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De la investigación en ciencias sociales, de las "tesis" y la metodología de la investigación
1
De la investigación en
ciencias sociales, de las "tesis"
y la metodología de la
investigación
Alicia Lindón Villoria*
15
1998
La colección Documentos de Investigación difunde los avances de trabajo realizados por investigadores de El Colegio
Mexiquense, A.C., con la idea de que los autores reciban comentarios antes de la publicación definitiva de sus textos. Se
agradecerá que los comentarios se hagan llegar directamente al (los) autor(es). Los editores han mantenido fielmente el
texto original del presente documento, por lo que tanto el contenido como el estilo y la redacción son responsabilidad
exclusiva del(de los) autor(es). D.R. c El Colegio Mexiquense, A.C., Ex hacienda Santa Cruz de los Patos, Zinacantepec,
México. Teléfonos: (72) 18-01-00 y 18-00-56; fax: 18-03-58; E-mail: [email protected] Correspondencia: Apartado postal
48-D, Toluca 50120, México.
*E-mail: [email protected]
Alicia Lindón Villoria
2
De la investigación en ciencias sociales, de las "tesis" y la metodología de la investigación
E
n este documento presentamos algunas
reflexiones de carácter metodológico
respecto a la investigación social. En
principio presentamos un apartado sobre lo que
estamos denominando ‘oficio de investigador’. En
esta parte buscamos diferenciar la labor del
investigador de las ciencias sociales de otras
actividades relativamente próximas, aunque
diferentes. En un segundo apartado presentamos
algunas ideas respecto a lo que consideramos una
de las actividades que le otorga especificidad a
la labor del investigador, nos referimos al constante
proceso de selección entre las múltiples
alternativas que se van abriendo, tanto empíricas
y teóricas como analíticas y técnicas. En la tercera
parte del documento reflexionamos sobre el
carácter procesual de la investigación, en donde
el proceso es visto como la fusión interna de la
teoría y la realidad. Por último incluimos algunas
conclusiones en relación a lo que implica recorrer
el camino presentado desde una posición
protagónica, que definimos como el rol de investigador de las ciencias sociales.
EL
3
del recopilador de información que produce, de
una u otra forma, inventarios1. Señalemos que
utilizamos el término ‘inventario’ no en un sentido
restringido, sino más bien en referencia a aquella
actividad a través de la cual se reúne y organiza
información, generalmente de tipo cuantitativo,
sin partir de interrogantes expresos acerca de la
realidad que se está midiendo2. Posiblemente, el
compromiso social sea una de las fuentes de esta
aparente confusión de roles, sobre todo entre el
de investigador social, el trabajador social y el de
aquellos actores que operan desde la esfera de
la toma de decisiones.
La diferenciación entre la labor del
investigador de las ciencias sociales y la de estos
otros sujetos sociales se vincula muy estrechamente con el hecho de que el investigador social
no es tal sin teoría, lo que no es imprescindible
para los otros sujetos mencionados. Además de
lo anterior, el investigador no puede sostenerse
en juicios de valor3, como resulta legítimo que lo
hagan el trabajador social y el político, ni tampoco
tiene en sus manos -como investigador científicolas posibilidades de transformación directa de la
sociedad, aun cuando el conocimiento que
OFICIO DE INVESTIGADOR
La realización de una tesis coloca al tesista en el
desafío de enfrentarse al oficio de investigador
(aun cuando sea una tesis de grado), lo que no
puede confundirse con la labor del trabajador
social, ni del tomador de decisiones (que opera
desde la esfera de la gestión), ni tampoco con la
1
Un ejemplo de esta última labor suele ser buena parte de lo
que se conoce como ‘investigación institucional’ realizada en el
contexto de dependencias del gobierno.
2
Cualquiera sea la escala de medición empleada.
