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Transcript
El Mercosur: ¿Relaciones de
cooperación e interdependencia
económica asimétrica?
Resumen
.
Este trabajo se centra en la evolución económica y comercial que han encabezado en
los últimos años los países del Mercado Común del Sur (MERCOSUR). Esto como
parámetro al impulso de nuevos proyectos de integración que propicien el desarrollo
económico de los países latinoamericanos. Se retoma como marco explicativo las
teorías de la integración regional e Interdependencia.
Abstract
This work focuses on economic and trade developments that have accomplished in
recent years to the countries of the Southern Common Market (MERCOSUR). This as a
parameter to the promotion of new integration projects that promote economic
development in Latin America countries. It takes as explanatory framework theories of
regional integration and interdependence
1
El Mercosur: ¿Relaciones de cooperación e interdependencia económica asimétrica?
L
as últimas décadas del siglo XX y el despertar del siglo XXI, se han caracterizado por
el aceleramiento de diversas dinámicas, entre las que destacan las interrelaciones, que
permiten entre otras cosas, dinamismos económicos.
La fórmula pareció ser aceptada y aplicada, el modelo neoliberal de los 80´s se implantó y ejecutó
al pie de la letra por la mayoría de los países latinoamericanos; el Consenso de Washington1, los
condicionamientos estructurales del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, la creación
de la Organización Mundial del Comercio; los tratados y acuerdos comerciales; ¿multilateralismo?;
¿bilateralismo?; ¿regionalismo? ¿Cuál es la receta, dinámica o proceso correcto, que lleve o aporte
al crecimiento económico de un país?
Han llamado a todo este proceso de transformaciones, que ha cambiado nuestro sistema de
relaciones, globalización; y existen procesos que surgen en dirección paralela, a contracorriente, o
simplemente como consecuencia de ella y la han definido como
integración regional o
regionalización.
Esto supone; la unión de países de una región en un mismo ente, con el objetivo de acelerar el
crecimiento y desarrollo2 del área integrada (Carmago, 2000, pág. 72) y que converge como un
proceso que ha protagonizado con gran actividad y alcance en las últimas décadas.
Este trabajo se secciona en tres apartados, el primero busca vincular la integración económica con
las relaciones de dependencia e interdependencia que se pudieran estar generando en el Mercosur
con sus cuatro integrantes: Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.
Esto marca las pautas explicativas para el segundo apartado que explica a grandes rasgos el flujo,
crecimiento y destino de las exportaciones de cada uno de estos países; tratando de vincular el
grado de interdependencia o dependencia en el ámbito comercial.
1
Modelo que entró con vigor en la década de los 90´s y que pregonaba: “la apertura unilateral de la economía, la libre circulación de los capitales, el
achicamiento del Estado, la desregulación, la privatización de las empresas públicas, la búsqueda de la inversión extranjera directa y en
endeudamiento externos como forma de financiamiento de los déficits comerciales” (Lafferriere, 2000, pág. 3).
2
Desarrollo implicaría un análisis más profundo y estructural que ya está en la mesa de debate, pero nos quedamos en el ideal “Crecer, después,
distribuir”. “El desarrollo es un proceso complejo que comprende elementos biológicos, económicos, políticos y culturales que deben analizarse desde
una perspectiva sistémica” (Tortosa, 2011, pág. 2).
2
Un tercer apartado intenta describir
los principales mecanismos y estrategias en materia de
cooperación económica dentro del bloque Mercosur.
Integración Regional
En el contexto latinoamericano se desarrollaron diferentes esquemas de integración, que fueron
desde una simple unificación económica en cualquiera de sus rubros, hasta una integración más
compleja, que además de la económica, abarcará las dimensiones políticas y sociales (Rocha
Valencia, 2003:132).
El concepto de integración en sí mismo denota la “conjunción o unificación de varias partes o
entidades” pero en su sentido económico podría ser la de un “componente parcial de los flujos
comerciales y de capital en el plano internacional” (Filippo, 2001, pág. 13).
