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Transcript
¿Cuáles son los efectos
de la marihuana en el
rendimiento escolar, en el
trabajo y en la vida social?
Vaya a la pagina 7.
Nota de la directora
Para cuando se hayan graduado de
la secundaria, alrededor del 46 por
ciento de los adolescentes ya habrán
probado la marihuana.1 A pesar de
que el uso actual en los adolescentes
americanos ha disminuido dramáticamente en la última década (a una
prevalencia de alrededor del 15 por
ciento en el 2011), esta tendencia a
la baja se ha estancado durante los
últimos años.2 Estos datos provienen del Estudio de Observación del
Futuro (MTF, por sus siglas en inglés),
que ha seguido el consumo de drogas
por adolescentes desde 1975. No
obstante, la Organización Mundial
de la Salud indica que los Estados
Unidos tiene la mayor prevalencia
de consumo de marihuana entre 17
países europeos y norteamericanos.
Además, todos los días hay usuarios
nuevos. Se calcula que en el 2010
hubo 2.4 millones de americanos que
usaron marihuana por primera vez
en su vida, y más de la mitad de ellos
eran menores de 18 años de edad.1
El consumo de la marihuana puede
producir efectos adversos físicos,
mentales, emocionales y conductuales. Puede deteriorar la memoria
a corto plazo y el juicio, además de
distorsionar la percepción. Dado que
la marihuana afecta los sistemas del
cerebro que no terminan de madurar
sino hasta la adultez temprana, su
consumo por adolescentes puede
tener un impacto negativo en su
desarrollo. Además, contrario a
la creencia popular, la marihuana
puede ser adictiva.
Esperamos que este reporte de investigación contribuya a que los lectores
estén más conscientes de los conocimientos actuales del abuso de la
marihuana y sus efectos nocivos.
Nora D. Volkow, M.D.
Directora
Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas
Serie de Reportes de Investigación
Abuso de la
marihuana
¿Qué es la
marihuana?
L
a marihuana es una mezcla gris verdosa de hojas, tallos, semillas
y flores secas y picadas de la planta de cáñamo, Cannabis
sativa. A menudo se le conoce como “hierba”, “yerba”, “mota”,
“mafú”, “pasto”, “maría”, “monte”, “moy” y “café” en español o “pot”,
“grass”, “reefer”, “weed”, “herb”, “Mary Jane” o “MJ” en inglés. La
mayoría de los usuarios fuman marihuana en cigarrillos hechos a
mano llamados “porros” o “canutos” (que se conocen en inglés como
“joints”, entre otros nombres). Algunos usuarios usan pipas o pipas de
agua llamadas “bongs”. Los cigarros o puros de marihuana o “blunts”
también son populares. Para hacer los “blunts”, los usuarios cortan los
cigarros, sacan parte del tabaco y mezclan el resto con la marihuana.3
La marihuana también se utiliza para hacer una infusión de té y a veces
se mezcla en los alimentos.
Continúa en la siguiente página
Departamento de
de Salud
Salud y
y Servicios
Servicios Humanos
Humanos de
de los
los Estados
Estados Unidos
Unidos || Institutos
Institutos Nacionales
Nacionales de
de la
la Salud
Salud
Departamento
Serie de Reportes de Investigación
¿Cuál es el alcance
del consumo de
la marihuana en los
Estados Unidos?
2
Tendencias a largo plazo en el uso anual* de
marihuana por estudiantes de 8°, 10° y 12° grado
40
12º grado
35
Porcentaje
De acuerdo con la Encuesta Nacional
sobre el Uso de Drogas y la Salud
del 2010 (NSDUH, por sus siglas en
inglés), la marihuana es la droga ilícita de consumo más difundido en el
país (17.4 millones de personas la usaron en el mes anterior a la encuesta).1
Ese año, el 76.8 por ciento de las
personas encuestadas reportaron
ser usuarios actuales (que se define
como aquellos que han usado la droga
por lo menos una vez en los 30 días
anteriores de haber participado en
la encuesta), y en el caso del 60.1 por
ciento de ellos, la marihuana era la
única droga que habían consumido.1
El consumo de la marihuana está
muy difundido entre los adolescentes
y los adultos jóvenes. El Estudio de
Observación del Futuro, una encuesta
anual sobre el consumo de drogas y
las actitudes relacionadas a éste de
los estudiantes de la escuela media
y secundaria de los Estados Unidos,
reporta que en la última década se ha
visto una disminución en la mayo-
Abuso de
la marihuana
30
10º grado
25
20
15
10
8º grado
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
2010 2011
* Uso en los 12 meses anteriores a la encuesta
Fuente: Universidad de Michigan. Estudio de Observación del Futuro del 2011.
ría de las categorías utilizadas para
medir el consumo de marihuana en
los estudiantes de 8º, 10º y 12º grado.
