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PARTIDO COMUNISTA DE LOS PUEBLOS DE ESPAÑA III CURSO DE FORMACIÓN POLÍTICA E IDEOLÓGICA LA CLASE OBRERA DEL SIGLO XXI EN LOS PAISES CAPITALISTAS DESARROLLADOS (material de apoyo) AREA DE FORMACIÓN DEL PCPE Sumario Presentación. .........................................................................................................................3 PARTE I QUÉ ES UNA CLASE SOCIAL. ........................................................................................4 Contenido del concepto QUÉ ES LA CLASE OBRERA...........................................................................................5 Contenido del concepto. LA ESTRUCTURA DE LA CLASE OBRERA EN LOS PAÍSES CAPITALISTAS DESARROLLADOS ............................................................................................................6 - Limites económico-sociales de la clase obrera - Destacamentos de la clase obrera LA MOVILIDAD SOCIAL DE LA CLASE OBRERA, REALIDAD Y FICCIÓN....11 LA CLASE OBRERA ES UNA CLASE EN DESARROLLO......................................12 PARTE II SOBRE LA ARISTOCRACIA OBRERA........................................................................13 SOBRE LA “CLASE MEDIA” .........................................................................................14 SOBRE LAS CAPAS MEDIAS ........................................................................................15 SOBRE LOS EMPLEADOS .............................................................................................16 2 Presentación El presente folleto, como parte que es del material de trabajo que la comisión de formación del C.C. del PCPE aporta al III curso de la Escuela de Formación del PCPE, no tiene más pretensión que la de coadyuvar a la discusión, desde el marxismo, de un tema central para un verdadero partido comunista: la clase obrera. Ni que decir tiene que si esos materiales lograsen cumplir tal cometido en el PCPE consideraríamos nuestro trabajo sobradamente retribuido. Área de Formación del P.C.P.E. 3 PARTE I QUÉ ES UNA CLASE SOCIAL El concepto clase social es una de las categorías económico-sociales del materialismo histórico. El concepto de clase tiene una importancia fundamental en la teoría marxista, aunque ni Marx ni Engels lo hayan expuesto de manera sistemática. En cierto sentido, fue el punto de partida de toda la teoría de Marx, pues su descubrimiento del proletariado como una nueva fuerza política entregada a la lucha por su emancipación, le condujo directamente al análisis de las estructuras económicas de las sociedades modernas y su proceso de desarrollo. Contenido del concepto. Desde el punto de vista del materialismo histórico el concepto “clase social” indica una realidad sustantiva, un dato objetivo de la sociedad. Según esta teoría la clase social es el grupo humano que se constituye objetivamente en virtud de su lugar en un sistema de producción determinado, lo que depende de la relación que guarda respecto a los medios de producción. De esta relación – de propiedad o no propiedad- depende también su papel en la organización social del trabajo. Según Lenin “ Las clases son grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en un sistema de producción social históricamente determinado, por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción (relaciones que en gran parte quedan establecidas y formuladas en las leyes), por el papel que desempeñan en la organización social del trabajo, y, consiguientemente, por el modo y la proporción en que perciben la parte de riqueza social de que disponen. Las clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse del trabajo del otro, por ocupar puestos diferentes en un régimen determinado de economía social.”(Lenin, Una gran iniciativa) Así, pues, de acuerdo con la definición leninista de las clases sociales, las clases fundamentales de la sociedad capitalista moderna – burguesía y proletariado- se diferencian en tanto que son explotadoras o explotadas ( lugar que ocupan en el sistema de la producción social), en tanto que poseen los medios de producción o están privados de ellos ( relación hacia los medios de producción), en tanto que organizan la producción con miras a obtener beneficios o son simples ejecutantes ( papel desempeñado en la organización social de trabajo). La diferencia entre los capitalistas y los proletarios en cuanto al modo y a la proporción en que perciben la parte de riqueza social de que disponen, es la diferencia entre quienes, al apropiarse de la plusvalía, se apoderan de la mayor parte de la riqueza social y quienes, vendiendo su fuerza de trabajo, se sustentan sólo del salario que reciben. ÌÌÌ Los sociólogos burgueses tratan a menudo de diluir el concepto “clase social” en un concepto más general, el “grupo social”, suplantar la división de la sociedad capitalista en clases con su división en capas sociales, “estratos” (término tomado de la 4 geología, de ahí la “estratificación social”, división de la sociedad en distintas capas, estratos, etc., situados por lo común, en orden jerárquico). Como criterio de la pertenencia de un individuo a un grupo social o a una u otra capa los sociólogos burgueses toman distintos caracteres, como digamos el género de ocupación, de distribución de los bienes, el nivel de escolaridad, de lugar de residencia, la ideología etc., pero sin señalar lo principal, lo decisivo, esto es, la relación en que se encuentra uno con respecto a los medios de producción y el papel que desempeña en la organización social del trabajo. Como es lógico los marxistas no niegan que en la sociedad capitalista contemporánea existan multitud de grupos y capas sociales. Sin embargo, como indica Marta Harnecker “no todos los grupos y capas sociales de la sociedad burguesa pueden definirse como clases sociales, sea por representar grupos intermedios entre la burguesía y el proletariado a nivel de la producción, sea por no estar ligados a directamente a la producción. Entre todos los grupos sociales que existen en la sociedad capitalista, sólo los grupos que al participar de forma directa en el proceso de producción llegan a constituirse en polos antagónicos se constituyen en clases sociales.”