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IMPACTO ECONOMICO DE LAS MICOTOXINAS EN
EL GANADO LECHERO.
René Neftalí Márquez Márquez Asesor Independiente.
Tel. ofna. (55) 16679492, Tel cel. 5554352635. e-mail: [email protected], [email protected]
Introducción:
La mayoría de los productos agrícolas son susceptibles a la contaminación con hongos,
durante las diferentes etapas de su producción: en el campo de cultivo, en la precosecha,
durante la maduración y secado, así como durante el transporte y el almacenamiento. Son
metabolitos secundarios de hongos, producidos en la etapa final del crecimiento
exponencial de una colonia fúngica y no tienen aparentemente una importancia en el
crecimiento o metabolismo de de estos organismos. Sin embargo, no sólo el desarrollo y
proliferación de los hongos sobre los alimentos ocasiona mermas en la productividad
agropecuaria, ya que además existen algunas especies de hongos micotoxigénicos, que
producen una serie de compuestos altamente tóxicos denominados micotoxinas y
constituyen una seria amenaza a la productividad pecuaria y a la salud pública, por el
consumo de productos agropecuarios contaminados con dichas toxinas o sus metabolitos.
Los principales hongos productores de micotoxinas son: Aspergillus parasiticus, A. flavus,
A. ochraceus, Fusarium tricinctum, F. graminareum, F. verticiloides, F. roseum
Penicillium citrinum, P. viridicatum, Claviceps purpurea, La más conocidas son:
Aflatoxinas (B1, B2, G1 y G2), Ocratoxina A, Toxina T-2, Acido. Fusárico, Acido.
Penicílico, Fusarenona X, Fusarocromanona, Citrinina
HT-2, Deoxinivalenol,
Fumonisinas, Diacetoxiscirpenol, Ergotoxinas, Oosporeina, Moniliformina y Zeraralenona.
La FAO (1991) define a las micotoxinas como metabolitos de hongos que provocan
cambios patológicos tanto en seres humanos como animales, y la micotoxicosis son los
síndromes de la toxicidad resultante de la absorción de micotoxinas. El término micotoxina
deriva de las palabras griegas "mykes" (hongos) y "toksicons" (veneno). Es muy común
encontrar granos contaminados, por ejemplo CAST (1989) citado por Hagler (2002) señala
que a nivel mundial alrededor del 25 % de los alimentos cosechados anualmente son
afectados por micotoxinas. Más recientemente (1998) Yiannikouris y Jouany (2002)
indican que los granos de cereales que anualmente son afectados fluctúan entre 25 a 40 %.
En el Cuadro 1 se presentan los resultados de los análisis hechos a alimentos de uso animal
por agricultores de Carolina del Norte (USA) en la Universidad del mismo nombre. Como
se observa, la presencia de micotoxinas es común en todos alimentos de uso animal,
obsérvese el alto porcentaje de muestras positivas a Deoxynivalenol, 58% del total de
alimentos analizados y 70% del maíz.
Cuadro 1. Incidencia de 5 micotoxinas en ensilaje de maíz, grano de maíz y en todos
los alimentos sometidos a análisis en la Universidad de Carolina del Norte, Estados
Unidos, período 1989-1997 (Whitlow y Hagler, 2002).
AFB1
DON
Zearalenona
T-2 Toxina
FB1 >1ppm
>10 ppb
n
%
Pos
>50 ppb
>70 ppb
>50ppb
n
%
Pos
X ± d.e
n
%
Pos
X ± de
28±19
778
66
1991±2878
487
30
170±606
362
70
1504±2550
219
11
91±320
2472 58
X ± de
%
Pos
X ± de
n
% Pos
525±799 717
7
569±830
63
37
206±175 353
6
569±690
37
60
445±669 2243 7
482±898
283
28
n
Ensilaje de Maíz
461
8
Grano de Maíz
231
9
Todos
1617 7
1739±10880 1769 18
n: Número de muestras: % Pos: %e de muestras positivas por sobre determinada concentración; de: desviación estándar.
