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UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE COMPOSTELA. ESCUELA POLITÉCNICA SUPERIOR. INGENIERÍA TÉCNICA FORESTAL. VARIACIÓN GENÉTICA EN EL CONTENIDO DE FENOLES TOTALES EN FAMILIAS DE LA POBLACIÓN DE MEJORA DE Pinus radiata DE GALICIA. INDUCCIÓN MEDIANTE METIL JASMONATO Y RELACIÓN CON LA RESISTENCIA A Thaumatopoea pityocampa EN LABORATORIO. PROYECTO FIN DE CARRERA AUTORA: DIRECTORES: YOLANDA MAGDALENA CARRERA LUÍS SAMPEDRO PÉREZ XOAQUÍN MOREIRA TOMÉ JULIO 2009 UNIVERSIDADE DE SANTIAGO DE COMPOSTELA ESCUELA POLITÉCNICA SUPERIOR DE LUGO INGENIERÍA TÉCNICA FORESTAL VARIACIÓN GENÉTICA EN EL CONTENIDO DE FENOLES TOTALES EN FAMILIAS DE LA POBLACIÓN DE MEJORA DE Pinus radiata DE GALICIA. INDUCCIÓN MEDIANTE METIL JASMONATO Y RELACIÓN CON LA RESISTENCIA A Thaumatopoea pityocampa EN LABORATORIO. TRABAJO DE INVESTIGACIÓN AUTORA: YOLANDA MAGDALENA CARRERA DIRECTORES: LUIS SAMPEDRO PÉREZ XOAQUÍN MOREIRA TOMÉ TUTORA: Mª JOSEFA LOMBARDERO DÍAZ Convocatoria: JULIO 2009 AGRADECIMIENTOS Mi mayor agradecimiento va dirigido a mis padres por su confianza y su esfuerzo durante tanto tiempo, así como a mi hermano y a mis abuelos, y sobre todo a mi tío José por toda su ayuda desinteresada. Un agradecimiento especial a todos mis amigos por haberme apoyado y haber aguantado mis momentos más estresantes (por que ya sabemos que no es nada fácil). Nombrar también a Teka y a Janis, por alegrarme y distraerme cuando más lo necesitaba. Quiero dar las gracias a toda la gente del CINAM-Lourizán por habernos tratado tan bien, en especial a mis directores Xoaquín Moreira y Luis Sampedro, por haberme brindado la oportunidad de poder trabajar con ellos. Título: Variación genética en el contenido de fenoles totales en familias de la población de mejora de Pinus radiata de Galicia. Inducción mediante metil jasmonato y relación con la resistencia a Thaumatopoea pityocampa en laboratorio. Autora: Yolanda Magdalena Carrera Directores: Luis Sampedro Pérez y Xoaquín Moreira Tomé Convocatoria: Julio 2009 Este Proyecto Fin de Carrera se ha realizado en el centro de Investigaciones Ambientales de Lourizán bajo la dirección de los investigadores Luis Sampedro Pérez y Xoaquín Moreira Tomé, al amparo de los Proyectos de investigación INIA-RTA 05-173 “Eficiencia del uso del fósforo en coníferas de crecimiento rápido. Variabilidad genética, mejora y repercusiones fitosanitarias” y RTA-100 “Efectos maternos en Pinus pinaster: influencia del estado nutricional y sanitario de árboles madre en el vigor y resistencia de sus progenies. Implicaciones en la evaluación temprana dentro de los programas de mejora”. ÍNDICE RESUMEN 1.INTRODUCCIÓN 1.1.- Pinus radiata: importancia forestal de la especie 1.2. El herbívoro: la procesionaria del pino (Thaumatopoea pityocampa) 1.3. Mecanismos de defensa en las plantas: Compuestos fenólicos 1.4. Importancia del Metil-Jasmonato como inductor de defensas 2. JUSTIFICACIÓN, HIPÓTESIS DE TRABAJO Y OBJETIVOS 3. MATERIAL Y MÉTODOS 3.1. Material vegetal y tratamientos 3.2. Diseño experimental 3.3. Aplicación de los tratamientos experimentales y cosechado de las plantas 3.4. Captura, mantenimiento y bioensayo con procesionaria 3.5. Determinación de fenoles totales 3.6. Análisis estadístico 4. RESULTADOS 5. DISCUSIÓN 5.1. Variación genética en el contenido de fenoles 5.2. Inducción del contenido de fenoles en acículas 5.3. Bioensayo con procesionaria 6. CONCLUSIONES 7. BIBLIOGRAFÍA 8. SUMMARY 9. RESUMO RESUMEN Pinus radiata Don. es hoy en día una de las coníferas más empleada en las plantaciones forestales gallegas debido a su alta rentabilidad económica. En los años 80 se instaló un huerto semillero en el Noroeste de Galicia (Sergude, A Coruña) con el fin de obtener semilla de alta calidad genética para emplear en repoblaciones. Estos genotipos de P. radiata presentaban un mayor crecimiento, mayor rectitud del fuste y menor ramosidad, todas ellas cualidades indispensables para obtener un mayor rendimiento en la producción de madera. Pero además dentro de este programa de mejora tiene vital importancia analizar la variación genética contra plagas y enfermedades y cuales son los genotipos que tienen una mayor capacidad defensiva contra los herbívoros. El primer objetivo de esta investigación fue estudiar la variación genética en el contenido de defensas, tanto constitutivas como inducidas, medido como contenido de fenoles totales en las acículas. Además también evaluamos si la aplicación de metil jasmonato (MJ) y la realización de heridas mecánicas en los tallos de las plantas son métodos efectivos para inducir fenoles totales en las acículas. Por último, empleamos bioensayos in vitro en el laboratorio para estudiar la resistencia a la procesionaria del pino (Thaumatopoea pityocampa Schiff). Los resultados de este proyecto indicaron que no encontramos variación genética en el contenido de fenoles totales en las acículas. Por otro lado, ni la aplicación de MJ ni la realización de heridas mecánicas en los tallos de las plántulas incrementaron significativamente el contenido de fenoles totales en las acículas. Por último, la aplicación de MJ a las plántulas no resultó efectiva contra el ataque de la procesionaria. Palabras clave: Pinus radiata, fenoles totales, Thaumatopoea pityocampa, variación genética, defensas constitutivas, defensas inducidas 1. INTRODUCCIÓN 1.1. Pinus radiata: importancia forestal de la especie El pino insigne o pino radiata (Pinus radiata D. Don) es una conífera de gran interés forestal y económico, perteneciente al género Pinus y más concretamente a la familia Pinaceae, la cual comprende una alta variedad de especies y subespecies. Es de talla media a elevada, de aproximadamente 30 metros de altura. Es originario del suroeste de los EEUU, principalmente de la costa de California (Figura 1.1). Por su alta rentabilidad económica, se ha producido una fuerte demanda de esta especie por lo que se ha extendido artificialmente por todo el mundo mediante repoblación forestal, y hoy en día es una de las coníferas más utilizadas en plantaciones productivas a nivel global. Alcanza los máximos de producción en volumen con rapidez (alcanzando diámetros de más de 50 centímetros en 25 ó 30 años), y la calidad de su madera es muy adecuada para diversos usos, especialmente para obtención de celulosa y sierra, Por ello se han propiciado su utilización en muchos países, favoreciendo la plantación a gran escala en Australia, Sudáfrica, España, Nueva Zelanda y Chile (Figura 1.2). En estos dos últimos países es donde encontramos las mayores plantaciones de esta especie, puesto que estas exceden del 80% de la superficie total de plantación. Su producción mundial equivale al 13% del consumo de madera de la Unión Europea. Figura 1.1. Área de distribución natural de P. radiata Figura 1.2. Distribución mundial de P. radiata (www.gabarro.com). Es una especie muy sensible al frío y a las heladas, por lo que