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LA ALQUIMIA Y LA MEDICINA PARACÉLSICA
EL SENDERO DE LA ENERGÍA DE LA VIDA: LA ESTRELLA DE SIETE PUNTAS FRANCESA
“La imagen alquímica de la estrella de siete puntas Vitriol (septagrama) revela, como casi ninguna otra imagen, el profundo
conocimiento de los grandes alquimistas como Paracelso. Muestra su conocimiento sobre la influencia de los siete planetas en el
curso de la energía vital en el ser humano e incluso en el cuerpo viviente de nuestra Tierra.
Ulrich Arndt
A menudo, los escritos relativos a la alquimia
se han hecho muy difíciles de entender, intencionadamente. Muchos alquimistas, y
también Paracelso, fueron tratados con hostilidades de diverso tipo. A menudo viajaban
a lo largo de sus vidas por Europa, algunos incluso llegaron a Oriente Medio y al Norte
de África para poder escapar de la avaricia de los gobernantes y la estrechez de mente
de los hombres de iglesia de aquel tiempo. Sin embargo, debido a esta amenaza, no
pudieron exponer abiertamente en los libros todo su conocimiento. Por eso, se referían
a éste con alegorías, usaban nombres secretos para sustancias y procedimientos de
laboratorio importantes, y dibujaron imágenes crípticas con varios niveles de
significación. Esto ha contribuido a la dificultad actual de comprender su conocimiento
teórico y práctico. Por lo tanto, se han necesitado más de veinte años de estudios
comparativos de los escritos antiguos, combinados con investigaciones prácticas de
laboratorio, para redescubrir los elixires curativos de Paracelso, tales como, por
ejemplo, la esencia de oro “Aurum Potabile”. Sólo de esta forma pueden descifrarse las
bases más importantes para el elevado arte de la alquimia, es decir: el conocimiento de
los disolventes secretos de la alquimia, sólo con la ayuda de los cuales es posible la
producción de “Arcanos Superiores” (éste es el término para los más elevados remedios
de la alquimia) de metales y gemas.
Como consecuencia, está ampliamente
demostrado, por ejemplos como el de la “estrella de siete puntas Vitriol” y el del “ser
humano planetario”, cuya figura encontramos más abajo, el nivel de profunda
significación que ha de descifrarse en las imágenes simbólicas de la alquimia. La estrella
de siete puntas Vitriol es una de las imágenes más conocidas de toda la alquimia. Fue
reproducida en diferentes versiones por diversos autores. En la Edad Media su
conocimiento secreto era considerado de tal importancia, que incluso la Orden Oculta
de los Caballeros Templarios “grababa” por el paisaje francés, en sus castillos, dicha
estrella. Y esto lo hicieron de una ingeniosa manera geomántica, de acuerdo por lo tanto
con el conocimiento de las energías de la Tierra, lo cual también revela un asombroso
conocimiento sobre el significado alquímico de la estrella de siete puntas Vitriol. Más
tarde volveremos sobre esto pero, primero echemos una mirada a los componentes
principales de la imagen, que está en la página siguiente.
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En el centro, la estrella de siete puntas Vitriol
tiene una cara a la que las dos manos, a izquierda y a derecha, parecen pertenecer y los
dos pies, también. Estas cuatro extremidades se refieren a los cuatro elementos: En una
mano hay una antorcha, que representa el elemento fuego, en la otra mano hay una
vejiga de aire (Vessica Piscis), que representa el elemento aire; un pie está en el suelo y
el otro en el agua. El quinto elemento a menudo se pasa por alto, pero se sienta
encaramado en el trono de arriba en forma de la doble ala de Hermes. Los cinco
símbolos que representan a los elementos están ordenados en un pentágono de tamaño
normal. Junto al pie, un rey y una reina están sentados con los símbolos del sol y de la
luna, que representan el poder polar de la naturaleza. Además, la imagen muestra tres
formas diferentes: Un triángulo, un círculo y una estrella de siete puntas. El triángulo
representa la trinidad de cuerpo, espíritu y alma; si seguimos las inscripciones de los
ángulos: “Corpus”, “Anima” y “Spiritus”, o, en alquimia: Sal (cuerpo, el principio sólido),
Sulphur (alma, el principio que mueve) y Mercurius (espíritu, el principio que conecta).
Sobre este triángulo hay un círculo con siete
emblemas y una inscripción que dice: “Visita Interiora Terrae Rectificando Invenies
Occultum Lapidem”, en español: “Busca en el interior de la Tierra y encontrarás,
rectificando, la piedra secreta.” Las iniciales de todas las palabras en latín forman el
nombre de VITRIOL. En tiempos anteriores ya se conocía el vitriolo como el cobre o
hierro de vitriolo, del que los alquimistas hacían ácido sulfúrico para el procesamiento
de metales. Pero Vitriol es también un símbolo alquímico para el proceso de la
transmutación, la legendaria transformación del plomo en oro. En relación con lo
humano, esto significa la transformación de un mundo de oscuridad y enfermedad en
luz, salud y aurora de la consciencia. Este proceso no es más que el sendero mítico del
Santo Grial, ya que las leyendas del Santo Grial representan la realización de un estado
”más translúcido”, ”más puro” y ”más iluminado”, respectivamente.
