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El registro de testimonios para el análisis social: las audiograbaciones y los videos
Leticia Ruano Ruano
Investigadora de la Universidad de Guadalajara
Estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales del Colegio de Jalisco
México
[email protected]
RESUMEN
Se expone brevemente sobre la utilidad de las grabaciones
(audio y video) para el análisis social, como punto de partida
para reflexionar acerca de los aportes de diversos testimonios en
la formación de licenciados en Historia. El primer eje está
descrito en torno al sentido de la construcción del testimonio, el
acceso a través de la memoria y el relato. A partir de estos
últimos elementos se describe la relación con los referentes
tiempo y espacio. La contribución de los testimonios radica en
su apertura o aproximación a aspectos cualitativos y subjetivos,
como son las emociones, las posiciones respecto a algo que pasó
y a los factores que intervienen en la construcción del relato. A
partir del desarrollo de estas cuestiones se introduce el segundo
eje rector que es precisamente la docencia y los testimonios. A
través de diez puntos sucintamente presentados, se muestra el
mosaico de fuentes o expresiones textuales que pueden
contribuir al análisis social, y con esto, las potencialidades en la
formación del estudiante.
Palabras clave: Testimonios, audiograbaciones, videos, análisis
social y textual, formación del estudiante.
1.
INTRODUCCIÓN
Este artículo se sustenta en la experiencia en el uso de
testimonios audio y videograbados, rescatados en la
investigación que realizo actualmente sobre la identidad de
Acción Católica Mexicana; registrada y financiada por la
Universidad de Guadalajara, adscrita al Departamento de
Estudios Sobre Movimientos Sociales. Sin descartar las
vivencias obtenidas en el campo educativo de la Secretaría de
Educación Jalisco. Las aportaciones metodológicas las transfiero
al ámbito de la docencia en cuanto a sus contribuciones al
análisis social y a su utilidad en la formación de estudiantes de la
Licenciatura en Historia. Expongo estos asuntos a través de tres
núcleos temáticos. El primero referido a nociones generales
sobre la construcción del testimonio oral. El segundo, esboza
información general sobre las audiograbaciones y videos. En el
último apartado, presento algunas ideas sobre un posible manejo
y beneficio en la enseñanza y en el aprendizaje.
2.
TESTIMONIOS Y ANÁLISIS SOCIAL
El registro de lo que cuenta la gente como testimonios de las
experiencias sociales e individuales, parten del rescate de la
memoria individual y colectiva. Por tanto, en el análisis se
reconoce que la memoria no es una reproducción de las
realidades sociales, sino una mediación simbólica. Se trata de la
representación, desde su momento actual, de las permanencias
de cosmovisiones pasadas. Entonces, los significados se
renuevan en el registro. No obstante la incorporación de aspectos
actualizadores, es insoslayable que prevalecen elementos
veraces de lo sucedido. Es así que la memoria es invención y
conquista presentes del pasado individual y colectivo: las
selecciones muestran intereses afectivos, inhibiciones y censura.
[1] Las reconfiguraciones de las vivencias basadas en el marco
interpretativo en el que están ubicados los individuos, son por
tanto posiciones en el campo sociocultural. Los recuerdos,
olvidos y silencios se muestran para rearmar el tiempo y el
espacio de lo acontecido.
