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EL EVANGELIO SOCIAL Y EL FUNDAMENTALISMO
Prof. Oswaldo Fernández Giles.
A fines de la segunda mitad del siglo XIX y las dos primeras décadas del presente siglo, el
protestantismo norteamericano se vio inmerso en una oleada de acciones sociales e ideas sobre el
rol de la religión frente a la condición humana y social. Se trataba de dar respuesta a los cambios
que originó la revolución industria. Las propuestas giraron en torno a la necesidad de una religión
social y a la demanda de bases bíblicas para la acción social y política. En el presente acercamiento
al estudio de una de sus principales expresiones, procuraremos abordar los planteamientos que
influyeron en la misión de la iglesia, en especial en Latinoamérica.
1. ALGUNAS IDEAS DEL CONTEXTO RELACIONADAS AL EVANGELIO SOCIAL.
El Evangelio Social fue una corriente teológica que surgió en el contexto de la difusión delas
ideas del socialismo cristiano en el siglo XIX. Era un sistema de pensamiento que combinaba el
cambio del individuo y de la sociedad mediante la aplicación de los principios cristianos en todas
las relaciones sociales. Walter Rauschenbush [1861-1918] fue el más conocido de los promotores
el evangelio social. Paul Tillich en su estudio sobre el pensamiento cristiano considera a
Rauschenbusch en la línea del pensamiento de retorno a Kant. Dice Tillich:
“La epistemología crítica de Kant estableció que no podemos aplicar las categorías de la
finitud a lo divino. Sin embargo había un punto de apertura en la esfera de la razón
práctica: la experiencia del imperativo moral y su carácter incondicionado. Ese es el único
punto donde podemos trascender los límites de la finitud”1
Los neokantianos Albrecht Ritschl [1822-1889] y Adolf Harnack [1851-1930] en Alemania y
Walter Rauschenbusch en los Estados Unidos de Norteamérica, rechazaron el misticismo y la
teología de la experiencia, basándose en los resultados de la investigación histórica como sustento
de la fe y en el imperativo moral como vinculado a lo religioso. Esto último llegó a ser considerado
como lo que nos explica como personas y para lo cual, “la religión es una fuerza de apoyo para la
esfera ética” además de ser “la ayuda para la realización personal. La religión comenzó a ser
explicada cobre la base de la experiencia ética de la condición humana.2
W. Rauschenbusch después de citar a von Harnack desde su afirmación, que “Jesucristo fue el
primero que puso en evidencia el valor de cada alma humana y lo que él hizo nadie podrá jamás
deshacerlo”, comenta:
“Estaremos participando del espíritu del cristianismo y de la civilización moderna si nos
acercamos a todos los hombres con la esperanza de hallar bajo las apariencias comunes,
sórdidas o aún repulsivas, algo de amor, de lealtad, de heroísmo de aspiración o de
contrición, cualidades que ponen en evidencia lo que hay de divino en el hombre. Kant
1
2
Paul Tillich, Pensamiento cristiano y Cultura en Occidente, p. 534
op.cit. p. 535-536
2
expresó la misma reverencia por el ser humano diciendo que jamás debemos tratar a un
hombre como un medio sino siempre como un fin”3
Rauschenbusch brega con las ideas de su tiempo, anteriormente nos ha introducido a las
ideas de Rudolf Lotze [1817-1881], quien influyó en Ritschl y sostenía que, “mientras más
penetrante y profunda es la visión que tenemos del destino del hombre, tanto más sagrado nos
parece cada ser humano”4
Walter Rauschenbusch fue un pastor y teólogo bautista, profesor del Nuevo Testamento e
historia eclesiástica que había recibido su primera educación en Alemania. En 1891 comenzó a
estudiar sociología, lo que fue relacionando a las enseñanzas de Jesús, estudios que continuó en la
Universidad de Rochester, Nueva York. Fue pastor de la iglesia bautista alemana, lo que le
permitió vivir de cerca la condición de los inmigrantes y de sectores sociales que estaban en
situación de pobreza. Visitó los emprendimientos ingleses cooperativos y fue realizando una
diferencia entre su visión del cambio social y el socialismo cristiano5 y asimismo del socialismo
marxista. Se inclinó más hacia una democracia como sistema político y económico ideal aunque no
veía su realización en la historia.6
Las influencias en Rauschenbusch fueron diversas, Tolstoi, Marx y Henry George, un militante
defensor de los derechos del ser humano y la justicia social, quien había escrito un folleto
provocador, “Progreso y Pobreza”. Aunque su trasfondo fue conservador, de tradición pietista,
Rauschenbusch estuvo abierto a responder al clamor de la clase trabajadora que experimentaba
pésimas condiciones de trabajo, en las fábricas de Nueva York. Esto lo condujo a construir una
ética social afianzada en la fe hebreo-cristiana. Creía que en el reino de Dios y su actividad en la
historia y que la regeneración progresiva, a través de la educación en la fe, conduciría a una ética
social cristiana, de acciones expresen el reino de Dios.7
El movimiento del Evangelio Social, en especial en Rauschenbusch, relacionó la idea de Reino
de Dios con las raíces de la democracia moderna, sin embargo insistían en que, la idea del Reino
de Dios no se identifica con ninguna teoría social en especia. Sin embargo identificaba el Reino de
Dios con la justicia, la libertad, la fraternidad, el trabajo y la alegría. La perspectiva que seguían era
una especie de adaptación y aun de contextualización de su teología bíblica, buscando ver el ideal
del Reino de Dios, redefinido en términos modernos, de democracia, de industrialización, de paz
internacional, de evolución de la ciencia, pero todo esto relacionado a la antigua fe que con
entusiasmo se pueda orar por ello.8
Frente a la propuesta de Herbert Spencer [1820-1903] en la que describía a la sociedad como
análoga con un organismo que evoluciona hacia formas más complejas de acuerdo a la ley de la
vida y en la que la interrelación humana es “vital y orgánica”. Rauschenbusch propuso usar el
término “solidaridad” para esa relación y no la imposición del más fuerte. Para él la comparación
3
W. Rauschenbusch, Los Principios sociales de Jesús, p. 17
Op. cit. p. 9. Ver Murray S. Stedman. Religión y Política en los Estados Unidos de América, p. 147-148 sobre
la influencia de la novelística en la idea de que el cristianismo conduciría a una vida más plena y de mayor
realización personal.
