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La teoría del imperialismo leninista. Análisis histórico y crítico
Este trabajo de investigación no tiene como objetivo elaborar una reseña histórica,
aunque es necesario señalarla, sobre la aportación que Lenin entrega desde
inicios del siglo XX a los científicos destinados a estudiar la ciencia económica
marxista como la teoría del imperialismo que en su forma dialéctica, por una parte
concentra el capital a través grandes monopolios apoyados en el capital
financiero, y por otra parte un subdesarrollo económico y
social, es decir la
descomposición concreta de la actual organización económica que argumenta en
las tres fases en las que transita el imperialismo; y que los acontecimientos
actuales confirman su validez científica.
Aunque Lenin no es considerado un economista, sus aportaciones teóricas y
metodológicas contienen un valor para el análisis de una situación concreta, esta
teoría leninista del imperialismo está basada como un sistema en donde se
encuentran vinculadas la teoría del valor, teoría de la plusvalía, la teoría de la
crisis, y la teoría de la lucha de clases, creadas por Marx, en dos de sus obras
científicas fundamentales en donde desarrolla a la ciencia marxista como El
desarrollo del capitalismo en Rusia y El imperialismo fase superior del capitalismo.
El sustento histórico que Marx entrega a la ciencia económica, luego de estudiar
el modo de producción capitalista en su fase industrial por más de cuarenta años,
la encontramos en el tomo I de El Capital donde muestra que la única finalidad del
capitalista es la ganancia de la que Lenin lleva a la práctica en una situación
particular en Rusia de fines del siglo XIX y principios del siglo XX y le permite
desarrollar su teoría imperialista como una fase superior del capitalismo.
Es sabido que el desarrollo de la teoría marxista abarca el terreno económico,
sociológico, filosófico, histórico, estatal, político, partidista, etc., y la muestra
histórica de la defensa y desarrollo del marxismo [materialismo dialéctico y materialismo
histórico, o teoría del socialismo científico],
la encarnó Lenin quien confrontó
coherentemente en el terreno de la Segunda Internacional en discusiones teóricas
y metodológicas a las corrientes ideológicas que se desarrollaban a la par del
imperialismo como momento histórico concreto.
1
En el marco de las revoluciones rusas y de la primera guerra mundial, los estudios
económicos de Lenin trascendieron del ámbito nacional ruso al internacional
debido a que la situación concreta, le permitió observar que el desarrollo y
organización de los países capitalistas se integraban de una nueva forma para
dominio, control y obtener mayor ganancia sobre los demás países.
Como parte del desarrollo de la ciencia económica moderna iniciada en el siglo
XVIII, nos corresponde a quienes nos hemos formado y estudiamos la crítica a la
economía, y sobre todo a quienes estudiamos el desarrollo del método dialéctico
materialista confrontar científicamente a las variantes del pensamiento burgués.
Sin duda, como ya es conocido y discutido en el orden pensamiento económico,
entre otras ciencias, durante el siglo XIX Marx realizó una demoledora crítica al
pensamiento burgués mediante el método dialéctico materialista (entendido como
aporte científico) con el que demostró las deficiencias teóricas y metodológicas de
la ciencia económica burguesa.
Según las palabras de Vladimir Ilich Lenin, Marx no sólo nos heredó su método
dialéctico materialista como una guía, cristalizada en su obra científica El Capital
o crítica a la economía política, basada en cuestiones objetivas concretas como
necesidades reales y contradictorias del desarrollo de la sociedad capitalista y sus
consecuencias con las que confronta las posiciones clasistas de los teóricos
burgueses; sino que además nos permitió comprender el esclarecimiento del
estrecho vínculo, casi imperceptible, que existe entre la filosofía y economía,
sustentado en la división de clases sociales en la historia de la humanidad. La
crítica a la ciencia económica burguesa radica a que sus exponentes dejaban sin
fundamentación y explicación científica conceptos o categorías porque estaban
sustentadas en factores subjetivos abstractos.
Por esta razón, la importancia que cobra esta tesis es que mediante la aplicación
del método dialéctico materialista al modelo neoclásico, me permitirá demostrar
que detrás de sus conceptos y categorías se encuentra una teoría estéril producto
del pensamiento económico clásico burgués del siglo XVIII, que lejos de contribuir
al desarrollo científico de la ciencia económica para el tránsito de una sociedad y
otra, obstruye a esa transición por su cualidad clasista. Y esta condición es
precisamente a la que Marx criticó por no tratarse de una situación concreta
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momentánea. Es decir, su deficiencia científica radica en la aplicación de su
método teórico abstracto, apriorístico.