prefiere climas suaves, litorales con abundante humedad atmosférica. En España se encuentra principalmente en una estrecha franja del Norte de la Península Ibérica, en altitudes inferiores a los 800 m (Dans et al., 1999). Los bosques de pino insigne son masas de repoblación artificial, masas puras y coetáneas, que favorecen el ataque de plagas y enfermedades (Cobos Suarez y Ruiz Urrestarazu, 1990). En general, las masas de pino radiata, sufren daños importantes causados por múltiples agentes patógenos, tanto insectos, como hongos, bacterias y virus, que originan fisiopatías o desordenes funcionales y provocan grandes pérdidas de productividad. Es muy frecuente en repoblaciones efectuadas en Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco en altitudes inferiores a los 800 metros (Dans et al., 1999). En Galicia fue introducido a finales del siglo XIX, aunque en los últimos diez años, las plantaciones de pino insigne han experimentado, un fuerte incremento, y actualmente ocupa una extensión de aproximadamente 82.000 ha, un 11% de la superficie forestal gallega. Las ayudas comunitarias para la forestación de tierras agrarias (Reglamento UE 2080/92) han impulsado fuertemente la presencia de este pino, especialmente en las provincias de A Coruña y Lugo: A Serra da Gañidoira, entorno de As Pontes, meseta interior coruñesa, en A Coruña, A Terra Chá, Serras do Buio y Xistral y la parte occidental de Lugo son las comarcas gallegas con una fuerte presencia de pino insigne. Figura 1.3. Mapa de España por provincias con el volumen de cortas de P. radiata en el año 2006. A consecuencia del extraordinario potencial productivo, a partir de los años 90 se ha producido un incremento paulatino de plantaciones del pino radiata en la comunidad autónoma gallega, hasta conseguir una fuerte expansión a gran escala de plantaciones con esta especie, que ha ocasionado una enorme demanda de semilla. En los años 80 se empezó un programa de mejora genética de esta especie en Galicia que incluyó la selección de árboles superiores (“árboles plus”) seleccionados por sus óptimas características de mayor crecimiento, baja ramosidad y rectitud del fuste. El objetivo principal de este programa de mejora genética fue obtener semilla de alta calidad para su uso en repoblación, que conduzca a una mejor calidad de las masas, mejor aprovechamiento maderero y con ello un mayor potencial económico de la especie. Para ello se instalaron huertos semilleros clonales en Sergude, en la provincia de A Coruña, utilizando clones de estos árboles plus. Además, también se instalaron varios ensayos de familia x fertilización con semilla de dichos huertos semilleros, con el fin de estudiar diversos parámetros que nos ayuden a crear una estrategia de mejora y conseguir las nuevas poblaciones mejoradas. 1.2. El herbívoro: la procesionaria del pino (Thaumatopoea pityocampa) La procesionaria del pino o lagarta (Thaumatopoea pityocampa Schiff), cuyas orugas se alimentan sobre todas las especies del género Pinus, es uno de los defoliadores que mayores daños económicos causa en repoblaciones de coníferas. En Galicia tiene especial predilección por P. radiata y Pinus pinaster Ait. (Cobos Suarez y Ruiz Urrestarazu, 1990). La presencia y los daños causados por este lepidóptero, están influidos por el estado fisiológico, condiciones climáticas o a la calidad genética de la planta, entre otros factores (Hodar et al., 2002; Hodar y Zamora, 2004). El ciclo de este insecto pasa por cuatro fases: adulto, huevo, oruga, y crisálida. Los adultos emergen del suelo en forma de polilla en los meses de junio-julio, rápidamente las hembras atraen a los machos mediante feromonas sexuales, y tras el apareamiento busca un ramillo adecuado formado por dos acículas de la misma vaina para realizar la puesta de huevos, los cuales se colocan de forma helicoidal en torno a estas, formando un canutillo recubierto por las escamas extraídas de la parte final del abdomen de la hembra, lo que le confiere ese color pajizo (Figura 1.4). Cada puesta está formada por un número de huevos que generalmente oscila entre 120 y 300, aunque se dieron casos de colonias de más de 700 ejemplares. Figura 1.4. Puesta del lepidóptero Thaumatopoea pityocampa (www.miradanatural.es) Transcurridos 30-40 días, sucediendo desde finales del mes de julio hasta mediados de septiembre, dependiendo de las zonas, se produce la eclosión de los huevos, dando lugar al nacimiento de las larvas, las cuales tienen que superar 5 fases para poder transformarse en crisálidas. Las larvas de primer estadio, poseen un tamaño que oscila entre 5-6 mm, por lo que, aunque presentan pilosidad muy fina no se aprecia a simple vista. Forman pequeños nidos provisionales mediante entrelazados de hilos de seda, viven entre 12 y 15 días antes de mudar al segundo estadio, el cual dura entre 20-25 días y cuyas orugas medirán 10-12 mm de longitud. Pasado este tiempo, se produce la segunda muda, dando lugar al tercer estadio, con orugas que suelen medir entre 15-25 mm, aunque el tamaño va a depender de la disponibilidad del alimento y de las condiciones climáticas, entre otros factores, en este estadio se desarrollan los dardos urticantes, dichos dardos se agrupan en el interior de dispositivos formados por repliegues del tegumento. Además se comienza la fabricación del bolsón de invierno (Figura 1.5). Transcurridos entre 30-50 días, las orugas vuelven a mudar, alcanzando el cuarto estadio, fase de duración más variable en función de las condiciones climáticas, puesto que coincide con los meses centrales del invierno. La alimentación es crepuscular y nocturna. Su tamaño oscila entre 25-35 mm. Durante el cuarto y el quinto estadio larvario los cambios que se producen en la apariencia de las larvas se refieren al aumento tanto de la longitud como del número de pelos urticantes. La cuarta muda da lugar al quinto y definitivo estadio, esta fase suele durar unos 30 días. Cuando las condiciones ambientales son favorables las larvas maduras abandonan los pinos y se dirigen en procesión de bajada, encabezada por una hembra, hacia el suelo, en busca de un lugar seco, bien drenado y soleado, para enterrarse y crisalidar (la temperatura óptima del emplazamiento del enterramiento es de unos 20 ºC) (Figura 1.6). Dos o tres días antes de producirse esto, las larvas dejan de comer para que el tubo digestivo quede completamente limpio. Llegados a este punto, toda la colonia se va enterrando en el suelo, mediante movimientos acompasados a pocos centímetros, aunque esto va a depender del tipo de suelo en el que se encuentren. Acto seguido, hilan un capullo individual, y tras profundos cambios alcanzan la fase de crisálida (Figura 1.7), la cual es muy variable, puesto que puede durar desde unos pocos meses hasta 4 años, si la crisálida entra en un período de diapausa prolongada, mecanismo que detiene el desarrollo de la crisálida, para que esta pueda emerger en la época más adecuada, puesto