La integración regional puede ser comprendida como sinónimo de regionalización, según GuerraBorges (2002), que entiende este proceso como el recurso de “conjugar potencialidades”, es decir,
de unir fuerzas para hacer una especie de frente al desafío internacional un desafío bajo el nombre
de globalización.
Esta unión de potencialidades es lo que a través de las diversos proyectos de integración
latinoamericanas han tratado de hacer para conformar un “frente” a los desafíos de la globalización,
que individualmente sería más difícil; por lo menos ese es el estandarte discursivo que utilizan
quienes promueven la integración regional.
La regionalización hace referencia a procesos de vinculación de países, y puede ser el resultado
de diversos factores como la proximidad, las inversiones, el comercio, aspectos culturales o la
convergencia de las políticas.
En el diseño de proyectos de integración en la región latinoamericana más consistentes tal vez sea
necesario el aprovechamiento de las proximidades y características históricas y culturales que las
identifican.
Por ejemplo
Lourdes Regueiro (1995) propone desde el enfoque económico, que una región
mundial puede caracterizarse por los siguientes elementos a) “La proximidad geográfica; b) la
3
interdependencia existente, medida por los flujos internos de comercio, de inversión, migratorios y
tecnológicos; c) la existencia de cierto nivel de convergencia macroeconómica y por el potencial
existente para la formación de economías de escala, para lo cual son criterios definitorios el tamaño
de la población y, sobre todo, el ingreso percápita”. (Regueiro, 1995, pág. 87)
Por su parte Rosales Saldaña (2003), clasifica las etapas de la integración económica desde la
reducción arancelaria en un área geográfica hasta la unificación monetaria de las economías 3,
entendiendo a cada nivel, como una modalidad más compleja e integral de integración.
Para Balassa (1979) la integración “es un proceso que incluye varias medidas para abolir la
discriminación entre unidades económicas” (Balassa, 1980, pág. 35) como un “prototipo ideal” y
hasta discursivo a alcanzar.
En este trabajo se cree que la integración no implica que los intereses regionales puedan
sobreponerse a los intereses nacionales, sin embargo en la medida que se apuesta por la
integración, también se favorece a una visión más integral del desarrollo económico.
Alfredo de la Lama y Marcelo del Castillo (2008) responden ante el cuestionamiento de si la
competencia económica global es producto de los free marquets o de los bloques económicos,
concluyendo que “se asiste a una reparación de políticas proteccionistas entre los diferentes
bloques económicos, incluso impulsadas por el mismo EEUU adalid del programa neoliberal”
(Estay, 2008, pág. 38).
Es decir, la integración económica no evita las implicaciones hegemónicas de reafirmación del
modelo económico neoliberal, prueba de ello lo encontramos en tratados o áreas de libre comercio
(como el TLCAN) donde se prioriza la libertad comercial y sus subyacentes ante programas o
acuerdos que impliquen la movilidad de mano de obra4 o capitales, medio ambiente sustentable,
educación, erradicación de la pobreza etc.
3
i) “Áreas preferenciales, en la que los países acuerdan ciertos derechos arancelarios y ventajas preferenciales.
ii) Zonas de libre comercio, cuando dos o más países eliminan entre sí las trabas al comercio de mercancías, inversiones y/o servicios, pero mantienen
su autonomía ante terceros.
iii) Unión aduanera, que implica la adopción de un arancel externo común y que al menos en el terreno arancelario actúa como unidad frente al resto del
mundo. Se ve a este tipo de unión como la forma perfecta de integración ya que paralelamente se tienen que armonizar otros elementos como el
sistema monetario, fiscal y el transporte.
iv) Mercado Común, que se forma cuando una unión aduanera asume también la libre circulación de factores productivos, capital y trabajo dentro del
área integrada.
v) La armonización de políticas micro y macroeconómicas, así como la adopción de una moneda única. Integración con fuertes implicaciones políticas
por la cesión de soberanía” (Rosales Saldaña, 2003, pág. 221).