Memoria y espacio es una relación específica que
integra significados de las imágenes, recuerdos sobre personas,
viejas relaciones, tradiciones y pertenencias grupales; las
remembranzas corresponden a varios y diferentes factores de la
estructura y vida en sociedad (lo más estable en la comunidad);
pues se trata de una realidad perdurable. [2] A la sazón, al
establecerse el diálogo para registrar el testimonio, lo que dice la
persona se construye en una historia contada, en un relato. Es
decir, lo narrado es el aspecto discursivo que envuelve a la
historia, que implica una serie de sucesos contextualizados socio
históricamente; con continuidad basada en normas, valores,
intenciones y motivos de la experiencia: el individuo reorganiza
los sucesos en el tiempo y el espacio, lo que da sentido a los
episodios, y a una serie de estos se le llama trama. [3]
Memoria y tiempo es del mismo modo una relación
determinada, que nos orienta a lo simbólico del pasado en virtud
de las formas identitarias y del lenguaje (evocación de
imágenes). De aquí que la memoria como representación
simbólica construya el acontecimiento: ordenamiento del objeto
real como recuerdo articulado de una vivencia mediante un
problema dado y expresado en los relatos.[4] Los relatos son
puentes para detectar elementos de participación y
apropiación,[5] facilitan el acercamiento al acontecimiento
sociocultural, es un mosaico de significados: el que tiene el
narrador sobre el mundo; el del exterior pragmático donde se
produce, recibe e interpreta lo que se dice; y el referido al
contexto situacional del tiempo y el espacio.[6] En concordancia
con esto, hablaría de relatos de vida como unidades que median
el análisis social sobre campos temáticos particulares.
Los testimonios son productos y expresiones que nos
acercan a referentes axiológicos y socioculturales de las
acciones, a los saberes cotidianos, a trayectorias personales o
colectivas, a manifestaciones de las conexiones individualesinstitucionales, a pensamientos, sentimientos y actividades en la
sociedad. [7] Son pues manifestaciones y condensaciones de
experiencias compartidas que dan sentido a lo vivido. La
recreación de historias a partir de episodios puede responder a
preguntas sobre dónde, cuándo, cómo, qué, por quién, por qué
de lo sucedido. Lo que se cuenta, agrega formas semánticas que
contextualizan el carácter moral de las concepciones, para dar
coherencia a lo episódico. El análisis de lo social se enriquece,
se potencia, se diversifica a través de lo específico de la
experiencia individual, pero siempre en conexión con su
generalidad societal. Los testimonios son ventanas a los
significados del pasado vivido, desde posiciones concretas de los
sujetos y con representaciones interpretativas ubicadas,
seleccionadas e integradas. Son, por ende, fuentes en la tarea de
investigación.
Hasta aquí, puedo señalar que los testimonios permiten
construir una interface entre el conocimiento sobre las dinámicas
más generales y los contextos específicos (entendidos como una
delimitación espacial con expresiones de la totalidad humana).
No obstante que quienes los construyen son individuos, sus
experiencias están enraizadas en situaciones sociales que han
impactado su visión personal, y su acción particular a su vez ha
contribuido a los procesos colectivos. Ante la riqueza
comprehensiva de estas expresiones de vida, dejar su registro a
la memoria del investigador -al papel y lápiz- podría menguar
las posibilidades de escenarios de reflexión, análisis y
explicación. Por eso es que la grabación de los testimonios se
recomienda para la construcción de la fuente oral. Esta es
precisamente el registro a utilizarse de muchas formas, pues en
ella se contiene lo que el hablante piensa, cree, imagina,
proyecta.
3.