Sin embargo, esta alta incidencia tiene también una distribución estacional y geográfica.
Esta distribución puede variar, por ejemplo, por las condiciones climáticas entre años en
una misma zona (Whitlow et al., 1998) o entre zonas geográficas diferentes por las
condiciones climáticas predominantes que favorecen a uno u otro microorganismo
(Devegowda et al., 1998, citados por Lawlor y Lynch, 2001a; Cuadro 2).
Cuadro 2.- Distribución geográfica de las Micotoxinas:
Localidad
Micotoxinas
Oeste de Europa
ocratoxinas, deoxinivalenol, zearalenona
Este de Europa
zearalenona, deoxinivalenol
Norteamérica
ocratoxinas, deoxinivalenol, zearalenona, aflatoxinas
Sudamérica
aflatoxinas, fumonisinas, ocratoxinas, deoxinivalenol, toxina T-2
África
aflatoxinas, fumonisinas, zearalenona
Asia
aflatoxinas
Australia
aflatoxinas, fumonisinas
Los granos intactos están físicamente protegidos para ser utilizados como fuente de energía
o Nitrógeno por los hongos. Daños mecánicos durante la cosecha, por insectos durante el
almacenaje o por el procesamiento, como molienda o descascarado, facilitan el desarrollo
de hongos al dejar expuestas las fuentes de energía y nitrógeno (Nelson, 1993). La
prevención en este sentido estaría dada por una mejor condición de cosecha y un buen
control de insectos durante el almacenaje. Además, si es necesario hacer un procesamiento
del grano, es conveniente hacerlo inmediatamente antes de ser utilizado.
En trabajo realizado por Joffe (1986) citado por Whitlow y Hagler (2002) se observó un
buen desarrollo de Fusarium a temperaturas entre 25 y 30 °C pero con una baja producción
de toxinas. Cuando la temperaturas se bajaron cerca del punto de congelación, la
producción de toxinas fue elevada con un escaso desarrollo fúngico.
La temperatura a la cual se almacenan granos, heno y ensilajes por lo general favorece el
desarrollo fúngico. A pesar de que estos crecen en un amplio rango de temperaturas, un
crecimiento significativo tiene rangos más acotados (Figura 1). Mientras Aspergillius y
Penicillium requieren temperaturas elevadas, Fusarium lo hace en ambientes más helados.
En alimentos húmedos, como ensilaje, el crecimiento de hongos depende de la cantidad de
oxígeno disponible y del pH. La gran mayoría de los hongos son aeróbicos obligados y las
condiciones de anaerobiosis propias de un silo, favorecidas por la alta humedad y bajo pH,
limitan el desarrollo de hongos. De ahí la importancia de sellar rápidamente un silo y, una
vez abierto, no prolongar en demasía el tiempo de entrega a los animales y el tamaño de
partícula también juega un importante papel,partículas grandes dificultan el comprimido
del ensilaje y mantienen un ambienta más aeróbico. Charmley (2001) puede ser lo
siguiente: realizar el proceso de ensilaje en las condiciones adecuadas, cuidando cumplir
con los niveles de humedad, pH y temperatura; así como respetar los tiempos no mayores a
8 días para la elaboración de un ensilado.
Figura 2. Relación entre Actividad Hídrica y crecimiento de hongos en alimentos de uso animal
(Nelson, 1993).
Micotoxinas comunes en dietas para Ganado Bovino:
En el ganado bovino las micotoxinas de mayor impacto en la salud y la producción son:
AfB1, Zearalenona, Toxina T-2, DON, Fumonisina B1 Normalmente pueden ser
clasificadas según el órgano o tejido por el cual tienen una especificidad marcada (órgano
blanco), sin embargo, esta clasificación no es muy precisa, ya que una toxina puede afectar
a varios órganos simultáneamente dependiendo de la dosis, de esta forma se pueden
clasificar en hepatotóxicas, nefrotóxicas, hematotóxicas, neurotóxicas, dematotóxicas,
cancerigenas y gastrotóxicas (Jurado, 1989; Humphreys, 1988).