4
Que según Estay (2008) contradice un principio básico del mercado libre: la libertad de mano de obra (Estay, 2008, pág. 42)
4
Incluso, algunos esquemas de integración latinoamericana están permeados del modelo de
mercado, priorizando la movilidad de mercancías y capitales ante la movilidad de factores humanos
o la creación de políticas y programas de corte más educacional, cultural y ambiental. Sin embargo
también se han propuesto desde una visión más integral y con características más allá de una
integración económica-comercial.
Rosales Saldaña (2003) distingue la integración regional vertical como alternativa a la
regionalización horizontal.
En la primera clasificación se identificarían los casos de las economías pequeñas que se asocian
con otras grandes potencias para evitar quedar marginadas y beneficierse del flujo de capitales,
tecnologías y mercados. Como lo ejemplifica el Tratado de Libre Comercio norteamericano o el
fallido proyecto de Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA); en la segunda, estarían los
proyectos que asocian a economías menos asimétricas, como los mercados conformados por el
MERCOSUR y la Comunidad Andina, que responden
a visiones distintas y en oposición al
verticalismo norteamericano.
En América Latina estos procesos de integración se han venido gestando desde el siglo pasado
bajo tendencias de desarrollo y dependencia tras el ejemplo europeo.
En una primera etapa, se buscaba construir la región con un enfoque hacia adentro
bajo el
esquema cepalista de Raúl Prebisch y su modelo sustitutivo de exportaciones, para compensar la
debilidad de las economías periféricas (Valencia, 2003, pág. 135). Ejemplos de ello, la Asociación
Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) años después convertida en la Asociación
Latinoamericana de Integración (ALADI); el Pacto Andino o incluso el mismo Mercado Común
Centroamericano (MCC) (José Briceño Ruíz, 2006) .
Ya en un segundo periodo desde finales de los ochenta y principios de los noventa los procesos de
integración se ven fuertemente influenciados por las tendencias neoliberales y globalizadoras o
conocido desde el enfoque latinoamericano como Regionalismo Abierto (Valencia, 2003, pág. 148)
donde se crean, reestructuran y consolidan diversos acuerdos, aunque en muchas ocasiones bajo
una heterogeneidad de economías independiente de la identidad cultural y la aparente afinidad de
intereses lo que propicia disgregación subregional y nacional. (Coronado, 2001, pág. 49).
Interdependencia
5
Entendiendo la dinámica mundial y globalizada como un fenómeno que ha provocado que los
habitantes y naciones del mundo sean más interdependientes entre sí y cuyas mediciones pueden
ser los flujos globales del comercio, la inversión y el capital, así como la degradación inherente del
ecosistema (Lodge, 1996, pág. 6) nos centramos en la idea de las evidentes relaciones económicas
y comerciales que los países han venido encabezando en la búsqueda de acuerdos, mitigan o
incrementan el grado de vulnerabilidad y sensibilidad en su relación con países externos a los
países firmantes o incluso al interior de los que lo conforman.
En la búsqueda de la relación entre los procesos de integración ya antes definidos y mencionados,
con la interdependencia que puede generarse en un proceso de integración; retomamos los escritos
de Keohane y Nye (2009) sobre interdependencia, que estructuraron en el ámbito de las relaciones
internacionales un tipo ideal en contraposición a la teoría realista. Afirmando que entre países
existen costos y efectos recíprocos en los intercambios aunque no necesariamente simétricos esto,
denominado como interdependencia (Keohane, 2005, pág. 102). Esta tesis de asimetría es la que
creemos plausible en el marco de integración del Mercosur, sin dejar de reconocer su amplitud e
importancia tomada en los últimos años.
Desde la dimensión económica el incremento del nivel de interdependencia, es definida como “el
grado de influencia de una economía respecto a otra” (CEI, 2005). Bajo esta visión, entonces la
integración económica regional dependiendo de su escala de integración como zona de libre
comercio, unión aduanera, mercado común y unión monetaria; es generadora de distintos grados
de interdependencia entre los países que conforman el acuerdo.
