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ABSORCIÓN Y EFICIENCIA DE USO DE P EN DIFERENTES GENOTIPOS DE TRIGO VILMA T. MANFREDA ABSORCIÓN Y EFICIENCIA DE USO DE P EN DIFERENTES GENOTIPOS DE TRIGO Tesis presentada para optar al título de Doctor en Ciencias Biológicas Autor: Vilma T. Manfreda Director: Daniel H. Cogliatti. Consejero de estudios: Daniel Cabral FACULTAD DE CIENCIAS EXACTAS Y NATURALES UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES 2004 Tesis realizada en la Facultad de Agronomía de Azul, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, y en el Centro de Ecofisiología Vegetal (CONICET). Agradecimientos En primer lugar quiero dejar mi reconocimiento a mis compañeros de trabajo por la ayuda y asistencia que recibí día a día durante estos años de trabajo. A Jorge Cardozo, Irene Kleiman, Daniel Cogliatti y Laura Lázaro, quiero agradecerles en especial. No puedo dejar de agradecer a mis padres y familia por el apoyo, su preocupación y por las molestias que ellos bien supieron afrontar o disimular con cariño. Pero es particularmente con Marcelo Gandini con quien tengo una deuda especial (de variada naturaleza afectiva, académica y logística) que espero poder retribuir cotidianamente con la misma calidad. Vilma INDICE ABREVIATURAS I RESUMEN II ABSTRACT V INTRODUCCION 1 Eficiencia Nutricional Absorción de P Mecanismos de la absorción a nivel membrana y factores que la afectan Extensión del sistema radical y factores que lo afectan OBJETIVOS DE LA TESIS 2 6 8 16 19 CAPÍTULO I: Diferencias genotípicas en la absorción y utilización de P 21 en plántulas de trigo. Introducción Materiales y Métodos Resultados y Discusión Conclusiones Gráficos y Tablas 21 22 25 32 34 CAPÍTULO II: Diferencias genotípicas de la eficiencia nutricional de P en 43 suelo. Introducción Materiales y Métodos Resultados y Discusión Gráficos y Tablas 43 43 45 49 CAPÍTULO III: Respuesta de dos genotipos de trigo a la privación de 55 fosfato. Relaciones entre la concentración interna y los flujos de P. Introducción Materiales y Métodos Resultados Discusión Conclusiones Gráficos y Tablas CAPÍTULO IV: Cambios diurnos en la absorción de P en plantas de trigo. Introducción Materiales y Métodos 55 61 64 69 82 85 98 98 100 Resultados Discusión Conclusiones Gráficos y Tablas 103 105 113 115 CAPÍTULO V: Efectos del suministro de P y de la transferencia de 121 plantas a distintas concentraciones de P sobre el crecimiento y absorción de P en dos genotipos de trigo. Introducción Materiales y Métodos Resultados Discusión Conclusiones Gráficos y Tablas 121 122 125 131 141 142 CAPÍTULO VI: Relaciones entre parámetros que determinan la economía 159 de P en las plantas y la tasa específica de absorción de P. Introducción Materiales y Métodos Resultados y Discusión Gráficos y Tablas. 159 163 164 178 CONCLUSIONES GENERALES 201 APARTADO METODOLÓGICO 216 Apéndice I Apéndice II BIBLIOGRAFIA CITADA 216 221 225 PALABRAS CLAVES Fósforo, genotipos, trigo, eficiencia de uso, absorción, influjo, eflujo. ABREVIATURAS Act. Sp. Cmin Cpm CUP EUP Km máxima. PS Q RAR RGR SAR SARP t TAPr TTPv Vmax Actividad específica Concentración a la que la SAR es nula. Cuentas por minuto. Cociente de uso del P. Eficiencia de uso del P. Concentración del medio en la que la SAR es el 50% de la Biomasa seca. Contenido de un dado nutriente. Tasa relativa de acumulación de un nutriente. Tasa relativa de crecimiento. Tasa específica de absorción de un nutriente. Tasa específica de absorción de P. Tiempo. Tasa de acumulación de P en las raíces. Tasa de transporte de P al vástago. Máxima SAR. SUB y SUPRAINDICES o v r Valor inicial de un parámetro. Vástago. Raíz. I RESUMEN El objetivo de la presente tesis fue el estudio de la regulación de los flujos de P y el consumo de lujo en plantas de trigo cultivadas en suministros de P no limitantes para el crecimiento. Este aspecto de la nutrición mineral ha sido objeto de poca atención por los investigadores a nivel mundial a pesar de su implicancia en los aspectos económicos relacionados con la fertilización del cultivo y la sustentabilidad de los sistemas. El acercamiento a los objetivos propuestos se realizó mediante la comparación de genotipos de trigo contrastantes en su eficiencia nutricional de P cultivados bajo condiciones controladas (cámara climática e hidroponia). Se emplearon soluciones de cultivo ya que, además del control estricto del nivel de suministro, permite la valoración de los flujos unidireccionales de P de las raíces (influjo y eflujo de P). Los pasos seguidos fueron: 1) seleccionar desde un conjunto de seis genotipos de trigo dos que fueran contrastantes en su economía del P y, 2) estudiar en ellos, con más detalle, el crecimiento, la tasa de absorción neta (SARP), flujos bidireccionales (Influjo y eflujo de P) y la relación biomasa seca/contenido de P (cociente de utilización de P, CUP), como posibles indicadores de la eficiencia nutricional. Se presentan los resultados obtenidos en 0.05 y 5 mol.m-3 de P, suministros que mostraron no ser limitantes para el crecimiento. Los genotipos seleccionados fueron Buck candisur y Chaqueño INTA. El primero presentó un crecimiento, una SARP y un CUP mayor que Chaqueño INTA. Estos dos últimos parámetros fueron afectados por el suministro de P en forma diferente para cada genotipo. No se presentaron diferencias significativas entre genotipos ni en el influjo ni en el eflujo de P. Posteriormente se realizaron dos ensayos con estos dos genotipos de trigo, uno en cámara climática y otro en invernáculo, cultivados en un suelo deficiente de P fertilizado con altas dosis de PO4H2, con el fin de comprobar si las diferencias observadas en la SARP y CUP en hidroponia se mantienen en el cultivo con suelo. Los resultados mostraron las mismas diferencias genotípicas en la SARP y CUP que las encontradas en hidroponia. Se realizaron dos experiencias en hidroponia a fin de constatar qué flujos de P se relacionan con la concentración de P en las plantas. La obtención de plantas con distintas concentraciones internas de P se realizó mediante dos métodos: cambios de suministro de P (entre concentraciones no limitantes para el crecimiento) y privación total de P. Como resultado se observó que la SARP, la tasa de acumulación de P en las raíces (TAPr) y la tasa de transporte de P al vástago (TTPv) fueron los flujos que variaron junto con la concentración interna de P en las plantas, mientras que el eflujo e influjo de P presentaron escasas diferencias entre las plantas transferidas y las plantas control. Estos resultados apoyan la hipótesis de que la absorción de P en suministros no limitantes para el crecimiento está más vinculada con los flujos internos de P (TAPr y TTPv), que con los flujos unidireccionales de entrada (influjo) y salida (eflujo) de este nutriente hacia y desde las raíces. Es de destacar las limitaciones metodológicas en la determinación de los flujos de P (en especial las relacionadas con diferentes tiempos de medición) y II la alta variabilidad en los parámetros medidos (relacionados con diferencias entre unidades experimentales, ciclos de luz-oscuridad, etc.) que dificultan su utilización para comparar genotipos. Otro factor que podría haber comprometido las estimaciones de los flujos de P es su expresión por unidad de biomasa seca de raíces en vez de expresarla por unidad de área. Las posibles diferencias entre genotipos y/o entre suministros de P en la relación superficie:biomasa seca de raíces podrían enmascarar o aun arrojar diferencias espúreas en los flujos de P. Afortunadamente estas diferencias no fueron encontradas ni entre genotipos ni entre suministros, por lo que las estimaciones de los flujos realizadas con los pesos secos de raíces pueden asimilarse a las calculadas con la superficie de las mismas. Finalmente se analizó el conjunto de ensayos bajo otra perspectiva en los que se incluyó, además, datos de otro genotipo de trigo (Las Rosas INTA). Este enfoque se basa en el uso de las correlaciones entre las biomasas y el contenido de P que posibilitan identificar los cambios pasajeros en la aclimatación de las plántulas a los suministros de P, y eventualmente descartarlos en el análisis, permitiendo comparar el comportamiento general de los genotipos a más largo plazo. La pendiente de la relación entre el contenido de P y la biomasa seca por planta permitió establecer el valor de la concentración interna de P alcanzada a largo plazo (“concentración de tendencia”), como así también, la capacidad de cada genotipo de conservarla en diferentes suministros de P (0.05; 0.1 y 5 mol.m-3 de P). La diferencia de la concentración de P de tendencia entre los suministros indica el consumo de lujo de P entre suministros. Esta diferencia, entre 0.05 y 5 mol P.m-3, mostró que Chaqueño INTA presentó un menor consumo de lujo de P, Buck candisur el mayor, siendo el de Las Rosas INTA intermedio. La tasa de absorción neta (SARP) se redefinió mediante la regresión de la biomasa seca de plantas en el tiempo y con las correlaciones biomasa seca de plantas-biomasa seca de raíces y biomasa seca de planta-contenido de P de planta. El límite de la función obtenida para la SARP se interpretó como la “SARP de tendencia”, quedando definida por dos componentes:1) la concentración de P de tendencia y 2) producción-distribución de la biomasa. Ambos factores caracterizan a cada genotipo pero, mientras que el primero puede variar entre suministros de P, el último es constante para cada genotipo. Las diferencias entre genotipos muestran que Chaqueño INTA y Buck candisur difieren sólo en el primer componente, mientras que Las Rosas INTA difiere de estos dos genotipos por su menor producción-distribución de biomasa. Este análisis muestra que Las Rosas INTA posee la menor SARP, Chaqueño INTA intermedia y Buck candisur la mayor. La diferencia en el ordenamiento de genotipos según concentración interna de P o SARP pone en duda el valor de este último parámetro como estimador de la eficiencia de uso de P cuando su suministro es no limitante para el crecimiento. Otro elemento para dudar de la SARP (cuando se la estima en períodos cortos de tiempo, ej: horas) como estimador de la eficiencia nutricional es su variabilidad durante el ciclo de luz-oscuridad en estos suministros. Por último el influjo de P (flujo que es sólo posible medirlo en lapsos de 20’) es el parámetro de mayor variabilidad. Varía notoriamente entre unidades experimentales, durante el ciclo de luz-oscuridad, con la edad de las plantas y es además afectado por el suministro de P. En este conjunto III de factores la variabilidad genotípica, aportada por los seis genotipos estudiados, fue prácticamente nula. No se encontraron correlaciones entre el influjo de P ni con la SARP ni con la concentración interna de P, sin embargo se pudo observar que disminuye en 5 y 0.1 mol P.m-3 y que aumenta en 0.05 mol.m-3 de P con el aumento de la biomasa. Los resultados muestran como poco adecuado el empleo de mediciones en tiempos cortos de los flujos de P como estimadores de su eficiencia nutricional cuando la disponibilidad de este elemento es alta. IV ABSTRACT The aim of the current thesis was to study P-fluxes and P-luxury consumption regulation in wheat plants grown in P-supplies which do not limit growth. This area of plant nutrition has been scarcely explored by workers in spite of its importance to the economy of crop fertilization and the sustainability of agronomical systems. The approach to the proposed objectives was to compare wheat genotypes of contrasting nutritional P efficiency, cultivated under controlled conditions (climatic chamber and hydroponics). Hydroponics was utilized because, besides the control of the supply, it allows the measurement of the unidirectional P fluxes in roots (P influx and efflux). The steps followed were: 1) to select, from a group of six wheat genotypes, two with contrasting P economy; and 2) to study in further detail their growth, specific absorption rate of P (SARP), bidirectional fluxes (P-influx and P-efflux) and the relationship dry biomass/P content (Phosphorus utilization quotient, PUQ), as possible indicators of nutritional efficiency. Results were obtained in P supplies of 0.05 and 5 mol P.m -3, concentrations that were shown not to be restrictive for growth. Selected genotypes were Buck Candisur and Chaqueño INTA. The first presented a higher growth, SARP and luxury consumption than Chaqueño INTA. The last two parameters were affected by P supply in a different way for each genotype. Significant differences were not observed among genotypes, neither in P influx or P efflux. Later on, experiments were carried out using both genotypes grown in a P deficient soil, one in a climatic camera and another in a glasshouse. High doses of PO 4H2 were used with the purpose of checking if the differences observed in the SARP and PUQ between genotypes were maintained, a fact that was confirmed under these conditions. Two other experiments were carried out in hydroponics, with the aim of to verify which of those P-fluxes were related with plant P-concentration. Plants with different internal P concentrations were obtained by two methods: changing P supply (between non-growth limiting concentrations) and deficiency induced by total P deprivation. As a result, it was observed that SARP, P accumulation rate in roots (PARr) and P transport rate in shoots (PTRs) were the fluxes that varied with internal P concentration, while P efflux and influx showed scarce differences between transferred and control plants. These results support the hypothesis that P-uptake in high P supplies is more associated with internal P fluxes (PARr and PTRs) than with the input (influx) and output (efflux) of this nutrient towards and from roots. It should be emphasised that there are methodological limitations in the determination of P-flux (especially those related to different measurement times) and that there is high variability in the measured parameters (related to differences between experimental units, cycles of light-darkness, etc.) that hinder their use for comparing genotypes. Another factor that could have compromised the accuracy of the estimations of the P-fluxes is that they were expressed per unit of root dry matter instead of per unit of root area. Possible differences in the relationship V between surface and root dry biomass among genotypes and/or among P supplies would mask or even create spurious differences in P-fluxes amongst them. Fortunately, these differences were neither found between genotypes nor between P-supplies. Therefore, the estimates of these fluxes carried out per unit root dry weight can be assimilated to those calculated using root surface. Finally, was analysed the group of experiments under another perspective, in which we included data of another wheat variety: Las Rosas INTA. The analysis was centred around the use of correlations between the biomasses and P content, which facilitate the identification of changes related to plant acclimatization to P supplies and eventually leads to their elimination from the analysis, allowing the comparison of the general behaviour of genotypes over the long term. The slope of the relationship between plant P-content and dry biomass per plant allowed the estimation of the value of internal Pconcentration reached over the long term (“trend P-concentration”), as well as the capacity of each genotype to conserve this concentration in different Psupplies (0.05; 0.1 and 5 mol P.m-3). The difference of the trend P-concentration between non-limiting P-supplies indicates luxury consumption of P. This difference, calculated between 5 and 0.05 mol P.m -3, showed that Chaqueño INTA presented the lowest P luxury consumption, Buck Candisur the highest, and Las Rosas INTA an intermediate value. The net specific absorption rate of P (SARP) was redefined by means of the regression of plant dry biomass over time, and by two further correlations: a) plant dry biomass: root dry biomass; and b) plant dry biomass: Plant P content. The limit of SARP function (when time trends to infinite) was interpreted as a “SARP trend”. This value is defined by two components: the trend concentration of P, and the productiondistribution of biomass. Both factors are characteristics of each genotype, but, while the first can vary between P supplies, the second is constant for each genotype. Differences among genotypes showed that Chaqueño INTA and Buck Candisur only differ in the first component, while Las Rosas INTA differs in its smaller production-distribution of biomass. This analysis showed that Las Rosas INTA had the smallest, Chaqueño INTA intermediate and Buck Candisur the largest SARP. The different rank order obtained for the genotypes according to their internal P concentration or SARP brings into question the adequacy of this last parameter as an estimator of P use efficiency in high P supplies. Another reason for doubting the use of SARP as an estimator of the nutritional efficiency (when it is estimated during short times scale, i.e. hours) is its variability during the light-darkness cycle. Finally, P influx (flux that is only possible to measure in lapses of 20') is the more variable parameter. Besides, it is affected by P supply and shows great variation between experimental units, being affected by light-darkness cycles and plant age. In this group of factors the genotypic variability, contributed by the six genotypes studied, was practically null. They were no correlations found between P influx with the SARP or with the internal P concentration; however, it could be observed that it decreases in 5 and 0.1 and increases in 0.05 mol .m -3 of P with biomass increase. The results demonstrate the inadequacy of the employment of short time estimation of P fluxes as efficiency estimators in conditions of high availability of this nutrient. VI CAPITULO I: DIFERENCIAS GENOTÍPICAS EN LA ABSORCION Y UTILIZACION DE P EN PLANTULAS DE TRIGO. INTRODUCCIÓN En general, la absorción de nutrientes en las plantas es mayor cuanto mayor es la concentración de los mismos en el medio de cultivo. Sin embargo la respuesta al nivel de suministro de los nutrientes es variable entre especies, variedades y aún poblaciones (Baligar, 1987; Clark, 1983; Rodgers and Barneix, 1988; Temple-Smith, 1977; Vose, 1963). Tales diferencias en la respuesta al nivel de suministro pueden ser debidas a diferencias en el tamaño relativo de raíz y vástago o a diferencias en la regulación de la tasa específica de absorción neta (absorción por unidad de área o peso de raíces =SAR). Existe abundante información que indica que la absorción neta está regulada por la demanda que ejerce el crecimiento de la planta sobre las raíces (Clarkson, 1985; Williams, 1948), así la SAR será mayor cuanto mayores sean la tasa de crecimiento relativo de la planta, la concentración del nutriente en el tejido y la relación entre el peso seco del vástago y de las raíces. La tasa de absorción neta de un ión es, además, la resultante de dos flujos que operan en direcciones opuestas: el influjo y el eflujo. Es poco conocida la regulación de la absorción neta a través de estos dos flujos en condiciones de alta disponibilidad de nutrientes. Sin embargo se conoce que tanto el influjo como el eflujo de fósforo varían con el suministro de este nutriente a las plantas 21 (Cogliatti and Santa María, 1990), de tal manera que usualmente la absorción neta aumenta poco con el aumento del nivel de suministro dentro del rango de concentraciones que no limitan el crecimiento. Sin embargo esas diferencias relativamente pequeñas en la tasa de absorción neta pueden explicar las diferencias en la eficiencia de uso observadas entre variedades (Nielsen and Schjorring, 1983). El objetivo de este ensayo fue identificar genotipos de trigo con diferente eficiencia nutricional de P, en términos de capacidad para absorber y utilizar el P, en altos niveles de suministro de fosfato. Se analizaron cinco variedades de Triticum aestivum y se incluyó una de Triticum durum a fin de ampliar el rango genético. Se utilizaron varios parámetros como posibles indicadores de la eficiencia nutricional, los cuales fueron analizados en el tiempo y en su variabilidad genética. MATERIALES Y METODOS MATERIAL VEGETAL Y CONDICIONES DE CULTIVO: Se utilizaron seis genotipos de trigo: Klein Atalaya (K.A.), Trigomax 200 (T.200), Chaqueña INTA (Ch.I.); Las Rosas INTA (L.R.) y Norking Irupé (N.I) y Buck Candisur (B.C.), las cinco primeras pertenecientes a Triticum aestivum y la última a Triticum durum . Plántulas uniformes, germinadas en oscuridad sobre papel de filtro húmedo, se transfirieron a los dos días de edad a condiciones de hidroponia. La composición del medio de cultivo para los macronutrientes fue, en mol.m-3, la siguiente: KNO3: 5; NaNO3: 2; Ca(NO3)2: 22 1,5; MgSO4: 1,5; y para los micronutrientes se utilizó la propuesta por Hoagland and Arnon, 1950, excepto para FeEDTA la cual fue de 9,22 mmol.m-3. Se utilizaron dos concentraciones de KH2PO4: 0,05 y 5 mol m-3, complementada la primera con K2SO4 a fin de balancear la concentración de potasio. El pH fue de 6 ±0,2. La temperatura de la cámara de cultivo fue de 20 ± 1ºC y la densidad del flujo fotónico, al nivel de las plantas, fue de 180 mol m-2 s-1 de radiación fotosintéticamente activa (entre 400 y 700 nm), en tanto que el fotoperíodo fue de 16 horas. MEDICIONES: El crecimiento y la acumulación de fósforo se determinaron a través de cosechas sucesivas a los 10, 13, 16 y 19 días después de la germinación. Se realizaron cinco repeticiones para cada genotipo de trigo y suministro de fósforo. El material vegetal se separó en tallo y raíz, se secó en estufa a 70ºC por 72 hs, se pesó y digirió con mezcla nítrico-perclórico (3:2 V/V). La determinación de fósforo en los digestos se realizó por el método del amarillo-vanado-molíbdíco (Jackson, 1964). Como estimadores de la eficiencia nutricional de P se utilizaron el CUP (inversa de la concentración de P) y la absorción de P. La tasa específica de absorción de P (SARP) se estimó con dos metodologías de cálculo. La primera se basó en los promedios de contenido de P (Q) y de biomasa de raíces (PSr) obtenidos en cada cosecha relacionándolos de la siguiente manera: SARP (Q2 Q1 )( LnPSr 2 LnPSr1 ) ( PSr 2 PSr1 )(T2 T1 ) 23 En la cuál T son los días desde la germinación y los subíndices indican las cosechas. El empleo de esta relación fue posible dado que la relación entre el contenido de P y la biomasa de las raíces fue lineal. Alternativamente la SARP se estimó con los parámetros obtenidos de las regresiones exponenciales de la biomasa de raíces y del contenido de P en plantas con el tiempo, usando la siguiente expresión: SARP= RAR . Q0 . e (RAR-RGRr) t (PSr0) -1 donde: RAR= tasa relativa de acumulación total de fósforo Q0= contenido inicial de fósforo en la planta entera. RGRr= tasa relativa de crecimiento de raíz. PSr0= peso seco inicial de raíz. En todas las cosechas, salvo la última se estimó el influjo utilizando 32P como trazador (act. sp. 266,6 y l3,9 kBq por mMol P, para 0,05 y 5 mol. m-3 de P respectivamente). El período de absorción fue de 20 minutos, seguido por un lavado de igual duración en solución nutritiva completa sin marcador, a fin de eliminar el P del espacio libre aparente (ELA). La duración establecida para el lavado del ELA se detalla en el Apartado Metodológico I. Finalmente se cosecharon las plantas y se las digirió como se describió previamente. La radiactividad de los digestos se determinó con un contador Beckman de centelleo líquido midiendo la radiación Cerenkov. 24 El eflujo de P fue calculado mediante dos procedimientos: en forma indirecta, como la diferencia entre el influjo y la SARP; y, directamente por la tasa de salida de P desde las raíces. En el segundo método se utilizaron plantas de 11 días de edad, cultivadas en solución nutritiva completa y que recibieron los últimos siete días 32P, con la misma actividad específica que la usada para determinar el influjo. En un primer paso se lavó el espacio libre aparente durante 20 minutos y luego se determinó la salida del radioisótopo desde el espacio interno de las raíces a la solución de cultivo durante otros 20 minutos. Finalmente se cosecharon las plantas y se determinó el peso seco de las raíces, a fin de expresar el eflujo por unidad de peso seco de éstas. RESULTADOS Y DISCUSION Las dos concentraciones de KH2PO4 usadas fueron no limitantes para el crecimiento total de las plantas en los seis genotipos de trigo. En general, excepto para K.A., las tasas de crecimiento relativo fueron similares entre ambos suministros de fosfato (Tabla I.1). La tasa relativa de crecimiento del peso seco de raíz (RGRr), fue menor que la del vástago, en ambas concentraciones y para todos los genotipos, por lo que la relación entre los pesos de vástago/raíz aumentó con el tiempo. Se observó un menor aumento de esta relación en 0,05 mol. m -3 de P debido a que en esta última concentración la diferencia entre RGRv y RGRr fue menor (Tabla I.1 y Fig. I.1). 25 Tanto el peso seco de vástago, como el de raíz y total fueron, en ambas concentraciones, mayores en los genotipos B.C. y T.200, y menores en Ch.l., L.R.I. y N.I. (Datos no mostrados). En ambos suministros de P los mayores valores de la relación PSv/PSr los presentaron los genotipos B.C. y T.200, mientras que los más bajos correspondieron a L.R.I. y K.A. (Fig. I.1). En el período analizado el contenido de P total en las plantas (Qp) fue mayor en 5 que en 0,05 mol P.m -3, y aumentó en forma exponencial con el tiempo (Fig. I.2). Los mayores valores de Qp correspondieron a los genotipos que presentaron mayores pesos secos (B.C. y T.200) y los menores a los de menor peso (Ch.l., LR.I. y N.I.) (Fig. I.2). La concentración de P en los vástagos, salvo en la primer cosecha, mostró valores relativamente constantes durante todo el período experimental, teniendo mayores valores de concentración las plantas cultivadas en 5 que en 0.05 mol P.m-3. De todos los genotipos el único que se destacó fue B.C. por la mayor concentración del anión en los vástagos en 0.05 mol P.m-3 (Fig. I.3). Con respecto a la concentración de P en las raíces fue inicialmente mucho mayor en 5 que en 0.05 mol P.m -3. A diferencia de en los vástagos, la concentración de P en las raíces cambió en el tiempo disminuyendo en 5 mol P.m-3 y aumentando en 0.05 mol P.m-3, de tal manera que llegó a ser similar entre ambos suministros de P a los 19 días después de la germinación (Fig. I.4). No se observaron en este órgano diferencias genotípicas en la concentración de P que se mantuvieran en el tiempo (Fig. I.4). 26 Los resultados anteriores permiten calcular la eficiencia en la utilización del P absorbido por las plantas. El cociente de utilización de P (CUP), definido como la relación entre la materia seca y Qp, es una medida de dicha eficiencia (Lipsett, 1963). Sin excepciones todos los genotipos analizados presentaron un CUP mayor en 0,05 que en 5 mol P.m -3. Entre las variedades de T. aestivum no se observan diferencias en el CUP, en ninguna de las dos concentraciones de P; sin embargo el genotipo B.C. (T. durum) mostró menor eficiencia en 0,05 mol P.m -3 debido a la mayor concentración de P en vástago (Tabla I.2). Los resultados observados en el CUP son la resultante de la producción de biomasa, su partición hacia las raíces y de la tasa específica de absorción de P. Es así que altas tasas específicas de absorción de P (SARP) pueden coincidir o no con altos valores de CUP, ya que hay entre los genotipos estudiados diferencias en biomasas, así como diferencias en la proporción de biomasa de vástago a raíz entre suministros. Las dificultades derivadas de la imposibilidad de realizar una medición directa de la SARP en 5 mol P.m-3, intentaron ser cubiertas mediante dos tipos de estimaciones (ver Materiales y Métodos). Si bien las dos estimaciones pueden ser sometidas a una prueba de ANOVA (probando los efectos generales del suministro, tiempo y genotipo) ambas adolecen del defecto de no poder ser comparadas con contrastes debido a la falta de repeticiones de la estimación. Cabe aclarar que la estimación realizada mediante promedios de contenidos de P y de biomasa de raíz entre 27 cosechas, es capaz de informar de cambios a escala de varios días, aunque es extremadamente sensible al número de muestras tomadas. En el presente ensayo esta estimación de la tasa específica de absorción de P (SARP1) presentó valores altamente variables en el tiempo, especialmente en 5 mol P.m-3 (Tabla I.3). A pesar de que estas estimaciones no pueden ser sometidas a un análisis de contrastes, se puede decir que, en líneas generales, la SARP es mayor en 5 que en 0.05 mol P.m -3 para todos los genotipos y que entre ellos se destacan Buck candisur y Trigomax 200 por presentar altos valores de SARP. La segunda estimación (SARP2), obtenida con los parámetros de la regresión del peso seco y del contenido de P, refleja el comportamiento medio sin tener en cuenta posibles fluctuaciones, ya sean periódicas o de aclimatación a las condiciones de cultivo. Por consiguiente los valores de SARP asignados a cada día reflejan la tendencia general pero no el comportamiento puntual. En todos los genotipos, excepto K.A., los valores estimados de la SARP son mas altos en 5 que en 0.05 mol P.m-3 (Tabla I.4). El genotipo B.C. fue el que mostró mayor diferencia de SARP entre ambas concentraciones y, junto con T.200, presentaron las mayores SARP, tanto en 5 como en 0,05 mol P.m -3. No se observó ninguna correlación entre las dos estimaciones de la SARP y, si bien de ambas se pueden hacer las mismas observaciones con respecto al efecto del suministro de P y de diferencias genotípicas, la estimación basada en las regresiones muestra un aumento exponencial de la SARP, hecho no confirmado con las estimaciones basadas en los promedios de cosechas. 