(Marta Harnecker. Los conceptos elementales del materialismo histórico) QUÉ ES LA CLASE OBRERA Contenido del concepto. Si tomamos como punto de partida la definición de Lenin sobre las clases sociales expresada en Una gran iniciativa debemos considerar la clase obrera como una clase formada por hombres privados de medios de producción, que se ven obligados por lo tanto a vivir de la venta de su fuerza de trabajo a los poseedores de capital y que son explotados en el proceso de la producción capitalista. Además de los rasgos que la distinguen de la burguesía - carencia de medios de producción y venta de la fuerza de trabajo - la clase obrera se distingue de la masa global de los trabajadores asalariados en que su trabajo produce plusvalía o sirve al capitalista de medio para aumentar el valor de su capital individual. Al exponer los rasgos esenciales de la clase obrera, Marx señala que “ Desde el punto de vista económico, sólo puede llamarse “proletario”al obrero asalariado que produce y valoriza “capital” (C. Marx, El capital T. I y II).. De lo expuesto podemos deducir que la clase obrera abarca, en las condiciones del capitalismo desarrollado, a todas las categorías de trabajadores asalariados privados de medios de producción propios, que venden su fuerza de trabajo a los capitalistas, producen o captan plusvalía y, por consiguiente, acrecientan el capital. ÌÌÌ En los países capitalistas desarrollados existen junto a la clase obrera, centenares de miles de trabajadores asalariados sin lugar en la producción, que no producen ni captan plusvalía p.e. personal de limpieza, conserjes, guardias jurados, funcionarios de base la Administración, trabajadores de los servicios públicos- jardineros, conductores, carteros, personal sanitario inferior-. “El capitalismo dejaría de ser capitalismo si el proletariado “puro” no estuviese rodeado de una masa abigarradísima de elementos que señalan la transición... (Lenin. La enfermedad infantil del” izquierdismo” en el comunismo). Estos 5 trabajadores se asemejan a los obreros en que, al igual que ellos, no tienen medios de producción propios, y son explotados por los capitalistas – incluido el Estado capitalista-. Más, por otra parte, su trabajo no crea ni capta plusvalía, la remuneración de su trabajo proviene en fin de cuentas de los ingresos de las clases fundamentales de la sociedad burguesa. Por estas razones no se les debe incluir en la clase obrera. Lógicamente, eso tampoco significa que se les deba incluir en la “clase media” como hace la sociología burguesa. Es más, desde el punto de vista político y social los trabajadores semiproletarios deben ser considerados parte del proletariado. Pues desde el punto de vista político lo más importante y esencial no es lo que diferencia a los obreros y semiproletarios, sino lo que les une. Ni que decir tiene que en modo alguno debe incluirse entre los semiproletarios al sector de funcionarios públicos que desempeñan funciones políticas y políciaco- militares del Estado burgués. Se trata de grupos de funcionarios que al igual que los semiproletarios no ocupan lugar alguno en la producción capitalista, que no producen ni captan plusvalía. Sin embargo este sector de funcionarios son servidores directos de la burguesía y la mayoría de ellos participan si llega el caso, en uno u otro grado, en la represión de la clase obrera; la burguesía les paga por ello. LA ESTRUCTURA DE LA CLASE OBRERA EN LOS PAÍSES CAPITALISTAS DESARROLLADOS Los límites económico-sociales de la clase obrera. El desarrollo del capitalismo origina inevitablemente la ampliación de los límites de la clase obrera. La ampliación de esos límites es un proceso histórico, ligado a los cambios que tienen lugar en la propia producción material. El desarrollo del capitalismo convierte en proletarios, esto es, en miembros de la clase obrera, a muchos miembros de grupos profesionales que en fases mas tempranas de la producción capitalista pertenecían casi en su totalidad a otros grupos sociales. En las condiciones actuales de la producción capitalista la clase obrera no abarca sólo a las categorías de trabajadores asalariados de la “vieja” clase obrera, esto es, a los trabajadores asalariados dedicados al trabajo manual (peones y obreros de las máquinas) y a los que realizan diferentes funciones auxiliares (mecánicos, embaladores, etc), abarca también a los trabajadores asalariados que aplican en la creación del producto su trabajo mental (ingenieros, técnicos, trabajadores científicos). En el curso del desarrollo de la producción capitalista, dice Marx “ el producto deja de ser fruto directo del productor individual para convertirse en un producto social, en el producto común de un obrero colectivo – el subrayado es nuestro-; es decir, de un personal obrero combinado, cuyos miembros tienen una intervención más o menos directa en el manejo del objeto sobre que recae el trabajo. Con el carácter cooperativo del propio proceso de trabajo se dilata también, forzosamente, el concepto del trabajo productivo y de su agente, el obrero que produce. Ahora, para trabajar productivamente ya no es necesario tener una intervención más o menos directa en