Aflatoxina B1 (AFB1):
Las aflatoxinas son producida por algunas cepas de Aspergillus parasisticus, A. flavus y
A. niger y son las sustancias de origen natural con la mayor capacidad carcinogénica
conocida, relacionada con cáncer intestinal y de hígado. Las aflatoxinas son mutagénicas
ya que causan alteraciones en el material genético, así como en la estructura y función del
hígado de los consumidores. Las aflatoxinas disminuyen la ganancia de peso, la tasa de
crecimiento y reproducción, favorecen los procesos infecciosos y ocasionan fallas
vacunales ya que disminuyen las defensas inmunológicas. En bovinos de carne niveles tan
bajos como 100 ppb pueden tener efectos tóxicos, dependiendo de la interacción con otros
factores, sin embargo, suelen considerarse como tóxicos niveles entre 300 y 700 ppb. Vacas
lecheras que consumieron 120 ppb han mostrados menor eficiencia reproductiva y menor
producción, la cual aumentó en 25% luego cambiar la dieta, sugiriéndose que niveles de
100 ppb podrían reducir la producción de leche (Whitlow y Hagler, 2002). El consumo de
alimentos con AFB1 por parte de vacas lecheras puede resultar en una contaminación
indirecta de la leche. La Aflatoxina M1 (AFM1), encontrada en leche y productos lácteos,
es resultado directo del consumo de AFB1 a través de raciones contaminadas. La cantidad
de AFM1 excretada en la leche, como porcentaje de la AFB1 consumida, suele ser de 1 a
3%, sin embargo, se han encontrado valores de hasta 6% (van Egmond et al. 1997).
La SSA y la SAGARPA En México se norma que los alimentos de consumo humano no
pueden tener más de 20 ppb de Aflatoxinass totales y la leche no más de 0,5 ppb de AFM1,
siendo este último nivel más riguroso en los países de la Unión Europea (0,05 ppb). En
alimentos de uso animal la FDA establece niveles de 20 ppb para todos los alimentos de
uso en vacas lecheras y animales inmaduros. Para alimentación de otros animales también
son 20 ppb, con las siguientes excepciones: 300 ppb para harina de semilla de algodón
destinada a bovinos de carne, cerdos y aves; 200 ppb para finalización de cerdos (46 kg o
más de peso); 100 ppb para reproductores en ganado de carne, cerdos y aves. La mezcla de
alimentos contaminados con otros libres de contaminación, como una forma de disminuir la
concentración de Aflatoxinas no está permitida.
Toxina T-2:
Esta toxina es la más representativa de las micotoxinas conocida genéricamente como
Tricoticenos. Es producida por
el hongo Fusarium tricinctum y se desarrolla
prácticamente sobre todos los cereales de muchas partes del mundo y está asociada a lluvias
prolongadas en tiempos de cosecha El modo de acción tóxico se debe a que ésta toxina
inhibe la síntesis de proteínas y es citotóxica, afectando principalmente a las células que se
dividen con mayor velocidad, por ejemplo las células del epitelio gastrointestinal, de la
mucosa oral, de la piel, también afecta a las células linfoides. Esto explica las severas
irritaciones locales que ocasiona la toxina cuando es ingerida en el aliento contaminado,
produciendo ulceraciones y descamaciones en la boca, lengua, paladar, erosiona el epitelio
de la mucosa del tracto gastrointestinal ocasionando una severa gastroenteritis, diarrea
sanguinolenta que afecta la absorción de nutrientes y por lo tanto la conversión alimenticia.