AUDIOGRABACIONES Y VIDEOS
Ya desde mediados del siglo pasado se realizaron entrevistas
grabadas a personalidades políticas, con el objeto de crear
bancos de datos; sin embargo, el interés se centró en “las voces
de los grandes hombres de la política”; aunque más tarde, estas
voces se pluralizaron, por lo que las clases, grupos oprimidos y
la gente común atrajeron las miradas de los estudiosos.[8]
Metodológica y empíricamente esta forma de construir fuentes
provocó una ruptura con la escisión sujeto/objeto de
conocimiento, que de trasfondo contiene una forma de
pensamiento particular: una aprendizaje común de los
participantes, en el que saber escuchar y dialogar es nodal.[9] A
partir de los años ochenta, recoger relatos de vida tenía el
propósito de indagar relaciones, normas y procesos estructurales
de la vida social, como intersección de lo micro y lo macro.[ 10]
Las intenciones de construir estas fuentes son diversas
–por ende las formas metodológicas de hacerlo-: nos ayudan a
reconfigurar historias de hechos, acontecimientos locales y
sectoriales. Pero igualmente son puentes para resignificar lo
conocido/desconocido y para analizar el contenido de las
fuentes. Adentrarnos a estas indagaciones e informaciones ha
planteado una visión interdisciplinaria. Ya a fines del siglo
pasado e inicios del presente, tanto la formación más plural e
interdisciplinaria como la búsqueda de un conocimiento integral
y de criterios amplios, abrió la puerta al uso de los medios
técnicos para su construcción y para su difusión -campo aún a
ser explorado. [11]
Si bien las audiograbaciones han sido la posibilidad de
escuchar en las voces de los sujetos el ánimo, las emociones,
énfasis, silencios, expresiones; trayectos temáticos, temporales y
espaciales; los videos han revolucionado las reflexiones que
pueden realizarse en cuanto al testimonio oral. Preguntas como
“¿Qué pasa cuando registramos una entrevista en audio? ¿Qué
sucede cuando lo hacemos con una cámara de video?”[ 12], nos
obligan a repensar las implicaciones en la realización de los
testimonios, las relaciones entre los participantes, el producto
resultante, la situación de la entrevista, su edición, análisis y
usos.
Si bien es cierto que la grabadora o el video puede
modificar el estado de la situación de la entrevista, con ello la
participación del informante o colaborador. Es importante
mencionar que cuando se acepta la utilización de la tecnología
por parte de los participantes, es una forma más segura de
reproducción de lo que se dice -aún cuando su transcripción ha
creado críticas y comentarios sobre la autenticidad del
testimonio. Estas grabaciones (audio y video) nos permiten
ubicar y repasar varias veces lo dicho y/o las imágenes grabadas,
para recapacitar sobre las reacciones del entrevistado y los
asuntos que resultan de su interés.
Un video, por su parte, es una forma de texto visual
lleno de contenidos culturales. Se quedan grabados los matices
de voces, los razonamientos, las expresiones verbales, las
manifestaciones gestuales, las imágenes físicas. [13] Antes, las
audiograbaciones requerían de pormenorizados registros de
situaciones de entrevista que daban cuenta del contexto de las
entrevistas, con la intención de detallar las reacciones no
verbales/no grabables en la audiocinta. En el video, por ejemplo,
se potencia lo no verbal y lo que queda implícito (gestos,
miradas), con esto se multiplican las posibilidades de uso de la
entrevista. [14] En consecuencia, es posible apreciar algunos de
estos rasgos, ya grabados, pues permanecen para ser releídos por
el estudioso. Es necesario mencionar que para la
producción/construcción de estas fuentes, el tipo de entrevista ha
de ser periódica y abierta, con la pretensión de ser analizadas
posteriormente por el especialista -aunque también pueden ser
consultadas por la gente en general. Son testimonios sobre lo
que los individuos interpretan de sus vivencias personales y
colectivas, las que han dejado huella en sus memorias, a pesar
del paso del tiempo y de las recreaciones que se lleven a cabo
por el entrevistado.
4.
LAS VISIONES CUALITATIVAS DE LOS
TESTIMONIOS Y SU USO EN LA DOCENCIA:
UN PUNTO DE PARTIDA Y UNA DIVERSIDAD
DE LLEGADAS
Con base en una exploración realizada en el año 2006 a
estudiantes del segundo semestre de la licenciatura, respecto de
sus concepciones sobre aprendizaje, qué y cómo aprendían;[15]
las conclusiones giraron en torno a que: había una tendencia a
comprender el aprendizaje como una tarea receptiva en un
contexto escolarizado, faltaba desplegar los estilos de
aprendizaje activo y reflexivo; la inquietud central de los
estudiantes era llegar a la comprensión –herramienta primordial
del trabajo intelectual- o internalización de los contenidos
disciplinarios; había una concepción centrada en el aprendizaje
con una visión tradicional, pues predominaban las expectaciones
por los conocimientos más que por las habilidades, preferían el
activismo del docente sobre la forma pasiva del alumno.
