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MODELOS CGE INTERREGIONALES: UNA REVISIÓN DE LA
LITERATURA
APLICADA
A
LA
FISCALIDAD
Y
AL
MEDIOAMBIENTE
Nuria Corrales Dios
[email protected]
Julián Ramajo Hernández
[email protected]
Departamento: ECONOMÍA
Universidad: UNIVERSIDAD DE EXTREMADURA
Área Temática: ECONOMETRÍA ESPACIAL Y MÉTODOS DE ANÁLISIS REGIONAL
Resumen: En las últimas décadas la utilización de los modelos de equilibrio general
computacional (CGE) o aplicado (AGE) se ha incrementado notablemente como
herramienta para evaluar los efectos de un shock de política económica. Son muchos los
campos de aplicación de esta metodología, pero diferente es la perspectiva temporal
(estática y dinámica) y la dimensión espacial considerada en el mismo (global, nacional,
regional e interregional). Sin embargo, no es hasta hace unos años cuando se ha
acrecentado el interés por la utilización de estos modelos en un marco geográfico
interregional. Ante este hecho, resulta necesario realizar una clasificación de las
principales aportaciones en función de la tipología del modelo (estático vs. dinámico;
top-down vs. bottom-up), de las simulaciones llevadas a cabo y de los efectos de las
mismas. El objetivo de este trabajo es realizar una revisión y clasificación de la
literatura más reciente sobre las aplicaciones de los modelos CGE interregionales
principalmente en el ámbito de las políticas de tipo fiscal y medioambiental, así como
las interacciones entre ellas.
Palabras Clave: CGE interregional; Política fiscal; Política medioambiental.
Clasificación JEL: C68, D58, R13, E62, H23
1. Introducción
En las últimas décadas la utilización de los modelos de equilibrio general
computacional (CGE) o aplicado (AGE) se ha incrementado notablemente como
herramienta para evaluar los efectos de un shock en precios y cantidades en el bienestar
económico y social de los individuos. Estos modelos, que suponen una representación
de la economía en su conjunto y consisten en un sistema de ecuaciones que describen el
comportamiento de todos los agentes e instituciones que intervienen en la misma
(consumidores, productores, gobierno y sector exterior) así como las interdependencias
entre los mismos.
La preocupación por el medio ambiente en los últimos años ha acrecentado el interés
por analizar los efectos de determinadas medidas políticas encaminadas a mitigar los
efectos del cambio climático.
En los últimos años las administraciones regionales y locales están mostrando gran
interés por participar más intensamente en estas medidas de política económica
(Lavandeira, 2011). Las regiones que conforman un país están vinculadas
económicamente, y cualquier shock regional en materia de fiscalidad ambiental en un
determinado sector tiene repercusiones en el resto de la economía.
Este problemática unida al reparto en las responsabilidades económicas entre los
gobiernos regionales que están suponiendo los procesos de descentralización fiscal, ha
propiciado el interés de algunos autores en el análisis de los efectos económicos
derivados de las políticas fiscales en el campo “económico-ambiental” en un marco
geográfico interregional.
Por esta razón el objetivo de este trabajo es realizar una revisión y clasificación de la
literatura más reciente sobre las aplicaciones de los modelos CGE interregionales,
principalmente en el ámbito de las políticas de tipo fiscal y/o medioambiental.
Nuestro trabajo se estructura en 5 secciones. En el apartado 2, tras la introducción, se
plasma una breve visión genérica de los modelos CGE. En el apartado 3, se realiza una
revisión de la literatura aplicada al ámbito interregional. En el apartado 4, se analizan
las principales aportaciones en materia de fiscalidad ambiental en España, y, por último,
se recogen las principales conclusiones en el apartado 5.
2
2. Una visión genérica de los Modelos de Equilibrio General Computacional
a. Origen
El análisis de equilibrio general computacional ha constituido en las últimas décadas
una de las líneas de investigación de mayor aplicación en el campo económico. Estos
modelos intentan trasladar el equilibrio general walrasiano al plano empírico, y así
analizar los efectos de los diferentes shocks o medidas de política económica en el
conjunto de la economía.
Con la formulación del equilibrio general por Walras, Arrow y Debreu (Arrow y
Debreu, 1954; Debreu, 1959) formalizaron la existencia y estabilidad del equilibrio
general dentro del campo de la economía.
Aunque el modelo de Johansen (1960), elaborado para Noruega bajo las premisas de la
teoría de equilibrio general, es considerado el primer modelo de equilibrio general con
el desarrollo de algoritmos computacionales para el cálculo del equilibrio Walrasiano
(Scarf, 1969; Scarf y Hansen, 1973), a partir de dicho momento se produjo un impulso a
continuas aplicaciones en este marco de modelización.