el manejo del objeto sobre el que recae el trabajo; basta con ser órgano del obrero colectivo. Con ejecutar una cualquiera de sus funciones desdobladas.” (C. Marx. El Capital, t.I Teoría de la plusvalía). “Conforme va desarrollándose el modo de producción específicamente capitalista, 6 en el que muchos obreros producen en común la misma mercancía, es inevitable, naturalmente, que se modifique en gran medida la relación directa que existe entre el trabajo de unos u otros obreros y el objeto de la producción. En una fábrica por ejemplo, los peones antes mencionados no intervienen directamente en la elaboración de la materia prima. Los obreros encargados de vigilar a los que trabajan en esas faenas de elaboración aún guardan menos relación con ello. La relación del ingeniero también es distinta, trabaja primordialmente sólo con la cabeza, etc. Pero el conjunto de todos estos obreros, poseedores de fuerzas de trabajo de distinto valor produce un resultado que se expresa en una mercancía, en un producto material. Todos estos obreros juntos, en cuanto colectividad productiva, son una máquina viva que fabrica esos productos. Del mismo modo, si enfocamos el proceso de producción en su conjunto, vemos que cambian su trabajo por capital y reproducen como capital, es decir, con una plusvalía, el dinero del capitalista” (C. Marx. Teoría de la plusvalía) “El rasgo peculiar del modo de producción capitalista consiste, precisamente, en que separa unos de otros los distintos tipos de trabajo y, por consiguiente, desune también el trabajo intelectual y manual... y los encomienda a personas distintas... Esta desunión no impide lo más mínimo que cada de una de estas personas sea, con respecto al capital, un obrero asalariado, un obrero productivo en el sentido más elevado de la palabra. Todas estas personas, además de trabajar directamente en la producción de riqueza material, cambian directamente su trabajo por dinero considerado como capital y reproducen, por tanto, directamente, además de su salario, una plusvalía para el capitalista. Su trabajo está formado por dos partes: trabajo pagado y trabajo sobrante, no retribuido” (C. Marx. Teoría de la plusvalía). El alto nivel de desarrollo de las fuerzas productivas alcanzado en los países capitalistas desarrollados como consecuencia del progreso científico-técnico -expresado en la creciente mecanización y automatización de la producción- y la intensificación del dominio del capital monopolista, ha permitido desplazar hacia la esfera improductiva una parte considerable de la clase obrera de los países capitalistas desarrollados. Este desplazamiento ya fue previsto en el siglo XIX por Marx. “... El aumento extraordinario de la fuerza productiva en las esferas de la gran industria, acompañado, como lo está, de una explotación cada vez más intensiva y extensa de la fuerza de trabajo en todas las demás ramas de la producción, permite emplear improductivamente a una parte cada vez mayor de la clase obrera...” (C. Marx. El Capital, t.I.) Desde la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días y como consecuencia de la lucha por los mercados de venta y por las esferas de inversión de capitales así como por el propio desarrollo del capitalismo monopolista se ha ampliado la órbita de la circulación y de los servicios. Esta ampliación ha comportado la incorporación a éstas ramas de la economía de un gran número de trabajadores asalariados. La mayor parte de los trabajadores asalariados ocupados en el proceso de la circulación y los servicios deben ser considerados parte de la clase obrera. En este sentido, no es casual que Marx, refiriéndose a los empleados de filas ocupados en la esfera de la circulación, considerase que “el obrero comercial es un obrero asalariado como cualquier otro” (Marx, El capital, t.III) ni que Engels definiera como “proletariado comercial”a los empleados de oficina, dependientes y empleados de comercio. Por supuesto tampoco es casual que Lenin 7 señalase que “el proletariado no existe sólo en la producción agrícola e industrial, sino también en el comercio y en otras esferas improductivas” y que “... El obrero agrícola asalariado pertenece a la misma clase que el obrero asalariado fabril y comercial. Desde el punto de vista del marxismo, estas son verdades elementales” (Lenin, Los miembros del Grupo del Trabajo y la democracia obrera). En las condiciones del capitalismo moderno pertenecen a la clase obrera todos los trabajadores asalariados, que no poseen medios de producción propios y se ven obligados a vender su fuerza de trabajo (física o intelectual) para ganarse la vida, que están privados del derecho a participar directamente en la dirección de la producción o a determinar su volumen y que deben cumplir las ordenes del empresario, dueño de los medios de producción, o de sus representantes. En la clase obrera están incluidos todos los trabajadores asalariados que participan en el proceso de creación o de realización del valor y de la plusvalía. Todos estos trabajadores asalariados son miembros de la clase obrera, independientemente de que estén ocupados en la esfera de la producción o en la de la circulación. Destacamentos de la clase obrera. El proletariado, que es una clase única por sus signos esenciales y determinantes, consta de diversos destacamentos. Sus destacamentos fundamentales y más numerosos son el proletariado industrial, el proletariado agrícola y el proletariado comercial y de servicios. Como es lógico el propio desarrollo del capitalismo hace cambiar la proporción entre unos u otros destacamentos de la clase obrera. En los países capitalistas de capitalismo desarrollado se manifiesta la tendencia al aumento del número de