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BIODIVERSIDAD
MÓDULO 2
1
ÍNDICE DEL TEMA: BIODIVERSIDAD
1. CONCEPTO DE BIODIVERSIDAD.
1.1. DIVERSIDAD DE ESPACIOS O ECOSISTEMAS.
1.2. DIVERSIDAD DE ESPECIES.
2. IMPORTANCIA DE LA BIODIVERSIDAD.
2.1. VALOR ECONÓMICO DE LA BIODIVERSIDAD.
2.2. BIENES Y SERVICIOS QUE PROPORCIONAN LOS ECOSISTEMAS.
3. AMENAZAS PARA LA BIODIVERSIDAD
3.1. PÉRDIDA Y FRAGMENTACIÓN DE HÁBITATS.
3.2. ESPECIES EXÓTICAS INVASORAS.
3.3. SOBREEXPLOTACIÓN DE RECURSOS.
3.4. CONTAMINACIÓN Y CAMBIO CLIMÁTICO.
4. MEDIDAS PARA LA CONSERVACIÓN DE LA BIOESFERA.
4.1. CONSERVACIÓN IN SITU.
4.2. CONSERVACIÓN EX SITU.
5. LA BIODIVERSIDAD EN ESPAÑA.
5.1. LA DIVERSIDAD DE LOS ECOSISTEMAS ESPAÑOLES.
6.
NORMATIVA NACIONAL.
2
CONCEPTO DE BIODIVERSIDAD
"LA VARIABILIDAD DE ORGANISMOS VIVOS DE CUALQUIER FUENTE, INCLUIDOS, ENTRE
OTRAS COSAS, LOS ECOSISTEMAS TERRESTRES Y MARINOS Y OTROS ECOSISTEMAS
ACUÁTICOS Y LOS COMPLEJOS ECOLÓGICOS DE LOS QUE FORMAN PARTE; COMPRENDE LA
DIVERSIDAD DENTRO DE CADA ESPECIE, ENTRE LAS ESPECIES Y DE LOS ECOSISTEMAS"
SEGÚN EL CONVENIO DE NACIONES UNIDAS SOBRE CONSERVACIÓN Y USO SOSTENIBLE
DE LA DIVERSIDAD BIOLÓGICA
La biodiversidad está formada, por tanto, por tres "componentes" relacionados entre sí:
Diversidad de ecosistemas; es la variedad de sistemas que incluyen vida. No existe una clasificación
universalmente aceptada de estos sistemas (ecosistemas, ecoprovincias, ecorregiones, biomas)
Diversidad taxonómica; incluye la variedad de especies y la variedad de otras escalas
taxonómicas: géneros, órdenes, clases, reinos, troncos, divisiones phyla,. especies
Diversidad genética: Resume la idea de variedad y variabilidad de genes y agrupaciones de genes,
variedades genéticas por debajo de la categoría de especie, pero incluye también la variedad
genética individual, genes,
LA BIODIVERSIDAD SE CONSAGRÓ COMO TÉRMINO INTER NACIONALMENTE CONOCIDO A
FINALES DE LOS OCHENTA EN UN CONGRESO DEL MISMO NOMBRE DIRIGIDO POR EL
BIÓLOGO EDWARD O.WILSON.
DIVERSIDAD DE ESPACIOS O ECOSISTEMAS
Los ecosistemas son las comunidades de organismos que interactúan y el medio ambiente en que viven. El
ecosistema se define, también como el conjunto formado por una biocenosis (biótica) -parte animada de
un ecosistema- y un biotopo (abiótica) -parte inanimada de un ecosistema-. Todos los animales, vegetales
y microorganismos que viven en un determinado hábitat forman un biosistema.
Sus relaciones de dependencia, alimentación y desarrollo forman comunidades que llevan el
nombre de biocenosis.
Una biocenosis es, pues, todos los seres vivos que coexisten en un hábitat y las relaciones que
se establecen entre ellos. En la biocenosis se dan diferentes grados de sociabilidad,
dependiendo de la densidad de especies de un mismo tipo en un lugar. Cada comunidad
biocenótica tiene una estructura horizontal, la sociabilidad, y una estructura vertical, o
estratificación.
No se trata simplemente de ensamblajes de especies, sino de sistemas combinados de materia orgánica e
inorgánica y fuerzas naturales que interactúan y cambian.
3
Los ecosistemas se hallan entretejidos de forma intrincada por la cadena alimentaria y los ciclos de
nutrientes. Son sumas vivientes más grandes que las partes que los integran. Su complejidad y dinamismo
contribuyen a su productividad, pero hacen de su manejo todo un desafío.
DENTRO DE CADA BIOCENOSIS EXISTE, COMO NORMA GENERAL, UNA ESPECIE VEGETAL
QUE DESTACA SOBRE LAS DEMÁS POR SU PRESENCIA Y ABUNDANCIA. ESTA ESPECIE SE
DESARROLLA CASI INDEPENDIENTEMENTE DE SU CORTEJO. EL CORTEJO LO FORMAN
TODAS LAS ESPECIES Q UE COMPARTEN LAS MISMAS CONDICIONES GENERALES DE VIDA.
Entre las especies se establecen diferentes tipos de relaciones de interdependencia, que pueden ser: de
competencia -por el espacio, el alimento, la luz o el agua- o de dependencia. (Se debe tener presente la
cadena trófica. En una comunidad biocenótica existen especies productoras, especies consumidoras y
especies descomponedoras),
Los ecosistemas tienden al equilibrio entre las comunidades biocenóticas y el clima y el suelo. Así, a las
relaciones que establecen estas comunidades con el medio, el clima, la litología, el agua, el suelo y el
topoclima, se le llama ecosistema.
Las grandes biocenosis terrestres.
Región polar y
subpolar
Estas son las regiones frías de la Tierra. Aquí nos encontramos con dos tipos de
biocenosis: la tundra y la taiga.
Hábitat templado
El hábitat de los climas templados propiamente dichos es donde progresan: el
bosque caducifolio, típico de Europa, y el bosque mixto de planifolias y coníferas.
La fauna de los bosques templados está sometida al ritmo de las cuatro estaciones.
Los fenómenos más característicos son la hibernación y la migración.
Hábitat templado
cálido
Éste es también una zona de clima templado, pero ya en la zona de transición con
los climas tropicales. En él podemos diferenciar dos biocenosis fundamentales: el
bosque mediterráneo y el subtropical húmedo.
Hábitat continental: la
estepa
El clima continental genera formaciones de estepa, en la que dominan las
gramíneas y escasean los árboles.
Hábitat árido
El hábitat árido contiene varias características limitantes para el desarrollo de la
vegetación, los suelos y la fauna: falta el agua, las temperaturas extremas y los
vientos fuertes y violentos.
Hábitat tropical
Se caracteriza por tener dos estaciones, una seca y otra húmeda, pero además, las
temperaturas son altas durante todo el año. Distinguiremos la estepa con
espinosos, el matorral espinoso tropical y el bosque tropical seco y monzónico.
Hábitat ecuatorial
El clima ecuatorial se caracteriza por las altas temperaturas y las frecuentes
precipitaciones, pero además, por su estabilidad. Los suelos más comunes son los
ferralíticos, a menudo con caparazón, muy lixiviados, con poco humus y ácidos. Se
ha de distinguir: los bosques ombrófilos y semiombrófilos, el manglar y la sabana.
Fuente: Pascual Trillo, J.A. El arca de la biodiversidad. Celeste Ed. 1997
4
A lo largo de la historia el hombre ha sabido utilizar diferentes especies de la naturaleza como recurso para
procurarse alimento, vivienda, vestido, medicinas y confort. Las primeras modificaciones antrópicas de la
biocenosis vienen de la mano de la agricultura y la ganadería.
Este proceso supuso la selección de determinadas especies, que llevó a la introducción de especies
alóctonas en hábitats donde no existían los frutos considerados como recurso. De todos modos es en el
siglo XIX cuando aparece el modo de producción capitalista industrial. Esto implica una nueva selección de
especies cultivadas, menos variada.
Cuando se habla de ecosistemas, la escala y el tamaño son esenciales (Un pequeño pantano, una duna
solitaria o una mancha de bosque pueden ser vistos como un ecosistema único en la mezcla de especies y
microclimas que alberga: un microambiente. En una escala mucho mayor, "ecosistema" se refiere a
comunidades más extensas -100 a 1000 kilómetros cuadrados de bosque o un gran sistema fluvial- cada
una de las cuales exhibe muchos microambientes).
Se presume frecuentemente que las áreas con ecosistemas culminantes abrigan mayor diversidad que las
áreas más jóvenes. Sin embargo, un área con un mosaico de sistemas en diferentes etapas es
probablemente más diversa que la misma región en su punto culminante con tal que cada sistema ocupe un
área grande.
En muchos ejemplos, las actividades humanas mantienen artificialmente ecosistemas en etapas más
jóvenes; así, en regiones que han estado bajo la influencia humana por períodos largos, especialmente en
las regiones templadas, el mantenimiento de niveles existentes de diversidad puede involucrar el
mantenimiento de por lo menos los paisajes y ecosistemas parcialmente atribuibles al hombre, juntos con
áreas de tamaño adecuado de ecosistemas naturales en su punto culminante.
Clasificación de ecosistemas del World Resources Institute
Ecosistema de
praderas
Ecosistemas de Ecosistemas
agua dulce
forestales
Ecosistemas
costero
Agroecosistemas
Las praderas albergan
por lo menos a 1.000
millones de seres
humanos y exhiben
algunos de los
fenómenos naturales
más asombrosos de
mundo: enormes
desplazamientos
migratorios de grandes
manadas de ñus en
África, caribúes en
América del Norte y
antílopes tibetanos en
Asia.
Por lo menos 1.500Hoy en día, muchos
millones de
países en desarrollo
personas
dependen de la
dependen del aguaextracción de madera
subterránea como para obtener divisas. Al
su única fuente de mismo tiempo, millones
agua de beber.
de personas en los
países tropicales
todavía se valen de los
bosques para
satisfacer todas sus
necesidades.
El 40% de la
población del
mundo vive en un
radio de 100 km
de la línea
costera, un área
que escasamente
representa el
20% de la masa
terrestre.
La agricultura
enfrenta un desafío
enorme pues debe
satisfacer las
necesidades de
1.700 millones de
personas más en los
próximos 20 años
DIVERSIDAD DE ESPECIES
5
Por diversidad de especies se entiende la variedad de especies existentes en una región. Esa diversidad
puede medirse de muchas maneras, y los científicos no se han puesto de acuerdo sobre cuál es el mejor
método. El número de especies de una región -su "riqueza" en especies- es una medida que a menudo se
utiliza, pero una medida más precisa, la "diversidad taxonómica" tiene en cuenta la estrecha relación
existente entre unas especies y otras.
Por ejemplo: una isla en la que habitan dos especies de pájaros y una especie de lagartos tiene mayor
diversidad taxonómica que una isla en que hay tres especies de pájaros pero ninguna de lagartos. Por lo
tanto, aun cuando haya más especies de escarabajos terrestres que de todas las otras especies
combinadas, ellos no influyen sobre la diversidad de las especies, porque están relacionados muy
estrechamente.
Análogamente, es mucho mayor el número de las especies que viven en tierra que las que viven en el mar,
pero las especies terrestres están más estrechamente vinculadas entre sí que las especies oceánicas, por
lo cual la diversidad es mayor en los ecosistemas marítimos que lo que sugeriría una cuenta estricta de las
especies.
¿CUÁNTAS ESPECIES EXISTEN?
Es sorprendente el hecho de que los científicos conocen mejor cuántas estrellas hay en la galaxia que
cuántas especies hay sobre la Tierra.
Las estimaciones de la diversidad de las especies del mundo oscilan entre dos millones y 100 millones de
especies, siendo la estimación más precisa de alrededor de 10 millones; de ellas, sólo 1,4 millones han
recibido nombre. Los problemas que plantean los límites de los conocimientos actuales sobre la diversidad
de las especies se complican debido a la falta de una base de datos o una lista centralizada de las especies
del mundo.
Siguen descubriéndose nuevas especies; inclusive nuevas aves y mamíferos. Como promedio, cada año se
descubren alrededor de tres nuevas especies de aves, y en un año tan reciente como es el de 1990 se
encontró una nueva especie de monos. Otros grupos de vertebrados están todavía lejos de haber sido
descriptos completamente: se estima que el 40% de los peces de agua dulce de América del Sur todavía no
han sido clasificados.
Cuanto más diferente es una especie de las otras (situada en una posición aislada dentro de la jerarquía
taxonómica), mayor es su contribución a la diversidad biológica global. Así, se puede decir que un hábitat
con taxones presentes mucho más diferentes entre sí contiene más diversidad taxonómica que otros sitios
con menos taxones aunque tengan muchas más especies. Los hábitats marinos frecuentemente tienen más
variedad de filum pero menos especies que los hábitats terrestres; por ello los nuevos criterios de medida y
evaluación procuran incorporar la cuantificación de la unicidad evolutiva de especies.