Los modelos de equilibrio general se han aplicado en diferentes áreas geográficas a una
gran variedad de cuestiones económicas, desde políticas fiscales y comerciales hasta
políticas migratorias (Dervis et al., 1982; Shoven y Whalley, 1984; De Melo, 1988;
Iqbal y Siddiqui, 2001).
b. Tipología
Aunque los modelos CGE han sido objeto de diferentes clasificaciones, establecemos
una tipología atendiendo a la diversidad geográfica que abarcan y a la temporalidad del
mismo que nos ayude a encuadrar nuestro trabajo.
Atendiendo al primero de los aspectos considerados, ámbito geográfico, los modelo
CGE se agrupan en cuatro grandes grupos:
-
Modelos CGE Globales: Abarcan toda la economía global e incorporan un
conjunto de países. Normalmente la finalidad de su uso es la evaluación de las
políticas comerciales.
3
-
Modelos CGE Nacionales (o Estándar): Analizan los impactos de cualquier
shock o medida política a nivel nacional construyéndose el modelo para un país
en su conjunto.
-
Modelos CGE Regionales: Son utilizados para medir las reacciones de una
región concreta dentro de un país ante un shock exógeno o cualquier cambio en
materia de política económica a nivel regional y/o nacional. El agregado del
resto de las regiones que conforman el país es considerado como un sector
exterior.
-
Modelos CGE Interregionales: Se adoptan estos modelos cuando se intenta
analizar las interdependencias de varias economías regionales dentro de un
mismo país. Las regiones están interconectadas a través del comercio, la
migración y las relaciones de los gobiernos regionales con el central.
Básicamente hay dos metodologías para construir un modelo CGE interregional:
top-down y bottom-up. Con la primera de ellas, el equilibrio se alcanza a nivel
nacional, desagregando posteriormente las cantidades regionalmente mediante la
utilización porcentajes de participación en el total. La segunda de ellas consiste
en construir modelos regionales cuyos resultados se agregan posteriormente para
obtener la producción agregada a nivel nacional, permitiendo que tanto los
precios como las cantidades varíen de forma independiente en las regiones. Este
hecho no ocurre cuando aplicamos la metodología top-down, ya que permite
variaciones regionales en cantidades pero no en precios, siendo apropiada para
analizar las medidas de política a nivel nacional . Por último podemos hablar de
los modelos híbridos para hacer referencia a aquellos modelos con algunos
elementos bottom-up en un modelo CGE nacional.
En cuanto a la temporalidad podemos hablar de modelos estáticos y modelos dinámicos.
En los modelos estáticos el stock de capital es fijo y no se analiza la dimensión temporal
de las simulaciones. En cambio, los modelos dinámicos permiten una transición en dos
instantes distintos de tiempo pudiendo representar una trayectoria de ajuste en las
variables stock (Giesecke y Madden, 2013).
4
c. Estructura
En la elaboración de un modelo CGE interregional se tienen en cuenta todas las
interdependencias entre los sectores de una economía así como estructuras que
modelizan los comportamientos maximizadores tantos de los productores como de los
consumidores.
La figura 1 muestra una estructura simple de la producción en una economía con dos
regiones, dos bienes y dos factores productivos, capital y trabajo, así como las
tecnologías más empleadas, Cobb-Douglas, CES (Elasticidad de Sustitución Constante)
o Leontief dependiendo del grado de sustituibilidad considerado Se trata de una función
de producción anidada donde en el primer nivel se combinan los inputs intermedios
junto con los factores de producción y en el segundo se refleja la procedencia de los
inputs intermedios.
Figura 1: Estructura de la función de producción en un modelo CGE bi-regional.
PRODUCCIÓN
C-D
CES
Leontief
INPUTS
INTERMEDIOS
V.A. DE LA
PROCUCCIÓN
C-D
CES
C-D
CES
IMPORTADO
NACIONAL
Capital
C-D
CES
Región 1
Región 2
Fuente: Elaboración propia
5
Trabajo
En cuanto a la demanda, en la figura 2 representamos la estructura anidada de
maximización de preferencias de los consumidores en una economía bi-regional. Las
formas funcionales más utilizadas, aunque no las únicas, son las funciones de utilidad
Cobb-Douglas, y/o CES.
Figura 2: Estructura de la función de utilidad en un modelo CGE bi-regional.
UTILIDAD
C-D
CES
Bien 1
Bien 2
C-D
CES
IMPORTADO
NACIONAL
IMPORTADO
C-D
CES
C-D
CES
Región 1
NACIONAL
C-D
CES
Región 2
Región 1
Región 2
Fuente: Elaboración propia
3. Aplicaciones internacionales de los CGE interregionales en fiscalidad y/o
medio ambiente.