Sin embargo, conjuntamente con un
cambio en la actitud sobre los riesgos
asociados a la marihuana, esta disminución en el consumo se ha desacelerado o incluso frenado casi por completo
en los últimos años. Por ejemplo, en el
2011, el 12.5 por ciento de los estudiantes de 8º grado reportaron haber usado
la marihuana en el año anterior a la
encuesta y el 7.2 por ciento indicaron
ser usuarios actuales. El 28.8 por
ciento de los estudiantes de 10º grado
habían consumido marihuana en el
año anterior a la encuesta y el 17.6 por
ciento de ellos informaron ser usuarios
actuales. Las tasas de uso entre los
estudiantes de 12º grado eran aún más
altas: el 36.4 por ciento de ellos habían
usado la marihuana en el año anterior
a la encuesta y el 22.6 por ciento reportaron ser usuarios actuales.2
La Red de Alerta sobre el Abuso
de Drogas (DAWN, por sus siglas en
inglés), un sistema de monitoreo del
impacto de las drogas en la salud,
calcula que en el 2009 la marihuana
fue un factor contribuyente en más de
NIDA Serie de Reportes de Investigación
376,000 visitas a las salas de emergencia en los Estados Unidos. De este
total, alrededor de dos tercios de los
pacientes eran hombres, y un 12 por
ciento de los pacientes tenían entre
12 y 17 años.4
¿Cómo produce
sus efectos la
marihuana?
La principal sustancia activa en la
marihuana es el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), que causa muchos
de los efectos conocidos de la droga.
Cuando se fuma la marihuana, sus
efectos comienzan casi de inmediato.
El THC pasa rápidamente de los pulmones hacia el torrente sanguíneo,
donde es transportado al resto del
cuerpo, incluyendo al cerebro. Si se
fuma, los efectos de la marihuana
duran de una a tres horas. Si se
ingiere la marihuana en un alimento
o bebida, el inicio de los efectos es
más lento, generalmente comenzando
entre media hora a una hora después,
pero pueden durar hasta cuatro
Los efectos de la marihuana sobre el cerebro
Cuando se fuma la marihuana, su ingrediente activo, el THC, viaja por el cuerpo, incluyendo el cerebro,
para producir sus efectos diversos. El THC se adhiere a sitios llamados receptores de cannabinoides
ubicados en las células nerviosas del cerebro, afectando la manera en que éstas funcionan. Hay abundancia de receptores de cannabinoides en las partes del cerebro que regulan el movimiento, la coordinación, el aprendizaje, la memoria y las funciones cognitivas superiores, como el juicio y el placer.
horas. Cuando se fuma la marihuana,
se deposita mucho más THC en el
torrente sanguíneo que al comerla
o beberla.
Los científicos han aprendido
mucho sobre cómo actúa el THC en el
cerebro. El THC se adhiere a lugares
específicos en las superficies de las células nerviosas llamados receptores de
cannabinoides. Se pueden encontrar
muchos receptores de cannabinoides en las partes del cerebro de alta
densidad que ejercen influencia sobre
el placer, la memoria, el pensamiento,
la concentración, el movimiento, la
coordinación y la percepción sensorial y del tiempo.
Los receptores de cannabinoides
son parte de una vasta red de comunicación conocida como el sistema endocannabinoide, que juega un papel
crítico en el desarrollo y las funciones
normales del cerebro. De hecho,
los efectos del THC son similares a
aquellos producidos por sustancias
químicas que ocurren naturalmente
en el cerebro y en el resto del cuerpo
llamadas cannabinoides endógenos o
endocannabinoides. Estas sustancias
químicas ayudan a controlar muchas
de las mismas funciones mentales y
físicas que el consumo de la marihuana puede perturbar.
Cuando se fuma la marihuana,
el THC estimula artificialmente a los
receptores de cannabinoides, alterando la función del sistema endocanabinoide. La sobreestimulación de estos
receptores en áreas clave del cerebro
produce el “high” o euforia asociada
con la marihuana, así como otros
efectos sobre los procesos mentales.
Con el tiempo, esta sobreestimulación puede alterar la función de los
receptores de cannabinoides lo que,
conjuntamente con otros cambios en
el cerebro, puede llevar a la adicción y
a los síntomas del síndrome de abstinencia si se deja de usar la droga.
Según se ha detectado en las
muestras que han sido confiscadas en
los últimos treinta y tantos años, el
contenido de THC, es decir, la potencia de la marihuana, ha aumentado
continuamente.5 Este aumento en
la potencia es preocupante ya que
sugiere que ahora las consecuencias
del consumo de marihuana podrían
ser peores que antes, especialmente en
los usuarios nuevos o en las personas
jóvenes cuyos cerebros aún están en
proceso de desarrollo. Sin embargo,
aún no sabemos si los usuarios del
cannabis compensan el aumento
en la potencia consumiendo menos
o fumándola de manera diferente.
Tampoco conocemos todas las consecuencias que pueden sufrir el cerebro
y el resto del cuerpo al ser expuestos a
concentraciones más altas de THC.
¿Cómo afecta
la marihuana al
cerebro y al resto
del cuerpo?
Efectos sobre el cerebro
Al entrar el THC al cerebro hace que
el usuario se sienta eufórico o “high”,
porque actúa sobre el sistema cerebral de gratificación. Este sistema
está compuesto por las regiones del
cerebro que gobiernan la repuesta
NIDA Serie de Reportes de Investigación
3
Los consumidores de dosis altas de marihuana pueden experimentar
una psicosis aguda, que incluye alucinaciones, delirio y una pérdida
del sentido de la identidad personal o autorreconocimiento.
de la persona a las cosas placenteras
como el sexo o el chocolate, así como
a la mayoría de las drogas de abuso.
El THC activa el sistema de gratificación de igual manera que lo hacen
casi todas las drogas, es decir, estimulando las células cerebrales para
que liberen una sustancia química
llamada dopamina.
