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JARDINERÍA FOTOS: M. D’ORAZIO; UNIVERSAL POPS cromáticos del follaje de una mezcla de vivaces a lo largo de un estrecho parterre. La bordura a la inglesa del Real Botánico y su selección de plantas lleva la firma de Richard Bisgrove, diseñador de jardines y profesor de la Universidad de Reading, en Inglaterra, experto en restauración y manejo de jardines históricos y especialista en la obra de Gertrude Jekyll, la gran paisajista impulsora de los borders, y William Robinson, pionero de la mezcla de herbáceas perennes en pos de un jardín natural. Bisgrove escogió unas 150 especies de herbáceas perennes (y unos pocos arbustos) nativas o adaptadas en su gran mayoría al clima mediterráneo continental típico de Madrid, algunas incluso muy rústicas. La selección incluye numerosas gramíneas y bulbosas de delicadas flores. El experto británico viajó a Madrid en 2007 para llevar a cabo la obra. La preparación del parterre consistió en la sustitución de los primeros 30 centímetros de tierra por sustrato nuevo, y la instalación de una nueva red de riego automático por microaspersión. La búsqueda del equilibrio En el diseño, Bisgrove buscaba conseguir un equilibrio de unidad y variedad, armonía y contraste. “El largo total de la bordura es de casi 300 metros. Esto da lugar a mucha variación en el tratamiento del espacio, pero es importante mantener un sentido global de unidad”, se lee en su memoria del diseño. Cada sección de la platabanda, segmentos separados por escaleras, tiene por lo tanto un carácter particular: “Colores fuertes en las dos secciones centrales que flanquean el eje principal del jardín; una ▷ e Mayo en la bordura de la Terraza de las Estatuas: masas de espigas moradas de Salvia sylvestris ‘Mainacht’ y juegos de follajes verdes y grises. Destacan las decorativas matas de las alcachoferas y las plateadas artemisias. c Lirios de hojas variegadas y flores lilas (Iris pallida ‘Variegata’) en primavera. En segundo plano, peonías herbáceas a punto de florecer, y más atrás, milamores (Centranthus ruber) exhibiendo sus flores rojas. ¡BIENVENIDO, VERANO! Durante el verano, las floraciones en la bordura son especialmente abundantes. Entre el verde imperecedero —un aspecto clave durante el invierno— de las largas hojas acintadas del Liriope muscari, plantado en primer plano, surgen espigas de flores lilas (foto del centro, a la derecha), en tanto los acantos (Acanthus mollis) lucen entre sus grandes grandes hojas verde oscuro sus esbeltas varas de flores púrpuras y blancas. No falta el azul añil de la Lithodora diffusa (al centro, izquierda), ni las inflorescencias amarillas de la Kniphofia ‘Amsterdam’. Pero el verano también es tiempo de hemerocallis, como el H. lilioasphodelus, de matas muy bajas de hojas lineares y flores amarillo limón, y azucenas como el Lilium regale, blancas con nervaduras rosadas y grandes estambres amarillos. Masas de margaritas blancas con botón amarillo (Leucanthemum pallens, en la foto superior, y L. x superbum ‘Alaska’) o amarillas (Coreopsis verticillata) se extienden en varios puntos. Estos colores se repiten en las flores más grandes y espectaculares del verano en la bordura: grandes pétalos blancos y un espeso ramo central de estambres amarillos caracterizan a la Romneya coulteri, un arbusto californiano de follaje coriáceo, pariente de la amapola (sobre estas líneas). 27