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SEMINARIO GENERACIÓN DE TEORÍA PROFA. Alicia Inciarte PARTICIPANTE: Gabriela Jaime Fleary UNEG. Sede Chilemex. Puerto Ordaz Puerto Ordaz, Enero 2011 GENERACIÓN DE TEORÍAS: ENTRE IMÁGENES Y SOMBRAS En el transitar sobre el debate acerca de las Ciencias Sociales y su pretensión de conocer, entender , describir, explicar y predecir los fenómenos, hechos, acontecimientos y situaciones que se suceden en un contexto, tiempo y espacio determinado con el fin de “universalizar” o “socializar” el producto de esta pretensión; es imposible desconocer la desconfianza que surge hacia aquellos postulados epistemológicos y teóricos que orientan la generación de conocimiento científico privilegiando la imposición de un lenguaje único de la ciencia, así como un único abordaje metodológico que matiza de dogmatismo a aquella forma de representación de la realidad. Si los paradigmas, modelos teóricos, métodos y metodologías son instrumentos heurísticos del pensamiento (estructura cognitiva del hombre), según palabras de Spencer (1982); pareciera inadmisible enfocar la producción de conocimiento científico desde una dimensión netamente empirista -racionalista; toda vez que el pensamiento del hombre es una representación simbólica de abstracciones particulares del contexto social y socio cultural que lo enmarca. Es decir, aquellos instrumentos estarían contribuyendo a representar la realidad de un espacio, contexto y tiempo específico que se desea reconstruir. 1 Esta particularidad del pensamiento o estructura cognitiva heurística del hombre le otorga carácter social a la producción científica, que no admite ser mirada, en su complejidad, desde la rigurosidad del empirismo lógico y sus procedimientos teórico- metodológicos. Posicionándonos en el punto de vista del paradigma como instrumento de descubrimiento y comprensión de la realidad social, se ajusta más al sentido común asumir la concepción, que de éste, elabora Gleen (1985); quien lo define como aquella estructura cognitiva que es semejante en los sujetos de una misma cultura quienes, al compartir experiencias y educación, producen elaboraciones mentales similares que llegan a ser aceptadas por todos. Ello significa que existe un acercamiento a la realidad social desde un sistema de producción cognitivo cuya finalidad es resguardar saberes, conocimientos, pensamientos y discursos de esa sociedad y su cultura las cuales se encuentran en el interior del conocimiento humano. Como lo ha dicho Edgar Morin (2000) “un acto cognitivo humano es ipso facto un fenómeno cultural, y todo elemento del complejo cultural colectivo puede actualizarse en un acto cognitivo individual”. Esta forma de epistemología se aleja del rasgo empírico-racional-positivista de producción de conocimiento dando paso a paradigmas que pretenden atender la complejidad del hombre y su representación de los fenómenos o acontecimientos sociales. Este proceso recursivo entre lo individual y lo social, entre lo particular y lo colectivo propicia una manera de mirar, acercarse y reconstruir la realidad, particular o colectiva, de una sociedad y su cultura. Tal reconstrucción se 2 encuentra en el mundo de las palabras, en el discurso que se construye de manera especulativa intentando dar una visión o explicación de las cosas. Carvajal (2002) citando a Bisquera denomina este camino como el proceso de elaborar teorías sociales, el cual se caracteriza por estar impregnado del elemento hermenéutico o interpretativo. En este sentido, las interpretaciones que el hombre hace de la realidad social cambian y evolucionan con la sociedad misma; son provisorias, pues siempre existirá “una nueva mirada” que pueda explicar la realidad de una manera diferente, más acabada, más completa o más cercana a la realidad misma. ¿Es este el papel que juegan los modelos para generar teorías?; ¿son ellos, dentro del paradigma que los enmarca, aquellas estructuras cognitivas y elaboraciones mentales compartidas y aceptadas por sujetos investigadores para preservar saberes, conocimientos y discursos? Si la respuesta a estas interrogantes es afirmativa sugiere pensar que los saberes y conocimientos que de los modelos se generan no podrían definirse como teorías sustantivas toda vez que los modelos trazan el camino metodológico que conduce al investigador de nuevo a la teoría. Esto puede denominarse como una praxis de reproducción de una racionalidad dominante y colectivamente aceptada. Parece lógico pensar que el generar teoría demanda del investigador una visión particular de lo que investiga y de sus propias