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Alfredo Pérez Palacios El Centro antes que Centro fue Ciudad. Con el tiempo también ha perdido la exclusividad de la centralidad pero todavía se con-centran en él hitos históricos en forma de edificios que dan identidad propia a la ciudad y, en las zonas más degradadas, los problemas sociales de los grupos más vulnerables y excluidos. Re-habilitación, re-generación, re-vitalización son algunos de los calificativos utilizados para referirse a los planes que abordan los problemas de des-vitalización, des-localización, des-regulación... de los Centros Históricos. Políticas RE para problemas DES que unidas metafóricamente se articulan en RE-DES como principio metodológico para trabajar las soluciones de los problemas socio-urbanísticos. En el caso de Zaragoza, hablamos de Plan Integral por la vocación de romper con el tratamiento sectorial de los problemas y abordar globalmente la rehabilitación física, la regeneración económica y la integración y promoción social de l@s vecin@s. Haciendo uso del nombre de este Foro, entiendo que es muy importante tomar “los pulsos“ con los que late el corazón de los Centros Históricos. Pulsos referidos tanto a la función que se pretende tenga en la ciudad, como al conocimiento de las claves de funcionamiento, la localización territorial de los problemas, los usos diurnos y nocturnos, los diversos liderazgos que existen, el dominio del espacio público... y siempre pensando que el problema no son los vecinos sino los problemas que tienen los vecinos. Para los que creen que el problema son los vecinos (algunos) la solución propuesta es su desplazamiento. Para los que creen que el problema son los problemas que tienen los vecinos, la solución pasa por desarrollar políticas sociales integrales e integradas. La aplicación de estas políticas requiere dar igual importancia al “qué hacer” y al “cómo hacerlo“, en el desarrollo de muchas de las acciones sabemos más lo qué queremos hacer que cómo hacerlo. En este sentido, planteo para la reflexión y el debate algunas de las cuestiones que considero importantes para orientar las acciones dirigidas a promover el desarrollo social. Territorialmente los Centros Históricos se corresponden con la ciudad antigua. Socialmente, también hay una reproducción histórica de la composición social. La heterogeneidad social, la diversidad cultural, la segregación espacial, la no especialización funcional, la inseguridad ciudadana, la prostitución... lo que hoy vemos no es nuevo. Lo nuevo es el Estado Social (los derechos y deberes ciudadanos) que debe 196 MESA 3. LA NUEVA CIUDADANÍA impulsar políticas territoriales y sociales que reduzcan las desigualdades sociales. Políticas territoriales que respondan y se adapten a las necesidades sociales existentes y ésto sólo puede hacerse desde la flexibilidad de las Instituciones para permitir adaptar las normas, los procedimientos y sobretodo terminar con la cultura de las competencias entre Instituciones que trasladadas al territorio se convierten en competencias entre los funcionarios. Un ejemplo tan clásico como lamentable es el del control del absentismo escolar, quién es responsable, el Ayuntamiento, la Consejería de Educación, las dos Instituciones, pero una la prevención y otra la intervención. En definitiva, los problemas de los funcionarios con sus competencias pueden terminar siendo más importantes que los de los vecinos. Es muy importante para la ejecución de un Plan romper la cultura sectorial de las Instituciones y los funcionarios Envejecimiento, paro, exclusión social, precarización, infravivienda, inseguridad, bajo nivel educativo, mayor índice de mortalidad y morbilidad, edificios vacíos en estado casi ruinoso. Son indicadores que aparecen en todos los diagnósticos y siempre por encima de la media de la ciudad. Es una imagen casi apocalíptica que sólo define algunas áreas de los Centros Histórico en las que se concentran los fracasos de las políticas sociales de empleo, vivienda, educación y servicios sociales. Espacios en los que la protección social se ha convertido en la última plataforma desde la que pueden impulsarse las medidas de integración necesarias para su recuperación. Domina la protección en dos sentidos. El primero lo encontramos en el catálogo de edificios protegidos y que son, sobretodo los catalogados de interés histórico-artístico, la apuesta para convertirlos en objetivo turístico y por lo tanto en motor de desarrollo económico. También para reforzar simbólicamente la identidad colectiva frente a la globalización. El segundo, en los vecinos cuyos ingresos dependen de la protección social, que en el caso de Zaragoza podemos estar hablando en torno al 40% de l@s residentes. Se incluyen en este porcentaje los pensionistas, que representan el 26%, y los perceptores de las prestaciones por desempleo, salario social, ayudas de integración familiar, ayudas de urgente necesidad,... que son el 14%. El objetivo prioritario para estos vecinos no es la inserción en el mercado laboral. Es deseable pero inviable. No son inútiles y es posible abrir una vía de trabajo tutelado a través de empresas de inserción o la realización de trabajos de utilidad social que realizan en su propio barrio. En el caso de Zaragoza arreglo, y pintura de fachadas y pequeñas reparaciones en viviendas de familias con escasos recursos. En general no prestamos la misma importancia a la inserción laboral que a la educativa 197 