Los postulados tanto de interdependencia como de integración en la dimensión económicacomercial, pueden crear dinámicas de dependencia mutua y cuyos costos y beneficios no tienen
que ser ni iguales ni similares, como se evidenciará mediante el análisis de la variable comercial.
Así, el establecimiento de una unión puede llegar a fomentar el desarrollo económico gracias al
incremento del poder de negociación que pueden tener los países y de esta manera reducir la
vulnerabilidad externa de sus miembros; “la integración se planea para mitigar las fluctuaciones
cíclicas e incrementar el crecimiento del ingreso nacional” (Balassa, 1980, pág. 6).
En términos generales, se dice que existe interdependencia económica cuando entre dos países o
agrupaciones, las políticas aplicadas tienen repercusiones sobre las economías de ambas partes y
cuando “los resultados económicos en un determinado país son función no sólo de sus políticas
6
nacionales, sino también de factores externos determinados en el ámbito de las políticas internas
de los principales socios” (CEPAL, 1992)
Comercio y Mercosur
Entre la gama de esquemas de integración que se dieron en Latinoamérica está el Mercado Común
del Sur (MERCOSUR), que fue concebido por algunos analistas como un “mecanismo para
continuar en el nivel regional la estrategia de sustitución de importaciones” (José Briceño Ruíz,
2006, pág. 80).
La convergencia del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) tiene sus antecedentes en 1991 con la
firma del Tratado de Asunción donde cuatro países La República Argentina, la República Federativa
de Brasil, la República del Paraguay y la República Oriental del Uruguay en la que acordaron: i) “la
libre circulación de bienes, servicios y factores productivos; ii) el establecimiento de un Arancel
Externo Común (AEC) y la adopción de una política comercial común; iii) la coordinación de
políticas macroeconómicas y sectoriales; y iv) la armonización de legislaciones en las áreas
pertinentes” (Mercosur, 2011).
La idea que se planteó en un principio era el establecer un área de mercado común y fundaron su
institucionalización a través del protocolo de Ouro Preto (1995) mismo año en que se creó el
Arancel Externo Común (AEC) para los países que no forman parte del acuerdo donde se
encuentran el 85% del total de los productos. El 15% restante son productos sujetos al régimen de
excepciones de la AEC y los bienes del régimen de adecuación final; bienes de capital, informática
y telecomunicaciones y bienes sujetos a políticas comerciales especiales. 5
Así el origen Mercosur se dio bajo la idea de regionalismo abierto, es decir; la “liberalización
comercial en un marco de interdependencia generado por la integración económica” (Eugenia,
2010, pág. 7).
La propuesta establecida a partir de la firma de este tratado fue la puesta en marcha de una unión
aduanera; que algunos autores definen como Unión Aduanera Imperfecta ya que se establecieron
excepciones al tráfico de bienes y servicios (Saldaña, 1997, pág. 249).
El arancel externo común iría desde 0% hasta 20% con un promedio del 14% y los productos que
quedaron excluidos desde un principio son los productos del sector azucarero y las mercaderías
5
En este apartado se encuentran contemplados las industrias azucareras la textil y automotriz (Sitio Oficial del Mercosur).
7
originadas en las zonas francas (Saldaña, 1997, pág. 257).Estas excepciones que de alguna
manera fijan trabas e intereses unilaterales.
En este sentido, la medición de algunos flujos comerciales intrarregional, puede servir en la
búsqueda de algunas causales que definan las relaciones de interdependencia que se han forjado
entre estas naciones a partir de su proceso de integración.
El comercio es entendido por algunos autores, como elemento primordial para determinar el grado
de interrelación; como así se asegura en el estudio realizado por el Centro de Economía
Internacional
considerando
tres
elementos
que
constituyen
las
principales
fuentes
de
interdependencia: i) el comercio,; ii) flujos de capitales internacionales,; y iii) tipo de cambio real
(CEI, 2005, pág. 7)
Para objeto de este análisis se tiene que establecer, bajo algunos parámetros de medición, que las
cuatro naciones que conforman el Mercosur distan de ser economías similares. Lo que se intenta
en este apartado es hacer un acercamiento al posicionamiento y representación que estos países
tienen en la región, tomando en consideración el flujo y crecimiento de las exportaciones en los
últimos cinco años, sin desconsiderar las características de los principales productos que se están
exportando y hacía dónde van dirigidos; para llegar a una conclusión que nos permita determinar el
nivel de interdependencia que tienen estos países en la región.
