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El trabajo esclavo hoy en Brasil:
una historia permanente y un campo abierto para nuevas
pesquisas
Zéu Palmeira Sobrinho*
El profesor Zéu Palmeira evoca las circunstancias históricas que hacen hoy de Brasil
un foco de explotación de mano de obra esclava. El autor explicita que los números
sobre el trabajo esclavo preocupan a la sociedad brasileña y es reflejo de su estructura
latifundista. Él afirma que las controversias sobre las cifras de esclavos están
mereciendo una pesquisa rigurosa y acciones concretas. Como resultado de su análisis,
Palmeira llega a la conclusión de que la reforma agraria es una necesidad urgente para
crear alternativas a los trabajadores que están sometidos a los especuladores de la
mano de obra campesina.
O professor Zéu Palmeira suscita as circunstâncias históricas que fazem do Brasil de
hoje um foco de exploração da mão-de-obra escrava. O autor explicita que os números
sobre o trabalho escravo preocupam a sociedade brasileira e é – em parte – reflexo da
estrutura fundiária fortemente concentradora. Ele afirma, ainda, que a controvérsia
sobre a quantidade exata de escravos no Brasil está merecendo uma pesquisa rigorosa,
além de ações concretas. Como resultado de sua análise, Palmeira chega à conclusão
de que a reforma agraria é imprescindível como alternativa aos trabalhadores que estão
submetidos aos especuladores da mão-de-obra campesina.
El escritor brasileño Caio Prado Júnior decía que el historiador de Brasil - en la década
de 1930 - era un privilegiado, pues que él tendría condición de conocer en pleno siglo
XX cuadros históricos propios de los siglos anteriores. La reflexión parece actualísima
para el Brasil de hoy, donde hay aún una duda sobre los números de la esclavitud, o
sea, para algunos son veinticinco mil y para otros doscientos mil esclavos, conforme
datos reunidos por la CPT (Comissão Pastoral da Terra), órgano de la Iglesia Católica
brasileña. Nuestro objetivo, pues, es demostrar que el problema de la esclavitud en
Brasil está relacionado con una historia que no terminó y que necesita ser explorada
por los nuevos modelos explicativos de la teoría sociológica.
La historia de la esclavitud en Brasil tiene sus orígenes en siglo XVI, cuando los
portugueses tentaron esclavizar a los indios para la explotación de la caña de azúcar.
Luego se observó que el indígena no se adaptaba a las nuevas actividades. Por tal
razón el trabajo indígena fue sustituido por el trabajo de negros importados de África.
El alma más conformista reconoce que no cambiamos bastante nuestra realidad, pues
el país aún vive el drama de la ley que es observada y otra que hay casi ninguna
importancia. La Ley que liberó los esclavos – también llamada de Ley Áurea - fue
promulgada en 1888, dos años antes del final del monarquismo, pero ciertamente no se
mostró eficaz y adecuada para la transformación de las relaciones sociales en la tierra
verde y amarilla.
Los sacerdotes católicos, a ejemplo del obispo Pedro Casaldáliga y del fraile
dominicano Henry des Roziers, formularan denuncias de trabajo esclavo a partir de la
década de 1970.
La esclavitud en Brasil, por ser persistente - conforme explicita Mattoso (1982) - no se
explica solamente por factores culturales, mas sobretodo por articulaciones de
intereses políticos y económicos. Todavía, ningún estudio de la esclavitud puede
dispensar la importancia del factor histórico. Así es preciso investigar en qué medida
los imperativos económicos, sociales, culturales y políticos moldearon las condiciones
que permiten, desde los tiempos de los colonizadores portugueses y hasta hoy, la
existencia de la esclavitud en Brasil. Ciertamente no es aquí esa tarea será agotada,
mas nada impide que se traiga algunas reflexiones importantes para la discusión de la
temática.
Los portugueses eran habilidosos en la captura y tráfico de negros africanos que fueron
utilizados como la mano de obra esclava en suelo brasileño. Esas actividades fueron en
gran parte financiada por los banqueros holandeses que investían altas sumas de dinero
en el comercio de azúcar. Durante el período de 1580-1640, cuando Portugal pasó a
ser controlado por España, los negocios holandeses fueron apagados en Brasil, todavía
el modelo esclavista no fue alterado. Después de la restauración de la monarquía
portuguesa en 1640, la esclavitud en Brasil fue financiada en parte por los ingleses que
ejercían ascendencia política sobre Portugal hasta el siglo XIX.
Brasil inició la campaña abolicionista solamente cuándo surgió la explotación de la
cultura de café que precisaba de mano de obra asalariada. En 1850 entró en vigor la ley
bajada por el ministro de la Justicia, Eusebio Queirós, prohibiendo el trafico de
esclavos.
En 13 de mayo de 1888, la Princesa Isabel – hija del emperador Dom Pedro II –
decretó la esclavitud como siendo actividad ilegal. Pero, ¿ qué mudó? Mudó, mas no
mucho.
Hoy aún el Brasil convive con la esclavitud. El concepto de trabajo esclavo, conforme
la OIT (Organización Internacional del Trabajo), esta correlacionado con las nociones
de explotación de mano de obra por medio de coacción y privación de libertad.
