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POBREZA Y DESARROLLO HUMANO EN
REPÚBLICA DOMINICANA
Josefina Zaiter Mejía
Universidad Autónoma de Santo Domingo
La pobreza remite a situaciones de carencia y de precariedad, las
cuales se definen a partir de la existencia de relaciones sociales marcadas
por condiciones en las que se da una distribución desigual de bienes y
servicios sociales. La pobreza estructural revela la presencia de un modelo
de desarrollo en el que, para la mayoría de la población está gravemente
restringido el alcanzar la satisfacción de sus necesidades humanas
fundamentales; así como el realizar un desarrollo humano adecuado.
En América Latina y el Caribe la situación de pobreza atraviesa y
marca toda una historia de penurias, de drama social y de crisis.
483
En las últimas décadas en el marco de los procesos de globalización
económica, la realidad de la pobreza en el mundo pone de manifiesto, las
complejas diferencias en que viven amplios sectores de la población, siendo
que a pesar la insistencia de los organismos internacionales, para que se
realicen proyectos y programas que promuevan el bienestar social de la
población , y las declaraciones de los gobiernos con el interés en la
reducción de la pobreza; lo cierto es que para muchos países la pobreza
sigue siendo un problema social grave; cada vez más la brecha entre países
ricos y países pobres se amplia. Esto nos lleva a cuestionar el modelo de
desarrollo social predominante, así; como los modelos económicos que se
han venido difundiendo, desde la corriente neoliberal, los que no impactan
de manera positiva en la realización del gasto social. (ver informe sobre
desarrollo mundial 2000/200.: Globalización y pobreza. Informe CEPAL.
2003).
1.- La pobreza y el Desarrollo Humano
Con el interés de considerar la dimensión humana que tiene la
problemática de la pobreza, en los últimos años desde los organismos de las
Naciones Unidas, dedicados al estudio del Desarrollo Social, se viene
impulsando la valoración de análisis que den importancia a la consideración
del Desarrollo con rostro Humano, no sólo en la referencia a los indicadores
de desarrollo, sino que también buscando integrar a los análisis la dimensión
que aportan las personas que viven en condiciones de pobreza; es así como
se llevan ha cabo estudios para recoger los testimonios y las interpretaciones
que expresan las personas situadas en realidades de pobreza. Este es el
propósito del documento “La voz de los pobres” (Deepa Narayan y colab.
¿Hay alguien que nos escuche? La voz de los pobres. Banco Mundial 2000).
Es importante reconocer que uno de los análisis más interesantes, en
el interés de colocar a las personas en el centro de los estudios de desarrollo,
lo aporta la propuesta alternativa Desarrollo a Escala Humana, elaborada y
divulgada por el equipo profesional transdisciplinario, que se integra en el
Centro de Alternativas de Desarrollo –CEPAUR. Desde este centro, que
tiene su sede principal en Santiago de Chile, ya para finales de la década de
los ochenta, se han estado promoviendo investigaciones y propuestas
alternativas con el interés de hacer posible asumir el análisis de la
necesidades humanas, con una perspectiva nueva que permita colocar a las
personas, y sus necesidades, como eje central de los modelos de desarrollo;
484
para así hacer posible referirse a un desarrollo humano.
En su propuesta alternativa, el CEPAUR destaca que: “Un desarrollo
orientado hacia la satisfacción de las necesidades humanas no puede, por
definición, estructurarse desde arriba hacia abajo. No puede imponerse por
ley ni por decreto. Sólo puede emanar directamente de las acciones,
aspiraciones y conciencia creativa y crítica de los propios actores sociales
que de ser tradicionalmente objeto de desarrollo, pasan a asumir su rol
protagónico de sujetos”.
En este enfoque las necesidades humanas se consideran
fundamentales, sin jerarquizarlas, y comprendiéndolas en sus vínculos
sinérgicos, reconocen corno necesidades humanas fundamentales las de:
subsistencia, protección, afecto, entendimiento, participación, ocio,
creación, identidad y libertad. Destacando que: “La interrelación entre
necesidades, satisfactores y bienes económicos es permanente y dinámica.
Entre ellos se desencadena una dialéctica histórica. Si, por una parte, los
bienes económicos tienen la capacidad de afectar la eficiencia de los
satisfactores, estos, por otra parte, serán determinantes en la generación y
creación de aquellos. A través de esta causación recíproca se convierten, a
la vez, en parte y definición de una cultura y en determinantes de los estilos
de desarrollo” (Max-Neff y Colab. 1986. 2001 pág.41). Lo que permite
realizar las necesidades es la manera de satisfacerlas en un contexto social
determinado.
2.- La situación de pobreza en República Dominicana
Analizar la situación de pobreza de la población dominicana nos lleva
a cuestionar el modelo de desarrollo que, históricamente, ha caracterizado a
nuestra sociedad. El desarrollo social dominicano se enmarca en un
capitalismo de la periferia, desde el cual se dispone la existencia de grupos
socio-económicos dominantes, los cuales constituyen una minoría de la
población, y grupos socio-económicos dominados, que representan la gran
mayoría.
485
REPÚBLICA DOMINICANA: DATOS GENERALES
Área:
Limites:
Temperatura Promedio:
Distribución Geográfica:
Idioma:
Gobierno:
Población:
Densidad de Población:
Religión:
48,308 km
Al oeste con Haití, al norte con el
Océano Atlántico, al este con el
Canal de la Mona y al Sur con el
Mar Caribe.