Cabe señalar que aunque este análisis puede pensarse como sesgado y limitado ante la única y
exclusiva medición de un aspecto comercial; nos brinda un panorama general de las relaciones
económicas entre los integrantes del Mercosur, sin embargo no se desvalora la limitación de este
análisis y la necesidad de elaborar futuros estudios que contemplen más a profundidad esas
relaciones de interdependencia que se están forjando en el cono sur. De cualquier forma se
intentará examinar algunos aspectos comerciales sentando algunas de las bases para el objetivo
que se persigue en este trabajo.
El siguiente cuadro (tabla 1) nos muestra la evolución del Producto Interno Bruto (PIB) en los
últimos cinco años, así como el número de habitantes al 2010 y lo correspondiente al PIB per cápita
en ese mismo año.
Tabla 1. Producto Interno Bruto y Per cápita de los miembros del Mercosur
Población en millones de habitantes
8
PIB en Millones de dólares corrientes
PIB per cápita en dólares corrientes
País
Población
PIB
PIB
PIB
PIB
PIB
PIB
PIB per cápita
2005
2006
2007
2008
2009
2010
(2010)
Paraguay
6.5
7,505
9,289
12,260
16,874
14,255
17,628
2,733
Uruguay
3.4
17,478
19,810
23,953
31,178
31,528
40,577
12,089
Argentina
40.5
Brasil
193.3
8,493
881,753
1,089,300
1,366,220
1,635,521
1,574,039
1,910,495
9,886
Fuente: Elaboración propia con datos del Centro de Estudios Internacionales (CEI) y el Sistema de Informaciones de
Comercio Exterior (SICE) de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI)
Se puede observar que la economía brasileña en términos del PIB es la más fuerte de la región,
siguiéndole la de Argentina, Uruguay y en último lugar la de Paraguay. Sin embargo el PIB per
cápita más alto en la región es el de Uruguay; entendiendo que la densidad poblacional de este
país es bastante baja, incluso por debajo de la de Paraguay.
En esta misma tabla, se percibe que en los últimos cinco años ha habido un crecimiento del PIB en
todos los casos. Estos datos servirán como base para hacer la relación con los siguientes cuadros
en relación con las exportaciones.
La tabla 2, nos indica el total de exportaciones de cada uno de los países en los últimos cinco años,
en la que hubo un crecimiento progresivo en todos los casos a excepción del 2009 en la que se
refleja una caída en el flujo de las exportaciones expresadas en dólares y que puede ser explicada
por la “relativa intensidad que la crisis internacional ha tenido hasta el presente sobre los países del
Mercosur” (Jorge Lucángeli, 2009, pág. 39)
Tabla 2. Total de Comercio Exterior
Exportaciones 2005-2010
Montos expresados en miles de dólares FOB
Año
Argentina
2005
39,737,805
2006
45,756,509
2007
55,025,174
2008
68,590,962
2009
54,775,025
2010
66,893,204
Brasil
116,127,986
134,853,690
157,265,358
193,120,771
150,198,461
198,864,982
Uruguay
3,402,373
3,978,114
4,512,547
5,946,872
5,383,065
6,739,669
9
Paraguay
1,808,996
1,903,530
2,730,951
4,383,473
4,553,879
4,531,210
Fuente: Elaboración propia con datos de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI)
Si tomamos los datos más vigentes de la tabla 2 se puede destacar una diferenciación exponencial
sobre todo entre Uruguay en comparación con Brasil con respecto al nivel de exportaciones totales
en los últimos años. Argentina por ejemplo creció un 63% en sus exportaciones del 2000 al 2010;
Uruguay en un 193%; Paraguay en un 425% y por su parte Brasil en 268%; lo que nos habla de una
notable asimetría comercial entre ellos.
