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La “economía de bazares” ligada a la presencia de argelinos en Alicante
Juan David Sempere Souvannavong
Dpto. Geografía Humana. Universidad de Alicante *
En nuestros días el proceso de integración europea está haciendo de Alicante una
ciudad cada vez más europea y al mismo tiempo una importante ciudad con frontera, con
una frontera líquida por la que cada año transita una gran cantidad de bienes, de productos
y un creciente número de argelinos.
Esta situación tiene su origen en la evolución social y económica de España y de
Argelia durante las dos últimas décadas así como en la existencia de un contacto regular:
el barco Orán - Alicante. Esto ha dado lugar a un trasiego especial de mercancías y
personas en el que se distinguen dos fenómenos claramente diferenciados. Por un lado, el
incremento del tránsito de inmigrados argelinos en Europa que cada verano eligen
Alicante para embarcarse hacia sus vacaciones en Argelia y, por otro, la movida de
comerciantes1 y transportistas argelinos que a lo largo del año vienen a abastecerse de
“productos de consumo occidentales” para revenderlos en una sociedad argelina ávida de
todo este tipo de importaciones.
I. LA HISTÓRICA INFLUENCIA DE ARGELIA EN ALICANTE
De los países que componen del Magreb, Marruecos ha sido siempre el de más
influencia en España: su proximidad física, la controvertida relación histórica y
económica así como el origen de la mayoría de los inmigrados actuales lo convierten en
el Sur de España. La influencia de Argelia, extremadamente polarizada por Francia, ha
sido en cambio escasa en el conjunto de España. Sin embargo en el ámbito local y social
esta influencia es notable en el Levante y particularmente en la provincia de Alicante que
mantiene desde hace siglos una relación privilegiada y entrecortada con este país.
*
Esta investigación se ha realizado dentro del proyecto SEC 98-0628 que realiza el Departamento de
Geografía Humana de la Universidad de Alicante sobre inmigrantes africanos en la fachada mediterránea
de España.
1
“Comerçants” es como se auto-denominan todos los argelinos que vienen a Alicante a comprar; sin duda
para marcar las diferencias con los inmigrados, la mayoría de ellos son transportistas que trabajan por
cuenta ajena.
1
Esta relación ha tomado varias formas a lo largo de la historia, antes de la
colonización de Argelia la monarquía hispánica ocupó durante varios siglos la ciudad de
Orán - al igual que otras plazas norteafricanas - en un intento de controlar el
Mediterráneo Occidental y las bases de piratas berberiscos que atacaron regularmente el
sudeste de la península durante toda la edad moderna.
Con el principio de la ocupación francesa de Argelia en 1830 se inicia una
relación caracterizada por la fortísima emigración levantina a la Argelia colonial. Esta
emigración que perduró desde 1830 hasta el último día de la Guerra Civil Española 2 , hizo
que, desde mediados del siglo XIX, los alicantinos tuvieran una vinculación muy
estrecha y continuada con Argelia, en particular con la región y la ciudad de Orán que se
encuentra a tan sólo 140 millas náuticas de Alicante. Antes de que la presencia de
españoles en América o en Marruecos fuera importante, Argelia ya era el destino
privilegiado de los emigrados políticos y económicos del sudeste de España [Bonmatí,
1988]. Según el censo de 1896, había 157 560 residentes españoles en Argelia de los
que 56 000 eran alicantinos [Gozálvez, 1972: 51]. La emigración fue tan considerable que
durante todo el siglo XIX se habló de un peligro español en la Argelia francesa, para
contrarrestar dicho peligro las autoridades francesas no dudaron en facilitar e incentivar a
golpe de decreto la adopción de la nacionalidad francesa por parte de los europeos. Uno de
los resultados más folclóricos de esta relación es la presencia de Hogueras en Orán y en
Argel durante la década de los años 1930.
Tras el largo paréntesis de la Segunda Guerra Mundial y del aislamiento
internacional al que España fue sometida tras la derrota de sus aliados, la relación entre
Orán y Alicante se restableció con los viajes de varias comisiones municipales a partir de
1952. La independencia de Argelia en 1962 provocó una ruptura política y social entre
este país y España, pero un número muy considerable de franceses de Argelia, más de
6 000 según las estimaciones del Cónsul francés, se instaló en la ciudad de Alicante.