23°C (77°F)
29 provincias y un Distrito
Nacional
Español
Democrático
8.3 millones (1999)
169.7 hab/km
Católica 94.4 %, no son religiosos
2.7 %, otros 2.9 %
Entre los sectores mayoritarios de la población se reproducen, y
mantienen socio-estructuralmente, condiciones de pobreza siendo que: “De
acuerdo con estimados elaborados, en l 996 aproximadamente 56% de los
hogares dominicanos (es decir, más de un millón de hogares) estarían
viviendo en condiciones de pobreza (Pobre I y Pobre II). Cerca de l9 por
ciento (casi 350 mil) estarían sumergido en la “pobreza extrema” (Pobre I).
De acuerdo con esas cifras el número de personas en condiciones de
pobreza y en “pobreza extrema” ascendería a 4,649,502 y 1,619,399
personas, respectivamente (ONAPLAN Informe Población. No.11,
Diciembre 1997 pág.4, República Dominicana).
Los indicadores de desarrollo Humano que divulga el programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo -PNUD- ponen de manifiesto que la
República Dominicana, en un conjunto de l74 países, ocupa el lugar número
87, lo que la ubica en la situación de país con “Desarrollo Medio” esto lleva
a ponderar que: “En lo que respecta a los indicadores sociales de desarrollo
humano, se advierte una notable mejoría”. Sin embargo, se destacan
condiciones de rezagos preocupantes en los ámbitos de la Salud y de la
Educación; así como en la integración de la mayaría de la población a una
actividad productiva estable y en condiciones de seguridad social. En tal
sentido, se enfatiza que: “...existe en el país un cuadro de morbi-mortalidad
caracterizado por una elevada prevalencia de enfermedades transmisibles y
prevenibles con un adecuado nivel de atención primaria; por otro lado el
nivel de analfabetismo es superior al de América Latina, los niveles de
486
cobertura de las educaciones primaria y secundaria son bajos, mientras que
la tasa de cobertura neta de la educación primaria se encuentra alejada de la
meta de cobertura total” (PNUD 2000, pág.1).
En los recientes informes de organismos nacionales e internacionales,
acerca del desarrollo social ,se reconoce que en la República Dominicana se
da “...una notable estabilidad macroeconómica en la década de los noventa”.
Por lo que se valoran aspectos relacionados con el crecimiento económico.
Sin embargo es necesario reconocer que esta tendencia macroeconómica de
desarrollo y, crecimiento económico, no se tradujo en cambios significativos
en las condiciones de vida de las mayorías empobrecidas; expresándose
malestar social en la población empobrecida, y la percepción, en la
población, de que su vida continua atrapada en las precariedades y alejada
de cualquier bienestar social. Durante los años noventa, del siglo pasado, se
realizaron, en los sectores populares dominicanos, manifestaciones sociales
de protesta, movimientos sociales y huelgas denunciando y reclamando
mejoría en las condiciones de vida. La prevalencia de ésta situación lleva a
cuestionar el desenvolvimiento de las políticas públicas y de las políticas
sociales, planteadas en la sociedad dominicana, para reducir la pobreza en la
población.
La problemática de la pobreza tiene condicionantes socioeconómicas,
que le son determinantes. Es evidente que la pobreza es estructural, ya que
en el contexto social, en el cual ella se reproduce, existen unas relaciones
sociales establecidas que conllevan una distribución desigual de bienes y
servicios en la población, lo cual se sustenta en unas estructuras sociales que
se mantienen y reproducen. Desde una perspectiva psicosocial es
importante, considerar que las condiciones de vida en situaciones de
pobreza, inciden en los procesos de socialización, a través de los cuales se
reproducen estilos de vida y formas de sobrevivencia que se expresan y
asumen simbólicamente. Toda esto esta vinculado a la dimensión cultural de
la pobreza.
Al situarnos, en la complejidad que tiene el fenómeno social de la
pobreza, se reconoce la manera en que interactúan sus dimensiones
socioeconómicas, culturales y psicológicas, en este sentido es necesario
llamar la atención acerca del riesgo que tiene e1 que, en el análisis del
fenómeno, se den tendencias a enfoques reduccionistas. Desde la psicología
social uno de los riesgos es psicologizar el análisis del fenómeno de la
pobreza. La cual surge cuando las causas del problema se sitúan con énfasis,
487
en el comportamiento individual, lo que lleva a. convertir a las victimas del
problema, los pobres, en victimarios; arribando así, a conclusiones tan
simplistas corno la de que “se es pobre porque se comporta como pobre”.
En este sentido, es interesante ponderar consideraciones que plantea Ignacio
Martín Baró, desde la psicología social, al referirse a lo que conlleva el
psicoligizar los problemas sociales señalando 1o siguiente: “Como en el
caso del ‘Carácter latinoamericano’ la pretensión explicativa de la cultura de
la pobreza para el síndrome fatalista incurre en una sutil psicologización. Se
afirma que, una vez establecido el rasgo o estilo de vida, adquiere una
autonomía funcional que la mantiene y reproduce. El supuesto implícito es
que, aún cuando evolucionen las condiciones sociales, el individuo
mantendrá su indolencia fatalista. En otras palabras, una vez establecidas
‘La cultura de la pobreza’ en ella radica la causa del fatalismo en la
población, independientemente de que las condiciones sociales cambien o
no. El fatalismo echaría sus raíces en el psiquismo de la gente más que en el
funcionamiento de las estructuras económicas, políticas y sociales” (MartínBaró, 1998, pág.89).
En la misma tónica argumental Martín-Baró es categórico al señalar lo
siguiente: “Si el síndrome fatalista sigue produciéndose en los sectores
mayoritarios de los pueblos latinoamericanos, no es porque se reproduzca a
través de normas culturales y un estilo de vida propio de los pobres e
independientemente de los cambios que se operan en el sistema social más
amplio, el fatalismo constituye una relación de sentido entre las personas y
su mundo al que encuentran cercado e incontrolable, es decir se trata de una
actitud continuamente causada y reforzada por el funcionamiento opresivo
de las estructuras macro sociales”. (Idem.pag.90).
