Download para una crítica ética a la empresa carlos juan núñez rodríguez

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PARA UNA CRÍTICA ÉTICA A LA EMPRESA
CARLOS JUAN NÚÑEZ RODRÍGUEZ
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE CONTADURÍA Y ADMINISTRACIÓN
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA
POSGRADO EN ESTUDIOS ORGANIZACIONALES
RESUMEN
La presente ponencia tiene como intención mostrar en primer lugar en qué podría
consistir una discusión de ética de la empresa, pues se carece de definiciones
precisas, lo cual lleva a hacer muchos estudios de bajo nivel académico. Además se
indica la conveniencia de partir de autores que están vinculados a México o el horizonte
latinoamericano y no nada más de la tradición anglosajona. También se analiza primero
qué es la ética como discurso filosófico, qué es la ética de la empresa para dos
autores, la española Adela Cortina y el francés Gilles Lipovetsky. Se plantea la
necesidad de desarrollar estudios sobre la globalización, el capitalismo y el
neoliberalismo que den contexto histórico y conceptual a la propia ética de la empresa.
Todo lo anterior con el fin de que se enriquezcan los horizontes de comprensión,
análisis y construcción de conocimiento de la ética de la empresa.
DESARROLLO
I
En la primera década del siglo XXI pareciera ser ya un lugar común hablar y oír hablar
de ética de las organizaciones, ética de la empresa, códigos de ética, responsabilidad
social empresarial y temas parecidos. Si bien es un lugar común, se puede decir que
aún a nivel teórico y académico se carece de definiciones precisas (o claras y distintas
diría Descartes) sobre qué se entiende por cada uno de los conceptos mencionados,
tampoco hay precisión sobre qué se debe estudiar con esas categorías ni cómo o para
qué se deben desarrollar esos saberes. Ante lo cual es necesario hacer una pausa en
el camino, mostrar asombro y perplejidad, además de retroceder conceptual y
teóricamente antes de usar equívocamente esas categorías y teorías, como algunos lo
hacen sin el menor pudor epistémico; también hay que ver las implicaciones históricas,
culturales, económicas, políticas y sociales que supone, antes de renunciar a la
responsabilidad por el “Otro” como lo hacen algunos sin ninguna consciencia de culpa;
por ello es momento de desarrollar una crítica ética de la empresa.
II
Esta investigación está escrita desde México,1 responde a preocupaciones sociales
propias de un país devastado en sus organizaciones estatales por la corrupción y la
impunidad, además de que en la vida cotidiana millones de sus habitantes son
reducidos a la pobreza. La investigación si bien responde al horizonte de la ética de
empresa no cubre o deja de lado el gran problema de la injusticia que han vivido los
habitantes del tercer mundo, por ello y otros elementos que se desarrollaron a lo largo
de esta investigación convenga llamarla crítica ética a la empresa. En gran parte
consideramos que esta investigación debe plantear otros horizontes desde dónde y
cómo hacer una crítica ética de la empresa, los cuales son distintos a los que se han
1
Por ejemplo José Felix Lozano autor de libro de ética de la empresa y miembro del Grupo ETNOR dice a propósito
del punto de partida de la ética de la empresa: “Nosotros vamos a apostar por la tradición europea por tres razones
fundamentales: nos situamos dentro de la tradición del pensamiento europea (sic) de la que somos herederos y a la
que ni queremos ni podemos renunciar; sin una seria discusión sobre los fundamentos conceptuales e ideológicos no
vamos a entendernos aunque digamos lo mismo; y porque sin una rigurosa fundamentación filosófica de la Businnes
Ethics, la ética corre el peligro de diluirse en la Businnes…” Lozano, José. Códigos éticos para el mundo
empresarial. p. 36.
tomado como punto de partida por parte de algunos teóricos estadounidenses o
europeos de la ética de la empresa, en el transcurso de ésta se presenta un esbozo de
esos horizontes.
Ahora bien, se tomó como punto de partida a tres autores, uno mexicano, José
Porfirio Miranda; otro, español, aunque se terminó de educar y formar académicamente
en México, Luis Villoro; y, por último, al argentino-mexicano, Enrique Dussel. Los tres
han realizado o realizaron trabajos éticos, políticos y/o económicos, además viven o
vivieron en México, por lo que resultan pertinentes para esta investigación. Veamos
que plantean cada uno que es pertinente rescatar para la crítica ética de la empresa.