Cada vez es mayor la preocupación por evaluar los impactos y efectos regionales de
cualquier medida política de índole económica a nivel nacional. La localización
geográfica así como la estructura productiva de determinadas regiones las hace más o
menos vulnerables a cualquier shock exógeno, procedente o no de su ámbito territorial.
Son variados los campos de aplicación de los modelos CGE interregionales donde se
recogen las interdependencias económicas entre los agentes económicos. La tabla 1
recoge una clasificación de las aplicaciones internacionales de estos modelos en el
6
ámbito interregional en función del campo de su ámbito de aplicación, el dinamismo del
modelo y la metodología utilizada en la construcción de los modelos. Junto con estas
características también se tienen en cuenta el número de regiones y sectores productivos
considerados en el estudio y la simulación que se ha llevado a cabo.
Aunque existen aportaciones en el campo del comercio exterior (Ferguson et al., 2004;
Kuhn, 2005; Dixon et al., 2007 y Diao et al., 2007), del sector transporte (Haddad y
Hewings, 2004) y en materia de crecimiento (Giesecke, 2002), las mayorías de las
aplicaciones están relacionadas con la fiscalidad (Kilkenny, 1993; Kim y Kim, 2002;
Giesecke, 2003; Horridge y Wittwer, 2008: Rutherford y Törma, 2010; Wang et al.,
2010; Morley y Piñeiro, 2011, 2013) y/o el medio ambiente.
Los procesos de descentralización están suponiendo un reparto en las responsabilidades
económicas entre las Administraciones Centrales y las regionales. Este hecho ha
propiciado el interés de algunos autores en los efectos económicos derivados. Una de
las primeras aportaciones en materia de federalismo fiscal es la llevada a cabo por Hirte
(1998) para analizar si en Alemania un sistema fiscal con reparto igualitario de los
impuestos las regiones se vería mermado el bienestar con un impuesto regional sobre la
renta. El modelo lo conforman un total de 11 estados, y en cada uno de ellos hay dos
sectores productivos, uno produciendo bienes públicos regionales y otro un bien
privado. La principal conclusión de este trabajo es que un mayor grado de autonomía
fiscal no mejora el bienestar de los individuos.
En esta misma línea Groenewold, Hagger y Madden (2003) construyen un modelo CGE
interregional para Australia con el objetivo de analizar las consecuencias económicas de
las transferencias interregionales en el bienestar. Dividen el país en 6 estados y realizan
seis versiones bi-regionales del modelo, una para cada estado y cada agregado del resto
del país. Dado que cada gobierno regional toma sus propias decisiones en materia de
política fiscal, la simulación que realizan consiste en una redistribución de las
transferencias cedidas por el gobierno central a las regiones, incrementándolas en una
región a costa de disminuirlas en el agregado regional. Esta redistribución mejora el
bienestar, aumentando el consumo per cápita y los salarios en la región beneficiada así
como un aumento del flujo migratorio de trabajadores hacia la misma.
7
Tokunaga et al. (2003), mediante un modelo estático interregional con tres regiones de
Indonesia (Java, Sumatra y el resto de Indonesia), analizan el efecto de una reducción de
un 50% en los impuestos arancelarios así como una descentralización fiscal mediante
una redistribución del gasto público para corregir la desigualdad regional existente en el
país. La primera simulación provoca una reducción de los ingresos derivados del
arancel y del precio de los bienes importados, afectando al PIB regional real y
beneficiando a ciertos sectores exportadores como el textil. La segunda simulación se
lleva a cabo bajo tres posibles escenarios en función de la distribución regional del
gasto público. Dicha descentralización fiscal provoca una disminución en la tasa de
crecimiento del PIB regional de Java, región que ve mermados sus ingresos en los tres
escenarios, y un aumento en las restantes regiones.
En España, Cardenete (2009) pretende analizar el efecto de un incremento en la
soberanía fiscal en Andalucía mediante !"#$%&'(%#CGE estático bi-regional (Andalucía
y un agregado de las restantes Comunidades Autónomas en España). La simulación que
lleva a cabo es la reducción del IRPF a nivel nacional en 17 puntos porcentuales,
compensándose dicha reducción con un incremento del mismo a nivel regional y una
disminución de las prestaciones sociales que el gobierno central cede a Andalucía. El
efecto de dicha simulación se traduce a nivel nacional en un aumento del PIB, del
consumo privado, de la formación bruta de capital y del gasto público. En cambio, a
nivel regional se produce el efecto contrario, una disminución del PIB regional con una
leve reducción de los principales agregados macroeconómicos.