Jorge Cela (1997) en su estudio acerca de la pobreza en sectores
populares dominicanos, al referirse a lo que implican las expresiones
culturales de la pobreza puntualiza que: “...la pobreza se nos presenta como
el medio ambiente (no sólo natural, si no también de organización social)
donde un grupo tiene que buscar sobrevivencia. Este medio ambiente se
define por la hostilidad hacia el grupo y por la escasez de recursos
disponibles..."
La necesidad de profundizar en la dimensión psicosocial de la
pobreza, marca la importancia de acompañar a los datos concretos que
presentan los diagnósticos acerca de la situación de la pobreza, no solo de
un análisis de cómo viven la pobreza los sujetos protagónicos, sino también
488
de un reconocimiento a las posibilidades de su participación en procesos
sociales que viabilicen la reducción del problema de la pobreza en nuestras
sociedades.
Los análisis socio antropológicos realizados por Jorge Cela (1997)
destacan cómo en el marco socioeconómico de la globalización, países
como la República Dominicana, situado en la Región del Caribe, lejos de
avanzar hacia la superación del problema de la pobreza, se observan
sumergidos en profundas contradicciones sociales. En tal sentido su análisis
de la pobreza dominicana destaca como el proceso de globalización de la
economía “...ha asignado al Caribe una doble función: patio industrial de
manufacturas a través de las zonas francas) y espacio de recreación para el
turismo internacional”. Los organismos internacionales han estado
impulsando procesos socio-económicos tendientes a la modernización de los
Estados, sin embargo, estos planes y programas, no logran reducir el
problema de la pobreza, siendo que cada vez las diferencias entre los
llamados países ricos y países pobres son más marcadas y abismales. Ante
esta situación Cela (1997) destaca que la atención a los problemas de la
pobreza, en países como el nuestro, se enmarca en lo siguiente:
a) Su integración mundial según los parámetros asignados por la
nueva ordenación de la economía mundial.
b) La conciencia de que los límites del bienestar de los países ricos
los define el desarrollo de los países pobres, hecho que se siente cada
vez más fuerte en la presencia de la gran ola de incertidumbre de
inmigrantes que los inunda”.
Existen un conjunto de aspectos y características sociales, que
dimensionan de manera específica las condiciones estructurales de la
situación de pobreza en la realidad social dominicana, e interactúan con las
características que tiene la pobreza en nuestro país, estas se señalan en el
Informe Mundial sobre Desarrollo Humano 2000, correspondiente al
Desarrollo Humano en la República Dominicana. A éste respecto,
destacamos lo siguiente:
3.- Desarrollo sostenible y medio ambiente
La degradación del medio ambiente representa una preocupación
importante al considerar las realizaciones de un desarrollo sostenible, en
489
este sentido se destaca que los cambios sociales y económicos en nuestro
país están ejerciendo daños significativos en los recursos ambientales.
Destacando que: “El país ocupa el segundo lugar en riqueza de
biodiversidad dentro del marco geográfico del Caribe insular. A pesar del
potencial ecológico, social y económico que esta representa se reconoce
ampliamente que los conocimientos actuales acerca de la biodiversidad
nativa son limitados. “aún cuando se reconoce que en los últimos años se ha
avanzado en el inventario de la diversidad biológica., se hace necesario
sistematizar en este sentido (Desarrollo Humano en República Dominicana,
2000. PNUD).
Entre los problemas más críticos se encuentra el incremento de la
deforestación y la contaminación, siendo que: “La contaminación por
residuos sólidos es un problema serio a nivel nacional, particularmente en
las áreas urbanas y periurbanas y en las zonas industriales, donde la
acumulación de basuras y vertederos presenta sin dudas el conflicto
ambiental más evidente para residentes y visitantes por igual” (ídem). El
hecho de que en la población dominicana existan carencias sociales, que
representan limitaciones, en cuanto a las condiciones de vivienda, a la
disposición de organización urbana, a las posibilidades de realizar proyectos
de comunidades que cuenten con 1os servicios sociales principales, y las
posibilidades de integración a actividades productivas; así como la
disposición de recursos y programas para el cuidado del medio ambiente,
determina el que la relaciones con el medio ambiente estén realizándose de
forma inadecuada, lo cual ocasiona deterioros y problemas de
contaminación ambiental considerables.
4.- Desarrollo y Estado de Derecho
El respeto a los Derechos Humanos de todos y todas, y las
condiciones para realizar los deberes sociales, conlleva la realización de
posibilidades para constituir sujetos democráticos. Impulsar el desarrollo
social implica realizar aperturas democráticas, y hace necesario que se
conjugue la democracia con el desarrollo social.
En la sociedad dominicana se pone de manifiesto una tradición
autoritaria que se expresa en la organización social e institucional; así como
en las relaciones sociales. Desde la permanencia de la tradición autoritaria
se limitan los procesos de avanzar en una cultura cívica y una participación
democrática. El predominio de relaciones sociales, e interpersonales,
490
marcadas por la verticalidad, la imposición y la represión; impregna la
organización y el funcionamiento de las instituciones; así como también de
las actividades cotidianas, manteniendo procesos de infravaloración v
subordinación; (ver Zaiter, J.2002).
Existen un conjunto de problemas sociales, en la sociedad
dominicana, que se dimensionan desde la situación de pobreza, haciendo
vulnerables a grupos de la población. Entre estos problemas destacamos la
violencia social y la violencia intrafamiliar, los procesos de desintegración
familiar, las condiciones de exclusión y dominación hacia la mujer, que aún
persisten; y problemas de abuso infantil, de integración al trabajo de
población infantil; así coma el comercio y la explotación sexual de niños,
niñas y adolescentes.