José Porfirio Miranda filósofo mexicano, fue profesor de la Universidad
Autónoma Metropolitana, escribió una gran cantidad de libros, los cuales fueron
traducidos a diversos idiomas y publicados por editoriales relevantes, entre sus libros
podríamos mencionar el que le dio proyección a nivel mundial llamado Marx y la biblia,
el cual terminó de escribir en la década de los sesenta y es una de sus primeras obras,
de ese texto hasta el año 2002 fueron apareciendo muchos otros. La postura del autor
es totalmente crítica y formulada desde un horizonte marxista, en donde se resalta que
lo inmoral es la propia propiedad privada, pues ella inmediatamente implica lo que Marx
llama la relación salarial y califica de injusta. Desde esta perspectiva resulta difícil hoy
defender y desarrollar la ética de los negocios que muchos autores europeos,
mexicanos y estadounidenses plantean, pues en su esencia el capitalismo resultaría
inmoral, por más normas morales que se le pusiera a las empresas capitalistas ello no
disolvería ni resolvería el conflicto moral del mismo. Reflexión que no puede ser hecha
a un lado, en la medida que plantea un conflicto social, de clases y moral necesario en
el capitalismo y que debe tomar en cuenta toda posible crítica ética de la empresa.
Por su parte Enrique Dussel, uno de los principales autores de la filosofía de la
liberación, escribió cuatro tomos dedicados al análisis del pensamiento de Karl Marx,
trabajo que le demandó varios años de su vida intelectual.Lo relevante del mismo es
que define en qué consistiría una crítica ética a la moral vigente o hegemónica y cómo
su función sería desenmascarar injusticia o lo éticamente perverso que acontece en un
modo de producción o en una relación social, lo cual quiere decir que no hay que
repetir el discurso que encubre la injusticia, gran parte de los textos que se han escrito
sobre ética de la empresa son encubridores y no muestran las contradicciones entre la
moral enunciada y los hechos sociales, pues ella oculta las contradicciones que
acontecen en la empresa y en el modo de producción. Por ejemplo, una empresa
trasnacional que dice respetar otras culturas no necesariamente lo hace, dado que la
propia relación social de producción implicaría la falta de justicia y de trato digno para
sus integrantes. Es conveniente que una crítica ética de la empresa se detenga a
reflexionar, pues si se aceptan los temas de la responsabilidad social, el diálogo en la
empresa, la elaboración de códigos de ética, etc., exclusivamente; lo que se hace es
dejar de lado cómo podría una cultura reproducir su vida sin la imposición del
capitalismo neoliberal.
Por último mencionaré a Luis Villoro autor que ha reflexionado aproximadamente
durante los últimos años sobre el tema de la ética y la política. Villoro indica que no se
puede pensar igual que en otras partes del mundo, ello debido a que las peculiaridades
de México determinan a la razón a pensar de otro modo. Lo peculiar de México, a
pesar de todos los discursos de los códigos de ética de la empresa y la responsabilidad
social empresarial es la marginalidad y la injusticia, eso es lo que tendría que estudiar
una crítica ética de la empresa, por qué a pesar de ella estos fenómenos valorados
negativamente por la ética continúan aconteciendo. Incluso estos fenómenos son
valorados negativamente por la ética desarrollada por algunos economistas como
Amartya Sen.2
III
En principio se puede decir que la literatura que hay sobre el tema pertinente y
relevante para esta investigación se puede dividir en tres campos epistémicos: filosofía,
economía y estudios organizacionales. Cada uno de estos campos ha aportado un
conjunto de reflexiones y horizontes que permiten entender conceptual y teóricamente
la ética de la empresa. Para este trabajo tomamos como punto de referencia nada más
el ámbito filosófico, aunque también se han revisado los textos de los otros ámbitos.
