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Almuerzo-coloquio con Carlos Da Silva
Costa, Gobernador del Banco de
Portugal
GoldenSpain
13 Febrero 2016
El pasado 28 de enero de 2016, la Cámara Hispano Portuguesa (CHP) celebraba su primer Almuerzo-Coloquio de
2016. Las primeras palabras de su presidente, António Calçada de Sá, fueron para agradecer la presencia del medio
centenar de asistentes al primer almuerzo del año y a los representantes de Banco Caixa Geral, patrocinador del acto
en el que fue orador invitado D. Carlos da Silva Costa, Gobernador del Banco de Portugal desde junio de 2010, al
que acompañaba su correspondiente en España, Luis María Linde.
“Pero antes de presentar a nuestro invitado, me gustaría transmitir unas breves notas de lo que pensamos en esta CHP
al servicio de nuestras empresas y de nuestros países, cuyas relaciones viven un momento dulce y excelente”.
Transcurridos casi dos años del rescate, “todo indica –afirmó el Presidente– que Portugal ha recuperado y regresado
a la senda de la recuperación. Podemos decir que el sistema financiero portugués está viviendo un proceso de
recuperación, lo que se manifiesta también en la apuesta que hacen las empresas españolas que han invertido en
Portugal. Son países hermanos y España será siempre un mercado prioritario para el proceso que nosotros
contemplamos tan esencial como es el de la internacionalización”.
Calçada de Sá alertó de que empezábamos un año del que se espera la consolidación de nuestras dos economías en
un ciclo de crecimiento y rogó por que se recuperara la actividad gradual de la economía gracias en parte a las
exportaciones y en parte también a la demanda interna. “España –recordó– sigue siendo el principal cliente y principal
proveedor de Portugal, por encima de países como Francia, Italia, Alemania, Bélgica o Japón. También esperamos
que la economía se consolide en España gracias al crecimiento de la demanda interna, el consumo privado, las
perspectivas positivas del mercado de trabajo, el crecimiento e inversión de las empresas, y el incremento de las
exportaciones. Ambas economías se ven favorecidas, además, por la reducción del precio del petróleo y la mejora de
las economías desarrolladas de la Unión Europea”.
En este escenario que es sin duda positivo y que debe traer mayor confianza, aludió el Presidente de la CHP cierto
riesgo para ambos países “que tiene mucho que ver con la globalización, las economías emergentes como la de China
y otros elementos de origen interno, como la incertidumbre que generan los cambios políticos y regulatorios, a los que
son extraordinariamente sensibles las empresas. Y, por otro lado, un factor clave: la necesidad de mantener un control
riguroso de las finanzas públicas”.
“Desde esta Cámara de Comercio –concluyó su Presidente– pensamos que hay que trabajar para mejorar la
productividad, la innovación y el capital humano de las empresas. Aprovechando la presencia de los dos Gobernadores,
queremos pedirles que tengan en cuenta nuestras necesidades y que sus decisiones sirvan para facilitar el acceso a
la financiación para realizar las inversiones necesarias y para que la actividad diaria nos permita seguir creciendo y
garantizarnos la continuidad de nuestras empresas. Para conseguirlo, tenemos que aprovechar el potencial que
España y Portugal tienen juntas, con acceso global a un mercado potencial que supera los 1.200 millones de
consumidores; todo ello unido a las más de 24.000 empresas luso-españolas, que convierten a la península ibérica en
una de las regiones más atractivas para la inversión extranjera”.
“En conclusión: como terminamos siempre diciendo, España y Portugal son juntas mucho más fuertes en Europa y
mucho más fuertes en el mundo”.
Palabras de Carlos Silva da Costa
El curriculum de Carlos Silva da Costa es lardo e intenso. Gobernador del Banco de Portugal desde 2010 es Licenciado
en Economía por la Universidad de Oporto, y ha sido sucesivamente Vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones
(BEI), Consejero Delegado de Caixa Geral de Depósitos, Director General de Millenium BCP, Miembro del Consejo de
Administración de Euro Banking Association, Jefe del Gabinete del Comisario Europeo João de Deus Pinheiro,
Coordinador para Asunbtos Económicos y Financieros de la Representación Permanente Portuguesa en Bruselas.