5.- Situación de pobreza y condiciones de vida
Definir la situación de pobreza en que vive una población requiere
analizar ¿En qué medida y cómo satisfacen las necesidades humanas
fundamentales? Es importante dimensionar ¿Cómo realizan, y cómo se
cumplen, los derechos humanos? Es atendiendo a éste interés que la
propuesta de Desarrollo a Escala Humana (Max-Neff, M. y Colab. l9862001) nos presenta la posibilidad de realizar un análisis del desarrollo social
y humano que considera a las sujetos y sus realizaciones, humanas y
sociales, dentro de un contexto social. Desde esta propuesta alternativa se
analizan las necesidades humanas en una matriz que permite considerar los
satisfactores y la dimensión existencial que tienen tas necesidades humanas,
con lo cual se toma en cuenta el significado que tiene “la interrelación entre
necesidades, satisfactores y bienes económicos”. Ponderamos la perspectiva
de Desarrollo a Escala Humana, reconociendo en ella las posibilidades de
llevar a cabo un enfoque integral acerca del fenómeno de la pobreza, ya que
posibilita integrar, al análisis, las necesidades, y el sentir, de quienes son
victimas de la situación de pobreza, La manera en que se realiza, en sectores
de la población, el acceso a la salud, a la educación, a la vivienda y a las
posibilidades de generar ingresos, con cierta estabilidad, representan
condiciones de vida tomadas en cuenta en estudios de población y
desarrollo. El Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, al definir la
pobreza de una población destaca las condiciones de: Privación entendida
como la no disponibilidad de recursos, ni de ingresos para satisfacer las
necesidades básicas; la impotencia: considerada como la imposibilidad de
organización, de representatividad y de participación social efectivas en las
491
instancias de poder que dirigen una sociedad, la vulnerabilidad, al no
disponer de recursos, ni de capacidad para responder, satisfactoriamente, a
las situaciones y problemas de su realidad.
Uno de los estudios más importantes acerca de la situación de
pobreza de la población dominicana lo representa la Focalización de la
Pobreza en la República Dominicana (ONAPLAN. 1997) y la elaboración
del Mapa de Pobreza, en el cual se considera: La condición de la vivienda y
los servicios básicos disponibles, la capacidad de sustento familiar, capital
humano y género, así como la exclusión social. Este estudio pone de
manifiesto como la ciudad de Santo Domingo (Distrito Nacional) “concentra
la mayor cantidad de hogares pobres de las áreas urbanas del país”, se pone
de manifiesto una gran diferencia, en niveles de pobreza, entre zonas
urbanas y zonas rurales siendo que: “Mientras en la zona urbana menos del
40% de los hogares son pobres, en la zona rural la pobreza ronda los
hogares de más del 80% de las familias” (ONAPLAN. l997). A través del
mapa de la pobreza ha sido posible establecer las regiones y comunidades
que presentan mayores niveles de pobreza en la población dominicana.
En el estudio de ONAPLAN las demandas de la población en
pobreza, se caracterizan definiendo 12 necesidades básicas, destacando lo
siguiente:
492
Las necesidades insatisfechas de los pobre: una agenda para acción inmediata
Conjuntamente con la identificación de los espacios geográficos prioritarios, para
optimizar el Gasto Social, el Gobierno precisa conocer las demandas de los pobres, las
cuales definirían el tipo de políticas sociales que serían desarrolladas en los sectores
vulnerables. Con esos fines han sido consideradas las 12 necesidades sociales básicas
siguientes:
1
necesidad de piso en la vivienda (hogares con piso de tierra)
2
necesidad de pared (hogares con pared de tejamanil, yagua, materiales de
desechos, etc…)
3
necesidad de techo (hogares con techo de zinc, cartón, cana, yagua, etc..)
4
necesidad de cuartos (hacinamiento, hogares con 3 ó más personas por
dormitorios)
5
necesidad de agua potable (en la zona rural, hogares sin agua por tubería dentro o
fuera de la casa, y en la urbana, sin agua dentro de la casa.
6
necesidad de sanitario (hogares con inodoro colectivo, con letrina colectiva o que
no tienen servicio
7
necesidad de recolección de basura (hogares sin servicios por parte del
ayuntamiento o de otras empresas privadas)
8
necesidad de energía eléctrica (hogares sin energía de la CDE, planta eléctrica o
inversor)
9
necesidad de combustible para cocinar (hogares que cocinan con carbón o leña)
10 necesidad de empleos productivos (hogares con una proporción de personas
ocupadas menos o igual a 25%)
11 necesidad de escuelas o subsidio escolar (hogares con niños de 7 a 15 años fuera
de la escuela
12 necesidad de capital humano (hogares en que la educación del jefe de hogar, o la
educación media del hogar, para miembros mayores de 11 años de edad, es de 4 ó
menos años de educación)
Situación de la salud: En las últimas décadas el país presenta
avances que se han ido integrando al sistema de los servicios de salud a la
población, sin embargo, todavía persisten, a nivel preocupante, indicadores
de salud destacándose que: “la tasa de mortalidad infantil en niños menores
de 1 año para el período 2000-2005 se estima en 34.4 muertes por mil…
493
Por otro lado la tasa de mortalidad materna también presenta niveles
relativamente elevados… Para inicios de la década de los 70 la tasa de
mortalidad materna era de 250 muertes por cada 100 mil nacidos vivos y ya
para los 90 la tasa había reducido a menos de la mitad, lo cual se asocia a la
mejoría de los recursos de salud…” (FUDIS, 2003).