obreros que trabajan en la esfera de la circulación y los servicios y a la disminución relativa del de obreros ocupados de modo directo en las ramas de la producción material. El proletariado industrial, que comprende a los obreros de las fábricas y talleres, de la industria extractiva, de la construcción, del transporte y de las comunicaciones. Históricamente los obreros fabriles han constituido la parte más avanzada, más desarrollada y más organizada del proletariado. A propósito de la importancia de los obreros fabriles en la lucha por el socialismo Lenin escribió que “ sólo una clase determinada, a saber, los obreros urbanos y en general los obreros industriales de fábricas y talleres, está en condiciones de dirigir a toda la masa de trabajadores y explotados en la lucha por derrocar el yugo del capital, en el proceso mismo de su derrocamiento, en la lucha por conservar y consolidar el triunfo, en la obra de la creación del nuevo régimen social, socialista, en toda la lucha por la supresión completa de las clases”( V.I.Lenin Obras escogidas en dos tomos, t II). El proletariado industrial no se reduce sólo a los obreros fabriles. Al analizar los cambios operados en la composición de la clase obrera al pasar de la manufactura a la producción mecánica Marx indicaba que el proletariado industrial estaba constituido además de por los obreros que trabajaban efectivamente en las maquinas y por sus ayudantes (peones) por “el personal, poco importante numéricamente, encargado del control de toda la maquinaria y de las reparaciones continuas: ingenieros, mecánicos, carpinteros, etc. Tratase de una categoría de trabajadores de nivel superior, que en parte tienen una cultura científica y en parte son simplemente artesanos, y que se mueven al 8 margen de la órbita de los obreros fabriles, como elementos agregados a ellos” (C. Marx El Capital, t I). Ni que decir tiene que en el siglo XXI esta categoría de trabajadores no es ya un personal “poco importante numéricamente”, sino un sector muy nutrido de la población activa de los países capitalistas desarrollados. Pertenecen también al proletariado industrial los trabajadores asalariados ocupados en la esfera de la circulación que es continuación de la producción (almacenamiento, empaquetado y desempaquetado de mercancías). Asimismo, son parte del proletariado industrial los oficinistas que trabajan en las secciones de abastecimiento, venta y programación de la producción en las fábricas. Igualmente, son parte del proletariado industrial, los ingenieros, técnicos y trabajadores científicos empleados en la producción y que no cumplen funciones explotadoras. El trabajo de estos trabajadores es, en realidad, un elemento necesario y orgánico de la propia producción, toman parte en la creación de valor y plusvalía. Todos estos grupos de trabajadores se convierten en elementos, en partes del “obrero colectivo” de la producción. El papel rector del proletariado industrial respecto a los restantes grupos de la clase obrera viene determinado porque está ocupado en la esfera principal de la actividad humana: la producción de bienes materiales. Crea la masa fundamental de valores materiales, produce valor y plusvalía. Como su núcleo central -los obreros fabriles- está tradicionalmente ligado a la gran producción se distingue por su mayor cohesión y grado de organización, posee una conciencia más madura y una mayor experiencia de la lucha de clases. El proletariado agrícola, que abarca a los obreros agrícolas participantes directos en la creación de valor y de plusvalía, “el obrero asalariado del campo- escribía Leninpertenece a la misma clase que el obrero asalariado de la fabrica y del comercio” (V. I. Lenin Obras C, t XVIII). El desarrollo capitalista de la agricultura comporta la reducción del peso relativo del proletariado agrícola en la población activa. El proletariado comercial, que abarca a los trabajadores asalariados ocupados en la esfera de la circulación que continúa el proceso de producción (p.e, almaceneros, embaladores) o bien intervienen en la realización de la plusvalía (p.e. vendedores, empleados de banca). A diferencia de los obreros industriales, la mayoría de los proletarios de comercio no participan directamente en el proceso de producción; sin embargo, su trabajo es necesario para el proceso de reproducción capitalista, ya que éste no es posible sin la circulación. “el obrero comercial es un obrero asalariado como otro cualquiera” “El obrero comercial -dice Marx, refiriéndose a los vendedores- no produce directamente plusvalía..... Este obrero asalariado no le rinde al capitalista creándole directamente plusvalía, sino ayudándole a reducir los gastos de realización de la plusvalía, realizando el trabajo en parte no retribuido para ello”. Los obreros mercantiles “producen directamente ganancia para sus principales, aunque no produzcan directamente plusvalía (de la cual la ganancia no es más que una forma transfigurada)...” “Del mismo modo -escribe más adelante- que el trabajo no retribuido del obrero crea directamente plusvalía para el capital productivo, el trabajo no retribuido de los obreros asalariados comerciales crea para el capital comercial una participación en aquella plusvalía” (C. Marx. El Capital, t III). Así, pues, estos trabajadores, aún sin participar en la producción de plusvalía, producen ganancia para su patrono, es decir, 9 crean para el capitalista que les explota la posibilidad de apropiarse una parte de la plusvalía creada en la industria. Al igual que los obreros industriales, los empleados de comercio están privados de la propiedad sobre los medios de producción, viven a costa de la venta de su fuerza de trabajo, sufren la