La importancia ecológica de una especie puede tener un efecto directo en la estructura comunitaria, y así en
la diversidad biológica total. Por ejemplo, una especie de árbol tropical de bosque de lluvias que apoya a
una fauna invertebrada endémica de unas cien especies evidentemente hace una mayor contribución al
mantenimiento de la diversidad biológica global que una planta alpina europea de la cual tal vez ninguna
otra especie depende totalmente.
La biodiversidad no depende sólo de la riqueza de especies, sino también de la dominancia relativa de cada
una de ellas. Las especies, en general, se distribuyen según jerarquías de abundancias, desde algunas
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especies muy abundantes hasta algunas muy raras. Cuanto mayor grado de dominancia de algunas
especies y de rareza de las demás, menor es la biodiversidad de la comunidad. Esto es muy
común, por ejemplo, en algunos tipos de vegetación templada como los bosques de pinos, donde hasta el
90% de la biomasa del ecosistema está formada por sólo una o dos especies, y el 10% restante por una
cantidad grande de plantas de baja abundancia.
Entender el problema de la biodiversidad implica, discutir el problema de la rareza biológica y el de la forma
de los diagramas de abundancias de especies, dos herramientas metodológicas de gran importancia en el
estudio de la biodiversidad.
Especies
Monera (Bacterias, Algas verde de agua)
Cantidades
4,760
Hongos
46,983
Algas
26,900
Planta (plantas multicelulares)
Protozoario
248,428
30,800
Esponjas
5,000
Celentéro (medusas, corales)
9,000
Platelminto (gusanos planos)
12,200
Nematodo (gusanos redondos)
12,000
Anelida (lombriz)
12,000
Molusco
50,000
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Equinodermo (estrellamar)
6,100
Insecta
751,000
Artrópoda no-insecta (acaridos, arañas,
crustaceous)
123,151
Pisces (peces)
19,056
Anfibio (anfibios)
4,184
Reptilia (Reptiles)
6,300
Aves (pájaros))
9,040
Manífero (mamíferos)
4,000
Rareza biogeográfica. Por un lado, hay especies que sólo crecen en regiones muy específicas, y forman
endemismos biogeográficos muy particulares. Heterotheca thiniicola, por ejemplo, es una compuesta
endémica de las dunas del Gran Desierto de Altar, Sonora, México, y sólo crece en esa región, aunque sus
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poblaciones muestren densidades realmente altas en los aproximadamente 5 km que conforman su área
de distribución. Lo mismo ocurre con varias especies de animales de cuevas, islas, o alta montaña, que sólo
ocurren en un lugar restringido, aunque pueden ser abundantes en él.
Rareza de hábitat. Otras especies, en cambio, son muy específicas en cuanto al hábitat, pero no son
endémicas a nivel biogeográfico. Este grupo está formado por lo que se conoce en ecología como especies
"estenoecas" o de hábitat restringido, en contraste con las especies "euriecas" o de distribución amplia. Las
plantas de los oasis de los desiertos son un caso típico de este grupo. La yerba del manso (Anemopsis
californica, Saururaceae) crece en los manantiales de agua del desierto Sonorense, y es colectada
intensamente como medicinal. Aunque su distribución biogeográfica es relativamente amplia, su hábitat es
muy específico. El secado de los manantiales y el bombeo de agua para riego está destruyendo muy
rápidamente su hábitat en todo el desierto, y está poniendo a la especie en peligro de extinción.
Rareza demográfica. Finalmente, hay especies que son demográficamente raras, es decir, que presentan
densidades bajas en toda el área de distribución, aunque ésta sea amplia y aunque no estén asociadas a
hábitats muy específicos. Un ejemplo notable de este nivel de rareza ecológica es la cola de zorra (Setaria
geniculata), una gramínea que se encuentra a lo largo de todo el continente americano, desde California
hasta la Patagonia, pero que no crece en densidades altas en ninguna parte. La rareza de esta especie no
radica ni en su distribución biogeográfica ni en su preferencia de hábitat, que son ambas amplias, sino en el
hecho de que sus poblaciones son crónicamente "ralas", y que en ninguna parte llega a ser un componente
importante de la comunidad.
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Por supuesto, los casos más críticos de rareza son los de aquellas especies que reúnen las tres
características: son endémicas a nivel biogeográfico, son muy estenoecas en su preferencia de hábitat, y
presentan poblaciones en números bajos.
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IMPORTANCIA DE LA BIODIVERSIDAD
La pérdida de diversidad biológica puede tomar muchas formas pero la más fundamental e irrevocable es la
extinción de especies. Geológicamente, todas las especies tienen un período finito de existencia. La
extinción de especies es por lo tanto un proceso natural que ocurre sin la intervención del hombre.
Sin embargo, es innegable que las extinciones ocasionadas directamente o indirectamente por la acción
humana ocurren con un coeficiente que excede cualquier estimación razonable, cuantificar los índices de
extinción de especies, tanto en la actualidad como históricamente, es difícil y pronosticar los índices futuros
con precisión es imposible
VALOR ECONOMICO DE LA BIODIVERSIDAD
En el ámbito de la economía ambiental han surgido trabajos dirigidos a establecer una taxonomía de los
valores económicos en relación al medio ambiente y biodiversidad. Se trata de un intento de categorizar los
distintos tipos de valores que deben ser tenidos en cuenta a la hora de fijar el valor económico total: valor de
uso actual, valor de opción y valor de existencia.
Valor de uso actual. Éste refleja la valoración monetaria que se obtiene del uso real actual de la
biodiversidad, el que viene recogido por la realización de actividades como la caza, la pesca, la recolección
de plantas silvestres (para cualquier uso económico); también se incluye los usos recreativos.
Valor de opción. Se estaría representando el beneficio potencial que tendría un recurso frente a su valor de
uso actual, mide la preferencia o disposición a pagar por reservarse la opción de poderse convertir en
usuario de esa diversidad biológica en el futuro.
Valor de existencia. Es el valor intrínseco, valor por sí mismo independientemente del uso actual o futuro
(o potencial). Un ejemplo de este tipo de valor está ligado a las simpatías por seres vivos no humanos.
La irreversibilidad de los efectos que la acción del hombre viene ocasionando sobre la biodiversidad ha
reconfigurado la matriz de ganancias, que puede ser sintetizada en el siguiente cuadro:
Matriz de ganancias en escenarios posibles de comportamiento ecológico extremo.
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Matriz de ganancias en escenarios posibles de comportamiento ecológico extremo.
Fuente: Bartholomew, J. Objetivos, agenda y recomendaciones políticas para la Economía Ecológica en
Desarrollo sostenible y políticas económicas en América Latina Olman Segura (comp.) DEI, Costa Rica.
1992.
Por lo tanto, sobre la base de las lecciones de Bartholomew, en materia de biodiversidad “lo que hay que
hacer es jugar a no perder”. Es obvio que no podemos salvar todas las especies a cualquier costo, así como
no podemos salvar todas las vidas humanas a cualquier costo.
Se deben hacer algunas estimaciones informadas sobre el valor social presente y futuro de las especies
que podrían ser perdidas, la valorización de especies con respecto a otros bienes sociales no será una
tarea fácil, especialmente porque se tiene que dar valores a algunas especies que ni siquiera se conocen.
La pérdida de diversidad biológica en cuanto a las variedades de cosechas y las razas de ganado es de
importancia casi cero desde el punto de vista de la diversidad total global, pero la erosión genética en estas
poblaciones es de interés particularmente al hablar de las implicaciones que tiene para el abastecimiento
alimentario y el mantenimiento de prácticas agrícolas adaptadas localmente. Para las poblaciones
domesticadas, la pérdida de parientes silvestres de plantas es de interés especial por la misma razón. Estos
recursos genéticos pueden ser la base de no solamente la productividad de sistemas agrícolas locales sino
también, cuando incorporados en programas de reproducción, de la provisión de características de
importancia global a los sistemas (v.gr., resistencia contra enfermedades, valor nutritivo, resistencia, etc.) y
que tendrán aun mayor importancia en el contexto de futuros cambios del clima.
La erosión de diversidad en genes básicos es difícil de demostrar cuantitativamente, pero tiende a ser
evaluada indirectamente desde el punto de vista de la proporción creciente de tierras cosechadas al alto
rendimiento y de variedades genéticamente uniformes.
Las especies pueden ser exterminadas por los humanos mediante una serie de efectos y acciones. Éstos se
pueden dividir en dos categorías amplias: directos (la caza, colección y persecución) e indirectos (la
destrucción y modificación de hábitats).
La sobre cacería es quizás la causa directa más obvia de la extinción de animales, como ha afectado a
varias especies grandes y bien conocidas. Desde el punto de vista de la pérdida total de diversidad
biológica, sin embargo, es indudablemente mucho menos importante que las causas indirectas como la
modificación y pérdida de hábitat. No obstante, como evidentemente afecta selectivamente a las especies
que son o han sido consideradas un recurso cosechable, tiene implicaciones importantes para la
administración de recursos naturales.
BIENES Y SERVICIOS QUE PROPORCIONAN LOS ECOSISTEMAS
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Las estimaciones de los autores indican que los ecosistemas costeros incluyendo los estuarios, los
humedales ribereños, las camas de algas, los filones coralinos y las plataformas continentales- tienen un
valor desproporcionadamente alto:
cubren solamente 6,3 % de la superficie del mundo,
pero son responsables de 43 % del valor de los servicios de los ecosistemas del mundo.
Estos ambientes son valiosos en la regulación del ciclo de los alimentos que controlan la productividad de
plantas en la tierra y en el mar. Los investigadores observan que la mayoría del valor del ecosistema está
actualmente fuera del sistema del mercado. Es decir, aunque algunos servicios, tales como producción del
alimento, abastecimiento de agua y materias primas se negocian en mercados económicos, pero muchos
más de ellos no lo son. Las funciones del ecosistema se relacionan con la capacidad que los componentes
naturales tienen que proporcionar mercancías y servicios para satisfacer necesidades del ser humano. Los
cuatro tipos de funciones del ecosistema que deben ser considerados:
Funciones de los ecosistemas.
Función de regulación:
capacidad -natural y semi-natural- de los ecosistemas para regular el proceso
ecológico y el sistema de soporte de vida, proveyendo y manteniendo un
medio ambiente sano, y atmósfera, agua y suelo limpios
Función de sostén:
capacidad -natural y semi-natural- de los ecosistemas para proporcionar
espacio y sustrato varias actividades humanas como habitación,
reconstrucción, entre otras
Función de producción: Esta función se relaciona con los recursos suministrados por la naturaleza
tanto materias primas para usos industriales como alimento o recursos
enérgicos.
Función de información: Esta función está relacionada con capacidad que los ecosistemas naturales
tienen para contribuir a mantener la cordura mental, proveyendo
oportunidades recreacionales, actividad deportiva o relax, entre otras.
Fuente: ECOMAN; Universidad de Coimbra. 2000
LAS AMENAZAS PARA LA BIODIVERSIDAD
PÉRDIDA Y FRAGMENTACION DE HABITATS
La extinción puede resultar del hábitat inadecuado para las especies por causa de acciones humanas (por
ejemplo, la tala de bosques o la contaminación severa de ríos), o mediante la fragmentación del hábitat.
Ésta tiene el efecto de dividir a las poblaciones de especies anteriormente contiguas en pequeñas
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subpoblaciones. Si éstas son suficientemente pequeñas, entonces los procesos de causalidad conducen a
aumentar las probabilidades de extinción en relativamente poco tiempo.
La superficie de los ecosistemas poco o nada perturbados se redujo extraordinariamente en las últimas
décadas a medida que aumentaban la población y el consumo de los recursos.
El 98% de los bosques tropicales secos de la
costa
del
Pacífico
centroamericana
han
desaparecido. Tailandia perdió el 32% de sus
manglares entre 1961 y 1985, y prácticamente
ninguna porción de lo que queda está exenta de
perturbaciones. En los bosques tropicales, una de
las principales causas de deterioro es la expansión
de
la
agricultura
marginal,
aunque
en
determinadas regiones la producción comercial de
madera puede causar un problema todavía mayor.
En los ecosistemas de agua dulce, las represas han destruido grandes sectores del hábitat de los ríos y
arroyos. En los ecosistemas marítimos, el desarrollo costero ha eliminado las comunidades de los arrecifes
y las próximas a las costas.