Junto con la euforia, otro efecto
reportado frecuentemente en los estudios en seres humanos es el sentirse
relajado. Otros efectos, que varían
considerablemente entre los distintos usuarios incluyen aumento en la
percepción sensorial (por ejemplo, los
colores se ven más brillantes), risa, percepción alterada del tiempo y aumento
en el apetito. La euforia pasa después
de un tiempo y el usuario puede sentir
sueño o depresión. A veces, el consumo de marihuana produce ansiedad,
temor, desconfianza o pánico.
El consumo de la marihuana deteriora la capacidad para crear recuerdos
nuevos (vea más abajo “La marihuana,
la memoria y el hipocampo”) y para
desviar la atención de una cosa a otra.
El THC también entorpece la coordinación y el equilibrio al adherirse
a los receptores en el cerebelo y los
ganglios basales, que son las partes
del cerebro que regulan el equilibrio,
la postura, la coordinación y el tiempo de reacción. Por lo tanto, también
se ve afectada la capacidad de realizar
tareas complicadas, de hacer deportes, de aprender y de conducir un
vehículo.
Los consumidores de dosis altas
de marihuana pueden experimentar una psicosis aguda, que incluye
alucinaciones, delirio y una pérdida
del sentido de la identidad personal o
autorreconocimiento. Las reacciones
psicóticas a corto plazo a las concentraciones altas de THC son distintas
a los trastornos de mayor duración,
parecidos a la esquizofrenia, que han
sido asociados con el uso del cannabis
en las personas susceptibles. (Vea la
sección sobre la relación entre el consumo de la marihuana y la enfermedad
mental, en la página 6).
Nuestra comprensión de los efectos a largo plazo de la marihuana en
el cerebro es limitada. Los resultados
de las investigaciones sobre cómo el
consumo crónico del cannabis afecta
la estructura del cerebro, por ejemplo,
han sido inconsistentes. Puede ser
que los efectos sean demasiado sutiles
para que sean detectados de manera
confiable usando las técnicas actuales. Un problema similar se plantea
en los estudios sobre los efectos del
consumo crónico de la marihuana
sobre la función cerebral. Aunque
los estudios de imágenes (resonancia
magnética funcional o fMRI, por sus
siglas en inglés) muestran algunas alteraciones consistentes en los usuarios
crónicos, la relación de estos cambios
con el funcionamiento cognitivo es
menos clara. Esta incertidumbre puede deberse a otros factores que causan
desconcierto, como el consumo de
otras drogas, los síntomas del síndrome de abstinencia en las personas que
han sido usuarios crónicos por mucho
tiempo y los efectos residuales de las
drogas (que en el caso de los consumidores crónicos, se pueden detectar
por lo menos durante 24 horas).
La marihuana, la memoria
y el hipocampo
El deterioro producido por la marihuana en la memoria ocurre porque
el THC altera la manera en la que
la información es procesada por el
hipocampo, el área del cerebro responsable por la formación de
la memoria.
La distribución de los receptores de cannabinoides
en el cerebro de una rata. Las imágenes cerebrales
revelan niveles altos (mostrados en naranja y amarillo)
de receptores de cannabinoides en muchas áreas,
incluyendo la corteza cerebral, el hipocampo, el
cerebelo y el núcleo accumbens (estriado ventral).
4
La mayoría de las pruebas que
apoyan esta afirmación provienen de
estudios en animales. Por ejemplo,
las ratas expuestas al THC en útero,
poco después del nacimiento o
durante la adolescencia, muestran
problemas importantes en tareas
específicas de aprendizaje o de
memoria más adelante en su vida.
Es más, el deterioro cognitivo en las
ratas adultas está asociado con los
NIDA Serie de Reportes de Investigación
cambios estructurales y funcionales
del hipocampo debido a la exposición al THC en la adolescencia.
Cuando las personas envejecen,
pierden neuronas en el hipocampo,
lo que disminuye su capacidad para
aprender información nueva. La
exposición crónica al THC puede acelerar la pérdida de las neuronas del
hipocampo normalmente asociada
al envejecimiento. En un estudio, las
ratas expuestas diariamente al THC
durante 8 meses (aproximadamente
el 30 por ciento de su vida) mostraron un nivel de pérdida de células
nerviosas a los 11 a 12 meses de edad
que equivalía a la de los animales no
expuestos del doble de su edad.
Una pregunta constante en este
campo es si las personas que dejan de
fumar marihuana, incluso después de
haberla consumido en grandes cantidades a largo plazo, pueden recuperar
algunas de sus habilidades cognitivas.
Un estudio reporta que en los consumidores establecidos de marihuana
a largo plazo, la capacidad para recordar las palabras de una lista se vio
afectada hasta una semana después
de haber dejado de usar la droga, pero
volvió a la normalidad después de
cuatro semanas. Sin embargo, otro
estudio encontró que los efectos de la
marihuana sobre el cerebro pueden
acumularse y con el tiempo pueden
deteriorar las habilidades críticas
de la vida. Estos efectos pueden ser
aún peores en los pacientes con otros
trastornos mentales o como resultado
del proceso normal de envejecimiento.
Efectos sobre la salud
física en general
Las consecuencias del
abuso de marihuana
Agudas (presentes durante la intoxicación)
• Deterioro de la memoria a corto plazo
• Deterioro de la atención, el juicio y otras
funciones cognitivas
• Deterioro de la coordinación y el equilibrio
• Aumento en el ritmo cardiaco
• Episodios psicóticos.