5
Walter Rauschenbush. “Socialismo Cristiano” En Massimo Rubboli, (Ed.) “Social Gospel” pp. 54-56
6
Donald M. Lake. “Walter Rauschenbusch”. En W. Nelson, Diccionario de Historia de la Iglesia, p. 893
7
C. Álvarez. Evangelio Social. En W. Nelson. Op. Cit. p.426
8
W. Rauschenbusch. The social principles of Jesus, p. 74-75
4
3
que hace Pablo de la iglesia con el cuerpo humano, en que los miembros se apoyan mutuamente,
representa la posibilidad de una filosofía de la sociedad humana. La consciencia de la solidaridad la
vio como un componente fundamental de la ética y de la religión social.
La producción teológica de Rauschenbusch fue inicialmente más amplia como escritor de
artículos para revistas, pero llegó a ser conocido en los círculos bautistas por su obra, “El
cristianismo y la Crisis Social” [1907], a partir del cual comienza a constituirse como promotor del
movimiento del evangelio social. En 1910 publicó su libro Con Dios y el Pueblo: Oraciones para el
Avivamiento Social9. En 1912 lanzó su propuesta en el libro, “Cristianizando el orden social”, un
análisis socialista del orden social norteamericano visto como semi-cristiano. En 1916 publicó su
manual de estudio, “Los principios sociales de Jesús”. Su obra académica posterior fue la
ampliación de su manual en Una teología para el Evangelio Social [1917], en la cual la idea central
fue el Reino de Dios en la historia.10
2. EL EVANGELIO SOCIAL Y LA SISTEMATIZACIÓN DE LOS PRINCIPIOS
Los Principios Sociales de Jesús, fue un manual dirigido a estudiantes universitarios cristianos
para concientizarles sobre la problemática social a la luz de las enseñanzas y la práctica de Jesús.
Cada uno de los capítulos tiene la siguiente estructura: una breve introducción enunciativa,
seguida de una paráfrasis comentada de relatos de los evangelios pertinente para el enunciado;
luego vienen aplicaciones axiomáticas seguida de un comentario y análisis social y finalmente una
serie de preguntas para reflexión y discusión.
El manual está organizado en cuatro partes en las que se van exponiendo principios básicos
de la que llama religión social. Es una tentativa de sistematización de diversas ideas sobre el
Evangelio Social, expresadas inclusive en novelas como En sus Pasos ¿Qué haría Jesús?, escrita en
Topeka, Kansas, en 1896 por el pastor congregacionalista Charles Sheldon, donde los personajes
principales viven los principios confrontando los males de su sociedad y produciendo la
trasformación de su ciudad.11
Los Principios Sociales de Jesús recogen e intentan dar sustento evangélico a la praxis social
de algunas iglesias y misioneras, especialmente en el movimiento de santidad a fines del siglo XIX,
que estaban trabajando entre los pobres de la ciudad. Estas creían haber recibido esta misión
como una expresión del poder espiritual para servir en la salvación integral de las personas. La
promoción de una reforma social por parte del movimiento de santidad, aun cuando esta no era
muy popular y predonominaba el pesimismo en la sociedad fue parte de aquello en que coincidió
con lo que más tarde fue el movimiento del evangelio Social.12
La teología del avivamiento social, en los Principios Sociales de Jesús, muestran la
preocupación evangélica por el contexto social y político, de su época. El índice del libro es una
muestra de ello:
9
For God and the people: Prayers of the Social Awakening
W. Rauschenbush. Op. cit. pp. 21-22
11
C. Sheldon, En sus pasos, p. 104
12
G. Marsden. Fundamentalism and American Cultura, p. 80-85 y T. Smith. Historia de los Nazarenos.
10
4
PARTE I CONVICCIONES AXIOMATICAS SOCIALES DE JESÚS
I.
II.
III.
La vida y la persona humana son sagradas.
Los seres humanos se pertenecen recíprocamente.
Los fuertes debe sostener a los débiles.
PERTE II EL IDEAL DE JESÚS
I.
Los valores del reino de Dios.
II.
Las tareas en el reino de Dios.
III.
Una nueva edad: Un nuevo orden es posible.
PARTE III LAS FUERZAS SOCIALES IRREDUCTIBLES
I.
II.
III.
El liderazgo ambicioso debe hallar su satisfacción en el servicio a la humanidad.
La propiedad privada debe estar al servicio del bien común.