Mas adelante describiremos los pasos de la transformación de un trabajador brasileño
en esclavo.
Todo se inicia cuando un contratista – llamado "gato" - hace contactos con modestos
trabajadores de regiones pobres y pasa a ofrecerles empleos. Los trabajadores que
aceptan la propuesta reciben de inmediato una suma en dinero para dejar con su
familia. Enseguida, ellos son transportados hasta el nuevo local de trabajo. Llegando a
la hacienda, el peón es alojado en un pequeñito barracón que mal se presta para abrigar
a todos los operarios. Cuidase siempre de una cabaña de madera, sin ventanas, sin
letrina y con poca iluminación. Viven sin agua potable y reciben una alimentación
precaria. Son obligados a comprar los productos vendidos en la tienda del hacendero.
Llegado el día de pagamiento, el trabajador es sorprendido al saber que tiene un gran
débito para con el patrón y que deberá pagar por las herramientas del trabajo (Ej.:
motosierra, facón, etc.), equipamientos que utiliza en su actividad (Ej.: botas, guantes,
sombreros, etc.), por el dinero que le fue anticipado y por los costos despendidos con
su transporte y alimentación.
Es esta hora que el trabajador descubre que el sueño de tener un empleo se transforma
en una pesadilla. En la mayoría de los casos el peón percibe que está prisionero,
esclavo, rendido y vigilado por pistoleros fuertemente armados.
Las cifras sobre el trabajo esclavo en Brasil, durante el período de la dictadura (19641985), son desconocidas, una vez que los gobiernos militares no permitían las
pesquisas sobre la existencia de los trabajadores cautivos. Eso porque los gobernantes
eran conservadores, comprometidos y omisos con relación a las fuerzas políticas que
permitían la esclavitud. Aún así, durante el período de 1970 y 1986 fueran constatados
110 cautiverios."En 55 casos fueran contados 19.713 esclavos (solamente 1.292
lograran huir). (...) En 1970, por ejemplo, 500 trabajadores fueran libertados de una
hacienda en norte de Mato Grosso, 50 eran menores." (Martins, 1986, p. 41).
La crueldad aplicada a los trabajadores cautivos impresiona por los métodos utilizados:
"De 35 trabajadores esclavizados en una hacienda de Mato Grosso, once fueran
torturados con bejuco, seis fueran con liana, palo, facón, allá del castigo de sufrieren
tres días sin alimentación. Un trabajador tuvo el trasero penetrado por el cabo de una
hoz. Trabajaran cuatro meses y medio sin ninguna remuneración. Las puniciones casi
siempre fueron aplicadas por causa de tentativa de fuga." (Martins, 1986, p. 42).
En pleno siglo XXI el cuadro nos es diferente y no se modificará si las causas de la
esclavitud no fueran atacadas. La pobreza extrema de la mayoría de la populación, la
falta de perspectivas, la ausencia de una reforma agraria, la frágil fiscalización estatal,
mas allá de la impunidad que permite la reproducción de conductas criminosas.
Las cifras de la esclavitud en Brasil no son pacificas. Según informa el gobierno
brasileño, por medio de la Comisión Especial para el Combate al Trabajo Esclavo, del
Ministerio de la Justicia, existen en las regiones Norte y Nordeste aproximadamente
10.000 trabajadores esclavos.
Los datos son refutados por el coordinador de la CPT, Xavier Plassat, sacerdote de la
Iglesia Católica. Para él solamente en Amazonía hay aproximadamente 15.000
trabajadores esclavos (Folha de S. Paulo, 20.10.2002, p. A-4) y cerca de 25.000 en
todo país (Jornal do Senado, 7.11.2002, p. 7). Recientemente la CPT revisó los
números y anunció que ellos pueden variar hasta 200 mil (Folha de S. Paulo,
22.02.2004, p. A-13).
Plassat confirmó que los trabajadores esclavos, en su gran parte, son provenientes de
estados pobres de Nordeste, principalmente de Paraíba y de Rio Grande do Norte, y
comúnmente trabajan en propiedades con dirección en los estados de Pará, Tocantins,
Maranhão, Pernambuco, Mato Grosso, Mato Grosso do Sul, Minas Gerais, São Paulo
y Rio Grande do Sul. La CPT sustenta aún que los Ministerios de la Justicia y del
Trabajo no fiscalizan de modo eficiente, sea por la ausencia de infraestructura de los
órganos de fiscalización y represión, sea por el reculo en las investigaciones,
proveniente de intervenciones políticas. No por acaso dos entre los denunciados de
explotación de trabajo esclavo – en el año de 2003 - eran parlamentares, un diputado
federal (ex presidente de la Cámara de los Diputados Federales) y un senador de la
República.
Hasta bien poco, durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1994-2002), la
orden era que ninguno fiscal fornecerse informaciones a los procuradores de la justicia
o a los periodistas (Folha de S. Paulo, 6.10.2002, p. A-4).
Registre, todavía, que el trabajo esclavo no es una exclusividad de la actividad agraria.
