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Programa Diseño y Desarrollo Social FADU y FSOC, UBA Simposio 2013 “Transformaciones y anticipaciones urbanas: Bangkok, Buenos Aires, Nueva York” Ensayo: Ciudad y Universidad. Proyecto e Intervención Autores: Adriana Clemente, Juan Pablo Scaglia Notas sobre el abordaje interdisciplinario Este desarrollo aporta elementos para orientar el análisis y la reflexión sobre el abordaje interdisciplinario entendiendo al mismo, no como un requisito, sino como un imperativo de la intervención en torno a la cuestión urbana y su multidimensionalidad. En tal sentido, el Programa Diseño y Desarrollo Social, desde el que se hacen estas reflexiones, propone como método de trabajo la constitución de un equipo interdiciplinario entre profesionales e investigadores del diseño, la historia y las ciencias sociales con el fin de propiciar la revisión crítica y colectiva, tanto de enfoques como de procedimientos de intervención referidos a los problemas de la pobreza y la exclusión social en medios urbanos. En estas reflexiones se postula que el trabajo interdisciplinario es una construcción que requiere de la “deconstrucción” de supuestos (teóricos y metodológicos) que operan en cada una de las disciplinas que interactúan en torno a uno o más problemas sociales y que este desarrollo es fruto de acuerdos que abarcan tanto la definición conjunta del campo problemático, como principalmente del sistema de propuestas para el abordaje y resolución de los problemas identificados. Intentaremos reflejar la experiencia que viene desarrollando el equipo FADU/CCSS de la UBA en el Programa Diseño y Desarrollo Social (DyD), en la búsqueda de apuntes y reflexiones que pudieran ser generalizables a otros equipos en el marco de experiencias contrastables. Sobre el paradigma de la complejidad y la intervención social. Dado que los enfoques disciplinares tradicionales han demostrado ser insuficientes para abordar problemáticas complejas es fundamental interrogar y cuestionar los contenidos metodológicos que orientan la práctica científica y profesional en torno a ellos. “El abordaje interdisciplinario de las problemáticas complejas es un recurso adicional para conjurar el pensamiento binario en ciencias sociales (objeto/sujeto, cuantitativo/cualitativo, macro/micro). La binarización enfatiza el momento de oposición e induce pensamientos reduccionistas de la realidad.” (Espina Prieto M., 2007). Al respecto, Edgar Morin (1990) señala las ventajas del abordaje interdisciplinario, entre los que destacamos algunos principios tales como: el carácter de la realidad entendida como trama de relaciones inacabada y la necesaria superación de un enfoque híper disciplinario (disciplina cerrada) por un enfoque de complementariedad. De manera contemporánea, el abordaje interdisciplinario es tema 1 de reflexión epistémica y si bien existen muchas experiencias que se lo proponen son contados los equipos interdisciplinarios satisfechos con su propia producción. En general, se evidencia un consenso alrededor de la necesidad de la construcción de una metodología interdisciplinar común a todos. Sobre las motivaciones. En primer lugar debemos detenernos en el origen y objetivos del grupo académico que ofrece esta reflexión, distinguiéndolo de otros posibles. Es habitual la conformación de equipos interdisciplinarios ad-hoc en torno a una demanda específica. La selección de disciplinas y perfiles se subordina entonces alrededor de esa demanda, con una aparente “desventaja”, ya que su sistema de explicaciones e ideas siempre está sometido a la contingencia de la puesta en práctica en escenarios concretos. Del mismo modo, es conocida la tipología de equipos reunidos en torno de una temática amplia, en búsqueda de la elaboración de conocimientos teóricos basados en un nuevo enfoque (interdisciplinar) muchas veces justificados por las exigencias formales de la investigación académica. Este equipo en particular se diferencia de los anteriores, por estar autoconvocado alrededor de lo que llamaremos una convergencia estratégica que, en términos de Roberto Doberti, podríamos sintetizarla en “el estar y el actuar” (el sistema de apropiación de la ciudad), no se define por una misión específica ni por una teorización platónica sino por una voluntad interventiva con objetivos comunes. Esta voluntad interventiva se define en el