28 En plantas cultivadas con suministros limitantes de P, existe una relación estrecha entre la SARP y el influjo de P, pero en suministros supraóptimos poco se sabe sobre como se relacionan ambos flujos y menos aún sobre su regulación. Las isotermas de influjo de P muestran una respuesta positiva al aumento de la concentración externa. Sin embargo esta respuesta, al ser estimada en plantas cultivadas en un suministro y transferidas abruptamente a otros al medir el influjo, poco informan sobre la posible regulación de este flujo entre los distintos suministros cuando estos se mantienen constantes. En el presente caso, el seguimiento del influjo de P en el tiempo persigue detectar posibles diferencias genotípicas en su regulación. El influjo de fósforo, medido por absorción de 32P, mostró ser para todos los genotipos mucho mayor en 5 que en 0,05 mol P.m-3 (Tabla I.4). Sin embargo en 5 mol P.m-3 el influjo de P, que inicialmente fue unas 60 veces superior a la SARP, disminuyó con el tiempo hasta llegar a ser unas 10 veces mayor que la SARP a los 16 días desde la germinación (Tabla I.4). Por otro lado en 0,05 mol P.m-3 el influjo de este anión tendió a aumentar con el tiempo, aunque llegó a ser solamente de dos a tres veces mayor que la SARP. En ninguna de las dos concentraciones se observaron diferencias entre genotipos. Es aceptado que el influjo está regulado por la demanda creada por el crecimiento (Clarkson, 1985), el mantenimiento de la concentración de fósforo interna cuando la relación de pesos de vástago/raíz aumenta, implica un aumento en la demanda. Esta situación es la encontrada en las plantas en 0,05 mol P.m -3, en las que el aumento de la relación PSv/PSr fue acompañada por un aumento del influjo de P, manteniéndose constante la concentración P en los vástagos. Sin embargo, 29 este tipo de relación entre demanda creada por el crecimiento y magnitud del influjo, no es clara en los casos en que se realiza consumo de lujo de nutrientes, tal sería el caso de las plantas cultivadas en 5 mol P.m -3. Teniendo en cuenta que el resultado de ambas estimaciones de la SARP es similar en magnitud y que el cálculo que emplea regresiones es menos sensible a errores de muestreo, se empleó este último, conjuntamente con el influjo de P para estimar el eflujo de este nutriente. El eflujo así estimado fue varias veces mayor en 5 que en 0.05 mol P.m -3 (Tabla I.4). En este último suministro el influjo de P aumentó a lo largo del experimento más que la absorción neta, por lo que el eflujo también aumentó con el tiempo (Tabla I.4). Por otro lado el cociente eflujo/influjo mostró en 0,05 mol P.m-3 una marcada tendencia a aumentar con el correr del tiempo llegando hasta valores de 0.7, en tanto que en 5 mol P.m -3 este cociente tendió a disminuir (Tabla I.4), pero no llegó en ningún caso a ser inferior a 0,87. Este cociente de alguna manera nos indica la eficiencia energética del sistema de transporte: cuanto menor es su valor mayor eficiencia, siempre considerando que la relación entre el PO4H2- y los H+ cotransportados sea la misma en los dos niveles de suministro de P. No nos es posible explicar todavía, por qué en 0.05 mol P.m-3 se produce un aumento de la SARP, acompañado por un aumento de la proporción eflujo/influjo. Es de destacar previo a la interpretación de los resultados obtenidos la limitación de la metodología utilizada, ya que la estimación del influjo es puntual, mientras que la SARP resume los cambios 30 de biomasa y contenido de P durante los 9 días del experimento. A pesar de esto, hay una clara relación entre las variaciones del eflujo de P y la concentración de este ión en las raíces. En 0,05 mol P.m-3 el aumento de la concentración de P en las raíces, es acompañado por un aumento del eflujo, mientras que en 5 mol P.m-3 ambos disminuyen, sugiriendo una relación directa entre estas variables. Sin embargo, las diferencias en el eflujo entre los tratamientos 5 y 0,05 mol P.m-3 son mucho mayores que las diferencias en la concentración de P observadas en las raíces. Siendo la concentración de fósforo inorgánico en el citoplasma la responsable del eflujo, es preciso considerar que la concentración de fósforo total en la raíz no siempre informa ajustadamente sobre la concentración de P inorgánico en la misma, como tampoco sobre su distribución intracelular ni tisular. Otros posibles factores que explicarían las diferencias observadas en el eflujo, podrían ser diferencias en la permeabilidad del plasmalema y/o de la actividad de los transportadores de P. El eflujo estimado por salida de 32P desde raíces de plantas homogéneamente marcadas, posee una gran varianza, dificultando la detección de diferencias estadísticas entre genotipos (Tabla I.5). Aún así se observó que la magnitud del eflujo de plantas en 5 mol P.m -3 fue mucho mayor que el de las plantas cultivadas en 0,05 mol P.m -3. Al comparar las dos estimaciones del eflujo, se observa que la obtenida por el método directo (salida de 32P) es menor que aquella calculada por diferencias entre el influjo 31 y la SARP (ambas estimadas a los 10 días de la germinación), especialmente en la mayor concentración de P usada. Esto pudo deberse a limitaciones intrínsecas del método directo, ya que la salida simultánea del P desde el espacio libre aparente y del simplasto, no permite medir el eflujo de P a t0 (eflujo real). El eflujo estimado a los 20' de lavado es menor que el real debido a la disminución de la actividad específica del citoplasma. Por otro lado, esta disminución es mayor en 5 mol P.m-3 que en 0,05, debido a su mayor influjo lo que hace que el grado de subestimación sea diferente entre los dos niveles de P. CONCLUSIONES Los dos suministros de P fueron no limitantes para el crecimiento de los genotipos de trigo analizados. Buck candisur y Trigomax 200 fueron los que presentaron mayor biomasa, mientras que Chaqueño INTA y Norking Irupé tuvieron las menores, este orden coincide en gran medida con las tasas relativas de crecimiento de las plantas. La eficiencia de uso de P (CUP) mostró ser menor en 5 que en 0,05 mol P.m-3, destacándose Buck candisur por poseer CUP menores que el resto de los genotipos especialmente en 0.05 mol P.m -3. La SARP, indicador de la eficiencia de absorción de P, fue mayor en 5 que en 0.05 mol P.m-3. Chaqueño INTA se encontró entre los genotipos de menor SARP en ambos suministros, mientras que entre los de mayor SARP, 32 Buck candisur fue el que presentó mayor diferencia de SARP entre suministros. No existieron diferencias entre genotipos ni en el influjo ni en eflujo de P, aunque los mismos mostraron cambios temporales importantes sugiriendo la operación de mecanismos de regulación. Ambos criterios indicaron claramente a Buck candisur como un genotipo diferente del resto por lo cual, junto con Chaqueño INTA, fueron seleccionados para completar el estudio de la tesis. Resulta interesante notar que las diferencias encontradas en el CUP entre Buck candisur y el resto de genotipos podría corresponder a diferencias entre especies, sin embargo no se cuenta con información que avale tal suposición. Cabe aclarar que si bien se trata de dos especies diferentes de trigo no se pretende tomarlas como representantes de las mismas, a fin de evitar esta confusión, mantendremos la denominación de genotipos. Por otro lado debido a los cambios experimentados en los flujos de P y de otras variables (por ejemplo PSv/PSr; concentraciones internas de P) se decidió prolongar el tiempo de seguimiento de las plantas y estudiar la dinámica de estas variables. 33 Figura I.1: Relación de biomasas secas entre el vástago y la raíz en función de los días desde la germinación. Las barras verticales corresponden a los errores estándar. No se registraron efectos significativos del suministro sobre la relación en ningún genotipo, salvo en Chaqueño INTA en el día 16 (α= 0.05). Los genotipos Buck candisur y Trigomax .200 presentaron una relación significativamente mayor que la de Las Rosas INTA (en todas las cosechas), que la de Klein atalaya (salvo en la primer cosecha) y que la de Norking Irupé (excepto en el día 13), mientras que la de Chaqueño INTA presentó valores intermedios entre todos los genotipos no diferenciándose claramente de ninguno de ellos (α=0.05). 34 Figura I.2: Promedios del contenido de P por planta con sus errores estándar (barras verticales) para los seis genotipos de trigo en los dos suministros de P. En todas las cosechas el contenido de P mostró efectos significativos del suministro de P y de la variedad. En ambos suministros el contenido de P de Chaqueño INTA fue significativamente menor que el de Trigomax 200 y Buck candisur, mientras que los de Norking Irupé y Las Rosas INTA fueron menores sólo al de Buck candisur (α= 0.05). 35 Figura I.3: Promedios de la concentración de P en los vástagos según los días desde la germinación para los seis genotipos de trigo en los dos suministros de P con sus errores estándar (barras verticales). El suministro de P afectó la concentración de P en los vástagos de todos los genotipos de trigo en todas las cosechas (α= 0.05). El efecto genotipo mostró a Buck candisur con una concentración de P significativamente mayor la del resto (α= 0.05). 36 Figura I.4: Promedios de la concentración de P en raíces con sus errores estándar (barras verticales) de plantas de seis genotipos de trigo cultivados en dos suministros de P (promedios de cinco repeticiones). El efecto del suministro de P sobre la concentración de P en las raíces fue significativo en todas las cosechas salvo en la del día 19 (α= 0.05), no se registraron diferencias genotípicas significativas en ninguna cosecha ni suministro de P ni interacción entre estos dos factores (α= 0.05). 37 TABLA I.1: Tasas relativas de producción de materia seca (RGR) y coeficientes de regresión (r2) obtenidos del ajuste exponencial de la biomasa seca en el tiempo. El error estándar de las estimaciones se presenta entre paréntesis. El efecto del genotipo fue significativo para los tres RGR, mientras que el del suministro de P fue solamente significativo para las raíces. Suministro de fosfato (mol.m-3) Genotipo 0.05 5 Total Planta Vástagos Raíces RGR (d-1) r2 RGR (d-1) r2 RGR (d-1) r2 Chaqueño INTA 0.086 (0.005) 0.91 0.093 (0.005) 0.92 0.058 (0.007) 0.71 Norkin Irupé 0.085 (0.005) 0.92 0.087 (0.005) 0.93 0.077 (0.007) 0.83 Las Rosas INTA 0.086 (0.006) 0.89 0.094 (0.006) 0.90 0.061 (0.007) 0.79 Trigomax 200 0.105 (0.008) 0.88 0.112 (0.008) 0.89 0.078 (0.009) 0.74 Klein Atalaya 0.101 (0.007) 0.90 0.105 (0.007) 0.91 0.085 (0.007) 0.85 Buck Candisur 0.108 (0.005) 0.94 0.115 (0.006) 0.94 0.079 (0.006) 0.88 Chaqueño INTA 0.087 (0.008) 0.81 0.097 (0.008) 0.86 0.052 (0.012) 0.43 Norkin Irupé 0.086 (0.006) 0.88 0.095 (0.005) 0.92 0.055 (0.010) 0.56 Las Rosas INTA 0.081 (0.006) 0.89 0.091 (0.006) 0.90 0.052 (0.007) 0.69 Trigomax 200 0.083 (0.012) 0.68 0.087 (0.012) 0.69 0.063 (0.011) 0.57 Klein Atalaya 0.077 (0.009) 0.73 0.085 (0.009) 0.78 0.046 (0.012) 0.41 Buck Candisur 0.102 (0.007) 0.89 0.112 (0.007) 0.90 0.063 (0.008) 0.73 38 TABLA I.2: Efecto del nivel de suministro de P sobre el cociente de utilización de P (CUP) (mg de M.S.total en planta/umol de P totales), en plántulas de distintos genotipos de trigo. Los valores son promedios de cinco repeticiones y los errores estándar se presentan entre paréntesis. Letras diferentes dentro de cada columna indican diferencias significativas (= 0.05). Suministro Genotipo Días desde la germinación de fosfato 10 13 16 19 (mol.m-3) 0.05 5 Chaqueño INTA 3.15 (0.06) a 3.07 (0.05) a 3.32 (0.08) a 3.00 (0.06) a Norkin Irupé 3.51 (0.04) a 3.13 (0.13) a 3.16 (0.14) a 2.91 (0.12) a Las Rosas INTA 3.29 (0.08) a 3.03 (0.05) a 3.31 (0.14) a 3.19 (0.08) a Trigomax 200 3.11 (0.14) a 3.02 (0.05) a 3.21 (0.09) a 2.84 (0.09) a Klein Atalaya 3.27 (0.11) a 3.15 (0.13) a 3.15 (0.09) a 2.98 (0.07) a Buck Candisur 2.51 (0.07) b 2.47 (0.11) b 2.61 (0.04) b 2.59 (0.08) b Chaqueño INTA 1.66 (0.08) c 1.57 (0.06) c 1.87 (0.03) cd 1.83 (0.05) cd Norkin Irupé 1.85 (0.09) c 1.83 (0.12) c 1.93 (0.05) cd 1.70 (0.03) cd Las Rosas INTA 1.83 (0.07) c 1.74 (0.07) c 1.99 (0.08) c 1.93 (0.07) cd Trigomax 200 1.79 (0.04) c 1.86 (0.14) c 1.94 (0.06) cd 1.95 (0.04) c Klein Atalaya 1.91 (0.09) c 1.87 (0.03) c 2.11 (0.06) c 1.94 (0.05) cd Buck Candisur 1.48 (0.07) d 1.60 (0.06) c 1.69 (0.04) d 1.59 (0.06) d 39 TABLA I.3: Estimaciones de la tasa específica de absorción de P (umolP. g-1MS raíz. h-1) realizadas con los promedios del contenido de P por planta y de la biomasa seca de raíces (SARP1) y con los coeficientes de regresión (SARP2). Suministro de fosfato (mol.m-3) 0.05 5 Genotipo SARP 1 SARP 2 Período de estimación Días desde la germinación 6-13 10-16 13-19 10 13 16 Chaqueño INTA 5.4 4.7 6.7 5.0 5.5 6.0 Norkin Irupé 7.5 6.2 5.4 5.0 5.5 6.0 Las Rosas INTA 6.2 4.3 5.7 4.9 5.4 6.0 Trigomax 200 6.6 7.0 11.6 7.4 7.9 8.8 Klein Atalaya 5.5 4.7 9.5 5.9 6.1 6.4 Buck Candisur 12.5 5.9 8.8 7.0 7.5 8.1 Chaqueño INTA 15.5 10.8 0.5 6.7 7.0 7.3 Norkin Irupé 9.4 5.0 14.6 7.9 8.2 8.6 Las Rosas INTA 11.5 6.8 6.8 7.0 7.1 7.2 Trigomax 200 14.1 10.2 11.6 9.0 9.2 9.4 Klein Atalaya 10.2 3.6 8.0 5.3 5.8 6.3 Buck Candisur 11.6 8.0 19.4 10.8 11.5 12.2 40 TABLA I.4: Efecto del nivel de suministro de P sobre el influjo y eflujo de P medido en umol. g-1 PS raíz .h-1 . El influjo se midió por la absorción de 32P y el eflujo se estimó por diferencia. Los valores del influjo son promedio de cinco repeticiones y su desvío estándar se presenta entre paréntesis. Para cada día letras diferentes indican diferencias significativas (= 0.05). Suministro Genotipo Días desde la germinación de fosfato 10 13 16 (mol.m-3) Influjo Eflujo E/I Influjo Eflujo E/I Influjo Eflujo E/I 0.05 5 Chaqueño I. 9.3 (3) a 4.3 0.46 14.9 (3.5) a 9.4 0.63 17.5 (4) a 11.5 0.66 Norkin I. 8.8 (2) a 3.8 0.43 13.7 (5) a 8.2 0.60 19.9 (3) a 13.9 0.71 Las Rosas I. 11.7 (4) a 6.8 0.58 12.6 (6) a 7.2 0.57 17.4 (4) a 11.4 0.65 Trigomax 200 10.1 (3) a 2.7 0.27 16.8 (6) a 8.9 0.53 21.5 (4) a 12.7 0.59 Klein A. 7.8 (1) a 1.9 0.24 10.5 (3) a 4.4 0.42 16.4 (2) a 10.0 0.61 Buck C. 11.8 (5) a 4.8 0.41 11.5 (4) a 4.0 0.35 19.2 (3) a 11.1 0.58 Chaqueño I. 429 (97) b 422 0.98 308 (152) b 301 0.98 92 (28) b 85 0.92 Norkin Irupé 443 (210) b 435 0.98 171 (55) cd 163 0.95 98 (35) b 90 0.92 Las Rosas I. 514 (166) b 507 0.98 111 (29) d 104 0.93 112 (27) b 105 0.94 Trigomax 200 538 (157) b 529 0.98 229 (128) bc 220 0.97 88 (13) b 79 0.89 Klein A. 417 (244) b 412 0.99 161 (26) cd 155 0.96 117 (24) b 111 0.95 Buck C. 340 (117) b 329 0.97 192 (72) bcd 180 0.94 92 (35) b 80 0.87 41 TABLA I.5: Efecto del nivel de suministro de P sobre el eflujo de fosfato en raíces de plántulas de 11 días de edad, de distintos genotipos de trigo (umol P. g-1PS raíz . h-1), medido en forma directa a través de la salida de 32P. Los valores son medias de cinco repeticiones acompañados de sus errores standard. El único efecto significativo sobre el eflujo de P fue el del suministro de P (= 0.05). Genotipo 0.05 mol P.m-3 5 mol P.m-3 Media E.s. Media E.s. Chaqueño INTA 2.35 0.51 109.84 20.3 Norkin Irupé 2.38 0.24 74.54 12.99 Las Rosas INTA 2.68 0.30 152.55 22.63 Trigomax 200 5.01 0.96 137.51 33.85 Klein Atalaya 3.84 0.57 300.85 105.36 Buck Candisur 3.31 0.10 99.43 5.94 42 CAPITULO II DIFERENCIAS GENOTÍPICAS EN LA EFICIENCIA NUTRICIONAL DE P EN SUELO INTRODUCCION Una de las incertidumbres recurrentes que se presentan al analizar resultados obtenidos con plantas cultivadas en condiciones controladas, es si los mismos se repiten bajo condiciones ambientales naturales. En el presente capítulo se presentan resultados obtenidos con plantas cultivadas en diferentes condiciones ambientales: suelo en macetas, con y sin control del clima y fotoperíodo. El objetivo es constatar si las diferencias observadas en la eficiencia nutricional de P entre Chaqueño INTA (Triticum aestivum) y Buck candisur (Triticum durum) en cultivo hidropónico se manifiestan cuando se las cultiva en suelo fertilizado con diferentes dosis de P. MATERIALES Y MÉTODOS. Se realizaron dos ensayos, en ambos se utilizaron plántulas de dos genotipos de trigo, Chaqueño INTA (Triticum aestivum) y Buck candisur (Triticum durum), obtenidas de la germinación de semillas en cámara húmeda y oscuridad. Se sembraron cinco plántulas en macetas con suelo del horizonte A de un Argiudol típico con 5 ppm de P disponible (Bray –Kurtz, 1945). 43 Las particularidades de cada ensayo se detallan a continuación: Ensayo I: Se utilizaron macetas de 10 cm de profundidad y 750 cm -3 de capacidad con suelo fertilizado con 40 ppm de KPO4H2. El cultivo se realizó al aire libre durante los meses de abril y mayo. Se regó en forma diaria hasta capacidad de campo. Se realizaron cuatro cosechas, espaciadas semanalmente, a partir de los 16 días de la germinación. Los vástagos y raíces se secaron en estufa a 60 C por 72 horas, para luego ser pesados y digeridos con mezcla de ácidos (nítrico-perclórico 3:2). Finalmente se determinó el contenido de P por el método del amarillo-vanado-molíbdico Ensayo II: Se cultivaron las plantas en macetas plásticas de 40 cm de profundidad y 10 cm de diámetro, con capacidad para 3 kg de suelo seco. Las dosis de KPO4H2 aplicadas fueron de 0, 5, 10, 15, 30, 60 y 150 ppm. El cultivo de las plantas se realizó en cámara climática a 20 2 C, con un PAR de 160 mol.m-2.s-1 y fotoperíodo de 16 horas. Los riegos se realizaron día por medio llevando a capacidad de campo. A los 28 días de la germinación se cosecharon las plantas de cuatro macetas por tratamiento. El material vegetal se procesó como en el caso anterior Se estimó la eficiencia de uso de P (EUP) como la inversa de la concentración de P en planta (CUP). En el ensayo II la eficiencia de absorción de P se estimó mediante la tasa específica de absorción de P (calculada con 44 dos formas alternativas ya expuestas en el Capítulo I) y mediante el cociente entre el contenido de P en las plantas y la biomasa seca de raíces (Q/PSr). En el ensayo II únicamente se estimó este último cociente debido a la falta de cosechas secuenciales. RESULTADOS Y DISCUSIÓN En el ensayo I tanto el contenido de P en planta como la biomasa de raíces aumentaron exponencialmente con el tiempo. Un desvío del modelo se observó en la última cosecha para el contenido de P en Buck candisur, hecho que atribuímos a que las raíces proliferaron por fuera de las macetas, razón por la cual esos datos no se incluyeron en los ajustes a funciones. Tanto la tasa relativa de aumento del contenido de P en planta entera como la de las biomasas de raíces fueron mayores en Buck candisur que en Chaqueño INTA (=0.05) (Tabla II.1). Debido a la alta variabilidad de biomasas entre las muestras de una misma cosecha y al efecto de dilución del contenido de nutrientes por el crecimiento, se prefirió analizar la Eficiencia de Uso de P según el peso seco de las plantas. Se puede observar que la eficiencia es mayor para plantas más grandes, hecho que puede atribuirse a la dilución por crecimiento (Fig II.1). Aún incluyendo aquellos datos en los que las raíces de Buck candisur crecieron por fuera de las macetas, la eficiencia de uso de P es mayor en Chaqueño INTA que en Buck candisur, tal como se ha encontrado en ensayos de hidroponia. 45 En cuanto a las estimaciones de la tasa de absorción de P los resultados difieren según su forma de cálculo (Tabla II.2). La estimación realizada entre los promedios de contenidos de P y biomasas de raíces de cosechas sucesivas (SARP 1) mostró que, para ambos genotipos, la SARP disminuye con el tiempo, mientras que el cálculo que emplea las regresiones de la biomasa y de los contenidos de P en función del tiempo (SARP 2), además de dar valores más similares entre cosechas, indican un aumento de la SARP en Chaqueño INTA mientras que para Buck candisur muestran una disminución. A pesar de la incertidumbre en los valores de la SARP, generada por su forma de cálculo, ambos tipos de estimaciones coinciden en asignarle valores mayores a Buck candisur que a Chaqueño INTA. En la primera y segunda cosecha el Q/PSr fue menor en Chaqueño INTA que en Buck candisur, mientras que en la tercer cosecha ambos genotipos no se diferenciaron (= 0.05). Este cociente siguió las mismas tendencias en el tiempo que las presentadas por la SARP 2: aumentó para el primer genotipo y disminuyó para el segundo. En el ensayo 2 las dosis crecientes produjeron aumentos tanto de las biomasas como del contenido de P. Dada la alta variabilidad interna de las plantas, establecer la dosis limitante para el crecimiento es sumamente impreciso, sin embargo con seguridad tanto en la dosis 60 como en 150 ppm, ambos genotipos de trigo presentan consumo de lujo de P, estado que es objeto de estudio en la presente tesis. La confirmación de lo anteriormente expuesto se evidencia observando los gráficos de biomasa y concentración de P para vástago y raíces de ambos genotipos de trigo (Fig II.2 y II.3). A pesar de que con estos datos no es posible establecer con precisión los valores críticos 46 de P para los vástagos, se puede observar que tanto para Buck candisur como para Chaqueño INTA concentraciones internas de P menores a 100 umolP/g MS (0.31%) están acompañadas con una reducción de su crecimiento (Fig II.2), con lo que el valor crítico para los mismos supera este valor. Tal como se ha encontrado para maíz (Schenk and Barber, 1979) el efecto del suministro de P sobre el crecimiento de las raíces es mucho menos claro que para los vástagos. Sólo en las dos dosis menores la producción de biomasa radical disminuyó sin apreciables cambios en la concentración de P en las raíces (Fig II.3). Es así que para concentraciones de P en raíces en el rango 60-100 umol P/g MS existe una amplia variación de biomasa. Se puede apreciar que este rango de concentraciones internas es inferior al requerido por los vástagos de ambos genotipos para alcanzar su biomasa máxima. Este resultado apoyaría la idea de que el aumento de la relación biomasa seca de vástagos/raíces observada en condiciones de deficiencia de P puede deberse, al menos en parte, a un menor requerimiento de P de las raíces para mantener el crecimiento máximo. El cálculo de la eficiencia de uso de P muestra que en las dosis bajas los dos genotipos de trigo no se diferencian, mientras que en dosis más elevadas Chaqueño INTA posee una mayor eficiencia de uso que Buck candisur (Fig II.4). En los dos niveles de fertilización más altos no sólo la concentración interna de P en planta es mayor en Buck candisur que en Chaqueño INTA (201 y 299 µmol P.g-1 en B.c.en 60 y 150 ppm de P, y 169 y 196 µmol P.g-1 en Ch.I. en 60 y 150 ppm P), sino que la diferencia de concentración interna de P entre ambas dosis de fertilización es mayor en Buck candisur que en Chaqueño INTA, resultado que indica que el primer genotipo tiene un mayor consumo de lujo de P. 47 El Q/PSr aumenta con la dosis de P (Fig II.5). Nuevamente Buck candisur presenta valores mayores de este cociente que Chaqueño INTA solamente en altas dosis de P. Estas diferencias indican que la tasa de absorción de P promedio entre la germinación y el momento de la cosecha son diferentes entre los genotipos, ya que el efecto del tamaño de raíces está incluido como variable y el período de tiempo en el cuál se ha adquirido el P es el mismo para ambos genotipos. Se puede concluir entonces que las diferencias en la eficiencia de uso de P y en la tasa de absorción de P entre Chaqueño INTA y Buck candisur encontradas en hidroponia también se manifiestan en suelo fertilizado con altas dosis de P. 48 Tabla II.1: Parámetros del ajuste del logaritmo (base e) del contenido de P por planta y de la biomasa seca de raíces con el tiempo, obtenidos en el Ensayo 1. Se especifican para la ordenada al origen (a) y las pendientes (RAR y RGRr) los errores estándar entre paréntesis. Letras diferentes dentro de cada columna indican diferencias significativas (=0.05). Contenido de P en planta Biomasa seca de raíces Genotipos RAR a r2 n RGRr Chaqueño INTA 0.070 a (0.008) 0.806 a (0.223) 0.80 20 0.055 a (0.008) 1.765 a 0.71 (0.228) 20 Buck candisur 0.082 b (0.011) 1.214 a 0.806 (0.263) 15 0.092 b (0.008) 1.385 a 0.90 (0.195) 15 a r2 n Tabla II.2: Estimaciones de la eficiencia de absorción de P de dos genotipos de trigo (Ensayo 1). Las tasas de absorción neta de P fueron estimadas con dos métodos alternativos (SARP 1 y 2, ver Materiales y Métodos del Capítulo I) y promedios de la relación entre el contenido de P en planta y la biomasa seca de raíces (Q/PSr) obtenido al inicio de cada período especificado. Para el Q/PSr se indican con asteriscos las fechas en que hay diferencias significativas entre genotipos (=0.05), entre paréntesis se indican los desvíos estándar. SARP 1 (umol P/g.d) SARP 2 (umol P/g.d) Q/PSr (umol P/mg) Período Chaqueño Buck Chaqueño Buck (días) INTA candisur INTA candisur Chaqueño INTA Buck candisur 0.46 (0.09)* 0.71(0.43) 16-23 54.7 79.8 35.9 57 23-30 39.6 50.4 39.9 53.1 0.55 (0.06)* 0.68 (0.14) 30-37 7.94 44.35 49.5 0.69 (0.12) 49 0.62 (0.13) 12 E.U.P. (g PS/umol P) 10 8 6 4 Chaqueño INTA EUP=0,0131.BS +4,732; r=0,88 2 Buck candisur EUP=0.0115.BS +3,157 ; r=0,88 0 0 100 300 200 400 500 Biomasa seca de planta (mg) Figura II.1: Eficiencia de Uso de P (E.U.P.) en función de la biomasa seca por planta para plantas de Chaqueño INTA y Buck candisur de 16 a 37 días de germinadas, cultivadas en suelo fertilizado con 40 ppm de P (Ensayo I). Las rectas de correlación (negra= Chaqueño INTA; roja = Buck candisur) mostraron diferir únicamente en el valor de ordenada al origen (= 0.05). 50 450 60 Biomasa Seca vastago (mg) 400 15 350 30 150 300 250 10 200 5 150 0 100 50 Chaqueño INTA 0 0 50 100 150 200 250 [P] vástago (umolP/g MS) 500 60 Biomasa Seca vastago (mg) 450 150 400 15 350 30 10 300 250 5 200 0 150 100 Buck candisur 50 0 0 100 200 300 400 500 [P] vástago (umolP/g MS) Figura II.2: Promedios y desvíos estándar de la biomasa y de la concentración de P de vástagos de dos genotipos de trigo cultivados en suelo fertilizados con diferentes dosis de P (valores, en ppm de P, indicados al lado de los símbolos, Ensayo II). Las biomasas de las dosis superiores a 30 y a 60 ppm de P, para Chaqueño INTA y Buck candisur respectivamente, no difieren significativamente entre los niveles de fertilización (= 0.05). 51 Biomasa seco raíz (mg) 250 15 200 60 30 150 150 10 100 5 0 50 Chaqueño INTA 0 0 50 100 150 200 [P] raíz (umolP/gMS) 250 60 Biomasa seca raíz (mg) 15 150 200 30 150 10 5 0 100 50 Buck candisur 0 0 50 100 150 200 250 [P] raíz (umolP/gMS) Figura II.3: Promedios y desvíos estándar de la biomasa y concentración de P de raíces de dos genotipos de trigo cultivados en suelo fertilizados con diferentes dosis de P (valores, en ppm de P, indicados al lado de los símbolos, Ensayo II). Las biomasas de las dosis superiores a 15 y a 10 ppm de P, para Chaqueño INTA y Buck candisur respectivamente, no difieren significativamente entre los niveles de fertilización (= 0.05). 52 25 Chaqueño INTA E.U.P. (umol/gPS) 20 Buck candisur 15 10 5 0 0 20 40 60 80 100 120 140 160 Dosis de P (ppm) Figura II.4: Eficiencia de uso de P en dos genotipos de trigo cultivados con suelo fertilizado con distintas dosis de P (Ensayo II). Los datos corresponden a plantas de 28 días de edad. La EUP difiere significativamente entre los dos genotipos en la dosis de 150 ppm de P (= 0.05). 53 1,2 Q/PSr (umol P/mg) 1 0,8 0,6 0,4 Chaqueño INTA 0,2 Buck candisur 0 0 20 40 60 80 100 120 140 160 Dosis de P (ppm) Figura II.5: Cociente entre el contenido de P en planta y la biomasa seca de raíces (Q/PSr) en plantas de 28 días de edad cultivadas con distintas dosis de P aplicadas a un suelo deficiente en P. El Q/PSr difiere entre los dos genotipos únicamente en la dosis 150 ppm de P (= 0.05). 54 CAPITULO III RESPUESTA DE DOS GENOTIPOS DE TRIGO A LA PRIVACIÓN DE FOSFATO. EFECTOS SOBRE EL CRECIMIENTO, ACUMULACIÓN, CONCENTRACIÓN Y FLUJOS DE P. INTRODUCCION En los Capítulos I y II hemos identificado, en condiciones de consumo de lujo, dos genotipos de trigo que difieren en el cociente de uso del P (CUP) y en la tasa específica de absorción de P (SARP). Esta última está sujeta a mecanismos de regulación, hecho evidenciado por el escaso efecto que tiene el nivel de suministro sobre la concentración interna de P. Ante un aumento de 100 veces de la concentración en la solución de cultivo la SARP no llega a duplicarse . Para introducirnos en el análisis tomemos un genotipo de trigo en dos suministros de P no limitantes para el crecimiento. Si el mismo presenta, en un momento dado, una diferencia en la concentración interna de P entre ambos niveles de P, no es difícil interpretar que la misma se originó en una diferente tasa de absorción previa. Esto es así ya que las diferentes concentraciones internas no pueden atribuírse a diferencias en la dilución por crecimiento ni a una diferente distribución de la biomasa entre vástagos y raíces. Por otro lado no puede desconocerse que la relación entre la 55 concentración de P interna y la tasa de absorción no es sencilla. Estudios realizados sobre la recuperación de plantas deficientes en P muestran que a medida que la concentración interna aumenta la tasa de absorción disminuye hasta llegar a valores semejantes a los de plantas cultivadas siempre en +P. Esta interacción entre concentración interna y tasa de absorción de P puede ser analizada considerando que el valor de la tasa de absorción registrada en un momento determinado es: 1) el resultado de la regulación ejercida por la concentración de P en las plantas (simultánea o anterior al momento de determinación de la tasa de absorción), y 2) la causa de la futura concentración de P en las plantas. Si bien este camino de análisis parece viable resulta incompleto si no consideramos que la absorción neta no es un flujo simple, sino que es resultante de varios flujos que operan simultáneamente. La absorción neta puede plantearse mediante dos ecuaciones sencillas: 1) como la diferencia entre el influjo y eflujo de P y 2) como la sumatoria de otros dos flujos: la tasa de acumulación en la raíz (TAPr) y la tasa de transporte al vástago (TTPv). El análisis por separado de cualquiera de estas dos ecuaciones daría una visualización incompleta del sistema de regulación de la absorción de P. El siguiente esquema ilustra lo expuesto: 56 Vástago TTPv Influjo de P Solución externa Raíz TAPr Eflujo de P Si bien bajo condiciones de deficiencia de P, la importancia de la participación del influjo en la determinación de la absorción neta es indudable, en plantas que realizan consumo de lujo de P su rol no resulta tan claro y surge el eflujo de P con un probable papel regulador. Por otro lado la relación entre las tasas de acumulación y transporte al vástago parecerían estar relacionadas con la SARP a través del concepto de demanda de P. A primera vista, el concepto de que la demanda de P regule su absorción en plantas que presentan consumo de lujo parecería carente de significado. Sin embargo no puede descartarse un efecto del vástago sobre la regulación de la tasa de transporte al mismo (y por ende de una gran proporción de la tasa de absorción) aún cuando el nivel de suministro es no limitante para el crecimiento. 