Para China, Chen y Groenewold (2013) construyen un modelo estático bi-regional,
formado por una agregación de las regiones costeras y por una agregación de las
regiones interiores del país. Consideran tres factores productivos en cada región, el
trabajo y la infraestructura proporcionada por el gobierno por un lado, que se combinan
con un tercer factor fijo, la tierra en el región interior y el capital en la región costera.
En ambos casos los autores suponen que no existe movilidad interregional del factor
fijo. En cada región sólo hay una empresa representativa, agrícola para la región interior
y manufacturera para la región costera. Existen tres gobiernos, uno central y dos
regionales, que reciben tres tipos de ingresos: el valor añadido, un impuesto nacional
cuyos ingresos comparte con los gobiernos regionales; el impuesto sobre manufacturas,
que lo soporta la región costera; y un impuesto sobre la agricultura en la región interior.
8
Chen y Groenewold simulan una transferencia de los recursos desde el gobierno central
al regional con cuatro escenarios que varían entre ellos en las forma de gestionar los
fondos transferidos por parte de los gobiernos regionales Aunque a corto plazo los
niveles de producción y renta aumentan, la descentralización, aunque buena para el país,
no lo es a nivel regional, aumentando a largo plazo las discrepancias regionales per
cápita en bienestar y renta.
En el ámbito medioambiental y energético, Das et al.(2005) mediante un modelo CGE
formado por cuatro regiones y 7 sectores productivos analizan los efectos de una
disminución relativa en el porcentaje de madera extraíble (20%), un incremento del 5%
en el coste de la madera debido a regulaciones ambientales e inversión en biotecnología
forestal para incrementar la productividad. Tanto la primera como la última simulación
se realizan en una única región. Todas las medidas afectan tanto a la oferta como a la
demanda del sector maderero, tanto nacional como regionalmente. Únicamente en el
caso de la mejora tecnológica se incrementa el bienestar nacional, propiciando el
crecimiento y aumentando el comercio de productos madereros. Por otro lado, el primer
shock provoca una deslocalización de la producción hacia las otras regiones no
afectadas por la medida y el incremento del coste derivado de la segunda simulación
genera una reducción en la producción regional.
Trink et al. (2010) simula en Austria un incremento en la utilización de la biomasa
como generadora de energía. La particularidad de este trabajo reside en la integración
del modelo bi-regional en un modelo global para poder observar así el impacto
económico de determinadas políticas energéticas en ciertas regiones, especialmente las
rurales. El incremento del uso de la biomasa se traduce en mejoras en el empleo y en el
PIB regional.
Entre todas las aplicaciones de los modelos CGE revisadas, sólo la aportación de
Resosurdamo et al. (2009) se engloba en un “triple campo” por la diversidad de
simulaciones: meramente fiscales y/o energéticas y medioambientales. Mediante un
modelo interregional dinámico con 5 regiones, 35 sectores productivos, 16 tipos de
factor trabajo y 2 clases de hogares, rural y urbano, los autores realizan las siguientes
simulaciones: un proceso de descentralización fiscal, una mejora en la calidad laboral,
una mejora en la eficiencia energética, una eliminación gradual del subsidio al
combustible y un impuesto por tonelada de CO2 emitida. De todas las medidas, las
9
únicas que mejoran el consumo per cápita a largo plazo y disminuyen las disparidades
regionales son la mejorar en la calidad laboral, la mejora en la eficiencia energética y el
impuesto sobre las emisiones de carbono.
Dentro del marco de la fiscalidad medioambiental y más concretamente del de la
búsqueda de la existencia del doble dividendo, Ciaschini el al. (2012) construyen un
modelo CGE interregional para Italia con dos regiones, Sur y Centro-Norte. Admitiendo
la existencia de desempleo, distinguen dos tipos de trabajadores, por cuenta propia y
ajena, e introducen la participación de los sindicatos. La simulación que realizan es la
imposición de un impuesto medioambiental en la producción bajo dos escenarios según
la forma de reciclaje de los ingresos derivados del impuesto: reducción del impuesto
sobre la renta y reducción del impuesto regional sobre actividades. El efecto de esta
simulación es un aumento de los precios de los productos relacionados con los sectores
más contaminantes para el primero de los escenario, y en el de la mayoría de los
productos para el segundo. Cuando los ingresos medioambientales se utilizan para
reducir los impuestos sobre actividades económicas, la producción total de la economía
disminuye en mayor medida que cuando se emplean en disminuir los impuestos sobre la
renta, aún cayendo las emisiones a la atmósfera en la misma proporción en ambos
escenarios. En cuanto a la existencia del doble dividendo regional, éste se confirma para
la región Sur donde disminuye la tasa de desempleo a la vez que lo hacen las emisiones
de CO2.
