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DEBATE Nº 6
Tendencias en la relación entre la estructura
del empleo no agrario y la educación de los
ocupados.
Educación y Mercado de Trabajo Urbano: El
Caso Chileno, 1990-2000.
Leandro Sepúlveda V.
Víctor Zúñiga R
Educación y Mercado de Trabajo Urbano: El Caso Chileno, 1990-2000.
Leandro Sepúlveda V.
Víctor Zúñiga R.
I. Presentación
Este trabajo ha sido realizado como un insumo para el foro debate acerca
de las “tendencias en la relación entre estructura del empleo no agrario y la
educación de los ocupados” promovido por el Sistema de Información de
Tendencias Educativas en América Latina (SITEAL). A partir de la evidencia
empírica proporcionada para tal efecto1, el análisis se concentra en las
transformaciones verificadas en Chile durante la década de los 90 y la incidencia
que ha tenido el incremento de los años de escolaridad de la población en la
composición de la fuerza de trabajo ocupada y el nivel de salarios promedio.
Como podrá verse, los datos demuestran que durante este período se
observa un aumento significativo del capital humano de los trabajadores insertos
en el mercado de trabajo. Entre el año 1990 y el 2000 existió un crecimiento
general
de
los
años
de
escolaridad
promedio
en
los
distintos
sectores
diferenciados de la economía, tanto en el nivel formal como en el informal, y un
decrecimiento absoluto de la fuerza de trabajo con 5 o menos años de
escolaridad. Pese a que puede presumirse que este incremento en la escolaridad
involucra el acceso a empleos de mayor calidad y estabilidad, reduciéndose tanto
la proporción de trabajadores que se emplean en el sector informal como la tasa
de subocupación, el análisis integrado de la información pone en cuestión esta
hipótesis, tal como se revisa en la última sección de este artículo.
De igual manera, los datos indican que los trabajadores con menor nivel
educacional (medido por los años de escolaridad certificada) se desplazan hacia
empleos
de
baja
calidad
y
mayormente
expuestos
a
una
situación
de
desprotección. Junto a lo anterior, desde una perspectiva comparativa de género,
en términos globales las mujeres presentan una situación de desventaja en el
1
Distribución de los ocupados según sector económico y nivel educativo alcanzado; distribución de los
ocupados por sector económico según nivel educativo alcanzado, ingreso horario promedio según
sector económico y nivel educativo alcanzado y desviación standard del ingreso horario promedio
según sector económico y nivel educativo alcanzado.
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Pág.
2
mercado laboral y, muy particularmente, aquellas que cuentan con menos años
de escolaridad.
La información analizada indica que junto al mejoramiento en el perfil
educacional de la población ocupada, se constató un crecimiento de los salarios
relativos a favor de los ocupados en el sector informal, donde además se registró
un incremento de la tasa de subocupación. Al comparar los ingresos por estrato
educacional, el incremento fundamental se verifica únicamente en el segmento de
la población con estudios universitarios completos, no siendo evidente la
incidencia del nivel de escolaridad en los ingresos percibidos por los trabajadores
situados en los estratos anteriores. Este hecho es un indicador que cuestiona la
incidencia favorable de la certificación educacional para la permanencia o
mejoramiento de la situación en el mercado de trabajo de aquellos trabajadores
con menos de 13 años de educación formal.
La existencia de un mercado de trabajo heterogéneo que segmenta sobre
la base del nivel educativo (Weller, 2000, 2004) y la desvalorización creciente de
la acreditación de estudios de nivel medio o secundario, configuran una situación
que los datos revisados reafirman de manera consistente. Como consecuencia, el
mejoramiento en el nivel de escolaridad no garantiza, por si mismo, una mejor
situación en el mercado de trabajo.
II. A Manera de Introducción: La década del 90 en Chile; los cambios en
la educación y su incidencia en el mercado de trabajo.
Uno de los cambios más relevantes en el ámbito del desarrollo social y de
las políticas públicas ocurridas en Chile durante la década de los 90 fue el
incremento del nivel educacional de su población. En este período la escolaridad
promedio de las personas con 5 años o más de educación formal aumentó de 7,6
a 8,5 años. Este aumento se produjo en todos los tramos de edad y el segmento
entre 15 a 29 años es el que presenta los niveles más altos de escolarización,
alcanzando un promedio de 10,9 años.
El incremento sistemático de la cobertura ha permitido la movilidad
educativa de las generaciones más jóvenes; más de la mitad de la población
entre los 20 y 29 años alcanza un promedio de escolaridad que supera en un ciclo
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3
o dos al de sus padres presentando, además, un crecimiento homogéneo entre
hombres y mujeres.