que depende de la temperatura. Llegado a este punto, la mariposa emerge del capullo, completando así el ciclo. Figura 1.5. Bolsón de la procesionaria (www.moineaudeparis.com) Figura 1.6. Orugas de procesionaria del pino en procesión antes del enterramiento (www.bkmakro.de) Es un defoliador invernal que soporta el invierno gracias a la proteccion termica que le proporciona el vivir en colonias de orugas que tejen un bolsón de seda blanquecino en el que se refugian del frío y de la depredación, y crecen a lo largo del otoño e invierno. Las larvas mantienen ese comportamiento gregario durante los cinco estadios larvarios. Se calientan con la radiación solar, acumulando calor para poder salir a alimentarse de las hojas de los pinos por la noche, puesto que, el factor limitante más influyente en la expansión de la procesionaria es el clima (Hodar y Zamora, 2004), debido a la sensibilidad que este insecto presenta ante las temperaturas extremas. Es una especie circunmediterranea, típica de zonas templadas o más bien cálidas, por lo que el ciclo de desarrollo en las zonas frías da comienzo antes y finaliza más tarde que en las localidades más cálidas (Dajoz, 1980). En nuevas repoblaciones forestales las primeras infestaciones nunca son graves, los primeros bolsones aparecen en número escaso y dispersos. Al año siguiente los bolsones se distribuirán uniformemente en el 3-4 % de los pinos, un año después pueden verse afectados el 60-70 % de los pinos y al año siguiente la defoliación puede extenderse a toda la masa arbórea. Los factores ambientales tienen una gran influencia en el crecimiento y en las posibilidades de supervivencia de las plantas, por los que juegan un papel muy importante en las relaciones insecto-planta, puesto que afectan a la preferencia del insecto por determinadas variantes de su huésped y a las repuestas de las plantas al estrés provocado (Kyto et al., 1999; Turtola et al., 2002). El aspecto fundamental para determinar cual es el mejor momento para aplicar alguna medida de control, es precisar la duración del ciclo biológico de este lepidóptero, lo cual resulta muy complicado, debido a la influencia de la climatología en dicho ciclo. Figura 1.7. Adulto de la procesionaria Figura1.8. Pupas de procesionaria (flickr.com) Figura 1.9. Mapa de distribución de la procesionaria del pino (www.eppo.org) 1.3. Mecanismos de defensa en las plantas: Compuestos fenólicos En la naturaleza, las plantas a lo largo de toda su vida se encuentran con numerosos ataques de una amplia gama de organismos patógenos, de modo que para poder sobrevivir, tendrán que detener su entrada mediante una serie de mecanismos de defensa. Las coníferas son organismos muy longevos que han colonizado diferentes hábitats. Este éxito se debe, en parte, a la evolución de sus potentes mecanismos de defensa, puesto que son estas las que ayudan a las plantas a defenderse ante los ataques de los organismos, esterilizando, sellando y sanando los tejidos dañados e incluso protegiéndolas contra invasiones futuras que puedan afectarles de forma perjudicial (Phillips y Croteau, 1999; Trapp y Croteau, 2001). Para la resistencia de las coníferas, el árbol cuenta con una serie de defensas, como pueden ser la producción de oleoresina, terpenos o compuestos fenólicos (Klepzig et al., 1995; Trapp y Croteau, 2001; Rosner y Hannrup, 2004; Franceschi et al., 2005). Se distinguen dos tipos básicos de estrategias de defensa, las defensas constitutivas y las defensas inducidas (Matson y Hain, 1985; Franceschi et al., 2005). A pesar de estar reguladas por factores diferentes deben coordinarse para lograr un efecto óptimo para poder proporcionar una defensa potente contra los ataques. Las defensas constitutivas e inducidas, pueden ser de dos tipos: mecánicas o químicas (Matson y Hain, 1985; Franceschi et al., 2005). Las defensas mecánicas son elementos estructurales que proporcionan una mayor dureza y espesor a los tejidos, como la presencia de espinas (puede ser eficaz contra los animales más grandes), pelos, escamas o la impregnación de tejidos con polímeros como la lignina y la suberina, a los que se les agregan propiedades mecánicas por mejorar la resistencia a la penetración, degradación e ingestión, por parte de los invasores, particularmente por los organismos más pequeños. Las defensas químicas incluyen la producción, acumulación, y liberación de una gran diversidad de sustancias tóxicas para los organismos patógenos, como por ejemplo la variedad de alcaloides, fenoles simples o polifenoles (taninos), aceites esenciales y terpenos en general (generalmente denominados fitoalexinas o antibióticos) que son capaces de producir y almacenar las células vegetales, en los diferentes tejidos (Fäldt et al., 2003; Holton et al., 2003). Las defensas constitutivas, que están presentes en todo momento a lo largo de toda la vida del árbol aunque este no sea atacado por ningún herbívoro, forman parte de la estructura física o química basal de la planta. Además, forman la primera línea de defensa de las plantas deteniendo la invasión inicial de patógenos al organismo. Las defensas inducidas son reacciones que permiten potenciar las barreras, para mejorar las defensas constitutivas, induciendo la activación de cambios en una amplia gama de respuestas tanto químicas como estructurales y procesos que limitan la magnitud del daño infligido por el organismo invasor, aumentando la secreción de oleoresina, formando conductos de resina traumática, o aumentando la síntesis de compuestos fenólicos, como los taninos condensados (Franceschi et al., 2002; Martin et al., 2002; Heil et al., 2004; Hudgins y Franceschi, 2004). Esta variación en la resistencia de la planta puede ser debida a factores bióticos y abióticos (Lorio, 1986; Herms y Mattson, 1992). Se activan cuando la célula vegetal detecta la presencia de un patógeno, en un tejido viviente de la planta. Dicha respuesta puede actuar tanto a nivel local, es decir, en el tejido que está directamente en contacto con el patógeno (Simms y Fritz, 1990; Doyle et al., 2002), donde la reacción es más severa, como a nivel sistémico, en los tejidos no infectados de la planta, donde actúa de modo más suave (Heil y Silva Bueno, 2007). Estas defensas inducidas pueden actuar contra una infección actual o contra infecciones futuras. Las defensas inducidas son de resistencia variable, su valor viene determinado por la naturaleza de los ataques así como por la genética del individuo. Poseen un componente temporal del sistema que viene determinado por la disposición de las defensas constitutivas, y consiste en la producción temporal, estacional o continua de las defensas en los nuevos tejidos y mejorar la producción de las defensas en los tejidos atacados. Hay cuatro pasos o fases en los sistemas de defensa de las plantas, que son indiferentes de los ataques de los organismos: El primero es una defensa constitutiva eficaz que puede repeler o inhibir la invasión de