Luego de arduas y prolongadas confrontaciones y de sólidas demostraciones de
la veracidad y flexibilidad del método dialéctico, extraídas y basadas en la realidad
concreta específica social, contra los ortodoxos alemanes que más que
fortalecerlo o desarrollarlo lo tergiversaban o distorsionaban en algunos de sus
conceptos o categorías; y contra los incipientes materialistas rusos que no lo
trascendían al terreno económico, sino que lo dejaban sólo en el terreno filosófico
e histórico; sumados los anarquistas como críticos a este método dialéctico
materialista que sólo fungían como ideólogos pequeñoburgueses que únicamente
defendían sus intereses de clase y que confundían a la clase trabajadora, Vladimir
Ilich Lenin a principios del siglo XX, a través de la aplicación teórica y
metodológica adecuada del método dialéctico materialista histórico, demuestra
que la teoría marxista es el cimiento científico para la edificación de la ciencia
económica socialista.
La historia social es el sustento teórico-pràctico que constata la fortaleza del
método dialèctico materialista, y permite observar que una de las características
de la ciencia económica burguesa es su desdén por estudiar la historia, entonces
desarrolla sus propios métodos justificando las variaciones de sus teorías.
En el siglo XIX el método dialéctico materialista surge como parteaguas en la
investigación científico social, las investigaciones científicas burguesas, por su
rechazo sustentan en su propia historia. Esto significa que aún no han podido o
no han querido integrar el método dialéctico materialista a su investigación, es
decir, no han aprendido, por su necesidad de acumulación de capital inducen a la
teoría a transitar en sus esquemas, contraria a que la crítica significa construcción
que reditúe en beneficio de la mayoría de la sociedad. Este rechazo que está más
fundamentado
en
cuestiones
ideológicas
que
de
sustento
científico
o
metodológico, gradualmente conlleva a esta ciencia económica burguesa a
depender de factores subjetivos como los conceptos que desarrolla el dinero
bancario reflejado en la economía de mercado; y de factores sicológicos para
explicar el consumo social que fungen como panacea y motivación para estudiar
los “nuevos” métodos de la ciencia económica.
3
Sin embargo, después de estudiar la confrontación que sostiene Carlos Marx con
los economistas clásicos burgueses (Adam Smith y David Ricardo) a mediados
del siglo XIX, y con otras variantes ideológicas de la economía política burguesa,
se aprecia que al interno de la teoría de la ciencia económica prevalece no sólo la
ideología materializada en la lucha de clases como lo señaló Marx, sino
cuestiones filosóficas idealistas y materialistas que influyen en el método utilizado
para realizar un análisis científico, así como cuestiones.
Carlos Marx critica a la economía clásica burguesa, y mediante el uso del método
dialéctico materialista, y le proporciona el carácter científico a través de El Capital,
en donde demuestra que la ganancia del capitalista se obtiene a través de la
explotación de la fuerza de trabajo del obrero, es decir, demuestra que en la
historia del desarrollo capitalista, un sujeto social somete a otro mediante la fuerza
o a través de la demagogia.
Es decir, desde el surgimiento del marxismo en 1850 como crítica a ciencia
económica burguesa, entendida la crítica como construcción, sus críticos no han
cesado de señalar desde diferentes ángulos aún sin haberlo estudiado ni
entendido. Marx contribuye mediante su obra El Capital a criticar a la economía
burguesa, por ello Lenin dice, Marx nos ha dejado una lógica con L mayúscula,
haciendo énfasis en que Marx nos ha dejado una guía para realizar estudios
económicos.
Una de las formas más certera que he localizado para realizar el estudio sobre el
pensamiento científico social moderno es a través de la aplicación del método
dialéctico materialista histórico como parte de este pensamiento científico
moderno. Sobre todo porque este método implica un avance materialista objetivo
que confronta al pensamiento decimonónico a discusión teórica, metodológica,
histórica, política e ideológica, pues hasta ahora existan vestigios en el quehacer
científico que demuestren que se haya separado en su totalidad de los viejos
pensamientos que se heredaron del siglo XVIII, es decir, del pensamiento
religioso que predominó en los conocimientos científicos.
Por un lado, encontramos el pensamiento positivista que tiene su legado histórico
desde los fisiócratas y que continua con la Economía Política clásica burguesa
inglesa lidereada por Adam Smith y David Ricardo (que son los primeros que le
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dan cientificidad) hasta los recientes neoliberales que son los enemigos naturales
del materialismo histórico. Y por otro el origen del pensamiento científico
materialista concretado como crítica a la economía política clásica, sustentado en
cuestiones filosóficas, históricas y sociales del que conforman el método dialéctico
cuyo primer paso es de la ciencia es el interés sobre el terreno básico para entender todo
lo demás.