Esta decisión se debe a que la ética en general es un saber teórico sobre lo práctico
desarrollado durante miles de años por la filosofía, ese debe ser el punto de partida
teórico y conceptual para que una vez que se arribe a las ciencias económicoadministrativas no se tenga una serie de confusiones conceptuales y teóricas que
conviertan a la ética en una caricatura, en un saber moralizante, defensor de la moral
vigente y completamente insulso, como lo han hecho múltiples autores de libros de
2
Amartya, Sen. Sobre ética y economía.
ética en los negocios, los cuales parecen recetarios de cocina y no análisis profundos
sobre los problemas teóricos y prácticos planteados al mercado, a la empresa, al
Estado, a las morales vigentes y a la propia ética.
Para la gente que está en el área de la filosofía la distinción entre moral y ética
es evidente; por ejemplo, la formula de manera muy simple Fernando Savater: “‘Moral’
es el conjunto de comportamientos y normas que tu, yo y algunos de los que nos
rodean solemos aceptar como válidos; ‘ética’ es la reflexión sobre por qué los
consideramos válidos y la comparación con otras ‘morales’ que tienen personas
diferentes”.3 También se podría mencionar a Mauricio Beuchot quien plantea: “Por eso,
de manera general, se habla de la ética como la disciplina filosófica que habla de las
costumbres en relación con el bien y el mal morales”.4 Estos autores tienen propuestas
éticas más elaboradas pero estas citas permiten ver de manera simple en qué consiste
la ética y cómo se distingue de la moral.
Como se puede interpretar de las dos citas anteriores la moral resulta ser una
serie de normas, leyes e imperativos que regulan la conducta práctica, es decir, las
relaciones entre personas; mientras que la ética es la rama de la filosofía que estudia
dicha regulación. Pero no nada más estudia la regulación moral, además intenta
responder a preguntas tales como: qué es bueno, justo, correcto, sin olvidar por
supuesto su contraparte, es decir, qué es malo, injusto, incorrecto; también para
algunos autores plantea el sentido de la existencia, el de la voluntad que hace, así lo
deja ver el propio Savater:
3
4
Savater. F. Ética para Amador. pp. 54-55.
Beuchot. M. Ética. p. 74.
La pregunta radical en torno a la cual gira la ética no es ‘¿qué debo hacer?’, pues más allá de
ésta siempre podrá preguntarse, como lo hacía Wittgenstein, ‘¿y qué pasará si no hago lo que
debo?’. El deber no es la última palabra ética, ya que también tiene que ser fundado: el supuesto
de una suprema Ley inscrita asombrosamente en el corazón humano y cuyo respeto agotase la
moral…Ahora bien, hay una pregunta más allá de la cual en modo alguno puede descenderse y
sobre la cual la ética se asienta con toda su firme fragilidad: ¿qué quiero hacer?.5
Lo central sería saber si la ética realmente puede responder a la pregunta
planteada, y sobre todo si la existencia tiene un sentido, pues ello suena a un discurso
metafísico, esencialista.
Para algunos filósofos la ética tiene como horizonte fundamental pensar la vida
de los humanos y de las condiciones de su posibilidad, mientras que para otros es la
felicidad el horizonte fundamental, claro sin olvidar el aspecto racional de la ética en su
aspecto kantiano, es decir, el formal.
El conjunto de las perspectivas éticas anteriores se pueden utilizar para evaluar
el comportamiento humano, ya sea de manera individual, por ejemplo: el de un hombre
que ayuda a cruzar la calle a un ciego o el de un hombre que abusa sexualmente de
niños o ancianas. También se pueden utilizar para evaluar el comportamiento humano
colectivo ya sea como Estado, raza, institución o empresa, por ejemplo: como raza o
pseudo raza está el comportamiento del nazismo, como Estado la invasión a Irak por
parte de Estados Unidos y como empresa la evasión fiscal del banco BANAMEX
(Citigrup) por 3500 millones de dólares en México.
5
Savater. F. Invitación a la ética. pp. 28-29.
Nuestra perspectiva parte de la corriente que afirma que la vida es el tema ético
fundamental al momento de evaluar los efectos de las acciones individuales o
institucionales.