tejidos. Si esto no es eficaz, la próxima fase es matar o aislar el organismo invadido. Una tercera fase de defensa es sellar y reparar el daño sufrido por la planta, para que ésta pueda continuar su funcionamiento normal y poder prevenir las infecciones oportunas. Finalmente, adquirida la inducción de la resistencia sistémica, la planta puede defenderse más fácilmente contra ataques futuros. La resistencia a las agresiones bióticas que sufren los pinos se consigue con la adecuada combinación de estrategias y tipos de defensas. El éxito biológico de las coníferas, se debe, en parte, a los mecanismos de defensa, como la variación de la cantidad y composición de compuestos fenólicos, oleorresinas y estructuras estáticas en el floema secundario, como células lignificadas y oxalato de calcio, cristales que crean las barreras físicas, entre otros (Franceschi et al., 2005). Los compuestos fenólicos, son clasificados como metabolitos secundarios de las plantas, por lo tanto, no están relacionados con el crecimiento ni la reproducción, factores pertenecientes al metabolismo primario. Los compuestos fenólicos poseen como característica biológica ser productos secundarios de su metabolismo y como característica química contener al menos un grupo fenol, es decir, un anillo aromático unido al menos a un grupo funcional hidroxilo en su estructura molecular se encuentran en todas las plantas terrestres. Están constituidos por más de 8.000 compuestos presentes en muchas estructuras diferentes, en los que normalmente varía su concentración (Hartley y Jones, 1997; Dey y Harborne, 1997). Son un grupo heterogéneo, desde el punto de vista metabólico, de productos biosintetizados, que a pesar de poder ser sintetizados por diferentes vías, en general, lo hacen por medio de dos vías básicas: la vía del ácido shikímico, (que participa en la biosíntesis de la mayoría de los fenoles de las plantas superiores y utiliza como sustratos la eritrosa-4-fosfato y el ácido fosfoenolpirúvico) o la vía del masónico, la cual es una importante fuente de fenoles en bacterias y hongos (en las plantas superiores aunque también existe, no es tan utilizada). Si esta clasificación se hace en base a su esqueleto químico los fenoles se pueden ser: simples, (con un anillo aromático) o compuestos, los cuales, a su vez, se clasifican en ligninas (polímeros de fenoles simples), flavonoides (complejos multifenólicos denominados polifenoles y compuestos por dos anillos fenólicos unidos por una cadena de tres carbonos: antocianidinas, flavonoles e isoflavinas) y taninos (son polifenoles hidrosolubles que difieren más que otros compuestos fenólicos por su habilidad de componer las proteínas precipitadas) (Zou y Cate, 1995; Ayres et al., 1997; Honkanen et al., 1999; Keinanen et al., 1999; Laitinen et al., 2002; Sallé et al., 2005). Tienen una gran variedad de papeles en la vida de las plantas, generalmente atribuidos a los productos secundarios de las plantas, como por ejemplo la antocianidina, que es el mayor contribuyente a la hora de florecer y dar color a la fruta y de atraer polinizadores o dispersores de frutos. Muchos de los compuestos fenólicos, como los taninos, son productos de defensa ante herbívoros y patógenos (Ayres et al., 1997). Otros como la lignina proveen soporte mecánico a la planta. O en el caso de los flavonoides y los ácidos salicílicos pueden actuar como agentes alelopáticos (Franceschi et al., 2005). En las coníferas, los fenoles de la hoja y especialmente los taninos, son muy valiosos a la hora de proteger a las plantas de los herbívoros o de las infecciones microbianas, por proporcionar estructuras de apoyo, protección y defensa durante toda la vida de la hoja (Zou y Cate, 1995; Ayres et al., 1997). Los niveles de concentraciones de fenoles totales están, en parte, condicionados por las condiciones medioambientales, como los factores relacionados con la luz, disponibilidad de recursos, época de año, niveles de nutrientes (siendo el nitrógeno el elemento esencial que controla la síntesis de fenoles), agua, y presión de herbívoros (Herms y Mattson, 1992). Pero también están determinados por la genética de la planta (Keinanen et al., 1999). En el caso de las hojas, la regulación de la síntesis de fenoles es una parte integra de su desarrollo, pero que hay que tener en cuenta que las concentraciones varían con el cambio estacional, (son altas durante la formación del brote y bajas durante la expansión de la hoja), la edad de la hoja (Keinanen et al., 1999; Laitinen et al., 2002). Se ha propuesto que la estrategia más eficaz para producir fenoles en la defensa contra herbívoros, son los sintetizados en las hojas jóvenes, porque estas son las de mayor valor para las plantas y a su vez, son las que ofertan una mayor calidad nutritiva para los herbívoros que las hojas maduras (Pavia et al., 2002). Sin embargo, las hojas jóvenes no siempre contienen mayores concentraciones de fenoles que las hojas maduras, sobretodo si se examinan los compuestos individuales (Estiarte et al., 1994). Una posible explicación para esto es que las hojas maduras son valiosas para las plantas porque ellas proporcionan la mayoría de los hidratos de carbono a las estructuras reproductoras y a los retoños crecientes y raíces (Krischik y Denno, 1983). Ante la invasión de los diferentes organismos, la planta sufre una modificación bioquímica que modifica las concentraciones de los compuestos pertenecientes al metabolismo secundario, afectando, a su vez, al metabolismo primario, es decir, mermando así la capacidad de crecimiento y diferenciación de los órganos de la planta. Defensas de las coníferas Defensas constitutivas Defensas inducidas En corteza y madera En hojas En hojas Físicas Físicas Tricomas Cera Dureza Quimicas Grosor corteza Quimicas Terpenos y Fenoles Polifenoles Terpenos Resina En corteza y madera Restauración del peridermo Respuesta sistémica generalizada Reacción hipersensible Síntesis de resina secundaria Canales resiníferos traumáticos Reducción de la calidad nutritiva Incremento de las sustancias del metabolito secundario Reacción hipersensible Figura 1.10. Esquema de defensas en coníferas 1.4. Importancia del Metil-Jasmonato como inductor de defensas La aplicación exógena de algunas fitohormonas, como el ácido jasmónico o sus derivados, tales como Metil-Jasmonato (MJ), pueden alterar tanto el crecimiento como el desarrollo vegetal provocando en numerosos casos respuestas fisiológicas similares a las de las hormonas vegetales, induciendo en las plantas reacciones químicas, anatómicas y fisiológicas relacionadas con las defensas (Thaler et al., 2001; Martin et al., 2002; Zeneli et al., 2006). El MJ se caracteriza por ser un potente elicitor de reacciones defensivas en las plantas, tales como la formación de conductos de resina traumáticos, la acumulación de mono y diterpenos, o la formación de compuestos fenólicos (Franceschi et al., 2002; Heijari et al., 2005). También se ha demostrado