Por la otra los ortodoxos marxistas que desde el siglo XIX guardaron con recelo la
doctrina de Marx, no es sino con Vladimir Ilich Lenin, en los inicios del siglo XX
que desenmascara científicamente que estos ortodoxos sólo reservaban desde
una sutil hasta una ignominiosa tergiversación al marxismo, sobre todo en el uso
del método dialéctico materialista histórico. Lenin en su obra… a través de un
párrafo… deja escrito claramente que el legado de Marx es que El Capital es una
guía para quienes estamos interesados apliquemos con versatilidad los
conocimientos que Marx deja escritos en esta obra.
En la lógica teórico-metodológica de investigación y científico del pensamiento
capitalista, así como los teóricos positivistas en la economía política, como
enemigos naturales del método dialéctico materialista histórico que argumentan
razones y quizá la mayor justificación para el abandono del análisis y estudio
teórico de El Capital, se encuentra en la caída del bloque socialista.
Lenin confrontó a los enemigos naturales del marxismo (economistas teóricos
burgueses); a los nacionalistas, entre ellos los marxistas ortodoxos –alemanes y
rusos-; a los socialdemócratas considerados oportunistas; la lucha extrema la tuvo
con los revisionistas (tergiversadores) del marxismo -alemanes y rusos- (estos
como neorevisionistas son parte esencial para el desarrollo de este trabajo), pues
el interés de esta investigación está orientado a la ciencia económica y en
particular a la crítica teórica de los neorevisionistas, generación surgida posterior
a la muerte de Lenin.
Para lograr el objetivo trazado en esta investigación, es necesario elaborar
teóricamente un estudio conceptualizado en cuatro capítulos: Primero, describir
los planteamientos leninistas mediante la discusión en la Segunda Internacional
en el eje bolchevique. Resaltando a Nicolás Bujarin, Rosa Luxemburgo, y Carlos
5
Kautski, para la formulación de su teoría imperialista como fase superior del
capitalismo, que a la vez servirá como marco teórico conceptual.
Segundo, elaborar un esbozo panorámico que muestre como la propia evolución
de la teoría económica burguesa de los clásicos y la teoría neoclásica a través de
sus teóricos como John Keynes (capitalismo regulado); y Hayek y Mises (libre
iniciativa) por carecer de sustento histórico lleva a la crisis de credibilidad.
Tercero, elaborar un esbozo de los neorevisionistas o nuevo revisionismo (ruso,
italiano, que no proponen ninguna teoría nueva se limitan a especular con las
teorías burguesas y reformistas para remplazar la teoría marxista-leninista, sólo
señalaré los postulados de los teóricos del socialismo democrático, que muestre
como estos economistas tergiversan por ejemplo, la teoría del valor de Marx que
funcionan como un sistema, esta tergiversación la realizan igual que en la
Segunda Internacional –con la diferencia de que en la actualidad no exista un
espacio como éste para discutirlo-, y lo conducen a una variable del capitalismo
regulado como fundamento teórico. Los neorevisionistas propagan el mito del
Estado del bienestar general. Creen, por ejemplo, que suplantando los conceptos
marxistas como “nivel de vida de los obreros” por el concepto “nivel de salarios”
en EU rebate la teoría de Marx. Sin duda, los obreros norteamericanos tienen un
mejor salario que los obreros de América latina.
Cuarto, se confrontarán los conceptos y las categorías más relevantes de la teoría
leninista del imperialismo contra los de los teóricos descritos en los capítulos dos
y tres. Principalmente cómo prevalece la teoría del valor como sustento histórico
de las teorías marxistas que derivan en teorías como la de la dependencia o la del
subdesarrollo, producto de las leyes del desarrollo capitalista que Marx describe
en el tomo I de El Capital.
El desarrollo de la ciencia marxista, surgida de la crítica en el seno de la propia
ciencia económica burguesa, como parte de la contradicción inherente, dialéctica,
del propio desarrollo capitalista, se propone, basado en el planteamiento de
desarrollo imperialista en sus tres fases, trazado por Lenin a inicios del siglo XX,
analizar y demostrar que los fenómenos sociales actuales son una consecuencia
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Como parte del desarrollo de la ciencia económica moderna iniciada en el siglo
XVIII, donde los economistas clásicos aportaron la primera conceptualización
científica, teórico metodológica, revolucionando a las teorías precedentes: la
fisiócrata y la mercantilista, aunque algunos autores [señalar como quién]
conservaros características de alguna de estas dos teorías y en esta línea
siguieron su propio desarrollo alejándose gradualmente de un aporte científico
que contribuyera al desarrollo de la ciencia económica.