A la mayor retención escolar verificada a lo largo de las últimas décadas se
suma también el impacto que ha alcanzado el desarrollo de programas especiales
de educación de adultos para la regularización de estudios implementados desde
el ámbito gubernamental. De hecho, el segmento de edad que tuvo un
crecimiento más significativo en su tasa de escolaridad entre las mediciones
censales de 1992-2002 fue el de las personas entre 45 a 59 años que pasó de 7,1
a 9,0 años de escolaridad promedio. El cuadro nº 1 sintetiza estos cambios:
Cuadro nº 1.Distribución Población 15 años y más por nivel educacional
1992-2002
Censo 1992
Nivel
educacional
Sin
educación
Básica
incompleta
Básica
completa
Media
incompleta
Media
completa
Superior
Total
Censo 2002
15-29
1.2
30-44
2.4
45-59
7.1
60-+
15.6
total
4.6
15-29
1.1
30-44
2.4
45-59
4.9
60-+
13.3
total
4.2
19.2
30.3
49.8
53.2
32.6
9.2
17.4
31.7
47.4
22.3
12.8
11.6
7.9
5.5
10.6
8.8
11.7
9.8
6.6
9.6
31.4
22.8
15.5
12.3
23.4
37.2
22.8
18.7
13.0
25.1
22.0
18.6
11.8
9.2
17.4
20.2
21.8
16.5
11.1
18.6
13.4
14.2
7.9
4.3
11.4
23.5
24.0
18.3
8.5
20.3
100
100
100
100
100
100
100
100
100
100
Fuente: Mires & Rivas (2003)
Como puede verse, en los grupos de edad más joven se evidencia el
aumento de la cobertura educacional y su mayor inserción en el sistema de
educación superior (entre las dos mediciones censales aumentó prácticamente al
doble el porcentaje de jóvenes entre 18 y 24 años cursando estudios postsecundarios2); en los tramos de mayor edad, el impacto se expresa en cuestiones
más formales (la obtención de licencia básica o media) ya que, debido a la
naturaleza de los programas de regularización, resulta discutible el grado de
adquisición y/o ampliación de conocimientos o habilidades específicas en los
sujetos.
2
El incremento de la oferta educacional en el nivel de educación superior chilena se debe,
básicamente, a una cuestión de libre mercado. En los últimos años ha sido tema de debate la
evaluación de la calidad de tal oferta, la pertinencia de algunos programas de profesionalización y la
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4
Estas transformaciones se hacen evidentes en el mercado de trabajo.
Entre los años 1992 y 2002 la fuerza de trabajo tuvo un aumento de 1,3 años del
promedio de escolaridad, registrándose cambios relevantes en la composición del
empleo por grupo ocupacional. En efecto, el porcentaje total de profesionales
incrementó su participación en el mercado de trabajo en tres puntos porcentuales
(7,1% a 10,2%), mientras que los técnicos medios lo hicieron en 9 puntos (5,1%
a 14,2%). El aumento de porcentaje de trabajadores en esta última categoría, el
de mayor crecimiento relativo durante el período, está íntimamente asociado a la
expansión de la matrícula técnico profesional de nivel medio que se incrementó
casi tres veces entre mediados de la década del 80 y mediados de los 90.
Corresponde, fundamentalmente, a estudiantes de los quintiles de más bajos
ingresos que permanecieron en el sistema escolar y finalizaron sus estudios
secundarios antes de ingresar al mercado del trabajo.
Igualmente importante es el incremento de la participación laboral de las
mujeres que aumenta de un 28,1% a un 35,7% del total de la fuerza de trabajo
ocupada en el período. Esta alza responde a una tendencia creciente de los
últimos años, duplicando el porcentaje de mujeres insertas en el mercado de
trabajo a principios de los años 70.
Pese a lo anterior, la actual tasa de
participación femenina en Chile es inferior a la verificada en la mayoría de los
países de América Latina.
Como contraste, no puede obviarse que, pese al aumento global de la
escolaridad de la población ocupada, no parece existir una correlación entre este
hecho y la dinámica de utilización de la fuerza de trabajo bajo el actual modelo de
desarrollo. En términos absolutos los trabajadores no calificados tuvieron un
crecimiento de dos puntos entre 1992 y el año 2002 (19,7% a 21,5%) y cerca del
40% de los ocupados desempeñan sus funciones en el ámbito micro-empresarial,
sector de muy bajo nivel de desarrollo tecnológico y productivo.
Diversos análisis acerca de la evolución del empleo en el país en las
últimas décadas resaltan la preeminencia de un mercado laboral segmentado y la
baja demanda de fuerza de trabajo de los sectores más dinámicos de la
eventual saturación de la matrícula en algunas disciplinas profesionales impartidas por los diversos
centros de estudios. Por cierto, este tema supera los límites del presente documento.
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5
economía3. La relación entre crecimiento del capital humano y su demanda en el
mercado laboral no es, de este modo, una relación puramente lineal, obligando a
una mirada más amplia sobre el conjunto de las transformaciones ocurridas en la
sociedad en las últimas décadas.
En lo que sigue, este documento intentará aportar a esta discusión
analizando, a partir de los indicadores proporcionados por SITEAL, los principales
cambios en la relación educación y trabajo en Chile durante la década de los 90.
En un sentido más específico, el análisis estará centrado en revisar la eventual
incidencia del incremento de las tasas de escolaridad de la población ocupada en
la estructura del empleo y los ingresos promedios de la población en el período
comprendido entre 1990 y el año 2000. Por cierto, la mirada tiene el sesgo de los
datos en referencia y no se considera en el análisis otras temáticas como, por
ejemplo, la incidencia de la tasa de desocupación y las causas de la misma,
particularmente en el período posterior a la crisis asiática de 1998-19994.
III. La relación entre la estructura del empleo y educación de los
ocupados en Chile.