Asimismo en dicha indagación, había una constante en los
alumnos en cuanto a que el profesor tenía una mayor
responsabilidad en la motivación del aprendizaje.
Estas percepciones y perspectivas tienen relación con
un tipo de representación que influye a los estudiantes en la
manera en que se aproximan al aprendizaje, esto es, se trata de
su autoconcepto [16]. Sin lugar a dudas, los conocimientos
previos de los discípulos determinaron la forma en que
conceptualizaron el proceso de aprender, pues a partir de sus
experiencias pasadas tejieron redes de significados y de
interpretación. Teniendo como marco este sencillo diagnóstico,
me pregunté sobre qué hacer desde la enseñanza de la materia
“Análisis Valorativo de Textos” para modificar en algo sus
concepciones y formas de aprender. Entonces di centralidad a la
estrategia de la participación colaborativa del estudiante en la
construcción de breves escritos, que iban desde sus reflexiones
más cotidianas hasta intentos o ejercicios de posibles rutas para
analizar un texto histórico. Lógicamente, inicié con las
concepciones sobre textos y análisis; con las que abrimos
muchas posibilidades de discusión, y aquí se hicieron presentes
los diversos testimonios para el análisis social. Sigo aún en este
arduo trabajo, que ha redituado en un aprendizaje de ambas
partes. Aún con muchas carencias que cubrir. Lo que me
permitió encauzarme por estos senderos fue precisamente la
experiencia metodológica de la construcción y uso de los
testimonios grabados y videograbados. En seguida presento
algunas anotaciones como reflexiones generales de su impacto,
planteados desde su riqueza como aportación para mi trabajo
docente.
El uso de los testimonios en la docencia (clases,
asesorías metodológicas, dirección de tesis y tutorías), son
hermenéuticamente virtuales. En este apartado expongo grosso
modo mi experiencia en el Departamento de Historia de la
Universidad de Guadalajara (Jalisco, México). Con una
trayectoria de aproximadamente medio siglo, la Licenciatura en
Historia tiene poco más de una década de haber incorporado a la
historia oral como fuente formativa de sus estudiantes. Tras un
predominio de la visión positivista de reconocer tan sólo en los
documentos escritos la formulación de la escritura de la Historia,
el análisis social cualitativo derivado del uso de testimonios, ha
permitido incidir de alguna manera en el desarrollo de
habilidades intelectuales para la comprensión tanto de temas
como de aspectos epistémicos y metodológicos: conocimiento
histórico, distinción de unidades temáticas; indagación,
originalidad, iniciativa; saber preguntar, escuchar, opinar,
autocriticarse, reformular descripciones, explicaciones e
interpretaciones. Así como para repensar los problemas de
comprensión en un tema histórico y su escritura, como son
aquellos relacionados con las realidades sociales (posiciones y
actores), las recreaciones en los textos (autores y contenidos) y
los propios del analista.
Aproximarnos a la construcción y análisis de la fuente
testimonial, supone diversas operaciones intelectuales para su
producción y comprensión. Por ejemplo, una entrevista que
realicé con María Luisa, una militante católica de mediados del
siglo pasado. La intención temática fue la discusión de la
identidad de una organización católica, sin embargo, no opté por
la opción metodológica de la entrevista temática. Escuchar a la
informante me significó un aprendizaje sobre muchas cosas, una
de ellas, la misma comprensión de la configuración de la
identidad. Pues al hacer una pregunta o dialogar sobre un tópico
específico, María Luisa entretejía el tiempo y el espacio de una
manera enriquecedora para mi trabajo. Así que opté por un
relato de vida que me posibilitó adentrarme desde su experiencia
individual/colectiva al entrelazado campo de la cultura católica,
catolicismo en general, catolicismo social, catolicismo popular,
catolicismo oficial, sociedad, política, instituciones. En fin,
esferas que me introdujeron a los complejos de relaciones
interactivas de la estructura social presentes en la cotidianidad
de la militante. Entonces miré al testimonio en su autonomía y
en su aportación a mi tema de investigación; dos aristas, aunque
relacionadas, pueden ser dos producciones de conocimiento
independientes.