Hasta el siglo XX, los agricultores y ganaderos criaban y mantenían una enorme diversidad de variedades
de cultivos y animales de cría en todo el mundo. Pero esa diversidad se está reduciendo rápidamente en los
establecimientos productivos debido a los modernos planes de hibridación de plantas y al consiguiente
aumento de la productividad que surge de sembrar un número relativamente menor de cultivos que
reaccionan mejor ante el riego, los fertilizantes y los plaguicidas.
Tendencias similares están transformando los ecosistemas forestales diversos en plantaciones de
monocultivos de árboles de alto rendimiento -algunas de las cuales se parecen ahora más a maizales que a
bosques naturales- e inclusive se han preservado ex situ menos genes de árboles que genes de cultivos
como "póliza de seguros" contra las enfermedades y las plagas.
ESPECIES EXOTICAS INVASORAS
La introducción de especies provoca muchas de las extinciones de especies registradas, especialmente en
las islas. En esos ecosistemas aislados, un nuevo depredador competidor, o agente patógeno, puede poner
en peligro rápidamente a especies que no pueden desarrollarse conjuntamente con los intrusos.
SOBREEXPLOTACIÓN DE RECURSOS
Numerosos bosques, recursos y pesqueros de vida silvestre han sido explotados en exceso, en algunos
casos hasta la extinción.
13
Históricamente el gran auk y la paloma pasajera han sucumbido a esa presión. El cedro del Libano que
cubría en cierta época 50.000 hectáreas, sólo se encuentra en unas pocas manchas aisladas de bosques.
La explotación excesiva de la anchoa peruana entre 1958 y 1970 redujo extraordinariamente las
dimensiones de la población respectiva y la captura. Actualmente, el rinoceronte de Sumatra y Java ha sido
cazado hasta quedar al borde de la extinción, ocurriendo lo mismo con muchos otros vertebrados.
En muchos casos la extinción se ha debido al interés humano en obtener alimentos, pero la búsqueda de
bienes preciados --especialmente el marfil--, de animales domésticos, curiosidades y artículos
coleccionables también ha afectado a algunas poblaciones y aniquilado a otras.
CONTAMINACIÓN Y CAMBIO CLIMATICO.
CONTAMINACIÓN
Los productos contaminantes deterioran
los ecosistemas y pueden reducir o
eliminar la población de especies
sensibles. En algunos casos la
contaminación reverbera a lo largo de la
cadena alimenticia.
Los microbios del suelo también han sido afectados por la
contaminación debida a los depósitos industriales de
metales pesados y a la agricultura de riego, que provocan
la salinización. La lluvia ácida ha vuelto prácticamente
invivibles miles de lagos y estanques de Escandinavia y
América del Norte y, conjuntamente con otros tipos de
contaminación del aire, ha dañado bosques en toda
Europa. La contaminación marítima, especialmente de
fuentes no puntuales, ha afectado el Mediterráneo y
muchos estuarios y aguas marítimas costeras en todo el
mundo.
CAMBIO CLIMÁTICO
En las próximas décadas un "sub-efecto" de la contaminación del aire -el calentamiento mundial de la
atmósfera- podría causar estragos en los organismos vivientes del mundo.
14
Muchas especies no estarán en
condiciones de redistribuirse con
suficiente
rapidez
como
para
adaptarse a los cambios previstos, y
es probable que se produzcan
considerables alteraciones en la
estructura y funcionamiento de los
ecosistemas
En Estados Unidos, el continuo aumento del nivel del mar en el siglo XXI puede afectar la totalidad del
hábitat de por lo menos 50 especies que ya corren peligro de extinción. Muchas de las islas del mundo
quedarían completamente sumergidas si se cumplen las proyecciones más extremas sobre aumento del
nivel del mar, produciéndose de ese modo la destrucción total de su fauna y flora.
Las mismas áreas protegidas se verían sujetas a tensiones al deteriorarse las condiciones ambientales
propias y al no poder encontrar sus especies un hábitat adecuado en las zonas perturbadas circundantes.
MEDIDAS PARA LA CONSERVACIÓN DE LA
BIODIVERSIDAD
En los tres últimos siglos, como consecuencia de la aceleración de la expansión e intensificación de la
agricultura, la revolución industrial y la urbanización, la biodiversidad se ha reducido considerablemente,
provocando la extinción o amenaza de un gran número de especies vegetales y animales endémicas.
Recientemente, un estudio publicado en la revista de la Academia de las Ciencias Norteamericana ha
establecido que los cambios climáticos pueden haber provocado la pérdida de más de la mitad de las
especies vegetales en algunos ecosistemas europeos. En consecuencia, acciones de conservación se
están convirtiendo en más y más necesarias para proteger la biodiversidad.
La conservación implica métodos específicos muy delicados que atiendan no sólo a los problemas de la
mejor manera de conservación en sí, sino los previos de recolección. Los estudios realizados sobre las
técnicas de muestreo, recolección y conservación son numerosísimos. En el aspecto concreto de la
conservación, esta puede realizarse in situ o ex situ:
15
1. In-Situ: conserva genes, especies y ecosistemas en su medio natural a través del cumplimiento de
la legislación que establece áreas protegidas y la regeneración de aquellas degradadas.
2. Ex-Situ: es la conservación de la biodiversidad fuera de su medio natural, puede ser en zoos o
bancos de germoplasma.
Es necesario que los gobiernos de todo el mundo apoyen un desarrollo menos destructivo en términos
ecológicos encontrando medidas que motiven y premien la sostenibilidad de la biodiversidad.
En 1992, Rio de Janeiro acogió la Cumbre de la Tierra, una decisiva reunión internacional que fijaba su
atención en el futuro del planeta. En ella se estableció la Convención sobre la Diversidad Biológica que
tenía como punto esencial el hecho de que en el cuidado de la biodiversidad debe implicarse todo el mundo,
lo que es fundamental para el desarrollo. Los recursos naturales no son infinitos. La única forma de
conservarlos es usarlos de manera racional a través del desarrollo sostenible.
Desde 1992 175 países han ratificado el Convenio sobre la Diversidad Biológica. Se centra en tres puntos
fundamentales:
1. La conservación de la biodiversidad
2. El uso sostenible de los recursos de la biodiversidad
3. El reparto de los beneficios económicos obtenidos del uso de los recursos de la biodiversidad en un
modo justo y equitativo.
En respuesta al CDB los gobiernos han establecido planes de acción para conservar la biodiversidad y para
el uso sostenible de los recursos naturales.
CONSERVACIÓN IN SITU: ESPACIOS NATURALES PROTEGIDOS
El mantenimiento de una proporción importante de la diversidad biológica del mundo en la actualidad sólo
parece ser posible a través del mantenimiento de organismos en su estado silvestre y dentro de la variación
existente. Ésta es generalmente preferible que otras líneas de acción porque permite la adaptación continua
de poblaciones silvestres por los naturales procesos evolutivos y, en principio, la continuación de prácticas
actuales de utilización (aunque éstas frecuentemente requieren aumentada administración).
Este tipo intenta ser usado fundamentalmente con especies silvestres, forestales o no, y en muy baja
proporción con especies cultivadas. En los países desarrollados es prácticamente imposible, y en los países
en vías de desarrollo lo es cada vez mas, conservar in situ las variedades locales adaptadas a técnicas de
laboreo y herramientas agrícolas en usos decrecientes o desaparecidos.
Las Reservas Naturales son espacios naturales cuya declaración tiene como finalidad la protección de
ecosistemas, comunidades o elementos biológicos o geológicos que, por su rareza, fragilidad,
representatividad, importancia o singularidad, merecen una valoración especial. Con carácter general está
prohibida la recolección de material biológico o geológico, salvo en aquellos casos que por razones de
investigación o educativas se permita la misma, previa la correspondiente autorización administrativa.
Son Reservas Naturales Integrales aquellos espacios, de dimensión moderada, cuyo objeto es la
preservación integral de todos sus elementos bióticos y abióticos, así como de todos los procesos
ecológicos naturales y en las que no es compatible la ocupación humana ajena a fines científicos. En la
nomenclatura internacional se corresponden con los espacios de categoría I de la Unión Internacional para
la Conservación de la Naturaleza. (UICN, acrónimo de su nombre en inglés)
16
Son Reservas Naturales Especiales aquellos espacios, de dimensión moderada, cuyo objeto es la
preservación de hábitats singulares, especies concretas, formaciones geológicas o procesos ecológicos
naturales de interés especial y en la que no es compatible la ocupación humana ajena a fines científicos,
educativos y, excepcionalmente, recreativos, o de carácter tradicional. En la nomenclatura internacional se
corresponden con los espacios de categoría II de la Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza. (UICN, acrónimo de su nombre en inglés)
Finalmente, están los Parques nacionales y los naturales que son las áreas mejor conservadas, donde la
presencia del hombre es menor, en ellos el uso público y el favorecer el contacto del hombre con la
naturaleza es por sí mismo el objeto de conservación; los parques rurales son áreas donde se mezclan
entornos naturales con otros transformados por la acción del hombre, pero cuya presencia se considera
como un componente más y vital del ecosistema que hay que conservar; por su parte, los paisajes
protegidos y los monumentos son áreas -de gran extensión los primeros, y de dimensiones moderadas los
segundos- cuyo objeto de protección es fundamentalmente estético por la importancia de los valores
panorámicos o emblemáticos que encierran. Pueden comprender paisajes naturales o artificiales y tanto
elementos prominentes (un roque) como estructuras ocultas (una cueva).
CONSERVACIÓN EX SITU: BANCOS DE GERMOPLASMA, JARDINES BOTANICOS, PROGRAMAS DE
CRIA EN CAUTIVIDAD
La conservación ex situ puede realizarse con plantas completas (arboretos, jardines botánicos, etc.),
mediante conservación de semillas (bancos de germoplasma) o in vitro, dependiendo de las características
de cada especie. Incluso se ha establecido una red mundial para la conservación de DNA en bancos
apropiados.
Los distintos métodos de conservación presentan problemas diferentes en cuanto a manejo de la colección
y a costos. Sin duda el método operativamente más fácil y más barato es el de los bancos de semillas o
bancos de germoplasma, donde las semillas pueden conservarse en condiciones adecuadas durante
décadas o incluso siglos (en este último caso es obviamente una extrapolación teórica sin confirmación
experimental, aunque muy probablemente real) sin que pierdan de forma significativa capacidad
germinativa. A su vez el mantenimiento y manejo de las colecciones de germoplasma presenta aspectos tan
interesantes como la formación de colecciones nucleares (core collection), más fáciles de usar por el
mejorador al estar formadas por un número menor de muestras o accesiones pero representativas de la
colección total. Sin embargo no es un problema trivial la elección de las muestras que formaran una
colección nuclear sin que se pierda variabilidad genética útil dado que algunos genes útiles (genes de
resistencia, por ejemplo) son poco frecuentes.
Conservación in vitro. Las poblaciones viables de muchos organismos se pueden mantener en la cría o en
la cautividad. Las plantas pueden también ser mantenidas en bancos de semillas y colecciones de plasma
de germen; técnicas similares para la preservación de los animales están en curso de desarrollo (el
almacenamiento de embriones, óvulos, y esperma) pero son más problemáticos.
En la actualidad, la preservación fuera del lugar de origen es evidentemente posible sólo para una pequeña
parte de los organismos pues es sumamente costosa en el caso de la mayoría de los animales y mientras
en principio sería posible conservar fuera del lugar de origen a una proporción muy grande de plantas más
avanzadas, todavía consistiría en una pequeña parte de los organismos del mundo. Frecuentemente
involucra una pérdida de diversidad genética por los efectos del fundador y la alta probabilidad de
procreación en consanguinidad
Especies cultivadas y silvestres en bancos de germoplasma
17
Especies cultivadas y silvestres en bancos de germoplasma
Especies
N° de muestras
% de silvestres
N° de especies silvestres
Triticum
5085
4,2
15
Hordeum
3330
3,2
15
Avena
511
4,1
8
Pisum
734
0,6
4
Solanum
2660
73,6
112
Beta
2058
1,9
7
Lactuca
1837
33,6
19
Allium
1001
3,0
6
363
2,8
2
Spinacia
Fuente: Pérez de la Vega, M. Recursos fitogenéticos Arrea de Genética, Fac. de Biología y E.S.yT de Ing.
Agraria, Universidad de León.
Bancos de germoplasma adheridos al Centro para la Conservación de Plantas.
18
LA BIODIVERSIDAD EN ESPAÑA
Nuestro país, España, puede presumir de ser el más
biodiverso de todo el continente europeo.
Este hecho no sólo representa una oportunidad y un
privilegio para los españoles, sino que conlleva, también,
una mayor responsabilidad de cara a la conservación de
este patrimonio natural, tanto por parte de las
administraciones públicas, como del conjunto de la
sociedad.