Afecta el sistema hematopoyético lo que ocasiona anemia y disminución y atrofia de los
órganos linfoides, lo que propicia una disminución de la inmunidad celular y humoral, por
lo que se presentan fallas vacunales y mayor susceptibilidad a agentes infecciosos que
puede llevar a la muerte a los animales. En bovinos la toxina T-2 ha sido relacionada con
gastroenteritis, hemorragias gastrointestinales y muerte de animales (Whitlow y Hagler,
2002).
Deoxinivalenol (Vomitoxina):
El DON es una de las fusariotoxinas más comunes y ésta formado por una amplia gama de
compuestos acetilados del DON. Contamina diversos cereales, especialmente maíz y trigo,
así como silos mal sellados. Por los síndromes eméticos que causa (y rechazo a los
alimentos) se le conoce también como vomitoxina siendo un potente inhibidor de la síntesis
de proteína. Niveles entre 0,6 y 7,6 m g/kg han sido detectados en trigo, siendo
potencialmente peligrosos tanto en animales como humanos (FAO, 2003; Maresca, 2002)
Pertenece al grupo de los tricotecenos al igual que Toxina T-2 y es producida hongos del
género Fusarium afectando principalmente a cerdos, pero también al hombre y ratas
(Jurado, 1989). Estos hongos se desarrollan rápidamente cuando los granos están sometidos
a condiciones de ambientales frías, lluviosa y seguido de un corto período seco.
Se previene su crecimiento almacenando los granos con un bajo contenido de humedad (13
a 14%), por el contrario, humedad muy alta del grano (22 a 23 %) favorecen su desarrollo.
Bajo estas condiciones se producen grandes cantidades de micotoxinas, tanto
Deoxinivalenol como Zearalenona (Diekman y Green, 1992).
Según antecedentes entregados por Shase y Stone (2003) y Kuldau (2001), citando a varios
autores, la contaminación de alimentos de vacas lecheras con DON no afecta
significativamente a la producción de leche, su calidad, el consumo de alimento o salud del
animal, esto en estudios realizados en vacas lecheras en lactación temprana, media
lactación y en vacas sacas. Dos ensayos realizados con novillos en etapa final de engorda
(Windels et al., 1995 y DeCostanzo et al., 1995, citados por Shase y Stone, 2003),
alimentados con dietas contaminadas con DON entre 0 y 22 ppm, no se observaron efectos
negativos en el consumo de alimento ni en el rendimiento final.
En un ensayo in vitro con células epiteliales humanas conducido por Maresca et al. (2002)
en que se vio el efecto de DON en la absorción de diferentes clases de nutrientes,
incluyendo azucares, aminoácidos y lípidos. En bajas concentraciones (10 m mol/L), fue
inhibida significativamente la actividad de los transportadores de: D-glucosa y D-galactosa,
dependientes del sodio (50% de inhibición, P<0,05), seguidos de los trasportadores de Dfructuosa (42% de inhibición, P<0,05), activo y pasivo transportador de L-serina
(inhibición de 30 y 38% respectivamente, P<0,05). También fue inhibido, aunque
ligeramente, el transportador pasivo de D-glucosa (15% de inhibición a una concentración
de 1 m mol/L, P<0,05). Sin embargo el transportador de palmitato fue incrementado en un
10% a una concentración de 10 m mol/L (p<0,0001) y la absorción de colesterol no fue
afectada.
Ocratoxina A:
Aspergillus ocrhaceus, Penicillium viridicatum P. palitaus, P. ciclpium, etc. producen las
Ocratoxinas A y B, siendo la Ocratoxina A la que presenta la mayor toxicidad para las
especies animales domésticas. La producción máxima de OA se alcanza a una temperatura
óptima de 30 °C pudiendo crecer (A. ochraceus) a temperaturas entre 8 y 37 °C. La
actividad hídrica óptima para la producción de OA es de 0.95, pudiéndose desarrollar el
hongo desde 0,79. Tiene una dosis letal media en ratas (LD50) de 20 a 22 mg/kg, siendo
principalmente nefrotóxica y hapatotóxica (FAO, 2003; Jay, 2000).