Persistentes (duran más que la intoxicación
pero no siempre son permanentes)
• Deterioro de la memoria y las habilidades
para el aprendizaje
• Deterioro en el sueño.
A largo plazo (efectos acumulativos del abuso crónico)
• Puede llevar a la adicción
A los pocos minutos de haberse
inhalado el humo de la marihuana, el
corazón comienza a latir más rápido,
los bronquios se relajan y se ensanchan, y los vasos sanguíneos en los
ojos se dilatan haciendo que los ojos
se vean rojos. El corazón, que normalmente late de 70 a 80 latidos por
minuto, puede aumentar su ritmo en
unos 20 a 50 latidos por minuto o en
algunos casos hasta puede duplicarse.
Este efecto puede ser mayor si se consumen otras drogas conjuntamente
con la marihuana.
Hay evidencia limitada que sugiere que el riesgo de que una persona
sufra un ataque al corazón durante
la primera hora después de fumar
marihuana es cuatro veces más que
el riesgo normal. Esta observación
podría explicarse, en parte, porque
la marihuana eleva el ritmo cardiaco
y reduce la capacidad de la sangre
de transportar oxígeno, y en algunos casos también eleva la presión
arterial. Estas posibilidades deben
• Aumento en el riesgo de la tos crónica y la bronquitis
• Aumento en el riesgo de la esquizofrenia en
personas susceptibles
• Puede aumentar el riesgo de ansiedad, depresión y
síndrome amotivacional.*
*Estos son síntomas o trastornos que a menudo se informan
que ocurren concurrentemente con el consumo de marihuana.
Sin embargo, las investigaciones aún no han determinado si
la marihuana es la causa de estos problemas mentales o si
simplemente está asociada con estos problemas mentales.
ser examinadas con más atención,
particularmente debido al hecho que
los consumidores actuales de marihuana son los adultos de la generación nacida después de la Segunda
Guerra Mundial (“baby boomers”),
que pueden tener otros riesgos cardiovasculares que tal vez aumenten su
susceptibilidad.
El humo de la marihuana, al
igual que el del tabaco, consiste en
una mezcla tóxica de gases y partículas, muchas de las cuales se sabe que
son perjudiciales para los pulmones.
Las personas que fuman marihuana
regularmente pueden tener muchos de
los mismos problemas respiratorios
que los fumadores de tabaco, como tos
y producción de flema a diario, una
mayor frecuencia de enfermedades
agudas del pecho y un mayor riesgo
de infecciones pulmonares. Incluso el
consumo poco frecuente de la marihuana puede causar ardor y picazón
en la boca y la garganta, a menudo
acompañados por una tos fuerte. Un
A los pocos minutos de haberse inhalado el
humo de la marihuana, el corazón comienza a
latir más rápido, los bronquios se relajan y se
ensanchan, y los vasos sanguíneos en los ojos
se dilatan haciendo que los ojos se vean rojos.
NIDA Serie de Reportes de Investigación
5
estudio encontró que, en el ambiente
laboral, los días de licencia por enfermedad tomados por los fumadores
frecuentes de marihuana a menudo se
debían a enfermedades respiratorias.6
Además, la marihuana tiene el
potencial de suscitar el cáncer de los
pulmones y otras partes del aparato
respiratorio porque contiene hasta
un 70 por ciento más irritantes y
carcinógenos que el humo del tabaco.
También produce niveles altos de una
enzima que convierte ciertos hidrocarburos en su forma carcinógena, lo que
podría acelerar los cambios que finalmente producen las células cancerosas.
Además, los fumadores de marihuana
generalmente inhalan más profun-
damente y sostienen su respiración
por más tiempo que los fumadores de
tabaco, lo que expone a los pulmones
al humo carcinógeno por más tiempo. Sin embargo, mientras que varias
investigaciones diferentes sugieren
que el consumo de la marihuana
puede conducir al cáncer de pulmón,
la evidencia que apoya esta tesis no es
concluyente.8 En el humo del cannabis,
la corroboración de la presencia de
un ingrediente activo no identificado
con propiedades protectoras —y su
caracterización más estricta— podría
ayudar a explicar las inconsistencias y
los modestos resultados.
Un número significativo de
investigaciones demuestran los efectos
Porcentaje con trastorno esquizofreniforme
a los 26 años de edad
Las variaciones en el gen de la COMT influyen
en los efectos nocivos de las drogras de abuso
20
Ningún uso de cannabis en la adolescencia
Uso de cannabis en la adolescencia
15
¿Existe una relación
entre el consumo
de la marihuana
y la enfermedad
mental?
10
5
0
n= (151) (48)
Met/Met
(311) (91)
Val/Met
(148) (54)
Val/Val
Genotipo del gen COMT
La influencia que tiene el consumo de marihuana en la adolescencia
sobre la psicosis en la edad adulta se ve afectada por variables genéticas.
