazón, esa membrana rígida que utilizas para defenderte del mundo. Inhala, a través de cada poro su dolor, como si fuera un humo sucio, caliente y pesado. Deja que tu corazón se abra a su dolor. Ahora libera el dolor completamente, en la medida que exhalas bondad, dándole a esta persona todo lo bueno que has conocido en tu vida. Ahora, imagina que esta persona que está muriendo, eres tu.Mírate a ti mismo en la cama de un hospital, tu cuerpo se siente cansado y pesado. Puedes incluso estar temeroso. Inhala el miedo como humo caliente. Deja que disuelva la rigidez de alrededor del corazón. Siente cómo se abre tu corazón a su grandeza natural. Ahora, deja ir tu respiración completamente, a medida que envías al mundo todo el bien de tu corazón. Imagina que este es el momento de tu muerte. Deja que tu corazón esté completamente relajado y abierto como una flor, mientras tu dejas ir tu última respiración, dedicando el gran mérito de tu vida a todos los seres, en todas partes. Termina tu visualización y deja descansar tu cuerpo y mente, en apertura y gratitud. Por último, dedica el mérito que se haya derivado de la presente práctica, a todos los seres que sufren en todas partes, (Includes numerals 1 and 2 only, the 3rd,4th and 5th ones"practicing tonglen with another" "sending and receiving in a group and "mercy..." Are not included)