Las ocratoxinas afectan la síntesis de proteínas y los procesos enzimáticos que producen
glucosa a partir de aminoácidos (gluconeogenesis), específicamente
en las células
epiteliales de los túbulos contornedos distales, impidiendo de ésta forma la resorción de
agua en dichos túbulos y por lo tanto aumenta la excreción de agua (Diuresis Osmótica).
Afecta la ganancia de peso, los riñones aumentan de tamaño, se observan de un color
pálido, existen alteraciones de la coagulación. También produce la necrosis de los túbulos
renales, es hepatotóxica e inmunosupresora, En rumiantes es rápidamente degradada en el
rumen, pasando de OA a Ocratoxina a (Oa) por lo tanto las consecuencias negativas no son
importantes, a menos que sean consumidas por pre-rumiantes (Whitlow y Hagler, 2002).
Fumonisina B1:
Las fumonisinas son producidas esencialmente por Fusarium verticiloides, que se
desarrolla principalmente en el maíz. Las más frecuentes y de mayor importancia
toxicológica son: La Fumonisina B1 (FB1) y la Fumonisina B2 (FB2). Las FB1 y FB2
pueden encontrase como contaminantes naturales, en los cereales, principalmente en el
maíz y subproductos del maíz. Los principales síndromes que producen son: neurotóxicos
(leucoencefalomalacia), nefrotóxicos, edema pulmonar y cerebral, hepatotóxicos y lesiones
cardiacas, además se relaciona con el desarrollo de cáncer esofágico en humanos y
hepatocarcinomas en animales de laboratorio (ratas y ratones). Los órganos afectados son:
el cerebro, pulmón, hígado, riñón y corazón. Las fumonisinas inhiben la síntesis de las
lipoproteínas denominadas esfingolipidos, ya que afectan el sistema de control de
retroalimentación, es decir la inhibición enzimática por alta concentración de producto,
debido a su semejanza estructural con la esfingosina. Inhiben la síntesis de lípidos de las
membranas biológicas. Las FB1 y FB2 tienen una actividad citótoxica ya que inhiben el
metabolismo de los esfingolípidos, el metabolismo de las proteínas y el ciclo de la urea,
mientras que el efecto carcinógeno se debe a la acumulación de las bases de esfingoides
que afectan las síntesis de ADN, de acuerdo a los trabajos de Schroeder et al., 1994, y la
alteración de la señalización del AMP cíclico (Huang et al., 1995) y la proteín cinasa CC
(Yeung et al., 1996), además de la destrucción del ciclo celular normal (Ramljak et al.,
2000). Estas lesiones bioquímicas explican el efecto sobre los mecanismos de obtención de
energía celular lo que afecta todas las funciones celulares y por lo tanto la función integral
del organismo intoxicado con Fumonisinas.