El ejemplo anterior me sirvió para sustentar la
metodología en el curso. Con ejemplos “vivos” a lo largo de la
clase, las reflexiones partían de la naturaleza de los textos
históricos, su diversidad y los elementos necesarios para analizar
algo. Las expresiones de los mismos estudiantes, sus vivencias y
expectativas abrieron espacios para insertarnos en el contenido
específico de la materia y a repensar los contenidos básicos del
curso expuestos a través de varios autores. Teniendo a estos
últimos como ejes rectores de las sesiones. Aunque los logros
han sido modestos, pues sabíamos de las limitaciones del curso y
el semestre. Como profesor, los testimonios han aportado
bastante para una mejor comprensión de la materia, de la
relación con los estudiantes y de mi desempeño. Pude entrelazar
texto y testimonio. Esto es, este último término no se restringe al
producido tan sólo de manera oral, sino que son diversas
expresiones las que pueden ser fuente testimonial para una
sociedad. Ahora bien, lo que ha significado el testimonio en
cuanto recurso material para la clase, puedo señalar lo siguiente:
En primer lugar, el hecho de que un texto no es tan
sólo escrito, sino que puede ser auditivo o visual, facilita la
aproximación epistémica al análisis de textos con una visión más
amplia de las posibilidades de la Historia y las historias.
Segundo, desde una forma más abarcativa de lo que puede ser un
texto para la reconstrucción de un hecho histórico, el alumno
advierte diversas posiciones existentes en las realidades sociales
de determinadas épocas, por lo que se abre un espacio de debate
interesante sobre las verdades relativas o equívocas en la
configuración/reconfiguración de los hechos pasados.
Tercero, un testimonio facilita al estudiante la
tolerancia a la diversidad en perspectivas sobre lo acontecido.
Cuarto, la aproximación desde abajo y del presente a lo pasado,
favorece el debate sobre la intervención del analista en lo
analizado o reinterpretado. Quinto, los cruces espaciales y
temporales que construye una persona en su relato, coadyuvan
en el curso para la explicación de cómo lo textual puede
movernos en los tiempos y en los espacios desde adentro
(contenido específico del texto a analizar) y desde afuera
(observación de las realidades sociales y las empíricas
reconstruidas por los estudiosos). Sexto, una grabación o un
video, como fuentes, invitan a triangular informaciones en la
búsqueda de su análisis, descripción, interpretación y
formulación de explicaciones temáticas.
Séptimo, es benéfico conocer que hay diversas
posibilidades para la reconstrucción del pasado, más allá de los
documentos escritos. Sobre esto, he podido observar en los
estudiantes iniciativas creadoras para la formulación de
proyectos de tesis, que pretenden considerar a los temas de
estudio desde una diversidad e interdisciplinariedad: aspectos
iconográficos, discursos escritos, mapas; grabaciones, videos,
música; diferentes textos testimoniales. Octavo, la consideración
que un relato puede ser el puntal para una investigación, esto es,
a partir de su contenido se pueden estructurar rutas para su
análisis con un abanico de posibilidades temáticas para
discutirlo. Noveno, una investigación puede alimentarse de
testimonios grabados (audio y/o videos). Décimo, leer un texto o
testimonio exige conocimientos temáticos más amplios,
ubicación del autor y su grupo, su posición en la estructura y en
la interacción social. Es el despliegue de las esferas cognitiva,
competitiva y emocional del estudiante. Además, un
autorreconocimiento del estudiante con respecto a sus juicios y
prejuicios respecto del actor o su percepción.