España, alberga la mayor diversidad de Europa, con un gran número de especies endémicas. Si nos fijamos
en la diversidad de espacios o ecológica, nuestro país alberga 121 de los 217 hábitats terrestres declarados
de interés comunitario por la Directiva Hábitats.
En el medio marino, tres de los once Grandes Ecosistemas presentes en aguas europeas están
representados en España36. Uno de ellos, el Mediterráneo, es especialmente importante, ya que alberga el
4% de todas las especies marinas descritas con tan sólo el 0,8% de la superficie oceánica del planeta.
Atendiendo a la diversidad de especies, aunque haya ciertos grupos, como los microorganismos, aún por
estudiar, podemos afirmar que nuestro país también sobresale por su riqueza:
En nuestro país se encuentran más del 80% del total de especies de plantas vasculares que hay en
Europa (entre 8.000 y 9.000 plantas vasculares) España alberga la mitad de los endemismos
europeos, en tan sólo el 4,5% del territorio del continente
A esto hay que añadir las más de 1.000 especies de musgos, los más de 2.000 líquenes y los
hongos, que se estiman en torno a 20.000
La fauna está igualmente bien representada en nuestro país: somos el estado europeo con mayor
variedad de mamíferos y reptiles y el tercero respecto a peces y anfibios, con más del 50% de la
especies de animales. Contamos con 821 especies de vertebrados terrestres y con alrededor de
1.000 especies de peces marinos y continentales, a los que hay que sumar los cerca de 65.000
invertebrados que pueblan nuestras tierras, ríos y mares Tenemos la mayor variedad de mamíferos
y reptiles y ocupamos el tercer puesto en diversidad de anfibios y peces.
En cuanto a la diversidad genética, España cuenta también con una amplia variedad de recursos,
especialmente en lo concerniente a la agricultura y ganadería, debido a las características geomorfológicas
de nuestro territorio y al, hasta hace poco, carácter rural de nuestra población. Las variedades de semillas
que se identifican como de origen español rondan las 500, y el número de razas ganaderas españolas
asciende a 200.
19
Esta elevada biodiversidad queda reflejada en la gran extensión de territorio que forma parte de la Red
Natura, que ocupa en la actualidad el 25% de la superficie de España. La gestión de los espacios de esta
red supone uno de los mayores retos de conservación de la naturaleza a los que nos enfrentamos en la
actualidad, ya que va a requerir la actuación coordinada de diversas administraciones públicas y la
integración de las consideraciones ambientales en las políticas sectoriales.
Varios son los factores que explican la abundancia de especies en España respecto a otros países
Europeos:
Situación geográfica.- La península, por su situación geográfica disfruta de climas muy variados.
Mientras que el resto de Europa tiene clima húmedo, grandes zonas de España tienen clima
mediterráneo e incluso árido, mientras otras lo tienen húmedo y muchas otras son áreas de
transición.
Relieve montañoso.- La abundancia de montañas, algunas con nieves perpetuas, aumenta el
número de hábitats y añade zonas de clima de alta montaña a las anteriores.
Islas Canarias.- La flora y fauna de las islas Canarias es totalmente distinta de la de la península,
por su clima y porque al ser islas tienen abundancia de especies endémicas.
Retraso en el desarrollo económico.- La industrialización y el desarrollo económico de España han
sido más lentos que el de otros países de Europa, lo que ha permitido mantener grandes
extensiones naturales mejor conservadas.
En definitiva, la elevada biodiversidad de España, fruto de un contexto geográfico privilegiado y de las
características físicas de la Península Ibérica, está también muy relacionada con la gran variedad de usos
tradicionales del territorio, particularmente los asociados a los sistemas agrarios y forestales.
MEDIDAS DE CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD EN ESPAÑA
Respecto de las medidas de conservación de la biodiversidad, señalar que desde 1990 hasta la actualidad
ha habido un aumento del número de especies amparadas por medidas legales de protección, tal y como se
refleja en el Catálogo Nacional del Especies Amenazadas.
Evolución del número de especies incluidas en el catálogo nacional de especies amenazadas.
AÑOS
EN
PELIGRO
DE
SENSIBLES A LA
ALTERACIÓN DE SU
HÁBITAT
VUNERABLES
DE INTERÉS
ESPECIAL
TOTAL
(TAXONES Y
POBLACIONES)
20
EXTINCIÓN
1990
75
-
-
373
448
1996
75
-
-
373
448
1999
157
6
18
365
546
2000
160
17
36
381
594
2001
161
17
37
380
595
2002
154
21
46
381
601
2003
155
21
47
381
603
2004
156
21
58
367
602
Fuente: Perfil Ambiental 2005, MMA
Especies con medidas legales (CNEA)
Según el Catálogo Nacional del
Especies Amenazadas CNEA, la
mayoría de los taxones corresponden
a aves (47%), seguidos de plantas
(22%). Los peces y anfibios suponen
tan solo el 2% y el 4%
respectivamente.
Especies con medidas legales (Libro Rojo)
21
En los Libros
Rojos para
España, que
recogen los
informes
científicos
sobre
especies
amenazadas,
la mayor
proporción
de especies
corresponde
a plantas
(69%),
seguidas de
aves (15%) y
peces (7%)
Existe por tanto una notable discrepancia entre ambos catálogos, principalmente en lo que se refiere a
plantas y peces, con porcentajes mucho menores en el CNEA con respecto a los Libros Rojos.
Amenazas a la biodiversidad en España
Como sucede en el resto del mundo, también en España hay muchas especies en peligro. El 37% de las
especies de vertebrados está en peligro y el 7% al borde de la desaparición. Entre las plantas el 15% está
en riesgo de desaparición.
Según datos del WCMC en España se contabilizan 2 especies de animales ya extinguidos (EX), 9 en peligro
crítico de extinción (CR) y 16 en peligro (EN). Si a estas cifras añadimos las especies de animales
vulnerables (VU), resultan las siguientes cifras:
Mamíferos
19
Aves
10
Reptiles
6
Anfibios
3
Peces
10
Invertebrados
57
22
En el grupo de árboles hay, en España, 5 especies en situación crítica (CR) y 4 en peligro (EN). Entre las
plantas hay: 6 especies extinguidas (EX), 204 especies en peligro y 283 vulnerables, según el catálogo
europeo.
Las causas principales son:
Desarrollo mal planificado.- La construcción de urbanizaciones, obras públicas, puertos, etc. en
lugares especialmente sensibles como marismas, costas, etc. ha sido muy frecuente en las últimas
décadas y su impacto negativo es muy notable. También empobrece el medio natural la tala de
bosques maduros y su sustitución por especies de rápido crecimiento, la extensión de monocultivos
y el abandono de usos agrarios y ganaderos tradicionales.
El comercio ilegal de especies silvestres, la introducción de especies exóticas, la presión del turismo
poco respetuoso con la naturaleza, el uso de pesticidas y la contaminación también contribuyen a
poner en riesgo de desaparición a bastantes especies.
LA DIVERSIDAD DE LOS ECOSISTEMAS ESPAÑOLES
Características y distribución de los ecosistemas más importantes en Españoles
1
1
Bases ecológicas preliminares para la conservación de los tipos de hábitat de interés comunitario en
España. MMA
23
Fuente: Elaboración OSE a partir del proyecto CLC.
Bosques (bosques de frondosas; bosques de coníferas; bosque mixto)
Matorral boscoso de transición (matorral boscoso de transición)
Brezal, matorral y tundra (landas y matorrales mesófilos; vegetación esclerófila)
Ecosistemas costeros (playas, dunas y arenales; marismas; zonas llanas intermareales; lagunas
costeras)
Ecosistemas marinos (estuarios; océano)
Superficies de agua interiores (cursos de agua; láminas de agua)
Humedales, pantanos y marjales (humedales y zonas pantanosas; turberas y prados turbosos)
Pradera y maleza alta (pastizales y praderas
Ecosistemas agrícolas, hortícolas y domésticos cultivados reciente o regularmente (tierras de labor en
secano; terrenos regados permanentemente; arrozales; viñedos; frutales y plantaciones de bayas;
olivares; cultivos anuales asociados con cultivos permanentes) .Mosaicos agrícolas (mosaico de
cultivos; terrenos principalmente agrícolas, pero con importantes espacios de vegetación natural;
sistemas agroforestales)
Ecosistemas de interior sin vegetación o con vegetación escasa (roquedo; espacios con vegetación
escasa; zonas quemadas)
Glaciares y nieves permanentes (glaciares y nieves permanentes)
Ecosistemas urbanos (construcciones industriales y artificiales)
Cada ecosistema presenta un conjunto particular de especies y de tipos de hábitat. Si un ecosistema
disminuye su extensión, disminuye su capacidad para albergar tales especies y tipos de hábitat. Por ello, es
imprescindible, para asegurar su conservación, el mantenimiento de una superficie mínima para cada
ecosistema.
24
BOSQUES (BOSQUES DE FRONDOSAS; BOSQUES DE CONÍFERAS; BOSQUE MIXTO) i
Ecológicamente, los bosques se caracterizan por la dominancia de un estrato arbóreo que es el principal
constituyente del ecosistema en términos de fijación de energía y acumulación de biomasa y que, con su
presencia, condiciona los recursos lumínicos, hídricos y nutricionales del resto de los estratos vegetales, así
como las condiciones y recursos para el flujo de energía a través de los productores secundarios y
descomponedores.
La situación geográfica de España, a caballo entre regiones climáticas contrastadas, y su compleja
orografía le confieren una gran diversidad de ecosistemas forestales. La mayor parte de la Península está
ocupada por un amplio elenco de bosques mediterráneos, que incluyen formaciones esclerófilas
perennifolias como encinares, alcornocales o acebuchares, bosques de coníferas (pinares de pinos negral,
rodeno, carrasco o piñonero, pinsapares, tejedas, formaciones de araar, sabinares), bosques marcescentes
(quejigares y melojares) y bosques de ribera de diversos tipos. El norte peninsular alberga excelentes
representaciones de formaciones atlánticas y alpinas (hayedos, robledales de carballo y de roble albar,
pinares de pino negro) con un elevado valor biogeográfico por situarse en o cerca de su límite meridional de
distribución. Por su parte, las Islas Canarias son otro mundo en términos forestales con formaciones
inéditas en el continente europeo como la laurisilva, los pinares de pino canario y los palmerales de palmera
canaria.
Los bosques españoles tienen una gran importancia ecológica por la que extensión ocupan, por los
múltiples bienes y servicios ecosistémicos que prestan y por sus elevados niveles de biodiversidad. En las
cuatro grandes regiones biogeográficas presentes en España (Mediterránea, Atlántica, Alpina y
Macaronésica), la Directiva de Hábitats reconoce actualmente 27 tipos de hábitat de interés comunitario.
Cabe señalar que las dehesas, no se tratan aquí sino en el epígrafe especifico siguiente.
Bosque mediterráneo: Ocupa la mayor parte de España. Aunque por la denominación este ecosistema
parece estar restringido al ámbito mediterráneo, nada más lejos de la realidad, ya que también alude a
ciertas zonas de California, Chile, Sudáfrica y Australia, y es que el bosque mediterráneo viene determinado
por un factor fundamental: el clima, todas las áreas mencionadas poseen el mismo clima, denominado
mediterráneo, que se caracteriza por presentar dos épocas muy marcadas en el año: una seca que
comprende el verano, unos cuatros meses y otra húmeda que se concentra en los meses más fríos. La
coincidencia de la época seca con la de temperaturas más altas ha provocado interesantes adaptaciones de
las plantas.
25
La actividad humana
sobre la vegetación
mediterránea
ha
originado
diversos
tipos de formaciones
vegetales.
La vegetación ha seguido una evolución paralela con la vegetación. El progresivo desmantelamiento de la
cubierta vegetal y cada vez más intensa presión humana han propiciado la desaparición de algunas
especies y el retraimiento de otras a zonas más aisladas. Los rasgos más importantes de la fauna
mediterránea son:
Gran variedad y abundancia de insectos, lo que hace que abunden los animales de dieta
insectívora.
Variedad de anfibios y reptiles, primordialmente insectívoros.
El papel desempeñado por las aves y los mamíferos en la dispersión de numerosas semillas y en el
flujo de nutrientes entre el Mediterráneo y Europa central debido a las migraciones.
Entre las especies destacar; lobo, lince, meloncillo, gineta, gato montes, ciervo, aguila imperial, cigüeña
negra, pájaros insectívoros (currucas alcaudones, petirrojo, carbonero….) lagartos, culebras, sapos…….
Encinares: Los encinares más complejos debieron ser los de las zonas litorales cálidas, aunque quedan
pocos bien conservados. Serían bosques densos con arbustos termófilos como Myrtus communis, Olea
europea var. sylvestris, Rhamnus oleoides, etc. y lianas (Smilax, Tamus, Rubia, etc). En el clima más o
menos suave de Extremadura los encinares son aún diversos, con madroños y plantas comunes con los
alcornocales.