En ganado lechero, Whitlow y Hagler (2002) señalan que se ha visto una reducción de la
producción de leche con 100 ppm de FB1 en la dieta, mientras que en ganado de carne
alimentado dietas contaminas (148 ppm) no se observaron disminución en la ganancia de
peso. Los autores explican estos nulos o menos evidentes efectos en bovinos debido a la
capacidad de detoxificación que tiene el rumen, siendo al parecer más dependiente de la
actividad protozoaria que bacteriana. Los rumiantes se consideran más resistentes. Novillos
alimentados con dietas contaminadas con fumonisinas (15, 31 o 148 ppm) durante 37 días,
no mostraron disminución en el consumo de alimento o ganancia de peso, sin embargo,
terneros alimentados con dietas libres de contaminación ganaron más peso (1,44kg/día) que
los terneros tratados con 48 ppm de fumonisinas en la dieta (0,97 kg/día) (Whitlow y
Hagler, 2002). En vacas lecheras se hizo un ensayo en que se vio el efecto de fumonisinas
en producción de leche, componentes de la leche y salud de los animales. Las vacas (6
Holsteins y 7 Jerseys por cada tratamiento) fueron alimentadas desde los 7 días antes del
parto hasta 70 días postparto. La dieta contaminada con 100 ppm no afectó la concentración
de grasa, proteína, lactosa ni de sólidos no grasos, sin embargo, la producción diaria de esos
componentes fue menor debido a la menor producción de leche (P<0,01) de las vacas
expuestas a fumonisinas (24,2 kg de leche por día) en comparación a las vacas alimentadas
con dietas libres de contaminantes (31,2 kg/día). Siendo también menor la producción de
leche corregida por contenido graso (22,8 kg/d vs. 28,5 kg/d, P≤0,01) y por contenido de
sólidos (24,4 kg/d vs. 30,5 kg/d, P≤0,01). El consumo de alimento fue 5,2 kg menos (12 %)
en las vacas alimentadas con fumonisinas y se detectó daño hepático debido a las mayores
concentraciones séricas de aspartato aminotranferasa y de glutamil transferasa (Diaz et al.
2000).
Zearalenona:
Esta micotoxina es producida por los hongos Fusarium roseum, F. graminareum y F.
culmorum principalmente en maíz, aunque también es posible encontrarla en trigo,
cebada, arroz y sorgo, normalmente en bajas dosis por lo general en altas concentraciones
en ensilados mal sellados. Su nombre deriva del nombre del estado perfecto del hongo F.
graminareum (Gibberella Zeae). Tienden a desarrollarse en el otoño, cuando existen
temperaturas relativamente frías con alta humedad ambiental y muy próximas al período de
cosecha, produciendo una micotoxina con cierta semejanza estructural al 17β- estradiol,
sin embargo tiene una elevada actividad estrogénica, ocasionando problemas de
hiperestrogénismo: vulvovaginitis, disminuye la eficiencia reproductiva, feminización,
interfiere con la concepción, ovulación, implante, desarrollo fetal y viabilidad del animal
recién nacido También se han descrito prolapsos rectales y vaginales, psedudopreñez y
anormalidades ováricas La ZEA, a pesar de ser muy diferente estructuralmente al
estrógeno, posee una fuerte actividad estrogénica. Se ha observado que tiene una gran
afinidad a receptores de estrógeno en el útero de ratas como también en el de ovejas y
vaquillas. De todas las especies domesticas, la cerda en etapa previa a la pubertad es la más
sensible a la acción de ZEA, siendo suficiente una concentración de 0.5 a 1 ppm para
causar pseudos-estros y prolapso vaginal (Lawlor y linch, 2001b, Márquez 2005). En
vaquillas lecheras expuestas a ZEA se ha observado una disminución de la tasa de
concepción y, al parecer, el paso de metabolitos a la leche es mínimo (Coulombe, 1993).
Otros efectos observados son vaginitis, secreción vaginal, menor eficiencia reproductiva y
dilatación de la glándula mamaria en vaquillas vírgenes. Sin embrago se considera a los
bovinos (ovinos) relativamente resistentes a ZEA, observándose menores efectos negativos
como se aprecia en el cuadro 3 (Whitlow y Hagler, 2002).
Cuadro 3. Efecto de la ingestión de Zearalenona en características reproductivas de
bovinos y ovinos (Varios autores citados por DiCostanzo y Murphy, 1994).
Dosis
Especie
Duración
Tipo
Efecto
mg/kg MS
mg/día
días
Bovino
Vaquilla lechera
15ª
cons./día
250
63
Bovino
Rebaño lechero
1,25
300
ND
Reducción tasa concepción.
Bovino
Vaca lactante lechera
25-100
150
42
Inflamación genital pero con
Reducción tasa concepción.
estro y ovulación normal.