En el país persisten problemas graves de enfermedades transmisibles,
se observa que: “Los más graves problemas de enfermedades que enfrenta el
país se refieren a la tuberculosis y al SIDA cuyas tendencias en los últimos
10 años ha ido en aumento” (CONAPOFA-UNFPA, 2003).
Por otra parte, en cuanto a la situación de la salud en amplios sectores
de la población existe desnutrición por lo que se señala que: “La
desnutrición todavía es un problema relevante en el país. En el año 2000, la
desnutrición global (medida mediante el peso por edad) afectaba al 4.6% de
los niños menores de cinco años mientras que la desnutrición crónica
{medida mediante la talla por edad) afectaba al 6.l% de los niños menores
de 5 años. La desnutrición aguda medida mediante el peso por altura)
afectaba al l.5% de los niños (STP-UNlCEF, 2001). Si bien es cierto estos
números son significativos, los mismos evidencian una reducción en el
periodos l996-2000 que en el caso de la desnutrición global es de un 22%, la
crónica de un 43% y la aguda de un 74%”. (Idem)
Situación de la Educación. La existencia de condiciones de
desigualdad social, puestas de manifiesto a través del sistema educativo
dominicano, se expresan en problemáticas como las siguientes: el alto índice
de analfabetismo, aproximadamente un l7.9% de la población; la dificultad
de acceso a la educación formal debido a que existen limitaciones en cuanto
a la disponibilidad de centros educativos, de aulas y de docentes; otro
problema importante, en el orden educativo, es la deserción escolar.
En cuanto a la relación entre posibilidades educativas y condiciones
de pobreza es importante destacar que los grupos socio-económicos con
condiciones precarias de vida, no sólo tienen dificultades para tener acceso a
una educación de calidad, sino que el deterioro en que se ha desenvuelto la
labor educativa en los centros de educación públicos, impide que los
sectores mayoritarios de la población dispongan del acceso a una educación
que le garantice el desarrollo de competencias y capacidades, es decir una
educación de calidad (Ver Zaiter, 2003).
494
En la década de los 90, ante la crisis de la educación dominicana, se
planteó una reforma educativa y se propuso un plan decenal para la
educación desde la cual se impulsó una trasformación curricular en el
sistema educativo. Dicha reforma se ha estado impulsando; sin embargo,
aún existen lastres en las condiciones en que se realizan los procesos
educativos y en la capacidad del sistema educativo para dar respuestas
efectivas y de impacto (ver Zaiter, J 1998).
Situación de la Vivienda: Existen deficiencias cualitativas y
cuantitativas en a cuanto a las situaciones de vivienda las viviendas de que
dispone la mayoría de la población. En relación con las condiciones de las
viviendas existen sectores de la población, en las zonas rurales y urbanas
marginadas, en los que las viviendas tienen piso de tierra, y en los que las
viviendas son cuarterías y barracones; por su parte el hacinamiento
representa una de las situaciones más alarmantes; así corno los déficit y
deterioros en el entorno, la existencia de grandes cantidades de viviendas en
la orilla de ríos y cañadas viviendas con falta de disponibilidad de agua
potable así como de instalaciones sanitarias. También existen deficiencias en
la disponibilidad de la basura y los desechos sólidos (CONAPOFA-UNFPA,
2003; FUDIS, 2003).
495
ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DE LA VIVIENDA (PORCENTAJE DE HOGARES) 1991 Y
1998
Fuente: cálculos realizados en base a ENDESA-91 y ENGIH-98
ENDESA-91
ENGIH-98
Piso de tierra
10.6
6.8
Acceso a energía eléctrica (zona rural)
48.4
66.3
Agua intradomiciliaria
20.4
49.1
Agua intradomiciliaria (zona rural)
7.6
26.4
Situación del empleo y la generación de ingresos: se destaca que la
integración de la población dominicana a la actividad productiva estable
presenta limitaciones para amplios sectores de la población, en este sentido
se observa que: “E1 mercado de trabajo durante los años l991-2000, según
las estadísticas, cubrió estrechamente las demandas asociadas con el
crecimiento demográfico de la fuerza de trabajo. Esto lo vemos en el hecho
de que la tasa de participación económica de la población, que mide la
magnitud relativa del mercado de trabajo, alcanzó para el año a 1991 una
cifra de 55%, siendo mayor en los hombres (73%) que en las mujeres
(38%), sin evidenciarse avance significativo desde este año hasta el 2000”
(FUDIS,2003).
POBLACIÓN OCUPADA POR GRUPOS DE OCUPACIÓN
DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL
GRUPOS DE OCUPACIÓN
1996
1997
1998
1999
Gerentes y administradores
2%
2%
2%
3%
Profesionales e intelectuales
5%
6%
6%
6%
Técnicos de nivel medio
4%
5%
5%
5%
Empleados de oficina
5%
6%
6%
7%
Trabajadores de los servicios
48%
20%
20%
19%
Agricultores y ganaderos
calificados
17%
15%
11%
11%
Operarios y artesanos
16%
16%
15%
15%
Operadores y conductores
13%
12%
13%
14%
Trabajadores no calificados
20%
20%
21%
21%
Total
100% 100% 100% 100%
496
2000
3%
6%
6%
7%
19%
2001
3%
5%
6%
7%
19%
10%
16%
12%
21%
100%
10%
16%
13%
20%
100%
La población en condiciones de precariedad y pobreza se desenvuelve
en la economía informal y en el “chiripeo”, realizando actividades de diversa
índole y sin estabi1i dad.
6.- Pobreza, Cultura y Comportamiento
Realizar un análisis de la pobreza que considere su complejidad,
conlleva que en la conceptualización de la pobreza se asuma una
perspectiva que integre, a los datos e indicadores específicos, la dimensión
subjetiva que surge de vivir en la pobreza.. Esta sólo es posible si logra
reconocer “La voz de los pobres”. Cuestionar y reflexionar acerca de
¿Cómo vivencian los pobres sus condiciones de existencia y cómo asumen
su estar en la sociedad?