Esta gráfica muestra que las variaciones en un gen pueden afectar la
probabilidad de desarrollar psicosis en la edad adulta, después de haber
sido expuesto al cannabis en la adolescencia. El gen COMT regula una
enzima que descompone la dopamina, una sustancia química del cerebro
implicada en la esquizofrenia. El gen se presenta de dos formas: "Met"
y "Val". Las personas con una o dos copias de la variante “Val” tienen
mayor riesgo de desarrollar trastornos del tipo esquizofrénico si consumen cannabis durante la adolescencia (que se muestra en la gráfica con
las barras oscuras). Los que sólo tienen la variante “Met” no se vieron
afectados por el consumo de cannabis.7
6
negativos del THC sobre el funcionamiento de diversas células del sistema
inmunológico, tanto en células in vitro
como en animales de laboratorio in
vivo. Sin embargo, hasta la fecha ningún estudio ha relacionado la supresión del sistema inmunológico que se
sospecha que causa la marihuana, con
una mayor incidencia de infecciones
o trastornos inmunológicos en seres
humanos. Un estudio breve de tres semanas encontró que fumar marihuana
se asocia con algunos efectos negativos
estadísticamente significativos en la
función inmunológica de los pacientes
con SIDA; otro estudio pequeño de
estudiantes universitarios también
sugirió la posibilidad de que la marihuana podría tener efectos adversos
sobre el funcionamiento del sistema inmunológico. Por lo tanto, la evidencia
conjunta de los estudios en animales,
más los datos limitados disponibles en
humanos, apuntan a que se deberían
realizar investigaciones adicionales
sobre el impacto de la marihuana en
el sistema inmunológico. (Vea también
“La ciencia detrás de la marihuana para
usos médicos”, en la página 9).
NIDA Serie de Reportes de Investigación
Las investigaciones en la última
década se han centrado en si el uso de
la marihuana realmente causa otras
enfermedades mentales. La evidencia
más fuerte hasta la fecha sugiere que
sí existe un vínculo entre el consumo
de cannabis y la psicosis.9 Por ejemplo, una serie de estudios prospectivos
grandes que siguió a un grupo de
personas por un tiempo mostró una
relación entre el consumo de la marihuana y el desarrollo posterior de
psicosis. El consumo de la marihuana
también empeora el curso de la enfermedad en los pacientes con esquizofrenia y puede producir una reacción
psicótica breve en algunos usuarios,
la que se desvanece al ir menguando
los efectos de la droga. La cantidad
de la droga que se consumió, la edad
al primer uso y la susceptibilidad
genética del usuario pueden influir en
esta relación. Un ejemplo es un estudio (que se ilustra en la página 6) que
encuentra un riesgo mayor de psicosis
entre los adultos que habían consumido marihuana en la adolescencia
y que también tenían una variante
específica del gen de la catecol-Ometiltransferasa (COMT), una enzima
que degrada los neurotransmisores
como la dopamina y la norepinefrina.7
Además de los vínculos observados entre el uso de la marihuana y la
esquizofrenia, se han reportado otras
asociaciones menos consistentes entre
el uso de la marihuana y la depresión,
la ansiedad, los pensamientos suicidas por adolescentes y los trastornos
de la personalidad. Uno de los vínculos más citados, aunque aún controversial, es la falta de motivación,
conocida como síndrome amotivacional, que se define como una disminución o ausencia de motivación para
participar en actividades típicamente
gratificantes. Debido al papel que desempeña el sistema endocannabinoide
en la regulación del estado de ánimo,
estas asociaciones tienen cierto sentido lógico; sin embargo, se necesitan
más investigaciones para confirmar y
comprenderlas mejor.
¿Es adictiva la
marihuana?
El consumo de la marihuana a largo
plazo puede llevar a la adicción. Esto
quiere decir que el usuario tendrá
dificultad para controlar su consumo
de la droga y no podrá parar aunque
este consumo interfiera con muchos
aspectos de su vida. Se calcula que el
9 por ciento de las personas que consumen marihuana se vuelven dependientes de la misma.10 El número se
eleva a cerca de 1 en cada 6 usuarios
que hayan empezado a usarla a una
edad muy joven (en la adolescencia)
y a un 25 a 50 por ciento entre los
usuarios diarios.11,12 Por otra parte, un
estudio de más de 300 pares de gemelos idénticos y mellizos, en el que uno
había usado marihuana antes de los
17 años y el otro no, encontró que en
comparación con su hermano que no
¿Cuáles son los
efectos de la
marihuana en
el rendimiento
escolar, en el
trabajo y en la
vida social?
consumió marihuana antes de los 17
años, el gemelo o mellizo que sí había
consumido marihuana tenía tasas
elevadas de consumo de otras drogas
y de problemas relacionados con las
drogas más adelante.13
De acuerdo con la NSDUH del
2010, de los casi 7.1 millones de americanos que dependieron o abusaron
de las drogas ilícitas, 4.5 millones de
ellos dependieron o abusaron de la
marihuana.1 En el 2009, aproximadamente el 18 por ciento de las personas
de 12 años y mayores que ingresaron a
programas de tratamiento por abuso
de drogas reportaron que la marihuana era la droga que más abusaban.14
La adicción a la marihuana
también está relacionada con un
síndrome de abstinencia similar al de
la abstinencia de la nicotina, lo que
puede dificultar que se deje de consumirla. Las personas que intentan dejarla reportan irritabilidad, dificultad
para dormir, deseos vehementes por
la droga y ansiedad. En las pruebas
psicológicas, también muestran un
aumento en la agresividad que llega a
su punto máximo aproximadamente a
la semana después de haber usado la
droga por última vez.