Ahora bien, en el análisis de cuál es el principal destino de las exportaciones de estos países, para
una medición a grosso modo del grado de interdependencia de las exportaciones de cada uno de
estos países intrarregional. Para ello se elaboró un cuadro donde se concentra el monto de las
exportaciones entre los socios del Mercosur al 2010. En ella es notable el fuerte flujo comercial
entre Brasil y Argentina siendo el más importante, las exportaciones de Brasil hacía este país.
Tabla 3. Diversificación de las Exportaciones
Montos expresados en millones de dólares FOB
Exportaciones 2010
País
Brasil
Argentina
Uruguay
Paraguay
660
538
995
Uruguay
1,422
570
Argentina
14,419
Brasil
18,523
Paraguay
157
1,551
1,154
1,531
2,548
10
Fuente: Elaboración propia con información Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) y Centro de Estudios Internacionales (CEI)
Sin embargo si hacemos el análisis de la representación porcentual del destino de sus
exportaciones con respecto al total de ellas, podemos ver (considerando que esto depende en gran
medida del tamaño de las economías) que el mayor porcentaje intrarregional lo tiene Paraguay con
casi la mitad del total de sus exportaciones destinadas al bloque, siguiéndole Uruguay. Para Brasil
esto solo representa el 11% del total de sus exportaciones. El destino principal de los productos
paraguayos son hacía Uruguay y en segundo término Brasil.
Tabla 4. Representación % del total de las exportaciones al 2010 a cada uno de los países del Mercosur
Total
Brasil
Argentina
Uruguay
Paraguay
Mercosur
Paraguay
14%
11%
Uruguay
21%
8.5%
Argentina
21%
Brasil
21%
9.3%
48%
2.3%
31%
2.3%
1.7%
25%
.7%
1.2%
11%
Fuente: Elaboración propia con base a los datos de la tabla 1 y 2
Tabla 5. Valor de las exportaciones sobre el PIB
PIB en Millones de dólares corrientes
2005
2006
2007
2008
2009
2010
Exp
22.5
20.5
23.0
26.5
22.4
25.7
Imp
43.3
56.5
45.2
50.4
45.6
53.3
19.6
20.1
18.8
19.1
17.1
16.6
22.2
24.3
23.5
29.1
21.9
21.2
Exp
22.0
21.7
21.3
21.3
18.0
19.8
Imp.
15.7
15.9
17.0
17.5
12.5
16.4
13.4
12.7
11.8
12.1
9.7
10.6
8.3
8.4
8.8
10.6
8.1
9.5
País
Paraguay
Uruguay
Argentina
Brasil
Fuente: Elaboración propia con información del Centro de Estudios Internacionales (CEI)
La tabla 5 contempla el valor de las exportaciones en el PIB desde el 2005 hasta el 2010 en el que
se evidencia un fuerte déficit en la balanza comercial de Paraguay y Uruguay en todos los años. No
siendo así para Argentina y en menor medida para Brasil, quienes muestran un superávit en su
balanza.
11
Y finalmente la tabla 6 que muestra la evolución de las exportaciones dentro del bloque y hacía el
resto del mundo, en cuyos datos podemos ver un incremento en los últimos cinco años en el interior
como al exterior. Es importante destacar que las exportaciones hacia el exterior del Mercosur
representan una suma importante con respecto a las exportaciones totales, tomando en cuenta que
buena parte de esas exportaciones emanan de Brasil.
Tabla 4. Evolución de las exportaciones intra Mercosur
Tomando como parámetro solo el año 2010 del monto de las exportaciones
Millones de dólares
Exp.