El vivir y desarrollarse en condiciones de pobreza, y de pobreza
extrema, sitúa a las personas y a los grupos sociales en un contexto
simbólico desde el cual asumen su realidad. Los comportamientos que se
reproducen, en el marco de una realidad de carencias y limitaciones sociales,
presentan expresiones culturales que se realizan al integrarse e interactuar,
en y desde una existencia de carencias, limitaciones, impotencias y
exclusión social.
En tal sentido, es importante destacar la relevancia y connotaciones
que tienen para las poblaciones empobrecidas, los estilos de vida siguientes:
La sobrevivencia: El significado social que tiene realizarse desde la
sobrevivencia, valida estilos de comportamientos que en la cultura popular
dominicana asumen: “buscarse la vida”, “partir brazo”, estar “con el
cuchillo en 1a boca”. La vida cotidiana se desenvuelve en un accionar que
impulsa “buscar” la satisfacción de las necesidades humanas en un contexto
plagado de limitaciones y obstáculos, en el cual sobrevivir al día a día es una
heroicidad.
Establecerse y vivir en la marginalidad: Estar en una condición
social, en la que no alcanza realizarse como ciudadano de derecho. No se
posee vivienda adecuada, ni se tiene acceso a satisfacer el derecho a la
alimentación, a la salud, a la educación, al trabajo estable, ni a disfrutar de
un tiempo libre, ni tampoco a la participación social. Plantea Jorge Cela
(1999) que: “En la ciudad, los pobres han ocupado las márgenes. Son los
497
terrenos a donde han llegado los servicios urbanos”. Vienen del campo a la
ciudad, lo que los coloca en una condición de desarraigo e inestabilidad,
pues en cualquier momento, “cuando llegan los servicios”, cuando los
terrenos que ocupan se valorizan los pueden desalojar.
La inmediatez, el ahora, la espontaneidad: La imposibilidad para
afianzar una historicidad lleva a que todo el empeño y el esfuerzo de vida
está en el aquí y e1 ahora. En lo que implica vivir lo inmediato Jorge Cela
destaca que la persona que vive en la pobreza “concentra toda la intensidad
en el momento presente. La cultura de la pobreza se realiza en la inmediatez.
De ahí que sean elementos típicos de su accionar el espontaneísmo y la
intensidad”.
5.1.- Los programas de reducción de la pobreza en República Dominicana
A partir de la Cumbre mundial de Desarrollo Social en Copenhague
en 1995, a los gobiernos Dominicanos se les ha venido demandando, desde
los organismos internacionales, la realización de planes y programas
sociales para reducir la pobreza en la población.
En el periodo 1996-2000 se realiza el estudio de focalización de la
pobreza y se define el mapa de la pobreza (ONAPLAN, 1997), siendo para
1999 que se presenta y pone en ejecución el Plan Comunidad Digna para la
reducción de la pobreza. Este plan integra un conjunto de programas entre
los cuales se destacan las áreas de: Salud, Educación, Vivienda y
Generación de Ingresos. En cuanto al enfoque con e1 cual se asume la
pobreza se destaca lo siguiente: “La lucha contra la pobreza es una
responsabilidad de la sociedad en su conjunto, aunque cada una de las
instituciones sociales tendrán roles y funciones que si bien son
diferenciadas, son complementarias en la implementación y desarrollo de los
programas que se formulen. Por ello se requieren estrategias plurales que
articulen las acciones gubernamentales con las acciones de la sociedad civil.
La pobreza es una demanda ética que golpea o debe golpear la conciencia
social. La pobreza es negación concreta del derecho a la vida de los seres
humanos que permanecen en esa situación. Es una violación concreta de los
derechos de estos grupos y personas y es, en consecuencia, una denuncia
permanente del grado de inhumanidad de una sociedad específica” (
Fernández,M. y Zaiter,J. 2000).
498
La base programática de este plan tomó en cuenta lo siguiente: "El
Plan Comunidad Digna fue diseñado sobre una base programática en
atención a las diferentes áreas que contribuyen a elevar el nivel de desarrollo
comunitario, planteándose para ello orientar el gasto social de manera
focalizada en los territorios de mayor pobreza y combinar la generación de
ingresos con la dotación de servicios sociales.”
“El Gobierno Dominicana, asumiendo la responsabilidad que le
corresponde, y procurando estimular la responsabilidad de todos los sectores
de la sociedad, reafirma los compromisos de mejorar las condiciones de
salud, trabajo, saneamiento básico, acceso al agua potable, seguridad
alimentaria, y la posibilidad de disfrutar de una vivienda adecuada, a través
del Plan de Acción para la Reducción de la Pobreza, denominado
“Comunidad Digna” En este Plan se integran programas, de lucha contra la
pobreza, destacando lo siguiente:
“Fueron seleccionados tres tipos de programas según su nivel de cobertura:
programas de cobertura universal a toda la población. (Educación, Salud Básica y
Cultura Ciudadana), programa de carácter particular o más restringidos (Mejoramiento
de Viviendas y Saneamiento Básico, Programa de Alimentación, Generación de Ingresos
y Capacitación), exclusivos a territorios provinciales y municipales y otros con carácter
específico, (Atención a Grupos Vulnerables), de cobertura muy reducida a algunos
municipios y/o comunidades” (Fernández, M. y Zaiter, J. 2000).