(1) Composición del mercado de trabajo por perfil educacional
Durante la década del 90, los datos de la composición de la fuerza de
trabajo ocupada señalan que no existe un cambio sustancial en la proporción de
trabajadores insertos en los sectores formal e informal de la economía5,
observándose solo un leve incremento de 0.6% hacia el sector formal (la
proporción de trabajadores ocupados en este sector creció del 75,2% a 75,8% del
total).
3
Véase por ejemplo, Escobar, P. (ed); 1999.
En relación a este tema, el eje del debate estuvo centrado en discutir el carácter cíclico o estructural
del desempleo que se prolongó después de esta crisis económica y el efecto, entre otros, de mayor
rotación laboral y dificultad de inserción laboral de las mujeres y las nuevas generaciones de jóvenes
con mayores niveles de certificación educacional. Para la discusión sobre el análisis de la evolución del
mercado laboral en Chile en los últimos años véase Gatica, J. & Romaguera, P.; 2005.
5
Para fines de este trabajo seguimos la categorización empleada en SITEAL para la confección de los
indicadores seleccionados; esto es, el sector informal definido como los trabajadores por cuenta
propia con ingresos horarios en el 30% más bajo de la distribución de ingresos horarios conformada
exclusivamente por los trabajadores por cuenta propia, los trabajadores familiares que no perciben
una remuneración monetaria por su trabajo y el servicio doméstico, así como los asalariados y
patrones en establecimientos de hasta 5 ocupados. El sector formal, por su parte, incluye a los
4
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6
Más importante que esto es el crecimiento de la fuerza de trabajo ocupada
en empresas o actividades del sector terciario y, muy particularmente, la
variación en el nivel de escolaridad del conjunto de los trabajadores que se
desempeñan en todos los sectores de la economía.
En efecto, la participación de la población ocupada en las empresas con
más de 5 trabajadores del sector terciario aumentó de un 44,5% a un 48,2%
durante este período, mientras que la participación en aquellas del sector
secundario se redujo en 4 puntos. Si se considera que la gran mayoría de los
trabajadores que se encuentran insertos en el sector informal de la economía lo
hacen en actividades de servicios (principalmente comercio), es factible sostener
que la gran mayoría de la fuerza de trabajo ocupada hacia el año 2000 (cerca de
2/3) lo hace en el sector terciario.
Respecto al perfil educacional de los trabajadores, la comparación de los
datos existentes entre ambas mediciones demuestra una reducción significativa
del porcentaje total de trabajadores ocupados con bajo nivel educacional (es
decir, aquellos que alcanzan menos que la educación primaria) y un incremento
general de los ocupados con más años de estudio, particularmente aquellos que
alcanzan la secundaria completa. El cuadro nº 2 sintetiza esta información6:
Cuadro nº 2. Participación en la fuerza de trabajo ocupada por nivel
educacional alcanzado; ambos sexos, 1990-2000
Año /
Nivel Educativo
alcanzado
Ambo sexos
Subtotal Sector
Informal
Subtotal Sector Formal
Total
1990
2000
variación
1990
2000
variación
1990
2000
variación
37,8
19,5
-18,3
19,9
8,7
-11,2
24,3
11,3
-13,0
33,6
39,8
6,2
25,6
25,5
-0,1
27,6
29,0
1,4
22,8
32,8
10,0
32,4
43,5
11,2
30,0
40,9
10,9
7,9
2,1
22,2
22,3
0,1
18,1
18,8
0,7
100,0
100,0
Primaria incompleta
Prim.comp.Sec. incomp.
Sec. comp. Ter. incomp.
Terciaria completa
5,8
Total
100,0 100,0
100,0
Fuentes: Elaboración Propia en base a datos del SITEAL
100,0
Como puede verse, la proporción de trabajadores con educación primaria
incompleta decrece significativamente entre ambas mediciones, tanto en el nivel
ocupados en la administración pública y los ocupados en empresas medianas y grandes (de más de 5
ocupados) de los sectores secundario y terciario.
6
Todos los cuadros que se presentan a continuación son elaborados a partir de los datos para el
debate proporcionados por SITEAL.
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7
formal como en el nivel informal de la economía (una variación de 13 puntos
entre ambas mediciones). Como contraste, existe un incremento de aquellos
trabajadores con menos de 12 años de escolaridad (primaria completa /
secundaria incompleta) aunque el crecimiento de este grupo se concentra en el
nivel informal de la economía, creciendo en más de 6 puntos porcentuales en el
período. Este segmento de trabajadores se concentra básicamente en las
actividades de trabajo por cuenta propia y asalariados sin remuneración; entre
1990 y 2000 la representación de los trabajadores con este nivel de educación
dentro de la categoría de cuenta propia (el nivel más precario de la economía
informal) aumentó un 11,9%, llegando a representar el 45,9% del total de los
trabajadores agrupados en esta categoría. Este hecho indica una fuerte tendencia
de concentración de los trabajadores con menor escolaridad (o capital cultural) en
las categorías laborales que representan mayor desprotección y bajos salarios.
Ahora
bien,
la
categoría
educacional
donde
se
verifica
el
mayor
crecimiento de la fuerza de trabajo es la que corresponde a aquellos trabajadores
con educación secundaria completa. Durante el período analizado la proporción de
trabajadores en esta condición crece en más de 10 puntos, crecimiento que
resulta relativamente similar en todos los sectores de la economía, ratificando el
impacto de una mayor cobertura del sistema educacional secundario en Chile en
los últimos años.