Académicamente, ha sido Catedrático invitado de la Universidad Católica de Oporto y de la Universidad de Aveiro, y
Presidente del Consejo Consultivo de la Universidad Católica de Oporto. Ha sido condecorado como Gran Oficial de la
Orden del Infante D. Henrique, una de las mayores distinciones de Portugal.
Carlos Silva da Costa empezó apostando en su disertación por una integración ibérica más intensa a través de una
mayor cooperación entre ambos países, cosa que se ha de conseguir tras la superación de esta crisis generalizada.
“Aún nos quedan muchos retos”, dijo el gobernador sobre la coyuntura económica general, y agregó que es necesario
“evitar caer en la tentación de pensar que ya hemos salido de la crisis”. Según el Gobernador, todas las economías,
sobre todo las del sur de Europa, tienen problemas, “pero hay que hacer ajustes que nos den margen de maniobra
desde el punto de vista fiscal y de la competitividad. Nuestras economías tienen un desempleo enorme, lo que supone
un problema social y político muy grave”, lamentó. Lo grave es que no habíamos entendido que nos enfretamos a una
nueva situación. “ En el pasado todo era más simple: teniendo equilibrada la balanza de pagos, no había mayores
problemas. Ese mundo ha acabado. Y no lo habíamos tenido en cuenta. Ahora hay que afrontar las restricciones, hay
que ajustar y recuperar el equilibrio. Y si hay endeudamiento, la primera víctim será la banca.
El Gobernador del Banco de Portugal, Carlos da Silva Costa, afirmó que el sector financiero español cuenta con
“excelentes actores” y se mostró confiado en que los países de la península Ibérica “tengan un papel importante” en el
proceso de consolidación bancaria europea, en el que habrá una reducción “importante” en el número de grandes
entidades financieras en los próximos años. En este contexto, explicó que será trascedente “de dónde vendrán los
movimientos, si de Este a Oeste o de Oeste a Este”, porque el lugar donde comiencen tendrá ventajas. “Espero que
Iberia tenga un papel importante”, agregó.
Respecto a la crisis financiera, Costa aseguró que es fundamental aprender de los errores del pasado y comentó que
“la gente que trabajaba en los bancos pensaba en el presente y no en el futuro”, que no se calibraban bien los riesgos
y no se generaban las provisiones necesarias, algo que ahora ha cambiado. “Hay que seguir con el equilibrio presupuestario; que se deben de aprovechar las actuales condiciones de bajos tipos; que el ahorro hay que utilizarlo para la
inversión productiva y en ningún caso para financiar gastos corrientes”. El sistema financiero ha de volver, subrayó, “a
tener la rentabilidad necesaria para llevarse bien con el mercado, dejar de lado los créditos fallidos y una buena gestión
de riesgo y de tipos de interés”.
Hay varios impactos capitales: el desarrollo sostenible, la estabilidad financiera y la competitividad, y siempre con un
cuadro institucional competente. “Siempre que subestimamos el riesgo, tenemos un problema en el futuro”, aseguró.
“La política monetaria está haciendo lo que debe hacer. El problema es no aprender de los errores cometidos”.
Da Silva Costa se refirió también, como cabía esperar, a la Unión Bancaria. “La Unión Bancaria –dijo– es incompleta,
por lo que hay que dar un paso más basada en la unión. “Tenemos que tener mecanismos de asistencia mutua
financiera basados en el buen comportamiento de los países. Pero si hay alguno que no es virtuoso, no debemos
expulsarle, sino rescartalarle y reintegrarle al grupo. “No hay solidaridad sin responsabilidad, subrayó. No es posible
pedir Pingus para que lo pague otro. Los que deciden tienen que ser legitimados y dar la cara, asegurar las decisiones
que tomen otros”. Los bancos tienen que promover instituciones fuertes, asegurar la estabilidad financiera, pensar en
la seguridad de los depositantes y confianza, confianza, confianza...”
“Los bancos hacen un papel ingrato, pero necesario: decir lo malo cuando todo el mundo se muestra eufórico. Tenemos
que contar con un Banco Central muy activo que anticipe los problemas y consiga la distribución de rendimientos entre
obreros y empresarios. Queremos entidades eficientes –concluyó– para dar financiación a empresas y clientes. El
pasado no vuelve más, hay que pensar en el futuro”.