IV
Ahora bien, es indudable que el campo filosófico es el que ha desarrollado la ética y, en
algún sentido, a la ética aplicada. Además se puede decir que es en Estados Unidos y
Europa en donde más se ha dado este fenómeno epistémico, en particular aquí me
refiero a la Fundación ETNOR (Ética de los Negocios y de las Organizaciones) dirigida
por Adela Cortina. Los autores que participan en fundación mencionada están bajo la
influencia de la ética del discurso desarrollada por Karl Otto Appel y continuada por
Jürgen Habermas. Es pertinente resaltar esto porque precisamente la ética de la
liberación, desarrollada por Dussel, ha sostenido un debate de casi una década con la
ética del discurso, lo cual inmediatamente supone por los distintos puntos de partida
que la presente investigación plantea un debate y desarrolla en términos diferentes a
como lo ha hecho la Fundación ETNOR los supuestos teóricos de una posible ética de
la empresa y los supuestos teóricos de una crítica ética de la empresa.
Para plantear un primer acercamiento a una perspectiva de la ética de la
empresa se puede partir de Adela Cortina, pero antes de ello veamos primero en qué
consiste lo que denomina la ética aplicada y cómo de ésta se deriva la ética de la
empresa: “Las éticas aplicadas nacieron, pues, más que por ‘imperativo filosófico’, por
imperativo de una realidad social que la necesitaba en sociedades moralmente
pluralistas”.6 De manera extraña la autora dice que las éticas aplicadas suplen un vacío
legal que es difícil de llenar, por lo que en distintos países surgieron comisiones éticas
encargadas de elaborar recomendaciones éticas que creen un nuevo êthos.
Precisamente para esta autora lo que se tiene que crear como producto de lo que llama
filosofía moral es una conciencia ética cívica trasnacional, ello debido a que la ética
cívica se encuentra en un proceso de globalización y se requiere formar un nuevo
conjunto de valores, principios y virtudes a nivel mundial.7 Aunque es importante
mencionar que para dicha autora la ética aplicada no responde a una moral ni da como
resultado una moral, ello se debe a que en cada contexto social sobre el que reflexiona
la mencionada ética confluyen distintas valoraciones morales.
Veamos una postura con respecto al desarrollo de la ética de los negocios, pero
en lugar de proseguir con Adela Cortina, continuemos con el sociólogo francés Gilles
Lipovetsky. La reflexión que hace con respecto al tema indicado está determinada por
lo que el autor llama primero posmodernidad y, segundo, hipermodernidad, ello es
importante indicarlo porque precisamente la primera implicaría el surgimiento de lo que
él denomina una sociedad posmoralista, pero veamos que dice de la ética de los
negocios: “Más que nunca la ética se revela necesaria, más que nunca se ven sus
límites, y a veces sus riesgos. La moral en los negocios es un camino saludable, a
6
Cortina, A. Razón pública y éticas aplicadas. p. 14.
“A los distintos caminos que se están ofertando para trazar una ética global sería preciso añadir como uno de los
más prometedores esta ética cívica transnacional, nacida del ejercicio de la éticas aplicadas, que ya está haciendo
camino”. Cortina. A. Razón pública y éticas aplicadas. p. 19.
7
condición de que no sirva de pretexto al desentendimiento intempestivo del Estado y a
la asfixia de los programas sociales”.8
Precisamente frente al sujeto narcisista que vive bajo el principio del placer y el
proceso de personalización, por un lado, y, por otro, frente a los nuevos peligro a los
que se expone la sociedad humana producto de su desarrollo se requieren valores que
orienten la acción. Ante los dos puntos anteriores es que se requiere desarrollar lo que
el autor denomina una ética de futuros que dicta el siguiente imperativo categórico: “No
comprometas las condiciones para la supervivencia indefinida de la humanidad en la
tierra”.9 Este tipo de imperativo categórico además de mandar conservar la vida en la
tierra le plantea al sujeto y a la sociedad un reclamo de una ética de la responsabilidad
a largo plazo; por lo cual se requiere que la ética de los negocios o de la empresa se
apegue a dicha ética de futuros10 y comparta la responsabilidad a largo plazo, en
apariencia permitiría conciliar los intereses individuales y los colectivos: “En el clima de
la contracultura y la relación conflictiva entre la empresa y el entorno social, se ha dado
un primer paso hacia la superación de la finalidad estrictamente económica de la
empresa: la preocupación por el bien público y los deberes hacia la comunidad se han
convertido en parámetros constitutivos del business…”11
Más allá de conciliar intereses colectivos y anhelos individuales de manera
extraña indica Lipovetsky que el horizonte de reflexión ética se proyecta hacia el futuro,
extraña porque para el autor francés tanto la posmodernidad como la hipermodernidad
8
Lipovetsky. G. El crepúsculo del deber. p. 212.