Estos puntos señalados, lógicamente proveen al curso
del escenario óptimo para la comprensión de la hermenéutica en
el análisis histórico. El tiempo y el espacio, como los referentes
en el estudio social cobran vida desde lo más cercano y
significativo: lo cotidiano. Desde ahí, los alumnos construyen
sus reflexiones sobre lo conocimientos más formales de este
espacio curricular. Se sitúan como partícipes de las realidades
sociales y se implican en los procesos necesarios para validar un
conocimiento sobre lo social. Entonces, reflexionan sobre las
preinterpretaciones-interpretaciones-reinterpretaciones, como eje
vertebral de las Ciencias Humanas. Las discusiones sobre la
objetividad y la subjetividad son expuestas de una manera sui
generis, por los estudiantes. Desde aquí, dilucidan sobre el perfil
profesional y su decisión en la elección de la carrera.
Actualmente me encuentro aún en la recuperación de
entrevistas que he realizado a militantes católicos para
constituirlos como recursos metodológicos para el análisis de
textos grabados y videograbados. Lo que he presentado aquí es
un resumen de mi experiencia inicial en este campo. Además,
para ampliar el término textual de testimonio, he recopilado
materiales en discos compactos para ejemplificar la
heterogeneidad de expresión a través de: escritos (ejemplos: la
república de Platón, la novela de Pedro Páramo de Juan Rulfo, el
Príncipe de Maquiavelo, En el nombre de la Rosa de Umberto
Eco, Orgullo y prejuicio de Jane Austen), audiolibros (Orgullo y
prejuicio, El Príncipe), películas (En Nombre de la Rosa,
Orgullo y Prejuicio) y documentales de libros (La República de
Platón). De igual forma producciones de especialistas. Lo
anterior a manera de una diferente exploración de la diversidad
de los lenguajes y los espacios para la discusión sobre
testimonios para el análisis social. Este mosaico de posibilidades
de recursos textuales, entre ellos los audiovisuales, me obligarán
a considerar como eje de la materia la distinción de las formas
analíticas de estas fuentes y sus aportes a la investigación de un
tema en Ciencias Humanas. Es esto un paso a este mundo
tecnológico con sus aportaciones en el análisis social y en la
formación de futuros analistas.
5.
CONCLUSIONES
Las conexiones metodológicas entre las experiencias de
investigación y aquellas docentes, propician un vasto espacio de
comparación, contrastación y analogía. La construcción de
esferas de diálogos en una clase y las propias de una entrevista
para la creación de la fuente testimonial, son posibles escenarios
para que el alumno reflexiones sobre autorrepresentaciones y
heterorrepresentaciones. De tal forma, que sus juicios se den en
un espacio de tolerancia a la diversidad de opiniones, con base
en constituirse en un buen escucha y un actor reflexivo en su
formación. Desde adentro de una situación social se potencian
los análisis de aspectos cualitativos que existen en lo que se dice,
piensa, cree y hace. Tanto los relatos grabados de la gente sobre
sus vivencias que puede construir un investigador, como la
diversidad de testimonios audiovisuales relacionados con los
asuntos temáticos de una clase, son accesos y puentes en la
formación de un individuo para el análisis social desde el
contexto, texto y autor.
1
R. Pérez Taylor, "La Memoria Colectiva y la Recuperación de las
prácticas tradicionales", Entre la tradición y la modernidad.
Antropología de la memoria colectiva, México: UNAM, 1996, pp.
23-43. P. Joutard, "¿Construir archivos? y "El tratamiento del
documento oral", Las voces que nos llegan del pasado, México:
FCE (Colección Popular, 345), 1986, pp. 297-330 y 331-373. J. Le
Goff , "Memoria", El orden de la memoria, Barcelona: Paidós
Básica, 1991, pp. 131-183.
2
M. Halbwachs, "Espacio y memoria colectiva", Estudios sobre
las culturas, Vol. III, No. 8-9, Colima: Universidad de Colima,
1990, pp. 11-40.
3
C. Godoy y E. Hourcade, "¿La verdad o la memoria? El discurso
histórico entre "lo que exactamente sucedió" y lo que
"verdaderamente somos", B. Echevarria, et.al., Historia a debate.