Las investigaciones han demostrado
que los efectos negativos que tiene
la marihuana sobre la atención, la
memoria y el aprendizaje pueden
durar días o semanas después de que
desaparezcan los efectos agudos de la
droga.15 Consecuentemente, alguien
que fuma marihuana todos los días
puede estar funcionando a un nivel
intelectual reducido la mayor parte o
todo el tiempo. Como es de esperar,
la evidencia sugiere que, en comparación con los compañeros que no
fuman marihuana, los estudiantes que
fuman marihuana tienden a obtener
calificaciones más bajas y son más
propensos a abandonar la escuela
secundaria.16 Un metaanálisis de 48
estudios relevantes —uno de los más
completos realizados hasta la fecha—
encontró que el consumo de cannabis
se asociaba sistemáticamente con un
nivel reducido de logros educativos
(por ejemplo, las calificaciones y la
probabilidad de graduarse).17 Sin
embargo, aún no se ha probado que
haya una relación causal entre el consumo de cannabis por jóvenes y un
daño psicosocial.
Dicho esto, son los mismos
consumidores de marihuana quienes
informan resultados bajos en una
variedad de medidas de satisfacción
con la vida y sus logros. Un estudio
comparó a los consumidores establecidos de marihuana a largo plazo,
tanto actuales como del pasado, con
un grupo de control que reportó
haber fumado cannabis por lo menos
una vez en su vida pero no más de
50 veces. A pesar de que las respectivas familias de origen tenían niveles
similares de educación e ingresos, se
encontraron diferencias significativas en los logros educativos e ingresos económicos entre los usuarios
NIDA Serie de Reportes de Investigación
7
establecidos y el grupo de control.
Menos consumidores establecidos de
cannabis habían terminado la universidad en comparación con el grupo de
control. Asimismo, más consumidores
establecidos tenían ingresos anuales
de menos de $30,000. Al preguntarles
cómo la marihuana había afectado
sus habilidades cognitivas, sus logros
profesionales, su vida social y su
salud física y mental, la mayoría de
los consumidores establecidos de cannabis reportaron que la droga había
tenido efectos nocivos sobre todas las
medidas anteriores.
Además, varios estudios han
asociado el fumar marihuana con más
ausencias, retrasos, accidentes, reclamos al seguro de compensación laboral y cambios de trabajo. Por ejemplo,
un estudio entre los trabajadores
del servicio postal encontró que los
empleados que obtuvieron resultados
positivos de marihuana en un análisis
de orina previo a comenzar a trabajar
en la institución tuvieron un 55 por
ciento más de accidentes industriales,
un 85 por ciento más de lesiones y
un 75 por ciento más de ausentismo
en comparación con aquellos que
obtuvieron resultados negativos para
el consumo de marihuana.
¿El consumo de la
marihuana afecta
la capacidad
de conducir
un vehículo?
Debido a que la marihuana afecta
el juicio y la coordinación motriz y
reduce el tiempo de reacción, una
persona intoxicada tiene una mayor
probabilidad de estar involucrada
en un accidente y de ser responsable
de él.18,19 De acuerdo con la Administración Nacional para la Seguridad
Vial, las drogas distintas al alcohol
(como, por ejemplo, la marihuana y
la cocaína) contribuyeron a un 18 por
ciento de las muertes de conductores
de vehículos. Una encuesta reciente
encontró que el 6.8 por ciento de los
conductores que estuvieron involucrados en accidentes eran en su mayoría
menores de 35 años y tenían resultados positivos para el THC. Además,
se encontraron niveles de alcohol por
encima del límite legal en el 21 por
ciento de estos conductores.
¿El consumo
de marihuana
durante el
embarazo puede
perjudicar al bebé?
Las investigaciones en animales sugieren que el sistema endocannabinoide
juega un papel en controlar la maduración del cerebro, particularmente
en el desarrollo de las respuestas emocionales. Incluso es posible que hasta
concentraciones bajas de THC, administradas durante el periodo perinatal, podrían tener consecuencias
profundas y de larga duración, tanto
para el cerebro como para el comportamiento.20 Las investigaciones han
demostrado que algunos bebés cuyas
madres usaron marihuana durante
el embarazo muestran respuestas
alteradas a los estímulos visuales,
un trémulo acrecentado y un llanto
agudo, lo que podría indicar problemas con el desarrollo neurológico.
En la escuela, los niños expuestos a la
8
NIDA Serie de Reportes de Investigación
marihuana son más propensos a mostrar deficiencias en la habilidad para
resolver problemas, la memoria y la
capacidad de permanecer atentos. Sin
embargo, se necesitan realizar más
investigaciones para aclarar cuáles
son los factores específicamente relacionados con las drogas y cuáles son
los factores ambientales.21
Los tratamientos
disponibles para
los trastornos
por consumo
de marihuana
La dependencia de la marihuana
parece ser muy similar a otros trastornos de dependencia de otras
sustancias, aunque los resultados
clínicos a largo plazo pueden ser
menos graves. En promedio, los adultos que solicitan tratamiento por el
abuso o la dependencia de la marihuana han usado esta droga casi a
diario durante más de 10 años y han
intentado dejarla más de 6 veces. Es
importante señalar que la dependencia de la marihuana es más frecuente
entre los pacientes que sufren de
otros trastornos psiquiátricos, en
particular entre las poblaciones de
adolescentes y adultos jóvenes.22
Además, el abuso o la dependencia de la marihuana normalmente
ocurre al mismo tiempo que el consumo de otras drogas como la cocaína
y el alcohol. Los estudios disponibles
indican que si se trata eficazmente
el trastorno de salud mental usando
tratamientos estándares, que incluyen
medicamentos y terapias conductuales, se puede ayudar a reducir el
consumo de cannabis. Esto sucede
especialmente entre los consumidores establecidos y los que tienen más
trastornos mentales crónicos. Los
tratamientos conductuales, como la
terapia de estímulo de la motivación,
la terapia cognitiva-conductual en
grupo o individual y el manejo de
contingencias, así como los tratamientos centrados en la familia, han
mostrado ser prometedores.