Lipovetsky. G. El crepúsculo del deber. p. 216.
10
“Dar posibilidad al futuro, ‘rearmar’ nuestras sociedades debilitadas y desestabilizadas por los excesos del
individualismo liberal, tal es la apuesta de la ética de los negocios”. Lipovetsky. G. El crepúsculo del deber. pp.
258-259.
11
Lipovetsky. G. El crepúsculo del deber. p. 254.
9
han perdido el pasado y el futuro como temporalidades referenciales, lo que imperaría
sería el presente, está contradicción entre pérdida de la temporalidad y responsabilidad
a largo plazo no hay que pasarla por alto en el análisis de Lipovetsky. De hecho el
autor plantea que hay preguntas propias de la ética en los negocios: “¿Qué seremos
mañana? ¿Occidente será capaz de evitar la decadencia económica y salir victorioso
de la competición internacional?”.12
Este tipo de preguntas muestran que no sólo el presente es el punto temporal de
referencia de lo que el autor francés denomina sociedades posmodernas o
hipermodernas, hay una necesidad de plantearse el futuro como tiempo que indica un
horizonte de racionalidad, desde donde se pueda evaluar lo que se hace en el
presente, en este caso en particular, lo que hacen los negocios en la sociedad
capitalista neoliberal; precisamente cuando el autor francés está analizando el
resurgimiento de la ética plantea que aparte de que las amenazas de la técnica y los
peligro que plantea la destrucción del medio ambiente
también está el tema
empresarial: “Se trata del nuevo contexto económico, ideológico y político marcado por
la nueva pobreza y la erosión de los grandes mitos históricos de la modernidad”.13
Entonces la ética empresarial responde a distintas circunstancias, una que es
producto del desencanto ante la modernidad, otra que hay que asegurar la vida de la
especie en el futuro y, por último, que la propia empresa ve como un buen negocio a la
ética.
12
13
Lipovetsky. G. El crepúsculo del deber. p. 257.
Lipovetsky. G. Metamorfosis de la cultura liberal. pp. 45-46.
“…sin ética la empresa moderna carece de legitimidad y de adhesión; ahora
bien, la ética reducida a sí misma, sin una política social ambiciosa por parte de la
empresa y sin reparto de responsabilidades, resulta impotente. Incluso corre el riesgo
de aparecer como un nuevo medio de manipulación de las personas, un artilugio
comunicacional que engendre escepticismo y desmovilización”.14
Es muy importante reparar en el conjunto afirmaciones que hace Lipovetsky,
primero, parece que la empresa requiere un discurso legitimador y como parte de éste
estaría el discurso ético; segundo, que la ética empresarial, se supone, en sí misma no
basta para hacerle frente al nuevo contexto mundial, se requieren compromisos y
responsabilidades políticas por parte de la empresa, lo cual está desde nuestra
perspectiva en duda, pues hasta ahorita la mayoría de las empresas privadas no
asumen ninguna política social o responsabilidad social; tercero, en caso de que no
exista el compromiso de una política social empresarial entonces la ética se convierte
en un dispositivo de manipulación y desmovilización. En gran parte dada la carencia de
una política social empresarial la ética empresarial, es decir, la supuesta
responsabilidad empresarial, los códigos de ética desarrollados en la empresa, ha sido
usada nada más como un discurso y un supuesto medio de legitimación, que en
términos teóricos no ha aportado nada a la filosofía moral.