Hay datos que muestran que la construcción civil y la industria textil se utilizan de
trabajadores en régimen de esclavitud (Suton, 1994).
Actualmente los propietarios que exploran el trabajo esclavo son denunciados por los
delitos de privación de libertad mediante secuestro (reclusión de dos a ocho años) o
reclutamiento ilegal de trabajadores (detención de un a tres anos y multa). No
raramente los latifundistas se anchan "patriotas y pioneros que dan ocupación,
producen alimentos y pagan sus impuestos, pero son injustamente acusados por un
bando de ONGs sensacionalistas, de padres y religiosas, que no saben nada de la
realidad en la Amazonía." (Breton, 2002)
En estos últimos años algunas medidas fueran tomadas. El GERTRAF (Grupo
Ejecutivo de Represión al Trabajo Forzado), coordinado por el Ministerio del Trabajo
y compuesto por representantes de otros ministerios y de organizaciones no
gubernamentales (ONGs), divulgaron que sus equipos de fiscalización lograron
libertar 10.726 trabajadores entre los años de 1995 y 2003.
Los pocos fiscales que actúan para reprimir el trabajo esclavos son victimas de la
violencia de los pistoleros. En enero de 2004, tres fiscales del trabajo y un motorista
fueron asesinados, cuando investigaban la situación de trece trabajadores que estaban
en condiciones de esclavitud en una hacienda situada en el estado de Minas Gerais,
sudeste del país.
En el estado de Pará, en la región norte del país, el Ministerio Público del Trabajo
promovió diversas acciones judiciales pidiendo reparación por daños morales,
generalmente fijada en un importe de R$ 1.000,00 (un mil reais) por día en que el
trabajador fue obligado a permanecer à disposición del hacendero.
El Tribunal Superior do Trabajo y los jueces del trabajo proponen la creación de
órganos judiciales que posibiliten los juzgamientos de los conflictos in loco, mas allá
de la ampliación de la competencia de la Justicia del Trabajo para apreciar casos de
trabajo esclavo.
Durante el año de 1998 fue aprobada y promulgada la Ley 9778 que prevée penalidad
para aquellos que exploran el transporte ilegal de trabajadores. Todavía, el alcance de
la referida legislación es muy tímido, mismo porque ella no es específica para todos
los casos de trabajo esclavo.
En el plano legislativo interno existe la PEC (propuesta de enmienda constitucional)
438/2001 autorizando el confisco de tierras en que hay explotación de trabajo esclavo.
Hay aún una propuesta de ley que altera el artículo 149 de Código Penal y considera
como delito de trabajo esclavo: "someter alguien a los trabajos forzados o a la jornada
exagerada; Sujetadlo a las condiciones degradantes de trabajo; o impedir que una
persona deje el trabajo ante el argumento de que es deudora del empleador o gerente."
Estarán sujetos a las penalidades del referido tipo legal todas las personas que:
contribuyan para impedir o dificultar el uso de cualquier medio de transporte por parte
del trabajador, con el objetivo de salir del local de trabajo; ejerzan vigilancia directa en
el local de trabajo; o retengan los documentos o objetos personales de los trabajadores,
con objetivo de no permitir su salida del local de trabajo." La penalidad, según la
referida propuesta legislativa, debe ser la reclusión de dos a ocho años, mas allá de la
multa. La punición será aumentada de mitad si el delito envuelve como victima el
trabajador infantil (Jornal do Senado, 7.11.2002, p. 7).
Para concluir ese breve abordaje, es necesario reconocer que falta una pesquisa
rigurosa sobre las cifras y las dimensiones del trabajo esclavo en Brasil. Por otro lado,
los casos que emergen en cotidiano revelan un cuadro preocupante que es el reflejo principalmente - de la falta de perspectivas de la populación campesina brasileña que
está diariamente sometida a los especuladores de la mano de obra esclava. Para Brasil
no hay transformación posible sin una reforma agraria que permita a los trabajadores
explorar dignamente los medios de su subsistencia. Es preciso, pues, la audacia y la
implementación urgente de una reforma agraria consistente que contemple la extinción
de minifundios, el fin del latifundio y la abolición de las formas esclavistas de
explotación del trabajo humano.
REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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São Paulo: Editora Loyola, 2002.
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__________ Pastoral cobra ação contra o trabalho escravo no país. 20.10.2002, p. A-4.
__________ Terra produtiva pode ficar sem punição. 22.02.2004, P. A13.
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MARTINS, José de Souza. A reforma agrária e os limites da democracia na "nova
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O ESTADO DE SÃO PAULO (Jornal). Número de trabalhadores escravos cresceu
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SUTON, Alison. Trabalho escravo: um elo na cadeia da modernização no Brasil de
hoje. São Paulo: Editora Loyola, 1994.
* juiz do Trabalho da 21ª Região (RN), mestre e doutor em Ciências Sociais, professor
de Direito do Trabalho da UFPB, membro do Grupo de Estudos do Trabalho da UFRN
Disponível em: <http://jus2.uol.com.br/doutrina/texto.asp?id=5997> Acesso em: 25
ago. 2008.