explotación capitalista. El proletariado del trabajo intelectual. En las condiciones del capitalismo desarrollado el trabajo intelectual se convierte en una fuente de beneficio capitalista. En las fases más tempranas del desarrollo capitalista la mayoría de los trabajadores intelectuales trabajaban individualmente, vendiendo su fuerza de trabajo por honorarios. Hoy, el trabajo intelectual se efectúa y organiza cada vez más con arreglo al sistema de relaciones entre los capitalistas y los obreros asalariados. Por eso, ahora existe más fundamento que nunca para hablar de los “proletarios del trabajo intelectual”. Esta capa del proletariado está constituida por los trabajadores asalariados que para poder vivir necesitan vender su fuerza de trabajo intelectual. En los países capitalistas desarrollados el proletariado intelectual está integrado básicamente por ingenieros y técnicos de la industria, trabajadores científicos y por maestros y profesores. Subjetivamente, muchos ingenieros, técnicos medios, trabajadores científicos, maestros y profesores asalariados se incluyen a sí mismos en las capas medias. Sin embargo, como trabajadores asalariados que ocupan un lugar determinado en el sistema de producción social, muchos ingenieros, técnicos, trabajadores científicos, maestros y profesores pertenecen, objetivamente, a la clase obrera. a) Sobre la condición de clase de los ingenieros, técnicos y trabajadores científicos. En la época del capitalismo pre-monopolista y en los albores del imperialismo, las grandes empresas industriales tenían en sus plantillas de personal, cuando los tenían, un número mínimo de ingenieros que por lo general ejercían la dirección técnica general de la empresa. Hoy, en las grandes fábricas pertenecientes a los monopolios trabajan decenas y centenares de ingenieros y numeroso personal técnico inferior. En los países capitalistas desarrollados una parte cada vez más numerosa de esos ingenieros y técnicos no poseen, en general, la propiedad de los medios de producción, trabajan como asalariados de los capitalistas, vendiéndoles su fuerza de trabajo, participan en la creación de valor y plusvalía y son victimas de la explotación capitalista. Por eso, los ingenieros y técnicos empleados en la esfera de la producción de bienes materiales y que no cumplen funciones explotadoras deben ser considerados como una capa más de la clase obrera y parte del proletariado industrial. A medida que se extiende la mecanización, la aplicación de la química y la automatización de la producción, se modifica la situación de muchos trabajadores científicos. Mientras que en las fases más tempranas del capitalismo sólo se utilizaban en la producción los resultados finales de las investigaciones científicas hoy la labor de investigación se convierte cada vez más en un elemento del proceso mismo de producción. Y si antes toda la labor científica se realizaba prácticamente en las universidades o por cuenta y riesgo de particulares ahora multitud de trabajadores científicos (químicos, físicos, biólogos, economistas, proyectistas auxiliares de laboratorio etc.,) trabajan como asalariados en fábricas e institutos pertenecientes a los grandes monopolios. Estos trabajadores que se diferencian de la mayoría de los obreros fabriles por el carácter del trabajo (los primeros realizan preferentemente un trabajo mental de una calificación relativamente alta; los segundos, sobre todo un trabajo manual) participan en la creación 10 de plusvalía y son, al igual que muchos ingenieros y técnicos, parte colectivo” de la producción. del “obrero Claro es que en modo alguno se debe incluir en la clase obrera a los ingenieros y trabajadores científicos que son empresarios o gerentes y se apropian parte de la plusvalía, bien sea en forma de beneficios patronales o de elevados sueldos, intereses del capital, dividendos de las acciones o participación en las ganancias. Estos elementos pertenecen a la clase burguesa. Tampoco se puede incluir en la clase obrera a los ingenieros y trabajadores científicos no dedicados a la organización técnica de la producción, sino al perfeccionamiento de los métodos de explotación (“relaciones humanas”). Asimismo, cierta parte de los ingenieros, técnicos y trabajadores científicos deben ser incluidos en las capas medias. Esto se refiere sobre todo a las personas de profesiones liberales que perciben honorarios ( p.e. consultores). b) Sobre la condición de clase de maestros y profesores. Los maestros y profesores que no poseen medios de producción y que para poder vivir necesitan vender su fuerza de trabajo (intelectual) son parte del proletariado intelectual. Al instruir a los futuros obreros, participan en cierta medida en la creación de plusvalía. El hecho de que los maestros y profesores del sistema público de enseñanza no trabajen para un capitalista individual, sino para la clase capitalista en su conjunto, a través del mecanismo del Estado capitalista, no hace cambiar nada en lo que se refiere a la participación de los maestros y profesores en el proceso de producción y de reproducción. Es un hecho sobradamente conocido que el sistema público de enseñanza, cuyo sostenimiento se costea por los contribuyentes, surgió y cobró desarrollo, hasta adquirir sus actuales proporciones, a lo largo del proceso de formación de toda la economía capitalista. La aparición de este sistema respondía a la necesidad de dar a los hijos de los obreros una mínima formación escolar, que es un factor importante para la reproducción de la fuerza de trabajo y una garantía de la existencia de un gran ejército de trabajadores explotados. Dada la complejidad de los procesos de producción contemporánea, sólo pueden participar