plano del proyecto, en la intención de transformación, en el análisis de la ciudad y sus dispositivos de desarrollo; para lo que reconoce dos objetivos: i) Incidir o participar en la elaboración de las políticas públicas y ii) Modificar las estructuras académicas y disciplinares alrededor de temáticas tales como: Proyecto, Ciudad, Desarrollo e Inclusión. Sobre los procesos de trabajo. Para el ejercicio del trabajo interdisciplinario la primera etapa es la convergencia, la construcción de un acuerdo conceptual. Se trata de reconvenir entre las disciplinas y/o equipos de trabajo lo referido a vocabulario, categorías, marcos teóricos, entre otros conceptos y estructuras. Hemos dicho que esta etapa es una construcción, un proceso obligado que no debe eludirse. Suponer el acuerdo conceptual a priori entre varias disciplinas, recortaría, anularía, el juego maravilloso, el debate obligatorio, que supone el ejercicio mismo del consenso y que ineludiblemente implica posicionamientos ideológicos. El campo de conocimiento sobre el que se interactúa es una construcción y no debe suponer la posterior generalización de las conceptualizaciones alcanzadas a la totalidad de cada campo disciplinar. Atentos a la capacidad transformadora que adquiere la intervención social, podemos acordar en que la 2 realidad no se repite y que a lo sumo trabajamos con tendencias, regularidades que se expresan en la dinámica que adquieren los procesos y que están atravesadas por el contexto y la acción de los actores sociales y políticos que participan del proceso. La problemáticas referidas a la pobreza y la exclusión social son particularmente sensibles a estas influencias contextuales. En tal sentido, los equipos de trabajo deben establecer sus estrategias de intervención bajo estos paradigmas de contingencia que impone la dinámica social en torno a los problemas sociales, haciendo aun más complejo el trabajo en equipo. La intervención y sus objetivos La relación entre investigación social y cambio social reproduce la relación entre saber y poder. De ahí, la subordinación de la práctica científica y sus resultados según cada época y contexto de realización. A su vez, esta relación de subordinación se repite entre las prácticas de investigación y de intervención. De ahí que la voluntad transformadora de todo proyecto debe problematizar estas contradicciones evitando reproducir posiciones de hegemonía entre una y otra disciplina. La construcción de un problema de intervención común hace referencia a una proyección de resultado pero también, a un trabajo conjunto y flexible que contenga al conjunto de expertices en juego. En el marco del proyecto DyD se busca que las disciplinas entren en escena como herramientas y yuxtaponer primero los elementos de lo colectivo por sobre lo diferencial de cada una. Desde esta perspectiva cada área de trabajo busca incorporar algún elemento transformador que le sería propio, actuando como mediador, en vistas de la estabilización y estandarización teórica y práctica, definida para nosotros como una complementariedad táctica con relación al objeto y su abordaje. Al respecto, definimos como segunda condición de la consolidación futura de este equipo, esta complementariedad táctica, puesta al servicio de objetivos estratégicos. Es decir, a la utilización de las fortalezas del otro para transformar las estructuras de la propia disciplina, y a la vez confluir saberes al servicio del objetivo común. Como hemos dicho inicialmente, este trabajo tiene como objetivo, compartir algunas de las hipótesis con la que venimos trabajando de modo interdisciplinario y a la vez evidenciar las dimensiones que se ponen en juego en el trabajo conjunto, en pos de su contrastación con los otros equipos que vienen trabajando en las tres ciudades que forman parte del proyecto. En el marco de la experiencia que se viene desarrollando y a los fines de este trabajo, se propone reflexionar sobre tres de las dimensiones que, a nuestro criterio, se combinan para hacer posible un planteo de abordaje interdisciplinario. Estas dimensiones son: la convergencia ideológica, la complementariedad de los saberes y la solvencia específica de cada disciplina. La convergencia ideológica: Como ya se expresó el componente ideológico es clave. Las disciplinas tradicionales no constituyen un cuerpo monolítico. Si bien la formación académica gira en torno de