57 De esta manera puede plantearse a la absorción neta de P con una doble igualdad: Influjo Eflujo SARP TTPv TA Pr Bajo este enfoque, y en condiciones de consumo de lujo de P, planteamos diversas alternativas no excluyentes. Hipótesis: H1) La absorción neta de P está determinada por la regulación del influjo y/o del eflujo de P. H2) La absorción neta de P está determinada por la regulación del influjo y de la tasa de transporte de P al vástago. H3) La absorción neta de P está determinada principalmente por la regulación de la tasa de transporte de P al vástago y en menor medida por la tasa de acumulación de P en raíces. Debido a que se pretende analizar los flujos citados en dos genotipos es necesario considerar otro factor adicional relacionado con la forma de expresar los flujos. Ya que tanto el influjo como el eflujo de P ocurren en la superficie de contacto entre las raíces y la solución, y que los flujos se 58 expresan usualmente por cuestiones prácticas por unidad de biomasa seca o fresca de las raíces, planteamos una hipótesis adicional: H 4: Las diferencias en absorción neta de P entre los genotipos de trigo se deben a diferentes relaciones entre la superficie y la biomasa seca de las raíces. Las primeras tres hipótesis serán tratadas en el siguiente capítulo, mientras que la cuarta será puesta a prueba posteriormente (Capítulo V). Mientras que la primer hipótesis se basa en la existencia de un mecanismo de control en el plasmalema de las células de la corteza de las raíces, la tercera establece que los sitios de control se ubican en zonas más internas de la raíz y estarían relacionados fundamentalmente con el sistema de transportadores de carga al xilema y a la vacuola de las células de raíz (sitio de acumulación preferencial del P en ese órgano en condiciones de consumo de lujo de P). La segunda hipótesis implica un ajuste simultáneo de los sistemas de transportadores tanto en la interfase solución-raíz como a nivel raíz-vástago. La asociación entre cada uno de estos cuatro flujos con la concentración interna de P pueden informarnos de la importancia relativa de cada uno de ellos sobre la regulación de la SARP. Existen abundantes evidencias que tanto el influjo, como la cantidad de P absorbido y transportado al vástago, son mayores en plantas con baja concentración interna de P. Estos efectos pueden ser observados si se les vuelve a suministrar altos niveles de P 59 a plantas deficientes en P. Si el influjo, la TTPv y la TAPr estuvieran bajo el control de la concentración interna, el eflujo podía ser simplemente la resultante de estas tasas, sin un mecanismo de control propio que responda al nivel nutricional, visión compatible con una pérdida pasiva. Los datos presentados en el Capítulo I son compatibles con la hipótesis 1) en cuanto a que la misma podría explicar la diferentes SARP entre suministros, pero no ocurre lo mismo cuando se analiza a los flujos en el suministro 5 mol .m-3 de P. Los cambios temporales de la SARP y del influjo son contrapuestos: mientras la primera aumenta, el segundo disminuye. Sin embargo no hay que perder de vista, como ya fuera aclarado, que estos datos fueron obtenidos al poco tiempo de ser expuestas las plantas a los distintos suministros de P, con lo cuál podrían reflejar un comportamiento de aclimatación. En este capítulo se exponen los resultados de un ensayo donde se midió el influjo, la SARP, la TTPv y la TAPr en los dos genotipos seleccionados previamente, los que fueron sometidos a privación de P por diferente períodos. De esta manera se pretendió obtener información de plantas ya aclimatadas al suministro de P (plantas control) y evaluar el probable efecto de la concentración interna de P sobre los flujos de P (plantas pretratadas por diferentes períodos de tiempo en solución libre de P). Adicionalmente, analizamos diferencias genotípicas relacionadas con la demanda de P, debidas tanto a la producción de biomasa como a la 60 concentración interna de P. Incursionamos en la posibilidad de detectar en forma rápida y evidente diferencias entre genotipos mediante la privación de este nutriente, ya que es de esperar que la misma afecte más tempranamente y en mayor grado al genotipo que presenta una mayor demanda. MATERIALES Y METODOS Se utilizaron para este ensayo dos genotipos de trigo: Tríticum aestivum cv Chaqueño INTA y Triticum durum cv Buck Candisur. La germinación se llevó a cabo en cámara húmeda y oscuridad a 20 C. Dos días después de la germinación se formaron paquetes de 5 plántulas de tamaño uniforme (unidad experimental) los que se colocaron en solución nutritiva. Se utilizó el mismo medio de cultivo detallado en el Capítulo I con una concentración de fósforo 5 mol.m-3 suministrado como KH2PO4. A los 18 días de la germinación se inició el tratamiento dirigido a la obtención de plantas con diferentes concentraciones internas de P, el que consistió en suprimir a la mitad de las plantas la fuente de P del medio de cultivo y balancear la concentración de K+ con K2S04 (plantas –P). La temperatura de la cámara de cultivo fue de 20 ±1 C y la densidad del flujo fotónico, a nivel de las plantas, de 200 umol.m -2.s-1 de radiación fotosintéticamente activa (entre 400 y 700 nm), durante un fotoperíodo de 16 hs. 61 El crecimiento se estimó por cosechas sucesivas realizadas a partir del inicio de la privación de P a intervalos de dos días tanto para plantas deficientes como para las control. El material vegetal cosechado se separó en vástagos y raíces y se secó en estufa a 80C por 72 hs para determinar el peso seco. La digestión se realizó con mezcla nítrico-perclórico ( 3:2 v/v), determinándose el P de los digestos por el método colorimétrico del amarillo-vanado-molíbdico. Los pesos secos de vástagos, raíces y de planta entera se ajustaron a un modelo de crecimiento exponencial. La absorción neta de P por unidad de peso seco de raíces (SARP), se estimó utilizando la biomasa estimada por las regresiones y los promedios de las concentraciones de P en vástagos y raíces obtenidas en cada fecha. La estimación de la absorción de P resultante es un promedio de un período de dos días y sería la suma de dos componentes: la tasa de transporte de P al vástago (TTPv) y la tasa de acumulación de P en las raíces (TAPr). Para cada uno de ellos se usó la siguiente fórmula: SARP TTPv TA Pr PS 2v .[ P]v2 PSv1v .[ P]1v PS r .(t 2 t1 ) 62 PS 2r .[ P]r2 PS1r .[ P]1r PS r .(t 2 t1 ) En el que los subíndices especifican la cosecha y los superíndices la parte de la planta (v=vástago; r=raíz). En las plantas -P la estimación de la SARP requirió una modificación de la metodología antes citada. En cada cosecha se colocaron 5 paquetes de las plantas del tratamiento –P en solución 5 mol .m-3 de P. Luego de 24 horas estas plantas transferidas se cosecharon y se las procesó para determinar el peso seco y contenido de P de igual manera que las anteriores. Las tasas se estimaron utilizando la ecuación anterior, en la que las concentraciones de P en el tiempo 2 corresponden a plantas reexpuestas por 24 horas a solución 5 mol .m-3 de P y las del tiempo 1 a las plantas tratadas con solución libre de P cosechadas 24 horas antes. Paralelamente se realizó una medición del influjo de P utilizando 32P. El período de absorción utilizado fue de 20 min en solución con actividad específica 435 Kb/mmol P seguido por un lavado en solución completa sin marcador por igual lapso de tiempo. Finalmente se cosecharon las plantas, se las secó y pesó para luego digerirlas con mezcla Nítrico-perclórico (3:2 V:V). En los digestos se determinó la radioactividad usando un contador de centelleo líquido midiendo la radiación Cerencov. El diseño experimental utilizado fue totalmente aleatorio y cada unidad experimental consistió en un conjunto de cinco plantas. Las estimaciones de biomasa seca, concentración de P en vástagos y raíces e 63 influjo son promedios de 5 repeticiones. Los análisis estadísticos utilizados (Análisis de varianza y correlaciones) se realizaron con un = 0.05% . RESULTADOS Durante el período experimental la biomasa producida por las plantas -P no fue reducida en forma significativa con respecto a las control y fue mayor en Buck candisur que en Chaqueño INTA en ambos tratamientos (Fig. III.1 y Tabla III.1). En las plantas control la relación entre las biomasas de vástagos y raíces aumentó con el tiempo y se verificó que esta proporción fue mayor en Buck candisur que en Chaqueño INTA. Las plantas de ambos genotipos privadas de P presentaron una menor relación de biomasas entre el vástago y la raíz que sus controles (Fig. III.2), este efecto fue estadísticamente significativo a partir de los 8 días de privación de P (= 0.05). La concentración de P en las plantas control permaneció relativamente constante (Fig. III.3 a y b) a excepción de la concentración de P en los vástagos de Buck Candisur, la cual disminuyó alcanzando al final del experimento similares valores que los de Chaqueño INTA. Este resultado indicaría una disminución en el tiempo de la diferencia genotípica en la eficiencia de uso de P y solamente fue observado en este experimento donde la edad de las plantas fue mayor que la del capítulo anterior. 64 Con sólo dos días de privación de P se observó una reducción significativa de la concentración del mismo en las plantas, siendo entre un 1020% menor en los vástagos y un 30- 40% menor en las raíces que en las plantas control (Fig. III.3 a y b). A los doce días la concentración interna de P disminuyó a valores de aproximadamente un 30% de los presentados por los controles. La disminución de la concentración de P bajo deficiencia se debió principalmente al crecimiento de las plantas, el que conllevó a la dilución del contenido interno del nutriente. Otro factor de importancia secundaria fue la pérdida de P desde las raíces a la solución de cultivo en los primeros días del traspaso a solución -P. Esta pérdida fue constatada por el muestreo diario de la solución de cultivo en la que se determinó la concentración de P. La pérdida de P calculada en todo el período de privación equivalió a un 10% del contenido de P de las raíces, cantidad poco significativa para explicar la disminución de la concentración de P en planta aquí encontrados. Los valores estimados de la tasa de absorción neta de P de las plantas control presentaron pocos cambios en el tiempo oscilando entre 5 y 8.8 µmolP/h.g PSraíz en Chaqueño INTA y entre 7.4 y 11.5 en Buck candisur (Fig. III.4). En ambos genotipos la suspensión del suministro de P condujo a un aumento de la tasa de absorción neta, la que alcanzó un valor 5 veces superior a los de las plantas control luego de doce días de privación de P (Fig. III.4) y no mostraron ser diferentes entre los genotipos. Es oportuno aclarar aquí los inconvenientes metodológicos que existen para la determinación de la absorción neta. Por un lado en altos 65 suministros de P no es posible estimar directamente a la SARP por la disminución de la concentración en la solución de cultivo, debido a que la cantidad de P absorbido por las plantas es un porcentaje bajo del contenido total de la solución. Alternativamente, si se prolonga el tiempo de absorción, y/o se disminuye el volumen de solución, se corre el riesgo de que se modifique sensiblemente el pH y la concentración de otros iones de la solución de cultivo. En estas condiciones es recomendable la estimación de la SARP por medio de cosechas sucesivas, metodología que además permite estimar la distribución neta del P absorbido entre vástagos y raíces. En los dos genotipos, las cosechas se realizaron cada dos días a fin de seguir cambios en la concentración de P interno, por lo que la estimación de la SARP resulta ser un promedio para ese período. Por otro lado en las plantas -P es necesario reexponerlas a solución +P por un período suficientemente largo como para detectar cambios en la concentración de P en las plantas. En este trabajo se utilizó un período de 24 hs para determinar la SARP. De este modo las estimaciones de la SARP de las plantas control y –P resultaron ser promedio de períodos de diferente duración, dificultando la comparación estadística directa entre plantas control y aquellas privadas de P. Tanto la tasa de transporte de P a los vástagos (TTPv) como la de acumulación en las raíces (TAPr) no presentaron importantes cambios en el tiempo en las plantas control y la primera mostró ser superior en B.C que en Ch.I. (Fig. III.5 a y b). Ambos componentes de la SARP en las plantas -P aumentaron con el tiempo de privación de P, sin mostrar ninguna de ellas diferencias entre genotipos. Al analizar el cociente TAPr/TTPv a diferentes 66 tiempos (Fig. III.6) se visualiza que es mayor en plantas -P que en controles. En plantas privadas de P por pocos días esta relación es alta, especialmente en Ch.I., aunque luego de 6 días de tratamiento este cociente disminuye y es similar entre los dos genotipos (Fig. III.6). La tasa de acumulación de P en las raíces representó un valor inferior al 25% de la SARP en las plantas control de ambos genotipos, mientras que para las plantas deficientes osciló entre un 62 y 27% en Chaqueño INTA y entre 41 y 28% en Buck candisur. Los valores más altos se obtuvieron en plantas con pocos días de privación de P. El influjo de P presentó amplias variaciones entre cosechas (Fig. III.7, a). Al analizarlo en función de la biomasa seca de las plantas se observa, en todos los casos, una tendencia a disminuir (Fig. III.7, b). No se encontró un patrón claro de diferencias entre genotipos y tratamientos de P en el influjo de P, ya que existieron interacciones entre estos dos factores y el tiempo. Las escasas diferencias significativas encontradas indicaron que el influjo de P fue mayor en plantas deficientes que en controles. Estas observaciones merecen ser analizadas con el cuidado correspondiente ya que sólo en algunos momentos los valores difieren significativamente (a los 6, 8 y 10 días desde el inicio de privación de P para Chaqueño INTA y a los 8 y 12 días para Buck candisur). El posible efecto regulatorio de la concentración interna sobre los flujos de P se estudió mediante el análisis de correlaciones. Ni el influjo ni el eflujo de P (estimado por la diferencia entre el influjo de P y la SARP) mostraron relación alguna con la concentración de P interna, ya sea esta 67 concentración la correspondiente a vástagos o a raíces (Fig. III.8 y III.9). A diferencia, la SARP y la concentración interna de P se correlacionaron significativamente (Fig III.10 y Tabla III3). La función que presentó mejor ajuste entre las variables fue de tipo logarítmico (Tabla III.3). Ambos genotipos de trigo mostraron una relación similar entre la SARP y la concentración de P en raíces, en cambio la relación entre la SARP y la concentración de P en los vástagos, difirieron en el valor de la ordenada al origen (Tabla III.3), de tal manera que para una dada concentración interna de P Buck candisur presentó una mayor SARP que Chaqueño INTA (Fig III.10). Ambos componentes de la SARP (TTPv y TAPr) se correlacionaron también significativamente con la concentración interna de P. La función de ajuste entre estos pares de variables fue del mismo tipo que la encontrada entre la SARP y la concentración interna de P y las conclusiones extraídas de esta última son también aplicables a las primeras (Tabla III.3). A partir de las correlaciones SARP-[P]i se estimó la concentración interna de P (concentración umbral) correspondiente a un valor de SARP 10% superior al mayor valor de SARP registrado para los controles. El cálculo de esta concentración interna umbral en los vástagos mostró ser superior para Buck candisur con respecto a Chaqueño INTA (Tabla III.3). Realizando el mismo cálculo para la correlación TTPv-[P] y TAPr-[P] (tomando en cada caso como valor de referencia el mayor valor de la tasa correspondiente), se observó que, al igual que para la SARP, la mayor diferencia entre genotipos en los valores umbrales correspondió al estimado en los vástagos (299 y 399 µmol P.g-1 para la TTPv de Ch.I. y B.C. respectivamente, mientras que para la TAPr fueron de 424 y 448 µmol P.g -1 en 68 los mismos genotipos) siendo mayores en ambos casos los de Buck candisur. Por otro lado los valores umbrales de concentracion de P estimados tanto en vástagos como en raíces fueron superiores para la TAPr. Ni el influjo ni el eflujo de P se relacionaron con la SARP (Fig. III.11), sin embargo entre estos dos flujos unidireccionales se encontró una relación lineal para las plantas control, no diferentes entre genotipos, mientras que para plantas -P se observaron algunos desvíos a esta función para los valores más bajos de ambos flujos. Estos valores corresponden a plantas con 8 o más días de tratamiento sin P (Fig. III.12). DISCUSION Los resultados presentados en este capítulo coinciden con los ya expuestos en cuanto a que el genotipo Buck Candisur produjo mayor biomasa que Chaqueño INTA. Al ser la concentración de fósforo utilizada para el cultivo de las plantas mucho mayor que aquellas que limitan la tasa de crecimiento de plántulas de trigo, las mismas presentaron consumo de lujo de este nutrimento a cuya expensa se mantuvo la tasa de crecimiento observado en las plantas privadas de P. Sin embargo la falta de P externo modificó, de alguna manera, la redistribución de los fotoasimilados, favoreciendo como destino a las raíces y resultando en una menor relación de biomasas vástago:raíz. Este mecanismo de adecuación a bajos suministros de P fue precedido por otro: el aumento de 69 la tasa específica de absorción de P (SARP), aumento que no fue acompañado por el influjo de P. A pesar de la mayor biomasa, de la mayor relación biomasa de vástago:raíces y de la mayor concentración de P en vástagos observados en Buck candisur (los que llevarían a suponer un mayor requerimiento de P en este genotipo), los efectos de suprimir el suministro de P, como son el aumento en la SARP e influjo de P, no se detectaron que fueran superiores a los de Chaqueño INTA y/o que se presentaran anticipadamente. Es de destacar que si bien la absorción neta de P fue muy diferente entre los controles y las plantas privadas de P, estas diferencias no se manifestaron con igual claridad en el influjo de P. Una de las dificultades al analizar estos resultados fue la alta variabilidad de los valores del influjo. En una primera aproximación se pueden considerar dos fuentes de variabilidad: 1) la aportada por las diferencias entre las unidades experimentales, que es muy importante y, 2) la tendencia del influjo a disminuir en el tiempo, al menos en las plantas control, ya observada en el Capítulo I. Esta tendencia no fue tan clara en el presente ensayo (Fig. III.7, a), tal vez debido al menor valor del influjo y a la persistencia de las amplias diferencias entre plantas. Una manera de empezar a discriminar el origen de esta variabilidad es evaluando la relación entre el influjo de P y la biomasa de las plantas (Fig. III.7,b). Si este hipotético efecto del tamaño de las plantas sobre el influjo de P fuera real, apenas alcanza a explicar la mitad de la variabilidad de los influjos en las plantas control (ya que el coeficiente de correlación fue de 0.5). Otra probable fuente 70 de variabilidad sobre el influjo podría ser las oscilaciones dependientes de los ciclos luz-oscuridad, tal como han sido encontradas para el nitrato (Delhon et al, 1995a). Lamentablemente, y a pesar de que es ampliamente conocida la existencia de oscilaciones diarias en la absorción neta (Le Bot and Kirkby, 1992; Delhon et al, 1995; Pan et al, 1987 ), es notable la falta de información con respecto al comportamiento diario en el influjo de iones. Pese a que en el presente trabajo se ha tomado la precaución de realizar los influjos en las horas siguientes a la mitad del fotoperíodo, no descartamos la posibilidad del efecto de fluctuaciones diurnas sobre las conclusiones de la evolución del influjo con el tiempo, ni en la ausencia de una correlación entre el influjo de P y la SARP. Por otro lado existen otros dos elementos a considerar en el análisis del escaso efecto de la privación de P sobre el influjo de P. Por un lado es probable que los datos obtenidos pertenezcan a la fase lineal de la isoterma de absorción de P, ya que la concentración de P usada es muy elevada. Edwards (1969) postuló que el influjo de P en esta fase presenta un componente de difusión pasiva que crece con la concentración externa. Cogliatti y Santa María (1990) encontraron que en trigo dicho componente de difusión pasiva se visualizaba en concentraciones superiores a los 0.5 mol .m-3 de P, y que es escaso el efecto del suministro previo de P sobre el influjo de P, por lo que no sería esperable encontrar una relación entre el influjo de P y la concentración interna de P. De ser así en el presente caso un probable aumento en la Vmax de los transportadores de fosfato de las plantas 71 deficientes no sería detectado en 5 mol .m-3 de P, hecho que explicaría la escasa diferencia en los valores de los influjos entre plantas control y plantas deficientes. El otro aspecto del escaso efecto de la privación de P sobre el influjo se relaciona con un retardo en la detección de los cambios en el influjo de P podría deberse a su propio mecanismo de regulación, el cual involucra la síntesis de transportadores. Sin embargo existen evidencias de que tal mecanismo actúa rápidamente. Al respecto, en tomate el aumento en la acumulación de ARN mensajero y aparición de una proteína transportadora de P se produce dentro de las 12 a 24 hs después de suprimirle el P (Muchhal and Raghothama, 1999). Estudios realizados de dos promotores de dos transportadores de P de alta afinidad de arabidopsis (AtPT1 y AtPT2) con el uso de genes chivato (en este caso el LUC) mostraron, también, que 12 hs después de privar de P a las plantas comenzaba en éstas a producirse una acumulación de ARN mensajero y a manifestarse la actividad de las proteínas codificadas por los genes chivato. Sin embargo la actividad de enzima LUC alcanzó a ser un 60% de la máxima luego de dos días, y la máxima se registró con 4 o más días después de suprimirle el P (Karthikeyan et al, 2002). Estos resultados fueron expresados sólamente según el tiempo desde el inicio del tratamiento –P y muestran cuán rápidamente puede actuar una regulación vía síntesis de novo. Sin embargo estos resultados resultan difíciles de extrapolar a otras situaciones, ya que al no contar con ninguna variable que informe del estado nutricional de las plantas (como por ejemplo de la concentración interna de P) no pueden ser atribuidos claramente a las perturbaciones originadas por 72 el cambio del medio de cultivo y/o a una respuesta específica a la deficiencia de P. Al respecto, Kartikheyan et al. (2002) afirman que la activación de estos genes es específica a los cambios en la disponibilidad de P, basándose en otro trabajo (Mukatira et al, 2001) en el que se muestra que dos promotores de transportadores de P de alta afinidad (AtPT2 de Arabidopsis y TPSI1 de tomate) son activados por la privación de P pero no por estrés salino, desecación, frío o calor. Sin dudar de la existencia de una respuesta específica a nivel del sistema de transportadores de P a la deficiencia de P (abundante información la respalda), no se puede descartar que una regulación más general también esté interfiriendo en los niveles de ARNm de los transportadores de P de alta afinidad. Cabe considerar que según destaca Mukatira et al. (2001) para los transportadores de P se cumple una observación general basada en la comparación de múltiples genomas, que afirma que las regiones que codifican para proteínas son muy conservadas, mientras que las de los promotores son altamente divergentes. Estos autores sostienen que esto “le confiere habilidad a las plantas para regular diferencialmente uno o más genes involucrados en la adquisición de nutrientes según su necesidad y disponibilidad” variabilidad que encontraron en una diferente sensibilidad a la concentración de P en el medio de cultivo en la inducción de los genes AtPT1 y AtPT2 de arabidopsis. Por tanto, la actividad de los genes presentada en función del tiempo no deja en claro si es un efecto de una incipiente deficiencia de P y/o producto del estrés del cambio abrupto de la composición del medio de cultivo. Un elemento para considerar esta última posibilidad son los resultados obtenidos por Wang et al., 73 2002, que registran una acumulación de ARNm de un transportador de P de alta afinidad dentro de las primeras 3 a 12 hs de haber suprimido del medio de cultivo ya sea el K, el Fe o el P, respuesta rápida y evidentemente poco específica. Los autores sostienen que esta respuesta es pasajera ya que, al contrario del tratamiento –P, el alto nivel inicial de ARNm no se mantiene luego de 5 días de privación de K o de Fe. Por tanto no es posible descartar esta posibilidad, en vistas también de que los aumentos en el influjo cuando se suprime el P en general son apreciables en escala de varios días (Arnozis and Cogliatti, 1983;.Adalsteinsson et al, 1994). Pese a que existe mucha información que permitiría suponer cambios en el sistema de transportadores involucrados en el influjo, la falta de correlación encontrada entre la concentración de P interna con el influjo de P indica que el aporte del sistema de alta afinidad al influjo total en 5 mol.m -3 es de escasa importancia. Estudios de la regulación de promotores de los genes codificadores de transportadores de P de alta afinidad mostraron que pueden ser reprimidos por el resuministro de P a plantas deficientes y que su expresión en plantas bien nutridas en P es mínima (Mukatira et al, 2001; Karthikeyan et al, 2002). Los autores sugieren que los resultados de la regulación de estos promotores coinciden con los estudios cinéticos de la absorción de P en cuanto a que el sistema de alta afinidad es desreprimido por la privación de P. Con respecto a los transportadores de P de baja afinidad, poco se puede decir, aunque se sabe que se expresan en forma constitutiva. 74 Con estos escasos conocimientos una posible interpretación de los resultados aquí obtenidos es que en las plantas cultivadas en 5 mM de P el influjo de P estaría mediado en gran proporción por el sistema constitutivo de baja afinidad, el que disminuye con el tiempo o la biomasa. Mientras que en las plantas control el sistema de transportadores de alta afinidad estaría reprimido, en las plantas privadas de P dicho sistema tendría una actividad en aumento. En suma puede suponerse que estas dos tendencias contrapuestas sobre el influjo total de P operarían simultáneamente en las plantas privadas de P. Ambas tendencias permitirían que la diferencia del influjo entre controles y plantas –P, atribuidas al sistema de alta afinidad, sea recién detectable seis días después, cuando la contribución del mismo en el influjo sea proporcionalmente alta. Otra posibilidad, aunque más incierta, es que también el sistema de transportadores de baja afinidad responda a la concentración interna y contribuya, conjuntamente con el sistema de alta afinidad en la diferencia del influjo entre plantas controles y –P. Aún considerando el inconveniente de que los flujos de P fueron estimados a tan diferentes escalas de tiempo (minutos en el caso del influjo y días para la SARP), las amplias diferencias encontradas en sus valores nos dan idea de la importancia relativa de cada uno de ellos. En nuestro caso el valor de la absorción neta de P en las plantas control fue entre un 2 a un 7% del valor del influjo, mientras que en las plantas -P este porcentaje aumentó con el tiempo de privación de P hasta llegar a ser un 60%, indicando una importante reducción del eflujo. 75 Usualmente el efecto regulatorio de la concentración de P sobre la tasa de absorción de P ha sido deducido de la comparación entre dos tipos de plantas: deficientes y suficientes, sin una expresión cuantitativa entre ambas variables. Para la tasa de absorción de nitrato y de amonio Lee (1993) ha encontrado una clara correlación con la concentración interna de nitrógeno en las raíces y ,aunque no probó ninguna función entre las variables, son en apariencia del mismo tipo a la obtenida en este trabajo entre la SARP y la concentración de P de vástagos y raíces. La presunción de que existe una regulación de la SARP vía concentración interna de P puede mantenerse en vistas de que ambas variables se correlacionan entre sí. La forma de la curva de correlación indica que una concentración de P interna inferior a la presente en las plantas control desencadenaría una respuesta detectable en la SARP, al menos para el método aquí empleado para su medición. Una estimación de esta concentración umbral de P puede realizarse calculando con la función de correlación la concentración interna de P correspondiente a una SARP 10% superior a las de las plantas control. La concentración interna umbral calculada no difirió entre los genotipos cuando se consideró la concentración en raíces, sin embargó mostró ser diferente para los vástagos. Se observa claramente que existe una mayor concordancia de las estimaciones de concentraciones umbrales de la SARP con los de la TTPv que con los de la TAPr.. Son tres las semejanzas: a) en cuanto a valores (comparables entre ambas tasas); b) en cuanto a las diferencias encontradas entre los genotipos (similares valores entre genotipos para la concentración umbral en raíces, pero mayor para Buck candisur en vástagos) c) y en cuanto a 76 que umbrales estimados en los vástagos son mayores que en las raíces (Tabla III. 3). Para la TAPr esta diferencia en la concentración interna umbral entre genotipos y entre vástagos y raíces es menos marcada, y su valor absoluto es sospechosamente similar a la concentración de P en las raíces y en los vástagos de las plantas control (Tabla III.3 y Fig. III.3). Estas observaciones refuerzan la idea de que la SARP responde en mayor medida a la TTPv y, por otro lado, sugieren que las respuestas observadas en la TAPr son más inmediatas y locales. No parece desatinado suponer que uno de los principales componentes de la TAPr en las plantas –P expuestas a 5 mol.m-3 de P, es su acumulación en las vacuolas. Se sabe que este proceso actúa en forma muy rápida, mediado probablemente por canales, contribuyendo eficazmente al mantenimiento homeostático de la concentración de P en el citoplasma (Sakano et al. 1995). Independientemente del estado nutricional, un aumento abrupto de la cantidad de P que ingresa al simplasto, sería seguido por un aumento del transporte de P a la vacuola, por tanto el umbral de concentración de P podría resultar similar a la concentración de las plantas control, sin implicar necesariamente otro tipo de regulación (como el de síntesis de novo de los transportadores del tonoplasto, aunque no se descarte) que el de la propia flexibilidad de respuesta de los transportadores existentes. De esta manera la correlación TAPr-[P] presentaría un valor umbral relacionado con una respuesta inmediata de los transportadores a la concentración local (citoplasma) de P, mientras que la pendiente combinaría además de este efecto el de posibles cambios en el tipo y/o cantidad de transportadores. 77 Por otro lado si bien en las plantas -P la tasa de acumulación de P en las raíces contribuye más a la SARP que en las plantas control (en especial al inicio del tratamiento de privación) la tasa de transporte de P al vástago es el principal componente de la SARP. Ambas tasas presentaron el mismo comportamiento general que la SARP con respecto a la concentración de P, de tal modo que no se rechaza la hipótesis de que la regulación del flujo neto en este alto suministro de P se realice, en parte, vía modificación de la capacidad de transporte y acumulación de P en las raíces. Sin embargo la pendiente de la correlación tasa-[P] es mayor para la TTPv que para la TAPr, indicando que la disminución en una unidad de concentración es acompañada por un mayor cambio de la TTPv. Múltiples factores estarían relacionados con este aumento de la TTPv, cuyo resultado es englobado por el término de “demanda”. Uno de estos factores sería el sistema de transportadores implicados en la redistribución interna del P, cuyo conocimiento e identificación es actualmente incipiente. Aún así se ha observado que los genes que codifican para transportadores de P que se expresan no sólo en raíces sino también en hojas, flores, etc., responden a la eliminación del P del medio de cultivo con cambios en su activación como así también en el patrón de expresión (Leggewie et al., 1997; Karthikeyan et al., 2002). Resumiendo, cuando las plantas están en contacto con solución 5 mol P.m-3: a) el influjo de P está lejos de limitar la absorción de P tanto en plantas control como en deficientes; b) la tasa de transporte de P al vástago es el principal componente de la SARP; c) el eflujo de P sólo se relaciona con el influjo de P y d) únicamente los dos componentes de la SARP se relacionan 78 con la concentración de P que presentaban las plantas al momento de inicio de la medición de la misma. El primer punto facilita aceptar la falta de correlación entre el influjo y la SARP, relación frecuentemente asumida como válida, ya que dicha relación sería trivial en condiciones de consumo de lujo de P. Esto es válido, al menos inicialmente, en las plantas traspasadas a solución –P las cuales presentaron tal cantidad de reserva de P que alcanzó como para sostener un crecimiento similar a las plantas control y cuya SARP en 5 mol .m-3 de P llegó a ser a lo sumo un 70% del valor del influjo de P al final del experimento. El aumento inicial de la SARP observado en las plantas deficientes parecería relacionarse con un aumento de la tasa de acumulación de P en las raíces, pero el incremento más importante de la SARP, evidenciado en las plantas con 4 ó más días de privación de P, se relacionaría con un aumento importante de la tasa neta de transporte de P al vástago, tasa relacionada tanto con la concentración de P de raíces como con la de los vástagos. Sin embargo, no se puede ignorar que, en las últimas cosechas el aumento de la SARP fue acompañado por una reducción del eflujo. Con respecto a una regulación de la absorción neta vía eflujo ya fue propuesta por Deane-Drummond y Glass (1983) abriendo un debate sobre la importancia relativa del influjo y eflujo. Estos investigadores mostraron la importancia y la velocidad con que puede actuar el eflujo. Al resuministrarle nitrato a plantas deficientes se producían rápidos cambios en la absorción 79 neta, desde un valor inicial 10 veces superior al de los controles, hasta prácticamente igualarse con los de éstos en sólo 20 minutos, durante estos cambios no se detectaron diferencias en el influjo de nitrato. Sin embargo este ajuste del eflujo al estado nutricional parece ser solamente pasajero, mientras que los cambios en el influjo de P actúan a escalas de tiempo más largas (Lee, 1993). El rol del eflujo de P puede ser mejor comprendido dentro de un contexto más amplio. Se conoce que el P inorgánico en el citoplasma es mantenido a concentraciones constantes aún en plantas deficientes de P, mantenimiento realizado a expensas del P inorgánico de las vacuolas (Lee and Ratcliff, 1983; Lauer et al., 1989; Theodorou et al., 1991). Si la deficiencia se agudiza y el P inorgánico de las vacuolas se agota se produce una disminución en el nivel de ATP (Lauer et al., 1989; Duff et al., 1989; Theodorou et al., 1991) con el consiguiente compromiso del mantenimiento de todos los procesos metabólicos. Por otro lado en cultivos de células también se observó que el intercambio de P entre el citoplasma y la vacuola intervenía en este equilibrio (Sakano et al., 1995), y que su ruptura, en este caso por un exceso de suministro de P, conducía a la pérdida de viabilidad de las células (Sakano et al., 1992). Puede considerarse entonces que el mantenimiento homeostático de la concentración de P inorgánico del citoplasma es una propiedad emergente de un sistema de transporte y asimilación que actúan en conjunto (Mimura, 1999). En raíces enteras sobre este ”pool” de P inorgánico citoplasmático operarían simultáneamente el influjo, el eflujo, la acumulación en la propia raíz (ya sea física, como en la vacuola, o química, como en la formación de compuestos orgánicos estables) y la tasa de cargado al xilema, 80 como los principales flujos de P que intervienen en forma equilibrada. Si la concentración de P inorgánico está bajo control homeostático, cualquier alteración de los flujos acarreará un cambio en los otros. Los resultados mostrados en este capítulo muestran importantes cambios en la tasa de transporte al vástago y en la de acumulación de P en las raíces en las plantas privadas de P, aún por pocos días, antes de que se detecten cambios en la partición de biomasa y en el influjo de P. Si bien para un mismo valor de influjo el eflujo de P de plantas con deficiencia avanzada es menor que en las control, la falta de correlación entre este último con la concentración de P en las plantas indicaría que, en suministros altos de P, la absorción neta del mismo se relacionaría más con un aumento en la capacidad de transporte de P al vástago y de su acumulación en las raíces que con cambios regulados en el eflujo de P. Mientras que el influjo disminuye con el tiempo, aumentando el cociente Influjo/SARP y por lo tanto la eficiencia energética de la absorción, la tasa de acumulación de P en las raíces como así también la de transporte al vástago aumentan en las plantas –P acompañadas por el descenso de la concentración interna de P. Los presentes datos sugieren que los transportadores de P relevantes en los flujos de P en suministros altos del mismo, presentarían una concentración interna umbral o un sistema de regulación diferente entre aquellos implicados en la interfase solución externa-raíz de los responsables de la distribución interna de P. 81 CONCLUSIONES Estos resultados destacan que: 1) La privación abrupta de P no condujo durante el período estudiado a una deficiencia en el sentido clásico de su definición: disminución del crecimiento por disminución de la concentración interna de un nutrimento. 