6.2.- Estrategias para la reducción de la pobreza en la República
Dominicana. Política social del Gobierno. 2000-2004
A partir de la integración de un Gabinete Social se plantea un Plan
Estratégico para reducir la pobreza, el cual se inicia oficialmente en el
período 2003-2004. En este plan se propone un reordenamiento del sector
asistencial social, al establecer cuatro subprogramas:
1. Desarrollo Comunitario, 2. Desarrollo de Territorios Especiales
(territorios de la frontera con Haití y bateyes en las zonas de cultivo de caña
de azúcar), 3. La Asistencia Social Inmediata y 4. Proyectos Integrados.
Para la ejecución del Plan, se orienta el Gasto Público Social hacia
seis sectores considerados claves en la reducción de la pobreza, como son:
educación, salud y Seguridad Social, vivienda y saneamiento, agua potable,
alimentación y nutrición, empleo e ingresos.
499
OBJETIVOS
GENERALES DE LA
ESPECÍFICOS Y METAS
XII. Garantizar la
sostenibilidad
ambiental
-incrementar la
cobertura forestal a
3.8 millones de
hectáreas
POLÍTICA SOCIAL,
II. Aumento de
supervivencia y la
salud de los niños y
niñas
- reducir en dos
tercios (10 por mil) la
mortalidad infantil
III. Promover la
Maternidad sin
Riesgos
I. Disminuir
la pobreza
- Reducir a la
mitad (25%)
la población pobre
- Reducir a la
mitad
(7%) el desempleo
reducir a la mitad
(>250,000) el
déficit
IX. Alcanzar el
acceso universal de
agua potable
-Reducir a un tercio
(20%) las personas
que carecen de agua
-Aumentar la
esperanza de vida a
75 años
V. Enseñanza
primaria universal y
de calidad
-Disminuir a la mitad
la tasa de desempleo
de la PEA (7%)
-
IV. Aumento de la
salud y
supervivenica de la
población
-Reducir en tres
cuartas partes
(25/100.000) la
mortalidad materna
XI. Apoyo a los
ingresos familiares
X. Mejorar las
condiciones
habitacionales y de
saneamiento
ALGUNOS DE SUS OBJETIVOS
VIII. Promover
la equidad de
género y la
autonomía de la
mujer
-Acceso universal
(98%) en la población
de 5 a 14 años
VI. Erradicar el
analfabetismo
- Reducir a un tercio
(5%) la tasa de
analfabetismo de la
población adulta
VII. Aumentar la
capacidad técnico
vocacional para el
empleo
-Triplicar la matrícula
-Aumentar su
participación
política
(Fuente. FUNDIS, 2003)
500
También se destaca la necesidad de hacer intervenciones en el área de
Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Para llevar a cabo la realización del Plan y sus programas, se destacan
como apoyo de la ejecución, los ejes transversales de: Participación
Ciudadana, equidad de género, descentralización del Estado, coordinación
interinstitucional, y la sostenibilidad ambiental.
La consolidación del Plan Estratégico se plantea para el período
2004-2007
Los planes para la reducción de la pobreza que se han realizado en el
país, se han formulado, considerando los acuerdos y recomendaciones de la
Cumbre Mundial de Desarrollo Social; así como, los señalamientos de los
organismos internacionales. Sin embargo, en. el transcurso los 8 años en que
se vienen impulsando, no se evidencian variaciones significativas, en 1as
condiciones de pobreza de la población.
Al destacar el hecho de que las consideraciones acerca de la
afectividad de los planes y programas de intervención social, requieren
tomar en cuenta la evolución de éstos al mediano y largo plazo; no obstante,
es posible identificar condiciones, de la ejecución, que interfieren tanto en lo
inmediato, lo mediato y a largo plazo en el desarrollo adecuado de estos. En
tal sentido, destacamos, entre las causas que obstaculizan el avance de los
programas que se han impulsado, y que se impulsan ,en la sociedad
dominicana, para reducir la pobreza, las siguientes:
1) La falta de coordinación interinstitucional que este tipo de
programas de intervención requiere. Esto está relacionado con la fragilidad
de las instituciones sociales y el precario avance institucional que existe en
la sociedad dominicana.
2) La no continuidad en los procesos institucionales y en las acciones
sociales. Cada cambio gubernamental implica abandonar las iniciativas de
las gestiones anteriores.
3) Falta de voluntad política para disponer los recursos económicos y
técnicos requeridos para la realización de los planes y programas para la
lucha contra la pobreza. Estos en su aplicación real no se asumen como
prioridad de la gestión gubernativa y no pasan de ser un discurso.
501
4) La no integración de la población a participar en el desarrollo de
proyectos de su comunidad y en la solución de sus problemas sociales. A
esto contribuye, negativamente, el que aún predominan los estilos
paternalistas y asistencialitas en la realización de acciones de intervención
social. Esta situación está matizada por el clientelismo político. La
población empobrecida, desde los intereses políticos partidarios, sólo se
considera para ser manipulada en las campañas electorales.
5) La necesidad de realizar procesos de sistematización de las
experiencias, que posibilite una evaluación continúa para hacer posible dar
respuestas adecuadas a la realidad y sus problemáticas.
6.- Consideraciones desde la psicología social a la intervención social en
situaciones de pobreza
La práctica de la psicología comunitaria, como intervención aplicada,
en Latinoamérica se nos presenta con condiciones originales que permite
destacarlas como un aporte del quehacer psicológico que se ha venido
realizando en diversas comunidades de países latinoamericanos (Colombia,
Venezuela, Brasil, México, Cuba, Puerto Rico, República Dominicana).
El trabajo comunitario, ha tenido sus avances y retrocesos al ritmo de
las coyunturas sociales que se presentan en nuestros contextos; así como por
las restricciones e intereses que se instalan en las gestiones de las
instituciones públicas y las políticas sociales que se impulsan desde éstas
(ver Zaiter, 2000).
