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Los rayos X Mario Castro En 1895 el físico alemán Wilhelm C. Roentgen descubrió accidentalmente los rayos X durante un experimento de laboratorio. Llamó a la radiación rayos X ya que la x representa un símbolo matemático común para lo desconocido. Los rayos X son una parte del amplio espectro de energía denominado radiación electromagnética. El rango de esta radiación va desde los rayos gamma, de alta energía y baja longitud de onda, hasta las ondas de radio de baja energía y longitud de onda elevada, pasando por la luz visible. Los rayos X tienen longitudes de onda más cortas y energías mayores que la luz visible y la radiación ultravioleta. Por su longitud de onDa, atraviesan muchos materiales que reflejan o absorben la luz visible. Los rayos X procedentes del espacio exterior no fueron descubiertos hasta después de 1945. La mayor parte de los rayos X procede de regiones en las que un gas se ha calentado a decenas de millones de grados. Este calentamiento se puede deber a varios fenómenos: ondas de choque procedentes de enormes explosiones estelares, precipitación del gas en campos gravitatorios intensos u otros acontecimientos ricos en energía que provocan que el gas emita rayos X. Como la atmósfera terrestre absorbe la mayor parte de este tipo de radiación que incide sobre ella, la detección de los rayos X desde la Tierra es imposible. Es por eso que el astrónomo emplea cohetes, globos y satélites para situar sus instrumentos más allá de la atmósfera. Existen fuentes emisoras de rayos X situadas dentro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, y otras externas a ella. Las fuentes galácticas incluyen estrellas, estrellas dobles o binarias, púlsares, emisoras explosivas de rayos X y restos de supernovas. Entre las fuentes extragalácticas están las galaxias de rayos X y los cuasares. Una estrella normal como nuestro Sol genera rayos X en su capa externa, llamada corona. Las erupciones solares o estelares, también emiten este tipo de radiación. Imagen del Sol durante un periodo de actividad (Skylab, 1973) Uno de los sitios más importantes para la astronomía se encuentra en el Observatorio de Punta Apache, en Nuevo México. En este lugar los astrónomos utilizan el telescopio Sloan del programa Sondeo Espacial Digital Sloan (Sloan Digital Sky Survey) para crear el mapa astronómico más ambicioso e importante que jamás se halla realizado. Para cuando se complete este proyecto, dentro de unos cuatro años, se conocerá la cuarta parte del universo con las posiciones precisas de aproximadamente un millón de galaxias, miles de cuasares e incontables objetos celestes. A diferencia de los mapas planos que los astrónomos han creado desde hace muchos años, este mapa no sólo mostrará dónde hay, por ejemplo, una estrella, sino también su localización en tres dimensiones. La exploración del Sloan está ayudando a los investigadores a conocer los lugares donde se agrupan las galaxias azuladas (donde se están formando nuevas estrellas) o las rojizas (donde las estrellas ya han envejecido) y los vacíos entre ellas (datos muy importante para los cosmólogos), y a obtener información sobre los objetos que se encuentran más lejos que cualquier cosa que el ser humano haya visto antes: los cuasares; que con su estudio podemos averiguar más sobre la estructura cósmica después de la Gran Explosión. El telescopio Sloan también está revelando secretos más cercanos a la Tierra. Dividiendo unos dos mil asteroides hallados según su color, los astrónomos del proyecto han encontrado que el cinturón de asteroides entre Marte y Jupiter son en realidad dos: uno interior compuesto principalmente de rocas, y otro exterior, compuesto de asteroides ricos en carbono. También con él se detectó una franja de estrellas que marca el área donde la Vía Láctea absorbió una galaxia vecina en épocas muy remotas. Todos estos descubrimientos han ocurrido sólo en año y medio, y todavía falta realizar cerca del setenta por ciento del mapa. Cuando esté terminado, podremos sentarnos frente a la computadora y viajar a través de miles de millones de años-luz en un universo virtual en expansión.