2) Sin embargo las plantas tratadas presentaron dos características relacionadas con la deficiencia: disminución de la relación de biomasas vástago-raíz y un aumento de la absorción neta de P manifestado cuando se reanuda el suministro normal de P. 3) El influjo de P presenta un comportamiento independiente de la concentración interna de P en las plantas, la falta de correlación puede tener múltiples orígenes entre ellos la presencia de ciclos diurnos. 4) La TTPv representa un alto porcentaje de la SARP y presenta varias semejanzas con ésta en su correlación con la concentración interna de P. Este flujo comienza a aumentar a concentraciones internas de P menores que la TAPr , pero con una tasa mayor. Por otro lado el aumento en la SARP, TAPr y TTPv se presentaron anticipadamente a los del influjo de P. 5) Las diferencias genotípicas esperadas de los flujos de P en la respuesta a la privación de P, como el retraso del aumento de la SARP o 82 en el valor de la misma, no se observaron. Sin embargo Buck candisur presenta a similares valores de SARP y TTPv una concentración de P en vástagos mayor que la de Chaqueño INTA, pudiendo indicar la misma un diferente umbral de concentración interna de P entre los genotipos que activen los mecanismos de adecuación a la deficiencia de P. 83 Peso Seco (mg/pta) 500 400 300 200 100 0 0 2 4 6 8 10 12 14 Tiempo (días) Figura III.1: Promedios y desvíos estándar de la biomasa seca por planta según los días del inicio del tratamiento de privación de fósforo (-P). Símbolos llenos: tratamiento control, vacíos: tratamiento –P, cuadrados: Buck candisur; triángulos: Chaqueño INTA. 84 Tabla III.1: Regresiones lineales del logaritmo (base e) de la biomasa seca por planta en función de los días desde el inicio del tratamiento de privación de P. Los valores entre paréntesis corresponden a los errores estándar y letras similares dentro de cada columna indican diferencias significativas entre tratamientos (= 0.05). Tratamiento O. origen Pendiente Coeficiente de regresión número de datos Chaqueño I. control 4.00 (0.04) a 0.106 (0.006) a 0.867 50 Chaqueño I. -P 3.94 (0.06) a 0.102 (0.009) a 0.736 50 Buck c. control 4.31 (0.04) b 0.116 (0.006) a 0.891 50 Buck c. -P 4.39 (0.03) b 0.100 (0.005) a 0.889 49 85 7 PS vástago/ PS raíz 6 5 4 3 2 1 0 0 2 4 6 8 10 12 14 Tiempo (días) Figura III.2: Relación entre la biomasa seca de vástagos y raíces en función de los días desde el inicio del tratamiento de privación de fósforo. Las barras verticales corresponden a los desvíos estándar. Símbolos igual que en la figura III.1. 86 [P] vástago (umol P/g PS) 600 a 500 400 300 200 100 0 0 2 4 8 10 12 14 12 14 Tiempo (días) 800 [P] raíz (umol P/g PS) 6 b 700 600 500 400 300 200 100 0 0 2 4 6 8 10 Tiempo (días) Figura III.3: Promedios y desvíos estándar de la concentración interna de P en vástagos (a) y raíces (b) según los días desde el inicio de la privación de P. Símbolos igual que en la figura III.1. 87 SARP (umol P/g .h) 60 50 40 30 20 10 0 0 2 4 6 8 10 12 14 Tiempo (días) Figura III.4: Tasas de absorción neta de P (SARP) en plantas control (estimadas en 2 días) y privadas de P (estimadas en 1 día), en función de los días desde que se inició la deficiencia de P. Símbolos igual que en la figura III.1. 88 40 TTPv (umol P/g. h) a 30 20 10 0 0 2 4 6 8 10 12 14 10 12 14 Tiempo (días) 20 TAPr (umol P/g. h) b 15 10 5 0 0 2 4 6 8 Tiempo (días) Figura III.5: Evolución en el tiempo de la tasa de P transportado al vástago (TTPv) (a) y la tasa de acumulación de P en raíces (TAPr) (b) para plantas control y privadas de P. Símbolos igual que en la figura III.1. Tabla III.2: Correlaciones lineales entre las tasas de absorción neta de P (SARP), tasa de transporte de P a los vástagos (TTPv) y tasa de acumulación de P en raíces (TAPr) obtenidas con 22 observaciones (tratamiento deficiencia, control, y los dos genotipos en conjunto). Correlación Pendiente O.origen Coef. de Correlación SARP vs TTPv 1.425 -0.159 0.98 SARP vs TAPr 2.763 3.175 0.95 TTPv vs TAPr 1.761 3.177 0.88 89 TAPr /TTPv) 1,6 1,2 0,8 0,4 0 0 2 4 6 8 10 12 14 Tiempo (días) Figura III.6: Evolución en el tiempo del cociente entre la tasa de acumulación de P en raíces (TAPr) y la tasa de P transportado al vástago (TTPv) para plantas control y privadas de P. Símbolos igual que en la figura III.1. 90 Influjo (umol P/g .h) 300 a 250 200 150 100 50 0 0 2 4 6 8 10 12 14 Tiempo (días) Influjo (umol P/g .h) 300 b 250 200 150 100 50 0 0 50 100 150 200 250 300 Peso Seco (mg/pta) Figura III.7: Influjos de P en plantas deficientes y control según los días desde el inicio de la privación de P (a) y según la biomasa seca por planta (b). Los desvíos estándar están representados con las barras verticales. Símbolos igual que en la figura III.1. 91 Influjo (umol P/g .h) 250 a 200 150 100 50 0 0 100 200 300 400 500 600 [P] vástagos (umol/gPS) Influjo (umol P/g.h) 250 b 200 150 100 50 0 0 100 200 300 400 500 600 [P] raíz (umol/gPS) Figura III.8: Influjos de P en relación con los promedios de concentración de P en vástagos (a) y raíces (b). La concentración de P fue obtenida de plantas cosechadas inmediatamente antes de la medición del influjo. Símbolos igual que en la figura III.1. 92 Eflujo (umol P/g .h) 250 a 200 150 100 50 0 0 100 200 300 400 500 600 500 600 [P] vástagos (umol/gPS) Eflujo (umol P/g.h) 250 b 200 150 100 50 0 0 100 200 300 400 [P] raíz (umol/gPS) Figura III.9: Eflujo de P en relación con los promedios de concentración de P en vástagos (a) y raíces (b). La concentración de P fue obtenida de plantas cosechadas inmediatamente antes de medirles el influjo y la SARP, mientras que el eflujo fue estimado como la diferencia entre estos dos flujos. Símbolos igual que en la figura III.1. 93 SARP (umol P/g .h) 60 a 50 BC SARP = -31,196Ln([P]) + 201,24 R = 0,929 40 30 20 Ch.I. SARP = -24,453Ln([P]) + 152,05 R = 0,995 10 0 0 100 200 300 400 500 600 [P] vástagos (umol/gPS) SARP (umol P/g.h) 60 b 50 B.C. SARP = -20,684Ln([P]) + 137,32 R = 0,937 40 30 20 Ch.I. SARP= -20,813Ln([P]) + 135,8 R = 0,951 10 0 0 100 200 300 400 500 600 [P] raíz (umol/g PS) Figura III.10: Correlaciones entre la tasa específica de absorción de P (SARP) y el promedio de la concentración de P en vástagos (a) y en raíces (b). Las concentraciones de P fueron obtenidas de plantas cosechadas al inicio del período de medición de la SARP. Símbolos igual que en la figura III.1. Las líneas llenas representan la correlación de Chaqueño INTA (ChI) y las quebradas las de Buck candisur (B.C.). Mas detalles ver Tabla III.1. 94 250 Influjo (umol P/g .h) a 200 150 100 50 0 0 10 20 30 40 50 60 SARP (umol P/g .h) Eflujo (umol P/g .h) 250 b 200 150 100 50 0 0 10 20 30 40 50 60 SARP (umol P/g .h) Figura III.11: Relación entre la SARP y el influjo (a) y el eflujo de P (b) para plantas control y privadas de P. Símbolos igual que en la figura III.1. 95 Eflujo (umol P/g .h) 250 200 150 100 50 0 0 50 100 150 200 250 Influjo de P (umol/g .h) Figura III.12: Relación entre el eflujo y el influjo de P medido en solución 5 mol .m-3 de P, para plantas control y plantas privadas de P por dos a 12 días. Símbolos igual que en la figura III.1. 96 TABLA III.3: Correlaciones entre la concentración de P en vástagos ([P]v) y en raíces ([P]r) y las tasas de absorción neta (SARP), de transporte al vástago (TTPv) y de acumulación en raíces (TAPr) de P. El modelo de ajuste fue logarítmico (Tasa= a+b.ln([P]i)) para un n=11. Entre paréntesis se especifican los errores estándar de cada parámetro estimado y, para cada par de variables correlacionadas, las letras diferentes indican diferencias significativas entre los genotipos (α= 0.05). La concentración umbral de P estimada ([P]u) corresponde a μmol P.g-1. Variables correlacionadas SARP [P]i vástagos vs TTPv vs TAPr vs Genotipo a b [P]u Ch. I. B.c. 152 (4) a 201 (23) b -24.4 (0.8) a -31.2 (4.1) a 338 422 Coef. de Correlación 0.99 0.93 [P]i raíz Ch. I. B.c. 135 (13) a 137 (14) a -20.8 (2.2) a -20.7 (2.6) a 428 414 0.95 0.93 [P]i vástagos Ch. I. B.c. 102 (5) a 135 (17) b -16.5 (0.9) a -20.8 (2.9) a 299 399 0.99 0.92 [P]i raíz Ch. I. B.c. 87 (12) a 92 (11) a -13.3 (2.2) a -13.6 (2.0) a 381 402 0.89 0.91 [P]i vástagos Ch. I. B.c. 50 (6) a 66 (8) b -7.9 (1.2) a -10.4 (1.4) a 424 448 0.91 0.92 [P]i raíz Ch. I. B.c. 48 (4) a 46 (4) a -7.5 (0.6) a -7.0 (0.7) a 462 522 0.96 0.95 97 CAPITULO IV CAMBIOS DIURNOS EN LA ABSORCIÓN DE P EN PLANTAS DE TRIGO. INTRODUCCION Son numerosos los trabajos que muestran fluctuaciones diurnas en la absorción de nutrientes (Le Bot y Kirkby, 1992; Pan et al, 1987; Delhon et al, 1995a; Macdurff and Dhanoa, 1996), sin embargo poco se conoce sobre las razones de dicha variación. Si bien la dependencia de la luz de los procesos de absorción de iones y del cargado al xilema son ampliamente conocidos, no existe consenso en cuáles son los puntos claves de regulación. La variedad de explicaciones que han sido propuestas abarcan desde dependencia del suministro de carbohidratos a las raíces, cambios en la demanda por crecimiento, hasta la regulación por disminución del transporte de iones al vástago y de su incorporación al pool metabólico. A pesar de lo antes dicho son pocos los trabajos que informan sobre la variación diaria en los flujos unidireccionales de nutrientes. Delhon et al (1995,a) encontraron que en soja las variaciones diarias de la absorción de nitrato seguían a las de su influjo. Postularon que el influjo disminuía en la oscuridad debido a una inhibición y que el eflujo no estaba afectado por la iluminación. Posibles mecanismos específicos de control de la absorción diurna de nitrato, como regulación de su transporte al vástago por la acumulación de nitrato y/o asparagina en raíces o por su tasa de reducción en las hojas, fueron puestos a prueba y rechazados en una serie de experimentos (Delhon et al. 98 1995,b; Delhon et al. 1996,a). Finalmente estos investigadores concluyeron que el origen de la variación de la absorción de nitrato se relacionaba con un descenso en el transporte de fotosintatos por el floema en la oscuridad (Delhon et al, 1996b). Ellos destacan que esta plasticidad diurna de la absorción de nitrato, dependiente del carbono, es un rasgo importante de la coordinación de la adquisición de N y C por las plantas. Puede observarse entonces que esta última hipótesis es de un alcance mucho más general que las primeras que se plantearon estos investigadores, pudiendosela también aplicar en la absorción de otros nutrientes. La vía por la que se relacionaría la absorción de nutrientes con los fotoasimilados disponibles en las raíces puede ser múltiple. Por un lado puede postularse que una restricción energética pueda ocurrir en la oscuridad disminuyendo la absorción de aquellos iones, que como el P y el nitrato, son absorbidos en contra de su potencial electroquímico. Otro modo de acción surge de recientes investigaciones que muestran que la expresión de los genes de cinco proteínas transportadoras (de nitrato, amonio y sulfato) en Arabidopsis están reguladas diurnamente y son estimuladas por la adición de azucares (sacarosa, glucosa y fructosa) al medio de cultivo. Por tanto el efecto de la luz sobre la absorción podría ejercerse vía síntesis de novo de los transportadores. Respecto la variación diurna de la absorción de fosfato la información es escasa, y mientras algunos trabajos apuntan a que la absorción de P no es diferente entre el día y la noche (Massimino et al., 1980; Pan et al., 1987), la detección de oscilaciones diurnas en el fosfato transportado por xilema sugiere lo contrario (Ferrario et al., 1992). 99 La existencia de variaciones diarias en los flujos de nutrientes acarrean otro tipo de problemas relacionados con escalas de tiempo. En los ensayos precedentes por las razones prácticas ya expuestas, la absorción neta de P se estimó en escala de días, mientras que los influjos de P, por razones metodológicas, se realizaron por espacio de 20 minutos. Si existen cambios importantes a lo largo de un día en los valores de la absorción neta y en especial del influjo de P, las comparaciones realizadas en los capítulos precedentes entre estos dos flujos deberían ser revisadas. Los ensayos presentados en este capítulo tuvieron por finalidad determinar si en plantas de trigo, cultivadas en las condiciones ambientales utilizadas en los ensayos de esta tesis con un suministro supraóptimo de P, existen cambios en los flujos de P durante un ciclo luz-oscuridad y, de ser así, establecer la importancia de la amplitud de los mismos. El suministro utilizado fue una solución 0.1 mol.m -3 de P ya que el mismo no limita el crecimiento de las plantas y a su vez permite estimar la absorción de P en tiempos cortos (hs). MATERIALES Y MÉTODOS Condiciones de cultivo Cariopses de trigo (Triticum durum cv Buck candisur) se pusieron a germinar en cámara húmeda y oscuridad. A los tres días después de la germinación las plántulas se agruparon en paquetes de a 5 (unidad experimental) los que fueron colocados a razón de 60 en tanques de 40 l de capacidad. La 100 solución nutritiva fue de similar composición a la empleada en los ensayos anteriores con un suministro de P de 0.1 mol.m -3 y pH de 6,0±0,2. Tanto el nivel de P como el pH de la solución fueron ajustados diariamente, procediendo al reemplazo de la solución cada 4 días. El cultivo se realizó en cámara climatizada con una temperatura de 20 ±2 ºC, y una intensidad lumínica, al nivel de las plantas, de 170 E.m-2.s-1 de radiación fotosintéticamente activa (400-700 m). En el ensayo I el fotoperíodo fue de 16 h y en el ensayo II de 15 h. Parámetros medidos Absorción neta de P y de agua: se estimaron mediante la disminución del contenido de P y del volumen de la solución de cultivo respectivamente (volumen inicial=50 ml) durante un período de 2 h. La disminución de la concentración de P, luego de cada período de absorción, no fué superior al 25%. La concentración de P en la solución se determinó por el metodo de Murphy-Ryley (1962 ) y para el cálculo del contenido de P se corrigió por el volumen de agua absorbido en el período. Los consumos de agua y P se expresaron por unidad de peso de las raíces. Influjo y Eflujo de 32P: La actividad específica de la solución utilizada para la medición del influjo fue de 34 kBq/ molP. Los procedimientos utilizados para la estimación de estos dos flujos fueron los mismos que se describieron en Materiales y Métodos del Capítulo I. 101 Diseño experimental. En el experimento 1 se utilizaron plántulas de 17 días. Se siguió la absorción neta de P y de agua durante un período de 24 hs en 9 paquetes de plantas. Las estimaciones son el resultado de la absorción efectuada durante dos horas. Paralelamente, cada dos horas, en otros 8 paquetes de plantas se realizó una estimación del influjo de P midiendo la absorción de 32P durante 20’. Estas mediciones se hicieron coincidentes con la mitad de cada período de determinación de la absorción neta de P (SARP). En este experimento las mediciones de los influjos y absorciones netas son totalmente independientes entre sí, únicamente son estadísticamente dependientes las mediciones de la SARP y SARW en diferentes momentos. En el experimento 2 se utilizaron plántulas de 15 días de edad. Se siguieron los flujos de P durante las 27 hs siguientes con una frecuencia de 3 hs. El período de absorción para la estimación de la SARP y SARW fueron, como en el experimento 1, de dos horas y se realizaron sobre 10 paquetes de plantas. Estas mismas plantas fueron utilizadas en el período siguiente para la estimación del influjo de P. Como en el caso anterior la estimación del influjo se hizo coincidir con la mitad del período de estimación de la absorción neta de P. De esta manera se obtuvieron para cada unidad el valor de la SARP y del influjo de P, este último medido 3 horas después de la SARP. La variabilidad de las unidades experimentales se estudió mediante el análisis de correlación de ambos flujos de P (nueve correlaciones con 10 observaciones cada una). 102 En este ensayo, simultámeamente al influjo de P, se estimó el eflujo de P en 10 repeticiones independientes. RESULTADOS A pesar de que entre los dos experimentos existieron diferencias en la edad de las plantas y en el fotoperíodo bajo el cual fueron cultivadas, la biomasa de las plantas no fue significativamente diferente (Tabla IV.1). Asimismo la cantidad de P absorbido en un período de 24 hs fue similar entre ensayos (Tabla IV.1). En el experimento 1 el 71 % del P absorbido en 24 hs se produjo durante el período luminoso, mientras que para la segunda este porcentaje fue de 66%. El seguimiento de la SARP en cada unidad experimental (experimento 1) permitió constatar inequívocamente un patrón diurno, ya que la variabilidad entre unidades experimentales no oscurece los resultados. Dicho patrón mostró que la SARP disminuyó al iniciarse la oscuridad y aumentó al restablecerse el período de iluminación. De esta manera el menor valor de SARP se obtuvo al final del escotoperíodo y el mayor recién se alcanzó luego de 4 o 6 hs de iluminación (Fig. IV.1, a). La tasa de absorción neta de agua por las raíces (SARW) presentó un patrón similar al descripto para el P, aunque sus valores cambiaron proporcionalmente más entre luz y oscuridad y su caída, al iniciarse la oscuridad, fue mucho más abrupta (Fig. IV.2, a). Coincidiendo con estos resultados, en el experimento 2 se observó que la tasa de absorción neta de P fue mayor bajo luz que en oscuridad (Fig. IV.1, b). Sin 103 embargo en este caso se observó un retardo en la caída de la SARP al iniciarse la oscuridad y una mayor diferencia de valores de la SARP entre luz y oscuridad. La SARW también respondió aumentando bajo iluminación y disminuyendo al iniciarse la oscuridad, aunque su descenso fue más paulatino que en la experiencia 1 (Fig. IV.2, b). En esta experiencia los errores estándar fueron más importantes que en la primera, este hecho lo relacionamos con la mayor variabilidad entre unidades experimentales ya que las mediciones en cada momento del ciclo se realizaron con plantas diferentes. Por la misma razón los influjos de P fueron estimados con altos valores de error estándar. Al ser la estimación del influjo el resultado de un proceso destructivo imposibilita el seguimiento de cada unidad experimental. A pesar de esto se pueden apreciar diferencias en el influjo entre el escotoperíodo y el fotoperíodo (Fig. IV.3, a y b). En ambos ensayos el influjo de P no fue constante durante el período luminoso y presenta un máximo entre las 3 y 4 hs y otro a las 13 hs de iniciado el fotoperíodo. El eflujo de P estimado por la diferencia entre el influjo y la SARP muestra tendencias similares a las del influjo de P, aunque la diferencia entre sus valores máximos y mínimos fue menor que la del influjo (Fig. IV.4 a y b). La comparación entre el eflujo de P estimado por la salida de 32P con el obtenido por diferencia entre el influjo y la tasa de absorción neta de P, muestra buena concordancia entre ambas estimaciones (Fig. IV.4, b). El fósforo ingresado a la planta por el influjo durante 24 hs también fue 104 similar entre experimentos (Tabla IV.1). La ganancia neta de P representó un 46 y 48 % del influjo diario en el primer y segundo ensayo respectivamente. Esta misma proporción fue mayor en oscuridad que en luz (Tabla IV.1). Los únicos flujos que se correlacionaron a lo largo de 24 hs fueron la SARP y SARW en el experimento 1, sin embargo esta correlación no se mantuvo en el experimento 2 (Tabla IV.2), con lo cual la variabilidad diaria de cada uno de los flujos es relativamente independiente en este segundo experimento. En el segundo experimento, diseñado para probar el efecto de la variabilidad de las unidades experimentales, las estimaciones de la SARP y del influjo de P, no se correlacionaron entre sí (p<0.178). DISCUSIÓN Pocos trabajos han sido publicados sobre la variación diurna en el influjo de nutrientes, y los mismos se reducen a los flujos de nitrato (Delhon et al, 1995a; Scheurwater et al, 1999; Pearson et al, 1981). Estos trabajos se realizaron en sp diferentes: soja, maiz, mijo perlado, Dactylis glomerata, Holcus lanatus, Deschapsia flexuosa y Festuca ovina. En nuestro conocimiento el presente sería el único que aportaría al conocimiento de la variación diurna del influjo del fosfato. Siendo escasa la información disponible es arriesgado sacar conclusiones, pero aún así existen suficientes coincidencias como para establecer un bosquejo de los fenómenos involucrados. En los trabajos en que evaluó el influjo de nitrato, los autores le confieren un rol importante en determinar su absorción neta, sin 105 embargo no hay coincidencia sobre el posible rol del eflujo, el cuál aparentemente se comportaría diferente según la especie. En líneas generales nuestros resultados coinciden con los de los citados ya que tanto el influjo como la absorción neta de P son mayores bajo luz que en oscuridad, siendo el patrón del eflujo, medido en forma directa, poco claro. Mas allá de diferencias que son obvias (nutrientes y especies), existen otras entre el caso aquí estudiado y el de Delhon et al. (1995 a y b; 1996 a y b) que son relevantes al hacer comparaciones. Los experimentos realizados por estos investigadores muestran resultados en los que las oscilaciones de la tasa de absorción neta de nitrato corresponden a las de su influjo, ya que la primera es un 90% del valor de la segunda en todos los momentos del ciclo luz-oscuridad (Delhon et al., 1995, a). Cuando el influjo limita a la absorción neta resulta claro que este sistema es más apropiado para el estudio de la relación influjo- ciclo luzoscuridad que para la relación absorción neta-ciclo luz oscuridad. A diferencia, en el caso aquí estudiado el influjo de P, aún en oscuridad, presenta valores que teóricamente permitirían mantener una absorción neta de P durante la oscuridad tan alta como la registrada durante el día. Por otro lado no se observó que el influjo y la SARP se correlacionaran a lo largo del ciclo. Estos hechos sugieren que, además de los cambios en el influjo otros factores estarían implicados en la variación de la tasa neta de absorción, al menos para el P. Considerando que: a) los resultados presentados son de plantas que presentan consumo de lujo de P, b) que la SARP representa un 50% del influjo, y c) que no existe una correlación significativa entre las mismas, suponer solamente 106 que la absorción neta está regulada por el influjo sería sobresimplificar el sistema. La naturaleza de las oscilaciones diurna en la absorción neta de nutrientes han sido interpretadas más como una respuesta de la coordinación entre la actividad del vástago y de las raíces que como un comportamiento que obedezca a un reloj biológico (Lejay et al, 2003). La vinculación entre la absorción de nutrientes y la luz ha sido analizada principalmente por dos vías: a) por la demanda del nutriente por el crecimiento, de especial importancia cuando el factor limitante para el crecimiento es la disponibilidad de nutrientes, en estos casos la concentración del mismo en la planta es tomada como guía; y b) por la disponibilidad de carbohidratos en las raíces, los que proveerían de la energía necesaria para los procesos de absorción, transporte y asimilación, de especial importancia cuando el factor limitante para el crecimiento es la intensidad de luz. Por tanto, la disponibilidad relativa de los recursos luz y nutrientes influirían sobre uno o, más probablemente, sobre varios puntos decisivos en la regulación de la absorción. Es necesario, entonces, establecer la condición bajo la cual se obtuvieron las observaciones. Al comparar los sistemas naturales bajo los cuales dichos mecanismos han sido seleccionados en las plantas, con el cultivo en sistemas hidropónicos y con relativamente bajas intensidades de luz como en estos ensayos, se puede afirmar que la oferta de nutrientes, entre ellos el P, superan ampliamente la oferta de luz. Bajo esta condición las plantas presentan un consumo de lujo de los nutrientes, tal como ha sido comprobado en los ensayos anteriores. Como se ha comentado en la introducción una de las hipótesis de la vía de 107 acción de los carbohidratos disponibles en las raíces se basa en una restricción energética. Es conocido que la absorción de iones se relaciona con el potencial eléctrico de membrana (PD) mantenido, en parte, por la actividad de las ATPasas. Dicha actividad está regulada por muchos factores, entre los cuales la luz, ya sea directa o indirectamente, es uno de los más importantes. Es bien conocido que varios nutrientes son cotransportados con protones a través de la membrana plasmática de las células (Busch and Bottger, 1997; Mistrik and Ullrich, 1997) y, aunque no existe evidencia directa, parece claro que el influjo de estos nutrientes debería aumentar con el aumento de la fuerza protomotriz y con la capacidad de mantenerla. En este esquema ambos serían dependientes del suministro de carbohidratos desde los tallos. La actividad de la excreción neta de protones cambia con la iluminación diaria (Gorr et al., 1995; Vogt et al., 1987; Mengel and Mallissiovas, 1982). Gorr et al. (1995), sostienen que en raíces de trigo y maíz la periodicidad de la liberación neta de H+ obedecería a un reloj biológico o a un signo desde las hojas, periodicidad que se mantiene aún bajo luz continua. Bajo estas premisas parece probable que las variaciones diarias en los influjos de iones obedezcan más a una estimulación del influjo por la luz, vía aumento de la fuerza protomotriz, que a una inhibición del influjo particular o específica para cada nutriente, tal como fuera planteado inicialmente por Delhon et al. (1995, a). Este tipo de efecto, por restricción energética, también podría estar implicado en la carga de P al xilema, siendo éste otro proceso que afecta a la SARP. Otra vía de acción de los azúcares en las raíces sobre la tasa de absorción de nutrientes ha sido propuesta mas recientemente, e involucra la síntesis de 108 transportadores de iones. Esta hipótesis cuenta con el fuerte sustento aportado por el trabajo de Lejay et al. (2003), en el que se mostró que la expresión de cinco genes (expresados predominantemente en las raíces y de alta afinidad) de transportadores de nitrato, amonio y sulfato en Arabidopsis thaliana estaba regulada diurnamente y era estimulada por la adición de azúcares a la solución de cultivo. La mayor expresión génica del transportador de nitrato se reflejó en un mayor influjo de nitrato en la oscuridad por el agregado de sacarosa. Es así que para algunos de los genes analizados se encontró una fuerte correlación entre la inducción producida por luz y la producida por sacarosa, sugiriendo que reflejan el mismo mecanismo regulatorio (Lejay et al., 2003). Complementariamente fueron también analizados en este trabajo dos transportadores de P (AtPt1 y AtPt2) de alta afinidad que se expresan en las raíces y son inducibles por deficiencia de P (Muchhal et al., 1996). Ninguno de estos dos transportadores mostró ser inducido por la luz y solamente uno de ellos, el AtPt2, respondió al tratamiento con sacarosa (Lejay et al., 2003). A pesar de lo desalentador de esta información para explicar los cambios del influjo de P aquí encontrados, esta posibilidad no habría de ser descartada ya que no solamente estos dos transportadores intervienen en el influjo de P y sería factible que otros transportadores de P, aún de algunos que operen sobre otros flujos, presenten este tipo de regulación sobre su síntesis. Llama la atención en nuestros resultados los dos máximos registrados en el influjo de P, uno al iniciarse y otro antes de finalizar el período de luz, los que no fueron detectados en la SARP. No podemos explicar estos dos máximos del influjo, pero podemos suponer, ya que se presentaron en ambas experiencias, 109 que no se trata de un error experimental. Aunque mas indirecta, otra evidencia que apoya esta supocición, es que el eflujo estimado en forma directa por la salida de 32P coincide con el estimado por la diferencia entre el influjo y la SARP. Las mediciones realizadas implican que indudablemente el eflujo de P ha de seguir las mismas tendencias que el influjo de P, amortiguando los cambios abruptos del influjo sobre la SARP. Esta visión está de acuerdo con el rol regulador del eflujo sobre la SARP propuesto por Cogliatti y Santa María (1990). El eflujo de P ha sido frecuentemente considerado como una pérdida pasiva y, sería función de la concentración de P interna, la permeabilidad y el potencial de membrana (Nobel, 1974). Bajo este esquema los 2 máximos del influjo de P observados bajo luz llevarían a un aumento del potencial químico de P favoreciendo su salida desde el citoplasma de las células de las raíces, con lo cual el eflujo de P aumentaría. Este accionar intervendría en una regulación rápida, mientras que la demanda de P creada por el crecimiento y almacenaje pueden representar una regulación a plazos más largos (Topa and Sisak, 1997). Esta última se relacionaría con cambios en la permeabilidad al P de las membranas en suministros estables del nutriente, adecuación alcanzada por la síntesis de sus componentes (escala de tiempo en horas o días) (Aslam et al 1996a). El efecto del cambio de potencial de membrana, como resultado de la actividad de una bomba electrogénica (ATPasa), sobre el eflujo de P explicaría el sincronismo de los picos del influjo y del eflujo de P. Sin embargo no se descarta que el piso de la absorción sea en realidad el máximo de otros procesos, como por ej. la capacidad de transporte al tallo, a la vacuola, incorporación al pool 110 metabólico, etc, todas ellas relacionadas con una fuente de energía o directamente con los carbohidratos que ingresan a las raíces. Pese a que entre los ensayos hubo una diferencia en una hora de fotoperíodo y a que se emplearon plantas de 17 y 15 días para el primero y segundo respectivamente, ambos ensayos son comparables . Esta afirmación está sustentada en que la biomasa, su partición entre vástagos y raíces (como estimadores de la demanda de P), el rango de oscilación del influjo de P y la estimación del P adquirido en 24 hs fueron similares. En ambos ensayos la proporción entre la SARP y el influjo es mayor en oscuridad que en luz. Este cociente indica la eficiencia en la absorción relacionada con el costo de la absorción del nutriente (Scheurwater et al, 1999). En conclusión en oscuridad el sistema parece funcionar con mayor eficiencia: la disminución de la SARP lleva a un menor consumo de lujo y la disminución, más importante aún, del influjo de P involucra un menor costo energético por unidad de P absorbido. Utilizando los datos presentados en la Tabla IV.1 se puede calcular un valor de influjo promedio durante un ciclo luz-oscuridad. En el presente caso se estimó al mismo entre 14 a 15 µmol P/g.h, valor que coincide aproximadamente con el influjo de P obtenido en el tercio medio del período luminoso. Los influjos estimados durante las primeras y últimas horas del período de luz sobrestiman (hasta en un 50%) el influjo diario, mientras que los tomados durante el período de oscuridad lo subestiman (también hasta un 50%). La posibilidad de extrapolar 111 estas conclusiones a plantas cultivadas en otros niveles de suministro de P es realmente incierta. Esta incertidumbre se funda en un trabajo publicado por Devienne et al. (1994) donde se estudió plantas de trigo cultivadas en una amplia gama de suministros de nitrato. En este trabajo se comprueba un marcado cambio diurno en la absorción de nitrato (menor en la oscuridad), cambio que es mucho más importante en las plantas cultivadas en los suministros de nitrato no limitantes para su crecimiento. Para estas últimas plantas se registró incluso una pérdida neta de nitrato durante la oscuridad. Por otro lado (a partir de ecuaciones sencillas que describen al crecimiento según el PAR absorbido y la una tasa de absorción de nitrato con dos hipérbolas no aditivas) Adamowicz y Le Bot (1999) elaboraron un sencillo modelo que simula la absorción de nitrato por el canopeo llegando a conclusiones similares: cuando el suministro de nitrato es limitante para el crecimiento el modelo predice una absorcion baja y constante, mientras que para suministros no limitantes muestran una marcada fluctuación diurna. Un comportamiento similar para la absorción de P podría ser el origen de la discordancia encontrada por Jungk et al. (1990) entre la tasa de absorción de P medida en tiempos cortos (horas) y la estimada en tiempos largos (días) para plantas cultivadas en altos suministros de P. Esta discordancia, consistente en una mayor SARP medida en tiempos cortos, no se presentó cuando el suministro de P fue bajo. Aunque lo expuesto dista de ser evidencia firme abre la posibilidad de encontrar en la dinámica diaria de cada uno de los flujos de P la clave para interpretar porqué son tan similares las tasas de absorción neta de P entre suministros tan diferentes como los utilizados en esta tesis. 