26
Los encinares continentales meseteños son los más pobres,
con Juniperus y algunas hierbas forestales. De estos últimos,
los de suelos ácidos llevan una orla de leguminosas (Retama,
Cytisus, etc.) y un matorral de Cistus, Halimium, Lavandula,
Thymus, etc, mientras que los de suelos básicos llevan un
matorral bajo de Genista, Erinacea, Thymus, Lavandula,
Satureja, etc.
Los encinares béticos de media montaña, estructuralmente parecidos a los continentales, se caracterizan
por la abundancia de elementos meridionales como Berberis vulgaris subsp. australis
Los encinares continentales meseteños son los más pobres, con Juniperus y algunas hierbas forestales. De
estos últimos, los de suelos ácidos llevan una orla de leguminosas (Retama, Cytisus, etc.) y un matorral de
Cistus, Halimium, Lavandula, Thymus, etc, mientras que los de suelos básicos llevan un matorral bajo de
Genista, Erinacea, Thymus, Lavandula, Satureja, etc.
Los encinares béticos de media montaña, estructuralmente parecidos a los continentales, se caracterizan
por la abundancia de elementos meridionales como Berberis vulgaris subsp. australis
Los más septentrionales llevan Spiraea hypericifolia, Buxus sempervirens, etc. Los alzinares son bosques
intrincados de aspecto subtropical, con arbustos termófilos y abundantes lianas.
La fauna de los encinares cálidos u oceánicos es rica, pero los continentales son mucho más pobres.
Pinares: Dispersos por casi todo el territorio nacional. Estos pinares suelen actuar como pioneros en la
sucesión hacia bosques de Encinas (Quercus sp).
El pino carrasco (Pinus halepensis) es propio de climas cálidos y secos de la mitad oriental peninsular y de
Baleares, casi siempre en sustratos básicos y por debajo de 800 m. Forma bosques en situaciones de
extrema sequía, ya sea por razones climáticas (sureste ibérico, valle del Ebro, Baleares) o por la naturaleza
del suelo (margas, arcillas, laderas rocosas), con Quercus coccifera, Juniperus oxycedrus, Rosmarinus
officinalis, Phillyrea angustifolia, etc.
El pino resinero o rodeno (Pinus pinaster) prospera en arenales y roquedos más o menos ácidos de casi
toda la Península, siendo más raros en el nordeste y suroeste. En el interior crece de 700 a 1700 m, con
Calluna vulgaris, Cistus ladanifer, C. laurifolius, Halimium viscosum, etc., o, en las áreas más occidentales,
con Cytisus scoparius, C. multiflorus, Erica australis, E. umbellata, Cistus psilosepalus, Halimium alyssoides,
Pteridium aquilinum, etc. En las arenas dolomíticas de las Sierras de Tejeda y Almijara y en las peridotitas
de Sierra Bermeja, crece con Rhamnus myrtifolius, R. velutinus, Ulex parviflorus, etc
27
El pino piñonero (Pinus pinea) forma pinares naturales o
cultivados en muchas zonas de la Península, casi siempre
en cotas bajas, aunque puede llegar a los 1000 m (Meseta
norte, Sistema Central, La Mancha, interior de Cataluña).
El sotobosque lleva arbustos de suelos más o menos
arenosos o algo termófilos (Retama sphaerocarpa, Cistus
ladanifer, C. salviifolius, etc.).
La fauna de estos pinares es muy diversa. Algunos albergan nidos de buitre negro, cigüeña negra o águila
imperial.
Bosque Atlántico. Se extiende en España por la cornisa cantábrica, Galicia, el norte de las provincias de
León, Palencia, Burgos, Navarra y los Pirineos occidentales.
El relieve del área ocupada por el bosque atlántico es agreste, más abrupto en la zona de la Cordillera
Cantábrica y del Pirineo, que en la del Macizo Galaico, pero en cualquier caso de escasa altitud. Salvo en la
zona occidental, en la que las rocas son silíceas, en el resto son de naturaleza calcárea.
La vegetación dominante está formada por árboles y arbustos planocaducifolios, como hayas, robles,
melojos, abedules, serbales, tejo, acebos, aunque también encontramos encinas alcornoques, quejigos y
diversas especies de pinos. Estos árboles, en numerosas ocasiones forman masa en las que domina una
de las especies indicadas, dando lugar a hayedos, abedulares, melojares.
La fauna es muy variada, tanto en invertebrados como en vertebrados; respecto a estos últimos destacan el
oso, el urogallo, el jabalí, el tejón, el gato montes, el musgaño patiblanco, el lirón gris, la marta y numerosas
rapaces como el azor o el gavilan, reptiles y anfibios muy diversos y una gran variedad de pájaros que
aprovechas tanto los insectos como los numerosos frutos del bosque.
Hayedo: Viven en suelos con acidez y pobreza acentuadas por el lavado permanente provocado por las
abundantes precipitaciones.
Altitudinalmente, ocupan una banda entre 500 y 1600 m, contactando hacia los pisos inferiores con
carballedas (Quercus robur) o melojares (Q. pyrenaica), y hacia los superiores con abetales (Abies alba),
pinares negros (Pinus uncinata) o albares (P. sylvestris) en los Pirineos, y con abedulares (Betula alba) y
enebrales subalpinos en la Cordillera Cantábrica.
Los hayedos son formaciones umbrosas con sotobosque reducido. Entre las especies leñosas cabe citar
Ilex aquifolium, Taxus baccata, Daphne laureola o Vaccinium myrtillus, y entre las herbáceas, Blechnum
spicant, Teucrium scorodonia, Deschampsia flexuosa, Pteridium aquilinum, Prenanthes purpurea, Luzula
nivea (estas dos últimas en los sectores nororientales), Luzula sylvatica subsp. henriquesii (en los
noroccidentales), etc. En los claros pueden aparecer Crataegus monogyna, Sorbus aucuparia, Erica
arborea, E. vagans, E. australis, Ulex gallii, Genista pilosa, Cytisus scoparius, Calluna vulgaris, etc.
28
La fauna del hayedo, como la de otros bosques caducifolios, es
rica en aves forestales, entre las que destaca el pico
dorsiblanco (Dendrocopus leucotos) y el pito negro (Dryocopus
martius). Entre los mamíferos figuran la marta (Martes martes) y
el topillo rojo (Clethrionomys glareorus), especie muy vinculada
al hayedo.
DEHESA
Las dehesas son un tipo de hábitat de origen y mantenimiento antrópico. Proceden del aclarado del monte
mediterráneo, eliminando el matorral y parte del arbolado para dar lugar a una distribución sabanoide, más
o menos uniforme, de los árboles retenidos en grandes fincas (normalmente mayores de 100 ha) de
propiedad privada. Aunque las primeras dehesas se formaron en la Edad Media, la mayor parte de las
dehesas arboladas actuales parecen haber sido abiertas entre mediados del siglo XIX y mediados del siglo
XX, bien a partir de manchas de monte poco o nada alteradas, o bien a partir de dehesas previamente
abandonadas.
Las dehesas son un hábitat favorecido o creado por el
hombre para uso múltiple (forestal, ganadero, agrícola y
cinegético).
En terrenos de relieves suaves y donde la agricultura es
poco productiva, sobre sustratos preferentemente ácidos o
neutros y con poca materia orgánica, se ha favorecido
tradicionalmente este modo de uso del territorio.
La dehesa se consigue mediante aclarado del monte mediterráneo respetando algunos pies, productores de
frutos (montanera), que
se podan y mejoran continuamente con este fin. Se desarrollan sobre todo en climas con poca frecuencia de
heladas tempranas o tardías que puedan impedir la fructificación de las especies arbóreas.
La producción ganadera se complementa con productos forestales tales como el corcho, si la dehesa
incluye alcornoques, o con subproductos de las labores de desbroce de matorral o poda, tales como la leña
y el carbón vegetal. La producción de bellotas por el arbolado se mejora mediante podas y aclareos, pues
es una producción intermedia empleada para el mantenimiento y engorde otoñal e invernal del ganado,
particularmente del cerdo ibérico. En las últimas décadas, una parte creciente de las dehesas, han pasado a
dedicarse a usos cinegéticos (caza mayor de ungulados como el ciervo, Cervus elaphus, el corzo,
Capreolus capreolus, el jabalí, Sus scrofa, o el gamo, Dama dama) o, en menor medida, para usos recreativos.
El árbol más extendido en las dehesas es la encina (Quercus rotundifolia, o Q. ilex ssp. ballota), aunque
también existen dehesas dominadas por alcornoques (Q. suber) y, en mucha menor medida, por quejigos
lusitanos, Q. faginea, melojos, Q. pyrenaica, o quejigos morunos, Q. canariensis. Muy localmente pueden
encontrarse manchas adehesadas de pino piñonero, Pinus pinea, haya, Fagus sylvatica, acebuche, Olea
29
europaea, cornicabra ,Pistacia terebinthus, fresno Fraxinus angustifolia, o coscoja, Q. coccifera, (estas
últimas sobre todo en Portugal y Grecia). Las manchas de matorral están compuestas típicamente por
especies de los géneros Cistus, Genista, Cytisus, Retama, Lavandula, Daphne, Erica o Halimium.
El desarrollo de este estrato arbustivo es generalmente escaso y temporal, al estar limitado por la presión
ganadera y las labores de desbroce y laboreo.
La diversidad local de plantas, sobre todo herbáceas anuales, alcanza valores comparables con los de los
tipos de hábitat más diversos del mundo
La diversidad de especies de animales también alcanza valores mayores debido al mismo efecto de mezcla
a escala local de especies propias de medios abiertos y de medios forestales.
MATORRAL
El matorral mediterráneo no es una formación climax sino el resultado de la degradación del bosque por el
ser humano.
Bajo el término matorral se reúnen, por tanto, a todos aquellos tipos de hábitat cuya estructura vegetal
responde al dominio de arbustos o pequeñas matas leñosas, es decir nanofanerófitos o caméfitos
esclerófilos (pero los ligados afloramientos de yesos, a saladares y a suelos subsalinos o con cierta
alteración antrópica en medios áridos y semiáridos), y cuya dinámica, en numerosas ocasiones, les hace
estar ligados sucesionalmente a algún tipo de formación forestal.
En numerosas ocasiones, caracterizan biotopos donde las condiciones son muy estresantes y, en
consecuencia, muy limitantes para el desarrollo de cualquier otro tipo de vegetación. Este es el caso de los
matorrales de yesos, los matorrales halófilos y subhalófilos, los matorrales predesérticos, o las comunidades
de acantilados.
Desde el punto de vista biogeográfico, los tipos de hábitat de matorral incluidos en estos grupos alcanzan su
mayor presencia y abundancia en las regiones Mediterránea y Macaronésica. Presenta tres tipos
característicos:
La maquía o maquis es una formación arbustiva densa, casi impenetrable, con arbustos de más de
2 metros. Está integrada por un matorral esclerófilo como la jara, el brezo, el lentisco y la retama.
La garriga está formada por arbustos y matorrales de poca altura que dejan zonas sin cubrir, donde
aparece la roca al desnudo, sin vegetación. Las especies características son el tomillo, el romero y
el espliego.
Tiene como formación característica el bosque de hoja perenne y el matorral (maquía, garriga y
estepa). Estas formaciones están adaptadas a la sequía estival mediante diversos sistemas:
extendiendo las raíces para captar el agua, con hojas perennes y esclerófilas (duras y coriáceas),
sustituyendo las hojas por espinas, etc.
La estepa se encuentra en la zona semiárida del sureste peninsular dónde la sequía impide el
crecimiento de los árboles y en zonas donde la garriga ha sido degradada por la acción humana.
Está formada por hierbas bajas, entremezcladas con arbustos espinosos, nudosos, bajos y
discontinuos que dejan al descubierto suelos. Las especies más características de la estepa son el
palmito, el tomillo, el esparto, el espárrago
Estas formaciones están adaptadas a la sequía estival mediante diversos sistemas: extendiendo las raíces
para captar el agua, con hojas perennes y esclerófilas (duras y coriáceas), sustituyendo las hojas por
espinas, etc.
30
BREZAL
Dentro de los brezales se incluyen comunidades arbustivas de porte medio en las que dominan
representantes del género Erica (brezos), pero también otras comunidades de estructura semejante en las
que son escasas o incluso ausentes las especies de brezos.
Se conoce como brezales al tipo de vegetación de zonas templadas formado por: brezales húmedos
atlánticos de Erica Cilianis, brezales secos europeos y brezales costeros con Erica Vayans. Se distribuyen a
lo largo de un amplio rango altitudinal (0-2.000 m), se desarrollan generalmente sobre suelos pobres en
nutrientes, y se caracterizan por la ausencia de cobertura arbórea ya que en su composición florística
dominan las especies heliófilas.
