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18 de junio de 2004
EL VIRUS DEVASTADOR DE LA CORRUPCIÓN
C.P.A. ARTURO CERDA MORALES
Mg.Adm. y Dirección de Empresas
Universidad de Santiago de Chile
En el primer trabajo realizado sobre corrupción denominado
“Primero se cae el puente y después se repara”, se define la
corrupción como una conducta individual voluntaria y
consciente, donde sus elementos constitutivos son la función
pública (Estado), como también agentes privados que buscan
sus intereses propios o beneficio
personal, llegando a
veces, finalmente, al abuso.
Existen diversas definiciones y conceptos sobre esta materia.
El hombre, inconscientemente, hereda algo o un poco más de
algo de este nocivo comportamiento, vive con él y finalmente
cuando su portador muere, queda una semilla que otras
generaciones deberán saber enfrentar.
Según el Profesor Raimundo Soto, académico de la Universidad
Católica de Chile, en su trabajo “La Corrupción desde una
Perspectiva Económica”, sostiene que tres grandes elementos
favorecen la aparición de la corrupción y están presentes en
buena parte de los países en desarrollo:
-
La falta de una clara delimitación entre lo público y lo
privado.
La
existencia
de
un
ordenamiento
jurídico
e
institucional inadecuado a la realidad nacional, y
La inoperancia práctica de las instituciones públicas.
Sostiene que la existencia de una cultura de la ilegalidad
generalizada o reducida a grupos sociales que actúan como si
la ley no contara para ellos, fomenta la corrupción y la
tolerancia social hacia ella.
Un gran investigador como Mauro (1995), sostiene que la
corrupción tiene un efecto negativo que afecta a todos los
niveles de inversión, repercutiendo en el crecimiento,
igualdad y bienestar de una economía.
También Bayley (1996), dice que cuando las economías
comienzan a enriquecerse, aparecen primeramente las rentas
que justifican la corrupción y, posteriormente, cuando el
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costo
alternativo
es
muy
alto
se
desarrollan
instituciones que inhiben y sancionan la corrupción.
las
La corrupción permanecerá por siempre en el hombre, vivirá
en él, es un síndrome que como lacra se puede desarrollar en
cualquier momento.
Por lo tanto, se deberán crear los
anticuerpos
como
valores,
principios,
leyes,
normas
reglamentos y todo un aparataje en lo social, político y
económico para enfrentar este virus devastador.
La corrupción en sus formas y maneras no es monopolio de
ningún país.
Por ende, lo que ocurre en América Latina,
donde muchos individuos han comercializado sus poderes
administrativos, no difiere en absoluto a lo que existe en
Europa, Estados Unidos o cualquier otro país desarrollado
donde algunos hombres públicos obtienen grandes comisiones en
proyectos de obras públicas y contratos de defensa.
Sin
embargo, cuando se habla de corrupción, debido a arraigados
prejuicios, se tiende a fijar la vista en los países en vías
de desarrollo y no en los desarrollados.
Se puede decir que la corrupción es un elemento estructural
de la sociedad humana.
Es un hecho en el que influyen
diversos
factores
psicológicos,
económicos,
sociales,
políticos, éticos y personales.
La corrupción es esencialmente un mal expansivo, sin
fronteras, sin límites, pero controlable, sancionable y
reprobable.
La corrupción no es privativa sólo de los
funcionarios públicos, también lo es del sector privado.
Luego, nuestros líderes y parlamentarios deben ser capaces de
legislar con oportunidad, eficacia y claridad para que el
Poder Judicial aplique las leyes y las haga respetar, tanto
por los empresarios, trabajadores, profesionales, en general,
por la comunidad.
Una legislación clara y su enérgica aplicación de parte de
los tribunales, ayudarán a la transparencia de los actos
públicos y a la credibilidad y confianza social.
En una sociedad democrática, la corrupción desgasta sus
valores y erosiona también la igualdad política porque
discrimina en contra de los grupos más pobres que no pueden
pagar sobornos a los funcionarios corruptos.
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La confianza ciudadana se da, por ejemplo, cuando no existen
poderes públicos intocables y todos sus ciudadanos son
iguales ante la ley.
Todo lo que la ley no prohiba se puede hacer. Esto es muy
discutible y al mismo tiempo es muy peligroso, cuando quienes
deben hacer cumplir la ley nos indican, de acuerdo a sus
juicios e interpretaciones, lo que la ley nos permite hacer.
Alejandro Ferreira Yazigi, ex Secretario Ejecutivo de la
Comisión Nacional de Etica Pública, escribe en un informe de
asuntos públicos, refiriéndose a los acontecimientos que
afectan a la libertad de prensa: “Es cierto que este cambio
de rigor crítico se explica, en parte , por el evidente sesgo
político con que la misma prensa que antes callaba o
justificaba delitos de lesa humanidad, hoy se empeña en
denunciar y acusar. Pero aunque duela ¿No es precisamente el
rol de la prensa favorecer el escrutinio social de los
gobernantes mediante la investigación y la denuncia?. El
control social sobre los actos de administración se realiza
preferentemente mediante los medios de comunicación, y entre
éstos, sólo es superable que tal función se ejerza a
cabalidad por la prensa independiente u opositora. Estas son
las reglas del juego en democracia”.
El ex Presidente de los Estados Unidos Norteamérica Jimmy
Carter, tuvo un lema en la primera magistratura: lograr un
gobierno “bajo la luz del sol”, creando un conjunto de normas
pro transparencia luego del escándalo de Watergate. Otros
gobiernos reaccionan con medidas anti-corrupción una vez que
la intolerancia social reaccionó ante casos de corrupción,
como en Hong Kong, Singapur y otros países europeos, cuyas
autoridades se vieron forzadas a adoptar medidas drásticas en
defensa de la probidad y transparencia de la gestión pública.
(Extracto de
Revista para la gestión ProfesionaL,
Contabilidad y Auditoría - Volumen Nº 146 , Mayo 2004).