con éxito en ellos los obreros que poseen, por lo menos, instrucción secundaria. Hoy, para realizar tal o cual trabajo es preciso en muchos casos poseer incluso instrucción media. Por tanto, el maestro o el profesor ejercen una función necesaria para los procesos de reproducción de la fuerza de trabajo que precisan los capitalistas a fin de proseguir y ampliar la producción de mercancías y ganancias (valor y plusvalía). LA MOVILIDAD SOCIAL DE LA CLASE OBRERA, REALIDAD Y FICCIÓN La clase obrera, al igual que las demás clases de la sociedad burguesa, no es un grupo humano cerrado. Cierta parte del proletariado pasa a engrosar las filas de la pequeña burguesía (pequeños tenderos, pequeños talleres mecánicos de reparación etc.) La movilidad social de la clase obrera hacia las capas medias, aún cuando es numéricamente insignificante, ha sido exagerada por los ideólogos de la burguesía de los países capitalistas desarrollados para inculcar a los obreros la idea de que ya apenas hay proletarios, de que con el desarrollo del capitalismo la clase obrera se ha integrando masivamente en las capas medias. Para ello los ideólogos de la burguesía no sólo toman en 11 consideración la movilidad social real. Además de exagerar la movilidad social real, los ideólogos de la burguesía inventan una movilidad social falsa de la clase obrera. Del hecho que en los países capitalistas desarrollados una parte considerable numéricamente de los trabajadores asalariados tiene la posibilidad de adquirir cierta propiedad privada (muebles, frigoríficos, televisores, automóviles y vivienda) deducen que se ha producido un proceso de desproletarización que ha determinado la incorporación de la clase obrera en las capas medias. Ni que decir tiene que la propiedad de televisores, automóviles o pisos comprados a plazos no comporta ninguna movilidad social de la clase obrera hacia las capas medias. Sin embargo es cierto que en la sicología de muchos obreros la posibilidad de adquirir cierta propiedad personal tiene su efecto. Muchos de ellos creen que al comprar un televisor de plasma, un automóvil o una vivienda elevan su prestigio en la sociedad y suben al peldaño siguiente de la escala social. Precisamente de esta especie de fetichismo de la mercancía, se nutre como un parásito la teoría de la movilidad social del proletariado hacia las capas medias. LA CLASE OBRERA ES UNA CLASE EN DESARROLLO Contrariamente a lo que afirman muchos economistas y sociólogos burgueses la clase obrera de los países capitalistas lejos de reducirse amplía sus fronteras sociales y crece numéricamente. Desde el punto de vista económico e histórico, el proletariado comienza a formarse en la esfera de la producción material. Pero a medida que las relaciones de producción capitalista van subordinando bajo su control, no sólo la producción, sino la circulación y los “servicios”, la clase obrera engrosa sus filas con destacamentos de trabajadores asalariados emplazados al margen de la producción material. En nuestros días, el crecimiento numérico de la clase obrera en los países capitalistas desarrollados se realiza en buena parte a expensas de los centenares de miles de ingenieros, técnicos y trabajadores científicos que trabajan como asalariados, de los millones de empleados modestos que trabajan como asalariados en la industria, el transporte, las comunicaciones, el comercio, los bancos, las oficinas, las instituciones científicas y los servicios. Este crecimiento continuo confirma la tesis de Marx de que “... La acumulación del capital supone el aumento del proletariado” (C. Marx. El Capital, t I). Al subrayar precisamente la importancia de este aspecto de la teoría marxista, Lenin escribió: “Contrariamente al temor general ante el desarrollo del proletariado, Marx y Engels cifraban todas sus esperanzas en el continuo crecimiento numérico de este. Cuantos más proletarios haya, tanto mayor será su fuerza como clase revolucionaria y tanto más próximo y posible será el socialismo” Cabe observar que los marxistas no consideran que la superioridad numérica de la clase obrera sea por sí sola una garantía del triunfo del movimiento obrero. Lo fundamental es que el proletariado cobre conciencia de clase. Actualmente, en los países capitalistas desarrollados una gran parte de los trabajadores asalariados pese a ser miembros de la clase obrera no tienen, ni mucho menos, conciencia de pertenecer a ella. La mayoría piensan que son miembros de la “clase media”, en unos casos, de la clase media tirando a “alta”; en otros, de la clase media tirando a “baja”. Como es lógico de esta 12 inconsciencia de clase de una gran parte de la clase obrera no podemos deducir como algunos teóricos burgueses y reformistas la inexistencia del proletariado. No lo podemos deducir por dos razones. La primera, porque ningún individuo o grupo de la población pertenece necesariamente a la clase en la que el mismo se incluye. La segunda, porque la naturaleza proletaria y la conciencia proletaria son cosas distintas. PARTE II SOBRE LA ARISTOCRACIA OBRERA Contenido del concepto. Históricamente la expresión “aristocracia obrera” ha sido utilizada en la literatura marxista para describir a la parte de la clase obrera que como consecuencia del soborno ha caído en las redes de una dependencia especial de la burguesía. La aristocracia obrera, está constituida por parte de los trabajadores asalariados altamente cualificados que reciben un salario medio que sobrepasa el nivel medio del valor de la fuerza de trabajo ; este salario, superior al de sus compañeros de oficio o profesión, no es conseguido en una lucha de clases abierta, sino sin lucha, mediante “ el compromiso” con los capitalistas. Además