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NOSOTROS VAMOS Santander 28-09-10 Los sindicatos Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores han convocado una huelga general para el día 29 de septiembre, en protesta por los recortes en las políticas sociales y a los derechos de los trabajadores y trabajadoras que ha decretado el Gobierno. El Gobierno español, siguiendo los pasos de otros países europeos, ha puesto de esta forma fin a su compromiso de defender e incrementar los derechos de la ciudadanía, poniendo el acento de su recorte además en los derechos de los trabajadores, de los pensionistas, de las personas en situación de dependencia, de los más desfavorecidos. En suma, ha cometido una agresión manifiesta a los derechos de la ciudadanía y a un proyecto de sociedad más justa y solidaria, con la excusa de paliar los efectos de una crisis económica mundial que ninguno de éstos ha provocado, pero que sin embargo se pretende sean los sacrificados acorde con los criterios del Banco Mundial o del Fondo Monetario Internacional. Las ONG somos colectivos de ciudadanos y ciudadanas. Nuestro objetivo es una sociedad más justa, más solidaria, mejor. Y nuestra vocación es que lo sea a nivel internacional. Nuestra solidaridad para con la ciudadanía de los países empobrecidos es reflejo de nuestra conciencia social en nuestros propios países. Defendemos nuestros derechos como ciudadanos, que queremos sean también los suyos. Una alianza no ya de civilizaciones sino de ciudadanía. Es por ello que nos oponemos a estas medidas no sólo como ciudadanos, como trabajadores y trabajadoras, sino como movimiento social. Con la convicción de que este injusto e injustificado punto de inflexión en la política de nuestro Gobierno no sólo no va a solucionar la situación económica, dado que hace mella en las víctimas y no en las causas que nos han llevado a esta crisis y no sólo no propone alternativas a este modelo económico que tan voraz e ineficaz se ha mostrado, sino que provocará una brecha social que nos llevará años restañar. Éste es un legado que no podemos permitir sea la herencia de las generaciones futuras. Vivimos en un mundo donde dos terceras partes de la humanidad están sumidas en la miseria o en la pobreza, y hoy nadie tiene dudas de que esta situación ha ido in crescendo desde las últimas décadas, cuando al mismo tiempo nunca la humanidad ha generado tanta riqueza. A nadie le quedarán dudas de que hoy sólo hay un sistema responsable de esta injusticia y cuya naturaleza no es otra que la que se basa en el modelo capitalista especulativo más cruel que hayamos conocido. La ciudadanía mundial tenemos aún un resquicio que debemos aprovechar para avanzar en la justicia social, que tanta lucha y vidas ha costado, para no volver a las tragedias que la humanidad ya hemos vivido y sus pueblos han sufrido. Para los mercados hoy está en juego acabar con los estados del bienestar, privatizando todos sus servicios públicos y conquistas sociales. Nuestro reto como trabajadores y ciudadanos es no permitir que esto ocurra. Debemos combatir las causas de la pobreza en el mundo, reivindicando un cambio de las normas comerciales injustas impuestas por la Organización Mundial del Comercio (OMC), asegurando que se utilicen como un instrumento que asegure trabajo decente y desarrollo sostenible que beneficie a las personas y redistribuya la riqueza. En igual medida la gobernanza mundial ejercida desde el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han sido responsables directos de la actual situación y por lo tanto merecedores de nuestra desconfianza en que sean estos organismos precisamente los que hoy propongan soluciones para salir de la crisis. Aquí o nos salvamos todos o nos hundimos todos por la irresponsabilidad de unas minorías injustamente enriquecidas por sus avaricias y falta de escrúpulos. Hoy más que nunca todos los movimientos sociales al unísono debemos unir nuestras fuerzas para demostrar en todos los ámbitos de actuación que no vamos a aceptar reformas laborales absurdas, ni un solo recorte social innecesario, no a renunciar al compromiso internacional en la cooperación al desarrollo a la que estamos moral y éticamente obligados. Confiamos además en que las instituciones de Cantabria no se dejarán llevar por el ejemplo del Gobierno de la nación y mantengan íntegramente, e incluso aumenten, todos los esfuerzos que realizan en políticas sociales, con las personas mayores, los trabajadores, las personas en situación de dependencia, con los más desfavorecidos, la sanidad, la educación, el medio ambiente, con la cooperación al desarrollo... Ahora, más que nunca si cabe, es el momento de reafirmar compromisos ya hace tiempo adquiridos y seguir, conjuntamente, trabajando por una sociedad más justa en nuestra región y fuera de ella. La ciudadanía de Cantabria, en innumerables ocasiones, ha demostrado su solidaridad para con los más necesitados, y seguirá exigiendo a sus representantes que reflejen esta solidaridad de los cántabros y las cántabras en sus políticas. Por todo ello, desde la Coordinadora Cántabra de ONGD apoyamos las movilizaciones convocadas por CC.OO. y U.G.T el 29 de septiembre de 2010, y pedimos al Gobierno español que rectifique, que retome su política social y que propugne esta vez sí, con el consenso de los movimientos sociales y sindicatos, de la ciudadanía, medidas valientes y necesarias que no sólo nos hagan “salir” de esta crisis, sino que sienten las bases para un modelo económico y social que nos permita ganar nuestro futuro y contribuir a que otros lo consigan. José Carlos Ceballos Presidente de la Coordinadora Cántabra de ONGD