Atendiendo a estos aspectos, es posible reconocer aportes en el
sentido que lo expresa Alejandro Moreno (1999) al plantear que: “La
psicología comunitaria, tal como la hemos primero practicado y luego
entendido en Latinoamérica, ha sido sin duda una de nuestras aportaciones
más originales. No surge como un fenómeno aislado, obra de psicólogos
especialmente creativos, sino que se inscribe en todo un movimiento de
producción intelectual que toma forma en la década de los 60 en muy
diversos campos: nueva literatura, nueva tecnología, nueva filosofía, nueva
sociología, nueva educación, nueva investigación, nuevos intentos de
transformación social y política. Un impulso ético, de profundo aliento,
encausado en un principio por caminos teóricos y prácticos de posiciones
revolucionarias, se sitúa en el origen: justicia para nuestros pueblos”.
502
“…lo original de la psicología comunitaria latinoamericana está en
que nuestras comunidades son comunidades populares” (Moreno, Alejandro.
1999).
El trabajo comunitario en psicología, en los contextos
latinoamericanos, evidentemente ha estado inserto en una realidad social,
que demanda y emplaza no sólo un servicio de atención profesional, sino
una sensibilización y reflexión acerca de las causas de los problemas
sociales, como es el de la pobreza en que está la población, lo que requiere
una reflexión epistemológica acerca del quehacer de la psicología y someter
la creatividad, en la aplicación de los conocimientos, a un reto permanente.
Dar importancia a que la psicología social asuma realizar una labor de
intervención psico-social en poblaciones con condiciones de pobreza trae
consigo el que destaquemos la necesidad de una psicología social
comprometida con los problemas de la realidad social.
Desde el planteamiento antes señalado, dimensionamos argumentos
que con el interés puesto, en el compromiso social, de la psicología social
se han realizado desde ámbitos diferentes ( Ver Montero, M. ,1987,1994
a),1994 b); Martín Baró, I., 1987; Torregrosa, J. R., 1985; Ovejero Bernal,
1999 entre otros).
José Luís Sangrador (2001) al considerar la trayectoria dominante en
psicología social se detiene a analizar “los usos del conocimiento
psicosocial: del compromiso social a una psicología social emancipadora”.
Señalando que: “…en buena parte de los textos de la disciplina se aprecia
una ausencia de reflexión más profunda sobre la realidad social, los factores
sociales que afectan a los distintos fenómenos de estudio, así como la
eventual posibilidad de cambio. De algún modo, parece asumirse que la
realidad social es la que es; y además es inmodificable, que general ausencia
de análisis más detenido del origen o las causas de las situaciones de todo
tipo, a menudo muy dolorosas e injustas, que afectan a los individuos y
grupos, análisis que probablemente resultarían políticamente incorrectos”
(Sangrado, 2001). Este autor al reconocer señalamientos hechos desde la
psicología social, desataca la necesidad de no renunciar a una psicología
social con compromiso social y pondera un conjunto de planteamientos que
acercan a un compromiso social vinculado al quehacer científico de la
psicología social.
503
Entre los aportes que se nos presentan como oportunos considerar,
está el que presenta Maritza Montero (1994 b) al referirse a los avances de
la psicología latinoamericana, como una psicología del compromiso social,
cuando destaca los siguiente: “…sin abstraerse de la corriente de la ciencia,
ha entendido que la manera de hacer una ciencia relevante socialmente es
atendiendo a los problemas concretos de la vida cotidiana. Que sólo cuando
estudiamos aquello que vivimos, hacemos ciencia trascendente pues cuando
se estudia al ser humano en situación se produce conocimiento para la
humanidad”.
Por su parte José Ramón Torregrosa (1997) al referirse a lo que
implica el aplicar en ciencias sociales, y en psicología social, apunta en el
sentido de que “…es posible pensar una psicología social que no sólo refleje
y legitime el orden social existente, sino también cuestionar alguno de los
valores en que se cimente ese orden, y desde una racionalidad científica
aplicada, poder proponer valore nuevos”.
La integración del quehacer aplicado de la psicología social, a las
iniciativas y propuestas de intervención social, de cara a la realidad social de
fenómenos como el de la pobreza; precisa y requiere el que aboguemos por
un psicología social crítica, en disposición de revisar y cuestionar de manera
permanente sus supuestos epistemológicos, situándose en la realidad social.
Comprometida con la problemática social y encaminada a emprender
prácticas nuevas que den un sentido ético a su quehacer, desde las cuales
sea posible dialogar críticamente con el conocimiento elaborado (ver
Ovejero Bernal, A. 1999, pág.418).
Reconocemos la pertinencia de los programas de intervención
comunitaria, ya que estos adquieren vigencia en el marco de la búsqueda de
participación social y la construcción de la democracia.
La intervención psicosocial interesada en el desarrollo social de las
poblaciones empobrecidas inserta su accionar atendiendo a las implicaciones
de la práctica “comunitaria”, considerando lo siguiente:
- Replanteamiento de las determinantes sociales del comportamiento
humano y ubicar los problemas en su contexto social.
- Analizar la realidad social. Partir de un diagnóstico de las
necesidades y problemas.
504
- Asumir una perspectiva interdisciplinaria y transdisciplinaria.
- Integrar la participación de los sectores y grupos sociales.
- Superar la tendencia a la imposición técnica.
Es necesario reconocer que “la práctica comunitaria, para ser
auténticamente partícipe, requiere que las personas, miembros de una
comunidad, puedan transformarse en sujetos protagónicos asumiendo su
proceso de desarrollo, a través de la asunción de una conciencia crítica, que
los dirija a transformarse y a transformar su realidad” (Zaiter, 2000).
505