112 Por último la falta de correlación entre la absorción neta y el influjo de P con la tasa de absorción de agua, apoya las observaciones realizadas por Delhon et al. (1995,b) en el sentido de que la absorción, volcado al xilema y transporte por el xilema de los iones son procesos interrelacionados pero con un sistema de regulación propio e independientes del flujo transpiracional. Por otro lado la falta de correlación entre el influjo de P y la SARP entre distintas muestras, imposibilita hacer correcciones en la primera para eliminar esta fuente de variabilidad en el influjo entre horas. CONCLUSIONES: Existen cambios en los valores de la SARP y del influjo entre luz y oscuridad El influjo de P presenta valores máximos bajo luz y mínimos en oscuridad y aún dentro de cada condición de iluminación su valor está lejos de ser constante. La relación entre el influjo máximo y mínimo es importante (2,5 veces) con lo cual se evidencia una alta dependencia del influjo de P con el momento del fotoperíodo en que se realiza la medición. Para la obtención de un valor de influjo de P representativo del diario, el mejor momento coincide con la mitad el período de iluminación. La medición del influjo fuera del mismo pueden sobre o subestimar de manera importante el influjo de P diario. Sin embargo la posibilidad de extrapolar estos resultados a otros 113 suministros de P es incierta. Si bien la SARP coincide con el influjo de P en ser mayor en luz que en oscuridad, ambos flujos no se correlacionaron entre sí. En ambos experimentos, a pesar de presentar una menor SARP en oscuridad que en luz, se encontró que en oscuridad la proporción SARP/Influjo fue mayor. 114 11 Experimento I 9 -1 -1 SARP (umolP h g ) 10 8 7 6 5 4 3 9 11 13 15 17 19 21 23 1 3 5 7 Horas desde el inicio del fotoperíodo 14 Experimento II -1 -1 SARP (umolP h g ) 12 10 8 6 4 2 7 10 13 16 19 22 1 4 7 10 Horas desde el inicio del fotoperíodo Figura IV.1: Tasas de absorción neta de P (SARP) de cada unidad experimental (Experimento I) y promedios con sus errores estándar (Experimento II), para un ciclo de luz-oscuridad. La barra negra sobre el eje X corresponde a las horas de oscuridad. 115 Experimento I 50 -1 -1 Tasa de Abs de agua (ml h g ) 60 40 30 20 10 0 9 11 13 15 17 19 21 23 1 3 5 7 Horas desde el inicio del fotoperíodo Experimento II 50 -1 -1 Tasa de abs. de agua (ml h g ) 60 40 30 20 10 0 7 10 13 16 19 22 1 4 7 10 Horas desde el inicio del fotoperíodo Figura IV.2: Promedios de las tasas de absorción de agua (SAR H2O) con sus errores estándar, para un ciclo de luz-oscuridad. La barra negra sobre el eje X corresponde al período de oscuridad. 116 Experimento I 25 -1 -1 Influjo de P (umol P h g ) 30 20 15 10 5 9 11 13 15 17 19 21 23 1 3 5 7 Horas desde el inicio del fotoperíodo Experimento II 25 -1 -1 Influjo de P (umol P h g ) 30 20 15 10 5 7 10 13 16 19 22 1 4 7 10 Horas desde el inicio del fotoperíodo Figura IV.3: Promedios de los influjos de P y sus errores estándar obtenidos en un ciclo de luz-oscuridad. La barra negra sobre el eje X indica las horas de oscuridad. 117 Eflujo estimado de P -1 -1 (umol P h g ) 20 Experimento I 15 10 5 0 9 11 13 15 17 19 21 23 1 3 5 7 Horas desde el inicio del fotoperíodo 20 Experimento II -1 Eflujo de P (umol P h 15 600 10 500 5 400 0 Eflujo de P (CPM h-1 g-1) 700 -1 g ) Eflujo estimado Eflujo medido 300 7 10 13 16 19 22 1 4 7 10 Horas desde el inicio del fotoperíodo Figura IV.4: Eflujo de P estimado por diferencia entre los promedios del influjo de p y la SARP, para los dos ensayos y el eflujo de P estimado por la salida de 32P en el ensayo II. La barra horizontal sobre el eje X representa el período oscuro. 118 Tabla IV.1: PS= Promedios de los pesos secos de vástago y raíces con sus errores estándar entre paréntesis. P abs: cantidad de P absorbido por influjo y por la SARP en un período de 24 horas. % SARP/Influjo= porcentaje del P absorbido en forma neta (SARP) con respecto al bruto (Influjo) bajo el período de luz y oscuridad. PS (mg/planta) P abs. (umol/planta. día) % SARP/Influjo raiz vástago Influjo SARP luz oscuridad Exp 1 15.43 (2.28) 53.52 (6.16) 5.10 2.51 (0.2) 45.7 58.6 Exp 2 14.48 (1.82) 51.28 (5.12) 5.15 2.49 42.1 58.1 119 Tabla IV.2: Coeficientes de correlación (C.C) y nivel de significancia (p) de la correlación lineal entre los flujos de P y de agua, medidos durante 24 hs en plantas de trigo de 17 (Exp. I) y de 15 días de edad (Exp. II). Correlación SARP vs SARW SARP vs Influjo de P Influjo de P vs SARW Experimento C.C. p 1 0.912 3.10-5 2 0.062 0.849 1 0.414 0.176 2 0.207 0.566 1 0.303 0.338 2 0.639 0.463 120 CAPÍTULO V EFECTOS DEL SUMINISTRO DE P Y DE LA TRANSFERENCIA DE PLANTAS A DISTINTAS CONCENTRACIONES DE P SOBRE EL CRECIMIENTO Y ABSORCIÓN DE P EN DOS GENOTIPOS DE TRIGO. INTRODUCCIÓN En el presente capítulo se compara la tasa de absorción neta de P de plantas de dos genotipos de trigo, cultivadas en dos concentraciones de P no limitantes para el crecimiento y de transferidas a otra concentracion inferior pero también no limitante para el crecimiento. Son analizados dos aspectos: uno está vinculado con la relación encontrada entre la SARP y la concentración de P interna; el otro pone a prueba la hipótesis 4) expuesta al inicio del Capítulo III. Esta última plantea posibles diferencias entre genotipos en la relación biomasa-superficie de raíces, las que de ser corroboradas implicarían que las estimaciones de los flujos de P deberían ser corregidas. Con respecto al primer punto, existen trabajos que estudian el efecto de la privación de P sobre su sistema de transporte y su relación con la disminución de la concentración interna de P y con los cambios en el crecimiento. Estas relaciones son difíciles de interpretar ya que los mismos no son independientes entre sí. La posibilidad de provocar cambios en el estado nutricional de P de las plantas por cambios del suministro externo, sin 121 modificar el crecimiento podría ser un método sencillo para estimar diferencias genotípicas en la capacidad potencial de absorber un nutriente, como así contrastar en suministros no limitantes de P si la relación entre la concentración interna de P y la SARP se mantienen. Otro aspecto a evaluar fue la consistencia de la estimación de los valores de concentración interna en los que se manifiestan aumentos en las tasas de transporte al vástago y de la acumulación de P en raíces. Con respecto al segundo aspecto se siguió el patrón de crecimiento de las raíces de ambos genotipos en todos los suministros de P. La finalidad fue establecer si las diferencias entre los dos genotipos de trigo en los flujos de P son aparentes debido a que se estimaron en relación al peso seco de raíces y no por unidad de superficie, la cual es la expresión mas adecuada para los flujos de P. De esta manera si entre los genotipos y/o entre suministros la relación PS/Superficie radical es diferente deberían reconsiderarse los resultados ya expuestos en los capítulos anteriores. MATERIALES Y METODOS Condiciones de cultivo: Se pusieron a germinar semillas de Triticum aestivum vc Chaqueño INTA y Triticum durum vc Buck Candisur, en cámara húmeda y oscuridad a 20 C. Luego de dos días se seleccionaron plántulas de tamaño uniforme y 122 se las colocó en solución nutritiva formando grupos de 5 plantas, estos grupos fueron las unidades experimentales. Se utilizó la misma solución de cultivo especificada en el Capítulo I, con dos concentraciones de KH2PO4: 0.1 y 5 mol.m-3, complementada la primera con K2SO4 , a fin de balancear la concentración de potasio. El pH fue de 6± 0,2. Cuando las plantas alcanzaron los 14 días de edad se inició el tratamiento traspaso. Este consistió en la transferencia de parte de las unidades experimentales desde cada suministro de P a una solución completa 0.05 mol.m-3 de P también complementada con K2SO4 (plantas traspasadas). El resto de unidades experimentales permanecieron ya sea en 0.1 ó 5 mol.m-3de P (plantas control). La temperatura de la cámara de cultivo fue de 20± 1C y la densidad del flujo fotónico, al nivel de las plantas, de 200 umol. m -2.s-1 de radiación fotosintéticamente activa (entre 400 y 700 nm), con fotoperíodo de 16 hs. Parámetros medidos: El crecimiento se estimó por cosechas sucesivas realizadas en el momento de la transferencia, y luego a intervalos de dos días para las plantas traspasadas y cada cuatro en las control. En cada cosecha se estimó, en cinco plantas frescas, la longitud de las raíces por el método de Tennant, 1975, en forma separada para las raíces principales y las laterales, tomándose asimismo en cuenta su origen 123 (seminal o nodal). Paralelamente se midieron los diámetros de las raíces (principales y laterales, ya fueran nodales o seminales), con un microscopio y ocular micrométrico. Asumiendo que las raíces tienen forma cilíndrica se estimó la superficie radical según el área de un cilindro. En las mismas fechas 5 muestras de 4 plantas cada uno, fueron secadas en estufa a 80 C por 72 hs. El material vegetal se pesó y digirió con mezcla nítrico-perclórico ( 3:2 v/v) dividiendo vástagos y raíces. La determinación de P en los digestos se realizó por el método del amarillovanado-molíbdico. La estimación de la SARP, TTPv y TAPr se realizó con la misma metodología y cálculo que en el capítulo III. En las plantas traspasadas a 0.05 mol.m-3 de P, la evaluación de estas tasas de absorción se realizaron en su solución original 0.1 ó 5 mol.m-3 de P, en 5 unidades experimentales (plantas retraspasadas). Esta reexposición a la solución original se inició al momento de cosechar las plantas traspasadas. Luego de un período de absorción de 24 h se cosecharon las plantas. Para estimar el peso seco y concentración de P, se las procesó de igual manera que a las plantas de los otros tratamientos. En este caso la absorción neta se estimó, utilizándose como concentración de P interna inicial la de las plantas traspasadas a 0.05 mol.m-3de P. De esta manera, mientras que para las plantas traspasadas a 0.05 mol.m-3 de P las tasas de absorción de P se obtuvieron para un período de un día de reexposición a 0.1 ó 5 mol.m-3 de P, en las plantas control resultan del P absorbido en un período de 4 días. 124 Los métodos estadísticos utilizados fueron: Análisis de regresión y ANOVA para la comparación de promedios y ANCOVA para la comparación de pendientes. Los contrastes fueron realizados con el test de Scheffe, luego de la transformación adecuada de los datos para cada caso particular. RESULTADOS Crecimiento de las plantas La biomasa seca de las plantas fue mayor en Buck candisur que en Chaqueño INTA y la misma no fue afectada significativamente ni por el suministro ni por el traspaso de las plantas a solución 0.05 mol.m -3 de P ( Fig. V.1). El análisis por medio del ANCOVA del logaritmo de la biomasa seca, con el tiempo como covariable, confirmó esta diferencia entre genotipos, estableciendo que la tasa de crecimiento relativo fue mayor en Buck candisur que en Chaqueño INTA (0.129 y 0.119 d -1 respectivamente)(.=0.05 ) (Tabla V.1 para más detalles). Parámetros de crecimiento de raíces Al momento de la transferencia los dos genotipos presentaban solamente raíces seminales de orden 0 (ejes principales) y orden 1 (primeras laterales). Dos días después aparecieron simultáneamente las protuberancias correspondientes a las raíces seminales de orden 2 y a las primeras nodales, las que a su vez se ramificaron 6 días después de su 125 aparición. Este patrón de desarrollo fue común para los dos genotipos de trigo y no fue afectado por ninguno de los suministros de P. La superficie del sistema radical aumentó con el tiempo aunque con un patrón poco claro y presentó altos errores muestrales. Las escasas diferencias significativas que se detectaron entre genotipos indicaron que la superficie radical fue mayor para Buck Candisur que para Chaqueño INTA (Fig. V.2). El aporte a la superficie radical de las raíces nodales fue muy bajo. Al final del período representó a lo sumo un 17% de la superficie total. La contribución relativa de las raíces laterales a la superficie total fue diferente entre los dos genotipos, siendo mayor para Buck candisur que para Chaqueño INTA, y no fue modificada por el suministro de P (Fig. V.3). El estudio del cociente entre la biomasa seca y superficie de raíces se realizó por medio de correlaciones y no para cada muestreo debido al diferente número de cosechas (entre controles y traspasadas) y a la alta variabilidad entre muestras. Se comprobó la existencia de una correlación lineal entre la superficie y la biomasa seca de las raíces (Fig. V.4). A fin de evaluar los efectos de los genotipos y del suministro de P sobre la relación Biomasa seca/Superficie de raíces, se practicó un ANOVA a la diferencia entre este cociente estimado por la correlación general y el calculado por mediciones directas. Dichas diferencias mostraron no estar afectadas por 126 una interacción tratamiento-genotipo y fueron significativamente diferentes únicamente para plantas de Buck candisur cultivadas en 5 mol P.m -3 y para Chaqueño INTA traspasadas desde 0.1 a 0.05 mol.m-3 de P. Para ambas los cocientes fueron un 12 % mayor y un 7% menor al valor general, desvíos considerados como de baja magnitud. Absorción específica de P Los valores estimados de la SARP presentaron amplias diferencias entre tratamientos y de dinámica en el tiempo (Fig. V.5). En líneas generales se puede afirmar que en suministros constantes de P la SARP de los dos genotipos de trigo de fue mayor en 5 que en 0.1 mol.m -3 de P y que no presentaron cambios importantes en el tiempo, siendo superior en Buck candisur que en Chaqueño INTA. Las plantas traspasadas a 0.05 mol P.m -3 presentaron altas SARP al ser reexpuestas por 24 hs a la solución original (plantas retraspasadas), tanto en 0.1 como en 5 mol.m-3 de P (Fig. V.5). La SARP en estas plantas no presentaron diferencias notorias entre 0.1 y 5 mol.m -3 de P pero sí entre genotipos: Buck candisur en general mostró una mayor SARP que Chaqueño INTA en ambos suministros. Concentración interna de P Como resultado de los altos valores de SARP la concentración de P en las plantas control fue mayor en 5 que en 0.1 mol.m -3 de P, tanto en 127 vástagos como en raíces (=0.05; Fig. V.6 y V.7). En ambos genotipos la concentración de P de vástagos y raíces no experimentaron cambios temporales notorios durante el periodo experimental ni en 0.1 ni en 5 mol.m -3 de P. Buck candisur presentó valores significativamente mayores de concentración interna de P solamente en 5 mol.m -3 de P (.=0.05 ). Este resultado indica que Buck candisur realiza un mayor consumo de lujo de P entre ambos niveles de suministro. El traspaso de las plantas a solución 0.05 mol P.m-3 redujo rápidamente la concentración de este nutriente en las plantas (Fig. V.6 y V.7). Si bien el contenido de P de las plantas traspasadas a 0.05 mol P.m-3 aumentó (datos no mostrados) el efecto de la dilución por crecimiento fué mayor, de tal modo que a los dos días de la transferencia se observó una menor concentración de P tanto en vástagos como en raíces. Esta reducción fue más pronunciada en plantas provenientes del mayor suministro de P, de tal manera que a los 12 días de cultivo en 0.05 mol.m -3 de P las concentraciones de P de las plantas provenientes de 5 mol.m -3 de P se asemejaron a los presentados por las traspasadas desde 0.1 mol.m -3 de P (Fig. V.6 y V.7). La reexposición de las plantas a la solución inicial de cultivo por 24 hs (plantas retraspasadas) produjo un aumento considerable de la concentración interna de P, tanto en vástagos como en raíces (Fig. V.6 y V.7). Para las plantas pretratadas con 0.1 mol.m-3 de P la concentración alcanzada igualó o aún superó a la de las plantas control, mientras que para las reexpuestas a 5 mol.m-3 de P este aumento no fue suficiente como para igualar a sus controles, especialmente en el caso de Buck candisur. 128 Componentes de la SARP: Tasa de transporte de P al vástago (TTPv) y Tasa de acumulación de P en las raíces (TAPr) La TTPv y la TAPr de las plantas control de los dos genotipos fueron mayores en 5 que en 0.1 mol.m-3 de P (Fig. V.8 y V.9). Las plantas expuestas nuevamente por 24 hs a 0.1 y 5 mol.m -3 de P mostraron, en general, un incremento importante en ambas tasas. La TAPr en 0.1 mol.m -3 de P osciló alrededor de 0.15 y de 0.2 mmolP.(g.d)-1 en Buck candisur y en Chaqueño INTA respectivamente, mientras que en 5 mol.m-3 de P presentó una tendencia a aumentar en el tiempo, y fue mayor para Buck candisur que para Chaqueño INTA (Fig. V.8). En 0.1 mol.m-3 de P la TTPv fue superior en Buck candisur que en Chaqueño INTA, hecho también registrado en 5 mol.m-3 de P (Fig. V.9). Al analizar los resultados del cociente entre los dos componentes de la SARP se observa que en las plantas control de ambos genotipos la relación TAPR/TTPv es mayor en 5 que en 0.1 mol.m-3 de P (Fig. V.10). En este último suministro fue donde se encontró una mayor diferencia entre las plantas testigo y retraspasadas, así como entre genotipos. Dichas diferencias muestran que la proporción TAPr/TTPv medidas en 0.1 mol.m-3 de P aumentó en las plantas retraspasadas y que este aumento fue mayor en Chaqueño INTA que en Buck candisur. Un análisis en conjunto con los datos del capítulo III, permite observar que a pesar del diferente peso que tienen ambos flujos sobre la SARP ésta se relacionó linealmente con ambos componentes, siendo, por supuesto más 129 estrecha la relación con la TTPv ya que ésta contribuye más a la SARP (Fig. V.11). La contribución de cada componente siguió la misma función para plantas retraspasadas a 0.1 que a 5 mol P.m-3 . Correlaciones Tasas-concentración interna de P Debido al bajo número de datos y a fin de ampliar el rango de concentración interna de P se analizaron en conjunto los resultados obtenidos en este ensayo con los ya presentados en el Capítulo III. Para los datos obtenidos en 5 mol P.m -3, la SARP, la TTPv y la TAPr mostraron correlacionarse con la concentración interna de P de vástagos y de raíces, en forma similar a la ya presentada en el Capítulo III (Fig III.10 y Tabla III.3 del Cap. III y Fig. V.12, V.13, V.14 y Tabla V.2 del presente Cap.). Es así entonces que, al igual que en el Capítulo III, los valores umbrales de Chaqueño INTA son menores a los de Buck candisur. Por otro lado, los umbrales estimados para la TTPv son menores que los de la TAPr. Finalmente los valores umbral de concentración de P en los vástagos estimados para la TAPr y la TTPv son más bajos que los de raíces en Chaqueño INTA. (Tabla V.2). Ya que las plantas 0.1 mol P.m-3 traspasadas a 0.05 mol P.m-3 presentaron una variación insuficiente de la concentración interna de P (ver Fig.V.6 y V.7) no se intentó correlacionarla con los flujos sino que nos limitamos a comparar sus resultados con la correlación obtenida en 5 mol.m-3. 130 Para ambos genotipos, los valores umbrales de concentración estimados para la SARP en 5 mol P.m-3 son mayores a las concentraciones de P observadas en las plantas control en 0.1 mol P.m -3 , sin embargo estas últimas presentan una SARP evidentemente menor que la esperada por la correlación. Este desvío es particularmente visible cuando se considera la concentración de P en las raíces (Fig. V.12). Tanto la TTPv como la TAPr muestran el mismo comportamiento de las plantas cultivadas en 0.1 mol P.m -3 (Fig. V.13 y V.14). Las plantas de ambos genotipos retraspasadas a 0.1 mol P.m -3 presentaron valores similares de SARP y de TTPv a los de la correlación obtenida en 5 mol P.m-3 según la concentración interna de P. Sin embargo si bien esto se repitió con la TAPr para Chaqueño INTA en Buck candisur sus valores fueron inferiores a los esperados por la correlación (Fig. V.14). DISCUSION Los resultados obtenidos concuerdan con otros trabajos realizados en trigo y otras especies (Cogliatti y Santa María, 1990; Clarkson and Scattergood, 1982), los cuáles informan que suministros de P similares a los empleados en este experimento no limitan la producción de biomasa. Como ya se ha mencionado en la Introducción General de esta Tesis entre los parámetros más sensibles para la predicción de la absorción de P se encuentra la longitud y el diámetro de las raíces (Barber, 1984), las cuales establecen la superficie de absorción. Sin embargo, debido a las dificultades prácticas de la medición de la superficie, es usual el empleo de 131 la biomasa seca de raíces para la estimación de los flujos de nutrientes desde y hacia las mismas. Las estimaciones de la SARP realizadas de esta manera pueden generar u ocultar diferencias cuando existen diferencias en la relación superficie-biomasa seca de raíces entre tratamientos o genotipos. Apuntan en este sentido las diferencias observadas en la relación longitudbiomasa de raíces entre diferentes especies, edad o estado ontogénico, suministro de P, N y agua (ver Boot, 1989 y Manske and Vleck, 2002). En trigo existe una importante variabilidad genética de las características de la geometría del sistema radical, tanto en trigo pan (Mac Key, 1973) como en trigo duro (Motzo et al., 1993) además de una remarcable plasticidad en el crecimiento de las raíces, el que se ajusta al nivel de nutrientes y agua en el suelo (Manske et al., 2001(a)). Con respecto al efecto del suministro de P, Adalsteisson y Jensén (1989) encontraron en trigo diferencias tanto en el número como en la proporción de longitud de las raíces laterales entre un suministro moderado y alto de P (0.01 y 1 mol.m-3 de P respectivamente). En esta tesis tal tipo de diferencias podrían encontrarse entre genotipos e incluso entre suministros. Los resultados obtenidos en este capítulo permiten desestimar el efecto del suministro sobre la relación biomasa seca -superficie de raíces en ambos genotipos, confirmando los resultados de un trabajo anterior (Manfreda y Cogliatti, 1992). En éste probamos que para el genotipo Chaqueño INTA la geometría de las raíces y la relación peso seco-superficie fue similar entre los suministros 0.05 y 5 mol.m -3 de P. En cuanto al efecto de los genotipos, y a pesar de que el aporte de las raíces laterales a la 132 superficie total fue mayor en Buck candisur que en Chaqueño INTA, la presencia de una fuerte relación lineal para el conjunto de los datos indicaría una relación similar entre la biomasa y la superficie de raíces para ambos trigos. Esto es así para casi todos los tratamientos ya que solamente Buck candisur en 5 mol.m-3 de P y de Chaqueño INTA traspasado de 0.1 a 0.05 mol.m-3 de P mostraron diferencias con la relación Biomasa seca/superficie de raíces obtenidas con el conjunto de los datos. En el primer caso se sobrestima la superficie en un 12% y en el segundo se la subestima en un 7% si se utiliza la relación general biomasa seca-superficie de raíces obtenida con el conjunto total de los tratamientos y genotipos. A fines prácticos estos valores pueden ser tolerados si se contemplan todas las otras fuentes de error en la estimación de la SARP. Puede desestimarse entonces un efecto importante del genotipo y del nivel de suministro de P sobre la relación biomasa:superficie. A pesar de la falta de exactitud y de la carencia de una medida de la variabilidad en la estimación de la tasa de absorción neta (SARP) bajo suministros constantes, se puede afirmar, en principio, que la misma se relaciona en forma directa con el suministro externo: a mayor suministro mayor SARP. En los casos en que se observan diferencias entre los genotipos, estas apuntan a que la SARP es mayor en Buck candisur que en Chaqueño INTA, resultado coincidente con los presentados en los capítulos anteriores de esta tesis. Este efecto del suministro externo sobre la SARP también se evidenció en las plantas traspasadas a 0.05 mol.m -3 de P las que, si bien aumentaron su contenido de P, no llegaron a absorber la 133 cantidad necesaria de P como para contrarrestar la dilución interna del P producida por el crecimiento, con lo que la concentración interna de P disminuyó. La reexposición de estas plantas a la solución original de cultivo mostró importantes cambios en la tasa de absorción de P con respecto a sus respectivas plantas control, así como diferencias entre genotipos, ya que Buck candisur mostró una mayor SARP que Chaqueño INTA, tanto para las plantas provenientes de 0.1 como de 5 mol.m-3 de P. Las correlaciones encontradas con los datos del presente capítulo y los del capítulo III son consistentes con la hipótesis, por largo tiempo sostenida por muchos investigadores, de que la SARP y sus componentes estarían altamente influenciados por la concentración interna de P. Aunque esta hipótesis es ampliamente aceptada y utilizada para explicar resultados, no deja de llamar la atención la falta en la literatura de una expresión formal de cómo se relacionan estas variables. Sin embargo, Lee en 1993 reportó una relación similar (también en apariencia no lineal) a la observada en esta tesis, entre la concentración interna de N en las raíces y la tasa de absorción neta de nitrato y de amonio en plantas de cebada deficientes en nitrógeno. Vale aclarar que dichas tasas fueron obtenidas en un único nivel de suministro de N, que no se intentó analizar la relación entre las variables con ningún tipo de función y que no se hace mención de la relación entre la tasa de absorción de nitrato y de amonio con respecto a la concentración de N en los vástagos. 