La religión debe ser socialmente eficiente.
PARTE IV LA VICTORIA EN LOS CONFLICTOS
I.
II.
III.
El reino de Dios confronta el mal.
La cruz como EL principio social hacia la redención final.
La revisión y el cambio desde los principios sociales de Jesús.
2.1. Las ideas que influyeron en el movimiento del Evangelio Social, en especial en W.
Rauschenbusch.
En la obra que estamos considerando en especial, Los Principios Sociales de Jesús, el autor se
propone formular en proposiciones concretas y simples las convicciones fundamentales de Jesús
acerca de las relaciones sociales y éticas y los deberes de los hombres.13 Le interesa básicamente
inducir los principios sociales a partir de la comprensión del significado social de la personalidad y
el pensamiento de Jesús, respondiendo a tres cuestiones que se plantean en el primer capítulo
bajo el título, El Valor de la Vida:
1. ¿Cómo consideró Jesús la vida y la personalidad de quienes lo rodeaban?
2. ¿Cómo vio Jesús las relaciones sociales por las se vinculan los seres humanos?
3. ¿Cómo reaccionó su ser ante las desigualdades y sufrimientos de la sociedad?
Considerando la estructura del discurso notemos sus conclusiones respecto a las enseñanzas y
prácticas de Jesús. El gozo y la alegría afectuosa de los niños es la manifestación más pura del
sentimiento social de Jesús. Siempre que sanó ofreció un servicio a sus semejantes en lo humano.
El horror que siente por la injuria y el desprecio expresa su respeto por el valor de la personalidad,
de la dignidad humana. Jesús traspasó los límites que la costumbre le trata de imponer. Estuvo
aquí, en nuestra historia, para redimir, para la restauración social y el rescate de la moral. Elevó el
nivel de la justicia estricta al plano elevado del sentimiento por la condición humana, proponiendo
un salario justo para la subsistencia, [Mt. 20:1-16]. Jesús reveló su respeto por la dignidad humana
aun en la deshonra, [Jn. 8:2-11]
13
W. Rauschenbusch. Op. Cit. p. 5
5
En lo que corresponde a las afirmaciones axiomáticas, Rauschenbusch sostiene: “Esta
consideración de la vida humana tiene sus raíces en el mismo instinto social que posee todo
hombre” y que consciente o inconscientemente el instinto humano viene a ser principio social. Al
hablar de instinto se está refiriendo a la tendencia innata y espontánea del ser humano al respeto
a la vida y la dignidad humana. Se nota el optimismo en la bondad humana que comenzó a
desacreditarse una vez iniciada la Primera Guerra Mundial cuándo la violencia clarificó la realidad
de la conciencia humana.14
Hay una elaboración importante sobre las misiones, que merece consideración, al sostener
que “El instinto era tan poderoso en Jesús que determinaba todos sus puntos de vista y
actividades. El respeto de Jesús por cada persona que encontró era debido a su interpretación
religiosa de la vida y del destino de los humanos.” Siguiendo esta interpretación, Rauschenbusch
estaba convencido “el amor a los hombres llegó a ser un dogma social de la iglesia.”15 Esto explica
porque en las misiones y agrupaciones cristianas contemporáneas a este movimiento predominó
un creciente respeto por la vida y la personalidad humana. “Este sentimiento de lo sagrado de la
vida constituye la base de todas las actividades filantrópicas y misioneras de los discípulos de
Cristo.”16
Igualmente en los movimientos sociales estas ideas religiosas influyeron a favor de la justicia
social. La religión vino a ser como lo proponía el neokantianismo, una fuerza que respalda la ética
y contribuye a la realización personal. En la ética social se fue construyendo la influencia histórica
de las ideas religiosas en la vida cotidiana, en la devoción, en los momentos de mayor lucidez
espiritual sentimos realmente lo sagrado de la vida humana.
La realidad de las diferencias sociales, como un asunto estructural, tiene en este capítulo una
importancia fundamental. En principio afirma que son las instituciones sociales las que disminuyen
el valor de la vida y restan valor a la personalidad. Son las instituciones las que continúan una
diferencia de clases heredadas del pasado. Las diferencias creadas por la riqueza volverán a
producir clases sociales. Las oligarquías políticas generalmente han defendido su posición
sugiriendo una “inherente superioridad” sobre la masa popular. Las consecuencias de estas
diferencias están en que no se reconoce la dignidad humana de los trabajadores, cuando les falta
el derecho a organizarse para negociar las condiciones de trabajo y se les niega el acceso a la
propiedad que es un requisito esencial para la verdadera libertad y la expresión plena de la
personalidad humana. Esto fue escrito cuando los grandes gremios de obreros estaban luchando
por su derecho a existir.
Es frente a estas diferencias que “el amor como un gran igualador”, que entra en conflicto por
lo tanto con las diferencias de clase. Aquí nuevamente el factor religioso viene a ser la fuerza
radical propuesta para la práctica social cristiana. Afirma Rauschenbusch “Proteger al débil es
comprometer el interés futuro de la raza,”17 es decir de la humanidad, añade “Jesús fue un
emancipador, un creador de hombres fuertes. No quería que los débiles fueran siempre débiles. El
Espíritu de Cristo es una fuerza vivificante”18
14
Op cit. p. 17-19
Ibid.
16
Ibid.
17
Op.cit.pp.23-24
18
Ibíd.