corrientes preponderantes, también existen posiciones alternativas, que plantean divergencias sobre ciertos aspectos teóricos que priorizan en el cuestionamiento. Los momentos y los ejes de innovación entre las disciplinas que interactúan no 3 son necesariamente congruentes, tampoco deben porqué serlo. En nuestro caso, la convergencia combina líneas tradicionales e innovadoras del conjunto de disciplinas en colaboración. El campo de la intervención es un campo en permanente tensión que comprende de modo simultáneo registros ligados a cuestiones del orden analítico, técnico y ético, combinación irreductible al conocimiento de una única disciplina. (Danani, 2012). Entonces el abordaje interdisciplinario de la pobreza urbana, es un recurso indispensable para conjurar la tentación reduccionista que ofrece la lógica globalizada para el análisis y abordaje de las problemáticas complejas y contextualmente situadas. El acento en la condición social y cultural por sobre lo individual y lo material, incorporado y naturalizado para la ciencias sociales, es una toma de posición para las disciplinas 1del diseño. Para la enseñanza tradicional del diseño, la materialidad, los procesos productivos y la gestión de los objetos proyectados, se subordinan a la coherencia en torno a la “idea” original, es por esto que una mirada con eje en lo social implicaría una postura alternativa a la currícula general. Para el caso de este equipo de trabajo, todas las disciplinas centran su mirada en los procesos sociales, entendiéndolos desde su contexto histórico. La voluntad transformadora del diseño se combina con la intención interventiva de las ciencias sociales. Para el diseño, el punto de inicio es el malestar, la disconformidad con lo existente o con la ausencia de algo que se considera indispensable; el punto final es el momento en que la idea convertida en realidad es puesta al uso de la comunidad. Ya no proyecto, sino su concreción. Para las ciencias sociales, la intención interventiva es parte contingente del ejercicio profesional. En las tareas científicas la intervención es una posible consecuencia del conocimiento producido. La vocación interventiva se correponde mas con las disciplinas profesionalizadas. . La complementariedad de las aptitudes: Si bien hay consenso (académico y político) en la importancia del abordaje interdisciplinario, se presentan muchas dificultades para materializar y compatibilizar las diferentes matrices tanto disciplinares, como principalmente institucionales, en parte atribuible a la lógica sectorial que organiza las políticas públicas. Para atravesar responsablemente este ejercicio es necesario el conocimiento mínimo de la otra disciplina y, como ya hemos sugerido, abarcar profundamente los sentidos de la propia. Hablamos de 1 Utilizamos el término “disciplinas del diseño” para englobar las carreras de Arquitectura, Diseño Gráfico, Industrial, de Indumentaria y Textil, Urbanismo. Elegimos la categoría disciplinas a fin de no subordinarla a las tradicionales “Arte”, “Ciencia” o “Técnica”, en acuerdo con lo que Roberto Doberti denomina “La Cuarta Posición”, que postula “Con el mismo ánimo de precisión decimos que cada una de las posiciones implica un modo específico y primordial de mirar y operar la realidad. En consecuencia, no se pueden organizar ni evaluar las realizaciones elaboradas en las distintas posiciones con los mismos principios o parámetros. Peor aún –aunque a veces parece obligado salvataje– es el intento de homologarse, de inventar aproximaciones o analogías que terminan desvirtuando la autenticidad de nuestra posición.” 4 axiomas, supuestos, marcos de referencia, metodologías adquiridas tanto en el tramo de formación curricular como en el entrenamiento profesional. La complementariedad que permite el trabajo interdisciplinario se basa en la detección de fortalezas donde quedan expuestas estas posibilidades de complementariedad. A continuación compartimos algunos aspectos como ejemplo: El Proyecto. La relación se da en el marco del proyecto, entre la etapa diagnóstica y el diseño. Desde el diseño la centralidad está puesta en el proyecto. El proyecto conceptualizado como objeto, pero además como proceso cerrado, para el que no existen instrumentos de diagnóstico normalizado, ni herramientas de verificación posteriores. La formación de las ciencias sociales propone la centralidad del