La presencia de estos argelinos en su mayoría oraneses revolucionó numerosos aspectos
de la vida social y económica. Los pieds-noirs fueron una población muy activa en la
modernización de la ciudad durante la década de los años 1960 y parte de los 1970.
En los años 1980 la afinidad política permitió la renovación de los contactos
2
Las operaciones militares de la Guerra Civil Española terminaron cuando el 30 de abril de 1939 tropas
italianas entraron en la ciudad de Alicante. Su puerto fue el escenario del final de la Guerra, en él esperaron
en vano unos 15 000 republicanos con la esperanza de ser evacuados a Argelia.
2
municipales impulsados en particular por la iniciativa del Alcalde socialista José Luis
Lassaletta, dichos contactos culminaron con la firma del hermanamiento entre Orán y
Alicante el 27 de junio de 1985. Durante los tres años siguientes se dieron una serie de
intercambios ante todo culturales que fueron interrumpidos con los disturbios en Argelia
de octubre de 1988 y la suspensión de la línea marítima Alicante – Orán, aunque en
febrero de 1989 se reanudaron los trayectos marítimos, las administraciones de ambas
ciudades prácticamente no han vuelto a tener relación.
En la década de los años 1990 se ha producido al menos un intento de retomar los
contactos en el marco del hermanamiento, pero de momento estos no han pasado de una
mera declaración de intenciones3 . Los problemas políticos que desde 1988 sufre Argelia
bastan para justificar el que las administraciones no tengan, ni parece que vayan a tener,
participación alguna en la relación entre ambas ciudades. En la actualidad hay además
otra dificultad: todo el movimiento se da prácticamente en un sólo sentido: desde el
principio de la crisis y sobre todo desde que en el verano de 1994 los occidentales
empezaron a ser asesinados en Argelia, ningún español realiza el viaje sin motivos de
peso.
Sin embargo la situación de Argelia no debe hacer olvidar otro motivo menos
coyuntural y como mínimo tan importante: la falta de iniciativa por parte alicantina.
Durante las dos últimas décadas se ha consumado la anhelada europeización de España;
las transformaciones en la sociedad y vuelco que ésta ha dado hacia Europa han hecho
que para la población y las instituciones locales Argelia no esté de moda y se de la
espalda a esta relación histórica. En el contexto actual parece pues muy improbable que
se vuelva a dar un acercamiento social entre Alicante y Argelia o que las relaciones
institucionales vayan a pasar de lo estrictamente necesario. Esta relación se reduce pues
al ámbito privado y comercial; de momento al pequeño comercio espontáneo y natural
que pueda darse entre dos regiones tan distintas y tan cercanas. Sin embargo, como
vamos a ver estos intercambios se encuentran en la actualidad muy lejos de desaparecer:
en los últimos años el número de argelinos que transitan por el puerto de Alicante se ha
disparado y la coyuntura actual no permite prever, a corto plazo, un cambio de tendencia.
3
Nos referimos a una carta enviada a mediados de 1993 por el Ayuntamiento de Alicante al de Orán,
interesándose por la renovación de las relaciones y la respuesta, en septiembre de 1993, en la que la
Delegación Ejecutiva Comunal de Orán está «enteramente dispuesta a reanudar y a reforzar los lazos de
amistad previstos en el marco del hermanamiento».
3
II. UN CONTEXTO POLÍTICO E INTERNACIONAL INMEJORABLE PARA
LA EXPANSIÓN DE LA “ECONOMÍA DE BAZARES”
Desde 1988 no hay relación institucional entre Alicante y Orán, sin embargo aún
es pronto para olvidar que Alicante es originalmente una ciudad de puerto: la salida
natural de Castilla al Mediterráneo y el acceso más próximo de Argelia a Europa.