America Latina, Barcelona, 1996, pp. 45-48. G. Ramos Arizpe, "La
importancia de la historia de vida en las ciencias sociales "
[segunda parte], Narración e historia personal. Relatos de don
Jesús Ramos Romo, Jiquilpan, Michoacán: Centro de Estudios de
la Revolución Mexicana "Lázaro Cárdenas" A.C., 1989, pp. 209258.
4
A. García De León, "La temporalidad en el lenguaje y la historia:
Chomsky y Braudel", B. Echevarria, et.al., op.cit., pp. 157-168.
Pérez, op. cit.
5
Ramos, op.cit.
6
Le Goff, op.cit. L. Beduschi, "El texto, la escena. Apuntes de
semiótica del texto oral", Estudios sobre las culturas, op.cit., pp.
339-347.
7
M. Camarena Ocampo, "Memoria y comunidad", Graciela de
Garay (Coord.), Cuéntame tu vida. Historia oral: historia de vida,
México: Instituto Mora, 1997, pp. 41-47. Pérez. op.cit. J.J. Pujadas
Muñoz, "Los usos del método biográfico", El método biográfico:
El uso de las historias de vida en ciencias sociales, España: CIS
(Cuadernos metodológicos, 5), 1992, pp. 41-58. F. Morfin, "Praxis
antropológica e historia de vida", J. Aceves (Comp.), Historia
oral, México: Instituto Mora, 1997, pp. 83-113. P. Thompson,
"Historias de vida y análisis del cambio social", J. Aceves (Comp.),
Ibid., pp. 117-135. L.L. Langnes y F. Gelya, "Biography and the
Structure of Lives", Lives an Anthropological Approach to
Biography, USA: Chandler & Sharp Publishers, Inc., 1991, pp. 87116. J. E. Aceves Lozano, "Un enfoque metodológico de las
historias de vida", Graciela de Garay (Coord.), op.cit, pp. 9-15.
8
V. G. Águila y C. Viano, “Las voces del conflicto: en defensa
de la Historia Oral”, C. Godoy (comp.), Historiografía y
Memoria colectiva. Tiempos y territorios. Buenos Aires,
Argentina: Miño y Dávila editores, 2002, pp. 243-254.
9
V. Portelli, cit. por Águila y Viano, Ibid., p. 247.
10
V. Águila y Viano, Ibid., p. 248.
11
V. M.L. Roca y Ortiz, “<Historia videoral>: un campo
interdisciplinar a desarrollar”, J. E. Aceves Lozano (Coord.),
Historia Oral. Ensayos y aportes de investigación, México:
CIESAS, 2000: 49-63.
12
V. G. De Garay, (1999), “La entrevista de historia oral:
¿monólogo o conversación?”, Revista Electrónica de
Investigación Educativa, 1 (1). Consultado el 15 de diciembre de
2009
en:
http://redie.uabc.mx/vol1no1/contenido-garay.html
13
V. ASELE. Actas VII (1996), A. Bell, “La metodología del
vídeo. Una entrevista con Rigoberta Menchú”. Centro Virtual
Cervantes. Consultado el 16 de diciembre de 2009 en:
http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/asele/pdf/07/07
_0479.pdf
14
V. M. L. Roca y Ortiz, (1997), “Relato y oralidad en el video
documental”. Congreso de Zacatecas. Paneles y ponencias, El
cine. Consultado el 17 de diciembre de 2009 en:
http://congresosdelalengua.es/zacatecas/ponencias/cine/comunic
aciones/roca.htm
15
G. Ruano y L. Ruano, “Una mirada a las concepciones y
necesidades del estudiante: ¿Qué es y cómo aprender?, ponencia
presentada en el II Coloquio sobre la enseñanza de la
Historia/Universidad de Guadalajara, Museo Regional de
Guadalajara, Jalisco, México, 20 y 21 de octubre del 2006.
16
V. A. Marchesi y E. Martín, Calidad de la enseñanza en los
tiempos del cambio, Madrid: Alianza Editorial, 1998.