del criterio económico, otro rasgo de la aristocracia obrera es la conciencia de clase (burguesa) del grupo en cuestión. Lenin, en 1913, a propósito del XIII Congreso del Partido Laborista Inglés, decía que la aristocracia obrera “se encuadra separadamente, en sindicatos no socialistas”.Asimismo, Lenin asoció el reformismo en el movimiento obrero con la aristocracia obrera. En sus escritos sobre la I Guerra Mundial sostenía que “ciertos estratos de la clase trabajadora (la burocracia en el movimiento obrero y la aristocracia obrera) servían como soportes principales al reformismo y al oportunismo”. La aristocracia obrera se diferencia de la masa proletaria no sólo por su elevado salario sino también por su ideología pequeño-burguesa y marcadamente conservadora, ideología que se manifiesta en el caso de la aristocracia obrera en la insolidaridad de clase, el espíritu de casta, el gremialismo, el oportunismo, la condición lacayuna de sus miembros, etc, etc. La existencia de la aristocracia obrera tiene una base objetiva: el colonialismo y el neocolonialismo (p. e. en el siglo XIX la aristocracia obrera inglesa, -constituida por las capas privilegiadas y bien retribuidas de obreros de alta calificación y organizados en sindicatos de casta- era una consecuencia de la explotación de la India por el imperialismo británico). En el siglo XXI la aristocracia obrera es, sobre todo, una consecuencia de la explotación neo-colonial de los pueblos de tercer mundo por los países capitalistas desarrollados. 13 Actualmente, la aristocracia obrera está constituida, en su forma clásica, por la capa de trabajadores asalariados vinculados a la dirección de las grandes empresas nacionales y multinacionales. Por lo general se trata de trabajadores altamente retribuidos no en función de su calificación sino de su fidelidad personal a la empresa. Los métodos políticos e ideológicos de que se vale la burguesía para asociar a los trabajadores a la empresa e inculcarles una fidelidad personal a ésta son hoy más diversos que en el pasado y se utilizan respecto a capas cada vez más amplias de la clase obrera y del semiproletariado. Baste en este sentido recordar sistemas propagados hasta la sociedad por la burguesía como las “relaciones humanas” o la “participación en los beneficios”. La aplicación de estos métodos da origen a todo un sistema de dependencia económica especial de una parte considerable de la clase obrera respecto de las empresas y crea diferencias artificiales entre algunos grupos de la clase obrera. Los efectivos de la aristocracia obrera en cada país dependen de las condiciones concretas de ese país: de su situación en el sistema del imperialismo, de su poder relativo, del grado de participación en la explotación de los pueblos de otros países, de su situación económica, del desarrollo de la lucha de clases, de la fuerza y de la influencia de la ideología comunista en el país. Desde la segunda mitad del siglo XX la burguesía monopolista de la mayoría de los países capitalistas desarrollados ha sabido comprar, sobornar y conformar una nueva forma de aristocracia obrera: la burocracia obrera. En los países capitalistas desarrollados la aristocracia obrera es cada vez más la burocracia obrera. Esta parte cada vez más numerosa de la aristocracia obrera está constituida por la cúspide y parte de los funcionarios de los sindicatos y partidos reformistas, por toda clase de personajes socialreformistas atrincherados en los órganos locales de Poder y en las fundaciones. Una parte de estos “burócratas obreros” se han fundido ya con la burguesía. Desde el punto de vista político el capital monopolista se apoya cada vez más para intensificar la explotación de la clase obrera no en la aristocracia obrera clásica, sino en la burocracia obrera. SOBRE LA “CLASE MEDIA” Desde los años sesenta del siglo XX en adelante muchos sociólogos burgueses vienen propagando con insistencia la teoría de la “disolución” del proletariado y de la burguesía en una creciente “clase media”. Según esta teoría el crecimiento incesante de los “empleados” en los países capitalistas desarrollados absorbe a la burguesía y al proletariado en una nueva clase social “la clase media”. Con esta teoría, piedra angular de la sociología burguesa contemporánea, se pretende refutar la teoría de Marx acerca del crecimiento numérico de la clase obrera y de la polarización cada vez mayor de las fuerzas de clase en la sociedad burguesa. La sociología burguesa incluye en la “clase media” capas y grupos sociales que se hallan en diferente relación respecto a los medios de producción. A su vez, los sociólogos y economistas burgueses atendiendo a diferentes factores (p.e. nivel cultural, nivel de ingresos, propiedad personal etc etc,) incluyen a los individuos de estas capas y grupos sociales en la “alta” y “baja” clase media 14 Para los sociólogos y economistas burgueses esta “nueva clase” está compuesta por los pequeños comerciantes, los pequeños productores, por las personas de profesiones liberales, por el personal directivo de las empresas, por los técnicos, ingenieros, trabajadores de los servicios públicos, trabajadores de oficina y comercio, trabajadores asalariados de la administración pública, de la enseñanza y la sanidad, por la oficialidad del Ejercito, los jueces, los fiscales, los directores y miembros de los consejos de administración de las compañías, todos los funcionarios públicos ,comprendidos los empleados modestos – jardineros, conserjes, personal de limpieza, enterradores etc., etc., es decir, por representantes del proletariado, el semiproletariado, la burguesía y los sectores intermedios. Huelga decir que toda esta mezcla no sólo deja sin una base