Como tal sigue siendo un lugar de tránsito obligado y un espacio de encuentro,
intercambio y negocio. En la actualidad Alicante es el único puerto de España que
mantiene líneas marítimas regulares de pasajeros con Argelia (Orán y Argel) lo que hace
de esta ciudad una frontera con el Magreb y una cabeza de puente para personas y
mercancías entre Europa y Argelia. A pesar de la indiferencia por parte de las
administraciones y de los inconvenientes derivados de la crisis en Argelia este
movimiento conoce actualmente un desarrollo extraordinario: el número de argelinos que
pasan por el puerto de Alicante se ha multiplicado en los últimos tiempos y sigue
aumentando de año en año (cuadro 1), tanto el de los inmigrados, residentes en Europa,
que transitan por Alicante para volver a sus regiones de origen en verano como el de los
que pasan durante el resto del año.
Cuadro 1: Movimiento internacional de pasajeros y de vehículos
por el puerto de Alicante entre 1985 y 1998.
Año
Personas
Vehículos
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
27.230
77.650
105.407
102.232
63.817
78.945
72.373
53.235
55.885
75.261
129.583
180.753
181.383
195.156
213.171
1.189
5.034
9.954
10.359
8.701
9.408
12.793
11.287
12.893
18.645
33.060
45.934
46.663
44.847
47.583
Fuente: Autoridad Portuaria de Alicante.
4
El movimiento internacional de pasajeros y vehículos por el puerto de Alicante
revela la evolución del barco de Argelia puesto que las únicas líneas internacionales que
tiene el puerto de Alicante son las de Argel y Orán. Desde 1985 estas líneas han tenido
un desarrollo irregular que en los últimos años se ha incrementado de manera contundente
hasta superar en 1999 los 213.000 pasajeros registrados. Las causas políticas han jugado un
papel preponderante en esta evolución, las vicisitudes políticas de España, y sobre todo de
Argelia justifican en buena parte las irregularidades más llamativas.
En una primera fase tenemos un crecimiento del tránsito ligado a las relaciones
que se establecieron entre las dos ciudades en el marco del hermanamiento firmado de
1985 y que duraron hasta 1988. Ese año las primeras revueltas urbanas de octubre
enfriaron el movimiento tanto de inmigrados como de comerciantes. La línea marítima
Alicante - Orán estuvo de hecho suspendida entre el 11 de octubre de 1988 y el 18 de
febrero de 1989 por orden de las autoridades argelinas que de esta manera pretendieron
minimizar los contactos entre Argelia y el extranjero desde donde se denunciaba que se
dirigían los disturbios4 .
En torno a 1990 se observa una recuperación vacilante del tránsito de argelinos por
Alicante; son los años de un difícil despertar político de la sociedad argelina y del ascenso
electoral del Frente Islámico de Salvación que llevará al enfrentamiento con el ejército. Esta
situación de inestabilidad impedirá que el tránsito recobre la intensidad que tenía antes de
1988.
La imposición del visado de entrada (a partir del 15 de mayo de 1991) por parte de
España a los ciudadanos magrebíes explica el nuevo descenso en el tráfico marítimo de
pasajeros que se da de 1991 a 1994. No se puede afirmar, sin embargo, que la necesidad
de visado limitará de manera decisiva el tránsito de argelinos por Alicante, en
particular para el comercio y transporte de mercancías. Siendo éste un negocio rentable el
visado es una dificultad suplementaria que debió ser fácilmente superada por parte de los
importadores y de las redes informales en las que se apoyan: se viaja menos pero se compra
mejor y se transporta más. El descenso que se aprecia en estos años se debe seguramente
menos a la reciente imposición del visado que a la fuerte inestabilidad que ya conocía
4
El sábado 8 de octubre de 1988, un día antes de que el gobierno argelino ordenase la interrupción de la
línea, el diario Información de Alicante titulaba en su primera plana y a cuatro columnas «El MDA en Alicante
asegura dirigir la revuelta de Argel» (MDA: Movimiento para la Democracia de Argelia).
5
Argelia, y que justifica la disminución de los pasajeros argelinos y el desvanecimiento de la
presencia extranjera en este país.
A partir de 1994 se produce un cambio radical de tendencia que, como se ve en
cuadro 1, solapa por completo la situación anterior. Desde ese año se ha multiplicado el
número de personas y de vehículos que transitan cada año por el puerto de Alicante.