En el orden pensamiento económico, entre otras ciencias, a mediados del siglo
XIX Marx realizó una crítica al pensamiento burgués a la concepción burguesa
porque estos científicos están permeados por ayudado por el método dialéctico
materialista histórico (entendido como aporte científico), con el que demostró las
deficiencias teóricas y metodológicas, lo que no significa que desecho al avance
científico, sino que lo que consideró un aporte valioso y que los economistas
ingleses dejaron inconcluso voluntaria o involuntariamente, y que Marx retoma
para desarrollar la conceptualización y reorientarla hacia un beneficio social.
En El Capital, a través de un arduo análisis histórico y filosófico enmarcado por el
momento histórico del naciente capitalismo que se percibe en la incipiente
industrialización inglesa. Marx analiza, por ejemplo, la teoría del valor, que critica,
explica y sustenta el porque esta concepción subjetiva no logra explicar
científicamente la creación de la riqueza. Es decir, la crítica debe entenderse que
está en función de revolucionar a la ciencia económica y no sólo de explicarla; y
revolucionarla en el sentido de crear una categorización y conceptualización
extraída de las necesidades de la sociedad.
Para Marx, la ciencia evoluciona incesantemente por su concepción dialéctica.
Esto significa que los conceptos, categorías, leyes y teorías se encuentran en
constante movimiento, pero no significa que ese movimiento se contraponga
radicalmente a éstos, sino que el movimiento dialéctico es gradual al que le
corresponde una categorización gradual, pues en la teoría del pensamiento
marxista, los conceptos, las categorías, las leyes y la teorías son excluidos del
movimiento social, de las necesidades de la sociedad, no se trata de categorías
que se desarrollen en la superestructura social, como una concepción apriorística
en donde los economistas clásicos formulaban su concepción en el plano teórico
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dejando a un lado el plano práctico. De aquí se desprende que Lenin en sus
estudios sobre el imperialismo demuestra como las particularidades, basadas en
las necesidades concretas de la sociedad en un país hacen que el marxismo deje
de ser ortodoxo y se cumpla que el método dialéctico materialista creado por Marx
sea científico. Para los marxistas, todo impedimento al desarrollo de la ciencia
retroceso o desvirtualización debe ser analizado y explicado con argumentos
específicos el porqué el rechazo o la aceptación hasta de una parte así como
proveer una explicación teórica de los avances de ese efecto en la sociedad.
Por otra parte, Marx demuestra que la economía clásica inglesa (proveniente de
científicos burgueses) por tratarse de un estudio apriorístico no tiene un sustento
histórico ni concreto, sin embargo, de esta deficiencia de los teóricos burgueses,
Marx genera sus conceptos teóricos que se encuentran en el seno mismo de la
categoría valor, extrayendo de él su concepto valor de uso de donde emana el
concepto fuerza de trabajo (según él, única creadora de la riqueza). Una vez
creada su conceptualización deriva la creación de leyes como la ley tendencial de
la tasa decreciente, además de la creación de la teoría de la plusvalía, la creación
de la teoría de la crisis, la creación de la teoría de la lucha de clases que fungen
como la columna vertebral de su eje de estudio.
Con su contribución a la crítica de la economía política, aporta una nueva
concepción de estudiar la realidad social mediante el uso de la dialéctica
materialista, para ello aporta elementos sustanciales sustraídos de la propia teoría
para el desarrollo de la ciencia económica moderna, crea un parteaguas en el
terreno de la ciencia económica; de la ciencia económica burguesa se derivan su
propio desarrollo; y por otra parte origina el desarrollo de la ciencia económica
socialista. La primera predominante y en boga por ser la ciencia económica
oficializada que ya no sólo interpreta la realidad social sino que crea conceptos
ambiguos y con sustentos sicológicos más que científicos económicos, y que
además separa aún más la cuantificación y la cualificación del desarrollo de la
ciencia económica que ha transitado de la escuela clásica hasta con reformistas
capitalistas (keynesianos capitalismo regulado) pasando por los neoclásicos con
la finalidad de demostrar que el propio desarrollo del capitalismo es capaz de
superar las contradicciones inherentes a su inevitable deceso; y la segunda
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exigua por la obsolescencia a la que han condenado los teóricos burgueses
neopositivistas, neokantianos y neoclásicos, de la ciencia económica socialista.