Existen otras comunidades arbustivas también del genero Erica que aparecen por encima del límite
altitudinal del bosque, como los brezales macaronésico enclínicos, brezales alpinos y boreales, y los
matorrales pulvinulares orófilos europeos meridionales. Representan la banda arbustiva que reemplaza al
bosque por encima del límite altitudinal del bosque. Se caracterizan además por mostrar una gran
diversidad de especies, lo que fundamentalmente está en relación con el alto grado de endemicidad vegetal
que se da en la alta montaña mediterránea ibérica.
Los brezales (y matorrales en general) han sido tradicionalmente considerados como sistemas poco
valiosos e indicadores, en muchos casos, de degradación ambiental. Su inclusión en la Directiva de hábitats
representa, por tanto, una toma de conciencia del valor de estos sistemas como refugio de elementos
biológicos y como poseedores de valores intrínsecos en términos de funcionamiento ecosistémico, que van
mucho más allá de su valor dinámico. Sin su inclusión explícita, la conservación de este tipo de hábitats a
largo plazo se vería comprometida pues su existencia se ve afectada negativamente por la forestación
natural a consecuencia del abandono del medio rural, el descenso de la actividad ganadera, y las acciones
de repoblación.
ECOSISTEMAS COSTEROS
El litoral español y su plataforma continental presentan unas características privilegiadas, por su situación
geográfica entre el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo, por las diferentes condiciones oceanográficas y
biogeográficas que en él inciden y por la extraordinaria variedad de tipos de costa (rías, marismas, lagunas
litorales, extensas costas acantiladas, playas y diversos conjuntos insulares).
La línea de costa en España alcanza casi los 8.000 km, distribuidos según distintos tramos con
características muy diferentes (Fig. 1). Así, la costa cantábrica desde Guipúzcoa hasta A Coruña presenta
unos 1.200 km, caracterizados por el predominio de acantilados, salpicados por estuarios ligados a ríos de
escaso recorrido que tienen sus fuentes en la Cordillera Cantábrica. Estos estuarios albergan ambientes
sedimentarios muy variados, como playas, dunas, marismas, etc. La costa atlántica, con 1.915 km de
longitud, incluye el litoral de las provincias de A Coruña, Pontevedra, Huelva y Cádiz. En las dos primeras,
la presencia de sierras litorales propicia la existencia de una costa fundamentalmente acantilada en la que
destacan las rías, mientras que las costas del Golfo de Cádiz, alimentadas por los aportes sedimentarios de
grandes ríos (Guadiana, Guadalquivir, Odiel, etc.), muestran amplias playas y grandes complejos dunares
asociados a importantes estuarios.
Todas estas costas están afectadas por rangos de marea importantes, lo que favorece el desarrollo de
extensas marismas, especialmente en el Golfo de Cádiz. Por otro lado, las direcciones de las corrientes
costeras y su procedencia (ver figura 1) influyen en la temperatura de las aguas y, por tanto, en las
comunidades marinas que los pueblan. Así, existen notables diferencias entre las aguas gallegas y las del
Golfo de Vizcaya.
31
Las primeras son frías y las comunidades biológicas se asemejan a las de las costas bretonas y del sur de
las Islas Británicas, mientras que las aguas de los litorales cántabro y vasco presentan un carácter más
cálido. En cuanto al Golfo de Cádiz, por su situación meridional comparte muchas especies con la costa
mediterránea y del norte de África.
La fachada mediterránea, con algo más de 3.200 km, incluye el litoral peninsular (unos 1.900 km) y el del
archipiélago Balear (casi 1.400 km), y está representada tanto por costas sedimentarias (casi un 25%),
asociadas a las desembocaduras de grandes ríos (Ebro, Turia, Júcar, etc.), como por costas rocosas
acantiladas asociadas a diversos relieves montañosos costeros (Cordillera Costera Catalana, Cordillera
Ibérica y Cordilleras Béticas). Una diferencia importante entre las costas atlántica y mediterránea estriba en
la práctica ausencia de mareas en el litoral mediterráneo. Esto se traduce en una inexistencia de marismas
en este último tramo, aunque por otro lado se facilita la formación de lagunas costeras semicerradas de
carácter salobre (albuferas). Por otro lado, las desembocaduras fluviales mediterráneas presentan mayor
variedad, ya que aunque no existen rías, aparecen estuarios abiertos y bajos, calanques, así como diversos
deltas asociados al elevado transporte sedimentario de algunos ríos mediterráneos (Ebro, Llobregat,
Andarax, Adra, etc.).
Desde el punto de vista de la biocenosis, se observa una transición entre el litoral catalán, de afinidades
más frías, y el sector más cálido comprendido entre el cabo de La Nao y el cabo de Gata. Las costas del
mar de Alborán presentan una notable influencia de la capa superficial de agua procedente del Atlántico,
constituyendo una encrucijada donde pueden encontrarse especies atlánticas, tanto de aguas frías (de las
costas europeas) como cálidas (de las costas africanas), junto a especies mediterráneas y diversos
endemismos exclusivos de la zona. El cabo de Gata constituye así una frontera muy marcada entre el
sector más cálido de las costas mediterráneas y el área de influencia atlántica. Por otro lado, en el conjunto
de la cuenca mediterránea existe una marcada gradación decreciente de las cifras de biodiversidad desde
la zona occidental a la oriental, ligado en parte a que la mayoría de la biota mediterránea actual procede de
sucesivas invasiones a partir del Atlántico. Así, se estima que el 87% de la fauna mediterránea actual está
presente en el Mediterráneo occidental y menos del 50% en el Adriático o en la cuenca oriental. Ello sitúa al
litoral mediterráneo español en una situación privilegiada con respecto a otras costas europeas.
El litoral canario, de unos 1.540 km de longitud, está compuesto fundamentalmente por acantilados
asociados a relieves volcánicos recientes (las playas ocupan menos del 8%). El transporte costero
predominante en las islas, en sentido N – S, debido al dominio de los vientos alisios, favorece la formación
de playas y dunas en las zonas meridionales de las islas mayores (Tenerife y Gran Canaria). También
existe en el archipiélago un importante gradiente O-E, desde medios oceánicos húmedos en El Hierro y La
Gomera, hasta condiciones subdesérticas en las islas orientales. En ese sentido, dentro de la biota que
habita las aguas canarias, de tipo subtropical, pueden apreciarse diferencias entre las islas orientales, bajo
la influencia del afloramiento de agua fría sahariano y con gran abundancia de especies de interés
pesquero, y las occidentales, con afinidades más tropicales.
2
En lo que se refiere a la plataforma continental española, hasta el veril de 200 m abarca unos 80.000 km ,
2
extensión sensiblemente menor que la del mar territorial, estimable en unos 116.000 km . La plataforma
continental está constituida por fondos de naturaleza muy variada, desde substratos rocosos hasta
acumulaciones arenosas, afectados por diferentes procesos hidrodinámicos submarinos y dando lugar a
muy diversos tipos de hábitat, como arrecifes y estructuras de escape de gases, estas últimas presentes
también en el talud continental.
De todo ello puede deducirse que nuestro medio marino atesora, con mucha diferencia, la mayor diversidad
biológica en el ámbito europeo y que nuestro país constituye el marco idóneo para el desarrollo de la
investigación en el campo de las ciencias marinas. Ello implica también la enorme responsabilidad de
conservar esta enorme geo– y biodiversidad marina. Por último, dentro de este capítulo se incluyen también
los tipos de hábitat halofíticos, formados por suelos salinos y por espacios vegetados sobre substrato salino
o yesífero, tanto costero como continental, de muy diverso origen. La variedad de ambientes resulta muy
32
amplia dada la alta proliferación de afloramientos salinos y yesíferos en España, que originan diferentes
tipos de pastizales, matorrales y estepas salinas, algunos de ellos exclusivos de la Península Ibérica.
Figura 1: Distribución de las costas
sedimentarias (tramos blancos) y
costas rocosas (tramos negros) en
el litoral peninsular español.
Los números y letras señalan los
principales sistemas de playa-duna,
mientras que las flechas indican la
dirección predominante de las
corrientes costeras (Flor, 1998).
ECOSISTEMAS MARINOS
Los ecosistemas marinos ocupan la mayor superficie del planeta; más del 70%. Aunque la profundidad
media de los océanos es de 5000 m, hay zonas mucho más profundas (más de 11000 mtrs) y otras, cerca
de los continentes, con una profundidad media de 200 m. Los factores abióticos y los recursos no son
uniformes en toda la masa de agua y se establecen una serie de gradientes (salinidad, temperatura, luz
gases disueltos...) que condicionan las adaptaciones y distribución de los organismos. Así, la existencia
de una zona fótica y otra afótica, determina la distribución de los organismos fotosintetizadores que
constituyen el fitoplancton y por añadidura, la de los que lo consumen.
Litoral se considera a la zona de transición entre la tierra firme y el mar u océano. Esta zona de transición
está comprendida entre el nivel de la bajamar y el de la pleamar; puesto que dichos niveles presentan
oscilaciones anuales, se ha subdividido la zona litoral en tres zonas:
33
Zona
supralitoral:
Entre el nivel de
pleamar y limite de las
olas en temporales
Zona mesolitoral; entre
pleamar y bajamar
Zona infra litoral: Entre
el nivel de la bajamar y
el de acción de las
olas en calma
Al ser zonas de transición, en los ecosistemas litorales la comunidad presenta una gran diversidad. Las
corrientes, las mareas, los vientos, los gradientes de temperatura, la salinidad, la luminosidad y la presión,
crean unas condiciones que obligan a las especies a ser más tolerantes con las condiciones extremas
existentes de los suelen serlo en otras circunstancias y a distribuirse según determinados patrones que
provoca la existencia de zonación. Hay una productividad muy alta, debido a la riqueza en nutrientes, buena
iluminación y agitación de sus aguas.
Los ecosistemas más importantes son:
Estuarios y deltas. La mezcla de mareas y corrientes y los aportes continentales
34
hacen que los estuarios y deltas sean ricos en nutrientes, por lo que constituyen uno de los hábitats
más productivos de la Tierra. En los estuarios se juntan las aguas dulces y las saladas, por lo que
coexisten biocenosis correspondientes a sistemas terrestres, de aguas continentales y marinos.
Aunque debido a las duras condiciones ambientales no hay una gran diversidad, si hay una gran
abundancia. Destacan los moluscos cangrejos y una importante avifauna que se alimentan de ellos.
Las marismas, junto con las albuferas son zonas húmedas costeras muy importantes para la vida de
numerosos organismos. Las marismas tienen aguas poco profundas que, al menos al principio de
su evolución, siguen un ciclo de inundación acorde con las mareas. El agua de las marismas puede
tener varios orígenes; exclusivamente marina, con aportes de ríos y arroyos y con aportes
subterráneos. Esta mezcla de aguas marinas y dulces da lugar a gradientes de salinidad, que
condicionan la distribución de los organismos.
Normalmente las marismas se forman cuando un estuario sufre la colmatación por sedimentos. Las
albuferas suelen tener su origen en hundimientos de la costa que dieron lugar a ensenadas, que
fueron colmatándose, cuando las corrientes marinas paralelas a la costa iban formando una barrera
natural, que termina por separar la ensenada del mar.
En la época de sequia el agua no llega a desaparecer completamente quedando pequeñas lagunas
en las zonas más profundas: estas lagunas es Doñana se denominas “lucios”
Manglares (Completan los ecosistemas marinos los manglares, aunque no están presentes en
España), son selvas tropicales que crecen en las desembocaduras de los ríos sobre fondo de limo o
arenas.
ECOSISTEMAS DE AGUA DULCE
En este grupo se incluyen los dos tipos fundamentales de ecosistemas acuáticos continentales,
dividiéndose en:
a) correspondiente a los tipos de hábitat de aguas retenidas, y
b) que pertenecen los tipos de hábitat de aguas corrientes.
En ambos casos, por tanto, se refiere a tipos de hábitat asociados a ecosistemas acuáticos continentales, y
éstos en su conjunto, desde el año 2000, están también contemplados adicionalmente por otra directiva
europea, la directiva por la que se establece un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política
de aguas (2000/60/CE) (DOCE, 2000), generalmente conocida como “Directiva Marco del Agua” (en lo
sucesivo DMA).
Las directrices que marca la Directiva de Hábitats (DH) tienen como objetivo preservar la biodiversidad
mediante la conservación de los hábitat naturales y de la fauna y flora silvestres en el territorio de los
estados miembros, manteniendo o restableciendo un estado de conservación favorable de los hábitat
naturales y de las poblaciones de especies de fauna y flora que los habitan.