que puede inhibir la germinación del polen y la semilla (Wilen et al., 1990), o inducir la acumulación de proteínas de almacenamiento (Mason y Mullet, 1990) y de ARNm que codifica proteínas en la embriogénesis (Reinbothe et al., 1993). Tal información puede ser de uso en las estrategias para la manipulación química o genética de la resistencia de las coníferas. Aunque fue en la década de los 80 cuando se empezaron a describir los numerosos efectos de los jasmonatos, tales como la inhibición del crecimiento de la raíz, la promoción de la senescencia, o la vía de síntesis de estos compuestos (Vick y Zimmerman, 1984; Staswick, 1992), no fue hasta los últimos años cuando fueron propuestos como señales implicadas en procesos metabólicos, como desencadenar respuestas, induciendo cambios químicos y anatómicos en muchas partes de las plantas (Creelman y Mullet, 1995; Creelman y Mullet, 1997). El hidroperóxido del ácido linolénico se convierte, mediante la acción de una hidroperóxido ciclasa en un ácido graso cíclico de 18 átomos de carbono, el 12-oxofitodienoico (12 oxo-PDA) (Zimmerman, 1978). Este último es reducido a β-oxidado hasta un ácido compuesto de 12 carbonos, el antes mencionado ácido jasmónico (Figura 1.12). El ácido linolénico es liberado en respuesta a señales traumáticas y es convertido en jasmonato (Farmer y Ryan, 1992). COOH O2 Lipooxigenasa OOH COOH Acido 13-hidroperoxilinolénico [13-HPOtre] Hidroperóxidociclasa COOH 12-oxo-PDA O Reductasa COOH O β-oxidación COOH O β-oxidación COOH O β-oxidación O-glucósidos H R COOH S Epimerización O H Oxidac. Jasmónico (1R,2S) COOH Reducción Conjugación Conjugadas * Metil y glucosil ésteres * Con aminoácidos O COOH (-) Jasmónico (1R,2R) Hidroxilaciones HO Figura 1.12. Ruta metabólica del metil jasmonato. 2. JUSTIFICACIÓN, HIPÓTESIS DE TRABAJO Y OBJETIVOS Las respuestas defensivas inducidas comunes a la familia Pinaceae incluyen el aumento del flujo de resina y la síntesis de fenoles adicionales. En un Proyecto Fin de Carrera recientemente defendido se ha demostrado que la inducción química mediante MJ produjo un aumento en la cantidad de resina en los tallos, produciendo una mayor resistencia a la herbivoría en el laboratorio. En este trabajo se pretende evaluar la variación genética en caracteres de resistencia constitutivos e inducidos en juveniles de P. radiata, con el fin de explorar las posibilidades de mejorar genéticamente la resistencia a insectos en esta especie, comparando la anatomía de las defensas entre las diferentes familias de coníferas, obteniendo un buen entendimiento acerca de las estrategias de los mecanismos de defensa. Nos centraremos en el contenido en fenoles totales en las acículas, cuyo papel defensivo ha sido demostrado en otros sistemas planta-insecto, y utilizaremos la aplicación exógena de MJ y la realización de heridas mecánicas en el tallo para elicitar la inducción de defensas. Por último se pretende valorar la eficiencia de los fenoles totales como caracteres de defensa, mediante el establecimiento de bioensayos in vitro con la procesionaria del pino. Los objetivos específicos que se pretenden abordar en el presente proyecto son los siguientes: 1. Estudiar si existe variación genética en el contenido foliar de fenoles totales, tanto constitutivos como inducidos, en juveniles de P. radiata. 2. Evaluar si la aplicación exógena de MJ en una concentración baja de 25 mM, y la realización de heridas mecánicas en el tallo de las plantas son efectivas como agentes inductores del contenido de fenoles totales en las acículas en plántulas de P. radiata. 3. Estudiar si la aplicación exógena de MJ a las plantas aumenta la resistencia contra la procesionaria del pino mediante un bioensayo in vitro en el laboratorio. 3.MATERIAL Y MÉTODOS 3.1. Material vegetal y tratamientos Para conseguir los objetivos de este trabajo, se realizó un experimento con juveniles de 36 familias de polinización abierta de árboles plus de la población de mejora de P. radiata en Galicia, procedentes del huerto semillero de Sergude. En Abril del 2006, se sembraron en macetas de dos litros, rellenas con perlita y cubiertas con una capa de arena estéril, grupos de dos semillas pertenecientes a la misma familia (medioshermanos, hijos de la misma madre), A cada maceta se le aplicó 12 g de un fertilizante de liberación lenta Multicote® (N:P:K 15:15:15) y fueron cultivadas en invernadero en condiciones de temperatura, humedad y luminosidad controladas. Fueron regadas diariamente con agua, mediante aspersión temporizada. Las plantas se dispusieron en el diseño de bloques definitivo tras el primer invierno. 3.2. Diseño experimental El diseño experimental fue split-plot replicado en 4 bloques para compensar la variación ambiental que podemos encontrar en un invernadero, puesto que a pesar de estar bajo condiciones controladas de temperatura, luz, riego y humedad, el ambiente no es homogéneo debido a los factores externos de sol y sombra. Cada bloque está dividido en tres tratamientos: un control no tratado y dos tratamientos de inducción, uno mediante la aplicación exógena de MJ y otro basado en la realización de heridas mecánicas en el tallo (‘mechanical wounding’). Para reducir el esfuerzo experimental, se utilizó un tamaño muestral diferente para cada uno de los tres objetivos planteados. Por tanto, cada tratamiento tuvo un número de familias diferente. En los tratamientos control y MJ se emplearon 36 familias, mientras que para el tratamiento de heridas mecánicas se emplearon 10 familias elegidas al azar dentro de las 36 totales de las que consta el estudio. Para el primer objetivo, analizar si la variación genética influye en la cantidad de defensas constitutivas e inducidas, se emplearon dos tratamientos, un control no tratado para estudiar las defensas constitutivas, y un tratamiento de inducción de MJ para estudiar las defensas inducidas, en 36 familias para un total de 288 plantas (36 familias x 2 tratamientos x 4 bloques). Para el estudio del segundo objetivo, comparar los daños físicos (‘mechanical wounding’ o heridas mecánicas) con la inducción mediante MJ el tamaño muestral se redujo a 10 familias de las 36, en 3 tratamientos (control, MJ y heridas mecánicas) para un total de 120 plantas (10 familias x 3 tratamientos x 4 bloques). Para el estudio del tercer objetivo, estudiar la efectividad del tratamiento de inducción en la resistencia contra la procesionaria, se empleó un bioensayo “in vitro” en el laboratorio, con muestras de acículas y larvas de procesionaria en tarrinas. Para este objetivo se emplearon dos tratamientos (un control no tratado y un tratamiento de inducción mediante la aplicación exógena de MJ). En ambos tratamientos c se emplearon 36 familias para un total de 288 plantas (36 familias x 2 tratamientos x 4 bloques). 