El interés de Marx es demostrar que la ciencia económica evoluciona en la propia
línea del tiempo, porque está en función del pensamiento del hombre que se
encuentra inmerso en su momento histórico, Marx realiza el análisis desde las
condiciones sociales históricas concretas, por ello el rechazo frontal a los estudios
a priori que refuta apoyándose en los datos que le proporciona la ciencia histórica.
Esto significa que la diferencia entre la explicación científica entre la economía
clásica y la economía proletaria, socialista, radica de la aplicación del método
científico y no en la percepción con el que se aborda el problema. El uso del
método dialéctico materialista aplicado a los antecedentes teóricos de los
economistas positivistas burgueses sirvió a Marx de cimiento para que
construyera (en el largo proceso evolutivo de su concepción) su riguroso análisis
crítico a la economía clásica inglesa de donde inherente y contradictoriamente se
gesta en su interior los gérmenes de la construcción de la ciencia económica
socialista.
También rechaza estudios y análisis teóricos deterministas que estén alejados del
movimiento social. La creación de conceptos, categorías, leyes y teorías le
permiten evolucionar a la ciencia económica. A través de su crítica a la
categorización y teorización de las obras de los economistas clásicos sustentado
en su método de estudio.
Aunque en la actualidad, muchos economistas reniegan de esta concepción de
interpretar el mundo, Marx a través de El Capital (mediante la elaboración de sus
apuntes previos para documentar y fortalecer su obra científica) entrega a la
ciencia económica conceptos, categorías, leyes y teorías para que se continúe
con el desarrollo de la ciencia económica socialista.
Marx descubre un conjunto de categorías que rinden cuenta del funcionamiento
de la economía capitalista desde la perspectiva de la clase obrera; la idea del
proceso es exterior a la economía burguesa, es su límite, y sólo puede ser
enunciada desde el proletariado porque implica el reconocimiento de la muerte de
la sociedad capitalista: es, justamente, el punto de enlace de la economía con la
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revolución. Marx realiza una revolución teórica, el partido la revolución política, los
estudiantes la lucha por un contenido científico de la enseñanza.
Marx y Lenin eran escritores, filósofos, políticos. Fueron todo y nada. Y esto es la
práctica revolucionaria, la práctica del proletariado de la que Marx y Lenin fueron
un momento. Quien no entienda esto. No ve que la práctica revolucionaria es la
subversión en acto de las prácticas e instancias afirmadas férreamente por el
capitalismo. No se puede entender la obra de estos teóricos si se reconoce sus
últimas obras y no se percibe que se derivan de unas obras anteriores, por
ejemplo: en Marx a El Capital le anteceden los Gundrisse.
No se puede entender la obra de estos teóricos a partir de sus obras exentas de
influencias de pensadores idealistas o de sus antecesores. Esto significa que el
método dialéctico es un híbrido, y no es puro.
Lenin, utiliza El Capital como una guía para realizar un análisis concreto,
específico para interpretar la realidad que a él le corresponde vivir en sus obras El
imperialismo
fase
superior
del
capitalismo
(considerando
sus
apuntes
económicos) y El desarrollo del capitalismo en Rusia (a través de sus epístolas)
dan muestra a la sociedad del sustento científico y el desarrollo de esta ciencia
económica marxista. Asimismo, Lenin entrega a la sociedad una forma de análisis
científico para el desarrollo de la ciencia económica, y sobre todo a quienes
estudiamos
el
desarrollo
del
método
dialéctico
materialista
confrontar
científicamente a las variantes del pensamiento burgués.
Según las palabras de Vladimir Ilich Lenin, Marx no sólo nos heredó su método
dialéctico materialista como una guía, cristalizada en su obra científica El Capital
o crítica a la economía política, basada en cuestiones objetivas concretas como
necesidades reales y contradictorias del desarrollo de la sociedad capitalista y sus
consecuencias con las que confronta las posiciones clasistas de los teóricos
burgueses; sino que además nos permitió comprender el esclarecimiento del
estrecho vínculo, casi imperceptible, que existe entre la filosofía y economía,
sustentado en la división de clases sociales en la historia de la humanidad. La
crítica a la ciencia económica burguesa radica a que sus exponentes dejaban sin
fundamentación y explicación científica conceptos o categorías porque estaban
sustentadas en factores subjetivos abstractos.