El hecho decisivo se produjo cuando el 27 de agosto de 1994 Argelia cerró su frontera
terrestre con Marruecos 5 . Hasta entonces la mayoría de los argelinos inmigrados que
pasaban por España para volver a sus regiones de origen tomaban el barco de Almería o de
Málaga a Melilla, para seguir por carretera hasta Argelia. El cierre de la frontera interrumpió
el paso legal y visible de personas y mercancías entre los dos países con lo que este
recorrido se hizo inviable: Marruecos dejó de ser un país de tránsito hacia Argelia y Almería
dejó de ser el puerto de embarque. Este hecho providencial ha transformado Alicante único puerto español desde donde embarcarse hacia Argelia - en la piedra angular
de la circulación entre Argelia y España y Europa. Esta situación afecta sobre todo la
circulación en verano; el residente argelino en Europa que vuelven a su región de
vacaciones está obligado ha hacerlo por vía marítima si desea ir con el coche6 , puede
embarcar en los puertos franceses, italianos o en Alicante. De estas alternativas la más
barata, sobre todo si se dirige al oeste de Argelia, es la de Alicante: a una familia le
resulta menos rentable tomar el barco de Marsella a Argelia, donde cada miembro debe
pagar un pasaje además del coche, que venir por carretera hasta Alicante (aunque la
autopista sea de peaje) y embarcarse hacia Argelia por el trayecto marítimo más corto
posible que hay en la actualidad. Cuanto más corto sea el trayecto en barco más se ahorra
en el viaje de Europa a Argelia; y conviene ahorrar ya que en el Magreb las monedas
europeas multiplican su poder adquisitivo.
Esta coyuntura precaria y circunstancial emanada de las susceptibilidades entre
5
El 24 de agosto de 1994 dos turistas españoles murieron en un atentado en Marrakech y las autoridades
marroquíes declararon que los autores eran argelinos. Tras el cruce de acusaciones Marruecos exigió, el 26
de agosto, el visado a los ciudadanos argelinos con lo que al día siguiente Argelia cerró su frontera terrestre
con Marruecos. Desde entonces y a pesar de los momentos de aproximación y de expectativa la frontera ha
seguido curiosamente cerrada.
6
La importancia del automóvil es transcendental tanto para transportistas como para inmigrados; para ol s
primeros es de gran necesidad para el transporte de sus mercancías, y para los segundos, además, sigue
siendo todo un símbolo del éxito social y laboral que debe ser ostentado en la región de origen [CHAREF,
1998, 219-237]. En la actualidad el aeropuerto de Alicante tiene líneas regulares con Orán y con Argel. Sin
embargo este medio de transporte tiene un alcance mucho menor (menos de 16.000 entradas y salidas en
1998).
6
Argelia y Marruecos7 añadida a los diversos problemas existentes en los puertos
tradicionales de embarque 8 ha hecho que muchos inmigrados argelinos descubrieran la
alternativa del regreso estival por Alicante lo que ha transformado el panorama del
tránsito de los magrebíes en el Mediterráneo. A pesar de su reducida participación en el
movimiento general Alicante se ha convertido en uno de los puertos clave de la
circulación de personas en el Mediterráneo Occidental y de la Operación Paso del
Estrecho que gestiona en verano el tránsito de los magrebíes por territorio español; por su
ubicación, su relación histórica con Argelia y sus comunicaciones rápidas con Francia,
Madrid y Andalucía esta ciudad se consolida como un centro importante e interesante
para el tránsito para los argelinos.
Por otra parte parece evidente que la crisis argelina ha mejorado los beneficios de
la importación de productos de consumo a este país y en consecuencia el movimiento de
comerciantes y de transportistas. La falta endémica de productos de consumo debida a
la crisis actual y a la herencia de los desaciertos económicos del pasado acentúa aún más
la avidez de productos occidentales tan característica en la sociedad argelina, y
especialmente en su juventud, lo que justifica el extraordinario auge de una gran
actividad nacional: el trabendismo (contrabando) en la que muchos jóvenes argelinos se
han convertido en auténticos especialistas. Durante la década de los años 1990 se han
desarrollado por todo el Mediterráneo unas redes informales a través de las que se
exporta a Argelia de manera más o menos lícita una variedad ingente de productos
de consumo: desde Marruecos entra, a pesar del cierre de la frontera, ropa, calzado y
repuestos; desde Ceuta y Melilla parabólicas a través de Marruecos [Planet, 1998]; en
Marsella, el gran puerto francés de salida hacia África, se ha desarrollado barrios
dedicados al comercio con el Magreb; en Túnez se han detectado redes de exportación de
bienes de consumo 9 y Alicante es una región próxima que se caracteriza precisamente
por el desarrollo y la variedad de su comercio y de su industria ligera (textil, mantas,
alfombras, juguetes...).
