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ACELGA (Beta vulgaris var. cicla L.)
Sebastián Elola
A propósito de las acelgas y refiriéndose a su chacra sobre el
arroyo Miguelete, en 1848 José Manuel Pérez Castellano decía:
“Las acelgas se crían aquí sin cuidado, porque dondequiera que
se planten se reproducen del raigón, que es permanente y dura
muchos años, y de la mucha semilla que arrojan.”
En otros países se la denomina remolacha de hoja o espinaca
perpetua. Al igual que la remolacha y la espinaca pertenece a la
familia de las Quenopodiáceas.
La acelga ya era cultivada en Grecia 400 años A.C. Una gran ventaja de esta
hortaliza es que permanece en la tierra por largo tiempo con climas fríos y cálidos,
produciendo suculentas y tiernas hojas. Además es un cultivo que usualmente no
tiene problemas graves de insectos o enfermedades.
Su raíz es bastante profunda y fibrosa. Las hojas son grandes de forma oval tirando
hacia acorazonada, tiene un pecíolo (penca) ancho y largo, que se prolonga en el
limbo; el color varía según variedades entre verde oscuro y verde claro. Al igual que
en el caso de la remolacha, cada semilla es un grupo de flores que se encuentran
fusionadas por sus pétalos. Esto forma un racimo que contiene de 2 a 5 semillas.
Es especialmente rica en vitamina C, calcio y hierro. También aporta fibra vegetal
a la dieta.
Según el color de la penca existen 2 tipos de acelgas, las que poseen las pencas
blancas (cultivadas en Uruguay) y las que las poseen rojas. Esta última es conocida
como “acelga ruibarbo”. Ambas poseen similar sabor aunque muchos productores
en otros países eligen la roja por su mayor valor ornamental.
Las variedades también difieren en:
- color de la hoja: verde oscuro, verde claro y amarillo
- grosor de la penca
- resistencia a la floración
- recuperación rápida en corte de hojas
- precocidad
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Clima:
Es una planta de clima templado, que vegeta bien con temperaturas medias, le
perjudican bastante los cambios bruscos de temperatura. Un cambio de temperaturas
altas a bajas favorece el florecimiento de las plantas.
Se ve perjudicada por la excesiva luz sobre todo si va acompañada por temperaturas
altas.
Temperatura:
La planta sufre daños por frío cuando las temperaturas son menores de 5 ºC bajo
cero y detiene su desarrollo cuando las temperaturas bajan de 5 ºC por encima de
cero. En el desarrollo vegetativo las temperaturas están comprendidas entre un mínimo
de 6 ºC y un máximo de 27 a 33 ºC, con un medio óptimo entre 15 y 25 ºC. Las
temperaturas de germinación tienen un óptimo entre 18 y 22 ºC. Cuando las
temperaturas son elevadas y los días tienen una duración mayor de 12 horas, la
planta puede cumplir todo su ciclo en pocos meses, es decir que se “espiga” o se
florece y pierde todo su valor comercial como hortaliza.
Agua:
Es un cultivo que por su gran masa foliar necesita en todo momento mantener
una buena humedad en el suelo.
Suelo:
La acelga necesita suelos de textura media, vegeta mejor cuando tiende a arcillosa
que cuando es arenosa. Es necesario un suelo bien drenado y fértil, rico en humus.
Requiere suelos algo alcalinos, el pH óptimo es 7,2. Es uno de los cultivos de huerta
que mejor soportan la salinidad del suelo.
Siembra:
La siembra directa es la forma más común. También es posible la utilización de
transplantes. La duración del almácigo, es decir el tiempo desde que se siembra hasta
que está en condiciones de llevarla al suelo de cultivo, toma entre 30 y 40 días. La
semilla conserva su capacidad germinativa por un lapso de 2 a 4 años. Para mejorar
la germinación se deben dejar las semillas en agua durante 24 horas antes de la
siembra.
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Crecimiento del cultivo:
Si se ha realizado siembra directa, cuando las plantas tienen 12 a 20 cm. de altura,
se debe hacer un raleo dejando un espacio de aprox. 23 cm. entre plantas. Las
plantas que se sacan pueden ser transplantadas si se arrancan con cuidado.
Normalmente no requiere fertilización durante el cultivo, aunque puede beneficiarse
de una aplicación de abono con buen contenido de nitrógeno como té de compost
o biofertilizante.
Si las plantas sufren falta de agua, o pasan por un período de frío de 2 a 4 ºC
durante 15 ó más días se comportan como anuales y tienden a florecer en vez de
continuar produciendo hojas. Se señala que en climas secos y en suelos demasiado
bien drenados es conveniente la utilización de mulch a los efectos de prevenir el
espigado. En el caso de que esto último ocurra, se debe cortar rápidamente el tronco
floral para prolongar el desarrollo foliar.
Cosecha:
Las hojas más apetecibles poseen un largo entre 15 y 25 cm. y pueden ser
cosechadas aproximadamente 75 días luego de la siembra. Es importante ir cosechando
las hojas exteriores sin dañar las interiores para permitir que la planta continúe
desarrollando follaje nuevo. Las prominentes nervaduras centrales de las hojas pueden
ser cocinadas y servidas como si fueran espárragos, esto permite obtener doble
utilidad del cultivo.
Es posible conservar las hojas de acelga durante 10 a 15 días en cámara frigorífica,
con temperatura de 2 a 4 ºC y humedad relativa del 90 %.