3
Como ya lo ha señalado Max Weber, el científico no puede
sostener su labor en juicios de valor, aunque siempre existe un
momento subjetivo en el que el investigador decide qué parte de
la realidad valorar (relación a valores). Weber, Max (1973). Ensayos
sobre metodología sociológica, Amorrortu Editores, Buenos Aires.
Alicia Lindón Villoria
produzca pueda contribuir a ello. Conviene
señalar que hablamos de transformación directa
en el sentido más restringido del término, ya que
entendida de manera amplia siempre es parte de
la tarea del investigador, que interviene sobre la
realidad con la cual interactúa. Una interacción
cara a cara con un individuo entrevistado puede
cambiar al investigador (que es parte de la
realidad) y también al entrevistado.
La distinción de actores y roles no niega la
posibilidad de que en una misma persona se
reúnan varios sujetos sociales de los mencionados,
nuestra advertencia no la hacemos desde la
perspectiva de las personas que pueden
desempeñar varios roles en la vida social, sino
desde uno de esos roles en particular: el de
investigador de las ciencias sociales.
El reconocimiento de que la tesis coloca al
individuo en el oficio del investigador supone
asumir algunas cuestiones, como por ejemplo que
el desarrollo de la tesis -o la investigación- es un
proceso artesanal en el que constantemente se
están construyendo piezas y partes pequeñas de
piezas muy delicadas. Este carácter artesanal no
debería confundirse con el acceso a la multiplicidad de opciones tecnológicas ofrecidas por
la informática. Creemos que es muy importante
no soslayar la reflexión sobre el carácter artesanal
de este proceso de construcción intelectual, sobre
todo porque vivimos en una época en la cual el
desarrollo tecnológico en el campo de la informática nos ofrece la ilusión de que el acceso
a ciertos recursos informáticos (como hardware
y software) puede llegar a sustituir al artesano.
Evidentemente que la informática facilita ciertas
tareas, no obstante la realización de cada tarea,
por más minúscula que sea, (y aun cuando sea
con el recurso informático más avanzado) siempre
requiere de algo previo: ‘la decisión del investigador’ de que va a hacer esa tarea y no otra,
fundada en la intuición y/o la razón de que ella
lo orienta hacia un camino que previamente ha
esbozado, aun cuando sea un camino que siga
abierto. A su vez, cada decisión supone afrontar
sus consecuencias, para continuar tomando otras.
Podríamos decir que observar el proceso
de investigación desde el ángulo metodológico
4
(desde el cómo investigar), implica identificar una
trama integrada por las decisiones del investigador.
Como proceso metodológico sólo se lo puede
reconstruir a través del reconocimiento de las
innumerables tomas de decisiones.
LAS
MÚLTIPLES ELECCIONES O DECISIONES
¿Por qué la cuestión de las decisiones es parte
intrínseca de la investigación? Precisamente
porque la investigación social nos enfrenta al
desafío de ofrecer conocimiento que no es de
sentido común en relación a partes o fragmentos
de la realidad en la cual se interconectan infinitos
fenómenos4, que a su vez son posibles de observar
desde muchas ideas teóricas diferentes (desde
diversos lentes).5 Tal como nos enseñó Max Weber,
en la realidad todos los fenómenos son relevantes en sí mismos, justamente por ser parte de la
realidad, unos pueden ser muy relevantes por ser
reiterados en distintas situaciones, otros pueden
ser muy relevantes por ser muy singulares. Unos
pueden sostener su relevancia en que muestran
continuidad en el tiempo, otros por ser ‘nuevos’
o ‘renovados’. Todo puede ser relevante y todo
puede estar vinculado con todo. No obstante, el
investigador selecciona o elige entre una
multiplicidad de alternativas. La selección de unos
y no otros fenómenos es una de las tantas
decisiones que toma ese actor activo que denominamos investigador social.