Ovino
Oveja postparto
12a
24
10
Sin efectos en sobrevivencia de
embriones o pariciones.
Ovino
Oveja preparto
0,5a
1
20-40
Reducción de la tasa ovulatoria.
Ovino
Oveja preparto
1,5a
3
10
Reducción de la tasa ovulatoria.
Ovino
Oveja preparto
12,5a
25
10
Prolongación del estro, reducción
de la tasa ovulatoria y reducción
de la fertilidad.
MTX en ingredientes y dietas para ganado lechero, en los principales estados lecheros
del México (Durango, Coahuila, Jalisco y Chihuahua) durante el 2008 y 2009:
MTX
Maíz
rolado
ppb
Ensilado
de Maíz
ppb*
Ensilado
de Alfalfa
ppb*
Ración Integral
ppb
AFB
5.9 ± 3.0
20.5 ± 6.5
3.8 ± 0.5
4.5 ± 2.0
ZEAR
75.5 ± 9.5
322.5 ± 50.0
304.0 ± 71.0
101.5 ± 42.5
DON
420.0 ± 37.0
510.0 ± 62.5
375.5 ± 48.0
285.5 ± 38.0
T-2
55.5 ± 8.0
85.0. ± 9.0
71.3 ± 10.0
57.0 ± 7.0
FB1
2050 ± 320
1720 ± 270
< 200
1050 ± 205
En términos generales los ensilados pueden contener una mayor concentración de
micotoxinas cuando no se llevan a cabo de manera controlada la aireación, el tamaño de
partícula, el apisonado, etc. (Muñoz, J. 2009). La contaminación por hongos de los forrajes
destinados la alimentación de las vacas lecheras (alfalfa, pastos, granos de maíz, sorgo, etc.)
y la biosíntesis de toxinas depende de condiciones ambientales tales como: el estado de
desarrollo de la planta antes de la cosecha, las condiciones meteorológicas, las técnicas de
cosecha y las condiciones hidrotérmicas antes y durante su almacenamiento o conservación
(Murata H. et al, 2002).
Control de Micotoxicosis:
En algunas regiones de los Estados Unidos de América y de México en las dos últimas
décadas han ocurrido varios casos de contaminación generalizada de las cosechas de maíz
y sorgo principalmente con aflatoxinas, mientras que en Estados Unidos y Canadá se
presentaron numerosos casos de cosechas de granos y de pastas de oleaginosas con altos
niveles de Aflatoxinas, Deoxinivalenol, Fumonisinas, Ocratoxinas y Tricoticenos, que
ocasionaron mermas en la producción pecuaria y rechazos del grano, estimados en más de
$3,000 millones de dólares.
Durante los años ochenta se desarrollaron los primeros adsorbentes comerciales de
micotoxinas, que adsorben eficientemente a las micotoxinas polares coma las Aflatoxinas,
elaborados a base de aluminosilicatos tanto de origen natural como sintéticos, sin embargo
tienen poca a nula capacidad de adsorber eficientemente a otras micotoxinas
(principalmente no polares), por lo que un sinnúmero de industrias en todo el mundo ha
estado desarrollando productos adsorbentes y/o inactivantes de micotoxinas con una amplia
gama de principios activos y consecuentemente mecanismos de acción.
Tales como: Combinación de Aluminosilicatos de Sodio y Calcio con activación Térmica o
con Tratamientos ácidos para regular el diámetro de los canales, Organoaluminosilicatos
(incorporación química de compuestos orgánicos C18, o de Polvinilpirrolidonas).
Aluminosilicatos combinados con inhibidores de hongos e inactivantes de aflatoxinas
(Propionato de Amonio), Aluminosilicatos con enzimas (esterasas y epóxidasas) y/o
hepatoptotectores y extractos de plantas, productos a base de levaduras vivas
(Saccharomyces cerevisiae), o de concentrados de polisacáridos de las paredes celulares de
levaduras (Mananos y Glucanos).