La fuerza de trabajo ocupada con educación post-secundaria completa no
alcanza a ser todavía 1/5 del total y el grueso de la misma se sitúa en el ámbito
de la economía formal, aunque es significativo el incremento de la participación
de este segmento en el mercado informal entre ambas mediciones. Como podrá
verse en el análisis de la evolución de los ingresos, este caso particular debe
analizarse de un modo diferente al resto de las categorías educacionales dentro
de la economía informal ya que responde, en lo grueso, a una modalidad de
desempeño libre de la profesión7, ya sea de carácter individual o en pequeñas
unidades empresariales productivas o de servicios profesionales, vinculadas a las
actividades más dinámicas de la economía. Estas actividades, por cierto, distan
bastante de las características recurrentes que se utilizan para definir la
7
Esto se debe a la inclusión de dos criterios diferentes en la caracterización del sector informal, nivel
de ingresos y condición laboral (cuenta propia o tamaño de la empresa). Con todo, en la gran
mayoría de la fuerza de trabajo ocupada del sector existe una correspondencia entre el tamaño de la
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8
informalidad. La mayoría de los ocupados con estudios superiores completos que
trabajan en este ámbito lo hace por opción, a diferencia de las categorías de
trabajadores con menor nivel de instrucción que lo hacen por obligación.
La reducción de la fuerza de trabajo ocupada con educación primaria
incompleta es consistente en todos los sectores de la economía, existiendo una
confluencia de dos factores explicativos para este caso: la salida de los
trabajadores de mayor edad y bajo nivel educacional; y la retención escolar de la
población joven que ingresa al mercado de trabajo con más años de educación
formal.
El cuadro nº 3 resume la variación observada a lo largo de la década en
los distintos sectores de la economía por nivel educacional, ratificando la
reducción indicada en el nivel de primaria incompleta, el relativo crecimiento de
los trabajadores por cuenta propia con enseñanza básica completa o secundaria
incompleta (y su concentración en el sector precario de la economía informal), el
marcado aumento de la fuerza de trabajo ocupada con educación secundaria
completa en todos los sectores de la economía, y el crecimiento de la fuerza de
trabajo ocupada con educación superior en el sector de la economía informal,
particularmente en el sector asalariado que correspondería al segmento más
dinámico de esta economía (como podrá verse posteriormente en el análisis por
ingresos).
Cuadro nº 3. Distribución de la fuerza de trabajo ocupada en por nivel
educacional alcanzado; ambos sexos, 1990-2000
Año /
Nivel Educativo
alcanzado
Ambo sexos
Subtotal Sector Informal
Variación
Variación
cuenta propia asalariado y
y asalariado patrones en
s/remun.
p. empresas
Primaria incompleta
-23,3
-11,8
Prim.comp.Sec. incomp.
11,9
-2,4
Sec. comp. Ter. incomp.
10,8
9,4
Terciaria completa
0,6
4,7
Fuentes: Elaboración Propia en base a datos del SITEAL
Subtotal Sector Formal
Variación
administración
pública
0,0
-8,8
7,4
1,4
Variación
empresas +
5 trab Sector
secundario
-15,3
2,4
11,4
1,5
Variación
empresas +
5 trab.Sector
terciario
-8,9
0,5
10,6
-2,2
Por otra parte, al revisar los datos disponibles considerando las diferencias
de género, se observa que, aunque ambos grupos expresan la tendencia general
empresa o condición de trabajador por cuenta propia con el lugar ocupado en la estructura de
distribución de ingresos.
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reseñada, en el caso de las mujeres es más evidente la vinculación entre menor
escolaridad y participación en el sector informal de la economía. En el año 2000 el
55,2% de la fuerza de trabajo masculina que se desempeñaba en el sector
informal contaba con 11 años o menos de escolaridad, en cambio, este
porcentaje ascendía al 62,1% de las mujeres.
Como puede verse en los cuadros 4 y 5, mientras que la variación del
porcentaje de trabajadores en el segmento de educación secundaria completa es
proporcional entre hombres y mujeres, el incremento relativo del segmento de
trabajadores con escolaridad primaria completa se verifica fundamentalmente
entre
las
mujeres
que
se
desempeñan
en
el
sector
informal
y
muy
particularmente en el sub-sector no asalariado (un incremento de 10 puntos en
relación al 0.7 observado en el caso de los hombres). Como contraparte, en el
segmento de educación terciaria completa, las mujeres sufren un retroceso de
tres puntos atribuible, básicamente, a su descenso en la participación del subsector de empresas pequeñas y medianas del sector terciario.
Cuadro nº 4. Distribución de la fuerza de trabajo ocupada masculina por
nivel educacional alcanzado 1990-2000
Año /
Nivel
Educativo
alcanzado
hombres
Primaria
incompleta
Prim.comp.Sec.
incomp.
Sec. comp. Ter.
incomp.