3.3. Aplicación de los tratamientos experimentales y cosechado de las plantas A los dos años (Julio 2008) se aplicaron los distintos tratamientos experimentales de inducción de defensas (heridas mecánicas y aplicación del MJ). El tratamiento de MJ se aplicó planta por planta mediante pulverización de aproximadamente 6 ml de una solucion 25 mM de MJ en agua destilada con Tween 20® al 0.1% v/v. A las plantas control se le aplicó de idéntica forma agua destilada. Las heridas mecánicas se realizaron con una herramienta (sacabocados) practicando una pequeña herida en la mitad del tallo que profundizase hasta el xilema. Un mes después de la aplicación de los tratamientos de inducción se cosecharon las dos plantas de cada maceta. Una de las plantas cosechadas se conservaba en frío (-20ºC) para su posterior análisis del contenido de fenoles, mientras que de la otra se muestreaba un grupo de acículas para emplear en el bioensayo con procesionaria. Se midieron la altura y diámetro de todas las plantas tanto en el momento de la aplicación como al final del experimento (un mes después). 3.4. Captura, mantenimiento y bioensayo con procesionaria Para conseguir nuestros objetivos capturamos diversos bolsones de procesionaria en diferentes pinos de la isla de Arousa (SW Galicia). Manipulamos los bolsones y seleccionamos las orugas con diferentes estadios larvarios. La realización del bioensayo “in vitro” consistió en recluir seis orugas de peso conocido en tarrinas de 750 ml, con una muestra de acículas de los pinos jóvenes previamente pesada. Se mantuvieron en un lugar fresco, seco y oscuro (evitando así, que las orugas se estresaran y obtener el mínimo número de mortandad) .El levantamiento del experimento se realizó 48 horas después, momento en el que evaluamos la tasa de ingestión por diferencia de peso en mg (peso acículas inicialmente menos al final del bioensayos). Selección de pinos con la plaga de procesionaria Cosechamos los bolsones En cada placa metemos (15-20 g) de acículas de cada individuo, durante 48 horas. Pasado ess tiempo pesamos las acículas. Manipulación de los bolsones de procesionaria Pesamos de 3 en 3 las larvas en una placa petri Figura 3.1. Manejo de la procesionaria 3.5. Determinación de fenoles totales Para estudiar el contenido de defensas constitutivas e inducidas procedemos al análisis de los fenoles totales por unidad de peso seco de acículas (mg de fenoles g-1 peso seco de acículas), cuantificando el contenido de fenoles totales mediante una valoración colorimétrica siguiendo el método propuesto por Baraza et al. (2004) basado en el método del reactivo Folin-Cicocalteau (Makar, 2000). Para ello se tomó una muestra representativa de 2-3 g de peso fresco de las acículas de cada planta, se molieron en un mortero con nitrógeno líquido hasta reducirlas a polvo, y se secaron a 40 ºC durante 48 horas en una estufa de aire forzado. Para realizar la extracción de los fenoles, se pesó 0,3-0,5 g de materia seca y molida de cada una de las muestras de acículas molidas, se les añadió 10 ml de metanol al 50%, se agitaron, se sometieron a un baño de ultrasonidos durante 15 minutos, para eliminar las pequeñas burbujas de aire en la muestra, y, acto seguido, se introdujeron 20 minutos en la ultracentrifugadora a 2500 rpm, compactando las pequeñas partículas. De este modo, se facilitaba la extracción en estado líquido del extracto de metanol con una pipeta, dejando los restos de acículas en fase sólida para meter en la estufa a 65 ºC durante 48 h y calcular el peso seco de acículas. El extracto original tiene una concentración de 50 mg ml-1, la cual se debe diluir hasta obtener la concentración deseada en la disolución, pudiendo realizar así su lectura a través de una valoración calorimétrica en microplacas con el espectrómetro a 740 nm. Para ello diluimos con la ayuda de un diluidor automático 0,4 ml de extracto con 9,6 ml de agua destilada, lo que nos da una dilución de 2 mg ml-1, de la cual tomamos una muestra de 2 ml del extracto diluido, y le añadimos 1 ml de agua destilada, lo que dio lugar a la concentración deseada. A la par, se prepararon seis patrones con concentraciones conocidas, a partir de una disolución madre de 20 mg ml-1 obtenida de diluir 0,5 g de acido tánico en 25 ml de agua destilada. Cinco de los seis patrones se prepararon diluyendo la disolución estandar de 20 mg ml-1 hasta conseguir las siguientes concentraciones: 62,5; 31,25; 15,625; 7,813; y 3,9063 μg ml-1. El sexto patrón es un blanco en el que se coloca agua destilada. En cada microplaca se pusieron 200 μL de cada patrón replicado 6 veces y 19 muestras replicadas 3 veces, y en todos los pocillos de las microplacas se adicionaron 20 μL de reactivo Folin-Ciocalteau, transcurridos unos minutos, 40 μL de Na2CO3 20%, por lo tanto el volumen final de cada uno de los pocillos sería de 260 μL. Para que la mezcla pueda adquirir diferentes tonalidades de azul, proporcional a la concentración de fenoles contenida en las muestras, deben de transcurrir 2-2,5 h. Posteriormente se procederá a determinar la absorbancia mediante un lector de microplacas con un filtro de 740nm, mediante la cual se pudo estipular la ecuación que relaciona ambas variables, a través de una regresión lineal de la recta de los patrones en cada microplaca, y al fin poder evaluar la concentración de ácido tánico de cada muestra expresada en mg. La ecuación de la recta es: y=a*x+b Donde y es la absorbancia, a y b son parámetros deducidos para cada recta y x es la concentración de fenoles totales medidos. Como las concentraciones logradas con este cálculo no corresponden a los 200 μL de extracto, sino a los 260 μL de muestra de extracto mezclado con los reactivos presentes en cada pocillo, se aplicó la relación C * V = C´ * V´ , para poder precisar la concentración de cada muestra. Donde C es la concentración en el pocillo (mg mL-1), V es el volumen del pocillo (260 μL), C´ es la concentración en la alícuota (mg mL-1), y V´ el volumen en la alícuota (200 μL). El cálculo de los mg equivalentes de ácido tánico por cada gramo de muestra de acícula seca, se obtuvo con la siguiente operación: C´ * 10 mL CH3OH / 0,5 g muestra seca. Tomamos muestras de acículas (1-2 g) de cada planta Tomamos (0,3-0,5g) de cada muestra Extracción de fenoles totales con metanol al 50% Realizamos la molienda manual de cada muestra Se secan 48 horas en estufa a 40º Durante 15 minutos en baño de ultrasonidos Hasta obtener pequeñas partículas 20 minutos en la centrifuga a 2500rpm Para separamos las partículas de acículas de los fenoles y el metanol, decantamos el sobrenadamte Pasa a la siguiente página Diluimos la concentración de las muestras Pipeteado de muestras y patrones en microplacas Incorporamos Reactivos a las microplacas para que desarrollen el color Con un diluidor automático Preparamos patrones de ácido tánico con concentraciones conocidas Lectura de las microplacas con el espectrómetro a 740 nm Figura 3.2. Análisis de los fenoles totales 3.6. Análisis estadístico La evaluación del efecto de los factores de estudio (genotipo, tratamiento y bloque) sobre la expresión de