Estas decisiones exigen del conocimiento
respecto a los fenómenos mismos y también respecto a las ideas teóricas desde las cuales observarlos, respecto a lo que esas ideas son capaces
de evidenciar. La realidad puede ser ordenada por
el investigador por la circunstancia de que sólo
una parte de ella se halla en relación con las ideas
teóricas que hemos escogido, esa parte constitu4
Evidentemente, el término fenómeno no debería ser entendido
de manera cosificada (‘reificada’), ya que incluye los significados
sociales.
5
Recordemos que Max Weber decía que el punto de vista crea
el objeto.
Con esto no estamos negando la posibilidad de que el
conocimiento de sentido común no sea objeto de investigación
científica. Lo es, e incluso actualmente constituye un área de fuerte
interés para la sociología, como es la sociología de la vida cotidiana.
De la investigación en ciencias sociales, de las "tesis" y la metodología de la investigación
ye el fragmento que el investigador escoge y
reconstruye. En suma, un tipo de decisiones se
refiere a la selección del fragmento de la realidad
a problematizar, otras a las ideas desde las cuales
considerarlo, otras a cómo analizarlo.
Además de lo dicho, nos parece importante
profundizar acerca de las implicaciones de asumir
que este proceso de conocimiento siempre esté
asociado a un fragmento de realidad. Lo anterior
implica, que la investigación social no puede ser
concebida como la elucubración de algunas ideas
(aun cuando sean articuladas internamente) que
no se amarren en fragmentos de la realidad. El
conocimiento que se busca producir siempre es
en relación con fragmentos de la realidad. Otra
cuestión será decidir de qué forma se va a aprehender la realidad, ya que las posibilidades son
múltiples, habrá caminos directos (como el trabajo
de campo) y otros indirectos (como la utilización
de información censal, encuestas permanentes,
etc.), caminos estructurados y otros no estructurados.
La búsqueda de conocimiento respecto a
fragmentos de la realidad, de la que en última
instancia formamos parte como ciudadanos de la
vida cotidiana, también representa otro importante
desafío para el investigador. Nos referimos a la
posibilidad de distanciarnos de lo que nos es
familiar en tanto que individuos. Este distanciamiento es lo que Bourdieu denominó ‘ruptura
epistemológica’, aunque con otros matices también es reconocida su necesidad desde otras
posiciones epistemológicas. Por ejemplo, los
fenomenólogos plantean la necesidad de que el
investigador parta de una ‘reducción fenomeSchutz, Alfred (1974). El problema de la realidad social,
Amorrortu Editores, Buenos Aires. Schutz, Alfred (1972).
Fenomenología del mundo social, introducción a la sociología
comprensiva, Biblioteca de Psicología social y sociología, Editorial
Paidós, Buenos Aires.
7
Hablamos de actitud natural en el sentido fenomenológico
del término, es decir, la actitud pragmática con la que el individuo
se enfrenta al mundo de la vida cotidiana.
8
Respecto a esta cuestión siempre resulta pertinente la
observación de Jesús Ibáñez respecto a que la información no se
recolecta como se puede hacer con los frutos, sino que se produce
en un proceso dinámico entre el investigador y la realidad. Ibáñez,
Jesús (1985). Del algoritmo al sujeto. Perspectivas de la investigación
social, Siglo XXI, Madrid, pp. 203-250.
6
5
nológica’, o un poner entre pa-réntesis el que la
realidad existe. Ese poner entre paréntesis (la
epoché fenomenológica) es sus-pender el
conocimiento de sentido común que todos
tenemos como individuos, suspender la actitud
natural, ya que esta actitud supone un actuar de
manera pragmática sin cuestionarnos acerca de
la naturaleza de los fenómenos sociales,
precisamente porque nos son naturales6. Si nos
ubicamos en el mundo de la ciencia, es necesario
actuar de manera ‘no natural’7, es decir, interrogarnos ante todo.