Terciaria
completa
Total
Fuentes: Elaboración
Subtotal Sector Informal
Subtotal Sector Formal
Total
1990
2000
Variación
1990
2000
Variación
1990
2000
Variación
32,7
17,9
-14,8
22,7
10,3
-12,4
24,4
11,6
-12,8
36,6
37,3
0,7
29,2
29,0
-0,2
30,5
30,4
-0,1
24,7
33,9
9,2
31,3
42,9
11,6
30,1
41,4
11,2
16,8
100,0
17,7
100,0
0,9
14,9
100,0
16,6
100,0
1,7
5,9
10,8
4,9
100,0
100,0
Propia en base a datos del SITEAL
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Cuadro nº 5. Distribución de la fuerza de trabajo ocupada femenina por
nivel educacional alcanzado 1990-2000
Año /
Nivel
Educativo
alcanzado
mujeres
Primaria
incompleta
Prim.comp.Sec.
incomp.
Sec. comp. Ter.
incomp.
Terciaria
completa
Total
Fuentes: Elaboración
Subtotal Sector Informal
Subtotal Sector Formal
Total
1990
2000
Variación
1990
2000
Variación
1990
2000
Variación
41,8
20,6
-21,2
13,6
5,6
-7,9
24,2
10,9
-13,2
31,1
41,5
10,4
17,5
18,7
1,3
22,6
26,8
4,2
21,2
31,9
10,7
34,8
44,7
10,0
29,7
40,2
10,5
34,2
100,0
30,9
100,0
-3,3
23,6
100,0
22,1
100,0
-1,5
5,8
5,9
0,1
100,0
100,0
Propia en base a datos del SITEAL
Una mirada de la variación en la distribución del nivel educacional de la
fuerza laboral por sector de la ocupación permite alcanzar mayor claridad sobre
estas últimas tendencias anotadas. Como puede verse en el cuadro nº 6, durante
la década existe un incremento general de la proporción de trabajadores de todos
los niveles educacionales en el mercado informal. En el caso de los trabajadores
con menor nivel educacional (categorías hasta 11 años de escolaridad) el
aumento alcanza tres puntos, subiendo la proporción de 38,5% a 41,6% en el
segmento de trabajadores con educación primaria completa y de 30,2% a 33,2%
en el segmento de trabajadores con educación primaria completa y secundaria
incompleta.
Si se observa la distribución por sexo en estas mismas categorías, es
evidente la mayor concentración de las mujeres con menor instrucción en las
actividades laborales más precarias. Del total de mujeres con educación primaria
incompleta, el 66,6% se desempeñaba en el sector informal, mientras que en el
caso de la educación primaria completa/ secundaria incompleta, el porcentaje
ascendía al 54,7%. En el caso de los hombres, aunque existe un incremento de la
proporcionalidad
de
trabajadores
en
el
segmento
de
educación
primaria
incompleta, el porcentaje de trabajadores con este nivel educacional en el
mercado formal triplica al del mercado informal. De este modo, aunque como
tendencia existe un desplazamiento de trabajadores de los segmentos de menor
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nivel de escolaridad hacia el mercado informal, esta es mucho más evidente y
aguda en el caso de las mujeres que en el de los hombres8:
Cuadro nº 6. Distribución del estrato educacional ocupado por sector de
la ocupación y diferenciación por sexo 1990-2000
Año /
Nivel Educativo
alcanzado
Ambo sexos
Primaria
incompleta
Prim.comp.Sec.
incomp.
Sec. comp. Ter.
incomp.
Terciaria
completa
hombres
Primaria
incompleta
Prim.comp.Sec.
incomp.
Sec. comp. Ter.
incomp.
Terciaria
completa
mujeres
Subtotal Sector Informa
Subtotal Sector Formal
1990
2000
variación
1990
2000
variación
38,5
41,6
3,1
61,5
58,4
-3,1
30,2
33,2
3,0
69,8
66,8
-3,0
18,8
19,4
0,5
81,2
80,6
-0,5
8,0
10,2
2,2
92,0
89,8
-2,2
Subtotal Sector Informal
1990
2000
variación
Subtotal Sector Formal
1990
2000
variación
23,1
25,8
2,7
76,9
74,2
-2,7
20,8
20,5
-0,3
79,2
79,5
0,3
14,2
13,7
-0,5
85,8
86,3
0,5
6,8
10,9
4,1
93,2
89,1
-4,1
Subtotal Sector Informal
1990
2000
variación
Primaria
64,9
incompleta
Prim.comp.Sec.
incomp.
51,7
Sec. comp. Ter.
incomp.
26,8
Terciaria
completa
9,2
Fuentes: Elaboración Propia en base
Subtotal Sector Formal
1990
2000
variación
66,6
1,7
35,1
33,4
-1,7
54,7
3,0
48,3
45,3
-3,0
28,0
1,2
73,2
72,0
-1,2
90,8
90,6
-0,2
9,4
0,2
a datos del SITEAL
En resumen, al revisar la composición de la fuerza de trabajo ocupada por
estrato educacional, destaca (a) la disminución absoluta de los trabajadores con 5
años o menos de escolaridad, (b) el aumento de la escolaridad promedio de la
fuerza de trabajo, y muy particularmente de aquella con enseñanza secundaria
completa, (c) el desplazamiento de los trabajadores con menor escolaridad hacia
el mercado informal de la economía, (d) la mayor incidencia de este último hecho
en el caso de las mujeres y (e) el incremento de los trabajadores con educación
superior en un sector dinámico del mercado informal de la economía. ¿Qué
8
Este hecho ha sido recalcado en algunos estudios del mercado laboral considerando la variable de
género. Valenzuela y Venegas advierten que del conjunto de empleos generados en el país entre 1990
y 1998, el 38,9% corresponde al sector microempresarial y de éstos, un 57% fue ocupado por
mujeres. Véase, Valenzuela, M.E. & Venegas, S.; 2001.