Una gran diversidad de autores están de acuerdo que los estudios de Eficiencia de
Adsorción de Micotoxinas bajo condiciones in vitro sólo arrojan resultados orientativos,
ya que la capacidad de adsorción de micotoxinas depende de muchos factores extrínsecos al
mismo adsorbente y la simple variación de alguno de ellos pude provocar resultados
diferentes. El pH, fuerza iónica, tipo de buffer, concentración de micotoxina y del
adsorbente, tiempo, fuerza de agitación y temperatura de incubación, método de
cuantificación de las micotoxinas en las 2 fases, son algunas de las variables en las pruebas
de adsorción in vitro. Considerando que los ensayos de Adsorción in vitro tienen un valor
limitado Márquez y col. (en prensa) han realizado estudios en modelo animales, utilizando
dietas contaminadas con una o varias micotoxinas (AFB1, T-2, OA, FB1 y/o ZON), tanto
en pollos de engorda, gallinas de postura, animales de laboratorio o en cerdos, y sólo
algunos productos comerciales o innovaciones tecnológicas lograron proteger
eficientemente a los animales de los efectos nocivos de las mismas. Ningún adsorbente
evitó la presentación de lesiones orales en las aves alimentadas con dietas contaminadas
con Toxina T-2 y se pudo observar que no siempre existió una correlación directa entre los
resultados in vitro e in vivo y sólo pocos productos protegieron al 100%.
Los glucanmananos y su combinación con organoaluminosilicatos han tenido un buen
desempeño en el campo, tanto en la producción porcícola como en la avicultura y en la
producción láctea, donde se han demostrado la disminución en el número de abortos por
zaearlenona y se han disminuido los niveles de excreción de AFM1 en la leche. Los
adsorbentes deberán demostrar su capacidad real, a través de 3 niveles de prueba: in vitro,
in vivo (varias especies animales) y a nivel de campo donde realmente exista la
contaminación del alimento con niveles significativos de micotoxinas y que de manera
complementaría demuestre su inocuidad y la no adsorción de componentes de la dieta.
Idealmente las medidas de control más efectivas para evitar las micotoxicosis son las
acciones preventivas, más que las correctivas ya que el simple uso de un adsorbente de
micotoxinas no siempre resuelve la situación.
El uso de semillas resistentes a las sequías o estrés climático, al ataque de insectos, buenas
prácticas de campo (densidad de siembra, control de insecto y malezas, eliminación de
esquilmos agrícolas contaminados), buenas prácticas de cosecha (con el menor daño físico
al grano, grano bien llenado y con la menor humedad posible), buenas prácticas de secado y
almacenamiento del grano (evitar sobrecalentamientos, control de humedad y temperatura),
sistemas de prelimpieza del grano a la reciba en la fábrica de alimentos, programa rutinario
de limpieza de camiones tolvas, y de las diferentes secciones de la fábrica donde exista la
posibilidad de formación de costras de alimento o materia prima y de las tolvas y
comederos en las granjas productoras.
En relación a la alimentación del ganado lechero es esencial realizar buenos ensilajes con
partículas en los estados fenológicos que permitan la madurez adecuada de la planta y por
lo tanto la concentración de nutrientes adecuados, el tamaño de partícula es muy importante
para facilitar su compresión y eliminación de bolsa de aire, control de aire (buena
compactación y silos pequeños), inóculos para fermentaciones homolácticas, etc. son
algunos ejemplos de acciones preventivas. De acuerdo a las características del terreno se
deberá escoger entre los diferentes tipos de silos:
1.- De Trinchera
2.- De Pastel
3.- Silobolsa.
La correcta conservación de los pastos cortados y sobre todo aereados y con la menor
humedad posible, si es posible se puden agregar inhibidores fungícos en polvo durante el
enrollado de los pastos.
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