15
6
Es evidente la construcción ética de Rauschenbusch, al insistir en que cada individuo debe partir
de la fe religiosa, como principio sobre el cual vivir. Esta fe religiosa para él es innata, “hay algo de
divino en el ser humano.” 19 Esto constituye un punto de partida en la ética social, por lo que
veamos lo siguiente, en dónde cita a H.C. King, “El principio de la reverencia por la personalidad es
el principio rector en ética y en religión; constituye el más adecuado medio de probar a un
individuo o a una civilización; ha sido aun inconscientemente el principio guiador y determinante
de todo progreso; y en su interpretación religiosa es, en realidad, la única fe que da significado y
valor a la vida humana.”20
Rauschenbusch va planteando los temas sociales concretos a través de preguntas que son
propuestas para el estudio y la discusión entre universitarios, para grupos de estudio en
congregaciones, temas como el trabajo de menores, el maltrato familiar, el carácter sagrado de la
vida humana y sus implicaciones, la importancia social de las profesiones médicas y su influencia
sobre la santidad de la vida, la dignidad personal en la vida estudiantil y laboral, el menosprecio de
los grupos sociales, la relación entre filantropía y reforma social, la actuación de las fuerzas
morales en la comunidad, el sentido de lo sagrado de la personalidad humana.
En otra sección plantea las cuestiones interpretativas, respecto a las bases sobre la cual
fundamos el valor de los seres humanos, esto es en la influencia de la intuición religiosa, en el
sentimiento social de Jesús, en la estimación mayor o menor del individuo en la sociedad
moderna, en los movimientos extensivos y eficaces a favor de la justicia social fuera de la
influencia del cristianismo, en la importancia de las misiones cristianas modernas para el estudio
de estos problemas y en la relación entre el movimiento wesleyano y el movimiento obrero en
Inglaterra.21
Finalmente nos propone las cuestiones que buscan una radicalización en la crítica social.
Rauschenbusch sugiere una especie de “opción preferencial” siendo que las diferencias de clases
tienen a una mayor simpatía con las clases superiores, propone identificar las diferencias de clase
en una comunidad, preguntándose ¿cómo conservaría su dignidad personal si fueras un obrero
colocado en denigrantes condiciones de trabajo? ¿La religión fortalece o debilita la personalidad?
Como entre sus lectores supone universitarios, pregunta ¿cómo sus estudios científicos
acrecientan su apreciación por la humanidad en su conjunto?22
2.2. La segunda convicción social de Jesús es la solidaridad de la familia humana.
En este segundo capítulo la propuesta es más sencilla. La preocupación por la solidaridad y la
unidad están vinculadas a la práctica del amor y el perdón. Para Rauschenbusch el amor es más
que una emoción, es una acción solidaria. Recurre a Agustín preguntando “¿Qué pensamos del
epigrama de Agustín? Ama y haz lo que quieras. Jesús señaló el amor como ley básica de la vida,
tanto en ética como en religión. Esto era simplificar y espiritualizar la religión.”23 Para el evangelio
19
Ver nota de pie de página 3
Rauschenbusch. Los principios sociales de Jesús, 24.
21
Op.cit. p. 25
22
Ibid.
23
Op. cit. p. 29
20
7
social que procura sistematiza Rauschenbusch, el amor es una tendencia natural que vincula a los
seres humanos y los hace indispensables los unos a los otros.
El evangelio establece una relación entre la solidaridad y la unidad social. No basta con ser
solidario, para que la sociedad sea más justa, se necesita, de la que llama, unidad social,
considerando la una unión social sagrada y divina, como “instinto de la humanidad” y principio
social en la misión de Jesús. Los cristianos tienen como función principal promover la unidad
social. El compañerismo es sagrado. En esto las asociaciones cooperativas le demostraban el poder
de la unidad social. Sin embargo, observó que estas prosperan solo donde hay una necesidad o
una convicción idealista común que crea una conciencia de unidad social. Vale aquí preguntarnos
si está apreciando las cooperativas inglesas o un más allá de estas conocía de los proyectos
socialistas, por lo que se preguntas ¿Sería necesariamente fraternal una organización de la
sociedad sobre bases socialistas?24
Consciente del contexto de la Primera Guerra Mundial [1914-1918] la interpretó como el
más grande colapso del amor que puede concebirse y la ruptura de la escala de la fraternidad.
Asimismo comenta que el problema de la paz internacional es el desafío de extender el área del
amor y la unidad social. Tanto la consciencia de la hermandad internacional como la conciencia
responsable de la nacionalidad deben ser forjadas ampliamente.
En esta área de la “hermandad internacional” las misiones extranjeras son vistas como una
fuerza educativa de solidaridad universal y por lo consiguiente de “buenos vecino”, las comillas
son de Rauschenbusch. La propuesta del evangelio social era que el mundo necesitaba de una
religión con gran sentido de solidaridad, que confrontara el individualismo, y que guiara a la
sociedad del nacionalismo al internacionalismo. Esto le llevó a reafirmar que el cristianismo es la
única influencia válida para conseguir la solidaridad y la unidad social y por lo consiguiente pone
en duda el que la organización socialista pudiera alcanzar un sentimiento más vigoroso de
solidaridad que el cristianismo; avizorando que los intereses antagónicos resurgirían en nuevas
formas disasociadoras en el socialismo.25
2.3. La tercera convicción axiomática es que los fuertes deben sostener a los débiles.
Rauschenbusch titula a esta sección “En las filas del pueblo”. Tomando el pasaje de Lucas 4: 1622 expone “la plataforma social de Jesús”, como una “liberación de la carga revolucionaria”
afirmando que la emancipación social y la religiosa están entretejidas en la palabra de Jesús.