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Pág. 12
correspondencia existe entre estos hechos y los ingresos percibidos por la fuerza
de trabajo?.
(2) Composición del mercado de trabajo por ingreso promedio
Durante la década de los 90, el ingreso horario promedio de la fuerza
laboral ocupada tuvo una evolución positiva, incrementándose en 3,3 veces entre
ambas mediciones. Como puede verse en el cuadro nº 7, aunque el crecimiento
es observable en todos los sectores, este resulta mayor en el sector informal de
la economía, produciéndose una reducción de la brecha salarial entre los
trabajadores de igual nivel de educación por tipo de actividad laboral. De este
modo, mientras que en el año 90 la diferencia de ingresos promedio entre los
trabajadores
con
menor
escolaridad (primaria
incompleta)
alcanzaba
una
diferencia de 2,3 veces entre ambos sectores de la economía, en el año 2000 esta
diferencia se reducía a 1,6 veces; tal tendencia es similar para todos los estratos
educacionales.
Sin embargo, el cambio más significativo durante este período se observa
en el segmento de los trabajadores con enseñanza superior completa. En ambos
sectores de la economía los trabajadores con más de 13 años de enseñanza
formal ven incrementados sus ingresos en una proporción mayor que el resto, y
en el caso del sector informal, este aumento alcanza a casi 6 veces:
Cuadro nº 7 . Distribución la fuerza laboral ocupada por ingreso horario
promedio 1990-2000
Año /
Nivel Educativo
alcanzado
Ambos sexos
Subtotal Sector Informal
1990
2000
Variación
Subtotal Sector Formal
1990
Primaria
incompleta
164
580
3,5
382
Prim.comp.Sec.
incomp.
203
690
3,4
379
Sec. comp. Ter.
incomp.
291
1.062
3,6
534
Terciaria
5,8
879
605
3.516
completa
Total
231
998
4,3
540
Fuente: Elaborado en base a información de SITEAL.
Total
2000
Variación
1990
2000
Variación
945
2,5
298
793
2,7
1.095
2,9
326
962
3,0
1.502
2,8
488
1.420
2,9
3.002
1.682
3,4
3,1
857
463
3.051
1.520
3,6
3,3
Nota: variación corresponde al número de veces en que aumentó la tasa de salario horaria para cada
estrato.
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Pág. 13
Al comparar esta variación de acuerdo al género de los trabajadores se
observa que, consecuentemente, en ambos casos se estrecha la diferencia de
ingresos entre el sector formal e informal de la economía. De igual manera, pese
a una reducción de la brecha por género en todos los estratos educacionales
entre ambas mediciones, al compararse el ingreso promedio hora entre hombres
y mujeres, se observa la persistencia de una diferencia importante de ingresos
que ratifica un cuadro de inequidad de género.
Esta diferencia resulta más evidente (y de hecho, es el único ámbito donde
existe un crecimiento entre ambas mediciones) en aquellos trabajadores de
mayor nivel educacional insertos en el sector informal, donde la variación es
significativamente mayor para los hombres. De este modo, mientras que en la
medición de 1990 para este sector la diferencia por género era de 1.4 veces, en
el 2000, ésta había crecido a 2.41 veces. El cuadro 8 expresa esta tendencia:
Cuadro nº 8. Distribución la fuerza laboral ocupada por ingreso horario
promedio 1990-2000 hombres y mujeres
Año /
Nivel Educativo
alcanzado
hombres
Primaria incompleta
Prim.comp.Sec. incomp.
Sec. comp. Ter. incomp.
Terciaria completa
Total
Año /
Nivel Educativo
alcanzado
mujeres
Subtotal Sector Informal
Subtotal Sector Formal
Total
1990
193
241
377
740
286
Subtotal
Varia2000
ción
657
3,4
764
3,2
1.262
3,3
4.830
6,5
1.304
4,6
Sector Informal
Varia1990
2000
ción
Primaria incompleta
147
533
3,6
Prim.comp.Sec. incomp.
167
641
3,8
Sec. comp. Ter. incomp.
215
905
4,2
Terciaria completa
501
2.002
4,0
Total
187
780
4,2
Fuentes: Elaboración Propia en base a datos del SITEAL
1990
386
383
566
1.064
554
Subtotal
Varia2000
ción
925
2,4
1.092
2,8
1.568
2,8
3.536
3,3
1.703
3,1
Sector Formal
1990
341
354
540
1.042
508
2000
855
1.025
1.528
3.664
1.638
Variación
2,5
2,9
2,8
3,5
3,2
Total
1990
368
363
468
681
507
2000
1.016
1.105
1.379
2.441
1.642
Variación
2,8
3,0
2,9
3,6
3,2
1990
224
262
400
665
387
2000
694
856
1.253
2.401
1.346
Variación
3,1
3,3
3,1
3,6
3,5
Los datos aquí revisados, junto con demostrar el incremento general del
nivel de ingresos en todos los estratos educacionales, tanto en el nivel formal
como informal de la economía, al mismo tiempo ratifican que existe una marcada
relación entre el nivel educacional y los ingresos que percibe la fuerza laboral
ocupada. Sin embargo, esta distinción solo es evidente en el estrato de la fuerza
de trabajo que cuenta con educación superior completa.