las defensas en las plantas se realizó empleando como variable de medida el contenido de polifenoles totales (mg equivalentes de acido tánico g-1 peso seco de tallo). El análisis para identificar los efectos consistió en un modelo mixto de análisis de varianza de acuerdo con el diseño split-plot, empleando el procedimiento PROCMIXED del programa SAS System, de acuerdo con el modelo: Yijk = µ + Bi + Tj + T*Bji +Gk + T*Gjk + G*Bki + εijk + (Pins) Donde µ es la media general, B es el efecto de los bloques, con la que se compensan las variables microambientales sobre las variables de medida de la planta; T es el efecto del tratamiento de inducción, T*B es la interacción entre los tratamiento y el bloque, G es el efecto de los genotipos, T*G es la interacción entre los tratamientos y el genotipo, G*B es la interacción entre el genotipo y los bloques; ε es el error aleatorio y Pins es el peso del insecto aplicado a cada planta, empleado como covariable en el análisis de los bioensayos. Antes de realizar los análisis se comprobó que los datos cumpliesen los requisitos del ANOVA: homogeneidad de las varianzas, que los residuos sigan una distribución normal y la independencia de los datos observados. 4. RESULTADOS Los resultados del análisis estadístico de las mediciones del contenido de fenoles totales realizados según los factores de diseño para los objetivos 1 y 2 se muestran en las tablas 1 y 2. En ellas observamos los grados de libertad del numerador (GLnum), los grados de libertad del error en el denominador (GLdenom), el valor del estadístico F y la probabilidad (p) de aceptar la hipótesis nula para el correspondiente valor de F y sus grados de libertad para cada uno de los efectos. Para el primer objetivo, analizar si la variación genética influye en la capacidad de inducir defensas, observamos que el efecto de la pertenencia a una u otra familia de P. radiata y la interacción entre el tratamiento de T y la familia (TxG) no resultaron significativas en el contenido de fenoles totales en las acículas de los pinos (Tabla 4.1, Figure 4.1). Por otro lado, la aplicación experimental del tratamiento de MJ tampoco afectó de manera significativa al contenido de fenoles totales en las acículas (Tabla 4.1, Figura 4.2). Tabla 4.1. Resumen del análisis de varianza según el modelo mixto para el contenido de fenoles totales en acículas de plantas de 2 años de edad pertenecientes a 36 familias de polinización abierta de P. radiata sometidas a dos tratamientos de inducción de defensas (control y 25 mM MJ). Efecto GLnum GLden F p B 3 3 0,55 0,680 MJ 1 3 0,25 0,649 G 35 102 1,10 0,344 MJxG 35 102 0,89 0,650 BxG 105 102 0,75 0,923 60 n.s. mg g-1 d.w. Fenoles totales 50 40 30 20 10 0 0 1 10 11 12 16 17 19 21 22 32 33 34 35 37 41 44 45 46 47 49 50 51 64 68 69 73 74 76 77 78 79 80 83 84 86 Familia de P. radiata Figura 4.1. Contenido de fenoles totales en las acículas de plantas de 2 años de edad pertenecientes a 36 familias de P. radiata. Los datos mostrados son las lsmeans ± error estándar. N = 8. n.s. 35 mg g-1 d.w. Fenoles totales 40 30 25 20 15 10 5 0 Control MJ Figura 4.2. Contenido de fenoles totales en las acículas de plantas de 2 años de edad de P. radiata sometidas a dos tratamientos de inducción de defensas (control y 25 mM MJ). Los datos mostrados son las lsmeans ± error estándar. N = 144. Para el segundo objetivo, comparar el efecto de la inducción mediante daños físicos (‘mechanical wounding’) con la inducción mediante MJ, observamos que el realizar estas heridas mecánicas y aplicar MJ a las plantas no afectó significativamente al contenido de fenoles totales de los pinos (Tabla 4.2). A pesar de que, las plantas a las que se realizaron heridas mecánicas presentaron un mayor contenido de fenoles totales que las plantas tratadas con MJ y, esta a su vez que las plantas control, las diferencias no resultaron significativamente diferentes (Figura 4.2). Por otro lado, en este grupo de familias tampoco observamos diferencias significativas en el contenido de fenoles totales entre las diferentes familias de P. radiata (Tabla 4.2). Tabla 4.2. Resumen del análisis de varianza según el modelo mixto para el contenido de resina en el tallo de plantas de 2 años de edad pertenecientes a 10 familias de polinización abierta de P. radiata sometidas a tres tratamientos de inducción de defensas (control, 25 mM MJ y daños físicos o mechanical wounding). Efecto GLnum GLden F p B 3 6 0,14 0,934 MJ 2 6 0,99 0,425 G 9 55 0,98 0,465 MJxG 18 55 0,57 0,906 BxG 27 55 0,74 0,805 n.s. 35 mg g-1 d.w. Fenoles totales 40 30 25 20 15 10 5 0 Control MJ MW Figura 4.2. Contenido de fenoles totales en las acículas de plantas de 2 años de edad de P. radiata sometidas a tres tratamientos de inducción de defensas (control, 25 mM MJ y daños físicos o mechanical wounding, MW). Los datos mostrados son las lsmeans ± error estándar. N = 40. Para el tercer objetivo, estudiar si la inducción experimental de defensas es efectiva contra el ataque de la procesionaria del pino, observamos que la aplicación de MJ no afectó significativamente a la tasa de ingestión del herbívoro con respecto al control. Además, y en contra de lo esperado, el herbívoro comió más en las acículas de las plantas tratadas con MJ, con defensas incrementadas, que de las plantas control, aunque las diferencias no fueron estadísticamente significativas (Figura 4.3). mg comidos por la procesionaria 3.0 F1,3 = 0,63; n.s. 2.5 2.0 1.5 1.0 0.5 0.0 Control MJ Figura 4.3. Efecto de la inducción de respuestas defensivas en juveniles de P. radiata mediante la aplicación de 25 mM MJ sobre la cantidad consumida (mg) por la procesionaria del pino en un bioensayo in vitro. Los datos mostrados son las lsmeans ± error estándar. N = 144. 5.DISCUSIÓN 5.1 Variación genética en el contenido de fenoles En nuestro estudio no encontramos variación genética en el contenido de fenoles totales en las acículas, sugiriendo de este modo que no existen genotipos superiores en cuanto a la producción y acumulación de fenoles totales en las acículas. Algunos estudios han encontrado variación genética en algunos sistemas defensivos de coníferas, como por ejemplo en la cantidad de ácidos resiníferos y otros terpenoides del grupo de los estilbenoides (Harju et al., 2008), en la densidad de canales resiníferos (vanAkker et al., 2004) y de resina (Rosner y Hannrup, 2004; O'Reilly-Wapstra et al., 2006; Donaldson and Lindroth, 2007), y en el contenido de determinados fenoles (Keinanen et al., 1999). Aunque ninguno de estos trabajos fue realizado en P. radiata, nosotros esperábamos encontrar en alguna medida cierta variación genética en el contenido de polifenoles foliares. Aunque el método de análisis de fenoles que empleamos presenta una muy buena precisión y un nivel de detección adecuado, es posible que la ausencia de control genético en nuestro caso pueda ser achacable a un tamaño muestral bajo dentro de cada familia. Sin embargo, en un estudio previo (Rodríguez-Morales, 2008), tampoco ha encontrado variación genética en el contenido de fenoles totales en hojas de P. pinaster juveniles. Es posible por tanto que la variación genética en el conjunto total de estos compuestos defensivos en las poblaciones gallegas de estas especies sea en efecto baja. Aunque esto no descarta que exista variación genética en el contenido de algunas especies fenólicas con una relevancia defensiva más marcada (Keinanen et al., 1999). 