Intra Mercosur
2005
2006
2007
2008
2009
2010
21,108
25,750
32,429
41,565
32,714
43,902
142,697
164,499
191,531
236,807
184,526
237,413
163,805
190,249
223,960
278,372
217,240
281,315
Exp. Resto del Mundo
Exp. Totales
Fuente: Centro de Estudios Internacionales (CEI)
Habiendo analizado el flujo, representación y destino de las exportaciones, resulta
importante
señalar algunas de las características de los productos que se exportan. Por ejemplo, las
exportaciones argentinas al bloque de productos alimenticios ha disminuido, aumentado el volumen
de las exportaciones de manufacturas; las exportaciones de Brasil son manufacturas seguidas de
minerales y metales, mientras que Paraguay y Uruguay exportan tanto al Mercosur como al resto
del mundo principalmente productos alimenticios (CEI, 2005, pág. 23). Lo que nos da un panorama
del nivel de industrialización de estos países, siendo Paraguay y Uruguay
exportadores de
productos primarios y Argentina y Brasil de productos con mayor valor agregado.
En definitiva las exportaciones y el comercio intrarregional en el Mercosur desde 1992 ha ido en
incremento, no solo con los datos de los últimos cinco años aquí recolectados; sino ya desde 1995
de los US$18.398 millones a los US$19.921 millones en 1999 hasta los US$289 201 en 2006
(Integración, Comercio y Ambiente en el Mercosur, 2008).
Hemos visto como la economía de la región ha intensificado las relaciones comerciales que se
fijaron en el acuerdo marco, pero que sin embargo son evidencia de una disparidad económica
entre los países que lo conforman.
12
Brasil representa más de un 70% del territorio, alberga casi un 80% de la población y genera un
73% del PIB de la región (Terra, 2008, pág. 2); Tenemos tres economías, Argentina, Paraguay y
Uruguay, que dependen potencialmente del mercado brasileño y al comercio en intrarregional; dos
países, Uruguay y Paraguay, con un déficit en su balanza comercial y en sí, una fuerte dependencia
de sus economías a las exportaciones.
Esto nos lleva a deducir que las relaciones de interdependencia económica en el ámbito comercial
son completamente asimétricas y dispares y que se tendría que evolucionar a una restructuración
que implicará el desarrollo homogéneo de las cuatro economías, pero esto implicaría restarle poder
hegemónico regional a Brasil, asunto que no sería tan fácil de llevar a cabo. Prueba de ello son los
mecanismos y programas de cooperación económica que en el marco del Mercosur se han
implementado y que se mencionan en el siguiente apartado y que distan de una real y tangible
coordinación para el incremento solidario de sus economías.
Conclusión
Hay quienes afirman que una “mayor integración crea las condiciones para una mejor cooperación y
una mejor cooperación fortalece la integración” (Quiroga, 2010, pág. 26). El mayor avance de
cooperación al interior del Mercosur no se ha dado ni en aspectos estratégico-militares, financieros
o ambientales; se ha dado precisamente, en el ámbito económico y más sesgadamente en el
aspecto comercial con el desvanecimiento de barreras arancelarias y el establecimiento de un
arancel externo común, lo que no precisamente se ha visto reflejado es en planes sustanciales y
sólidos que advengan a una mayor integración.
Desde antes de la conformación del Mercosur, existían iniciativas de cooperación y coordinación
económica que llevaron a concretar algunos convenios y dar los primeros pasos de
institucionalización bajo la “estrategia de acuerdos intersectoriales de la visión desarrollista” 6.Pero
esto quedó soslayado ante la posición ideológica de los nuevos gobiernos de aquel entonces, que
adoptaron el modelo neoliberal y abandonaron el desarrollo sectorial por estrategia de eliminación
6
Como el convenio Argentino-Uruguayo de Cooperación Económica (CAUSE) llevada a cabo mediante el Consejo Ministerial de Coordinación y
Consulta; o el Programa de Integración y Cooperación Económica (1986) que dio en la relación bilateral y que se estructuró en torno a la negociación
de acuerdos sectoriales desde la producción agrícola a hasta los bienes de capital, incluyendo las finanzas, las industrias del hierro y el acero, nuclear
y automotriz, así como la cooperación tecnológica. En 1988 el Tratado de Integración, Cooperación y Desarrollo entre Argentina y Brasil (José
Briceño Ruíz, 2006, pág. 22).