134 La disminución de la concentración interna de P, como consecuencia de suprimir o restringir su suministro, ha sido relacionada con un aumento de la demanda de P en las plantas y con un aumento en la tasa de absorción de P (Williams, 1948; Bowen, 1970, Lee, 1993), aumento que se evidencia anticipadamente a la reducción del crecimiento. La literatura especializada nos brinda varias hipótesis sobre los mecanismos por los cuales se vinculan estas variables. Mientras que algunos sostienen que la concentración de P del vástago es la que determina la tasa de absorción de este nutriente (Drew and Saker, 1984). Clarkson et al (1978) y Clarkson and Scattergood (1982) sugieren que el ”mensaje recibido por las raíces desde el tallo está sujeto a una interpretación local” y que estarían involucrados la tasa de turnover de los transportadores de membrana, en contra de un sistema regulado alostéricamente o por retroalimentación negativa. Para Lefebre y Glass, 1982, la concentración de P orgánico en las raíces es la que regula al influjo de P por aumento de la densidad de los sitios de absorción en la superficie de las raíces de plantas deficientes, mientras que una regulación alostérica sobre el influjo de P sería ejercida por el P inorgánico de las raíces. Mientras que esta posible regulación alostérica aún no ha sido probada, tal como ha sido mencionado en la Introducción General y en la discusión del Capítulo III, una vía de acción que seguramente es operativa es la síntesis de novo de los transportadores de P, en consonancia con el aumento del Vmax del influjo. Sin embargo, para esta vía son aún desconocida/s la/s señal/es que la desencadena. Por otro lado, en los experimentos clásicos de deficiencia, es difícil de determinar el lugar en que se origina la señal ya que los tratamientos aplicados conducen a cambios conjuntos de la concentración 135 de P de vástagos y de raíces, no siendo los experimentos presentados en esta tesis una excepción (Fig. V.15). Sin embargo muy probablemente el estado nutricional del vástago sea determinante en los cambios de la SARP. Evidencias de esto lo aportan ensayos de raíces con el sistema radical dividido como los realizados por Drew and Saker (1984) y por Cogliatti and Clarkson (1983). En tales ensayos se midió la absorción de P en raíces individuales en experimentos donde éstas y el resto de las raíces recibían un pretratamiento con o sin P. Cuando las plantas reciben P únicamente por una raíz individual, esta raíz presenta una concentración de P similar a la de las plantas provistas de P a través de todo el sistema radical, mientras que el resto de la planta presenta bajas concentraciones de P. A pesar del buen estado nutricional de las raíces individuales las mismas incrementan tanto la tasa de absorción como el transporte de P al vástago, indicando que ambos flujos estarían fuertemente influenciados por la demanda de P de la planta entera. Más recientemente Smith et al. (2003) basándose en el estudio de dos promotores de transportadores de P realizado con raíces divididas en un mutante de Arabidopsis, afirma que dicha regulación sería a nivel transcripcional en las raíces. Según sus propias palabras “evidencia la existencia de un mecanismo para sensar el estado nutricional de P de la planta entera y transmitir un signo sistémico vía el tallo a todas partes del sistema radical”. Además de admitir este tipo de regulación, Raghothama (2000) opina que en las plantas existe otro tipo de mecanismo de señales que operaría a nivel celular. En éste nivel el movimiento del P hacia y desde la vacuola junto con el influjo y el eflujo de P serían los mecanismos primarios del mantenimiento de la homeostasis del P. Aunque poco se 136 conoce sobre el transporte del P en el tonoplasto y nada con respecto a su mecanismo molecular, se sabe que requiere de ATP y la permeabilidad del tonoplasto aumenta considerablemente bajo deficiencia de P (Mimura, 1999). Las correlaciones aquí obtenidas reflejan, sin dudas, un efecto directo e inmediato de la concentración externa y otro originado por el estado nutricional de la planta entera sobre la velocidad de cada uno de los flujos, efecto que involucraría uno o varios de los mecanismos antes mencionados. A pesar de que no hemos hecho en el presente ensayo mediciones del influjo de P, basándonos en los ensayos de capítulos anteriores y en la bibliografía, podemos afirmar que éste sería diferente entre suministros y aún posiblemente entre plantas control y traspasadas (el orden de menor a mayor sería: control 0.1; traspasadas 0.1; control 5; traspasadas 5). Sin embargo, llama la atención que, en ambos genotipos, las plantas retraspasadas no mostraron grandes diferencias de SARP entre los dos suministros de P, poniendo nuevamente en relieve la importancia de un control interno sobre la SARP cuando la disponibilidad de P no es limitante. Ambos suministros se encuentran dentro del rango de concentraciones de P en las cuales el sistema I (o de alta afinidad) del influjo de P se encuentra saturado, como fuera probado para trigo por Cogliatti y Santa María (1990). Es interesante considerar entonces los resultados obtenidos por Clarkson y Scattergood (1982) con plantas deficientes en P de tomate y cebada en las que la absorción y el transporte de P desde las raíces a los vástagos aumentaron en valor absoluto al ser reexpuestas a solución con P, llegando a ser la última una proporción constante de la primera. Estos investigadores 137 interpretaron sus resultados enmarcándolos bajo un sistema de transporte I saturado, con lo cual las tasas obtenidas expresan la potencialidad del sistema de transporte de P. Compartiendo esta visión y considerando que en el presente caso en 5 mol P.m-3 el influjo de P en las raíces no es un factor limitante para su incorporación efectiva a los compartimentos físicos y químicos del P, la tasa en que esta incorporación se realiza sería la potencial y determina el máximo de la absorción neta. Esta absorción la descomponemos en sólo dos términos: TTPv y TAPr cuya complejidad de dinámica y componentes está lejos de ser resuelta, pero que los asociamos fundamentalmente al primero con la carga de P (orgánico e inorgánico) al xilema y su transporte al vástago, y al segundo con la acumulación de P en las vacuolas de las células de la raíz o a su incorporación a la fracción orgánica. Como se desprende de este y de otros trabajos la mayor parte de P de las plantas se encuentra en los vástagos y, como resultado, la TTPv es el componente de más peso en la SARP. Por lo tanto es importante conocer como se regula la TTPv. Bajo los términos antes planteados, en 5 mol P.m -3 las SARP, TTPv y TAPr expresan la máxima potencialidad de estos flujos, ya que el influjo es lo suficientemente elevado para saturarlos. Es de esperar que para plantas con una menor concentración interna la tasa potencial de la SARP y de sus componentes aumenten. Las plantas retraspasadas a 0.1 mol.m-3 de P mostraron a similares concentraciones internas de P, similares valores de TTPv que las retraspasadas a 5 mol.m -3 de P, a pesar de que el influjo de P de las primeras sea, muy probablemente, mucho menor al de las plantas reexpuestas a 5 mol P.m-3. Si esto es cierto puede suponerse que aún así el influjo alcanza para saturar el transporte de P al vástago. 138 Aplicando el mismo análisis a la TAPr se pueden obtener similares conclusiones para las plantas de Chaqueño INTA retraspasadas a 0.1 mol P.m-3, pero no así en las de Buck candisur retraspasadas a 1 mol P.m -3 . Estas últimas no llegan a los valores de TAPr presentados por las plantas retraspasadas a 5 mol P.m-3. Siguiendo la misma línea de razonamiento, puede interpretarse como que la TAPr de las plantas de Buck cadisur retraspasadas a 0.1 mol P.m-3 no llega a saturarse. De ser ciertos los supuestos realizados tendríamos que la tasa potencial de transporte de P al vástago y de la de acumulación en las raíces siguen a la concentración interna de P y que la primera llega a saturarse antes que la segunda. La obtención de este flujo potencial podría obedecer al sistema de transportadores (aumento de la densidad en las membranas y/o en el aumento de la afinidad de los transportadores de P tanto en la fuente (raíz) como en los destinos (vástagos) así como en el tamaño de los destinos. Todos estos factores se incrementarían con la disminución de la concentración interna de P y, en un esquema sencillo del sistema, se puede proponer que actúan en forma coordinada respondiendo a una señal que se produce a partir de un valor umbral de concentración de P. Con respecto a las plantas control 0.1 mol P.m -3 tienen una concentración de P interna inferior a los valores umbrales determinados por las correlaciones. Sin embargo, la SARP, la TAPr y la TTPv son inferiores a los presentados por plantas de similar concentración de P interna reexpuestas a 5 mol P.m-3. Estas diferencias en las tasas pueden tener dos 139 orígenes: 1) el sistema de transporte y asimilación es similar pero no expresa la velocidad potencial por no estar saturado por su influjo, y 2) que el sistema de transporte y asimilación esté reprimido y no siga en realidad a las funciones expuestas. Lamentablemente no hemos puesto a prueba cada una de estas opciones, hecho que por otra parte presentaría sus dificultades ya que el aumento esperado del contenido de P en 24 horas en las plantas 0.1 retraspasadas a 5 mol P.m-3 sería apenas detectable por el método aquí utilizado. Si bien los flujos de P estudiados mostraron correlacionarse con la concentración interna total de P resulta difícil aceptar que esta última sea por sí misma la señal que produzca los cambios en los primeros. Puede especularse con que sea alguna fracción del P en la planta, ya sea química o física que varíe conjuntamente con la concentración de P total, la implicada en la señal que lleva a un aumento de los flujos de P. No se puede excluír tampoco que azúcares solubles medien en la regulación. Del presente trabajo se puede destacar la importancia del control interno de las plantas sobre la capacidad de absorción y considerar al suministro de P como un factor de importancia secundaria cuando los mismos son supraóptimos. A pesar de que la diferencia de los flujos de P entre las plantas control sea de distinta naturaleza que las diferencias entre plantas control y tratadas (ya sea por disminución del suministro de P o por su exclusión del medio de cultivo) estos resultados sugieren que la restricción de la capacidad de transporte al vástago modula en gran parte el valor de la SARP en suministros altos de P. 140 Si adherimos a las ideas ampliamente aceptadas de Drew y Saker de que la concentración de P en los vástagos es la que controla la SARP, las diferencias genotípicas encontradas se deberían a que Buck candisur presenta un umbral de concentración de P en los vástagos mayor que el de Chaqueño INTA. CONCLUSIONES Los tres suministros de P empleados fueron suficientes como para abastecer los requerimientos de P necesarios para el crecimiento, sin modificar la geometría de las raíces. Debido al escaso efecto genotipo y suministro de P sobre la relación peso seco-superficie de raíces, la estimación de los flujos de P puede realizarse indistintamente sobre la base de cualquiera de estos dos parámetros. La SARP y sus componentes (TTPv y TAPr) medidos en 5 mol.m-3 de P se correlacionaron con la concentración de P de vástagos y raíces, disminuyendo con el aumento del logaritmo de la concentración. Las tasas estimadas en este suministro fueron consideradas como velocidades potenciales. En líneas generales las plantas reexpuestas a 0.1 mol P.m-3 presentaron la misma correlación. Buck candisur mostró que el aumento de la SARP, TTPv y TAPr se iniciaba a una mayor concentración interna de P (concentración umbral) que Chaqueño INTA, resultando entonces que a similares valores de concentración de P en planta, estos flujos de P fueron superiores en Buck candisur que en Chaqueño INTA. 141 250 0.1 mol P.m-3 Biomasa seca (mg) 200 150 Ch.I. control B.C.control Ch.I. traspasada B.C. traspasada 100 50 0 0 2 4 6 8 10 12 14 Dias de traspaso 250 5 mol P.m-3 Biomasa seca (mg) 200 150 Ch.I. control B.C.control Ch.I. traspasada B.C. traspasada 100 50 0 0 2 4 6 8 10 12 14 Dias de traspaso Figura V.1: Promedios y errores estándar de la biomasa producida por planta en diferentes suministros de fosfato (control= 5 ó 0.1 mol.m-3 de P; y traspasadas= desde 5 ó 0.1 a 0.05 mol.m-3 de P). 142 160 Superficie radical (cm2) 140 0.1 mol P.m-3 120 100 Ch.I. control B.C.control Ch.I. traspasada B.C. traspasada 80 60 40 20 0 0 2 4 6 8 10 12 14 Dias de traspaso 160 Superficie radical (cm2) 140 5 mol P.m-3 120 100 Ch.I. control B.C.control Ch.I. traspasada B.C. traspasada 80 60 40 20 0 0 2 4 6 8 10 12 14 Dias de traspaso Figura V.2: Promedios y errores estándar de la superficie del sistema radical en función de los días desde el inicio del traspaso a solución 0.05 mol P.m-3 . 143 90 0.1 mol P.m-3 % de superficie R. laterales 80 70 60 Ch.I. control B.C.control Ch.I. traspasada B.C. traspasada 50 40 30 20 10 0 0 2 4 6 8 10 12 14 Dias de traspaso 90 5 mol P.m-3 % de superficie R. laterales 80 70 60 Ch.I. control B.C.control Ch.I. traspasada B.C. traspasada 50 40 30 20 10 0 0 2 4 6 8 10 12 14 Dias de traspaso Figura V.3: Contribución relativa de las raíces laterales a la superficie radical expresada como porcentaje del total para plantas de trigo con diferentes suministros de P. 144 140 Superficie radical (cm2) 120 100 80 60 40 20 0 0 5 10 20 15 25 30 Biomasa seca raíz (mg) B.C.control 0.1 B.C. Traspasada 0.1 B.C. Control 5 B.C. Traspasada 5 Ch.I. Control 0.1 Ch.I. Traspasada 0.1 Ch.I. Control 5 Ch.I. Traspasada 5 Figura V.4: Relación entre la superficie y la biomasa seca del sistema radical. Para el conjunto de los datos la correlación es significativa (p<10 -5) con un coeficiente de correlación (r)=0.970; Ordenada al origen =-10,61 (Err. std=1.08) y pendiente= 4.39 (Err. std= 0.76). 145 35 1 0.1 mol P.m-3 SARP (mmol P.g-1.d-1) 0,8 Ch.I. control 0,6 B.C.control Ch.I. retraspasada 0,4 B.C. retraspasada 0,2 0 0 2 4 6 8 10 12 14 -0,2 Dias de traspaso. 1 5 mol P.m-3 SARP (mmol P.g-1.d-1) 0,8 Ch.I. control 0,6 B.C.control Ch.I. retraspasada 0,4 B.C. retraspasada 0,2 0 0 2 4 6 8 10 12 14 -0,2 Dias de traspaso. Figura V.5: Estimaciones de la tasa neta de absorción de P (SARP) para los dos genotipos de trigo en los diferentes suministros de P utilizados. La denominación de retraspasadas corresponde a las plantas traspasadas a 0.05 mol.m-3 de P y expuestas por 24 hs a la concentración de P de su cultivo (5 ó 0.1 mol.m-3 de P). 146 700 0.1 mol P.m-3 [P] vástago (umolP/g) 600 Ch.I. control 500 B.C. control Ch.I. traspasada 400 B.C. traspasada Ch.I. retraspasada 300 B.C. retraspasada 200 100 0 2 4 6 8 10 12 14 Dias de traspaso 700 5 mol P.m-3 [P] vástago (umolP/g) 600 Ch.I. control 500 B.C. control Ch.I. traspasada 400 B.C. traspasada Ch.I. retraspasada 300 B.C. retraspasada 200 100 0 2 4 6 8 10 12 14 Dias de traspaso Figura V.6: Promedios y errores estándar (barras verticales) de la concentración de P en vástagos de plantas bajo diferentes suministros de P. Las plantas traspasadas a 0.05 mol.m-3 de P y expuestas por 24 hs a la concentración de P de su cultivo (5 ó 0.1 mol.m-3 de P) son denominadas como retraspasadas. 147 900 0.1 mol P.m-3 800 [P] raíz (umolP/g) 700 Ch.I. control 600 B.C. control Ch.I. traspasada 500 B.C. traspasada Ch.I. retraspasada 400 B.C. retraspasada 300 200 100 0 2 4 6 8 10 12 14 Dias de traspaso 900 5 mol P.m-3 800 [P] raíz (umolP/g) 700 Ch.I. control 600 B.C. control Ch.I. traspasada 500 B.C. traspasada Ch.I. retraspasada 400 B.C. retraspasada 300 200 100 0 2 4 6 8 10 12 14 Dias de traspaso Figura V.7: Promedios y errores estándar de la concentración de P en raíces de plantas bajo diferentes suministros de P. Las plantas traspasadas a 0.05 mol.m-3 de P y expuestas por 24 hs a la concentración de P de su cultivo (5 ó 0.1 mol.m-3 de P) son denominadas como retraspasadas. 148 0,25 0.1 mol P.m-3 Ch.I. control TAPr (mmol P/g.d) 0,2 B.C.control Ch.I. retraspasada 0,15 B.C. retraspasada 0,1 0,05 0 0 2 4 6 8 10 12 14 Dias de traspaso. 0,25 Ch.I. control 5 mol P.m-3 B.C.control TAPr (mmolP/g.d) 0,2 Ch.I. retraspasada 0,15 B.C. retraspasada 0,1 0,05 0 0 2 4 6 8 10 12 14 Dias de traspaso. Figura V.8: Tasa de acumulación de P en las raíces (TAPr) de plantas con diferente tiempo de exposición a solución 0.05 mol.m-3 de P. Las tasas fueron obtenidas luego de 24 hs de exposición a la concentración de P original de cultivo (0.1 y 5 mol.m-3 de P). 149 1 0.1 mol P.m-3 Ch.I. control B.C.control TTPv (mmol P/g.d) 0,75 Ch.I. retraspasada B.C. retraspasada 0,5 0,25 0 0 2 4 6 8 10 12 14 Dias de traspaso. 1 Ch.I. control 5 mol P.m-3 B.C.control TTPv (mmolP/g.d) 0,75 Ch.I. retraspasada B.C. retraspasada 0,5 0,25 0 0 2 4 6 8 10 12 14 Dias de traspaso. Figura V.9 : Tasa de transporte de P al vástago (TTPv) de plantas con diferente tiempo de exposición a solución 0.05 mol.m-3 de P. Las tasas fueron obtenidas luego de 24 hs de exposición a la concentración de P original de cultivo (0.1 y 5 mol.m-3 de P). 150 1 Ch.I. control 0.1 mol P.m-3 B.C.control TAPr/TTPv 0,75 Ch.I. retraspasada B.C. retraspasada 0,5 0,25 0 0 2 4 6 8 10 12 14 Dias de traspaso. 1 Ch.I. control -3 5 mol P.m B.C.control 0,75 TAPr/TTPv Ch.I. retraspasada B.C. retraspasada 0,5 0,25 0 0 2 4 6 8 10 12 14 Dias de traspaso. Figura V.10: Cociente entre la tasa de acumulación de P en raíces y tasa de transporte de P al vástago (TAPr/TTPv) de plantas con diferente tiempo de exposición a solución 0.05 mol.m-3 de P y plantas controles. Las tasas fueron obtenidas luego de 24 hs de exposición a la concentración de P original de cultivo (0.1 y 5 mol.m-3 de P). 151 60 SARP (umol P/h.g) 50 B. candisur 40 SARP= 2.94.TAPr +5.53 R2=0.86 30 Ch. INTA 20 SARP= 2.48.TAPr +3.85 R2= 0.84 10 0 0 5 10 15 20 TAPr (umol P/h.g) 60 SARP (umol P/h.g) 50 B. candisur 40 SARP= 1.37.TTPv -0.549 R2= 0.97 30 Ch. INTA 20 SARP= 1.44.TTPv -0.156 R2= 0.95 10 0 0 10 20 30 40 TTPv (umol P/h.g) Figura V.11: Correlaciones entre la SARP y sus dos componentes (TTPv y TAPr) de plantas de Buck candisur y Chaqueño INTA (incluídas las controles) obtenidas en los ensayos del Capítulo III y V, luego de 24 hs de exposición a la concentración de P original de cultivo (0.1 y 5 mol.m-3 de P). 152 60 Ch. I. Control 0.1 Vástagos SARP (umol P/h.g) 50 B.c. Control 0.1 Ch. I. 5 40 B.c. 5 Ch.I. Retraspasada 0.1 30 B.c. Retraspasada 0.1 20 10 0 0 100 200 300 400 500 600 [P]i (umolP/g) 60 Ch. I. Control 0.1 Raíces 50 B.c. Control 0.1 SARP (umol P/h.g) Ch. I. 5 B.c. 5 40 Ch.I. Retraspasada 0.1 B.c. Retraspasada 0.1 30 20 10 0 0 200 400 600 800 [P]i (umolP/g) Figura V.12: Correlación entre la SARP y la concentración interna de P en raíces y vástagos obtenidos en 5 mol P.m -3 (Datos del ensayo expuesto en este capítulo y en el Capítulo III). Los valores de las correlaciones se presentan en la Tabla V.2 y se representan en esta figura con líneas rojas (Chaqueño INTA) y negras (Buck candisur). 153 40 Ch. I. Control 0.1 35 Vástagos B.c. Control 0.1 TTPv (umol P/h.g) 30 Ch. I. 5 25 B.c. 5 20 Ch.I. Retraspasada 0.1 B.c. Retraspasada 0.1 15 10 5 0 0 100 200 300 400 500 [P]i (umolP/g) 40 Ch. I. Control 0.1 Raíces 35 B.c. Control 0.1 Ch. I. 5 30 TTPv (umol P/h.g) 600 B.c. 5 25 Ch.I. Retraspasada 0.1 B.c. Retraspasada 0.1 20 15 10 5 0 0 200 400 600 800 [P]i (umolP/g) Figura V.13: Correlación entre la TTPv y la concentración interna de P en raíces y vástagos de los datos obtenidos en 5 mol P.m -3 del presente capítulo y del Capítulo III. Los valores de las correlaciones se presentan en la Tabla V.2 y se representan en esta figura con líneas rojas (Chaqueño INTA) y negras (Buck candisur). 154 18 Ch. I. Control 0.1 16 Vástagos B.c. Control 0.1 TAPr (umol P/h.g) 14 Ch. I. 5 12 B.c. 5 10 Ch.I. Retraspasada 0.1 8 B.c. Retraspasada 0.1 6 4 2 0 0 100 200 300 500 600 [P]i (umolP/g) 18 16 TAPr (umol P/h.g) 400 Ch. I. Control 0.1 Raíces B.c. Control 0.1 14 Ch. I. 5 12 B.c. 5 Ch.I. Retraspasada 0.1 10 B.c. Retraspasada 0.1 8 6 4 2 0 0 200 400 600 800 [P]i (umolP/g) Figura V.14: Correlación entre la TAPr y la concentración interna de P en raíces y vástagos de los datos obtenidos en 5 mol P.m -3 del presente capítulo y del Capítulo III. Los valores de las correlaciones se presentan en la Tabla V.2 y se representan en esta figura con líneas rojas (Chaqueño INTA) y negras (Buck candisur). 155 600 [P]v (umol P/g) 500 400 300 200 100 0 0 100 200 500 400 300 600 700 [P]r (umol P/g) Ch. INTA controles Ch. INTA traspasada B. Candisur controles B. Candisur traspasada Figura V.15: Concentraciones de P en vástagos ([P]v) y raíces ([P]r) de Buck candisur y Chaqueño INTA obtenidas en los ensayos del Capítulo III y V, en plantas control (cultivadas en 5 y en 0.1 mol.m-3 de P) y en las expuestas por diferente espacio de tiempo a solución de cultivo 0 y 0.05 mol.m-3 de P (traspasadas). 156 800 TABLA V.1: Regresiones lineales de los logaritmos (en base e) de la biomasa seca por planta en función de los días desde la germinación. Los desvíos estándar de los parámetros estimados se presentan entre paréntesis. Genotipo Tratamiento O. origen Pendiente n r2 (mol P.m-3) Chaqueño Control (0.1) 1.55 (0.20) 0.128 (0.010) 20 0.90 INTA Control (5) 1.87 (0.13) 0.116 (0.006) 20 0.95 Traspasada (0.1) 1.66 (0.18) 0.120 (0.009) 30 0.87 Traspasada (5) 1.83 (0.22) 0.114 (0.010) 30 0.81 Buck Control (0.1) 1.83 (0.19) 0.129 (0.009) 20 0.91 Candisur Control (5) 1.80 (0.10) 0.132 (0.005) 20 0.98 Traspasada (0.1) 2.23 (0.18) 0.112 (0.008) 30 0.87 Traspasada (5) 1.59 (0.21) 0.142 (0.010) 30 0.88 157 TABLA V.2: Correlaciones de la SARP, TTPv y TAPr con la concentración de P de vástagos ([P]vástagos) y raíces ([P] raíces) ajustados a una función logarítmica (Tasa= a+b.ln[P]). Las correlaciones fueron obtenidas con los resultados del Capítulo III y V, para las plantas cuya medición de las tasas se realizó en 5 mol.m-3 de P. Cada correlación se obtuvo con un n=20 y los valores umbrales de concentración ([P]umb) se estimaron calculando con la correlación la concentración correspondiente a una tasa 10% superior a la máxima tasa registrada en los tratamiento control. Se presentan el coeficiente de correlación (C.C.) y entre paréntesis los desvíos estándar de los parámetros de la función. Variables correlacionadas SARP vs [P]i vástago TTPv vs TAPr vs Genotipo a b [P]um. C. C. Ch. I. B.c. 147.73 189.91 -23.41 -28.81 341 439 0.96 0.88 [P]i raíz Ch. I. B.c. 133.00 123.27 -20.43 -17.85 388 439 0.94 0.91 [P]i vástago Ch. I. B.c. 98.05 128.87 -15.41 -19.35 327 432 0.94 0.84 [P]i raíz Ch. I. B.c. 85.04 84.78 -12.92 -12.10 374 430 0.88 0.87 [P]i vástago Ch. I. B.c. 49.50 60.94 -7.91 -9.45 368 445 0.89 0.89 [P]i raíz Ch. I. B.c. 47.81 38.49 -7 .48 -5.75 413 454 0.95 0.89 158 CAPITULO VI RELACIONES ENTRE PARAMETROS QUE DETERMINAN LA ECONOMIA DE P EN LAS PLANTAS Y LA TASA ESPECIFICA DE ABSORCION DE P. INTRODUCCIÓN La presente tesis se dirigió inicialmente, al hallazgo de genotipos de trigo con diferentes tasas de absorción de P en niveles de nutrición fosforada no limitantes para el crecimiento como principal fuente de variabilidad en la eficiencia de uso de P. El esquema conceptual utilizado en un principio consideraba a la SARP como resultado del influjo y del eflujo de P, flujos con mecanismos propios de regulación. La concentración de P en las plantas ha sido considerada como un factor clave en esta regulación, al menos para la del influjo en plantas que sufren deficiencias. Sin embargo la falta de relación que encontramos en suministros altos de P entre la concentración interna de P y estos flujos condujo a considerar otros mecanismos de regulación del consumo de P, con lo que se desglosó a la SARP en dos componentes: la tasa de acumulación en raíces (TAPr) y la tasa de transporte de P a los vástagos (TTPv). Como resultado se encontró que, con un influjo de P similar, la SARP aumentaba al igual que sus componentes con la disminución de la concentración de P en planta. Sobre la base de lo expuesto se propone que estos flujos están más directamente implicados en la determinación del consumo de lujo de P y en las diferencias en este consumo encontradas entre genotipos. 159 Gran parte de las dificultades encontradas en el presente trabajo se originaron en un conocimiento descriptivo insuficiente del sistema bajo estudio, en especial a los cambios de las variables estudiadas a lo largo del tiempo. A continuación se analizan los resultados obtenidos bajo otra perspectiva, más descriptiva y sencilla, que intenta prescindir del tiempo como variable fija. Un aspecto que surge en los ensayos de los capítulos anteriores y que no ha sido analizado es la alta variabilidad de los parámetros medidos y estimados. Podemos sospechar que el origen de la variabilidad es múltiple, y establecer la magnitud del correspondiente a los genotipos de trigo es de vital importancia para poder cumplir con los objetivos de la tesis. Uno de los parámetros más importantes a determinar en esta tesis es la absorción neta de P. Ya han sido expuestos dos métodos alternativos: estimación directa en la solución de cultivo (tiempos cortos=horas) y por cosechas (tiempos largos= días). En este último caso su cálculo involucra la estimación de promedios de biomasa de raíces, así como de los contenidos de P en las plantas a distintos tiempos, los mismos han de ser lo suficientemente prolongados como para que los promedios entre cosechas sean diferentes. En particular el contenido de P posee un elevado error porcentual y, en los presentes experimentos, su estimación involucra dos mediciones: contenido de P en raíces y en vástagos, cada una con sus errores (alrededor de un 5%). La estimación de la absorción neta de nutrientes presenta entonces dificultades extras a las inherentes de las variables simples de medición directa. 160 La medición de la tasa de absorción neta de P en forma directa está restringida a suministros en los cuales pueda detectarse colorimétricamente el descenso de la concentración de P en la solución de cultivo, tal es el caso de 0.1 mol.m-3 de P. Concentraciones de P superiores (como 5 mol.m-3 de P) obligan a estimaciones indirectas como las antes planteadas, las cuales involucran al menos dos cosechas espaciadas en el tiempo y plantean un problema de escalas de tiempo. Relacionado con este punto se encuentra la observación de la importante variación diurna en la tasa de absorción de P expuesta en el capítulo IV. Es entonces necesario aclarar qué metodologías son las adecuadas para cada objetivo. Las mediciones directas a tiempos cortos son capaces de detectar variaciones diurnas o fluctuaciones como las generadas por la aclimatación a un cambio de suministro. Consecuentemente, aunque puede informar sobre aspectos particulares de la regulación de la absorción de P, su uso para caracterizar a los genotipos en suministros supraóptimos es de escaso valor. El empleo combinado de regresiones de la biomasa en el tiempo con estimaciones puntuales (concentración interna de P) puede utilizarse también para el seguimiento de fluctuaciones en la SARP, como las generadas por la aclimatación a un cambio de suministro. Aunque tiene una menor precisión que la metodología anterior y puede aplicarse siempre que la diferencia entre niveles de suministro sea importante (casos de plantas retraspasadas de los Capítulos III y V), es el único método disponible en altos suministros. Ahora, cabe preguntarse si este método es adecuado para comparar diferentes genotipos en estos altos suministros de P. La dependencia de la estimación de la SARP de la concentración interna de P medida en cada cosecha hace que este método sea apropiado para describir 161 dentro de un período acotado (uno o varios días) el efecto del suministro, pero presenta a su vez una desventaja para extraer conclusiones generales. Otro acercamiento a la estimación de la SARP se ha realizado con el uso de regresiones de la biomasa y del contenido de P con el tiempo estimadas independientemente (Capítulo I). La aplicación de este método se restringe a plantas cultivadas bajo suministros constantes. Nuestros resultados se ajustaron a regresiones exponenciales. Según el valor de las tasas relativas de crecimiento de biomasa de raíces y del contenido de P en planta, la SARP predice una evolución constante o exponencial (aumento positivo o negativo). La escala de tiempo contemplada y la utilización de un conjunto amplio de datos hace que su estimación describa los comportamientos generales de los genotipos. Sin embargo los ajustes de las biomasas y contenidos de P no fueron en todos los casos suficientemente buenos (los coeficientes de regresión oscilaron entre 0.75 hasta 0.99). Si bien la falta de resultados concluyentes de los ensayos, pueden ser justificadas por la naturaleza de las plantas (alta variabilidad dentro de cada cultivar, variaciones diurnas, etc.) y/o por errores y limitaciones metodológicas, es necesario reconsiderar los supuestos sobre los cuales se ha basado esta tesis, así como el análisis de los resultados. Un cambio de enfoque en la dinámica del P y en la discriminación de escalas (fundamentalmente de escala de tiempo) es propuesto a continuación. 162 Lemarie y Salette, 1984, mostraron a las relaciones alométricas como una poderosa herramienta para el estudio de la nutrición vegetal, cuando expresaron a la exportación de N como una sencilla función de la acumulación de biomasa en los vástagos. Posteriores trabajos confirmaron la generalidad de esta relación (Greenwood et al, 1990) la cuál pudo ser aplicada para la determinación de la concentración crítica de N en diferentes especies y el efecto de la dilución por crecimiento sobre la misma (Justes et al, 1994). Entendiendo que dichas relaciones ayudan a describir comportamientos generales, reelaboramos los resultados presentados en los capítulos anteriores y el de otros ensayos aún no expuestos en la presente tesis, en un intento de aproximación del comportamiento en conjunto de los genotipos de trigo estudiadas. MATERIALES Y MÉTODOS Se utilizaron los resultados de los ensayos ya expuestos, los cuales a fines prácticos se los denominó numéricamente según su orden de aparición (Ensayo 1= Capítulo I; Ensayo 2= Capítulo III; Ensayo 3= Capítulo IV y Ensayo 4= Capítulo V). Se incluyen además otros tres ensayos de los cuales fueron conducidos con iguales características de iluminación y temperatura y composición de la solución de cultivo que los anteriores. Se especifican a continuación solamente las particularidades. Ensayo 5: Material vegetal: Chaqueño INTA, Suministros de P: 0.05 y 5 mol.m-3 de P aplicados a los 4 días desde la germinación. Muestreos: siete 163 cosechas a partir de los 14 días desde la germinación cada 3 días, con tres repeticiones. Mediciones: biomasa seca y contenido de P de vástago y raíces Ensayo 6: Material vegetal: Chaqueño INTA, Norking Irupé, Las Rosas INTA, Klein Atalaya, Trigomax 200 y Buck Candisur. Suministro de P: 0.1 mol.m-3 de P, aplicado a los 2 días de la germinación. Muestreos: cinco cosechas iniciadas en plantas de 7 días, realizadas cada tres días, con cinco repeticiones. Mediciones: a) en todas las cosechas biomasa seca y contenido de P de vástago y raíces.; b) en las tres cosechas intermedias: Influjo de P y tasa de absorción neta de P con la metodología utilizada en el Capítulo IV. Ensayo 7: Material vegetal: Buck Candisur y Las Rosas INTA. Suministros de P: 5 y 0.1 mol.m-3 de P aplicado a los 2 días desde la germinación. Muestreos: ocho cosechas iniciadas en plantas de 7 días, día por medio; repeticiones: entre 5 a 10, dependientes del genotipo y edad de las plantas. Mediciones: biomasa seca y contenido de P de vástago y raíces. Los resultados fueron analizados mediante ANCOVA, cada tratamiento integrado por datos provenientes de al menos dos ensayos. Se compararon Cha I y BC. en 0.05; 0.1 y 5 mol.m-3 de P y L.R. INTA sólo en los dos suministros extremos. 164 RESULTADOS Y DISCUSIÓN Relación Contenido de P– Biomasa Seca Tal como se esperaba en suministros constantes y suficientes de P, la biomasa y el contenido de P de las plantas aumentaron en forma conjunta. En los rangos en que se encuentran la mayor cantidad de datos esta relación es aproximadamente lineal, fuera del mismo los escasos datos apuntan a que el aumento del contenido de P en planta por unidad de biomasa decae (Fig. VI.1, VI.2 y VI.3). Es necesario entonces analizar la pertinencia de aceptar la linealidad, ya que al hacerlo se asume que si el crecimiento de la biomasa es exponencial en el tiempo (tal como es de esperar en esta fase de crecimiento) también lo es el del contenido de P y que lo hacen con similares tasas relativas. Si esta última afirmación no fuera correcta, la correlación entre el logaritmo de las variables sería mayor. La comparación de la correlación arrojó similares coeficientes de correlación (ó levemente inferiores para la transformación loglog) y la distribución de los errores no mejoró, con lo cual se optó entonces por el modelo más sencillo: correlación lineal. Esta decisión sería un caso particular de las relaciones alométricas, tal como las obtenidas por Greenwood et al. (1990), en las que la concentración de N ([N]) sigue la siguiente función según la biomasa seca (W): [N]= .W -b Siendo y b constantes alométricas obtenidas empíricamente. 165 Ya que la concentración de N es el resultado del contenido de N dividido por la biomasa, el pasaje de término de esta última permite visualizar al contenido del nutriente como una función de la biomasa con (1-b) como exponente. Si bien se ha probado que para cultivos la constante b presenta valores entre 0.3 y 0.5 según la especie, estas ecuaciones son válidas a partir de que el cultivo alcanza cierta biomasa. Para plantas aisladas esta constante toma valores muy bajos: 0.1 o inferior, con lo que la linearidad propuesta en el presente trabajo sería un acercamiento aceptable a forma habitual de las relaciones alométricas (y=a.X-b) y presenta la ventaja de una mayor sencillez para su uso. Si bien no se observan grandes diferencias entre la relación contenido de P-biomasa entre 0.05 y 0.1 mol.m-3 de P (el aumento del consumo de lujo entre estos suministros sería insignificante) es evidente la gran influencia de 5 mol.m-3 de P sobre el contenido interno de P en cualquiera de los tres genotipos de trigo estudiados. Tanto las ordenadas al origen como las pendientes fueron significativamente superiores en este suministro de P (ver Tablas al pie de las Fig VI.1, VI.2 y VI.3). En las tres concentraciones de P el contenido interno del mismo fue, para similares biomasas de planta, mayores en B.C. que en Ch.I. (Fig. VI.4, VI.5 y VI.6). En 0.1 mol.m-3 de P esta diferencia se debió a la mayor ordenada al origen de B.C., mientras que en los suministros extremos se puede apreciar que estas diferencias se debieron a las pendientes (mayores en B.C. y menores en Ch.I.). L.R. exhibió un comportamiento intermedio debido a la 166 combinación de bajas ordenadas al origen y de pendientes relativamente altas. La presencia de una correlación entre el contenido de P y la biomasa se puede comprobar tanto en los vástagos como en raíces. Sus resultados se resumen en la Tabla VI.1. Consumo de lujo de P Si bien el contenido de P y la biomasa guardan una relación prácticamente lineal, el origen diferente de cero resulta en una concentración de P en las plantas que cambia según la biomasa y, por lo tanto, también lo hace en el tiempo. Sin embargo, a medida que la biomasa se incrementa la concentración de P en las plantas tenderá al valor de la pendiente de la correlación contenido de P-biomasa. El análisis de estas correlaciones permite discriminar varios aspectos: 1) Evaluar el efecto del suministro para un genotipo sobre el valor de tendencia de la concentración interna de P. 2) Estimar a qué biomasa alcanza esta concentración interna de P de tendencia en cada suministro. 