Los siete emblemas en el círculo se refieren
también a esa transformación de la oscuridad en luz y del renacer en un nivel superior
de conciencia. Muestran símbolos de los duros trabajos de la “Gran Obra”, es decir, de
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la transmutación del plomo en oro. Están colocados en el sentido de las agujas del reloj,
comenzando desde el cuervo en el cráneo, hacia arriba, hasta el unicornio y la
“resurrección”. Por eso, cuervo y calavera representan la oscuridad y la materia en su
estado de vibración más baja, a saber: cierta escoria originada en el proceso de trabajo,
llamada caput mortuum. Esta escoria está compuesta de residuos de óxido férrico o de
óxido de cobre como resultado de la producción de ácido sulfúrico de sulfatos de
metales, por ejemplo, el vitriolo. En concreto, fue Paracelso quien en sus escritos señaló
que incluso de tal escoria podía obtenerse algo valioso. Aquí el emblema con el cuervo
se refiere al disolvente que contiene amoníaco. Las otras imágenes describen el proceso
de obtención de una esencia regia o la esencia de oro Aurum Potabile (simbolizada por
águilas llevando la corona); con su ayuda, como se muestra en la última imagen, se eleva
al hombre de la oscuridad, de lo terrenal y de la inconsciencia, hacia la luz, y por lo tanto,
“renace”, por así decirlo.
Entre cada emblema se sitúa uno de los siete
rayos de la estrella de siete puntas. En cada rayo hay uno de los símbolos de los siete
planetas, empezando de acuerdo con la numeración de los rayos, con Saturno, Júpiter,
Marte, luego el Sol, Venus, Mercurio, y finalmente, la Luna. Tradicionalmente se asignan
ciertos metales a los planetas. Éstos son: Saturno: plomo (o antimonio, mineral de
vitriolo), Júpiter: estaño, Marte: hierro, Sol: oro, Venus: cobre, Mercurio: mercurio (o
zinc), Luna: plata. Dando los nombres de los planetas, también se alude a la Gran Obra
de los metales, significando la transformación del plomo en oro.
La secuencia de numeración de los planetas de
1 a 7 corresponde al llamado orden caldeo de los mismos. En ese tiempo se suponía que
la Tierra era el centro de las órbitas planetarias, y el orden establecido por los caldeos
hace 3.000 años tenía el propósito de marcar su distancia descendente desde la Tierra.
Es asombroso: cuando los siete planetas clásicos se ordenan de acuerdo con el promedio
de la velocidad orbital, empezando con Saturno, el planeta más lento, se da la misma
secuencia. Por ello, es un orden físico muy razonable incluso aunque se haya
demostrado que la concepción geocéntrica del mundo es errónea.
A finales del siglo XVII, el alquimista Johann Georg Gichtel, en su famoso “hombre
planetario”, describió los planetas, exactamente de acuerdo con esta secuencia
planetaria. Aquí, los planetas marcan los chakras, los siete principales centros de energía
del hombre, empezando desde el chakra coronario con Saturno hasta el chakra raíz con
la Luna. Los alquimistas llamaban a los chakras “los sellos de los planetas” o “los hornos
del alma”.
Gichtel, ideando su ser humano planetario en
negro, llamó a la imagen una descripción del “hombre enteramente terrenal, natural,
oscuro”. La compuerta negra representa la “fase Nigredo”, literalmente “lo negro”, la
materia oscura, con baja vibración, en el principio de la Gran Obra. Por eso, es una fase
parecida a la mostrada en la estrella de siete puntas Vitriol: en ella se simboliza el
principio del trabajo con el pájaro negro en la calavera. De la misma manera que los
emblemas en la estrella de siete puntas demuestran la transformación de la materia, el
“oscuro hombre planetario” tiene que ser transformado y elevado. Por eso, el orden
planetario y la asignación de chakras, tal como se muestra en la imagen de Gichtel,
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representan el mismísimo principio del proceso. Marcan una fase en la que las fuerzas
de solidificación dominan el mismo, retrocediendo y, finalmente, muriendo. Sin
embargo, hay oculta una indicación en ambas imágenes; la de la estrella de siete puntas
y la del hombre planetario, una indicación sobre cómo los planetas pueden combinar su
acción para elevar e iluminar al hombre, y para transformar el oscuro plomo en oro
brillante, con una vibración alta.
Ser humano planetario, según Gichtel. Los siete planetas indican los “hornos del alma”, como los alquimistas llamaron a los siete
chakras
Echemos ahora una mirada a la estrella de siete
puntas de los Caballeros Templarios de Francia. Un viejo mapa de los Caballeros
Templarios muestra la posición de sus siete principales comandancias, que están
ordenadas en forma de estrella. También en este caso los rayos de la estrella están en
el mismo orden que los planetas, pero hay una diferencia: están ordenados de forma
invertida. Junto al centro de la estrella destaca el nombre de la ciudad de Bourges.