El punto de de contacto entre Jesús y Juan el bautista era la simpatía de ambos por el pueblo
pobre, a quienes es anunciado el evangelio, [Lc. 7:18-23]. Jesús hace una elección, está de parte de
los humildes, “a los pobres es anunciado el evangelio”, lo mismo puede notarse en
Bienaventuranzas según Lucas. La promesa del cambio social y de su reino es para los humildes,
los pacíficos, los perseguidos y despreciados. Dios y el futuro no están de lado del rico sino de
parte de los seres humanos que siempre abrazan la causa popular, “La salvación es por medio del
pueblo común. Al iniciar un nuevo orden, Dios tenía que usar a las gentes sencillas como
palanca”26
24
25
26
Op. cit. 36-37
Ibid.
Op.cit. 46-48
8
La iglesia en el pensamiento de Rauschenbusch, vino a ser un producto del sentimiento social;
delineando las ideas del pasaje de Mateo 9: 35-10:1, elabora el sujeto y el propósito de la misión.
De ese pueblo, la iglesia, Jesús organizó el apostolado, como misioneros independientes. La
simpatía de Jesús por el pueblo debe ser compartida por la iglesia contemporánea para continuar
con el propósito de organizar el apostolado urgente a las necesidades sociales.27
Los credos eclesiásticos no servirán cuando seamos juzgados, sino la calidad de nuestras
relaciones humanas, nuestra consciencia social y solidad práctica con nuestros semejantes,
[Mateo 25:31-46]. 28 Las afirmaciones en esta sección van profundizando la radicalización de la
política con declaraciones como estas: “Jesús conscientemente se colocó al lado del pueblo”,
“Jesús puso a los pobres en contraste con los ricos”, “La religión que fundó aunque contaminada y
puesta bajo el control de las cosas poderosas ha sido el fundamento histórico de las aspiraciones
del pueblo y se ha unido siempre con los movimientos democráticos”29
3. EL PROYECTO POLÍTICO DEL EVANGELIO SOCIAL
En estos tres capítulos que hemos descrito están las premisas fundamentales de W.
Rauschenbusch y del Evangelio Social como corriente teológica de fines del siglo XIX y comienzos
del XX. En el primero nos dice que la vida y la dignidad humana son sagradas. En el segundo, que la
solidaridad y la unidad social es indispensable para la humanidad. En el tercero, que los fuertes
deben ponerse de lado de los débiles y defender su causa.
Lo que sigue son propuestas puntuales, partiendo que Jesús era uno de los “espíritus
idealistas”, que lo coloca dentro del “espíritu social democrático, cuyo ideal fundamental era el
reino de Dios en la tierra. El evangelio social vio en el proyecto social demócrata una experiencia
del reino de Dios. Aunque inicialmente la social democracia se inspiró el marxismo, se distanció de
este, rechazando la violencia y los cambios radicales, por lo que abrazó los ideales democráticos
del liberalismo, los de solidaridad y justicia del socialismo. Sin embargo la propuesta alternativa
de Rauschenbusch es que no se trata de una fantasía utópica como la República de Platón o la
utopía de Tomás Moro, sino de la tarea fundamental de la vida de Jesús de realizar una transición
del antiguo orden al nuevo orden social.30
En su concepción del Reino de Dios, Rauschenbusch es un tanto bíblico realista. No lo identifica
con ninguna teoría en particular, pero lo describe como justicia, libertad, fraternidad, trabajo y
alegría. Considera redimible la democracia moderna, la industrialización, la ciencia evolucionista y
la paz internacional, pero abraza el reino de Dios con la vieja fe y el ardor religioso y ora por el
él.31 Proponía como programa alcanzar “un ideal moral colectivo”: Primero relacionar nuestro
trabajo, cualquiera fuere con la voluntad suprema en que Dios y todos los hombres están
empeñados. Segundo no buscar el propio bien a expensas del reino de Dios, procurando obtener
27
28
29
30
31
Ibid.
Op. cit. p. 51
Ibid.