Alfredo Pérez Palacios cultural y social. Es un error en tiempos de la des-regulación, la des-localización y la temporalidad y precariedad en el empleo. Si hay algún capital que este colectivo puede acumular es el de los conocimientos. Un derecho y un deber. La protección social es la condición necesaria para que haya cohesión social. En el territorio de los fracasos sociales esto se convierte en un arma de doble filo. El debate vecinal se polariza en torno a dos posturas. En un polo los que mantienen que los culpables de le situación son los excluidos, los marginados y los emigrantes. Las Administraciones han hecho dejación de sus funciones y los servicios sociales los mantienen con ayudas económicas sin exigirles que sean buenos vecinos. La solución pasa por su salida del barrio. En el otro extremo aquellos vecinos que creen que son las Administraciones las culpables del proceso de deterioro, que lo que hay que abordar son la solución de los problemas de l@s vecin@s con medidas de promoción e integración social. El espacio público en el que mejor se visualiza y representa esta polarización es en los Colegios e Institutos. Los hay sin alumnos con problemas de exclusión, son Centros Privados Concertados. Los hay con un porcentaje entre el 30 y el 50 % de alumnos con problemas de exclusión, son Centros Públicos y Privados Concertados. Por último, los que prácticamente el total de alumnos tienen problemas de exclusión, son Centros Públicos. Esta distribución del alumnado define en el fondo un modelo de convivencia segregacionista, más separador que integrador con poca mixtura social. Pasa sobretodo con los gitanos y en los últimos cuatro años con argelinos y algunos marroquíes. El “modelo” que no ha sido ni hablado ni consensuado socialmente funciona en parte como liberador de tensiones y conflictos. Lo que da “legitimidad” a esta manera de repartirse en el espacio público es la libertad de elección de centro educativo. Romper este modelo es uno de los retos más importantes. Justamente cuando Europa está en plena creación de la ciudadanía europea y hay un deseo social de consolidar y globalizar los Derechos Humanos, el Estado de Bienestar está en crisis fiscal poniendo en duda la continuidad de los derechos sociales. También hay una crisis profunda de cultura democrática, de participación social, de desvalorización de la Propiedad Social (lo Público) frente a la propiedad privada. El Estado Social es un gran invento, una maquinaria que ha producido igualdad, pero también es un poderoso factor de individualismo que a través de los derechos nos libera de todas las pertenencias y solidaridades a la vez que se ha producido una fragilidad de los deberes sociales y los intereses colectivos. Lo vecinal organizado da lugar a distintas visiones y versiones de los problemas y sus 198 MESA 3. LA NUEVA CIUDADANÍA soluciones, en el fondo ya sabemos que la realidad es una construcción cultural con adhesiones de los vecinos a una u otra organización. Son las Administraciones, en este caso lideradas por el Ayuntamiento, las que deben mediar entre los vecinos para ayudar a compartir y consensuar una misma visión de los problemas, los objetivos, las prioridades, estrategias y responsabilidades públicas. La historia de la construcción de las ciudades de la revolución industrial va ligada a los movimientos sociales urbanos, a sus reivindicaciones. Los Centros Históricos son los últimos Barrios de la ciudad de la revolución industrial en los que se actúa y esto ha facilitado, hasta finales de los años 90,la existencia de Asociaciones de Vecinos más activas que en el resto de la ciudad. En el caso de Zaragoza ya en el año 1988 impulsan unas jornadas sobre Revitalización de Cascos Antiguos, continuando reivindicando hasta el año 1997, año de su aprobación, la redacción de un Plan Integral. En los últimos ocho años han aparecido más asociaciones de vecinos que defienden sus territorios de influencia con ausencia de una visión global del Centro Histórico y con menor capacidad de acción. Las Asociaciones de padres de Alumnos no existen en los centros educativos con mayores problemas de exclusión y es débil la participación en el resto, colaborando en ocasiones en la defensa de “su perfil de alumnos“. El asociacionismo más vivo está siendo el comercial, agrupado por sectores y cada sector reivindicando la solución de sus problemas. Impulsar la recomposición del tejido social y crear cauces más directos de participación social es tan urgente e importante como revitalizar el tejido comercial o el urbano, avanzando en la creación de una nueva cultura que nos ayude a diferenciar los problemas individuales de los colectivos. En los últimos ocho años la ciudad ha crecido un 7% y el Centro Histórico un 10%, el segundo distrito que más ha crecido. Hay nuevos vecinos que han ido a ocupar los mejores lugares y hay nuevos vecinos que se han instalado en las infraviviendas de las zonas que más lentamente se están recuperando. Estos son los inmigrantes que en el mismo periodo citado anteriormente han pasado de ser el 2,5 % a ser el 13,2 % de la población. En la ciudad representan el 6,8%. Nuevos vecinos con derechos de ciudadanía, nuevos vecinos sin derechos de ciudadanía. El Centro, reproduciendo su función histórica de territorio de llegada y acogida también en la ciudad globalizada con el reto del mestizaje y la convivencia multicultural sobre la base de los derechos humanos para todos en todos los sitios. 199