Continuemos con la exposición de la ética de la empresa, pero es momento de
retomar a Adela Cortina y algunos autores del grupo ETNOR. Para la autora española
la ética de la empresa es parte de la ética aplicada. Esta autora y algunos autores del
mencionado grupo desarrollan la ética, la ética de la empresa con categorías propias
14
Lipotsky. G. Metamorfosis de la cultura liberal. p. 82.
de otros campos epistémicos, como economía, administración, sociología, etc. Pero
veamos qué dice Cortina: “…la recién nacida ética de la empresa tiene por valores
irrenunciables, la calidad en los productos y en la gestión, la honradez en el servicio, el
mutuo respeto en las relaciones internas y externas a la empresa, la cooperación por la
que conjuntamente aspiramos a la calidad, la solidaridad al alza, que consiste en
explotar al máximo las propias capacidades de modo que el conjunto de personas
puede beneficiarse de ellas, la creatividad, la iniciativa, el espíritu de riesgo”.15
El texto anterior muestra un horizonte reductivo de la ética de la empresa, del
cual pretendemos alejarnos en este texto, pues las relaciones que analiza la autora
están reducidas a las relaciones en la empresa y no a los efectos sociales de las
prácticas empresariales, como por ejemplo, reducción de salarios, despidos masivos,
nuevos acuerdos contractuales, contaminación del medio ambiente, etc. La pregunta
que surge es si la ética empresarial debe regular lo interno en la empresa o debe ser
regulada por la sociedad civil la empresa a partir de la mencionada ética, pues se corre
el riesgo, como decía Lipovetsky, de convertir a la ética de la empresa en algo insulso.
Incluso Adela Cortina se plantea que existe la sospecha de que la ética de la empresa
sea un efecto encubridor, aunque aclara que no es así.
De hecho la autora, parte de que es necesario estudiar el contexto económico
para desarrollar la ética empresarial, pero hace una afirmación que no necesariamente
es resultado del estudio de dicho contexto: “Tras la era del conflicto en la empresa está
en juego la formación de un nuevo sentido de empresa, que fomente una nueva
comunidad moral empresarial basada en una ética de la justicia, la cooperación y la
15
Cortina. A. Ética de la empresa. p. 43.
solidaridad entre todos los que forman parte de la empresa”.16 El problema con esta
afirmación es que parte del supuesto que ha acabado la era del conflicto, lo cual es
contrafáctico, pues en múltiples lugares el conflicto permanece; además, la justicia, la
cooperación y la solidaridad es entre los que forman parte de la empresa y no entre
todos los integrantes de la sociedad, de hecho lo que habría que regular a partir de una
reflexión de crítica ética de la empresa son los efectos de la práctica empresarial en la
sociedad. Como es evidente la perspectiva y la finalidad cambia.
Para Adela Cortina hay que desarrollar un êthos que esté acorde con el mundo
empresarial actual, es decir con el neoliberalismo y todos los efectos del libre mercado,
el êthos consistiría en el cumplimiento de la mayoría de los puntos indicados en su
ética del futuros, entre ellos está: la responsabilidad por el futuro, la racionalidad
comunicativa, desarrollar la cultura empresarial, personalizar la empresa y crear
confianza.
En múltiples sentidos la autora parte de que estamos en un mundo armónico, en
donde a pesar de que se experimentan cierto tipo de conflictos estos son solucionables
a partir de regulaciones éticas que incluso ni siquiera requieren ser legales. Desde
México con varias décadas de neoliberalismo se puede decir que si las regulaciones
legales no han funcionado en la solución de conflictos, en la creación de la confianza,
en la responsabilidad por el futuro y en desarrollar una empresa con responsabilidad
social, mucho menos, es de suponerse, los códigos morales elaborados por el mundo
empresarial podrán hacerlo. De hecho hay una constante aspiración, por parte del
pensamiento neoliberal, para que las regulaciones legales disminuyan y aparezca el
16
Cortina. A. Ética de la empresa. p. 69.
laisse fair en el mundo empresarial, es decir, se pretenden dejar de lado las
regulaciones legales, las cuales deberían ser sustituidas por regulaciones o reflexiones
éticas, lo cual evidentemente es una exigencia neoliberal a la que la ética de la
empresa se adhiere sin considerar la evidencia empírica por un lado y por otro el
compromiso ético de crítica a la moralidad vigente. Resulta más interesante la postura
ética de Lipovetsky que la de Cortina, pues el primero piensa en el futuro y desde él
formula un imperativo categórico, mientras que la segunda se apega al pensamiento
neoliberal.