13
lineal de aranceles que resultaba mucho más simple en su aplicación que la armonización y
coordinación de políticas industriales y comerciales (Eugenia, 2010, pág. 6).
La misma creación del acuerdo del Mercosur llevaba la firme intención de incrementar la
competitividad y la cooperación de los países participantes de tal manera que llevarán a su
creciente desarrollo económico.
Los esquemas de integración regional se han asociado precisamente a estrategias de desarrollo y
como la instrumentación para esa cooperación económica; en el caso de los países que integran el
Mercosur faltaría mucho por hacer en este tema, sin menospreciar las buenas intenciones
proyectadas a través de estos programas antes mencionados por lograrlas.
Esto de ninguna manera implica que esas relaciones sean equitativas y benéficas para los países
que están participando en esta dinámica. Se ha visualizado como existe una relación de
interdependencia asimétrica entre los cuatros países, es decir, existe una mayor dependencia
económica (por lo menos en este ámbito) para Uruguay y Paraguay con un alto flujo comercial
hacía la región y es especial hacía Brasil; que han denotado un menor crecimiento económico en
términos de su PIB en los últimos años; países con una menor extensión territorial y poblacional y
que actualmente realizan las menores aportaciones económicas al bloque (como el caso del
FOCEM).
Esto no significa que el proyecto en sí mismo sea o visualice un fracaso rotundo; al contrario, aun
con esas asimetrías y disparidades sobre todo económicas, el Mercosur se ha vuelto un proyecto
relevante que incluso pueda dar pie a la consolidación de esquemas de integración que impliquen la
participación de más países del cono sur y que se vean reflejados en el impulso de otros proyectos
tales como la Unión Sudamericana de Naciones (UNASUR) o Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
De cualquier forma es clara la potencialidad de Brasil en la región, que evidencia su control y
notado liderazgo del bloque; esa potencialidad lleva implicado el sesgo y vulnerabilidad de los
países más pequeños como Paraguay y Uruguay, que pueden ver al proyecto del Mercosur como
plataforma de proyección al exterior o como una de las pocas alternativas para su desarrollo
económico, mientras que Argentina pero sobre todo Brasil van generando toda un posicionamiento
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desde el Mercosur, pero también en su rol regional sudamericano, e inclusive Brasil líder, con una
proyección importante en el contexto internacional.
La demostración comercial analizada en este trabajo, es solo un panorama de esa importante
diferenciación en la dinámica y rol de los países que conforman el Mercosur, y que además es
símbolo de lo que conocemos como relaciones interdependendientes asimétricas, en el contexto de
un proceso de integración que fue planeado en la búsqueda (por lo menos de jure) del desarrollo
económico de los países que lo conformarían.
Sin embargo tras el ejemplo de la crisis económica que se vive en Europa o el mismo
estancamiento de este proyecto en miras de concretar el mercado común o tal vez las mismas
asimetrías económicas y desacuerdos políticos; exijan el replanteamiento y la búsqueda de nuevas
estrategias con proyecciones más integrales y en el esquema de una cooperación horizontal más
evidenciable.
Aluden algunos analistas que el costo de la credibilidad constituye quizás el peor problema con el
que pueden tropezar los países miembros en su proceso de integración económica; y como “poner
en marcha un plan de integración como el Mercosur y otros claros ejemplos, es más fácil que
mantenerlo” (Paíva & Gazel, 2001).
El interés nacional sigue preponderando ante los regionales, sin embargo en esa búsqueda del
propio interés es posible ceder recursos, tiempo y disposición en la búsqueda de interés colectivo
que a largo plazo lleve a un mayor beneficio que si no se hubiera cooperado.
Finalmente hay fuertes razones identitarias en la región que pueden llegar a consolidar proyectos
interesantes con protagonismo internacional. Pero queda claro que esto no podrá lograrse mientras
las diferencias entre uno y otro país sean tan divergentes.
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