Download Teoría de las Relaciones Internacionales

Document related concepts

Teoría de la dependencia wikipedia , lookup

Sistema wikipedia , lookup

Comunicación global wikipedia , lookup

Desarrollismo wikipedia , lookup

Antiimperialismo wikipedia , lookup

Transcript
Teoría de las Relaciones Internacionales
Tanto la teoría de la dependencia como la de la autonomía y el realismo periférico, son
teorías nacidas en América Latina cuyo fin principal es explicar la situación de desarrollo
principalmente en el ámbito político y económico de este continente frente al resto del
mundo.
La teoría de la dependencia rechaza las concepciones de un sistema internacional
anárquico, y por el contrario parte de la jerarquización como principio organizador del
mismo; en donde el posicionamiento de los Estados se ve limitado por su función dentro de
“la estructura económica internacional de producción y distribución”1, ya sea productor de
bienes industrializados o bien de bienes primarios, acentuando esto las relaciones de
dependencia de los países periféricos productores de materias primas con respecto a los
países céntricos productores de bienes industrializados.
Esta teoría también supone, y tal y como lo asegura Andre Gunderfrank, la ausencia de
soberanía y autonomía de los Estados. Ahora bien, a la luz de esta teoría, la autonomía de
los Estados se ve minada por múltiples factores; el primero de estos es la dependencia
(subordinación) de la economía nacional a “pautas de consumo creadas (…) que obligan a
determinadas formas de organización y control de la producción”2, mediante las cuales se
generan nuevas formas de ordenamiento en las economías de estos países. Dentro de este
punto, vale la pena resaltar que los precios de los bienes producidos por los países
periféricos son generalmente muchos menores que los producidos por los países céntricos,
y estos precios están dados por factores como el mercado y no dependen de los deseos de
los países productores.
Como segundo punto, para entender la falta de autonomía, es importante señalar que los
países dependientes obedecen a presiones dadas dentro del sistema internacional para
poder tomar decisiones en cuanto a inversión; es decir, se restringe la eficacia de los grupos
locales3. Esta inversión extranjera, es un factor que profundiza la dependencia ya que al
basar la industrialización de los países en el capital extranjero, “éste se adueña del sector
más avanzado de la economía y cierra, cada vez más fuertemente, sus cadenas sobre dichas
economías, haciéndolas más dependientes”4. A estos grupos externos se suman o alían las
élites nacionales, las cuales dan vía libre al desarrollo por medio de la imposición de sus
intereses, es decir, suponen la subordinación al exterior y reorientación económica social en
función de los intereses nacionales, que no son otros que los de estas élites5. Esta situación
de desarrollo necesita una expresión política que posibilite la acción económica de los
distintos grupos que abarca, en consecuencia, los grupos dominantes buscan consolidar su
dominio bajo la reorganización del régimen político, frenando la reivindicación de las
1
Cardoso Fernando Enrique, Faletto Enzo, Dependencia y desarrollo en América Latina, Ensayo de
interpretación sociológica .Análisis integrado del desarrollo. Madrid. Siglo veintiuno editores, 1969, p 23.
2
Ídem. p 149.
3
Ídem. P 150.
4
Dos Santos Theotonio, El nuevo carácter de la dependencia. Lima. Instituto de estudios peruanos, 1968 p
11.
5
Cardoso Fernando Enrique, Faletto Enzo, Dependencia y desarrollo en América Latina, Ensayo de
interpretación sociológica .Análisis integrado del desarrollo. Madrid. Siglo veintiuno editores, 1969, p 29.
masas6 lo que vuelve aún más excluyente este sistema. Es decir, el Estado se configura
como “la expresión política de la burguesía urbano industrial (…) a través de grupos de
presión o de ocupación de puestos en el aparato estatal”7, y estos grupos pasan a ser tal y
como dominados por la corporación8.
Por su parte, aunque al igual que la teoría de la dependencia para la teoría de la autonomía
los países dependen de decisiones y factores que le son externos9, se diferencia de la
dependencia, porque considera que si hay un punto intermedio entre Estados céntricos y
periféricos (es decir no todos los Estados céntricos son autónomos y todos los periféricos
dependientes como señala la dependencia), pudiendo encontrarse según Jaguaribe una
estratificación internacional, donde la primacía general está dada para las potencias (que
aseguran su inexpugnabilidad del territorio con la capacidad nuclear), la primacía regional
(caracterizada por la inexpugnabilidad del territorio propio donde la capacidad militar es
garante), la autonomía (donde se dispone de un alto grado de autodeterminación y dividida
en autonomía regional y sectorial); y por último el nivel de dependencia (que como se
señaló anteriormente dependen de decisiones y factores que le son externos, y donde se
ubican la mayoría de países). Paralelo a esta estratificación y siguiendo con la idea que de
que la autonomía no es rígida, Puig habla de que hay 4 estadios de autonomización en los