diagnóstico, el problema y sus causas. Por ello, no se verifican instrumentos generalizados ni una ejercitación constante para la formulación de proyectos, probablemente originada en la menor profesionalización en términos liberales de ese campo disciplinar. El conflicto: Otro punto de complementariedad entre las disciplinas es el modo en que responden al conflicto. La formación académica del diseño no entrena al profesional para la gestión, de modo que el conflicto no es bien recibido. Sólo la práctica profesional ejercita, pero la generalidad de la disciplina es la negación de cualquier momento problemático. En cambio, para las ciencias sociales, el conflicto es parte inherente al desafío, no se neutraliza, ni se oculta. Es generalmente el objeto de estudio, el posicionamiento sobre cómo se tramita el conflicto ya es parte del posicionamiento ideológico del investigador. El lugar de la teoría. Para las ciencias sociales el marco conceptual opera como un ordenador primordial y no siempre está valorado positivamente el eclecticismo. Para el diseño, la historia de la arquitectura se toma como uno de los marcos de referencia, sin embargo muchas veces aquella está construida en torno a grandes arquitectos e importantes obras, que constituyen valiosas excepciones, pero que poco tiene que ver con las generalidades y/o los procesos sociales. El arte, la creatividad y la innovación ocupan un lugar significativo en la resolución práctica de los problemas. Para el diseño, la propuesta o el proyecto se valora según su grado de originalidad y la respuesta particular para cada problemática. Para esta disciplina la escala es un parámetro determinante para el proyecto. El proyecto no necesariamente debe contemplar la gestión, puesto que su materialización implicaría desvirtuarlo. La solvencia específica de cada disciplina Finalmente, en cuanto a la especificidad disciplinar hay acuerdo en que el trabajo interdisciplinario se ancla en la calidad profesional de las acciones específicas y propias de cada disciplina. Como hipótesis postulamos que la participación interdisciplinaria, en el campo de las necesidades sociales, supone el dominio de los saberes específicos que se atribuye a cada disciplina y por el que también se reconoce al quehacer de sus profesionales y/o investigadores. Esta afirmación refuerza la idea de que la formación de grado no puede desentenderse y/o abstraerse del universo social e institucional en el que luego se debe insertar el graduado. También fortalece la 5 función de la Universidad Pública como herramienta al servicio de la voluntad popular. Es el mandato que se desprende de las”Bases” del Estatuto de la Universidad de Buenos Aires. La misión de la Universidad Pública debe ser: “…además de su tarea específica de centro de estudios y de enseñanza superior procura difundir los beneficios de su acción cultural y social directa, (…) La Universidad estudia y expone objetivamente sus conclusiones sobre los problemas nacionales; presta asesoramiento técnico a las instituciones (…) estatales de interés público.” (inc. 5 y 6) De nada serviría la convergencia ideológica si sus propuestas no fuesen sustentables y no podríamos hablar de condiciones de igualdad si los saberes y conocimientos de la Universidad Pública no fueran como mínimo equivalentes a los disponibles por los sectores más poderosos. En síntesis, este equipo se reúne en torno a una convergencia estratégica que se funda en el acuerdo entre la voluntad transformadora y la voluntad interventiva tanto de incidencia en la política pública como de aporte a la formación académica. Sus herramientas son, en complementariedad táctica, las fortalezas ajenas que detecta en otras disciplinas para contrastarlas con las prácticas y saberes instituidos en la propia. Pone sus solvencias específicas en torno de proyectos al servicio del interés colectivo y la voluntad popular. Bibliografía. DANANI, Claudia. Documento de presentación Maestría en Intervención Social. Mimeo 2012. DOBERTI, Roberto. Espacialidades. Argentina: Ediciones Infinito Buenos Aires, 2008. 318 p. ISBN: 978987-9393-56-7. MORIN, Edgar. Introducción al pensamiento complejo. Editorial Gadisa, Barcelona. 1990. ZEMELMAN, Hugo. “Pensar teórico y pensar epistémico”, en América Latina: Los desafíos del pensamiento teórico, Irene Sánchez Ramos,Raquel Sosa Elízaga coord., México, Siglo XXI, 2004. 6