Op. cit. 72 , [224]
Op. cit. 93
9
provecho personal y tercero refiriéndose a Norteamérica “nobleza obliga” a intelectuales y
estudiantes a hacer algo más por la evangelización del mundo y su transformación.32
En otra sección toca el tema del servicio social, de la realización de los ideales del reino de Dios,
la preparación para ejercer el poder político y los nuevos principios del dirigente en el proyecto del
reino de Dios. Rauschenbusch entendió que Jesús consideró que la ambición no podría ser
extinguida, pero si puesta al servicio de la humanidad, por lo que propuso cambiar el derecho al
progreso y seguridad solo para la clase dirigente”33 Este servicio debe ser voluntario y altruista en
contra de toda forma de explotación, básicamente combatir la explotación desde una nación a
otra, de una clase por otra clase, la reivindicación de la mujer y de los valores sociales liberando a
la sociedad del parasitismo y el consumo. 34
Respecto a la propiedad privada esta debe estar al servicio del bienestar social. Como una
realidad es al mismo tiempo una necesidad y una manifestación del egoísmo. La reforma social
debe tender a conservar la propiedad individual, consciente de cada avance del nuevo orden
social provocará oposición porque promueve los valores superiores y el interés del bien común. La
pasión por las riquezas carece de sentimientos y de visión social. “Jesús sintió tan profundo
antagonismo existente entre el reino de Dios y la riqueza privada [Mammón], y los puso frente a
frente como dos fuerzas antagónicas entre las cuales es forzoso escoger”35 En el evangelio social
se fue gestando la idea que es difícil obtener grandes riquezas sin haber injusticia a otros de por
medio. Sin embargo comenzó a hacer distinciones señalando que la “propiedad es indispensable
para la libertad personal” y que “el derecho a la propiedad es un corolario del derecho a la vida.”36
Cuando plantea el tema de la eficiencia de la religión, afirma que el culto no es suficiente y
carece de valor ético si como observancia de un ritual heredado es antagónico a una pureza y
rectitud de vida. Sobre los milagros y la realidad social, Rauschenbusch enseñó que Jesús
“Consagró su poder únicamente a aliviar el sufrimiento. Generalmente trataba de mantener en
secreto las curaciones que efectuaba” El sistema religioso desvía la energía espiritual, cuando hay
exigencias religiosas menores a lo establecido por Dios: la justicia en la vida social y política. “El
centro de gravedad espiritual desde el juzgaba todas las cosas era el reino de Dios, el orden social
perfecto” En cada momento de la historia la religión debe sostener la prueba de fuego de la
eficiencia social” 37
Finalmente consideró el conflicto con el mal y el sufrimiento vicario como medio de obrar por la
redención social. El pecado, en el evangelio social, no es solo una realidad íntima, sino también
aquello que se manifiesta como mal organizado que ejerce presión social y domina la situación y
los poderes del viejo orden. La estrategia del nuevo orden es estudiar el problema social del mal.
El evangelismo no ha entendido bien el poder del grupo como fuerza integradora y desintegradora
de la sociedad. La iglesia rural ejerció el control de la vida moral, pero la ciudad sobrepasó los
límites de la influencia de la iglesia. La responsabilidad social de la iglesia debe reconocer las
implicaciones del factor social de la salvación.38
32
33
34
35
36
37
38
Op.cit. 95
Op. cit. p. 117.121 y 225
Op.cit. p. 134
Ibid
Op.cit, pp. 148-151
Op. cit. pp. 165-169
Op.cit. pp. 177-193 y 226
10
La iglesia debe asumir su misión profética al servicio de la comunidad sin importar el alto costo
del sacrificio. Los estudiantes e intelectuales deben hacer una obra excepcional, viviendo una vida
sobria, limpia y sincera. La lucha constante contra el mal implica oponer las propias convicciones a
la de la mayoría, desafiar lo que se supone definitivo, descuidar las normas convencionales por
atender las que corresponden a la construcción del Reino de Dios.39 Rauschenbusch expresa:
“Necesitamos un poder renovador de la vida y del ambiente de nuestra comunidades para
soportar la transición social que se está operando y el cristianismo social puede ofrecérnoslo al
dirigir la fuerza plástica de la vieja fe de nuestros padres hacia nuevas tareas sociales”40
El autor, de Los Principios sociales de Jesús, hizo una especie de síntesis al interpretar el
evangelio como el mayor movimiento espiritual de la historia. Comentando Marcos 1:14-20,
“Tenemos aquí el comienzo de la cristiandad organizada. Este es el germen del vasto movimiento
social cuyo producto son las misiones religiosas, la democracia y el mejoramiento de las clases
obreras”41
El Evangelio Social fue un movimiento y una teología de la misión. Hubo reacciones diversas de
ruptura y adhesiones moderadas. Su procedencia, en parte, del socialismo cristiano europeo lo
hacía desconfiable para los sectores conservadores, porque aunque enfatizaba la reforma de la
sociedad bajo la idea liberal del progreso, su actuación política tras la revolución de los obreros en
1848 en Europa lo hacía un movimiento socialista que se adhería al conflicto de clases como una
manifestación de la realidad de la injusticia social.
Lo que había ocurrido es que la burguesía que había ascendido en importancia económica,
propiedades e ilustración, exigió su participación más activa en la política; tras de ella apareció
como nueva clase la de los obreros, hasta entonces desamparada y víctima de la revolución
industrial, desde esta condición los obreros hicieron oír sus exigencias políticas y sociales más
radicales. La clase trabajadora se separó de las clases burguesas que comenzaron a reconciliarse
con los antiguos poderes, mientras se mantiene opuesta al Estado. 42
El socialismo cristiano de F.D. Maurice [1805-1872], se solidarizó con las reivindicaciones
laborales y se organizó con miras a una reforma social demócrata de las bases sociales de la
sociedad, fue más allá de la simple caridad cristiana de asistencial a los que sufren en la sociedad.
En Norteamérica se unió al fervor de los avivamientos;43 como veremos más adelante las
implicaciones sociales de avivamiento norteamericano.
4. LA REACCIÓN FUNDAMENTALISTA AL EVANGELIO SOCIAL
La reacción fundamentalista al Evangelio Social en The Fundamentals apareció inicialmente en
1909 como folletos separados y posteriormente compilados en Los Ángeles, en 1917, un año
39
Op. cit. pp. 206-212
Ibíd.