10
Tabla 1: Aplicaciones en el ámbito internacional de los modelos CGE interregionales.
Campo de
aplicación
Fiscalidad
E/D(1)
T-D
/B-U(2)
Kilkenny (1993)
E
-(3)
Hirte (1998)
E
-(3)
Kim y Kim (2002)
D
B-U
Giesecke (2003)
D
B-U
E
-(3)
E
B-U
E
B-U
Cardenete (2009)
E
T-D
Rutherford y Törma
(2010)
D
B-U
Wang et al. (2010)
E
-(3)
Morley y Piñeiro
(2011)
D
T-D
Chen y Groenewold
(2013)
E
-(3)
2
(China)
1
Morley y Piñeiro
(2013)
D
T-D
7
(Honduras)
49
Autor/es
Groenewold et al.
(2003)
Tokunaga et al.
(2003)
Horridge y Wittwer
(2008)
11
Nº regiones
(País)
2
(EEUU)
11
(Alemania)
4
(Corea)
2
(Australia)
2
(Australia)
3
(Indonesia)
10
(China)
2
(España)
5
(Finlandia)
3
(China)
4
(Guatemala)
Nº
sectores
Simulación
6
Eliminación de subsidios agrarios.
2
Reparto igualitario de impuestos entre regiones.
14
Aumento de los gastos en inversión regional en 62,5 billones de dólares.
37
-(3)
15
63
9
37
8
61
Disminución de impuesto sobre los salarios e impuestos directos en una de las
regiones para frenar la disminución de la participación de la región de Tasmania
en la producción de Australia.
Redistribución de las transferencias cedidas por el gobierno central entre
regiones.
Recorte de los impuestos arancelarios (50%).
Redistribución del gasto público.
Construcción de las vías férreas entre Chongqing y Lichuan.
Reducción del IRPF a nivel nacional en 17 puntos porcentuales compensada con
un incremento del mismo a nivel regional y una disminución de las prestaciones
sociales que el Estado central cede a la región.
Disminución de las cotizaciones a Seguridad Social..
Exención de los costes laborales de la base impositiva.
Reducción del impuesto preferencial de la región este para disminuir la
disparidad regional y promover el crecimiento.
Crecimiento de la inversión (7% anual) para incrementar la productividad
agrícola.
Transferencia de recursos desde el gobierno central a las regiones con cuatro
escenarios en función de la gestión de los mismos por parte de los gobiernos
regionales.
Crecimiento de la inversión (6% anual) para incrementar la productividad
agrícola.
Tabla 1: Aplicaciones en el ámbito internacional de los modelos CGE interregionales (cont.).
Energía y Medio
Ambiente
Fiscalidad
+
Energía y Medio
Ambiente
Comercio
exterior
Transporte
Crecimiento
(1)
(2)
(3)
4
(EEUU)
2
(Austria)
7
Disminución de la extracción de madera (-20%), aumento del coste de la madera
(+5%) e inversión en tecnología.
15
Aumento de la utilización de la biomasa en la generación de energía.
Das et al. (2005)
E
B-U
Trink et al. (2010)
E
-(3)
Resosurdamo et al.
(2009)
D
B-U
5
(Indonesia)
35
Ciaschini et al.
(2012)
E
-
2
(Italia)
16
Fergurson et al.
(2004)
D
B-U
2
(Reino
Unido)
3
2
(Rusia)
Kuhn (2005)
E
T-D
Dixon et al. (2007)
D
T-D
Diao et al. (2008)
E
T-D
Haddad y Hewings
(2004)
E
B-U
Giesecke (2002)
D
B-U
E=Estático D=Dinámico.
T-D = Top-Down B-U = Bottom-Up.
No se especifica en el artículo.
Fuente: Elaboración propia
12
51
(EEUU)
6
(Marruecos)
27
(Brasil)
2
(Australia)
6
500
Proceso de descentralización fiscal, mejora en la calidad laboral, mejora en la
eficiencia energética, eliminación gradual del subsidio al combustible , un
impuesto por tonelada de CO2 emitida y reducción de la deforestación (10%).
Impuesto medioambiental en la producción bajo dos escenarios: reciclaje de los
ingresos derivados del nuevo impuesto reduciendo el impuesto sobre la renta o el
impuesto regional sobre actividades.
Incremento de las exportaciones al Resto del Mundo.
Disminuciones en los componentes de los costes comerciales de los productos
agroalimentarios: arancel aduanero, tasa para envío de remesas de productos
agrícolas, costes de transacción del comercio agroalimentario (con y sin
compensación con un incremento de los impuestos federales.