5.2 Inducción del contenido de fenoles en acículas En contra de lo esperado, no hemos encontrado un incremento de la concentración de fenoles totales tras la aplicación de MJ o de daños mecánicos. La eficacia del MJ como elicitador de respuestas inducidas equivalentes a las de la herbivoría real en juveniles de coníferas está ampliamente ilustrado en la literatura reciente, incluyendo una mayor densidad de canales resiníferos, un mayor flujo de resina, o una mayor densidad del parénquima polifenólico en el floema (Martin et al., 2002; Hudgins et al., 2004; Hudgins y Franceschi, 2004; Miller et al., 2005). En nuestro trabajo hemos empleado concentraciones de MJ más bajas que las empleadas en dichos estudios, pero que habían sido demostradas efectivas en la inducción de resina y fenoles en P. pinaster (Blanco, 2007; Costas, 2007; Rodríguez-Morales, 2008; Moreira et al., 2009). El empleo de concentraciones muy elevadas de MJ esta muy criticado en el ámbito científico, pues las respuestas pueden no ser naturales, y por esa razón hemos empleado las concentraciones más bajas posibles con las que hemos encontrado respuesta. La ausencia de respuesta al 25 mM MJ en P. radiata empleado en este experimento sugiere que esta especie es menos sensible a este compuesto que P. pinaster. Una posibilidad alternativa es que P. radiata no presente una inducción de fenoles tan marcada como P. pinaster u otras especies en respuesta a la herbivoría. En este sentido, la concentración de fenoles totales que encontramos son mucho mas altas que las observadas en P. pinaster de edades similares (Rodríguez-Morales, 2008). En esta circunstancia, sería posible que una concentración constitutiva muy alta de fenoles en P. radiata estuviese asociada a una baja inducibilidad. Sin embargo, el hecho de que el MJ haya resultado efectivo en la inducción del contenido de resina en el tallo en las plantas de este mismo experimento (Fernández, 2009), sugiere que posiblemente la concentración de MJ empleada esté por debajo del nivel efectivo para la inducción de fenoles. Esto sería un resultado muy interesante pues indicaría que el MJ induce con más fuerza las rutas metabólicas implicadas en la síntesis de resina que aquellas otras implicadas en la síntesis de fenoles. En este sentido, se ha observado en plantas anuales que diferentes elicitadores como MJ, acido salicílico y etileno presentan diferentes efectos sobre la síntesis de diversos compuestos defensivos, indicando en cierta medida una especificidad en la respuesta a la aplicación de diversos mensajeros químicos (Baldwin, 1998). Una posibilidad alternativa que ayudase a explicar los resultados observados sería la existencia de factores no controlados. En este sentido, en los últimos días del periodo experimental detectamos la presencia de thrips en las plantas que podría haber modificado las concentraciones de fenoles en las hojas, y alterado el diseño experimental. Es una posibilidad que no podemos confirmar ni rechazar con nuestro diseño. 5.3 Bioensayo con procesionaria No detectamos en el bioensayo con larvas de procesionaria diferencias familiares en la preferencia de consumo ni entre plantas inducidas y plantas control. Nuestra hipótesis es que la cantidad de polifenoles determinaría la tasa de ingestión de hojas por las larvas de procesionaria. En este sentido, este resultado está de acuerdo con la falta de inducción en la respuesta defensiva, y con la ausencia de diferencias familiares en el contenido de polifenoles totales. Los bioensayos con insectos herbívoros se utilizan con frecuencia para detectar si la inducción de compuestos defensivos tiene repercusiones funcionales sobre la preferencia de los herbívoros. En el laboratorio del CINAM de Lourizán se ha desarrollado con éxito otros bioensayos empleando el curculiónido comedor de corteza Hylobius abietis en P. pinaster (Costas, 2007; Moreira et al., 2009), pero no se había probado aún con procesionaria. Este insecto defoliador sí ha sido usado por otros autores como Hodar et al. (2002) o Hodar et al. (2004) para identificar diferencias en la preferencia de consumo. Este autor ha sugerido recientemente que las larvas del 4º y 5º instar muestran muy pocas diferencias en la preferencia entre plantas, y que sin embargo, las larvas de los primeros estadios sí que son sensibles a diferencias entre plantas (Hodar, datos no publicados). Dado que las larvas jóvenes carecen de los pelos urticantes alergénicos que poseen las larvas más viejas, las larvas de los primeros estadios serían las preferibles para bioensayos. 6. CONCLUSIONES 1.- La aplicación exógena de 25 mM MJ no resultó efectiva como inductor del contenido de polifenoles totales en las hojas de juveniles de P. radiata. Si se observa una pequeña tendencia a un incremento de los fenoles tras la inducción con heridas mecánicas, pero que no llega a ser estadísticamente significativa. 2.- No existieron diferencias familiares en la cantidad constitutiva de fenoles totales foliares entre las 36 familias de P radiata analizadas. 3.- Los bioensayos con larvas de procesionaria del 4º instar no mostraron diferencias significativas en el consumo de pinos control y pino tratados con MJ, ni tampoco entre las diferentes familias ensayadas. 4.- Se sugiere la realización de nuevos ensayos con una concentración mayor de MJ para descartar la posibilidad de que la concentración aplicada (25 mM) esté por debajo de los niveles efectivos para la inducción de fenoles. También debería comprobarse si la inducción de defensas fenólicas es mas específica de otros elicitadores químicos distintos al MJ, como por ejemplo los inductores de las rutas metabólicas relacionadas con el acido salicílico. Parece deseable realizar los bioensayos con larvas de procesionaria en el 1º y 2º estadio larvario, pues las empleadas en el presente bioensayo (4º instar) son extremadamente urticantes, por lo que todas las precauciones que se tomen son pocas para evitar las molestias derivadas de las erupciones cutáneas. 7. BIBLIOGRAFÍA Ayres, M.P., Clausen, T.P., McLean Jr., S.F., Redman, A.M., Reichardt, P.B., 1997. Diversity of structure and antiherbivore activity in condensed tannins. Ecology 78, 1696–1712. Baldwin, I.T., 1998. Jasmonate-induced responses are costly but benefit plants under attack in native populations. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America 95, 8113-8118. Baraza, E., Gomez, J., Hodar, J., Zamora, R., 2004. 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