La selección del ángulo de observación y
de las ideas teóricas desde las cuales enfocarlo
es otra de las decisiones fuertes que el investigador
o tesista debe tomar y afrontar. Evidentemente,
no es posible tomar decisiones sobre las ideas
teóricas sin el conocimiento previo de esas ideas,
e incluso sin la reflexión crítica acerca de lo que
nos permiten conocer cada una de esas posiciones
teóricas, como también de lo que no nos permiten
conocer. Por ejemplo, no sería posible iniciar ese
proceso intelectual planteando que quiero hacer
un estudio de sociología de la vida cotidiana (en
clara correspondencia con una tendencia de
moda) sin conocer de qué ideas teóricas dispongo
en ese campo, ni tampoco sin haber decidido
previamente qué fragmentos de la realidad puedo
observar desde esas ideas, de lo cual necesariamente surge el otro interrogante acerca de por
qué esas ideas son relevantes frente a ese fragmento.
LA
INVESTIGACIÓN COMO PROCESO DE
CONOCIMIENTO
Asimismo debemos tener en cuenta que hablar
de la tesis y la investigación social en términos
de proceso requiere del reconocimiento explícito de que no estamos asumiendo igualdad entre
la noción de proceso y la de linealidad. Precisamente, la investigación social no puede ser un
proceso lineal, sino uno con muchas marchas y
contramarchas, asociadas a nuestras decisiones y
a la complejidad de la realidad; a pesar de la no
Alicia Lindón Villoria
linealidad, es posible diferenciar etapas a lo largo
de ese proceso. Como recurso metodológico, en
ese proceso podemos distinguir una etapa de
construcción del objeto de investigación, otra de
producción de la información, otra de análisis;
con la advertencia de que no están ni cerradas
ni conectadas entre sí linealmente.
De esta forma, si entendemos la investigación social como un proceso, también sería
necesario acotar que se trata de un proceso
intelectual, en tanto proceso de conocimiento
científico. Esto implica que no es posible limitarlo
a un simple proceso de reunión de información
(o lo que es peor aun: de recolección de información8), que luego se ordena y se califica con
algunas etiquetas, que gozan de una cierta legalidad científica. Por el contrario, supone apropiarse de elementos teóricos con los cuales se
observa un fragmento de la realidad, que así toma
más complejidad. En otras palabras, la investigación social puede verse como:
“un constante diálogo entre la teoría y
un fragmento de la realidad, en cuyo
proceso la teoría se especifica y el
fragmento de la realidad va tomando
profundidad más allá de lo aparente”9.
Esto implica que la teoría no puede concebirse como unos elementos teóricos que se
presentan antes que la información empírica (los
conocidos marcos teóricos) sin que permitan
leer la realidad de una manera particular; en
consecuencia, que no tienen conexión directa con
esa información empírica. Un mismo fragmento
de la realidad observado desde unas ideas teóricas
particulares revela ciertas relaciones, mientras que
observado desde otra teoría puede mostrar otro
tipo de relaciones. Jeffrey Alexander ha planteado
que: “las teorías abstraen a partir de los datos
particulares de un tiempo y un lugar determinados, así que a menudo hablamos abstractamente cuando las analizamos (...). La teoría es
9
Lindón, Alicia (1996). El trabajo y la vida cotidiana. Los modos
de vida urbanos en El Valle de Chalco, Tesis de doctorado en ciencia
social con especialidad en sociología, CES, El Colegio de México,
p. 334.
6
una generalización separada de los particulares,
una abstracción separada de un caso concreto.”10
En síntesis, en la investigación social ni
podemos prescindir de la teoría ni tampoco de
los fragmentos de la realidad. Aunque tampoco
es suficiente con la presencia desvinculada de
unos y otros, necesariamente el fragmento debe
ser introducido en la teoría, lo que puede producir
nueva teoría. Evidentemente, que en esta perspectiva no podemos pensar a la teoría como un
discurso cerrado, ni como una abstracción opuesta
a la realidad concreta, no hay discursos teóricos
opuestos a discursos empíricos.