Eliminación de las restricciones a la importación de los 45 productos con mayor
cuña fiscal.
64
Subsidio a la importación del trigo, maiz y soja.
8
Disminución del 1% en los costes de transporte dentro del país.
37
Obtención de las causas del crecimiento divergente en Tasmania respecto al resto
de Australia mediante la evaluación de distintos shocks (impuesto y cambio
tecnológico)
4. Aplicaciones regionales en fiscalidad medioambiental en España.
La primera aportación en España de un modelo CGE en el ámbito meramente de la
fiscalidad se remonta a finales de la década de los años ochenta (Kehoe et al.,1988). Se
trata de un modelo estático que analiza el impacto de la introducción del Impuesto sobre
Valor Añadido (IVA) tras la incorporación de España en la Comunidad Económica
Europea en 1986. Con 17 sectores productivos, 8 grupos diferenciados de consumidores
en función de la edad, el nivel educativo y la renta del cabeza de familia, y dos sectores
exteriores, formados por un agregado de los restantes países de la CEE y otro del resto
del mundo, concluyen que la imposición del IVA tiene efectos negativos sobre la
producción, el empleo, el consumo y el bienestar excepto en el caso de flexibilidad
salarial.
A nivel regional y en el mismo ámbito, Cardenete (2004) analiza mediante un modelo
estático los efectos de una reducción de un 35% de las cuotas empresariales pagadas a la
Seguridad Social bajo dos escenarios, sin compensación recaudatoria y con
compensación a través de un aumento del IVA para mantener constante el nivel de
recaudación fiscal. En el modelo están involucrados 25 sectores productivos, 4 tipos de
consumidores (rurales, asalariados urbanos, autónomos urbanos y el resto de
consumidores urbanos), y un sector exterior formado por una agregación de las regiones
que conforman el resto de España, resto de Europa y resto del Mundo. Los efectos de
ambas simulaciones para la economía andaluza se traducen en un aumento de los
precios, una disminución de la inversión privada y un aumento del déficit público en el
primero de los escenarios, mientras que en el segundo, a pesar de ser perjudicial para los
consumidores que ven mermado su bienestar, los precios prácticamente no varían
siendo los efectos sobre la inversión y el déficit público inversos a los acontecidos bajo
el primer escenario.
Exceptuando la aportación de Cardente (2009), anteriormente referenciada, no hemos
encontrado en nuestra revisión ninguna aplicación de los modelos CGE interregionales.
Por esta razón e intentando abordar las principales aportaciones en España en el campo
de la fiscalidad ambiental, hemos optado por revisar las principales contribuciones
realizadas en España en este campo y que resumimos en la Tabla 2, agrupándolas en
13
función del objetivo último que se persigue con cada trabajo, es decir, la consecución
del doble dividendo, la eficiencia en el uso de los recursos energéticos y el control de
emisiones a la atmósfera.
a. Doble dividendo
Un impuesto medioambiental tiene la finalidad de tener un efecto corrector de las
externalidades negativas medioambientales pero también la de reducir otros impuestos
distorsionantes mediante la recaudación derivada del impuesto medioambiental
(Goulder, 1995). En este sentido, son varios los trabajos en España encaminados a
comprobar la posible existencia del doble dividendo tras la aplicación de una reforma
fiscal.
En el ámbito regional André el al. (2005) simulan mediante un modelo estático con un
consumidor representativo, 24 sectores productivos y 3 sectores exteriores (agregado
del resto de España, del resto de Europa y del Resto del Mundo) los efectos de una
reforma impositiva medioambiental en Andalucía. Llevan a cabo cuatro simulaciones
consistentes en las combinaciones de cuatro medidas: una introducción de dos
impuestos, uno sobre las emisiones de CO2 y otro sobre las emisiones de SO2, una
reducción en el IRPF y una disminución de las cotizaciones pagadas a la Seguridad
Social por parte de los trabajadores. Únicamente surge el doble dividendo en el caso de
compensar el impuesto sobre las emisiones de CO2 con una disminución en las
cotizaciones a la Seguridad Social, disminuyendo así las emisiones, aumentando el PIB
y la renta disponible en términos reales y alcanzándose el nivel máximo de renta
disponible cuando el tipo impositivo se fija en 1,5! por unidad contaminante, toneladas
para SO2 y miles de toneladas para CO2.
Pasando a un nivel nacional de modelización, Manresa y Sancho (2005) simulan la
introducción de un nuevo impuesto medioambiental en todos los sectores energéticos
compensándolo con una reducción en los impuestos sobre la renta del trabajo en todos
los sectores de producción en una cuantía que mantenga constantes los ingresos fiscales.