3) La amplitud y distribución de la dispersión podría darnos información adicional, como por ejemplo del grado de disturbio producido en las plántulas cuando comienza su cultivo en la solución hidropónica con diferentes suministros de P (este efecto no fue considerado, por ejemplo al realizar el ensayo del Capítulo I). Estos aspectos pueden ser luego comparados facilmente entre genotipos y permiten seleccionar el sistema que se pretende estudiar (adecuación a un suministro de P o estado de equilibrio). 167 Debido a que el contenido de P y la biomasa de los vástagos representan como mínimo un 70% y un 80% respectivamente de los valores de plantas enteras, los resultados expuestos para los primeros son extrapolables a planta entera. Por este motivo y a fin de enriquecer la discusión se analizan por separado los vástagos de las raíces. La existencia de una tendencia a una concentración interna de P se evidencia con bastante claridad cuando se grafica la concentración interna de P en función de la biomasa en vástagos (Fig. VI.7, VI.8 y VI.9). En los mismos puede observarse que para biomasas pequeñas la concentración de P es muy variable, aún dentro de cada suministro. Esta variación la interpretamos como resultado de un conjunto de factores. Por un lado podría corresponder a un período de aclimatación al suministro de P, efecto que sería más importante cuanto mayor es el nivel de P suministrado, y por otro a artefactos experimentales. Entre estos últimos cabe mencionar que en los diferentes experimentos los datos de las primeras cosechas corresponden a diferentes tiempos de iniciado el tratamiento de P y a que las biomasas de las plantas probablemente fueran diferentes cuando fueron expuestas al suministro de P del cultivo. Estos aspectos experimentales, no considerados inicialmente, obstaculizan el análisis de los resultados. Ahora sí, sobre la base de las correlaciones encontradas se pueden determinar con menor incertidumbre el efecto del suministro de P y las diferencias varietales. El efecto del suministro de P sobre la [P] de tendencia alcanzada en los vástagos, fue escaso. Por otro lado, en cada suministro, se 168 detectó un menor valor de concentración interna de P en vástagos en Ch.I. y mientras que el mayor correspondió a B.C. (Ver valores de pendientes en Tabla VI.1). Con respecto a la amplitud del “alejamiento” de los datos con respecto a la [P] de tendencia no parecen existir diferencias varietales, sin embargo el genotipo L.R. parece alcanzarlo a menores biomasas que Ch.I. y B.C. Este resultado no se lo puede extrapolar directamente al tiempo cronológico ya que los tres genotipos poseen diferentes tasas de crecimiento (Ver Tabla I.1 en Cap I). Aparentemente el genotipo Las Rosas INTA logra una estabilización de la concentración interna de P mas precozmente que los otros dos, aunque la misma se establece en valores más elevados que los de Ch. I.. De los tres genotipos de trigo Buck candisur sería el que presenta la menor eficiencia de uso de P. Por otro lado, las concentraciones internas a las que tiende son las más altas y se logran a biomasas mayores que en los otros dos genotipos. Llamativamente el valor obtenido en 0.1 mol.m-3 de P fue inferior al de 0.05 mol.m-3 hecho al que no se han encontrado más justificativos que diferencias entre experimentos. El análisis precedente aplicado a las raíces muestran un comportamiento menos predecible que los vástagos. En primer lugar la variabilidad de la concentración de P con la biomasa es más importante que la encontrada en los vástagos y la tendencia hacia un rango de concentraciones es menos clara (Fig. VI.10, VI.11 y VI.12). Sin embargo para los tres genotipos de trigo la concentración de P en las raíces fue significativamente mayor en 5 mol.m-3 de 169 P que en 0.05. La mayor variabilidad de valores de concentración de P la presentó Buck Candisur como así también el mayor valor de concentración aunque, debido al elevado error estándar, no difirió significativamente del de los otros genotipos (Ver valores de pendientes en Tabla VI.1). En conclusión el efecto del nivel de suministro de P sobre la concentración de P en las plantas puede visualizarse luego de un período inicial de aclimatación, el que es de duración variable según el genotipo y nivel de suministro de P empleado. En caso de que el objetivo de estudio sea este período de aclimatación sería importante utilizar una metodología de cultivo más cuidadosa para evitar artefactos experimentales, como incluir medidas de tamaño inicial de cada muestra al momento de exposición al suministro de P. La correlación entre contenido de P y biomasa es más fuerte en los vástagos que en las raíces, y en estas últimas el efecto del nivel de suministro de P sobre la [P] interna es mayor. En los tres suministros los menores valores de concentración de P los presentó Ch.I. y los mayores B.C.. Sumado a esto Ch.I. es el genotipo que presentó menor diferencia de concentración de P en planta entre suministros. Por ende, en el rango comprendido entre estos dos suministros, es el genotipo que realizaría menor consumo de lujo de P. Siguiendo el mismo razonamiento queda en claro que B.C. sería el genotipo de mayor consumo de lujo de P. A fines prácticos en suministros supraóptimos de P, Ch.I. es más eficiente que los otros dos genotipos de trigo ya que presenta, además de una menor concentración interna de P, un menor consumo de lujo de P características deseables para cultivos practicados en suelos con alto contenido de P nativo o sobrefertilizados. 170 Relación Biomasa seca raíces: Biomasa seca planta En los tres cultivares de trigo más extensamente estudiados la biomasa de raíces han presentado una relación aproximadamente lineal con la biomasa de la planta entera (Fig. VI.13, VI.14 y VI.15). Los suministros de P utilizados no afectaron el valor de los parámetros de la correlación en ninguno de los tres cultivares. Este resultado confirma, una vez más, que los suministros de P no fueron limitantes para el crecimiento ni afectaron la distribución de la biomasa entre vástagos y raíces. La comparación de esta correlación entre los tres genotipos en cada nivel de suministro revela, en líneas generales, que no difirieron ni en origen ni en pendiente entre Ch.I. y B.C. (Fig 16, 17 y 18) pero sí entre ellos y L.R. para la cuál la pendiente y ordenada al origen fue mayor (Fig. VI.16 y VI.18). De estos resultados se puede inferir que la mayor relación de PSvas/PSraíz encontradas en B.C. con respecto a la de Ch.I., corresponden muy probablemente a la mayor biomasa de la primera (Ver por ejemplo Fig. I.1 y Tabla I.1 del Capítulo I, Fig. III.1 del Capítulo III) y no a diferencias genotípicas en cuanto a la distribución de la biomasa. Estimaciones de la SARP En vistas de que se ha comprobado la existencia de correlaciones altamente significativas entre las biomasas y contenidos de P y en su distribución entre vástagos y raíces, proponemos otra forma de estimar la 171 SARP mediante la correlación entre las mediciones directas realizadas en las plantas y una sola de ellas expresada en función del tiempo. En el presente caso proponemos reemplazar el contenido de P y la biomasa de raíces por sus correlaciones con la biomasa total, y a esta última expresada según su regresión con el tiempo. Para ello las relaciones que se han seguido son: Contenido de P= a + b* PSplanta. Biomasa de raíces= A + B* PSplanta. y PSplanta= PSi*e(RGR*t) Con lo cual: SARP= b*RGR*PSi*e(RGR*t)/ (A+B*PSi*e(RGR*t)) Esta ecuación representa una SARP que cambia en el tiempo hasta alcanzar asintóticamente un valor para cada suministro de P. Este valor es calculable sacando el límite de la función de la SARP cuando el tiempo tiende a infinito: 172 Lim SARP ( t) = b*RGR/ B Es decir que la tasa de absorción de P tiende asintóticamente a un valor directamente proporcional a la tasa de crecimiento relativo de la biomasa (RGR) y a la concentración de P en la planta una vez superada la aclimatación al suministro de P (concentración de tendencia, b), e inversamente proporcional a la proporción de distribución de biomasa en las raíces (B). La función de estimación de la SARP resultante indica la tendencia general de la SARP. Dichas tendencias, asumiendo una linealidad entre el contenido de P y la biomasa, indican que existen diferencias genotípicas (Tabla VI.2), siendo los mayores valores estimados para B.C. seguidos por los de Ch. I. y por último los de L.R.. El rango de valores de dichas estimaciones es coincidente con los estimados por mediciones directas puntuales (Fig. VI.1 del Cap IV), por métodos con ajuste independiente de la biomasa de raíces y del contenido de P en el tiempo (Tabla I.3 del Cap. I) y por métodos que combinan los ajustes independientes de la biomasa de raíces y la de vástagos en el tiempo, con la concentración promedio de P medida en cada cosecha. Cuando el objetivo es realizar comparaciones generales entre genotipos, la última estimación de la SARP propuesta es la más adecuada. Basta con comparar los coeficientes de regresión y correlación en los cuales se basa cada una las estimaciones. Este método, si bien no permite una comparación estadística directa, puede establecer un ranking de genotipos más sólido que los obtenidos con los métodos anteriores. Adicionalmente el análisis bajo este esquema puede mostrar otros aspectos de los genotipos. En primer lugar resalta que la 173 mayor absorción la presentan aquellos cultivares que presenten mayores RGR y [P] y menor partición de biomasa a las raíces. Comprobamos que para cada cultivar en particular el primer y último factor no cambian dentro de los suministros supraóptimos de P, así que la diferente SARP entre suministros está determinada exclusivamente por la pendiente de la correlación biomasacontenido de P, que ya denominamos como concentración de tendencia. De esta manera se simplifica el análisis comparativo, ya que el cociente entre la tasa relativa de crecimiento y la pendiente de la correlación biomasa de raícesbiomasa planta es una constante que caracteriza a los genotipos en condiciones de no limitación de P. A este cociente lo denominamos balance de producción-distribución de biomasa. Como resultado la absorción de P de los diferentes genotipos puede ser comparada por sólo dos componentes. Es así que Ch.I y B.C. no difieren en el balance de producción-distribución de biomasa pero sí en la concentración de tendencia, en tanto L.R. se destaca por su bajo balance de producción-distribución de biomasa, el que lleva a que su tasa de absorción de P sea la menor de los tres genotipos (Tabla 2). La hipótesis inicial de esta tesis afirmaba que, en condiciones de suministro supraóptimo de P, los genotipos que presenten menor SARP son las que regulan mejor la absorción de P y el consumo de lujo del mismo. Siguiendo este criterio de los tres genotipos L.R. sería la elegida. Si bien coincide en tener la menor SARP y en alcanzar la concentración de tendencia a menores biomasas (tomado como indicador de regulación de la absorción) no es la que presenta ni la menor concentración interna de P ni el menor consumo de lujo 174 entre los dos suministros de P. Esta discrepancia invalidaría el uso de la SARP como único criterio de selección. Influjo de P La idea original de que mediante la comparación del influjo de P se puedan diferenciar los genotipos más eficientes en la absorción de P parece ser inviable al menos cuando la disponibilidad de este nutrimento excede a la demanda del crecimiento. Esta conclusión se basa parcialmente en que el influjo de P se encuentra poco relacionado con su absorción neta. Ya en el Capítulo IV analizamos la falta de correlación que presenta a lo largo de un ciclo luz-oscuridad, con la absorción neta de P. La alta variabilidad del influjo debida al momento del fotoperíodo, edad de las plantas, suministro externo dificulta la comparación entre los distintos genotipos. En los Capítulos I y III se ha mostrado independientemente que el influjo de P presenta cambios con la edad de las plantas. Si bien no poseemos suficientes datos, especialmente en los dos suministros más bajos de P, dichos cambios son visualizados con los promedios obtenidos en diferentes experimentos (promedios obtenidos para cada genotipo, edad y nivel de suministro), en función de la biomasa seca de las plantas (Fig. VI.19). Se puede observar que el influjo de P disminuye con el aumento de la biomasa promedio de las plantas tanto en 5 como en 0.1 mol.m-3 de P, presentando una tendencia contraria en 0.05 mol.m-3 de P. Los cambios de los valores son mucho más importantes en 5 mol.m-3 de P que en los otros suministros, aún 175 considerando solamente los datos dentro del rango de biomasas secas de plantas comparables. Cabe dudar seriamente de la posibilidad de detectar diferencias varietales en el influjo de P. Podemos realizar un acercamiento, aunque incompleto, al entendimiento de qué factores influyen en el influjo tomando a Buck candisur en 0,1 mol.m-3 de P como referencia. En la Fig. VI.20 se pueden observar los valores promedios y las desviaciones estándar de los influjos de P, datos obtenidos en diferentes experimentos. En primera instancia los valores de los influjos en 0.1 mol.m-3 de P fueron obtenidos en cuatro ensayos: los tres primeros pertenecen al ensayo 6 y los tres últimos corresponden a ensayos independientes en los que se han medido los influjos en diferentes momentos del fotoperíodo (Capítulo IV). Se pueden observar diferencias en el influjo de P entre ensayos, por ejemplo entre los tres promedios correspondientes a plantas de 15 días, aunque las mismas podrían estar relacionadas con las diferencias en la biomasa producida por las plantas entre ensayos. Por estos resultados parece poco probable que la variabilidad encontrada en los ciclos diurnos explique totalmente las diferencias encontradas entre ensayos, como así tampoco la encontrada entre plantas de diferentes edades. Por otro lado si bien en términos generales los influjos medidos en 0.1 son mayores a los de 0,05 mol.m-3 de P dichas diferencias sólo son importantes cuando las plantas son de escasa edad. Esta última afirmación, tal vez, también podría ser aplicable a 5 mol.m-3 de P ya que si bien el influjo presenta altos valores posee una alta variabilidad interna y cambios 176 importantes con el tiempo (comparar los influjos de P del día 26 y 30 en 5 mol.m-3 de P con los del día 12, 15 y 18 en 0.1 mol.m-3 de P) aunque únicamente podría ser confirmada evaluando el influjo de P en 0.1 mol.m-3 de P a tiempos más largos. Para completar el esquema es necesario analizar la variabilidad del influjo entre los genotipos de trigo estudiadas. Tal como se ha mostrado en el Capítulo I, tanto en 5 como en 0,05 mol.m-3 de P, en 0,1 mol.m-3 de P no se han detectado diferencias significativas en el valor de este flujo entre genotipos (Fig. VI.21), en parte debido a la alta variabilidad interna entre muestras. Si bien no contamos con datos como para realizar un esquema completo general, si se asume que las conclusiones extraídas para Buck candisur en 0.1 mol.m-3 son válidas para los otros genotipos y suministros de P, se puede concluir que los factores que más contribuyen a diferencias entre los influjos son en primer lugar el nivel de suministro de P, aunque existe una fuerte interacción entre el suministro y alguna otra variable (como por ejemplo la biomasa seca de las plantas) o conjunto de variables relacionada/s con la edad de las plantas, que sería el segundo factor de importancia como fuente de variabilidad; en tercer lugar los cambios del influjo en los ciclos luz-oscuridad; y por último las diferencias genotípicas que en el presente caso se consideran prácticamente nulas. Estos resultados llevan a descartar el valor del influjo de P como criterio de selección de genotipos en suministros supraóptimos de este nutriente. 177 TABLA VI.1: Correlaciones lineales entre el contenido de P y la biomasa para vástagos y raíces (n= Número de observaciones; C.c.= Coeficiente de correlación). VASTAGOS Genotipo Chaqueño INTA Buck candisur Las Rosas INTA RAÍCES Genotipo Chaqueño INTA Buck candisur Las Rosas INTA Suministro (mol P.m-3) Pendiente Ordenada al origen n C.c 0.05 0.246 (0.004) 1.27 (0.52) 46 0.98 0.1 0.277 (0.004) 0.91 (0.18) 57 0.98 5 0.261 (0.008) 6.53 (0.74) 88 0.92 0.05 0.398 (0.006) 0.29 (0.38) 85 0.98 0.1 0.299 (0.010) 3.95 (0.71) 75 0.92 5 0.401 (0.007) 5.98 (0.72) 118 0.96 0.05 0.326 (0.004) -0.41 (0.17) 100 0.99 5 0.346 (0.009) 2.05 (0.38) 105 0.93 Suministro (mol P.m-3) Pendiente Ordenada al origen n C.c. 0.05 0.295 (0.010) 0.50 (0.26) 46 0.95 0.1 0.254 (0.011) 0.68 (0.12) 58 0.90 5 0.401 (0.015) 1.02 (0.36) 88 0.88 0.05 0.332 (0.010) -0.33 (0.14) 85 0.93 0.1 0.210 (0.012) 1.43 (0.19) 76 0.79 5 0.515 (0.020) 0.46 (0.51) 118 0.79 0.05 0.309 (0.010) -0.48 (0.15) 99 0.89 5 0.479 (0.012) -0.63 (0.16) 105 0.93 178 TABLA VI.2: Valores del límite de la SARP y de sus componentes. La tasa relativa de crecimiento (RGR) se obtuvo por regresión lineal del logaritmo natural de la biomasa seca por planta en función del tiempo. Para esta regresión como para la correlación entre la biomasa seca de raíces y la de planta entera (cuya pendiente se denomina PSr/PSp) se utilizaron datos provenientes de diferentes suministros y ensayos, discriminados para cada variedad de trigo. Con ellas se estimó el balance de producción-distribución de biomasa (P-D). La pendiente de la correlación entre el contenido de P y la biomasa seca por planta (concentración de tendencia) es la presentada al pie de las figuras 1, 2 y 3. Genotipo Suministro (mol P.m-3) RGR PSr/PSp (d-1) P-D (d-1) Concentración SARP (μmol de tendencia P/d.g MS) (μmol P/gMS) Chaqueño INTA 0.05 0.140 0.184 0.1 (0.003) (0.002) 0.761 5 Buck candisur 0.05 0.117 0.175 0.1 (0.003) (0.003) 0.668 5 Las Rosas 0.05 INTA 5 0.106 0.222 (0.004) (0.003) 179 0.477 254 (5) 193.3 275 (4) 209.3 286 (9) 217.6 388 (6) 259.2 276 (11) 184.4 461 (4) 307.9 323 (4) 154.1 376 (8) 179.3 120 Chaqueño INTA Contenido de P (umol/pta) 100 80 60 40 20 0 0 50 100 150 200 250 300 350 400 450 Biomasa seca (mg/pta) Suministro de P (mol.m-3): 0.05 0.1 5 Figura VI.1: Relación entre el contenido de P y la biomasa seca por planta en Chaqueño INTA. Los resultados de las correlaciones lineales se detallan a continuación figurando entre paréntesis el error estándar de la estimación. Letras diferentes entre filas indican diferencias significativas al =0.05: Suministro Ordenada al (mol P.m-3) origen Pendiente Número de Coeficiente de datos correlación 0.05 1.84 (0.7) a 0.254 (0.005) a 46 0.980 0.1 1.47 (0.2) a 0.275 (0.004) b 57 0.988 5 7.93 (0.9) b 0.286 (0.008) b 88 0.927 180 120 Buck candisur Contenido de P (umol/pta) 100 80 60 40 20 0 0 50 100 150 200 250 300 Biomasa seca (mg/pta) Suministro (mol P.m-3): 0.05 0.1 5 Figura VI.2: Relación entre el contenido de P y la biomasa seca por planta en Buck candisur. Los resultados de las correlaciones lineales se detallan a continuación figurando entre paréntesis el error estándar de la estimación. Diferentes letras indican diferencias significativas entre filas al =0.05,: Suministro Ordenada al (mol P.m-3) origen 0.05 -0.27 (0.44) a 0.1 5 Pendiente Número de Coeficiente de datos correlación 0.388 (0.006) a 85 0.979 5.45 (0.87) b 0.276 (0.010) b 68 0.905 4.31 (0.36) b 0.461 (0.003) c 111 0.992 181 60 Las Rosas INTA Contenido de P (umol/pta) 50 40 30 20 10 0 0 20 40 60 80 100 120 140 160 Biomasa seca (mg/pta) Suministro (mol P.m-3): 0.05 5 Figura VI.3: Relación entre el contenido de P y la biomasa seca por planta en Las Rosas INTA. Los resultados de las correlaciones lineales se detallan a continuación figurando entre paréntesis el error estándar de la estimación. Diferentes letras indican diferencias significativas entre filas al =0.05,: Suministro Ordenada al (mol P.m-3) origen 0.05 -0.98 (0.24) a 1.54 (0.42) b 5 Pendiente Número de Coeficiente de datos correlación 0.323 (0.004) a 97 0.982 0.376 (0.008) b 105 0.954 182 120 0.05 mol P.m-3 Contenido de P (umol/pta) 100 80 60 40 20 0 0 50 100 150 200 250 300 350 400 450 Biomasa seca (mg/pta) Chaqueño INTA Buck Candisur Las Rosas INTA Figura VI.4: Correlaciones entre el contenido de P y la biomasa seca de plantas cultivadas en 0,05 mol P.m-3. Las pendientes de los tres genotipos de trigo fueron significativamente diferentes y la ordenada al origen de Chaqueño INTA superior a la de Buck candisur y Las Rosas INTA (=0.05) (Ver valores al pie de las figuras VI.1, 2 y 3). 183 60 0.1 mol P.m-3 Contenido de P (umol/pta) 50 40 30 20 10 0 0 50 100 150 200 250 Biomasa seca (mg/pta) Chaqueño INTA Buck Candisur Figura VI.5: Correlaciones entre el contenido de P y la biomasa seca de plantas cultivadas en 0,1 mol P.m-3. Las pendientes de los dos genotipos de trigo fueron similares, mientras que la ordenada al origen de Chaqueño INTA fue inferior a la de Buck candisur (=0.05) (Ver valores de pendientes y ordenadas al origen al pie de las figuras VI.1 y 2). 184 120 5 mol P.m-3 Contenido de P (umol/pta) 100 80 60 40 20 0 0 50 100 150 200 250 300 350 400 Biomasa seca (mg/pta) Chaqueño INTA Buck Candisur Las Rosas INTA Figura VI.6: Correlaciones entre el contenido de P y la biomasa seca de plantas cultivadas en 5 mol P.m-3. Las pendientes y las ordenadas al origen de los tres genotipos de trigo fueron significativamente diferentes (=0.05) (Ver valores de pendientes y ordenadas al origen al pie de las figuras VI.1, 2 y 3). . 185 800 Chaqueño INTA Concentracion P Vást. (umol/g PS) 700 600 500 400 300 200 100 0 50 100 -3 Suministro (mol P.m ): 150 200 250 300 Biomasa seca vástago (mg) 0.05 0.1 350 5 Figura VI.7: Concentración de P en los vástagos según la biomasa de los mismos en la variedad Chaqueño INTA cultivada en tres suministros de fosfato. 186 400 800 Concentracion P Vást.(umol/g PS) Buck candisur 700 600 500 400 300 200 0 50 100 150 200 250 Biomasa seca vástago (mg) Suministro (mol P.m-3): 0.05 0.1 5 Figura VI.8: Concentración de P en los vástagos según la biomasa de los mismos en la variedad Buck candisur cultivada en tres suministros de fosfato. 187 300 1200 Concentracion P Vást. (umol/g PS) Las Rosas INTA 1000 800 600 400 200 0 0 20 40 60 80 100 Biomasa seca vástago (mg) -3 Suministro (mol P.m ): 0.05 5 Figura VI.9: Concentración de P en los vástagos según la biomasa de los mismos en la variedad Las Rosas INTA cultivada en dos suministros de fosfato. 188 120 700 Chaqueño INTA Concentracion P Raíz (umol/g PS) 650 600 550 500 450 400 350 300 250 200 0 10 20 30 40 50 60 70 Biomasa seca raiz (mg) Suministro (mol P.m-3:): 0.05 0.1 5 Figura VI.10: Concentración de P en raíces según su biomasa en la variedad Chaqueño INTA cultivada en tres suministros de fosfato. 189 80 Concentracion P Raíz (umol/g PS) 800 Buck candisur 700 600 500 400 300 200 100 0 10 20 30 40 Biomasa seca raíz (mg) Suministro (mol P.m-3): 0.05 0.1 5 Figura VI.11: Concentración de P en raíces según su biomasa en la variedad Buck candisur cultivada en tres suministros de fosfato. 190 50 800 Concentracion de P raíz (umol/g PS) Las Rosas INTA 700 600 500 400 300 200 100 0 0 5 10 15 20 25 30 Biomasa seca raíz (mg) -3 Suministro (mol P.m ): 0.05 5 Figura VI.12: Concentración de P en raíces según su biomasa en la variedad Las Rosas INTA cultivada en dos suministros de fosfato 191 35 80 Chaqueño INTA 70 Biomasa seca raíz (mg) 60 50 40 30 20 10 0 0 50 100 150 200 250 300 350 400 450 Biomasa seca (mg/pta) Suministro (mol P.m-3): 0.05 0.1 5 Figura VI.13: Relación entre la biomasa seca de raíces y total por planta en Chaqueño INTA. Los resultados de las correlaciones lineales se detallan a continuación figurando entre paréntesis el error estándar de la estimación. Letras diferentes entre filas indican diferencias significativas al =0.05: Suministro de P (mol P.m-3) Ordenada al Pendiente origen Número de Coeficiente de datos correlación 0.05 0.85 (0.42) ab 0.183 (0.003) a 46 0.98 0.1 0.72 (0.30) b 0.188 (0.005) a 58 0.95 5 2.37 (0.37) a 0.182 (0.003) a 88 0.97 192 70 Buck candisur 60 Biomasa seca raíz (mg) 50 40 30 20 10 0 0 50 100 150 200 250 300 350 Biomasa seca (mg/pta) Suministro (mol P.m-3): 0.05 0.1 5 Figura VI.14: Relación entre la biomasa seca de raíces y total por planta en Buck candisur. Los resultados de las correlaciones lineales se detallan a continuación figurando entre paréntesis el error estándar de la estimación. Diferentes letras indican diferencias significativas entre filas al =0.05,: Suministro de P (mol P.m-3) Ordenada al Pendiente origen Número de Coeficiente de datos correlación 0.05 1.87 (0.35) a 0.175 (0.005) a 85 0.93 0.1 1.71 (0.63) a 0.172 (0.008) a 69 0.87 5 2.11 (0.34) a 0.174 (0.004) a 111 0.95 193 35 Las Rosas INTA 30 Biomasa seca raíz (mg) 25 20 15 10 5 0 0 20 40 60 80 100 120 140 160 Biomasa seca (mg/pta) Suministro (mol P.m-3): 0.05 5 Figura VI.15: Relación entre la biomasa seca de raíces y total por planta en Las Rosas INTA. Los resultados de las correlaciones lineales se detallan a continuación figurando entre paréntesis el error estándar de la estimación. Diferentes letras indican diferencias significativas entre filas al =0.05,: Suministro de Ordenada al P (mol P.m-3) origen 0.05 0.98 (0.25) a 5 1.07 (0.27) a Pendiente Número de Coeficiente de datos correlación 0.225 (0.004) a 99 0.96 0.220 (0.005) a 105 0.95 194 80 0.05 mol P.m-3 70 Biomasa seca raíz (mg) 60 50 40 30 20 10 0 0 50 100 150 200 250 300 350 400 450 Biomasa seca (mg/pta) Chaqueño INTA Buck Candisur Las Rosas INTA Figura VI.16: Correlaciones entre la biomasa seca de raíces y total por planta, obtenidas en 0,05 mol P.m-3. Las pendientes de Chaqueño INTA y Buck candisur fueron similares y menores a la de Las Rosas INTA y la ordenada al origen fue superior para Buck candisur (=0.05) (Ver valores al pie de las figuras VI.13, 14 y 15). 195 40 0.1 mol P.m-3 35 Biomasa seca raíz (mg) 30 25 20 15 10 5 0 0 50 100 150 200 250 Biomasa seca (mg/pta) Chaqueño INTA Buck Candisur Figura VI.17: Correlaciones entre la biomasa de raíces y la total por planta obtenidas en 0,1 mol P. M-3. Las pendientes de las dos variedades de trigo fueron similares, mientras que la ordenada al origen de Chaqueño INTA fue inferior a la de Buck candisur (=0.05) (Ver valores de pendientes y ordenadas al origen al pie de las figuras VI.13 y 14). 196 70 5 mol P.m-3 60 Biomasa seca raíz (mg) 50 40 30 20 10 0 0 100 200 300 400 500 Biomasa seca (mg/pta) Chaqueño INTA Buck Candisur Las Rosas INTA Figura VI.18: Correlaciones entre la biomasa seca de raíces y la total por planta obtenidas en 5 mol P.m-3. Las pendientes y ordenadas al origen de Buck candisur y Chaqueño INTA fueron similares entre sí , mientras que Las Rosas INTA presentó una mayor pendiente y una menor ordenada al origen (=0.05) (Ver valores de pendientes y ordenadas al origen al pie de las figuras VI.13, 14 y 15). 197 600 Influjo de P (umol/gPS/h) 500 400 300 200 100 0 0 50 100 150 200 Biomasa seca (mg/pta) Suministro (mol P.m-3): 0.05 0.1 5 Figura VI.19: Valores de influjo de P en función de la biomasa seca por planta en tres suministros supraóptimos de fosfato. Los datos corresponden a promedios obtenidos para seis variedades de trigo ( Ver Capítulo 1 y Ensayo 4 en Materiales y Métodos del presente capítulo) en diferentes ensayos. 198 250 500 Influjo (umol P/gPS.h) 450 400 350 300 250 200 150 100 50 0 10 13 16 12 15 18 15 17 15 10 13 16 19 18 20 22 24 26 28 30 Días desde la germinación Suministro (mol P.m-3): 0.05 0.1 5 Figura VI.20: Promedios y desvíos estándar del influjo de P en plantas de Buck candisur según los días desde la germinación. Los datos pertenecen a diferentes experimentos en los cuales las plantas fueron cultivadas en suministros de P no limitantes para el crecimiento. 199 100 Influjo (umol P/gPS.h) 90 80 Cha 70 60 Nor 50 LR 40 Tri 30 20 Klein 10 Buck 0 12 15 18 Días desde la germinación Figura VI.21: Promedios y desvíos estándar del influjo de P de seis variedades de trigo según los días desde la germinación. Datos obtenidos en el experimento 5. 