7
El día que se reabra la frontera terrestre entre Argelia y Marruecos la alternativa del regreso por Marruecos
volverá a ser posible y el puerto de Almería recuperará mediante sus líneas con Melilla y sobre todo con Nador
la parte de transeúntes argelinos que le corresponde de manera natural.
8
El número de pasajeros magrebíes que transita por el puerto de Marsella está en descenso constante desde
el final de los años 1980. Sólo entre 1996 a 1997 se ha reducido en un 8%, pasando de 234.000 a 214.000.
9
Investigación en curso realizada por el laboratorio MIGRINTER de la Universidad de Poitiers:
Catégories, indicateurs et lieux des circulations migratoires, dirigida por E. Ma Mung.
7
El estado de guerra civil en Argelia nunca supuso un freno al comercio con
Argelia, más bien todo lo contrario, se ha producido una expansión sin precedentes del
pequeño comercio que alcanza todos los países del Mediterráneo Occidental. Pero parece
que el florecimiento de estas exportaciones invisibles tiene sus días contados: las jugosas
expectativas que supone la existencia tan cercana de un país de más 30 millones de
consumidores potenciales han terminado por despertar la naturaleza aventurera de los
empresarios de mayor calado: el 29 de junio de 2000 el diario Información de Alicante
anunció en su primera plana la formación por parte de empresarios argelinos y españoles
de la sociedad Puente Logístico Alicante-Orán S.A. que a partir de 2001 gestionará el
tráfico comercial entre Argelia y la Unión Europea y que ya ha solicitado 15 000 metros
cuadrados en la zona que el Puerto de Alicante dedicará próximamente a actividades
logísticas. La invitación que en esa misma noticia se hizo « a las empresas alicantinas
con intereses en Orán » parece indicar que dicha plataforma comercial se orientará al
menos en parte a productos de consumo. La sociedad ha nacido avalada por la segunda
entidad financiera de España lo que en el fondo es sinónimo de todas las garantías
políticas necesarias al éxito de la operación.
III. LA “ECONOMÍA DE BAZARES”: LOCALIZACIÓN Y CONSECUENCIAS
La creación de una sociedad comercial entre Argelia y España revela una
clara toma de posiciones por parte de grandes empresas ante la estabilización
política del país, mientras llega el momento el pequeño trabendo sigue su curso. Las
tendencias mostradas en el cuadro 1 no parecen indicar que, al menos, a corto plazo vaya a
disminuir el paso de magrebíes por el puerto Alicante.
3.1. El movimiento en la estación portuaria
Cada vez que viene el barco la estación portuaria y las calles del centro de la ciudad
se convierten en el centro de todo un trasiego de personas y mercancías. El barco atraca
puntualmente a las 8.00 de la mañana tras recorrer las 140 millas que separan Alicante de
Orán en once horas. A partir de ese momento sus pasajeros se movilizan y se pone en
marcha la rutina muy rodada y perfectamente optimizada de compradores y transportista; la
gran mayoría de ellos embarcan por la tarde en el mismo barco de regreso a Argelia por lo
8
que vienen con las horas contadas y todos sus movimientos preparados. El desembarco de
personas y automóviles se produce con cierta impaciencia pero en perfecto orden, los
vehículos vienen absolutamente estratificados en la bodega del barco de manera a salir
primero los transportistas que vienen a comprar y luego el resto de los viajeros,
esencialmente inmigrados que residen en Francia. El papel de los policías de la frontera,
buenos conocedores de este tránsito y de sus actores, se limita a controlar los documentos y
a buscar, sobre todo en los coches que no llegan vacíos, drogas o personas escondidas.