Es un modelo estático que contempla un único consumidor representativo, 22 sectores
productivos, de los cuales 10 se destinan a actividades energéticas, y dos sectores
exteriores, un agregado del resto de la Unión Europea y otro del Resto del Mundo. Bajo
los escenarios de rigidez y flexibilidad laboral por un lado, y compensación o no de los
ingresos impositivos, simulan tres medidas de políticas alternativas: un nuevo tipo
14
impositivo del 10% en bienes energéticos, un aumento del 15% en el tipo efectivo
soportado por gasolina y una combinación de ambas.
Una de las principales conclusiones a la que llegan estos autores es que la flexibilidad
del mercado laboral influye positivamente en la consecución del doble dividendo con
una menor contaminación y una menor tasa de desempleo. Sólo en uno de los
escenarios, flexibilidad laboral con el reciclaje de la primera medida política de
instauración del nuevo impuesto, se consigue el denominado triple dividendo con una
disminución en las emisiones, en el desempleo y un incremento en el nivel de utilidad.
Tabla 2: Aplicaciones en España en el ámbito de la fiscalidad medioambiental.
Campo
específico
Doble
dividendo
Recursos
energéticos
Emisiones
(1)
Autor/es
E/D(1)
Nº
sect.
prod.
Nº
sect.
ext.
Lavandeira
et al.
(2004)
E
17
1
André et
al. (2005)
E
24
3
Manresa y
Sancho
(2005)
E
22
2
E
16
3
Impuesto
en
ventas
minoristas
determinados Hidrocarburos.
E
15
1
Impuesto del 10% en los bienes intermedios
del sector energético
D
16
1
Política restrictiva de derechos de emisión.
1
Límite en los permisos de emisión.
Impuestos sobre emisiones de , consumo de
carbón, petróleo y gas, y consumo de
electricidad
De MiguelVélez et al.
(2009)
Llop, M.
(2012)
Gómez
(2007)
GonzálezEguino, M.
(2011)
E
22
Simulación
Impuesto por tonelada emitida de CO2 +
reducción de las cotizaciones a la Seguridad
Social
Impuesto sobre emisiones de CO2 / SO2 +
reducciones del IRPF / reducción de las
cotizaciones a la Seguridad Social
Impuesto ambiental en todos los bienes
energéticos + reducción de los impuestos
sobre la renta del trabajo manteniendo el
equilibrio presupuestario
de
E=Estático D=Dinámico.
Fuente: Elaboración propia
Lavandeira et al. (2004) realiza la misma simulación en una economía estática con 17
sectores productivos. Simulan un impuesto sobre los combustibles fósiles de un 12,3%
por tonelada de CO2 emitida a la atmósfera, considerado la cuantía de dicho impuesto
como el coste marginal de emitir una tonelada. Dada la imposibilidad de tener en cuenta
la diversidad geográfica de los hogares y la variación de los precios relativos de los
bienes energéticos en un modelo estándar, integran un modelo microeconómico de
15
demanda residencial de bienes energéticos con el modelo CGE para analizar las
consecuencias distributivas y de eficiencia. La simulación muestra que un impuesto
sobre las emisiones de CO2, con una reducción simultánea en las cotizaciones sociales
(11,7%), proporciona una doble ganancia de bienestar, ambiental y fiscal,
produciéndose una disminución de las emisiones en un 7,7% en términos relativos y un
aumento de la demanda laboral del 0,1% y un crecimiento del 0,2% en la renta
disponible real. Los autores concluyen que aunque se genera un doble dividendo
positivo generando empleo y aumentando el bienestar social, sus efectos distributivos
son pocos significativos.
b. Recursos energéticos
Algunos estudios intentan analizar el impacto de la utilización de la energía renovable a
nivel regional, concretamente en Andalucía, mediante la instalación de plantas solares
(Cansino et al., 2013) o a través de un aumento de la capacidad instalada en las plantas
generadoras de biomasa (Cardenete et al., 2010). En ambos casos, utilizan un modelo
CGE estático con 27 sectores productivos elaborado a partir la Matriz de Contabilidad
Social para dicha región actualizada al 2008.