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Por esta razón, la importancia que cobra esta tesis es que mediante la aplicación
del método dialéctico materialista al modelo neoclásico, me permitirá demostrar
que detrás de sus conceptos y categorías se encuentra una teoría estéril producto
del pensamiento económico clásico burgués del siglo XVIII, que lejos de contribuir
al desarrollo científico de la ciencia económica para el tránsito de una sociedad y
otra, obstruye a esa transición por su cualidad clasista. Y esta condición Marx
criticó por no tratarse de una acto concreto momentáneo. Es decir, su deficiencia
científica radica en la aplicación de su método teórico abstracto, apriorístico.
Luego de arduas y prolongadas confrontaciones y de sólidas demostraciones de
la veracidad y flexibilidad del método dialéctico, extraídas y basadas en la realidad
concreta específica social, contra los ortodoxos alemanes que más que
fortalecerlo o desarrollarlo lo tergiversaban o distorsionaban en algunos de sus
conceptos o categorías; y contra los incipientes materialistas rusos que no lo
trascendían al terreno económico, sino que lo dejaban sólo en el terreno filosófico
e histórico; sumados los anarquistas como críticos a este método dialéctico
materialista que sólo fungían como ideólogos pequeñoburgueses que únicamente
defendían sus intereses de clase y que confundían a la clase trabajadora, Vladimir
Ilich Lenin a principios del siglo XX, a través de la aplicación teórica y
metodológica adecuada del método dialéctico materialista histórico, demuestra
que la teoría marxista es el cimiento científico para la edificación de la ciencia
económica socialista.
En el siglo XIX el método dialéctico materialista surge como parteaguas en la
investigación científico social, las investigaciones científicas burguesas, por su
rechazo sustentan en su propia historia. Esto significa que aún no han podido o
no han querido integrar el método dialéctico materialista a su investigación, es
decir, no han aprendido, por su necesidad de acumulación de capital inducen a la
teoría a transitar en sus esquemas, contraria a que la crítica significa construcción
que reditúe en beneficio de la mayoría de la sociedad. Este rechazo que está más
fundamentado
en
cuestiones
ideológicas
que
de
sustento
científico
o
metodológico, gradualmente conlleva a esta ciencia económica burguesa a
depender de factores subjetivos como los conceptos que desarrolla el dinero
bancario reflejado en la economía de mercado; y de factores sicológicos para
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explicar el consumo social que fungen como panacea y motivación para estudiar
los “nuevos” métodos de la ciencia económica.
Sin embargo, después de estudiar la confrontación que sostiene Carlos Marx con
los economistas clásicos burgueses (Adam Smith y David Ricardo) a mediados
del siglo XIX, y con otras variantes ideológicas de la economía política burguesa,
se aprecia que al interno de la teoría de la ciencia económica prevalece no sólo la
ideología materializada en la lucha de clases como lo señaló Marx, sino
cuestiones filosóficas idealistas y materialistas que influyen en el método utilizado
para realizar un análisis científico, así como cuestiones a la que Carlos Marx
critica a la economía clásica burguesa, y mediante el uso del método dialéctico
materialista, y le proporciona el carácter científico a través de El Capital, en donde
demuestra que la ganancia del capitalista se obtiene a través de la explotación de
la fuerza de trabajo del obrero, es decir, demuestra que un sujeto social somete a
otro. Es decir, desde el surgimiento del marxismo en 1850 como crítica a ciencia
económica burguesa, entendida la crítica como construcción, sus críticos no han
cesado de señalar desde diferentes ángulos aún sin
Una de las formas más certera que he localizado para realizar el estudio sobre el
pensamiento científico social moderno es a través de la aplicación del método
dialéctico materialista histórico como parte de este pensamiento científico
moderno. Sobre todo porque este método implica un avance materialista objetivo
que confronta al pensamiento decimonónico a discusión teórica, metodológica,
histórica, política e ideológica, pues hasta ahora existan vestigios en el quehacer
científico que demuestren que se haya separado en su totalidad de los viejos
pensamientos que se heredaron del siglo XVIII, es decir, del pensamiento
religioso que predominó en los conocimientos científicos.
El pensamiento científico social moderno se distingue de todo pensamiento
anterior porque después de una encarnizada lucha ideológica en donde
predominaban vestigios religiosos que se reflejaban sus inicios se despojó por
dos razones fundamentales que considero valiosas para el avance y comprensión
de la ciencia económica actual.