científica mínima la idea burguesa de la “clase media” sino que además pone de relieve que la creciente “clase media” no es en realidad otra cosa que una mezcla arbitraria de grupos sociales completamente distintos por su condición de clase. SOBRE LAS CAPAS MEDIAS Para los marxistas el contenido del término “capas medias” es diferente del que la sociología burguesa da al término “clase media”. Mientras la sociología burguesa incluye en la “clase media” a grupos sociales que se hallan en diferente relación respecto a los medios de producción, el marxismo identifica las capas medias sólo con la pequeña burguesía. Las capas medias, que vienen a ocupar como una situación central entre los dos polos – el proletariado y la burguesía- están constituidas por los pequeños productores de mercancías de la ciudad y el campo, es decir, por las masas fundamentales del campesinado, de los pequeños artesanos y comerciantes. A estas capas pertenecen también por su situación social los llamados profesionales “independientes” , esto es, personas que en el capitalismo no viven de la venta de su fuerza de trabajo, sino de algo así como de la venta de “ mercancías” especiales producidas por ellas o de servicios, ya sea la música, la enseñanza, el asesoramiento de un abogado, la asistencia de un médico particular etc. Al referirse a las capas medias Lenin escribió que “El capitalismo crea de nuevo, infaliblemente toda una serie de” capas medias” (apéndice de las fábricas, trabajo a domicilio, pequeños talleres diseminados por todo el país, en virtud de las exigencias de la gran industria, por ejemplo de la industria de bicicletas y automóviles, etc.) ÌÌÌ La sociología burguesa en su afán de negar el crecimiento numérico del proletariado en los países capitalistas desarrollados agrupa en las capas medias a grupos sociales tan diferentes como, por una parte, los capitalistas y distintos propietarios pequeño-burgueses, en los que se incluye a los profesionales, y por otra parte, a los ingenieros y trabajadores científicos de filas, los empleados de oficina y comercio, que pertenecen claramente a la clase obrera. Esta clasificación arbitraria sirve de base para hacer las afirmaciones propagandísticas de que tiene lugar una reducción numérica de la clase obrera y de que la clase obrera no desempeña ya el papel principal entre la totalidad de los trabajadores. 15 SOBRE LOS EMPLEADOS Aunque el término “empleados” se utiliza en la literatura marxista, no puede considerarse como una de las categorías económico-sociales objetivas (como, por ejemplo, el concepto de “clase obrera”. Sin embargo, la estadística y la sociología burguesa utilizan el término “empleados” precisamente en este sentido. Al mismo tiempo presentan a “los empleados” como miembros de la “nueva clase media”. Las estadísticas oficiales de los países capitalistas y la publicística burguesa agrupan bajo la denominación general de “empleados” a las capas más heterogéneas de trabajadores que, formalmente, trabajan a sueldo, empezando por el personal de limpieza, vigilantes, conserjes, jardineros y terminando por los directores de las grandes compañías. Así pues, los empleados no constituyen un todo único desde el punto de vista de clase. Entre ellos podemos encontrar representantes de todas las clases: proletariado y semiproletariado, capas medias y gran burguesía. Mientras una parte de los empleados se funde con la clase obrera, los de las categorías superiores, que ocupan cargos de gerentes, directores, miembros de la dirección de las compañías, etc., pertenecen en realidad a la clase capitalista. Hay también otros grupos de empleados relativamente amplios que ocupan una posición intermedia en la estructura de clase de la sociedad burguesa. Las estadísticas burguesas incluyen en la categoría de empleados a los obreros de las empresas del Estado, a los trabajadores estatales, municipales o autonómicos de la enseñanza, la sanidad, a la burocracia, a la oficialidad del Ejército, a los jueces, a los fiscales etc. Esta simple enumeración nos indica que en realidad se trata de grupos sociales completamente distintos por su condición de clase. Unos pertenecen al proletariado o se aproximan a él, otros están al servicio del aparato de represión capitalista, se aproximan a la burguesía o se funden con ella. Por sus rasgos de clase, una parte considerable de los trabajadores que la estadística burguesa incluye entre los “empleados” no se distingue del proletariado. Puede citarse como ejemplo, a los ingenieros de filas, dependientes de comercio de los grandes almacenes, la base de los empleados de banca y de otras esferas de los servicios. Estas categorías de trabajadores venden su fuerza de trabajo a los capitalistas, su jornada de trabajo se divide en necesaria y suplementaria, su trabajo es productivo y constituye una importante fuente de beneficios para los monopolios. Lógicamente, sería absurdo incluir en la clase obrera a todos los trabajadores de la categoría de los empleados. Por ejemplo, los gerentes, directores, ingenieros-jefe investidos de funciones administrativas y otros altos funcionarios de las compañías privadas y el Estado son “empleados” únicamente en los resúmenes de los departamentos de Estadística de los países capitalistas y en los libros de los sociólogos burgueses. En la vida real son representantes de la burguesía monopolista, miembros de la clase capitalista. Representan a la propiedad privada y conjunta (estatal) de los monopolios, ocupan puestos de mando en el sistema jerárquico del capital industrial y bancario y se apropian, bajo la forma de acciones, sueldos elevados y premios, una parte del trabajo no retribuido de los obreros y empleados. 16