que un Estado puede transcurrir hasta llegar a la autonomía (donde se llega cuando hay
recursos suficientes y élites comprometidas con la autonomía10); estos son: dependencia
para-colonial, dependencia nacional, autonomía heterodoxa y autonomía secesionista.
Por otra parte, hay tres clases de Estados de acuerdo a su funcionalidad, los repartidores
supremos que imponen las reglas, los repartidores inferiores que aplican las reglas de
juego y por último los recipiendarios, que son aquellos que acatan las reglas de juego. En
cuanto a la consolidación del Estado, la autonomía asegura que en los países dependientes
se presenta una incapacidad nacional, donde el Estado es incapaz de manejar los
subsistemas culturales y políticos, dejando estos en manos de las transnacionales; además
de que los centros decisorios de éste son manejados por las élites (que a su vez ocupan
escalones superiores en las transnacionales11).
Una de las diferencias que encontramos entre la autonomía y la teoría de la dependencia es
que, tal y como señalan Puig y Jaguaribe, el acceso a la autonomía si se puede lograr, y se
hace a través de algo que la mayoría de países no tienen, esto es a través de viabilidad
nacional (que no es otra cosa que la disponibilidad de recursos humanos y naturaleza,
condicionados entre otros por las exigencias tecnológicas de la época12) y la viabilidad
internacional, que según Jaguaribe es la capacidad de neutralizar el riesgo de coacción
6
Ídem. p 151.
Ídem. p 155.
8
Dos Santos Theotonio, El nuevo carácter de la dependencia. Lima. Instituto de estudios peruanos, 1968 p
14.
9
Jaguaribe Helio, El nuevo escenario internacional, Autonomía periférica y hegemonía del centro. México.
Fondo de Cultura económica. 1985, p 28.
10
Puig Juan Carlos, Doctrinas internacionales y autonomía latinoamericana, Esbozo de una nueva teoría.
Instituto de altos estudios de América Latina. p 154.
11
Jaguaribe Helio, El nuevo escenario internacional, Autonomía periférica y hegemonía del centro. México.
Fondo de Cultura económica. 1985, p 35.
12
Ídem. p 30, 31.
7
proveniente de terceros países. Por otra parte, una similitud entre dependencia y autonomía
es que el sistema internacional es jerárquico, aunque el significado de jerarquía sea
diferente para las dos teorías.
Finalmente, la última teoría es la teoría del Realismo Periférico. Para esta teoría, al igual
que la autonomía, hay varios grados o clases de Estados dentro del Sistema Internacional;
éstos son: los que manda, los que obedecen y los contestatarios. Escudé da por hecho que
los países periféricos son dependientes, y que la forma de lograr la autonomía es mediante
una acción Estado-céntrica (es decir, con una orientación que privilegie la generación de
poder económico sobre la de poder político militar13). En el realismo periférico, la
dependencia puede entenderse como la vulnerabilidad que tiene un país periférico al no
“cumplir” con las normas establecidas por la potencia, ya que ésta tiene la capacidad de
“vincular asuntos económicos cruciales con comportamientos políticos deseables, en sus
relaciones con los Estados relativamente débiles”14 de tal forma que las potencias tienen las
condiciones de exigir a los Estados más débiles concesiones políticas. Pero si esto es usado
en la vía contraria, es decir, el Estado periférico logra vincular asuntos económicos
cruciales con comportamientos políticos deseables en sus relaciones con los Estados
poderosos, y suma a esto actitudes como abstenerse de confrontaciones con potencias
(respeta las reglas de juego establecidas por estas), abstenerse de políticas exteriores
idealistas y promover el desarrollo económico; muy seguramente ese Estado se consolidará
hacia un futuro y tendrá más probabilidades de prosperar, por lo tanto tendrá un mejor
bienestar para su población (búsqueda de riqueza, mercantilismo).
Por otro lado encontramos algunas similitudes entre esta teoría y la autonomía y la
dependencia, una de ellas es el análisis que se hace entre la estructura política y la
económica; también la jerarquización que aseguran las tres teorías, existe dentro del
sistema internacional (jerarquía es un concepto que describe mejor la estructura del sistema
interestatal que anarquía15 según Escudé). Una similitud encontrada entre la teoría
periférica y la de la de la autonomía, es que las dos caracterizan al sistema en diferentes
grados de autonomía.
Finalmente, una gran diferencia de la teoría realista periférica con la dependencia es que
esta última ve en la especialización la manera de profundizar los lazos de dependencia,
mientras que para la realista periférica un Estado es más débil y pobre si no se especializa16.
Otra diferencia es que la autonomía tiene un énfasis en el poder a diferencia del realismo
periférico, que enfatiza la importancia en el desarrollo económico.
13
Escudé Carlos, El realismo de los estados débiles, La insuficiencia del realismo clásico y estructural.
Buenos Aires. Grupo Editor Latinoamericano, 1995. p 171.
14
Escudé Carlos, El realismo de los estados débiles, La insuficiencia del realismo clásico y estructural.
Buenos Aires. Grupo Editor Latinoamericano, 1995. p 98.
15
Ídem. p 104.
16
Ídem. p 109.