prácticas; es decir poner interés en las praxis racionales con las que hace investigación. ¿Qué hace el investigador cuando hace uso de su racionalidad? Simplemente aprehende la realidad social objetivándola formalmente y dándole sentido 3 cognitivo a la misma. Esta es la figura de un diálogo intersubjetivo: entre el investigador y el contexto social que es sujeto de estudio, entre imágenes y sombras del fenómeno social que capta el interés del investigador. Desde mi apreciación personal los modelos teóricos no deben ser vistos como “recetas” lógicas para generar teorías sino como ámbitos racionales de “correspondencia bi-direccional entre el lenguaje (natural-intuitivo) que produce la representación/interpretación social de determinado fenómeno y el metalenguaje (teórico-crítico) que produce su explicación científica” (Magariños, s/a). Es así como las metodologías de los modelos teóricos, como las formas que éstos utilizan para pensar la realidad social y estudiarla, terminan siendo respuestas lógica de las teorías para formalizarse. ¿Podemos entonces hablar de generación de teorías, de innovación en el campo de las ciencias sociales? Generar, innovar la ciencia parecen contener en sí la necesidad de recomponer aquello de lo cual se origina. Ahora bien,: ¿Cómo puede un investigador social producir saberes y discursos innovadores en una contexto social concreto, cómo se producen pensamientos y estilos de pensamiento (metodologías) y, de qué modo se articula en cada sociedad histórica concreta un sistema de saberes con su particular forma de funcionar y con normas para validar los conocimientos que se han producido?. Aún hay elementos en los cuales reflexionar... permanecer entre imágenes y sombras. Como investigadora en el ámbito educativo, cautiva mi interés el modelo de explicación que habita en el espacio histórico escolar (escuela, universidad). Este 4 es un ambiente simbólico por excelencia, lleno de representaciones de la cultura en la cual está inmersa y en ella se manifiestan las formas de pensamiento de un contexto social, político, económico determinado. Esa comprensión del mundo, ese tránsito de saberes, esos conocimientos que circulan en los andamios intersubjetivos de que habitan el espacio de la escuela y de al universidad, son expresión crucial de la racionalidad misma de la sociedad. Existe una herencia cultural y social enquistada en el espacio escolar que refleja un estado de crisis y que requiere ser comprendida desde la subjetividad de actores que hacen vida en los espacios escolares. Existen innumerables estudios que afirman la realidad de la crisis educativa en Venezuela, una crisis que tiene rostro de “tradición y resistencia al cambio”; donde la innovación es un clamor de todos que no logra materializarse en las prácticas comunes. Parece que la escuela requiere hacer el esfuerzo de inventar su propio paradigma, poner delante de sí su propia capacidad heurística, porque la realidad golpea la pretensión de pensar que invocando tal o cual paradigma, sería la salida a los problemas en la educación. La educación y su ciencia requieren configurar saberes que abarquen su fundamentación teórica, epistemológica, metodológica y a los investigadores en ciencias de la educación se les presenta, por delante, el reto de pensar desde el comienzo sobre las costumbres académicas que demoran la innovación y el cambio. Las costumbres de la escuela son las costumbres de la sociedad misma cuyos mecanismos discursivos están en bancarrota; dentro de ellas, en sus discursos está la respuesta a la salida de la crisis. 5 Concluyo citando a Rigoberto Lanz: “Las sociedades están permanentemente en peligro, ellas mismas como “comunidad de destino”. Por tanto, el esfuerzo en el campo de la educación no puede ser un dato aislado, solitario, completamente fragmentado, destinado a la fábrica de profesiones. Es un esfuerzo que tiene que estar mirando al país, sus posibilidades y sus desafíos.” REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 1. Carvajal, Á. (2002) “Teorías y modelos: formas de representación de la realidad” Volumen 12, Año 23, No 1, Enero - Junio 2. Gleen, E. S. (1985) “El hombre y la humanidad: conflicto y comunicación entre culturas”. Paidós, Bs. Aires, p. 12. 3. Lanz, R. (2003) “El arte de pensar sin paradigmas”. Conferencia Inaugural 4. Magariños, Juan “Esbozo semiótico para una metodología de base en ciencias sociales” [Disponible en: www.margarinos.com/ar/esbozo_ semiotico.htm 5. Morin, Edgar (2000) “Cultura y conocimiento” Gedisa, Barcelona p.78 6. Spencer, M (1982 )“Las Ontologías en las Ciencias Sociales” 6