Dentro de los trabajos del grupo ETNOR se encuentran los realizados por
Domingo García-Mazá quien plantea que el principal papel de la ética empresarial es
crear confianza: “…la tarea básica de la ética empresarial consiste en ocuparse de las
condiciones de posibilidad de la credibilidad social de la empresa y, por tanto, de la
confianza depositada en la empresa por parte de todos aquellos grupos que forman
parte o están afectados por su actividad”.17 Crear credibilidad social y confianza de la
empresa este autor lo plantea como el fin de la ética de la empresa, resulta difícil
compartir su postura, pues se plantea el fin desde la empresa misma, se podría aceptar
que la credibilidad y la confianza podrían ser un fin de dicha ética pero no desde la
empresa sino desde la sociedad política y la sociedad civil, sí ésta última no le pone
límites
sociales
a
la
acción
empresarial,
el
mundo
empresarial
terminará
empobreciendo a la sociedad donde estén insertadas o hayan decidido invertir. Este
autor tiene la visión reductiva de la ética de la empresa que plantea Adela Cortina,
veamos: “…la moralidad de la institución remite al posible acuerdo voluntario de todos
17
García-Mazá. D. Ética empresarial del diálogo a la confianza. p. 23.
aquellos actores que interactúan en la empresa, que afectan o son afectados por el
comportamiento de la empresa”.18 Efectivamente esta señala que hay que tomar en
cuenta a todos, pero sólo a los actores o sujetos que interactúan en la empresa,
cuando plantea que también a aquellos que son afectados por ella, queda abierta la
posibilidad para cualquier tipo de actor o sujeto, con independencia de qué relación
guarde con ella, aunque el autor se refiere a lo largo de su trabajo implícitamente a
clientes, proveedores, accionistas, dueños, etc., pero no a los habitantes o ciudadanos
que se encuentran en un país, ciudad o pueblo.
V
Por todo lo mencionado en las páginas anteriores es que este ensayo plantea que es
necesario un análisis del proceso de globalización, en el transcurso del análisis se
puede distinguir que dicho proceso comienza en el siglo XV y antecede al modo de
producción capitalista y por lo tanto a la etapa neoliberal del mismo.
Con respecto a la concepción de la globalización se puede suscribir lo que
afirma Peter Sloterdijk: “Resulta un tanto ridículo que el periodismo de hoy pretenda
identificar en los movimientos más recientes del capital especulativo el motivo real del
shock de la forma del mundo llamada globalización”.19 Como lo muestran este autor y
otros la globalización es un hecho que no comienza en el siglo XX ni cuando se da la
hipotética apertura de mercados con la imposición del neoliberalismo en países del
tercer mundo a finales del siglo XX, sino que comienza con el hecho de que el mundo
18
19
García-Mholaazá. D. Ética empresarial del diálogo a la confianza. p. 75.
Sloterdijk. P. En el mundo interior del capital. p. 64.
se hizo redondo para la concepción de algunas culturas europeas y de ese modo
pudieron expandir sus mercados e imperios: “La historia universal fue el modelado de
la Tierra como soporte de las culturas y los éxtasis; su característica presentación
política fue la unilateralidad triunfante de las naciones expansivas europeas; su estilo
lógico es la interpretación indiferente de todas las cosas bajo la señal del espacio
homogéneo, del tiempo homogéneo y del valor homogéneo; su modo operativo es la
contradicción; su resultado económico es el establecimiento del sistema mundial…”20
Efectivamente estamos viviendo una época de la globalización, la del modo de
producción capitalista en su etapa neoliberal.
BIBLIOGRAFÍA
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Dussel. E. El último Marx (1863-1882) y la liberación latinoamericana.
Dussel. E. Filosofía de la cultura y la liberación.
Dussel. E. Hacia una filosofía política.
García-Mazá. D. Ética empresarial del diálogo a la confianza.
Lipovetsky. G. El crepúsculo del deber.
Lipovetsky. G. Metamorfosis de la cultura liberal.
Lipovetsky. G. La era del vacío.
20
Sloterdijk. P. En el mundo interior del capital. p. 31.
Lipovetsky. G. Los tiempos hipermodernos.
Lozano, José. Códigos éticos para el mundo empresarial.