La mayoría de los transportistas están organizados en cuadrillas de hasta 5 ó 6
personas que vienen con un coche o una furgoneta; cada uno de ellos transportará tantos
bultos como pueda. Resulta evidente que muchas de estas cuadrillas vienen con un
programa de actividades cerrado y bien supervisado por jefes que controlan todos los
aspectos: los precios, las compras, el cambio de moneda, los gastos del viaje, el sueldo para
los transportistas. Tras pasar el control acceden al muelle donde a algunos les esperan
personas, españolas o magrebíes que son los contactos locales. La mayoría empiezan a
hacer los viajes de ida y vuelta entre los bazares de la ciudad y el puerto provistos de bolsas
o de carritos en los que cargaran una inmensa diversidad de productos: alfombras,
alimentos, ropa de cama y de vestir, recuerdos turísticos, productos de limpieza, piezas de
recambio…
A partir de cierta hora el movimiento se concentra en la sala principal de la estación
portuaria donde una parte de los argelinos se dedica al arte de empaquetar la mercancía para
que cada persona pueda transportar un máximo de fardos: se desenvuelve, se reordena y se
apiña en bolsas más neutras pensando sin duda en el paso de la frontera argelina a la
mañana siguiente; mientras, los vehículos que han recorrido los bazares, las fábricas y las
grandes superficies de la provincia van llegando, a veces tan abarrotados de todo tipo de
productos que apenas dejan espacio para el conductor. A la hora de embarcar, la
impaciencia que había por la mañana en cruzar la aduana se torna parsimonia para la
desesperación de los guardias portuarios, los coches de inmigrados no tienen entonces
ningún problema en pasar los primeros. En estos momentos se distingue la variedad de
movimientos
que
componen
estas
exportaciones
invisibles,
desde
el
de
los
“independientes”, que compran por su cuenta para su familia o para revender entre los
conocidos, al de los “profesionales” que van cargados al límite y a movimientos tan visibles
pero más turbios como el tráfico de coches o de piezas. A este respecto hay que decir que
los “profesionales” miran con creciente recelo a inmigrados e “independientes”. Para el
9
transportista profesional que vive de este comercio son, en efecto, una peligrosa
competencia, puesto que en conjunto introducen en Argelia una cantidad considerable de
productos10 y al viajar en menos ocasiones tienen individualmente menos problemas para
cruzar la frontera; les acusan de transportar cada vez más productos para sus familias y
conocidos restringiendo así sus circuitos de distribución.
3.2. La evolución de los bazares en el centro de Alicante
El incremento por una parte del movimiento de argelinos debido a la coyuntura
internacional ya mencionada y por la otra de la presencia de inmigrados en la región ha
multiplicado el número de bares, bazares y pensiones con clientela magrebí en el centro de
la ciudad. Estos locales son la parte visible de la economía de bazares que se está
desarrollando en Alicante. La definición de “bazar” no resulta evidente a tenor de la gran
diversidad de comercios que llevan ese nombre. En nuestro caso son los locales que
compran directamente a las fábricas y a los almacenes productos a bajo precio (a veces
pasados de temporada o incluso defectuosos) para revenderlos al por mayor, con o sin
factura, a una clientela mayoritariamente extranjera.
Todos estos comercios se concentran en el centro de Alicante, en las calles próximas
situadas a ambos lados de la Rambla de Méndez Núñez: la gran avenida comercial de los
años 1960 (mapa 1). Sólo los bazares más consolidados se encuentran en los ejes
transitados, aunque nunca en las grandes calles comerciales. En cualquier caso todos los
comercios ligados tanto al tránsito de argelinos como a la venta ambulante se ubican
en el centro antiguo de la ciudad, un barrio en crisis desde los años 1980 y en particular
desde que en octubre de 1989 se inauguró el Corte Inglés en lo que actualmente es el centro
comercial de la ciudad. Este hecho decisivo ha acelerado la degradación del barrio y ha
llevado al cierre de numerosos pequeños comercios del centro que en los últimos años están
siendo traspasados o remplazados, en ciertas calles, por locales de ocio o relacionados con
la economía de bazares. El caso más paradigmático es sin duda el de la calle San Francisco
donde la mayoría de los comercios ya están ligados a esta economía: se puede contar más de
quince bazares, dos locutorios, una carnicería musulmana así como dos pensiones y al
menos un restaurante orientados a la clientela magrebí.