En este sentido, ambas directivas, la Directiva de Hábitats y la DMA, comparten una filosofía común de
preservar o restaurar el “buen estado ecológico” o el “estado de conservación favorable” de los ecosistemas
acuáticos (denominados hábitat en la Directiva de Hábitats, clasificados en masas de agua en la Directiva
Marco del Agua), asegurando la integridad estructural y funcional de los mismos.
35
El “estado ecológico” (DMA) es una expresión de la calidad de la estructura y funcionamiento de los
ecosistemas acuáticos asociados a las aguas superficiales; el “estado de conservación” (DH) es el conjunto
de influencias que actúan sobre el tipo de hábitat natural de que se trate y sobre las especies típicas
asentadas en el mismo que pueden afectar a largo plazo a su distribución natural, su estructura y funciones,
así como a la supervivencia de sus especies típicas.
Aguas continentales retenidas - Ecosistemas leníticos se corresponden a ecosistemas leníticos (lagos,
lagunas, humedales, charcas, etc.).
En ellos hay numerosos factores abióticos que varian con la profundidad y que sirven para explicar la
variación de la diversidad y abundancia de los organismos en relación con ella; temperatura, luminosidad,
concentración de gases. pH, cantidad de materia orgánica. pero además en ellos se puede observar una
zonación de la comunidad en función de la profundidad, fluctuaciones estacionales, tipo de sustrato etc.
Desde el punto de vista biológico la dinámica en la circulación vertical de los lagos (persistencia o
desaparición de la termoclina) de acuerdo con la variación anual es muy importante; de hecho se puede
establecer una clasificación de los lagos en función de la persistencia o no de la estratificación.
El funcionamiento de los lagos, en cuanto a los procesos de biosíntesis y biodegradación se refiere es igual
que en los ecosistemas marinos.
Los tipos de hábitat en estos ecosistemas se caracterizan por una amplia serie de propiedades que, en su
conjunto, determinan la estructura y funciones ecológicas en los mismos, aspectos fundamentales para la
evaluación del estado de conservación del tipo de hábitat.
La vegetación de los lagos y lagunas es muy variada; hay especies que tiene una gran dependencia del
agua y viven exclusivamente en las orillas como los tajares, fresnos, alisos sauces, que forman un cinturón
perilagunar, o incluso dentro del agua como los ranúnculos, nenúfares, naja, chara…. La fauna es muy
diversa; el zooplancton está compuesto rotíferos, copépodos, cladóceros, protozoos… los invertebrados
incluyen moluscos, insectos, crustáceos, cnidarios… en cuanto a vertebrados la avifauna es especialmente
diversa.
Aguas continentales corrientes. Ecosistemas lóticos. Los procesos que se llevan a cabo en la cuenca, la
vegetación y el tipo de sustrato de la misma, el régimen de caudal, que depende de la climatología y de los
factores antes mencionados, la velocidad de la corriente, la oxigenación composición química, determinan
las características ecológicas de los ríos.
El funcionamiento de los ríos se desarrolla según un gradiente horizontal (vertical en ecosistemas terrestres,
marinos y lacustres) del flujo de energía y materia.
Los organismos bentónicos utilizan dicho flujo a su paso; los planctónicos derivan con él y lo utilizan según
la duración de su vida. Los ecosistemas loticos están basados en la utilización de la materia orgánica por
los detritívoros que se alimentan de ella, y por los descomponedores que la oxidan: los materiales oxidados
permitirán la fotosíntesis por parte de algas. Las redes tróficas animales están basadas en el
aprovechamiento de la necromasa, sólo cuando el agua se estanca algo, aparecen redes basadas en
herbívoros.
ECOSISTEMAS (HUMEDALES, PANTANOS Y MARJALES (HUMEDALES Y ZONAS PANTANOSAS;
TURBERAS Y PRADOS TURBOSOS)
En este grupo se incluyen una amplia diversidad de humedales entre los que se encuentran turberas, áreas
pantanosas e incluso superficies cubiertas de aguas someras. Se desarrollan bajo condiciones ambientales
36
muy variadas, desde zonas litorales a la alta montaña, en muy diferentes ámbitos geomorfológicos y sobre
una amplia diversidad de sustratos litológicos y edáficos.
En general son medios favorables a la formación de turba, pero no siempre se trata de turberas, como
ocurre con frecuencia en los tipos de hábitat de las áreas pantanosas alcalinas.
Tienen en común su fuerte dependencia de las condiciones hidrológicas y de la naturaleza y calidad de las
aguas de alimentación, y su formación y persistencia exigen la existencia de niveles freáticos próximos a la
superficie, aflorantes o subaflorantes.
Todos ellos albergan una importante biodiversidad, no tanto por su riqueza en especies, mayor en las áreas
pantanosas calcáreas que en las turberas ácidas, como por el hecho de albergar una flora y fauna
altamente especializada, adaptada a sus particulares condiciones, en muchas ocasiones de carácter
pionero.
En España son hábitats que ocupan extensiones generalmente reducidas, a veces puntuales que, como en
el resto de Europa, a lo largo de los últimos siglos han sufrido una importante regresión por razones muy
diversas, en especial por labores de drenaje para su uso agrícola y ganadero o por motivos de
saneamiento, por la extracción de turba o, en algunos casos, por la presión urbanística y turística a que se
han visto sometidos en las últimas décadas.
Como otros humedales, tienen un importante papel en el control del circuito hidrológico y en la calidad de
las aguas, constituyen verdaderos archivos de la evolución ambiental, guardan importantes vestigios
arqueológicos y son sistemas implicados en el cambio climático global. Además de constituir elementos
característicos del paisaje, han sido fuente de recursos: alimento para el hombre y el ganado, suministrando
materiales para la construcción y la elaboración de diferentes útiles, y representan lugares importantes en el
ciclo vital de muchas especies, especialmente de peces y aves, en muchos casos de interés económico.
Son lugares de hábitat frágiles, de extensión limitada y muy fragmentada, con alta dependencia de la
cantidad y calidad de las aguas de la cuenca de alimentación su protección y preservación debe abordarse
abarcando todo el sistema hidrológico en que se ubican, hecho que dificulta enormemente su gestión.
ECOSISTEMA DE PRADERA-PASTIZAL
Las plantas herbáceas suelen ser menos conocidas que las leñosas; atraen menos la atención del
ciudadano de a pie, y por eso en muchos casos ni siquiera poseen nombres vulgares. Representan, dentro
de la flora, algo parecido a lo que los invertebrados en la fauna. Sin embargo, precisamente por esa
humildad y frugalidad, por su asombrosa capacidad de reproducción y diferenciación genética y por su
altísima tasa de renovación, poseen unas cualidades de valor trascendental tanto para la persistencia de los
ecosistemas terrestres como para la de la propia humanidad. De hecho, la domesticación de las plantas
herbáceas, el inicio de la agricultura, fue el detonante que permitió incrementar de forma exponencial el
crecimiento de las sociedades humanas hace ya varios milenios, y es hoy la actividad que sigue
sustentando su inmensa población, y también, la que permite alimentar a su ganado, restaurar los terrenos
degradados y cubrir los de carácter ornamental y deportivo.
En los ecosistemas terrestres, las formaciones herbáceas desempeñan la función genérica de colonizar
terrenos desnudos y restañar las heridas que las perturbaciones intensas provocan en otras más
evolucionadas, pero menos dinámicas, como bosques y arbustedos; son, en definitiva, su tejido de
cicatrización.
Sólo llegan a constituir comunidades permanentes allí donde condiciones ecológicas extremas impiden la
existencia de vegetación leñosa y, salvo casos excepcionales, eso sólo sucede en España en zonas de muy
alta montaña (pisos criorotemplado y crioromediterráneo) y en dunas y tipos de hábitat costeros o de
37
carácter halófilo. En el resto de los casos, las formaciones herbáceas espontáneas constituyen
comunidades de sustitución de bosques, arbustedos y matorrales. Por ello, son naturales porque no han
sido sembradas, aunque no lo son completamente, porque su existencia responde a perturbaciones de
carácter casi siempre antrópico, de ahí el calificativo de seminaturales que con frecuencia se les aplica. En
la mayoría de los casos, su persistencia es deseada porque, como pastos que son, constituyen la base de
la alimentación de la ganadería y los herbívoros silvestres. De hecho, su aprovechamiento (diente o siega)
es precisamente su herramienta de perpetuación y a menudo de evolución dirigida: selección de ecotipos
mejor adaptados a la defoliación y más valiosos para los herbívoros y el hombre.
En un país dominado por el clima Mediterráneo y de tan larga e intensa historia de influencia antrópica
como España, tan profundamente modificado por las perturbaciones ligadas al hombre (fuego, agricultura,
ganadería, selvicultura), las comunidades herbáceas naturales y seminaturales cubren un porcentaje muy
sustancial del territorio. Según las estadísticas agrarias, los prados y pastizales ocupan alrededor de 7 Mha,
cifra a la que hay que sumar al menos la de los eriales a pastos (4 Mha), espartizales (0,4 Mha) y, sobre
todo, la ocupada por pastizales con una cubierta de arbolado ralo, que también son muy abundantes (4,2
Mha). De ese modo, sin contabilizar los barbechos, que también ocupan una extensión considerable, las
comunidades vegetales herbáceas naturales y seminaturales cubren más de 15 Mha o un tercio del territorio
nacional.
ECOSISTEMA AGRICOLA – MOSAICO AGRICOLA
Ecosistema agrícola o agroecosistema es un ecosistema basado en su agricultura, sujeto a las
modificaciones de la intervención de factores antrópicos, y la modificación de su sistema original está sujeto
a beneficios agrícolas. Las relaciones que pueden generarse en un ecosistema agrícolas se basan en
equilibrio de cada uno de sus elementos para la satisfacción de una excelente productividad, es por ellos
que es importante el estudio de cada uno de las factores que interviene en un sistema como este, vida
humana, vida vegetal, vida animal, etc, las relaciones entre los factores abióticos y bióticos...
Las tierras agrícolas se han expandido en gran medida a costa de los bosques naturales con la
consecuente pérdida de biodiversidad. La intensificación de los cultivos también disminuye la biodiversidad
en las áreas agrícolas porque reduce el espacio asignado a setos vivos, bosquecillos y corredores de vida
silvestre como consecuencia del desplazamiento de las variedades tradicionales de semillas para dar paso
a cultivos de alto rendimiento pero uniformes.
Características ecológicas de los agrosistemas: Los agrosistemas son sistemas cuya estructura está
simplificada debido a la acción humana que ha favorecido los elementos de más alta tasa de renovación.
Centrándonos en la tasa de renovación, se pueden distinguir tres sistemas agrarios:
forestales explotados: ecosistemas complejos en la organización vertical y horizontal de la biomasa
y de los factores abióticos. La biomasa es muy abundante así como la necromasa. Baja tasa de
renovación
sistemas pastorales: ecosistemas de apariencia sencilla pero con una compleja organización
horizontal y vertical de su escasa biomasa y los factores ambientales. Los herbívoros mantiene una
alta tasa de renovación de la vegetación.
cultivos: son conjuntos sencillos, de organización uniforme de la biomasa y los factores físicos.
Biomasa abundante sólo en épocas próximas a la recolección. Muy intervenidos desde el exterior.
La tasa de renovación es altísima en los cultivos herbáceos y relativamente baja en los cultivos
madereros.
ECOSISTEMA ROQUEDO - CUEVAS
38
Se trata un ecosistema muy condicionados por tres factores: el estructural, el morfogenético y el climático.
En el primer caso, las características mineralógicas del substrato y su configuración tectónica, caso del
grado de fracturación, son determinantes a la hora de su desarrollo. En el segundo, es la dinámica de la
ladera, pasada o presente, especialmente en medios fríos, la que ha propiciado la existencia de diferencias
y, en el tercero, son las variables climáticas, unidas a la altitud, las que explican la pervivencia o no de los
glaciares. A ello hay que unir la acción marina en el caso de las cuevas situadas en el litoral o la abundancia
de humedad en el sistema junto con la cubierta edáfica para poder explicar la variedad de fauna y flora
existente en los diferentes hábitats.
ECOSISTEMA GLACIARES- NIEVES PERPETUAS
Glaciares: Su escasa superficie, el hecho de estar separados entre sí y de ser ecosistemas apenas
degradados por el hombre, los convierten en paisajes muy valiosos, pero también extremadamente frágiles,
a la vez que excepcionales. Por eso se hace necesario protegerlos contra la degradación, tanto su geología
como su fauna y su vegetación. Hay que tener en cuenta que, en medio de estas condiciones heladas,
habita una gran variedad de especies endémicas cuya supervivencia está directamente ligada a los
glaciares de estos entornos. El cambio climático supone una amenaza real para su futuro. También la
acción del hombre. Así que en los últimos años se están reforzando las medidas de protección de estos
enclaves.