41
Op. cit. p. 221
42
Johannes Hartmann, Esquema de la Historia, p. 178-179
43
Carmelo Álvarez en Diccionario de la Iglesia, pp. 425-426
40
11
después que Walter Rauschenbusch publicara en Nueva York su Principios sociales de Jesús.
Aunque desde mediados del siglo XIX el Evangelio Social era una especie de corriente teológica y
movimiento de acción social, como lo ha mostrado Timothy Smith en Revivalism and Social
Reform. Hubo una relación entre la religión del avivamiento y el ideal de perfección. El renacer de
la esperanza cristiana se emparejó con antiguos credos para dar rumbo a la reforma social. 44
Según Timothy Smith el avivamiento y la aspiración perfeccionista aumentó entre 1840-y 1885
en las denominaciones mayores, especialmente en las ciudades, lo cual hizo fenecer una serie de
ideas y costumbres del protestantismo americano: Surgió un liderazgo laico, se cultivó el
compañerismo interdenominacional, la ética se impuso sobre el dogma, el calvinismo se
democratizó, la santidad personal vino a ser en gran medida una forma de trascendentalismo. Los
evangelistas laicos tuvieron un rol clave en la oposición a la esclavitud, la pobreza y la avaricia, sin
descuidar el ataque a “la mundanalidad.” Esto ayudó a preparar el camino de la teoría y la práctica
para lo que más tarde se llamó Evangelio Social.45
En el artículo “The Church and Socialism”, en The Fundamentals, C R. Erdman, profesor de
Princeton, evalúa el socialismo y lo diferencia del comunismo, viendo el socialismo como una
corriente que era identificaba por un sector con el cristianismo y por otros era vista como un
sustituto de la religión y antagónica al cristianismo. Por esta situación consideró importante hacer
una distinción entre socialismo y cristianismo. A este último lo definió como una teoría económica
con propósito político y con tales teorías el cristianismo y la iglesia nada tiene que hacer, aunque
la tendencia es a identificar socialismo e iglesia cristiana. Algunos insisten, añade C. R. Erdman,
que Jesús fue un socialista y que el socialismo es simplemente la aplicación del cristianismo a los
problemas industriales y que es responsabilidad del ministro cristiano predicar el socialismo,
además que la tarea suprema de la iglesia es introducir y apoyar el socialismo como remedio ante
la existencia de las injusticias sociales.46
El socialismo era, para Erdman, una protesta contra el orden social de entonces y la profecía de
la venida de un orden mejor. Escribió “Esta protesta es un llamado a la iglesia a proclamar más
insistentemente los principios sociales de Jesús. Eso no significa la adopción del así llamado
‘Evangelio Social’, que descarta las doctrinas fundamentales del cristianismo y las sustituye por
una religión e buenas obras”47 El fundamentalismo inicialmente reconoció que el verdadero
Evangelio de la gracia iba acompañado de las buenas obras; sin embargo, precisaron que era
innecesario un moderno credo social que niega y reemplaza lo esencial del cristianismo. Para el
fundamentalista era evidente que no puede haber un divorcio entre doctrina cristiana y los
deberes cristianos.
Erdman propuso que la iglesia debe preocuparse por la enseñanza respecto al matrimonio y la
familia; sobre la mayordomía de la riqueza, insistiendo en que uno es tan responsable por los
métodos, por el poder y la propiedad adquirida como por el destino en que es usada. La iglesia
debe enfatizar sobre los principios bíblicos en lo concerniente a las relaciones entre empleadores y
empleados; el conflicto entre el capital y el trabajo podría evitarse sin la reorganización de la
44
Timothy L. Smith. Revivalism and social Reform in Mind Nineteenth. Pp. 7-8. Ver también W.T. Purkirser.
Explorando nuestra fe, p 599
45
Ibid.
46
C. Erdmann. Op.cit. pp. 97-99
47
Ibid
12
sociedad, ambas partes deberían ser controladas por las sencillas enseñanzas del evangelio de
Cristo. Se debe insistir en el carácter sagrado del Estado, lo cual significa un énfasis en los deberes
de los ciudadanos.48
El artículo The church and Socialism”, publicado a principios del siglo XX, es representativo de lo
que ha sido denominado fundamentalismo teológico, que reacciona, entre otros temas, al
Evangelio Social,49 sistematizando una apología de la “ortodoxia”, en tanto Rauschenbusch
organizaba las ideas de la “ortopraxis”. Cuando Erdman toca el tema del Reino de Dios lo hace
dentro de un sub punto sobre el socialismo y las profecías. Escribía Erdman, “hay muchos quienes,
en nombre del cristianismo, vienen prometiendo un nuevo orden, un Reino de Dios, el cual ellos
declaran que la iglesia introduce”50 No hay base bíblica, sostiene, para afirmar que la iglesia
expresa el avance del Reino de Dios. Los promotores del Evangelio Social procuraban desarrollar
un fundamento bíblico para el social cristianismo, el movimiento necesitaba demostrar que tenían
bases en las Escrituras y no en una mera reflexión de la “ansiedad social y la cultural”
contemporánea. Necesitaban legitimar su interpretación social del cristianismo considerando el
recurso tradicional a la autoridad bíblica para cualquier acción social cristiana, procuraban no
minimizar la importancia de la apelación a la autoridad escrituraria. 51
El tema de la justicia y el cambio social es derivado en el pensamiento fundamentalista a una
preocupación solamente por el Estado, acríticamente. Es a este que corresponde la reconstrucción