Por un lado, encontramos el pensamiento positivista que tiene su legado histórico
desde los fisiócratas y que continua con la Economía Política clásica burguesa
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inglesa lidereada por Adam Smith y David Ricardo (que son los primeros que le
dan cientificidad) hasta los recientes neoliberales que son los enemigos naturales
del materialismo histórico. Y por otro el origen del pensamiento científico
materialista concretado como crítica a la economía política clásica, sustentado en
cuestiones filosóficas, históricas y sociales del que conforman el método dialéctico
cuyo primer paso es de la ciencia es el interés sobre el terreno básico para entender todo
lo demás.
Por la otra los ortodoxos marxistas que desde el siglo XIX guardaron con recelo la
doctrina de Marx, no es sino con Vladimir Ilich Lenin, en los inicios del siglo XX
que desenmascara científicamente que estos ortodoxos sólo reservaban desde
una sutil hasta una ignominiosa tergiversación al marxismo, sobre todo en el uso
del método dialéctico materialista histórico. Lenin en su obra… a través de un
párrafo… deja escrito claramente que el legado de Marx es que El Capital es una
guía para quienes estamos interesados apliquemos con versatilidad los
conocimientos que Marx deja escritos en esta obra.
En la lógica teórico-metodológica de investigación y científico del pensamiento
capitalista, así como los teóricos positivistas en la economía política, como
enemigos naturales del método dialéctico materialista histórico argumentan
razones y quizá la mayor justificación para el abandono del análisis y estudio
teórico de El Capital, se encuentra en la caída del bloque socialista.
“Los hombres comienzan a distinguirse de los animales cuando empiezan a
producir sus medios de existencia… Produciendo sus medios de existencia, los
hombres producen indirectamente su propia vida material”. Marx y Engels en
Ideología alemana (1845-1846), dan el valor crucial para el marxismo, de la
economía política.
La economía política labrada por Marx y Engels resulta tan nueva por su método y
por su concepción. Si solucionaron problemas esenciales que eran insolubles en
la obra de los mejores economistas burgueses, como Ricardo, y hacer así de la
economía política una ciencia, fue porque tuvieron una ventaja teórica grande
sobre aquéllos: la asimilación crítica de lo conseguido por toda la filosofía anterior
y la dialéctica hegeliana y que, a partir de ésta, elaboraron una dialéctica original,
materialista y revolucionaria que grabó una acción científica y, por tanto, un
13
método. En el artículo de Engels de 1859 dice: “Consideramos la elaboración del
método que sirve de base a la crítica de la economía política de Marx como un resultado
que apenas le cede en importancia a la concepción materialista fundamental.”.
La mistificación principal de toda la economía política burguesa, toma y da a las
categorías generales de la producción capitalista como las categorías de la
producción en general, es decir, atribuyendo en tono la evidencia a las relaciones
de producción capitalista el carácter de una necesidad natural y eterna. Por eso,
la economía burguesa siempre se ha sentido perfectamente bien en el interior de
la generalidad abstracta, de la confusión entre la abstracción y análisis científico.
Si la economía política burguesa nunca ha sido capaz de efectuar la crítica
consciente de la generalidad abstracta, esta crítica se manifiesta objetivamente en
la forma del inevitable tropiezo de la contradicción. En las formas más serias
como la escuela de Ricardo, la economía ha tenido que confesar su fracaso para
resolver las contradicciones. Contradicción, por ejemplo, de que el trabajo tenga
un valor, si el propio valor se define justamente por el trabajo; contradicción de
que el trabajo confiera a su producto un valor superior al que posee y que se paga
con el salario; contradicción de que el comerciante obtenga ganancia vendiendo
la mercancía en su valor, o incluso por debajo; contradicción que el capitalismo
cuya ley es desarrollar la riqueza, engendre siempre la mismo tiempo la miseria.
Precisamente este hacinamiento de contradicciones sin solución e insolubles,
explica la decadencia de la economía política burguesa clásica, su renuncia a
profundizar a la cohesión teórica, su tendencia a mantenerse en el simple nivel de
los fenómenos, en la simple yuxtaposición de los hechos y de las ideas.
La generalidad abstracta representa la esencia de la realidad en forma de cosas
separadas. Pero si la contradicción es la esencia de las cosas, significa que toda
cosa es inseparable de su contrario, es decir: por debajo de las cosas esenciales
hay que captar las relaciones esenciales de las cosas. Mas si la contradicción es
la esencia de las cosas, significa que toda cosa, aunque manteniéndose como
ella misma, se convierta en otra, es decir: por debajo de las cosas esenciales hay
que captar sus procesos de desarrollo, de paso de una a otra.