Cuando articulamos internamente la
realidad y la teoría, metodológicamente estamos
frente a lo que usualmente se ha denominado la
construcción del objeto de investigación, en
oposición al objeto real o fragmento de la realidad
considerado11. Este es el desafío de la investigación
social: fusionar la teoría y la realidad en un proceso
en el cual la teoría se va redefiniendo al tomar
nuevos contenidos en función de los procesos
sociales. Señalemos que esto incluye tanto las
teorías generales como las particulares.12 Antes que
enfatizar la separación entre el objeto de investigación y el objeto real, nos interesa destacar la
fusión de la teoría y la realidad.
10
Alexander, Jeffrey (1995). Las teorías sociológicas desde la
Segunda Guerra Mundial. Análisis multidimensional, Colección
Hombre y Sociedad, Gedisa, Barcelona, p. 11-12.
11
Respecto a la diferenciación entre el objeto real y el objeto
de investigación nos remitimos a la obra clásica de Bourdieu.
Podemos recordar que este autor ha señalado que los objetos reales
son pre-dados al conocimiento científico, están demarcados por las
percepciones del individuo y construidos por el sentido común. En
tanto que los objetos de investigación son construidos por el
investigador y demarcados por un sistema de relaciones teóricas
construido ad hoc por el investigador. La no diferenciación de ambas
instancias conduce a que frecuentemente el ‘tesista’ pretenda iniciar
la investigación por caminos cerrados, al definir a ciertos actores
sociales como objeto de la investigación, cuando no son más que
‘actores sociales’. Este es el conocido caso de las tesis que pretenden
que su objeto de investigación sean ‘las mujeres, ‘los jóvenes’, ‘los
pobres’, por poner ejemplos muy frecuentes. Bourdieu, Pierre; JeanClaude Chamboredon y Jean-Claude Passeron (1975). El oficio del
sociólogo, Siglo XXI, México, y también su obra más reciente:
Bourdieu, Pierre y Loic Wacquant (1995). Respuestas por una
antropología reflexiva, Grijalbo, México.
12
De acuerdo a Jeffrey Alexander: “Las teorías generales son
teorías acerca de todo, acerca de las ‘sociedades’ en cuanto tales,
acerca de la modernidad más que acerca de una sociedad moderna
De la investigación en ciencias sociales, de las "tesis" y la metodología de la investigación
ALGUNAS
REFLEXIONES FINALES
¿Qué podemos concluir de estas breves reflexiones
en términos operativos, es decir, en relación con
quienes están empezando a transitar este complejo
y enriquecedor proceso intelectual en el cual el
investigador y/o tesista se enfrenta a fragmentos
de la realidad, a fragmentos de la teoría y a sí
mismo? Una de las respuestas a este interrogante
es que el investigador debe asumirse como un
artesano activo porque va a construir algo y para
ello va a tomar innumerables decisiones. Que sólo
él -desde el rol de artesano del conocimiento- es
quien puede tomar esas decisiones, podrá tener
interlocutores que lo acompañen y lo cuestionen,
pero sólo él es quien decide. Por último, también
es importante recordar que su producto no es él
mismo aunque resulta de su trabajo, de sus
criterios, de sus conocimientos, de sus vivencias,
de sus posibilidades.
A lo anterior deberíamos agregar que esas
decisiones pueden ser vistas como una trama en
el sentido de que cada una de ellas cierra ciertas
opciones y abre nuevos interrogantes acerca de
otras decisiones futuras. Esta visión de la labor
de investigación como una trama también supone,
desde otro ángulo, ir elaborando un entretejido
de ideas teóricas existentes y fragmentos de la
realidad que cobraron interés desde nuestros
interrogantes.
en particular, acerca de la ‘interacción’ más que acerca de una forma
particular de interacción. Hay teorías especiales sobre las clases
económicas en la sociedad, sobre la clase media, la clase trabajadora
y la clase alta”. Alexander, Jeffrey (1995). op. cit. p. 12.
7