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En efecto, entre ambas mediciones, las personas que cuentan con estudios
superiores
perciben ingresos mucho más altos que el resto de la fuerza de
ocupados, casi duplicando el promedio total de ingresos hora. La diferencia de
ingresos entre aquellos trabajadores que cuentan solo con educación primaria
completa y educación superior completa en 1990 alcanzaba 2.9 veces. En el año
2000 esta relación crece a 3.8 veces (tal aumento, por cierto, es mucho más
marcado en el sector informal de la economía).
Aunque menos pronunciado, esta diferenciación en el ingreso promedio
percibido por los trabajadores con educación superior completa también se
observa
respecto
al
estrato
educacional
más
cercano
(trabajadores
con
secundaria completa y estudios superiores incompletos), creciendo de 1.7 a 2.1 la
diferencia de los ingresos horario promedios entre ambas categorías9.
A diferencia de lo observado, en el resto de los estratos educacionales no
existe una evidente diferenciación de ingresos por nivel de estudios. La
diferenciación de ingresos entre los trabajadores que cuentan sólo con primaria
incompleta respecto a quienes tienen estudios secundarios completos crece solo
de 1.6 a 1.8 veces entre ambas mediciones y no existe variación en los ingresos
promedio percibidos por los trabajadores situados en los estratos intermedios del
nivel educacional (primaria completa /secundaria incompleta y secundaria
completa/ terciaria incompleta).
Junto a lo anterior, un aspecto importante a considerar en el análisis es la
ya mencionada disminución de la brecha salarial entre los sectores formal e
informal de la economía observada entre ambas mediciones. El cuadro nº 9
resume este cambio al comparar en ambas mediciones el ingreso horario
promedio por sector de la economía con el ingreso horario promedio del total de
ocupados.
9
La agregación de los datos que puede encontrarse en las tablas anexas a esta discusión no distingue
composición de la fuerza ocupada ni ingreso horario promedio entre trabajadores solo con secundaria
completa y aquellos que tienen estudios incompletos en el nivel superior de educación. De acuerdo a
la Encuesta de Caracterización Socio-Económica (CASEN) del año 2000, existe una diferencia
importante entre ambos sub-grupos. El ingreso promedio de los trabajadores con enseñanza
secundaria completa es cerca de un 40% inferior al alcanzado por el aquellos que tienen su enseñanza
superior incompleta, y este primer sub-grupo, el de mayor incremento porcentual en todos estos
años, percibe un promedio de ingresos inferior al promedio del total de la fuerza de trabajo.
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Cuadro nº 9. Variación de la tasa de ingreso horario promedio por
sector de la economía; ambos sexos, 1990-2000
Año /
Nivel Educativo
Subtotal Sector Informal
alcanzado
Ambos sexos
1990
2000
Variación
0.18
0.55
0.73
Primaria incompleta
Prim.comp.Sec.
0.62
0.72
0.09
incomp.
Sec.
comp.
Ter.
0.60
0.75
0.15
incomp.
0.45
0.71
1.15
Terciaria completa
0.16
0.50
0.66
Total
Fuentes: Elaboración Propia en base a datos del SITEAL
Subtotal Sector Formal
1990
1.28
2000
1.19
Variación
-0.09
1.16
1.14
-0.03
1.09
1.03
1.17
1.06
0.98
1.11
-0.04
-0.04
-0.06
Como puede verse, todos los estratos educacionales del sector informal de
la economía aumentan su tasa de ingreso en comparación con el conjunto de
mercado. Este aumento es relativamente moderado para aquellos trabajadores
con educación secundaria completa (variación similar a la experimentada por los
trabajadores que no han terminado su educación primaria) y muy leve para
aquellos que cuentan con educación primaria completa. La gran diferencia se
observa en el caso de los trabajadores con estudios terciarios completos de este
sector informal que supera el promedio de ingresos del total de los ocupados.
La especificidad de este sub-sector dentro de la economía informal, como
se ha insistido, requiere una consideración específica; evidentemente corresponde
a un segmento de trabajadores con alto nivel de educación, que no encuentra
satisfacción a sus requerimientos o no están dispuestos a adecuarse al nivel de
salarios promedio observados en el mercado formal de la economía; su actividad
se diferencia significativamente del resto de la fuerza laboral inserta en el
mercado de trabajo informal y, en sentido estricto, se constituye en un sector
dinámico mayormente funcional a las transformaciones del mundo productivo y
de los requerimientos del mercado de trabajo en los últimos años.
Finalmente, para completar la revisión de la eventual incidencia del nivel
educacional sobre la evolución de los ingresos, el cuadro nº 10 presenta un índice
de la tasa de ingreso horario por estrato educacional y sector de la economía,
considerando como unidad de referencia el ingreso horario promedio de los
trabajadores con menor nivel educacional dentro de la fuerza de trabajo ocupada:
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Pág. 16
Cuadro n° 10.Índice de tasa de salario horaria por estrato educacional y
sector de actividad; ambos sexos (1990 –2000)
Nivel educativo
Sector Informal
Sector formal
Total
Ambo sexos
precario
dinámico
1990
100
Primaria incompleta
109
Prim compSecincomp.