social cuando es necesaria, es el Estado el que condena a los transgresores por medio de la ley y
por los procesos legislativos, terminando con los abusos y estableciendo la justicia. Cuando la
iglesia, críticamente, asume funciones sociales pertenecientes al Estado se involucra en
innecesarias dificultades y en una posición falsa ante el mundo. Su tarea suprema es, partiendo de
los individuos, alentar toda devoción y fidelidad a Cristo, incrementar lo más pronto su membrecía
y extender la esfera de su buena y legítima influencia. Sin embargo, la más grande bendición para
la iglesia y el mundo es aguardar el retorno personal de Cristo. La esperanza del mundo no es un
nuevo orden social instituido por el hombre no regenerado, no un milenio hecho por el hombre,
no una comunidad de la humanidad organizada, como un estado socialista, pero si un reino
establecido por Cristo el cual llenará la tierra con gloria y la venida del Rey.52
Es notorio que el fundamentalismo deja abiertas ciertas ventanas desde la cual mirar la reforma
social, en principio la diferencia entre comunismo y socialismo, y luego el llamado a poner énfasis
en las enseñanzas sobre la familia, la mayordomía de las riquezas, la relación entre trabajadores y
empleadores y el rol del Estado como institución divina. En el estudio realizado por Carlos
Cañeque, Dios en América, en base a los estudios de E. Sandeen sobre las raíces del
fundamentalismo, muestra que la politización patriótica que vino después, influyó en el desarrollo
del premilenarismo que hizo definitivamente perder el optimismo en todo tipo de gobierno hasta
que no fuera el establecido por Cristo tras su segunda venida. La consecuencia de esto fue la
indiferencia frente a la Primera Guerra Mundial. No obstante, el pacifismo posterior les abrió una
puerta a la acción política. Fue entonces que comenzaron una preocupación fundamentalista para
48
C. Erdman. Op. cit. pp. 105-106
Florencio Galindo. El “fenómeno de las sectas” fundamentalistas, p. 273
50
Op. cit. p. 107
51
W.McGuire King, “The Biblical Base of Social Gospel.” En Sandeen, Ernest. (ed). The Bible and Social
Reform. P.60
52
C. Erdman. Op cit. p.106
49
13
restablecer en “la civilización” la propuesta un regreso a los principios cristianos como única
esperanza.53
Como se notará hay un deslinde con el socialismo, pero de paso una clarificación ante las ideas
del Evangelio Social que están en el ambiente. La propuesta de ser una influencia moral
mayoritaria en la sociedad comienza a ser el proyecto que va a caracterizar al fundamentalismo y
posteriormente también al neo-evangelismo norteamericano en la década del cuarenta. En los
sesenta, ya en la guerra fría se desarrolla una estrategia que moviliza campañas evangelísticas en
el Caribe, promoviendo la fe como ideología alternativa al socialismo, después de la revolución
cubana.54 Este vino a ser la manera de pensar de un amplio sector del protestantismo evangélico
latinoamericano.
En lo que corresponde al Evangelio Social, la continuidad de sus ideas ha sido vinculada a uno
de los teólogos de la Neo-Ortodoxia, Reinhold Niebuhr [1893-1971]. En el estudio realizado por
Cañete, sostiene que Niebuhr ve en la religión la última fuerza capaz de proporcionar al mundo el
impulso ético necesario para reasumir la defensa de la vida y la solidaridad. Esta concepción
socializante de la religión, sitúa a Niebuhr en la tradición del Evangelio Social subrayando la acción
sobre la ilusión” 55
REFLEXIONES FINALES:
En el Evangelio Social como su antecesor el socialismo cristiano hay una influencia del
neokantianismo en su visión de la religión como una fuerza de apoyo a la esfera ética. La primera
parte de los Principios Sociales de Jesús nos dan indicios de esta relación con las ideas del
imperativo moral y el desarrollo de una personalidad, fuerte, activa y moralmente disciplinada.
El Evangelio Social es previo al fundamentalismo y constituye una praxis vinculada a los
avivamientos norteamericanos y al movimiento de santificación, previo al pentecostalismo, desde
mediados del siglo XIX. Intentó construir bases bíblicas para la praxis social de la iglesia y su
misión. El fundamentalismo fue en gran medida una teología de reacción, apologética y política.
El fundamentalismo intentó inicialmente relacionar Socialismo y Evangelio Social. El contexto
socio-político y económico lo presionaron a asumir las implicaciones sociales del evangelio de
Jesucristo, elaborando un discurso educativo respecto a la solución de estos problemas. Aunque
fue tajante en el rechazo a que la iglesia sea considerada como la que introduce el nuevo orden
del Reino de Dios en la historia.
El Evangelio Social tenía un proyecto social demócrata que lo alejaba del socialismo marxista y
de las posiciones conservadoras en política, en el contexto norteamericano. El fundamentalismo
se distanció del Evangelio Social porque lo consideró que no tomaba todo el Evangelio y lo esencial
del cristianismo; el evangelio de gracia y buenas obras era reemplazada por tan solo un moderno
credo social.
53
C. Cañeque. Dios en América, p. 51-57
Pablo Deiros, Protestat Fundamentalism in Latin America, p. 169
55
Op.cit. p.150
54
14
El cristianismo como fuerza moral y de respeto por la dignidad humana, a partir del Evangelio
Social, reforzó las demandas por una ética social coherente con el reino de Dios en la historia.
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