De Miguel-Vélez el al. (2009) pretenden analizar los efectos del impuesto sobre los
hidrocarburos en Extremadura mediante un modelo CGE regional, caracterizado por 16
sectores productivos y 3 sectores exteriores, un agregado del resto de España, del resto
de la Unión Europea y del Resto del Mundo. Realizan dos simulaciones en tres
escenarios diferentes en función del grado de flexibilidad de los salarios, el carácter
regional del impuesto y la compensación fiscal del mismo. La introducción de un
impuesto en ventas minoristas en determinados hidrocarburos como primera simulación
provoca un aumento del precio de la producción del sector “refinería de petróleo” y una
reducción del precio del factor capital. Estos efectos son independientes de la
flexibilidad salarial, aumentando la tasa de desempleo y disminuyendo el PIB real con
la consecuente pérdida de bienestar para los consumidores. Con el objetivo de financiar
el 5% del gasto medioambiental en Extremadura, en una segunda simulación introducen
un hipotético tipo impositivo regional adicional sobre el combustible, adicional al de la
primera simulación, compensándolo con una reducción del IRPF para mantener así
invariables los ingresos fiscales obtenidos en la misma. Los precios de consumo y
producción crecen sólo en el caso de flexibilidad salarial. Para los otros dos escenarios,
16
rigidez total o parcial de salarios, la reducción en el impuesto sobre la renta no es
suficiente para compensar los efectos negativos del nuevo impuesto regional.
En la misma línea, Llop (2012) simula, para un modelo estático con 15 sectores
productivos, la introducción de un impuesto (10%) en los bienes energéticos utilizados
como inputs intermedios así como una mejora en la eficiencia del uso de la energía,
reduciendo en un 10% el uso de estos inputs en los distintos sectores productivos. Con
el impuesto, el precio de los bienes de consumo aumentan, incrementándose el IPC un
1,51% mientras que la reducción en el uso de los inputs provoca una disminución de los
precios energéticos reduciéndose el IPC un 1,23%. Llop realiza una tercera simulación
analizando el efecto conjunto de las dos medidas y concluye que combinando ambas
prácticamente no se produce ningún efecto en los precios.
c. Emisiones
Mediante un modelo dinámico aplicado a España con 16 sectores productivos y un
consumidor representativo, Gómez (2007) simula una política restrictiva de permisos de
emisión para el año 2012 considerando un horizonte temporal de 30 años desde 1990.
La finalidad de este trabajo es tratar de detectar en qué medida los efectos macro y
microeconómicos derivados de la fijación de un límite para el año 2012 en el volumen
máximo de emisiones permitidas (un 15% superior al que había en 1990) podrían
depender de las tecnologías de producción de las empresas sin más innovación
tecnológica que la propia sustitución entre inputs. Los resultados muestran que, aunque
a nivel macroeconómico las repercusiones no son muy relevantes, a nivel sectorial la
estructura de consumos intermedios se ve bastante afectada, disminuyendo su demanda.
Con el objeto de combatir el cambio climático y mitigar las emisiones de CO2,
González-Eguino (2011) utiliza distintos instrumentos de mercado mediante un modelo
CGE estándar con 22 sectores productivos. Por un lado, simula un mercado de
emisiones en distintos escenarios según los sectores involucrados en dicho mercado
(todos los sectores; sectores industriales intensivos en el uso de energía; sectores
industriales y de transporte; y todos los sectores productivos excluyendo los intensivos
en el uso de energía). Por otro lado, simula la introducción de diversos impuestos (sobre
emisiones de CO2; sobre el consumo de carbón, petróleo y gas; sobre el consumo de
petróleo; y sobre el consumo de electricidad). En cuando a los resultados, con el
mercado de emisiones independientemente del sector que abarque, tanto el PIB como el
17
consumo y la inversión disminuyen. Entre las opciones impositivas, el impuesto sobre
el consumo de electricidad es el que provoca menor reducción del PIB.
5. Conclusiones
Los modelos CGE constituyen una buena herramienta para analizar los impactos de
cualquier shock en la economía. La preocupación de los gobiernos regionales, que
cuentan cada vez con mayor autonomía en materia fiscal, ha hecho que en la última
década se intensifique su uso tanto a nivel regional como interregional.
Aunque los ámbitos de aplicación de estos modelos son bastante heterogéneos, la
problemática del cambio climático y del deterioro del medio ambiente ha propiciado un
mayor interés en las aplicaciones en materia de fiscalidad ambiental.
Con este trabajo hemos pretendido hacer una revisión de las principales aportaciones de
estos modelos en el ámbito interregional, y las hemos clasificado en función del campo
de aplicación, del dinamismo del modelo y la metodología utilizada (Top-down vs.
bottom-up) poniendo especial énfasis en el ámbito de la fiscalidad y/o el medio
ambiente.
La escasez de aplicaciones regionales e interregionales en España en materia de
fiscalidad ambiental nos ha llevado a hacer una mera revisión de las aportaciones
españolas en este campo. Conscientes de que todas las aplicaciones van dirigidas al
cuidado y protección del medio ambiente, hemos agrupado la literatura existente en
campos específicos en función del objetivo último de la misma: existencia de doble
dividendo, eficiencia en el uso de recursos energéticos y, por último, control y
mitigación de las emisiones de CO2.
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