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Transcript
OBSERVADOR
10 TEMAS | ELSÁBADO
27 DE DICIEMBRE DE 2008
>
PERSPECTIVAS 2009
f Barack Obama asumirá
la Presidencia de EEUU el
20 de enero. Impulsado
por un gran 2008, donde
hipnotizó al mundo con
su carisma y marcó el hito
de ser el primer negro en
alcanzar la Casa Blanca,
tendrá un duro año por
delante marcado por la
crisis y por dos guerras
POR PEDRO DUTOUR
DE LA REDACCIÓN DE EL OBSERVADOR
espués de un año increíble,
a Barack Obama le llegó la
hora de demostrar su talento y carisma desde el salón oval
de la Casa Blanca. El martes 20 de
enero asumirá la Presidencia de
Estados Unidos con una agenda
cargada de preocupaciones por la
crisis financiera global y las dos
guerras que hereda del impopular George W. Bush.
Obama comenzó a trabajar
fuerte ni bien pasaron las elecciones del 4 de noviembre que lo proclamaron ganador como el primer
presidente negro en la historia del
país. La transición para el demócrata no fue de descanso; la urgencia por arreglar entuertos no le
dio el tradicional break que se toman los mandatarios electores después de unos comicios.
Con la nación herida por los
problemas financieros, Obama debió nombrar de apuro a su equipo
económico para calmar los ánimos. A los tres días de ganarle al republicano John McCain, dio su primera conferencia de prensa como
mandatario electo y habló de la
economía.
Semana tras semana fue eligiendo a los miembros de su gabinete –entre los que se destacó la
elección de la ex primera dama Hillary Clinton como titular del Departamento de Estado– y reuniéndose con sus asesores económicos
para delinear los planes y detener
la crisis que, lejos de menguar, se
acentúa cada día.
Como meta inicial, Obama
quiere implementar un programa que genere tres
millones de empleos
(actualmente hay 10
millones de desempleados) y junto a sus
asesores pretende que
el programa de salvataje
de US$ 750.000 millones,
impulsado por el actual gobierno y aprobado en el Congreso, esté listo ni bien asuma la Presidencia. Ese dinero
consiste en ventajas fiscales, gastos en obras públicas, enseñanza, servicios médicos y subsidio de desempleo, informó
Bloomberg News.
El demócrata apoyó el plan
D
La hora de
la verdad
de Bush para salvar diferentes instituciones financieras, primero, y
la industria automotriz, después,
en la que General Motors y Chrysler estuvieron al borde de la quiebra. Obama prometió no olvidarse
de este sector fundamental para
la maquinaria económica de Estados Unidos.
El presidente electo tomará este problema de lleno, con esas empresas apenas sostenidas por el
préstamo de emergencia del gobierno
estadounidense
de
US$ 13.400 millones.
También se le pedirá hacer algo
para que el maltrecho Wall Street
vuelva a ser el referente financiero mundial.
Las guerras en Irak y Afganistán
serán otros problemas a resolver
para el nuevo presidente. Convencido de que las cosas van mejor
en tierras iraquíes –Obama desea
retirar las tropas en 16 meses–,
piensa cargar las tintas en Afganistán, donde la insurgencia, comandada por los talibanes, domina el 72% del territorio y existe un
significativo aumento de la violencia que las fuerzas de la OTAN
no han podido aplacar. Para muchos analistas, el giro hacia Afganistán llega demasiado tarde.
Pese a los problemas y al panorama negro que se presenta por
delante, Obama cuenta con una
credibilidad y popularidad que
trascienden las fronteras de Estados Unidos, nada que ver a lo que
inspira Bush y su gobierno en el
mundo. Obama tiene un amplio
crédito y estará en el presidente
electo el mantenerlo o hipotecarlo rápidamente. ●
Conflicto en
Medio Oriente
e Sin cumplir. Querían que 2008
fuera “el año de la paz” y que George
W. Bush pasara a la historia como el
presidente de EEUU que solucionó el
conflicto entre Israel y los palestinos
tras impulsar la cumbre de Annapolis
en noviembre de 2007. Pero el objetivo no se cumplió y Medio Oriente entra en 2009 rodeado de incógnitas.
e Favorito. En Israel habrá elecciones anticipadas en febrero y el favorito es el líder opositor y presidente
del derechista Likud, Benjamin Netanyahu, quien rechaza las negociaciones en su forma actual. La situación interna de los palestinos está
marcada por la incertidumbre. El
presidente Mahmoud Abbas no
consigue poner fin a su disputa con
la organización islamista Hamas.
e Más metido. Tanto Israel como
los palestinos instan a Barack Obama a implicarse desde el principio en
el proceso de paz.
OPINIÓN
POR MICHAEL SHIFTER (*)
Entre la
ansiedad y
la esperanza
El nuevo año en Estados Unidos será saludado con una
mezcla de profunda ansiedad
y gran esperanza.
Las malas noticias sobre la
economía continúan llegando. Primero fue el derrumbe
de la burbuja inmobiliaria.
Luego el sistema financiero y
Wall Street colapsaron; la misma suerte corrieron los créditos. Ahora los legisladores están hablando sobre un
salvataje desesperado para la
industria automotriz.
El desempleo aumentó. En
2009, la situación no hará
otra cosa sino empeorar. La
clase media sentirá el más
duro impacto económico desde los años de 1930.
Así y todo, aún hay esperanza. Barack Obama comenzará su Presidencia con un
respaldo sin precedentes. El
presidente electo es un atractivo líder político, seguro de sí
mismo y pragmático. El país
está mirando hacia él, además
de Washington, para encontrar soluciones.
Obama sabe que será juzgado por su habilidad para
sacar a Estados Unidos del
agujero económico. Sabe que
es la mejor cosa que puede
hacer para ayudar a revertir
el desplome global.
La gravedad de la crisis ha
reforzado el instinto de Obama de pensar en grande. Planea llevar a cabo un amplio
programa para generar empleos, proyectos de infraestructura, reforma del sistema de salud y una revolución
“verde”. El paquete de estímulo fiscal para disparar la
economía podría alcanzar el
US$ 1 billón. Existe un consenso bipartito en la agenda
y, por ahora, tiene pocas preocupaciones por los déficits.
En política exterior, Obama ha colocado un buen equipo para manejar la agenda
más desafiante de los últimos
60 años. Hay dos guerras en
curso, en Irak y Afganistán, y
muchos otros problemas en
Medio Oriente y en el sur asiático.
Las expectativas son altas
y hay mucho para hacer. Obama tendrá que fijar claramente sus prioridades y optar
por lo más importante.
Debería resistir la tentación de hace mucho de una
sola vez, una lección clave de
pasadas administraciones. (*)
Vicepresidente de Diálogo Interamericano, Washington.