200 CONCLUSIONES GENERALES La escasa atención recibida al estudio de los flujos de P en plantas que presentan consumo de lujo de este elemento ha sido el estímulo para emprender esta tesis. Las posibles relaciones entre los flujos y la concentración intena de P se estudiaron mediante dos aproximaciones. Una se realizó con la comparación del efecto entre diferentes suministros de P que no limitan el crecimiento y otra del efecto de la variabilidad genética en trigo. Usualmente la eficiencia nutricional de los vegetales suele ser estudiada comparativamente entre suministros limitantes y no limitantes del elemento bajo análisis. En la primera situación la absorción está determinada por la escasa disponibilidad de los nutrientes, mientras que en la segunda está relacionada con la tasa de crecimiento de las plantas. Sin embargo, la tasa de crecimiento por sí sola no explica el consumo de lujo de nutrientes. Este consumo de lujo ha sido probado no sólo en condiciones de laboratorio, como los resultados aquí presentados, sino también en cultivos de trigo a campo, para fósforo (Elliott et al, 1997) y nitrógeno (Justes et al, 1994). Podemos afirmar que las concentraciones de P en la solución de cultivo empleadas en los ensayos (entre 0.05 y 5 mol.m-3 de P) si bien son mucho mayores que las encontradas en el suelo, se encuentran dentro de los límites de la capacidad regulatoria del sistema de absorción de P de las plantas, ya que no se detectó ningún efecto tóxico en los seis genotipos de trigo 201 investigados, ni en la biomasa seca producida ni por la presentación de síntomas específicos. Como indicador del estado nutricional de P en los genotipos se utilizó la concentración interna de P total y su inversa, el cociente de utilización de P (CUP) para estimar la eficiencia de utilización. Para ellos pudimos comprobar en el primer capítulo de la tesis que en trigo existe variabilidad entre los genotipos analizados, lo que nos permitió escoger, entre seis genotipos de trigo, a Chaqueño INTA y a Buck candisur para continuar con la investigación. Chaqueño INTA presentó mayor CUP que Buck candisur, pero ésta no fue la única característica en la que difirieron, sino que también se encontraron diferencias en la biomasa total producida, su partición entre vástagos y raíces y en la tasa específica de absorción de P (SARP), todos ellos con valores mayores en Buck candisur que en Chaqueño INTA. Los niveles de suministros de P empleados (0.05 y 5 mol P. m-3) no tuvieron efecto sobre el crecimiento ni la partición de la biomasa, tal como es de esperar entre suministros no limitantes para el crecimiento. Por el contrario, la SARP fue mayor en 5 que en 0,05 mol.m-3 de P. La diferencia de la SARP entre suministros se interpretó como una medida de la capacidad regulatoria del consumo de lujo de P, y su valor fue mayor en Buck candisur que en el resto de genotipos. Indicando una menor capacidad regulatoria para este genotipo. En resumen, en condiciones de suministro no limitante de P para el crecimiento los resultados pueden ser analizados desde dos puntos de vista:1) Las diferencias en el consumo de lujo de P entre genotipos relacionadas con aspectos del crecimiento y con la SARP; 202 y 2) la diferente respuesta de cada genotipo al suministro relacionadas exclusivamente con la capacidad regulatoria de la SARP. Tal como se ha destacado anteriormente se encontraron diferencias en el crecimiento únicamente entre genotipos y no entre suministros de P. Sin embargo como el crecimiento de las plantas varía substancialmente según las condiciones ambientales, los resultados obtenidos en condiciones controladas e hidroponia dejan serias dudas con respecto a su reproductibilidad en las condiciones de cultivo en suelo (Manske et al., 2001). Las pruebas con los dos genotipos de trigo realizadas en invernáculo y en cámara de cultivo en macetas con suelo deficiente en P y fertilizado con fosfato, mostraron que las diferencias en la EUP, característica principal por la que fueron elegidas para continuar con la investigación, seguían manifestándose. También se encontró en ambas experiencias que distintos estimadores de la SARP poseían valores mayores en Buck candisur que en Chaqueño INTA. En las dos vías de análisis propuestas, la SARP juega un papel preponderante en la determinación de la CUP por eso se le prestó una especial atención. En el esquema conceptual inicialmente planteado la SARP se la consideró como la resultante de los flujos de entrada y salida de P a la raíz a través del plasmalema de las células de la corteza : el influjo y el eflujo de P. Con respecto al primero existe un consenso general entre los investigadores con respecto a su importancia y a que se encuentra con estricta regulación interna al menos en plantas con deficiencias de P. Con respecto al segundo, si bien poco se sabe, existían al emprender esta tesis algunas evidencias de 203 estar bajo control en condiciones de suministro no limitante para el crecimiento (Cogliatti and Santa María, 1900). El estudio de los seis genotipos de trigo evidenció una gran variación en los valores de estos flujos según el tiempo y la concentración de P empleada en la solución de cultivo, con lo que las probables diferencias genotípicas relacionadas con la SARP no se evidenciaron. En líneas generales mientras la SARP era mayor en 5 que en 0.05 mol.m-3 de P y tendía a aumentar en ambos suministros, el influjo de P fue varias veces superior a la SARP en 5 mol.m-3 de P y disminuyó con los días de cultivo en este suministro, mientras que en 0.05 mol.m-3 de P el influjo de P fue como máximo el doble de la SARP y tendió, al igual que ésta, a aumentar con el tiempo. Una de las conclusiones que se pueden extraer de estos resultados es que en condiciones de suministros no limitantes para el crecimiento la cantidad de P absorbido depende en cierta medida de la concentración externa del mismo (al menos inicialmente) así como de la regulación del sistema de absorción. Existen numerosos datos que apuntan a que esta regulación es evidente luego de varios días del comienzo de aplicación del suministro, ocupando un lugar relevante los cambios en el flujo de entrada del ión a las raíces (Influjo). Por esto fue pertinente mantener el análisis tomando al tiempo como variable a fin de realizar un seguimiento de estos fenómenos. El diseño utilizado en los capítulos I, II, III y V respondió a este esquema. Sobre la base de los resultados del primer ensayo se tomó la decision de ampliar el tiempo de seguimiento de las plantas a fin de estudiar un sistema mas “estabilizado”. La forma de cálculo optada para la estimación de la SARP en estos capítulos se basó en la regresión con el tiempo de la biomasa seca de los 204 vástagos y raíces, y en los promedios de la concentración de P en cada uno de ellos, tomados estos elementos como variables independientes entre sí, con lo que se obtuvo un valor promedio de la SARP del período entre cosechas. Por otro lado, las mediciones del influjo y del eflujo de P fueron puntuales. No se ignoraron posibles consecuencias derivadas de las diferentes escalas de tiempo en que se midieron estos flujos. Alternativamente al esquema conceptual planteado inicialmente, en el que la SARP era la resultante de la regulación del influjo y del eflujo de P, nos planteamos la posibilidad de que en condiciones de suministro de P no limitantes para el crecimiento la tasa de absorción del mismo fuera mejor explicada por sus dos componentes: la tasa de acumulación de P en las raíces (TAPr) y la tasa de transporte de P al vástago (TTPv). No se descartó tampoco alguna combinación entre estos dos modelos conceptuales. El estudio de la regulación de la SARP se basó en aceptar que sus cambios deberían responder al estado nutricional general de las plantas. Este supuesto es ampliamente aceptado (Smith, 2003; Raghothama, 2000). En este trabajo se tomó como indicador del estado nutricional de P la concentración interna total del mismo. La comprobación de una correlación entre la SARP y la concentración de P en las plantas permitirían no rechazar esta hipótesis. Los flujos de P que determinan la SARP (Influjo, eflujo, TTPv y TAPr) que presenten similares tendencias según la concentración interna de P que la presentada por la SARP, serían los candidatos con mayor probabilidad de explicar mejor las variaciones de la SARP indicando la posibilidad de actuar en su regulación. La comparación del influjo de P y de la SARP medidas en 205 solución 5 mol.m-3 de P, entre plantas cultivadas en 5 mol.m-3 de P (control) y plantas que habían sido privadas de P por períodos crecientes, permitió concluir que, en contraposición con la SARP, los cambios en el influjo y en el eflujo de P no se relacionaron con la concentración interna de P. La SARP y sus dos componentes (TTPv y TAPr) aumentaron notoriamente en las plantas privadas de P disminuyendo con el logaritmo de la concentración de P en vástagos y raíces. Estos resultados son compatibles con la idea de que si el influjo de P no es limitante para la SARP, ésta estaría regulada por los flujos de acumulación de P en las raíces y de transporte de P hacia el resto de la planta. Por otro lado se estudió la posibilidad que las diferencias en los flujos se debieran a un artefacto derivado en su expresión por unidad de peso seco en lugar de unidad de área de raíces. Para trigo se ha encontrado que muchas de las variables relacionadas con este cociente (como por ejemplo cociente vástago:raíz, longitud y ramificación del sistema radical) presentan desde una moderada a una alta variabilidad (ver Manske et al., 2001). En casos en que la geometría de las raíces difiera, ya sea por diferencias genotípicas y/o suministros de P, la relación superficie/biomasa seca podría cambiar y las estimaciones de estos flujos calculadas con las biomasas estarían distorsionadas. Estas distorsiones podrían contribuir tanto a generar como a cubrir diferencias entre genotipos y/o suministros de P. La evaluación de la relación entre la superficie y biomasa seca de raíces mostró estar escasamente afectada por los suministros de P empleados (0.05; 0.1 y 5 mol.m-3 de P) y ser similar entre Chaqueño INTA y Buck candisur. Consecuentemente no fue 206 necesario introducir ninguna corrección a las estimaciones realizadas del influjo, eflujo y SARP. Otra hipótesis estudiada para explicar, al menos en parte, el origen de la variabilidad del influjo de P y su falta de correlación con la concentración interna de P, fue la de la presencia de variaciones día-noche en el influjo de P. La existencia de la misma confirmaría un problema de escala de tiempo. Como ya fue aclarado, mientras que el influjo fue medido en minutos, las estimaciones de la SARP corresponden a intervalos entre cosechas (2 o más días). Las disímiles escalas de tiempo de medición de ambos flujos respondieron a limitaciones metodológicas. Si durante un ciclo luz-oscuridad el influjo es constante, una posible respuesta a la concentración interna de P o una relación con la SARP podría ser visualizada. Por el contrario, si bajo un ciclo luz-oscuridad el influjo presenta variaciones horarias importantes, las mismas podrían encubrir sus relaciones con la SARP y con la concentración de P en la planta dependiendo del momento del ciclo en el que se lo haya estimado. Los resultados obtenidos mostraron no sólo diferencias entre el foto y el escotoperíodo en el influjo y en la SARP, sino que se pudo comprobar que las mediciones del influjo realizadas en las primeras y últimas horas del fotoperíodo sobreestiman en un 50% al influjo promedio diario (Capítulo IV). El seguimiento de ambos flujos fue posible ya que empleamos una concentración de P en el medio de cultivo de 0.1 mol.m-3 de P, lo que permitió la estimación de la SARP por disminución de la cantidad de P en la solución de cultivo en un período de dos horas. 207 En los dos ensayos realizados de seguimiento de la SARP y del influjo de P a lo largo del ciclo luz-oscuridad no se encontró correlación entre ambos flujos, hecho que llevó a descartar una relación directa causal entre los cambios del influjo de P y los de la SARP. Además la falta de correlación entre la SARP y el influjo observados en estos dos experimentos no puede ser atribuída a diferencias en la escala de tiempo. Con estos resultados se descartó un posible uso de los valores del influjo de P para explicar el consumo de lujo de P. Por lo expuesto resulta claro que nos enfrentamos a múltiples problemas relacionados en gran parte con escala de tiempo, tanto en la metodología como en la dinámica de los flujos de P. Es interesante analizar las consecuencias de las posibles conclusiones extraídas en un número elevado de trabajos. Por ejemplo, frecuentemente para comparar diferentes especies vegetales y el efecto de la deficiencia de P se analizan las diferencias en la absorción sobre la base del Vmax, Km y Cmin obtenido con datos del influjo de P, cabría preguntarse cuál es la relevancia de incorporar tales estimaciones en modelos de absorción de P si el valor del influjo varía notablemente a lo largo de 24 hs. Una de las ambiciones que comúnmente tenemos los fisiólogos vegetales es poder separar en el sistema bajo investigación el control del medio del control de las plantas, tal como fuera destacado por Hellgren e Ingestad en 1996. Esta discriminación, si bien deseable para una fácil comprensión, resulta difícil de realizar en virtud de las correlaciones encontradas entre los diferentes tipos de mediciones realizadas en las plantas 208 y las respuestas de algunas de ellas a los factores ambientales, comprensible si consideramos que las plantas actúan como un sistema. Tal es el caso del experimento informado en el Capítulo III, en el que se intentó obtener plantas con diferentes concentraciones internas de P recurriendo a la eliminación del mismo en la solución de cultivo. La privación de P no sólo condujo a una disminución de la concentración interna de P y a un incremento de la SARP, de la TTPv y de la TAPr, sino que también disminuyó la relación de pesos de vástago a raíces, si bien en el crecimiento total no se encontraron diferencias entre plantas control y privadas de P. Este cambio en la distribución de la biomasa complica el análisis de los resultados, ya que si bien es de esperar que el sistema de transporte de P se encuentre desreprimido la demanda por unidad de raíz podría ser menor. A fin de evitar el inconveniente antes mencionado, se realizó una nueva experiencia en la que el procedimiento utilizado para la obtención de plantas con menor concentración interna de P, consistió en traspasar a solución 0.05 mol.m-3 de P plantas cultivadas en 5 y 0.1 mol.m-3 de P (los tres suministros fueron no limitantes para el crecimiento de las plantas). Estas plantas efectivamente disminuyeron su concentración de P al ser pasadas a la menor concentración y al ser reexpuestas a su solución original de cultivo (0.1 y 5 mol.m-3 de P) mostraron un incremento de la SARP. Este incremento de la SARP se debió tanto a un incremento de la TTPv como al TAPr. Las tres tasas medidas en 5 mol P .m-3 en el Capítulo III y IV se correlacionaron con la concentración interna de P. Las tasas medidas 0.1 mol.m-3 también presentaron valores similares a las de las plantas expuestas en 5 mol.m-3 de P para similares concentraciones internas de P. Una excepción 209 a esto fue la TAPr de Buck candisur que fue menor a la obtenida en 5 mol.m-3 de P. La similitud en la tasa de absorción de P entre estos dos suministros de P confirma que no es únicamente la concentración de la solución externa la determinante de la magnitud de este flujo, sino que el estado nutricional interno ejerce un efecto importante sobre el mismo. Este resultado es altamente significativo, ya que si bien la relación entre la tasa de absorción de un nutriente y su concentración interna ya había sido constatada (Lee, 1993), no se había probado el efecto de la concentración externa sobre la tasa de absorción. De acuerdo con nuestros resultados, este efecto parece ser mucho menor a lo esperado ya que la SARP de plantas con similar concentración de P es semejante entre las expuestas a 0.1 y a 5 mol P.m -3. Por otro lado, es aún tema de debate cuál es la concentración más significativa en regular la expresión de los transportadores, si la de los vástagos o la de raíces. Nuestros resultados muestran que ambas se correlacionaron con la SARP, pero mientras que la correlación no mostró diferencias entre genotipos cuando se empleó la concentración de P de las raíces, en la de los vástagos se pudo apreciar que a una misma concentración de P en vástagos Buck candisur mostró una mayor SARP que Chaqueño INTA. Evidentemente con estos resultados no es posible resolver el dilema antes planteado. Es más, al existir una íntima correlación entre las concentraciones de P de vástagos y raíces habría que utilizar otros diseños experimentales a fin de modificar dicha correlación. 210 Si bien algunas conclusiones se pueden extraer de los resultados presentados en esta tesis las mismas distan de ser concluyentes. Los cambios observados en el tiempo, como en la relación de pesos secos entre vástago y raíz o como en la concentración interna de P, así como la interdependencia entre variables medidas en las plantas, son frecuentemente interpretadas como una desventaja. En especial los cambios en el tiempo centraron nuestra atención y el análisis tomando al tiempo como variable fue el razonamiento guía. Fijando un tiempo, la cantidad de variables a considerar al realizar comparaciones dejan incertidumbres tales como en qué medida diferencias en las tasas de crecimiento están involucradas con diferencias en la SARP y con el consumo de lujo de P. Sobresale entonces la ausencia de un conocimiento básico del sistema en estudio. Fue necesario cambiar radicalmente la perspectiva de análisis al percatarnos de la presencia de una familia de funciones sencillas que unían las variables medidas en las plantas. Con esto, los cambios que en primer instancia fueron considerados como problemáticos se convirtieron en la clave para, al menos, comenzar a describir al sistema estudiado. Correlaciones lineales entre la materia seca de las raíces y la de planta entera, entre el contenido de P y la biomasa seca de las plantas, mostraron un patrón sencillo que permitió analizar los resultados de varios experimentos simultáneamente, aunque el diseño experimental no fuera el más propicio a tal fin. Las correlaciones encontradas entre variables relacionadas con la producción y la distribución neta de fotoasimilados y entre el consumo y distribución de P y entre el P y la biomasa muestran de manera sencilla y en conjunto la respuesta diferencial de los genotipos al suministro de P. Además permiten identificar algunos efectos como los de aclimatación de las plantas a 211 las condiciones de cultivo. Por ejemplo el análisis del contenido de P y de la biomasa de las plantas control de diferentes experimentos, evidenció que pasada la aclimatación al suministro de P, el suministro del mismo tenía mayor efecto sobre la concentración interna de P en Buck candisur que en Chaqueño INTA, quedando un tercer genotipo (Las Rosas INTA) en valores intermedios. A pesar de que se esperaba que el consumo de lujo de P aumentara según el suministro de P en Buck candisur se encontró que la concentración interna de P fue menor en 0.1 que en 0.05, aunque en estas dos fueron menores que en 5 mol.m-3 de P. Estos resultados indican probables diferencias no controladas entre experimentos, como podría ser el hacinamiento de las plantas durante el cultivo o alguna otra variable no identificada no suficientemente controlada durante la experiencia. Esto sugiere la necesidad de estandarizar el método de cultivo a fin de minimizar la aclimatación y acortar los tiempos de seguimiento de las plantas. Por otro lado destaca la sensibilidad del análisis a las condiciones de cultivo, por lo que sería conveniente realizarlos bajo condiciones semejantes a las del cultivo natural, a fin de poder extrapolar al campo los resultados obtenidos en cámaras de cultivo. Por otro lado el uso de las correlaciones entre el contenido de P de las plantas y la biomasa de las raíces con la biomasa por planta, y su expresión en función del tiempo permitió obtener una nueva expresión de la SARP. La función que la describe tiende asintóticamente a un valor, aquí denominado “SARP de tendencia”, establecido por: 1) la tasa relativa de crecimiento; 2) la fracción de biomasa localizada en las raíces; y 3) la concentración interna de P alcanzada luego de la aclimatación de las plantas al suministro de P. Los dos 212 primeros componentes fueron denominados en conjunto como “produccióndistribución de biomasa”, mientras que el tercero fue llamado “concentración de tendencia” y se estima con la pendiente de la correlación entre el contenido de P y la biomasa seca de las plantas. Esta agrupación responde a simplificar el análisis: si bien ambos componentes caracterizan a cada genotipo, la “producción –distribución” de biomasa no cambia con el nivel de P suministrado mientras que la concentración de tendencia es sensible a éste. La estimación de la SARP de tendencia mostró que Las Rosas INTA presentaba el menor valor, seguido por Chaqueño INTA y finalmente por Buck candisur. Si comparamos con el ordenamiento de los genotipos según el consumo de lujo de P (obtenido como la diferencia en la concentración de tendencia estimada para 0.05 y 5 mol.m-3 de P) observaremos que no es un requisito necesario para un mayor consumo de lujo de P que la SARP sea mayor. En este caso Las Rosas INTA presentó el menor valor de SARP siendo su consumo de lujo de P mayor que el de Chaqueño INTA. Este menor valor de SARP de Las Rosas INTA pudo ser relacionado con su menor “producción-distribución de biomasa” comparado con el de los otros dos genotipos que presentaron valores similares. La diferencia en la SARP entre Chaqueño INTA y Buck candisur se relacionó con un mayor valor de concentración de tendencia de este último genotipo. En suma el valor de estimar la SARP entre distintos suministros, aún con un conjunto extenso de datos y evitando estimaciones puntuales factibles de responder a fluctuaciones como las diurnas, no informa por sí sola del consumo de lujo de P. 213 Un análisis como el presente, con datos que abarquen una gama más amplia de suministros de P y de otros factores que influyen en el crecimiento (como la intensidad de luz, temperatura, pH, etc.) podría ser utilizado como una guía, no ya para discernir entre el control relativo del medio y de las plantas, sino para establecer las respuestas de la interacción planta-medio. Su empleo también puede ser valioso en el seguimiento de los componentes de la SARP frente a la aplicación de un disturbio, como ser la eliminación del P del medio de cultivo o por el cambio del nivel de suministro del mismo, para el estudio de la capacidad de recuperación frente a disturbios. Lamentablemente el conocimiento de esta herramienta de análisis fue adquirido con posterioridad a la realización de los ensayos aquí presentados, y dado que se cuenta únicamente con cinco datos (obtenidos 24 hs después de haber sido reexpuestas las plantas a la solución original de cultivo (0.1 ó 5 mol.m-3 de P)) su aplicación no fue posible. Para finalizar, se realizó una evaluación, aunque incompleta, de las fuentes de variabilidad del influjo de P, en condiciones de suministros supraóptimos. Resulta evidente el efecto del nivel de suministro de P sobre el influjo de P. El mismo es mayor a mayor suministro externo. En cada suministro el influjo de P está lejos de ser un valor constante ya que tiende a disminuir cuando el suministro es alto (5 y 0.1 mol.m-3 de P), mientras que para un suministro más bajo (0.05 mol.m-3 de P) tiende a aumentar con el aumento de la biomasa seca de planta, aunque no se atribuye a ésta ser la causa directa de dicha variación. Otro efecto destacable es la ya mencionada variabilidad dentro de un ciclo luz-oscuridad. 214 Finalmente, la variabilidad entre los genotipos de trigo estudiados es muy baja con respecto a las anteriores y a la presentada dentro de cada genotipo. Estas razones son en conjunto más que suficientes para dudar que el influjo de P pueda ser tomado como un indicador del consumo de lujo de P. 215 APARTADO METODOLOGICO Apéndice 1: OBJETIVOS Determinar el tiempo de lavado requerido para eliminar el 32P del espacio libre aparente en raíces de plántulas de trigo cultivadas en dos concentraciones de fosfato: 0.05 y 5 mol.m-3 de P. MATERIALES Y MÉTODOS Se pusieron a germinar semillas de la variedad Klein Atalaya en cámara humeda y oscuridad. Después de 2 días las plántulas fueron transferidas a solución nutritiva aireada con dos niveles de concentración de KH 2PO4: 0.05 y 5 mol.m-3, suplementada la primera con SO4K2. La solución de cultivo fue reemplazada cada dos días. La temperatura de la cámara de crecimiento fue de 20± 1ºC. la densidad del flujo lumínico al nivel de las plantas fue de 180 µmol. m-2.s-1 de luz fotosintéticamente activa (400-700 nm) con un fotoperíodo de 16 hs. La estimación de los influjos se realizó a los 10 días después de la germinación utilizándose en cada tratamiento 5 unidades experimentales, constituidas cada una por 5 plantas. La marcación de las plantas se realizó en soluciones nutritivas completas con 32 P (act. sp.: 2.9 10-6 y 2.79 10-5 µmol. cpm-1 para 0.05 y 5 mol.m-3 de P respectivamente) por un período de 20’. Luego de los 20’ de absorción de 32P las plantas se transfirieron a 50 ml de 216 soluciones de lavado de 32P, cambiando la misma a los 2’; 5’; 9’; 15’; 25; 40’; 60’; 90’ y 120’ de iniciado el proceso. Finalmente se cosecharon las plantas y se secaron a 60ºC. Se determinó el peso seco de vástago y raíces y se digirió el material vegetal con mezcla ácida nítrico-perclórico (3:2 v/v). Se determinó la radiactividad en los digestos y en las soluciones de lavado con un contador Beckman, midiendo la radiación Cerencof. RESULTADOS Para cada intervalo de tiempo la tasa de eflujo de fue estimada como el cociente entre el contenido de 32P 32P desde las raíces liberado a la solución de lavado y el peso de las raíces. El comportamiento de la tasa de eflujo en función del tiempo sigue una función doble exponencial (Fig 1 y 2). La fase de salida rápida que se ve en los primeros minutos de lavado corresponde al 32P liberado por el espacio libre aparente y parte de la pérdida del radiosótopo desde el espacio interno. Luego de los 25’ iniciales se observa una fase más lenta que representa la salida de fósforo desde el espacio interno. El logaritmo natural de las tasas de eflujo de 32P después de los primeros 25’ de lavado, fue ajustado linealmente con el tiempo. La pendiente de la recta es la constante de intercambio isotópico. Esta fue menor en plántulas cultivadas en 5 mol.m-3 que en 0.05 mol.m-3 de P (-0,0237 h-1 y –0.0304 h-1, para 0.05 y 5 mol.m-3 de P respectivamente). El área debajo de las rectas hasta las dos horas de lavado, más el contenido de 32P remanentes en las plantas, estima el contenido del trazador en el espacio interno a tiempo cero. Con este dato es posible estimar el valor del influjo de P, que fue de 7.314 y de 21.64 µmol P. gPS -1.h-1. 217 La elección del tiempo de lavado para la estimación del influjo lleva a la decisión ineludible entre sobrestimar o subestimar el influjo. Se incurre en el primer tipo de error cuando se selecciona un tiempo de lavado corto, en el que no se produce la total salida de 32P del espacio libre aparente. Por otro lado se sobrestima el influjo cuando el tiempo de lavado es prolongado debido a que, si bien el espacio libre aparente se lavó completamente, en ese período también se produjo una pérdida del 32P desde el espacio interno de la raíz. De los presentes resultados se seleccionó un período de lavado de 20’ para ser utilizado en las próximas experiencias. Durante estos 20’ el lavado del espacio libre aparente es prácticamente total, aunque el influjo estimado de esta manera será menor que el real. La salida de 32P desde el espacio interno en los primeros 20’ de lavado (área bajo la recta hasta los 20’) es de 2.60 y 2.02 µmol P. g-1PS. h-1 para 0.05 y 5 mol.m-3 de P respectivamente, resultando así una subestimación del influjo del 11% en 0.05 y del 28% en 5 mol.m-3 de P con respecto al influjo real de fósforo. 218 17 16 Ln Eflujo (CPM/g.h.) 15 14 13 12 11 10 9 8 0 20 40 60 80 100 120 Tiempo (min.) Fig 1: Logaritmo natural de la tasa de eflujo de 32P en función del tiempo para plantas cultivadas en 0.05 mol.m-3 de P. La línea corresponde a la regresión de las tasas obtenidas con los lavados realizados a partir de los 25 minutos (r2=0.867). 219 20 Ln Eflujo (CPM/g.h.) 18 16 14 12 10 8 0 20 40 60 80 100 120 Tiempo (min.) Fig 2: Logaritmo natural de la tasa de eflujo de 32P en función del tiempo para plantas cultivadas en 5 mol.m-3 de P. La línea corresponde a la regresión de las tasas obtenidas con los lavados realizados a partir de los 25 minutos (r2=0.594). 220 Apéndice 2 OBJETIVOS: Evaluar el efecto genotípico y de la nutrición fosforada (plantas bien nutridas y plantas deficientes de P) sobre las estimaciones del influjo de P. MATERIALES Y MÉTODOS: Se utilizaron plántulas de 29 días de edad de los genotipos Buck Candisur y Chaqueño INTA. Las condiciones de cultivo durante los primeros 18 días fueron las especificadas en la metodología general, con un suministro de P de 0.1 mol.m-3 de KPO4H2. A partir de esa edad se sometió a las plantas a luz continua iniciándose, para un grupo de plantas de los dos genotipos, el tratamiento de deficiencia de P. El mismo consistió en agregar diariamente a la solución de cultivo basal el 10% del fósforo necesario para mantener el crecimiento. Se realizaron dos estimaciones del influjo, una durante la mañana y otra durante la tarde, en cada una de ellas se emplearon 5 repeticiones de cada tratamiento. Previamente a la estimación del influjo de P las plantas de todos los tratamientos se colocaron por 2 hs en solución nutritiva fresca 0.1 mol.m-3 de P. Posteriormente se procedió a la marcación de las plantas con solución 0.1 mol.m-3 de P con 32P como trazador por 20 minutos. Para estimar el momento en que se alcanza la total salida del 32P del espacio libre aparente, se lavaron las raíces con solución completa sin marcador renovándola 8 veces en un período de 150 minutos. El procesamiento del material vegetal y la medición 221 de la radiactividad en los digestos y soluciones se realizó como se especificó en el apéndice 1. RESULTADOS La estimación del influjo de P se analizó por medio del gráfico del logaritmo natural del 32P en planta en función del tiempo de lavado. El ajuste a una recta de los datos de más de 35 minutos de lavado en función del tiempo estima el contenido de 32P en el espacio interno de las raíces. El valor de la 32P ordenada al origen corresponde al total ingresado al espacio interno durante los 20’ de carga. Estimar a partir del mismo el fósforo total ingresado es sencillo, basta multiplicar al mismo por la actividad específica de la solución de marcación. Su relativización al tiempo y tamaño de raíces es el siguiente paso que lleva a la estimación del influjo. Debido a la variabilidad muestral el análisis se realizó para cada unidad experimental. Los resultados de dicho análisis se muestran en la Tabla 1. En la misma se puede observar que el influjo es mayor en plantas deficientes que en suficientes (entre 2 a 2,5 veces superior) y que el genotipo Chaqueño INTA presenta en condición de suficiencia de P un valor de influjo 30% menor que de Buck candisur, mientras que en deficiencia es de sólo un 10 %. Tratamiento Genotipo Control Chaqueño INTA Deficiencia Varianza Promedio Error std. absorbida por la de Influjo de del Influjo regresión P de P (umolP/g.h) 0.895 –0.994 8.77 1.74 Buck candisur 0.944 –0.988 12.73 2.51 Chaqueño INTA 0.899 –0.992 22.14 2.71 Buck candisur 0.947 –0.985 24.06 4.30 222 Esta metodología, si bien es la más indicada para la estimación del influjo, es muy laboriosa, con lo cual en ensayos en los que se utilizan muchas muestras se practica un único lavado cuya duración es determinada en ensayos como el Apéndice 1. Un análisis más completo se presenta en la Fig 1, en el cuál para cada unidad experimental se calculó el influjo a diferentes tiempos de lavado y se lo presentó como porcentaje del valor obtenido por el ajuste a una recta. Los resultados obtenidos aquí por esta estimación indican que, independientemente del estado nutricional y del genotipo, el 32P del espacio libre aparente no ha sido totalmente eliminado con 20’ de lavado, obteniéndose una sobrestimación del influjo de P entre un 2,5 y 5 %, la cual es de todas maneras una medición aceptable atendiendo a las diferencias observadas en los valores reales del influjo antes mencionadas. Un análisis más adecuado para la determinación del tiempo de lavado requerido para la estimación del influjo puede derivarse del ajuste a rectas del gráfico 1. Dicho análisis sugiere que para una estimación coincidente al valor del influjo la duración del lavado del 32P debería ser de 23 a 24 minutos. Otro resultado derivado de este análisis sugiere que el porcentaje de sobrestimación o subestimación del influjo de P es menor para las plantas deficientes que para las suficientes, ya que la pendiente de la regresión de las primeras es menor que la de las últimas. Las discrepancias observadas con respecto a los resultados del apéndice 1 podrían deberse a cambios en la proporción del tamaño del espacio libre aparente y el espacio interno originadas por diferencias genotípicas o de 223 edad de las plantas, ya que en el ensayo informado en el apéndice 1 se utilizaron plántulas de 10 días y en el presente plantas de 29 días. Se concluye que las estimaciones del influjo de P realizadas con un único lavado de 20’ de duración conllevan a errores en su estimación, las cuales son aceptables cuando se comparan tratamientos o genotipos que difieran notablemente en los valores del influjo de fósforo. 120 % del Influjo 115 110 105 100 95 90 5 10 15 20 25 30 Tiempo de Lavado (min) Cha+P Buck+P Cha-P Buck-P Fig 1: Porcentajes del influjo de P, medidos por el 32P remanentes en las plantas a diferentes tiempos de lavado, con respecto al influjo estimado real de P a diferentes tiempos de lavado. Las líneas corresponden a las siguientes regresiones lineales (%I= a+ b.t): Tratamiento Chaq. +P Buck +P Chaq. -P Buck -P r2 .925 .945 .917 .888 a 120.6 (1.5) 114.8 (0.9) 108.3 (0.6) 109.5 (0.8) 224 b -0.888 (0.052) -0.624 (0.031) -0.343 (0.021) -0.401 (0.030) n 25 25 25 25 BIBLIOGRAFIA CITADA Adalsteinsson S and Jensén P. 1989. Modifications of root geometry in winter wheat by phosphorus deprivation. J. Plant. Physiol. 135: 513-517. Adalsteinsson S, Schjorring J, and Jensén P. 1994. Regulation of phosphate influx in winter wheat: root-shoot phosphorus interactions. J. Plant Physiol. 143: 681-686. Adamowicz S and J Le Bot. 1999. Trends in modelling nitrate uptake. Acta Hort. 507: 231-239. Anghinoni I and Barber SA. 1980. Predicting the most efficient phosphorus placements of corn. Soil Sci. Soc. Am. J. 44:1016-1020. Arnozis PA and Cogliatti DH. 1983. P-uptake and its interaction with nitrogen sources. 3rd Int. Congress of phosphorus compounds. Brussels, 4-6 October 1983. pp:611-617. 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