La acelga es un cultivo relativamente libre de problemas. Los áfidos, los minadores
de hoja y el San Antonio atacan la planta en ocasiones.
En cuanto a enfermedades distinguimos Mildiu o Peronóspora y viruela.
Cuando la temperatura está entre 16 y 30 ºC y la humedad es alta, el hongo que
produce la viruela llamado Cercospora beticola ataca la acelga, produciendo manchas
redondas, con el centro gris oscuro y de borde rojizo purpúreo, midiendo éstas 2 a
5 mm. Después se forman unos puntitos negros (por esto el nombre de viruela) y
toda la superficie de la hoja puede quedar cubierta por las manchas que se van
secando. Finalmente, la parte central se desprende y la hoja queda con cribado.
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El control se realiza por medio de rotaciones y pulverizaciones preventivas con
fungicidas de contacto como oxicloruro de cobre.
El Mildiu o Peronóspora es producida por el hongo Peronospora farinosa. Esta
enfermedad puede atacar cuando las plantas son muy jóvenes, el hongo puede quedar
lavado y aparecer más tarde cuando la vegetación es más madura. Las hojas centrales
presentan color más claro, aparecen más o menos rizadas y deformadas. El envés
queda cubierto por un moho color gris o violáceo, de aspecto aterciopelado.También
es posible controlar esta enfermedad a través de pulverizaciones con oxicloruro de
cobre.
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Opina un procuctor rural
Carlos Márquez
Granja Don Márquez, Rincón del Cerro, Montevideo
“Año a año, vas dejando las más grande y las más claritas”
A la acelga la pasamos al cantero de plantín, tres líneas estamos haciendo (el año
pasado hicimos cuatro pero no queda bien, da medio amontonado) con 20-25 cm entre
plantas y después la carpimos; echamos abono a la tierra primero.
Ha aparecido alguna viruela pero no nos complicamos mucho, sacamos la hoja. El tema
de la viruela es cuando las plantas están muy amontonadas, por la humedad, por eso la
plantamos medio separado y a veces igual, alguna hoja parece y entonces la arrancamos,
aunque sea medio chicuela la hoja.
Para semilla usamos la variedad del país, hoy la semilla la estamos haciendo nosotros.
Para seleccionar tenés que dejar la planta más clarita, porque siempre te viene alguna
más oscurita. Año a año, vas dejando las más grande y las más claritas. Un planta es
imponente la cantidad de semilla que te da. El tema de la semilla es importante por la
economía, es fundamental porque están carísimas.
Sería lindo que alguien se encargara de hacer semilla para los productores ecológicos.
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Nombre común: Paraíso.
Nombre científico: Melia
azedarach. El nombre Melia proviene
del griego y se refiere a un tipo de
madera fuerte para hacer lanzas.
Familia: Meliáceas.
Origen: Australia, Sur de Asia.
Descripción botánica:
Tamaño: De 8 a 15 m.
Porte: Árbol. Forma extendida esférica irregular, de follaje muy distribuido y
desordenado. Corteza oscura y asurcada.
Velocidad de crecimiento: Alta.
Follaje: Caduco o semipersistente. Hojas alternas y compuestas, bipinnadas de
25 a 80 cm de largo. Folíolos dentados. Color verde claro. De noviembre a marzo.
Floración: Flores color lila, de 2 cm de ancho. Dispuestas en grandes racimos
terminales, perfumadas. Octubre y noviembre. Muy ornamentales.
Fructificación: Frutos carnosos de color amarillo y en racimos. Diámetro:
aproximadamente 1,5 cm. De mayo a agosto. Persisten en el árbol, luego de la
caída de las hojas, durante todo el invierno,
Longevidad: Árboles añosos. Es de los primeros árboles que fueron introducidos
en el país.
Forma de reproducción: Semillas. Cosecha en invierno, recolectar del árbol
cuando los frutos están amarillos. Almácigos en primavera.
Factores ambientales: Requiere pleno sol y temperaturas cálidas para su
desarrollo. Es poco exigente en suelos, adaptándose incluso a arenosos y salinos.
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Rusticidad: Soporta el viento y la sequía. Muy resistente al ataque de insectos.
Resiste la contaminación atmosférica. En la adultez sufre el ataque de taladro.
Además es hospedero de cochinilla negra y bicho peludo verde.
USOS
Comestible humano: No. Las hojas son tóxicas, contienen azedarina. Los frutos
también son tóxicos.
Medicinal: El cocimiento de la corteza es vermífugo y emenagogo.
Sombra: Media.
Cerco: No.
Melífera: Néctar en octubre.
Huésped de vida silvestre: Sin datos.
Leña: Buena.
Madera: Excelente para mueblería.
Materia prima: Frutos y hojas tienen propiedades insecticidas, se los ha utilizado
para controlar hormigas, polilla del tomate, San Antonio verde o pulgones. Además
se extrae de los mismos el aceite “margosa” utilizable en jabonería.
Ornamental: Por su floración violácea. Muy utilizado como árbol del ornato
público. Admite bien las podas, manejo que se recomienda para evitar quebraduras
por tormentas.
Otros: Ha alcanzado una gran difusión en Buenos Aires porque es respetado por
la langosta, que no se alimenta de sus hojas.
Los frutos son venenosos en diversos animales, especialmente en cerdos.
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