10
Esto se debe a la importancia casi cultural de los regalos de los emigrados en las sociedades magrebíes; a
su regreso estos son invariablemente esperados con regalos para todo la familia y allegados.
10
Comercios frecuentados por población de origen africano en el centro de Alicante
Gráfico 1: Bares (cuadrados), bazares (círculos), otros comercios (triángulos) y plazas (P/). Fuente: E.P.
Los bazares son por regla general poco llamativos por lo que no suelen atraer la
atención del ciudadano más que en los lugares de fuerte concentración, algunos incluso o no
tienen ningún distintivo exterior de su condición de bazar o está totalmente desfasada. No lo
necesitan, la mayoría de sus clientes siempre van a los mismos locales por lo que se puede
hacer una tipología de bazares en función de sus clientes. Cabe destacar los que se dedican a
la exportación por medio de los argelinos y los que abastecen de género a los
vendedores ambulantes, una actividad a la que en Alicante se dedican diversos colectivos
de inmigrados (marroquíes, orientales y sobre todo senegaleses). Más cerca de la playa hay
algunos bazares que se dedican también a los turistas y a los inmigrados argelinos que
vienen de Francia a esperar el barco. Estos últimos presentan mayor diversidad de
productos ya que se benefician normalmente del hecho de que los argelinos inmigrados en
Francia compran en Alicante, en el camino de ida y en el de vuelta: cuando van de Francia a
11
Argelia, para llevar regalos a sus familias, y cuando vuelven de Argelia a Francia, porque
los precios siguen siendo mucho más interesantes en Alicante que en Francia.
A pesar de las quejas de los bazaristas cuando se les pregunta sobre la situación de
sus negocios salta a la vista que, en líneas generales, se trata de una economía floreciente.
Pocos datos objetivos permiten cuantificar este fenómeno pero resulta evidente que
durante los años 1990 se han multiplicado los comercios de este tipo alterando y
revitalizando de manera apreciable las actividades económicas de algunas calles del
centro de la ciudad. La fuerte movilidad (de cierres y aperturas) es una característica
esencial de esta economía informal y versátil sobre todo en lo que atañe las exportaciones a
Argelia. La guía telefónica contiene en sus páginas amarillas la entrada «bazares» pero
incluye un espectro de comercios muy amplio, desde tiendas de disfraces y de “todo a 100”
a grandes almacenes, lo que tampoco corresponde con la realidad: la guía de 1998-99
contiene para todo el municipio 38 bazares, menos de los que se han contabilizado sólo en
unas cuantas calles del centro de la ciudad (mapa 1). No obstante es bastante revelador que
el número de bazares que vienen en la guía se haya duplicado durante la década de los años
1990 y que los nombres árabes de estos comercios hayan pasado de no existir en los años
1980, a ser una decena en 1998-99, una cuarta parte del total.
3.3. El comportamiento de los alicantinos
A pesar de su antigüedad y de la movilización que conlleva, la pervivencia de la
línea entre Orán y Alicante y la profusión de bazares no despiertan entre la gran
mayoría de los alicantinos un interés especial. En la actualidad son más de 150 los barcos
que anualmente vienen de Argelia, lo que representa para la ciudad y para su comercio un
flujo potencial de personas muy considerable que precisamente vienen a comprar. Sin
embargo fuera del reducido grupo de personas - en gran medida inmigradas - que trabajan
más o menos directamente con los argelinos, los alicantinos tienen poco contacto el barco y
con los bazares a los que por regla general prestan poca atención. Como ya se ha
mencionado esto se debe a que los españoles han dejado de viajar a Argelia y sobre todo a
un cierto rechazo latente en sectores de la población local hacia este barco argelino que sólo
parece traer problemas. Es bastante frecuente que a este nivel dominen los prejuicios y se
confunda a los comerciantes argelinos que transitan por Alicante con la difícil inmigración
de argelinos huidos de la crisis. El barco viene efectivamente acompañado «de cierta
12
polémica entre los representantes públicos sobre cuestiones de seguridad ciudadana»: la
aprensión, los pequeños incidentes y los delitos menores no dejan de alimentar los
estereotipos. Dos detalles recuperados pueden ilustrar el rechazo de ciertos sectores así
como la indiferencia general de los ciudadanos en todo lo que respecta al “barco de Orán”: a
principios de la década de los años 1990 la fuerte resistencia municipal hizo fracasar el
intento de crear una línea Alicante - Nador, que finalmente fue a Almería; por otra parte las
asociaciones de comerciantes del centro de la ciudad presionaron para que la estación
portuaria fuera trasladada a la lejana nueva zona portuaria de poniente, totalmente fuera del
casco urbano, lo que hubiera alterado por completo el tránsito de magrebíes por el centro de
la ciudad.