En España es raro que las montañas alcancen la altitud suficiente para mantener nieves perpetuas, si bien
a ese nivel fundamentalmente viven líquenes y algas.
ECOSISTEMA URBANO
Es un concepto nuevo y también algo controvertido para algunos. Pero lo cierto es que la Organización de
las Naciones Unidas (ONU) tiene una definición para estos Ecosistemas: Una Comunidad Biológica donde
los humanos representan la especia dominante o clave y donde el medioambiente edificado constituye el
elemento que controla la estructura física del ecosistema.
En la mayor parte de los ecosistemas el balance entre lo que se produce y lo que se consume está más o
menos equilibrado. Por el contrario, en el medio urbano se consume mucho más de lo que se produce:
Combustible, energía, alimentos y, en general, todo tipo de recursos.
Aunque la ciudad ha sido creada por el hombre, aun en la más desarrollada encontramos, además del
hombre, numerosas especies pertenecientes a todos los grupos de seres vivos, incluso algunas son
prácticamente exclusiva de ellas y en otros, casos se han adaptado perfectamente a este nuevo
ecosistema; aves exóticas, escapadas de sus jaulas, cigüeñas, vencejos, golondrinas, ratas, estorninos,
gorriones, hasta halcones peregrinos Los edificios, los parques y jardines, la red de alcantarillado, las
fábricas son el hábitat de una numerosa y a veces invisible comunidad de seres vivos.
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NORMATIVA NACIONAL
En España, la responsabilidad en materia de protección, conservación y sanidad de los animales está
compartida entre las distintas Administraciones Públicas, interviniendo en la misma, además, distintos
órganos dentro una misma Administración, como es el caso de la Administración General del Estado.
Las competencias del Ministerio de Medio Ambiente, ejercidas por la Dirección General para la
Biodiversidad, se centran en la preparación de la legislación básica, de acuerdo con la normativa
europea, y en la coordinación de actuaciones entre las distintas Comunidades Autónomas, en lo que
exclusivamente se refiere a la conservación de especies animales y ejemplares silvestres,
especialmente en su medio natural. La gestión relativa a la conservación de dichas especies corresponde a
las Administraciones autonómicas.
COMO LEGISLACIÓN BÁSICA PRINCIPAL A NIVE L DE TODO EL ESTADO ESPAÑOL, RIGE EN LA
ACTUALIDAD EN ESTA MATERIA LA LEY 42/2007, DE 13 DE DICIEMBRE, DEL PATRIMONIO
NATURAL Y DE LA BIODIVERSIDAD.
Norma que ha derogado la anterior Ley 4/1989, de 27 de marzo, de Conservación de los Espacios
2
Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres (BOE núm. 74, de 28 de marzo de 1989) , y cuyo Título III está
dedicado a la conservación de la biodiversidad.
La ley se propone garantizar la conservación de la importante diversidad biológica presente en el territorio
nacional (España acoge más del 50% de las especies de fauna existentes en Europa y el 59% de las
especies de plantas vasculares). Entre sus principios inspiradores figuran: la prevalencia de la protección
ambiental sobre la ordenación territorial y urbanística, la integración de los requerimientos de la
conservación, uso sostenible, mejora y restauración del patrimonio natural y la biodiversidad en las políticas
sectoriales, y la garantía de la información y participación de los ciudadanos en el diseño y ejecución de las
políticas públicas.
EL Título III DE LEY 42/2007, DE 13 DE DICIEMBRE, DEL PATRIMONIO NATURAL Y DE LA
BIODIVERSIDAD. (BOE Nº 299, 14-DIC-2007), SE CENTRA EN LA CONSERVACIÓN DE LA
2
En materia de conservación de la naturaleza, la Ley 4/1989, de 27 de marzo, de Conservación de los
2
Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres (BOE núm. 74, de 28 de marzo de 1989), transpuso
en su momento al ordenamiento jurídico español las Directivas de la Comunidad Económica Europea sobre
Protección de la Fauna y la Flora, entre ellas la número 79/409/CEE-ZEPAs, relativa a la Conservación de
las Aves Silvestres. La Ley aportaba por primera vez la idea de conservación activa, para lo que se requiere
una gran variedad de acciones complementarias. Esta Ley daba, por primera vez, un tratamiento específico
a las especies amenazada, además, suponia un cambio de concepto ("todas las especies están protegidas
aunque algunas se pueden explotar") en lo que hasta en ese momento se consideraba la protección de las
especies ("todo se puede explotar salvo lo que está protegido"). La Ley regulaba aspectos como el
Inventario Español del Patrimonio Natural y la Biodiversidad, los Planes de Ordenación de los Recursos
Naturales, la prevención y control de las especies exóticas invasoras, la protección de las especies en
relación con la caza y la pesca continental, así como el régimen de infracciones y sanciones por
incumplimiento de la Ley.
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BIODIVERSIDAD SILVESTRE, ESTABLECIENDO LA OBLIGACIÓN DE QUE LAS COMUNIDADES
AUTÓNOMAS ADOPTEN LAS MEDIDAS NECESARIAS PARA GARANTIZAR LA CONSERVACIÓN DE
LA BIODIVERSIDAD QUE VIVE EN ESTADO SILVE STRE, ATENDIENDO PREFERENTEMENTE A LA
PRESERVACIÓN DE SUS HÁBITATS Y ESTABLECIENDO REGÍMENES ESPECÍFICOS DE
PROTECCIÓN PARA AQUELLAS ESPECIES SILVESTRES CUYA SITUACIÓN ASÍ LO REQUIERA. SE
PROHÍBE LA INTRODUCCIÓN DE ESPECIES ALÓCTONAS CUANDO ÉSTAS SEAN SUSCEPTIBLES DE
COMPETIR CON LAS ESP ECIES AUTÓCTONAS, ALTERAR SU PUREZA GENÉTICA O LOS
EQUILIBRIOS ECOLÓGICOS, ASÍ COMO DAR MUERTE, DAÑAR, MOLESTAR O INQUIETAR
INTENCIONADAMENTE A LOS ANIMALES SILVESTRES; IGUALMENTE SE PROHÍBE LA POSESIÓN,
TRANSPORTE, TRÁFICO Y COMERCIO DE EJEMPLARES VIVOS O MUERTOS.
Estrategias Nacionales de Conservación
Según el Art 57. (Ley 42/2007) Estrategias de Conservación de Especies Amenazadas.
La Conferencia Sectorial de Medio Ambiente, a propuesta de la Comisión Estatal para el Patrimonio
Natural y la Biodiversidad y previo informe del Consejo Estatal para el Patrimonio Natural y la
Biodiversidad, aprobará las estrategias de conservación de especies amenazadas presentes en más de
una Comunidad autónoma, dando prioridad a los taxones con mayor grado de amenaza y las estrategias
de lucha contra las principales amenazas para la biodiversidad, dando prioridad a las que afecten a
mayor número de especies incluidas en el Catálogo Español de Especies Amenazadas, como el uso
ilegal de sustancias tóxicas, la electrocución y la colisión con tendidos eléctricos o el plumbismo.
Estas Estrategias, que constituirán el marco orientativo de los Planes de Recuperación y Conservación,
incluirán al menos un diagnóstico de la situación y de las principales amenazas para las especies, y las
acciones a emprender para su recuperación.
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Se comentan a continuación las Estrategias Nacionales de Conservación aprobadas en la actualidad.
Estrategia Nacional para la Conservación del Lince Ibérico (“Lynx Pardinus”).
Mediante esta Estrategia, que tiene vigencia indefinida (aunque ha sido renovada posteriormente, como se
recoge en Nota de Prensa del MARM de 30.05.2008), se pretende superar la anterior situación de toma de
medidas parciales de protección en cada Comunidad Autónoma. Ello puede suponer un experimento
fundamental a la hora de conservar la fauna que figura en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
Estrategia para la Conservación del Oso Pardo Cantábrico
Fue aprobada por la Comisión Nacional para la Protección de la Naturaleza el 19 de octubre de 1999,
como base para la actualización de los Planes de Recuperación existentes en las cuatro Comunidades
Autónomas afectadas (Asturias, Cantabria, Castilla-León y Galicia), que contribuyen a evitar impactos en el
hábitat osero, y como marco para la coordinación de actuaciones.
Estrategia Española de Conservación del Oso Pardo en los Pirineos
También fue elaborada por el MMA, en este caso en coordinación con las Comunidades Autónomas de
Navarra, Aragón y Cataluña y las Administraciones de Francia y Andorra. Esta Estrategia fue aprobada por
la Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza el 22 de abril de 2006.
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Estrategia para la Recuperación del Quebrantahuesos en España,
Fue aprobada por el Comité de Flora y Fauna el 16 de diciembre de 1999, y definitivamente, el 4 de julio de
2000, por la Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza. Dicho documento tiene también carácter
vinculante para las Comunidades Autónomas que inicien trabajos de recuperación de poblaciones de
quebrantahuesos, única ave osteófaga del planeta y una de las rapaces de mayor tamaño del continente
europeo. El “Programa de Cría en Cautividad del Quebrantahuesos” está incluido dentro de la Estrategia
de Conservación de esta especie.
Estrategia para la Conservación del Aguila Imperial Ibérica,
Fue aprobada por la Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza, en su reunión de 9 de julio de
2001. El documento, elaborado por la entonces Dirección General de Conservación de la Naturaleza en
colaboración con expertos de las Comunidades Autónomas y científicos de diversos organismos públicos y
privados, contiene los criterios orientadores para la armonización de los contenidos de los respectivos
planes de recuperación que apruebe cada Comunidad Autónoma, coordinando todas las actuaciones
necesarias para la recuperación de esta especie y la conservación de su hábitat.
Estrategia Nacional para la Conservación del Lobo Ibérico (“canis lupus”)
Esta estrategia ha sido aprobada por la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente, celebrada en Santander,
en enero de 2005.
Las poblaciones de lobos catalogadas En Peligro de Extinción deben ser objeto de Planes de
Recuperación. En la actualidad, la única población amenazada es la de Sierra Morena, que se extiende
entre Andalucía y el sur de Castilla-La Mancha, ya que desde hace varios años no se conocen manadas
reproductoras en Extremadura ni en la sierra de Gata.
Estrategia Nacional
cantabricus”),
de
Conservación
del
Urogallo
Cantábrico
(“Tetrao
urogallus
Esta Estrategia fue aprobada por la Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza el 17 de marzo de
2004.
Estrategia Nacional para la Conservación del Urogallo pirenaico (“Tetrao urogallus
acquitanicus”)
También fue aprobada por la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente, en enero de 2005.
Estrategia Nacional de Conservación de la malvasía cabeciblanca (“Oxyrura leucocephala”),
Aprobada por la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente en enero de 2005.
Estrategia Nacional para la Conservación del Visón Europeo
(“Mustela lutreola”), fue aprobada por la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente reunida durante los días
15 y 16 de julio de 2005.
Estrategia Nacional de conservación de la pardela balear.
La publicación de esta Estrategia por el MARM se divulga en Nota de Prensa del MARM de 4 de febrero de
2010
la Estrategia Nacional de Conservación de la focha moruna, la Estrategia Nacional para el
control del mejillón cebra y la Estrategia Nacional de la Margaritifera auricularia o almeja de
río
Son instrumentos que se aprobaron en la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente celebrada en Madrid el
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día 6 de septiembre de 2007
La Estrategia para la conservación del lince ibérico y el Plan de Acción para la cría en
cautividad del lince ibérico, la Estrategia de conservación de la lapa ferrugínea, y el
Programa de conservación “ex situ” del visón europeo en España
Son instrumentos que se presentaron en la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente presidida por la
ministra de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, el 30 de mayo de 2008.
Además de las anteriores Estrategias, se trabaja en la elaboración de otras estrategias para la
conservación de distintas especies. Entre las nuevas estrategias figuran las siguientes: águila
perdicera, gaviota de Audouin, cerceta pardilla, así como una estrategia contra el impacto
ambiental de los pesticidas en la fauna silvestre.
Y ENLACES DE INTERES
http://europa.eu/legislation_summaries/environment/water_protection_management/index_es.htm
http://www.biotech.bioetica.org Curso dictado por la Dra. Teodora Zamudio
http://www.mma.es/secciones/el_ministerio/actuaciones_publicas/pdf/5_conservacion.pdf
VV.AA., 2009. Bases ecológicas preliminares para la conservación de los tipos de hábitat de interés
comunitario en España. Madrid: Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino.
i
Rodà, F., Olano, J.M., Cabello, J., Fernández-Palacios, J.M., Gallardo, A., Escudero, A., & Valladares, F.,
2009. Grupo 9. Bosques. En: VV.AA., Bases ecológicas preliminares para la conservación de los tipos de
hábitat de interés comunitario en España. Madrid: Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino. 8 p.
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