Curiosamente el famoso alquimista Fulcanelli, describió Bourges como la “piedra
angular de la Gran Obra de los alquimistas de Europa”, sin dar, sin embargo, ulterior
explicación. Solamente en 1998 se resolvió este acertijo, al menos parcialmente. El
geomántico Peter Dawkins descubrió una extensa línea de energía, una llamada ‘leyline’,
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que pasa a través de Francia comenzando desde Saintes Maries de-la-Mer (el lugar de
peregrinación más importante de los gitanos sinti y romaní), hasta Bourges y Chartres,
e incluso a través de Inglaterra. Como muchos lugares de la leyenda del Grial están
situados en esta línea, Dawkins la llamó “línea del Grial”. Esta línea del Grial pasa
exactamente a través del centro de la estrella de siete puntas de los Caballeros
Templarios. En el norte de Francia divide con precisión el rayo del Sol, y en el sur corre
entre los rayos de Saturno y la Luna, hasta el Mediterráneo. Hay que mencionar que esta
línea del Grial no está representada en el viejo mapa de los Caballeros Templarios.
¿Puede ser esta coincidencia pura casualidad? Difícilmente. Sol, Luna y Saturno, los tres
rayos planetarios situados en la línea del Grial, representan la trinidad de cuerpo,
espíritu y alma. En alquimia corresponden a Sal, Sulphur y Mercurius. Y si miramos a la
estrella de siete puntas Vitriol, la ubicación deliberada de la misma es incluso más
evidente. Los tres rayos del Sol, la Luna y Saturno en la contracción VITRIOL,
corresponden al comienzo, mitad, y final de la palabra, es decir: a las letras VRL. VRL o
VRIL es el nombre de la fuerza elemental de la creación, omnipresente y vigorizante. Las
letras restantes IT e IO forman la palabra latina ITIO, (in-itio: inicio: poner en el camino;
de ‘iter’: camino o itinerario), significando el viaje o camino, o más bien el flujo del poder
universal de la creación a través de los siete planetas en la forma de siete ”luces”
divinas, y, finalmente, el curso de la energía de la vida a través del cuerpo, espíritu, alma,
y de los siete chakras.
Línea del Grial. Dibujo según un modelo de la estrella de siete puntas de los Caballeros Templarios de Francia que indica la
ubicación de las principales comandancias de su orden y la línea del Grial
Los Caballeros Templarios asociaron con toda
intención, su estrella de siete puntas con el flujo de la energía de la vida en nuestro
planeta Tierra. Tal sensacional descubrimiento se hizo justo antes del cambio de milenio.
Como Dawkins, el geomántico, Siegfried Prumbach ha descubierto también extensas
líneas de energía. Hace cuatro años descubrió que todas estas líneas forman una trama
geométrica regular: Una red global de energía que está construida principalmente con
doce grandes pentágonos, formando un dodecaedro (uno de los cinco sólidos
platónicos). Exactamente en el centro de uno de estos grandes pentágonos, que está
sobrerimpuesto en Europa y en el norte de África, la localidad de Bourges se sitúa como
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el centro de la estrella de siete puntas. Y también la línea del Grial corre exactamente a
través del centro de este pentágono.
Septiembre de 2004
El globo con la red de energía de la Tierra. Los 12 grandes pentágonos están divididos
en pentágonos más pequeños por los rayos marcados del pentagrama
Los Caballeros Templarios situaban las
principales comandancias de su estrella de siete puntas junto a fuertes centros de poder,
por ejemplo: el punto de la Luna en Rennes-le-Chateau (un lugar legendario para los
Cátaros) y el punto del planeta Marte en Verdún (de hecho, este punto de Marte, el dios
de la guerra, obtuvo cierta fama durante la Primera Guerra Mundial). Los Caballeros
Templarios conectaron de forma particular el flujo de energía entre los siete sitios de
poder o “chakras de la Tierra” en Francia. El conocimiento secreto de los alquimistas se
relaciona con la manera en que las energías de los planetas en la estrella de siete puntas
tienen que fluir para tener un efecto revitalizante. Sabían cómo transformar el “oscuro
orden planetario” del nivel Nigredo en “oro” y brillo. Llamaron a éste el nivel de
vibración más alta: “Rubedo” (enrojecimiento), de acuerdo con los colores que aparecen
durante la transformación de la materia en la Gran Obra. El esfuerzo de todos los
grandes alquimistas fue alcanzar este nivel de vibración más alta en su laboratorio y
dentro de sí mismos. Con este propósito, Paracelso transformó metales sólidos y gemas
en lúcidos elixires únicos. Éstos, utilizados como remedios, sirven para “abrillantar” al
ser humano, es decir: para elevar su vibración, curarle y sostener el desarrollo del
carácter y de la consciencia.”
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Línea del Grial El pentágono del interior del gran Pentágono Europeo está exactamente superimpuesto sobre Francia. En su centro
se halla la ciudad de Bourges, la ”piedra angular de la Gran Obra de los alquimistas de Europa”, y la estrella de siete puntas de los
Caballeros Templarios
Revista Paracelso
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