Los argelinos, tanto los que transitan por Alicante en verano como los transportistas
tienen una penetración bastante efímera en la ciudad, el uso que la mayoría de ellos hace
del tiempo y del espacio está generalmente restringido a algunas horas del día y a las zonas
próximas al puerto. Aunque se mueven bastante más por la ciudad la mayoría lo hace
durante las horas que vienen a comprar y por calles muy concretas del centro donde se
concentran los bazares, pensiones, bares y restaurantes a los que van casi siempre, en los
demás locales hay a veces un fuerte rechazo hacia ellos, especialmente palpable en las
pensiones y en los hostales donde “los paqueteros” - así les denominan algunos hosteleros no suelen ser tolerados por ser, como mínimo, “ruidosos”.
Parece que hay pues una segregación bastante clara del espacio cuyo caso más
paradigmático es el muelle de Levante, donde se ubica la estación portuaria. La cara interior
del muelle es de noche una de las zonas de ocio más activas de la ciudad, mientras que a
escasos metros, en la parte exterior, se encuentra la zona en la que durante el día los
argelinos esperan y por donde se mueven cuando van y vienen de la ciudad a la estación
portuaria.
CONCLUSIÓN
Alicante y Orán son los dos puertos que centralizan desde tiempo gran parte de
las relaciones entre España y Argelia. Con independencia de las situaciones políticas y
salvo en contadas excepciones, siempre ha existido un cierto movimiento entre ambas
ciudades. La situación actual es un buen ejemplo de ello: a pesar de la no-intervención de
las administraciones locales desde el final de la década de los años 1980 el movimiento
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de personas y de mercancías aumenta de año en año a través de la línea marítima que une
ambos países. Los dos aspectos principales de este movimiento son por una parte el
tránsito estival de inmigrados argelinos que ha aumentado mucho desde que en 1994 se
cerró la frontera entre Argelia y Marruecos, y por otra parte la presencia de transportistas
y comerciantes que vienen a Alicante a abastecerse de productos de consumo de todo
tipo para luego revenderlos en los circuitos informales de comercio argelinos.
La situación de inestabilidad que conoce Argelia desde hace más de una década
no ha permitido dar las garantías suficientes para la entrada de grandes empresas,
precisamente en los años en que Argelia liberalizaba su mercado, este hecho ha dejado un
espacio para el desarrollo extraordinario del comercio informal del que Alicante no es
más que uno de los centros de abastecimiento. Este hecho ha contribuido durante la
década de los años 1990 a una multiplicación de los bazares en un barrio muy debilitado
por las mutaciones urbanas. Es una situación que, según varios indicios, seguirá
aumentado a medida que se incremente la presencia magrebí y argelina en España y que
Francia - Marsella en particular - vaya cediendo parte de su protagonismo tradicional en
la emigración argelina y en este comercio transmediterráneo.
Sin embargo hay que señalar que al mismo tiempo se dan ciertas resistencias al
desarrollo de esta economía de bazares, una economía que genera un tipo de beneficios
que las autoridades portuarias y municipales no parecen querer, ni reconocer. Las
resistencias locales se ven reflejadas en la indiferencia de los ciudadanos y de los
administradores municipales en casi todo lo que concierne este movimiento y en las
orientaciones que se están tomando para el desarrollo de la ciudad, en concreto en la
revisión del Plan General de Ordenación Urbana prevista para 2001 en la que esta
economía de bazares no tendrá sin duda gran cabida. Tras todo ello tenemos la entrada
de grandes empresas que ya se empieza a vislumbrar y que de alguna manera tratará de
regular este comercio a su gusto.
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