Desafortunadamente, las tasas
de éxito de los tratamientos son
más bien modestas. Incluso con el
tratamiento más eficaz para adultos,
sólo el 50 por ciento de los participantes logran un periodo inicial de
2 semanas de abstinencia y, entre
aquellos que lo hacen, aproximadamente la mitad volverá a usar drogas
dentro del año. En los estudios, las
tasas de abstinencia de 1 año varían
desde un 10 a un 30 por ciento para
los diferentes enfoques conductuales.
Estos datos sugieren que, al igual
que en otras adicciones, se debe
considerar un modelo de atención
continua para tratar la adicción a la
marihuana. La intensidad del tratamiento dependerá de las necesidades
de la persona, las adicciones u otros
trastornos mentales comórbidos, y la
disponibilidad de la familia o de otro
tipo de apoyo.
Actualmente, no hay medicamentos disponibles para tratar el
abuso de la marihuana, pero se están
realizando investigaciones en este
campo. Hasta la fecha, la mayoría de
los estudios se han dirigido al síndrome de abstinencia de la marihuana.
Por ejemplo, un estudio reciente en
seres humanos demostró mejores
resultados con la combinación de un
medicamento agonista de cannabinoides con la lofexidina (un medicamento aprobado en el Reino Unido
para el tratamiento del síndrome de
abstinencia de opioides) en comparación con el uso por separado de cualquiera de estos dos medicamentos.
Entre los resultados positivos que se
evidenciaron con esta combinación,
están las mejoras más sustanciales
en el sueño y una disminución de los
síntomas del síndrome de abstinencia
de la marihuana, de los deseos vehementes por la misma y de las recaídas
en los fumadores diarios de marihuana. Los descubrimientos recientes
sobre el funcionamiento interno del
sistema endocannabinoide plantean
la posibilidad de que en el futuro
se obtenga un medicamento capaz
de bloquear los efectos intoxicantes
del THC, lo que podría ayudar a
prevenir las recaídas mediante la reducción o eliminación de los efectos
atractivos de la marihuana.
La ciencia detrás de la marihuana
para usos médicos
Las posibles propiedades medicinales de la marihuana han sido
objeto de la investigación de fondo además de un acalorado
debate. Los científicos han confirmado que la planta del cannabis
contiene principios activos con potencial terapéutico para aliviar
el dolor, controlar la náusea, estimular el apetito y disminuir la
presión ocular. Como resultado, un informe de 1990 del Instituto de
Medicina llegó a la conclusión de que era justificable la realización
de nuevas investigaciones clínicas sobre los cannabinoides
como medicamentos y sistemas de entrega seguros.
En ese momento, el dronabinol (Marinol®) y la nabilona (Cesamet ®)
eran los únicos medicamentos a base de marihuana aprobados
por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas
en inglés) para ser recetados para tratar las náuseas en pacientes
sometidos a la quimioterapia contra el cáncer, así como para estimular
el apetito en pacientes con el síndrome de desgaste causado por
el SIDA. Estas píldoras contenían versiones sintéticas del THC, el
principal ingrediente activo de la marihuana. Hoy, 25 años después
de la aprobación de estos fármacos, el desarrollo de Sativex ® marca
la llegada de la segunda generación de medicamentos basados
en el cannabis. Este nuevo producto (actualmente disponible en
el Reino Unido y Canadá) es una mezcla químicamente pura del
cannabidiol y del THC de origen vegetal, formulado como un spray
bucal y aprobado para el alivio del dolor asociado al cáncer, y la
espasticidad y el dolor neuropático en la esclerosis múltiple.
Los científicos continúan investigando las propiedades medicinales
del THC y otros cannabinoides para evaluar y aprovechar mejor la
capacidad que tienen para ayudar a los pacientes que sufren de una
amplia gama de trastornos, y al mismo tiempo evitar los efectos
adversos que resultan de fumar marihuana. Estos esfuerzos mejorarán
nuestra comprensión del sistema cannabinoide y nos ayudarán a llevar
al mercado una nueva generación de medicamentos seguros y eficaces.
NIDA Serie de Reportes de Investigación
9
Glosario
Adicción: Una enfermedad crónica con recaídas caracterizada por la búsqueda y el abuso compulsivos de la
droga a pesar de las consecuencias negativas que esta
conducta conlleva. Está asociada a cambios de larga
duración en el cerebro.
Cannabinoides: Una familia de sustancias químicas que
se adhieren a receptores específicos de cannabinoides
para influir sobre las funciones mentales y físicas. Los
cannabinoides, cuando son producidos naturalmente
por el cuerpo, se conocen como endocannabinoides
y desempeñan un papel importante en el desarrollo,
la memoria, el dolor y el apetito, entre otros. La planta
de la marihuana (Cannabis sativa) contiene delta-9tetrahidrocannabinol (THC), que interrumpe estos
procesos cuando se la administra repetidamente o
en concentraciones suficientemente altas.
Carcinógeno: Cualquier sustancia con el potencial de
producir un cáncer.