El idealismo afecta el contenido de la dialéctica hegeliana. Así, considerándose la
contradicción en la idea como la verdad de las contradicciones empíricas (por
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ejemplo las contradicciones económicas de la sociedad), estas contradicciones
tiene por anticipado también su solución en la idea (en el ejemplo, en la esfera
superior del Estado). El problema no estriba en estudiar atentamente la realidad
concreta de las contradicciones económicas para ayudar a revolucionarlas en la
práctica al mismo tiempo que al Estado que les corresponde, sino, al contrario, en
probar por una construcción especulativa, que deja lejos por debajo de sí las
particularidades empíricas, como los momentos opuesto de la sociedad
encuentran en la idea del Estado su unidad superior.
Las categorías dialécticas centrales como contradicción, negación y superación,
tienen en Hegel, al tiempo que un gran sentido histórico, un aspecto conservador.
Comprendida de este modo, la dialéctica incompletamente emancipada de la
generalidad abstracta, no toma por tarea criticar la realidad escogiendo en su
contradicciones los gérmenes de su revolución, sino el de glorificarla. En tanto,
para Marx y Engels la dialéctica resulta totalmente inútil en su forma hegeliana.
La dialéctica hegeliana tiene un núcleo racional (la categoría de contradicción, por
ejemplo, resume una experiencia teórica y práctica colosal). Sería absurda
cederla a la roedora crítica de los ratones, para ir más lejos son estorbo der
equipaje a levantar una dialéctica “salvaje”. Pero el núcleo de la dialéctica
hegeliana está recubierta de una corteza idealista, que es necesario descortezar.
Eso quiere decir rechazar simplemente algunas categorías idealistas como la idea
absoluta, avatar filosófico de Dios; aderezar profundamente otras, conservando
algo de ellas, como la contradicción, la negación, la negación de la negación, el
salto cualitativo, la superación. Además había que hacer fructificar ese núcleo
racional dentro de los desarrollos de la ciencia y de la práctica social, es decir,
elaborar categorías dialécticas desconocidas por Hegel, entre dialéctica objetiva y
dialéctica subjetiva, entre método de investigación y de exposición, etc.
¿Qué es el método dialéctico marxista? Para Marx y Engels, el método dialéctico
(la dialéctica considerada como método) es la estrategia del conocimiento
científico, directamente fundada sobre el análisis crítico y la teoría general de las
relaciones entre el pensamiento y el ser, entre el concepto y lo concreto.
La dialéctica marxista es lógica concreta del objeto concreto, por ello, el plan de El
Capital, no es la reproducción de un sistema previo de categorías lógicas, sin
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embargo, ello no impide pensar lo concreto en categorías universales. Desde la
perspectiva de la dialéctica, el reflejo de la esencia profunda de una realidad dada
no consiste en categorías aisladas ni juicios inmóviles, sino en su articulación y su
movimiento, específicos de la realidad y que las generalidades dialécticas
contienen formalmente en sí mismas a título de simple posibilidad lógica. El saber
dialéctico llega a comprender de una forma universal la plena singularidad de este
concreto preciso, y sin que aquella singularidad pueda se deducible.
El análisis de las categorías de la mercancía nos conduce a las contradicciones
entre valor de uso y valor de cambio, trabajo concreto y trabajo abstracto; nos
invita a ahondar en el proceso de intercambio de mercancías, en el desarrollo de
la producción mercantil. De estas contradicciones esenciales tendremos que
seguir el despliegue exterior, la interpretación recíproca, la maduración interna,
los retornos cíclicos sobre sí en las crisis, etc.
La marcha dialéctica del conocimiento hace surgir un problema difícil: si el
pensamiento tiene necesidad d efectuar un vasto movimiento circular para
comprender finalmente lo concreto, despojándolo primeramente de su diversidad
empírica en beneficio de las esencialidades simples que lo constituyen, para
luego de vuelta desprenderse de la generalidad abstracta a fin de encontrar, esta
vez incluida, la propia vida de lo concreto.
Para Marx y Engels tratar de forma dialéctica a la ciencia económica, consiste en
empezar (no siendo el objeto de la economía política escribir la historia del
capitalismo, sino extraer las leyes de ese modo de producción) por examinar “las
categorías que constituyen la estructura interna d la sociedad burguesa”, “su
articulación en el cuadro de la sociedad burguesa moderna”, según expresiones
de Marx en la Introducción, es decir, empezar por el análisis de la estructura y del
funcionamiento del modo de producción considerado, tal como se manifiesta en
su punto de madurez. A este propósito, el método dialéctico incluye una prioridad
metodológica relativa al tratamiento lógico sobre el tratamiento histórico.
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