Cerebelo: Una estructura grande situada en la parte
posterior del cerebro que ayuda a controlar la coordinación del movimiento al hacer conexiones con otras
partes del sistema nervioso central (pons, médula
oblongada, médula espinal y tálamo). También puede
estar involucrado en algunos aspectos del aprendizaje motor.
Corteza cerebral: La capa o revestimiento exterior de
los hemisferios cerebrales. Es responsable en su mayor
parte de la experiencia consciente, incluyendo la percepción, las emociones, el pensamiento y la planificación.
Dopamina: Una sustancia química cerebral clasificada
como neurotransmisor, que se encuentra en las regiones del cerebro que regulan el movimiento, la emoción,
la motivación y el placer.
Esquizofrenia: Un trastorno psicótico caracterizado
por síntomas que se dividen en dos categorías: (1) los
síntomas positivos, como las distorsiones en los pensamientos (delirios), en la percepción (alucinaciones),
y en el lenguaje y el pensamiento, y (2) los síntomas
negativos, tales como respuestas emocionales de
intensidad reducida y disminución en la conducta
dirigida a lograr objetivos.
Estriado ventral: Un área del cerebro que es parte de los
ganglios basales y que se activa y se inunda con dopamina en presencia de estímulos relevantes. La dopamina también se libera durante actividades que son
físicamente gratificantes como comer, tener relaciones
sexuales y consumir drogas, y es un factor clave detrás
de nuestro deseo de repetir estas actividades.
10
NIDA Serie de Reportes de Investigación
Ganglios basales: Estructuras situadas en el interior del
cerebro, que desempeñan un papel importante en el inicio de los movimientos. Este grupo de neuronas incluye
el núcleo caudado, el putamen, el globo pálido y la
sustancia negra. También contiene el núcleo accumbens,
que es el principal centro de gratificación en el cerebro.
Hidrocarburo: Cualquier compuesto químico que contiene solamente hidrógeno y carbono.
Hipocampo: Una estructura en forma de caballito de
mar, localizada dentro del cerebro y considerada una
parte importante del sistema límbico. Es una de las
áreas más estudiadas del cerebro y desempeña un papel
clave en el aprendizaje, la memoria y las emociones.
Manejo de contingencias: Un enfoque de manejo
terapéutico basado en el monitoreo frecuente del comportamiento deseado y la entrega (o eliminación) de
recompensas tangibles y positivas cuando el comportamiento en cuestión se produce (o no). Las técnicas
para el manejo de contingencias han demostrado ser
eficaces para mantener a los pacientes en el tratamiento
y promover la abstinencia.
Psicosis: Un trastorno mental (por ejemplo, la esquizofrenia), caracterizado por el pensamiento delirante o
confuso durante el cual se pierde el contacto con la realidad. Sus síntomas a menudo incluyen las alucinaciones.
Síndrome de abstinencia (“withdrawal syndrome”):
Los síntomas adversos que se producen cuando se
suspende o se reduce el consumo crónico de una droga.
Terapia cognitiva-conductual: Una forma de psicoterapia que enseña a las personas estrategias para
identificar y corregir los comportamientos problemáticos con el fin de mejorar el autocontrol, detener el
consumo de drogas y tratar una serie de problemas
adicionales que a menudo ocurren conjuntamente
con el abuso de drogas.
Terapia de estímulo de la motivación: Una forma sistemática de intervención diseñada para producir cambios
rápidos motivados por el mismo sujeto. La terapia de
estímulo de la motivación no intenta tratar a la persona,
sino movilizar sus propios recursos internos hacia el
cambio y para que se comprometa en el tratamiento.
THC: Delta-9-tetrahidrocannabinol, el principal ingrediente activo de la marihuana, que actúa sobre el
cerebro para producir sus efectos.
Trastornos esquizofreniformes: Trastornos similares
a la esquizofrenia, pero de menor duración y posiblemente de menor gravedad.
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¿Dónde puedo obtener más información científica
sobre el abuso de la marihuana?
Para aprender más sobre la marihuana
y otras drogas de abuso o para
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o en español sobre estos temas,
visite el sitio Web del NIDA en
www.drugabuse.gov o comuníquese
con el Centro de Diseminación
de Investigaciones DrugPubs al
1-877-643-2644 (1-877-NIDA-NIH;
o si tiene el sistema TTY/TDD al
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Página de inicio del NIDA:
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También puede encontrar
NIH
número 13-3859(S)
En publicación
inglés: http://www.drugabuse.gov
sitios Web del 2013.
Impresa en agosto del 2005.
Revisada
en mayo del 2011 yOtros
en noviembre
En español:
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En el sitio Web del NIDA
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• Información sobre las drogas
de abuso y las consecuencias
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Drug Facts del NIDA:
En inglés: http://www.drugabuse.gov/
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En español: http://www.drugabuse.gov/
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Datos fáciles de comprender sobre
las drogas:
En inglés: http://easyread.drugabuse.gov
En español: http://www.easyread.
drugabuse.gov/en-espanol.php
marihuana en el siguiente sitio web:
• Administración de Servicios
de Abuso de Sustancias y Salud
Mental (SAMHSA, por sus siglas en
inglés): http://www.store.samhsa.gov
NIH publicación número 13-3859(S)
Impresa en agosto del 2005. Revisada en mayo del 2011 y en diciembre del 2013.
Esta publicación se puede reproducir sin necesidad de pedir autorización.