96
Sec comp Ter incomp.
115
Terciaria completa
2000
Primaria incompleta
100
Prim compSecincomp.
114
Sec comp Ter incomp.
128
Terciaria completa
125
Fuentes: Elaboración Propia en base a
100
116
170
303
subtotal
público
100
123
177
368
100
100
116
119
184
183
548
606
datos del SITEAL
industria
terciario
subtotal
100
139
181
344
100
100
145
298
100
97
132
198
100
99
140
230
100
109
164
287
100
151
219
409
100
119
162
367
100
109
149
286
100
116
159
318
100
121
179
385
Como puede comprobarse, en el análisis resulta relevante distinguir los
subsectores dentro de cada sector de la economía. En el sector informal más
precario (trabajadores por cuenta propia), el nivel educacional no marca una
diferencia significativa entre las mediciones de
1990 y 2000; la diferencia de
ingresos entre los trabajadores con menos de 5 años de escolaridad respecto a
quienes tienen estudios superiores completos en este sub-sector es de apenas un
25%.
En cambio, en el sector informal más dinámico (asalariados o patrones en
pequeñas empresas), el premio por el nivel de educación superior es altamente
distinguible. En 1990, en este sector se observa una distinción significativa por
nivel educacional: existe un muy escaso reconocimiento de los trabajadores con
educación básica completa, una diferencia de salarios importante en aquellos que
cuentan con secundaria completa (70%), mientras que la diferencia de ingresos
de los trabajadores con educación superior completa se incrementa en tres veces.
En el año 2000, se mantiene el nivel de reconocimiento para los dos primeros
estratos educacionales pero, sin embargo, la diferencia de ingresos de los
trabajadores con educación terciaria completa aumenta a 5,5 veces.
En el sector formal, se observa una graduación más equilibrada en la
distribución de los ingresos de acuerdo al nivel educativo. En este caso, es el
sector de los trabajadores públicos quienes tienen un mayor reconocimiento por
nivel educacional en comparación a los otros sub-sectores de este nivel. En las
empresas, tanto del sector secundario como terciario, donde el ingreso está
mayormente
asociado
a
la
productividad,
estos
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premios
se
reducen
Pág. 17
significativamente, siendo inferiores, en el caso de los mayores niveles
educacionales a los observados en el sector dinámico informal de la economía.
Este hecho puede confirmar la hipótesis de que el nivel educacional, por sí
mismo, no garantiza un mejoramiento en el nivel de ingreso y que los
requerimientos
del
sector
privado–
empresarial
solo
parcialmente
están
orientados a demandar una fuerza de trabajo altamente preparada. Sobre este
último aspecto se volverá en la sección final del presente artículo.
(3) La incidencia de la subocupación
La tasa de subocupación, entendida como el porcentaje de la población
ocupada que tiene la necesidad y disponibilidad de trabajar más horas de las
desempeñadas
en
su
ocupación
actual,
constituye
una
perspectiva
complementaria al análisis de los datos hasta aquí realizado. Como puede verse
en el cuadro nº 11, entre 1990 y el año 2000 esta tasa, mirando al conjunto de la
fuerza
de
trabajo
ocupada,
no
experimenta
una
variación
significativa,
incrementándose en solo un 0.1% durante el período.
El mayor crecimiento se verifica en el estrato de trabajadores con
educación primaria completa y secundaria incompleta, aumento que se ve
amortiguado por el bajo incremento de las otras categorías educacionales y la
disminución de la tasa a nivel general de los trabajadores ocupados con estudios
superiores completos. Sin embargo, es importante destacar que esta tendencia
presenta una variación significativa al compararse su evolución por sector de la
economía. De este modo, mientras que en el sector formal la tasa decrece en un
0,9%, en el sector informal de la economía ésta tiene un aumento de 3,3%,
marcando más de 7 puntos de diferencia promedio respecto a la fuerza laboral
ocupada en el sector formal.
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Pág. 18
Cuadro nº 11. Tasa de subocupación abierta por nivel educacional y
sector de la economía; ambos sexos; 1990-2000
Año /
Nivel Educativo
Alcanzado
Ambo sexos
Subtotal Sector
Subtotal Sector Formal
Informal
VariaVaria1990
2000
ción
1990
2000
ción
Primaria incompleta
19,1
23,2
4,1
17,9
16,7
-1,2
Prim.comp.Sec. incomp.
15,0
19,8
4,8
10,2
12,7
2,4
Sec. comp. Ter. incomp.
13,2
17,5
4,3
10,1
9,3
-0,8
Terciaria completa
15,7
18,4
2,7
17,2
16,6
-0,6
Total
16,2
19,6
3,3
13,3
12,4
-0,9
Fuentes: Elaboración Propia en base a datos del SITEAL
Total
1990
18,4
11,7
10,7
17,0
14,0
2000
19,4
15,0
10,9
16,7
14,2
Variación
1,0
3,4
0,2
-0,3
0,1
Como puede verse, la subocupación tiene un crecimiento importante para
todos los estratos educacionales situados en el sector informal de la economía,
aunque es más evidente entre los trabajadores que no cuentan con educación
superior completa. En el sector formal, sólo se incrementa entre aquellos
trabajadores que cuentan entre 6 y 11 años de escolaridad, cuestión que puede
evidenciar un mayor condicionamiento del mercado hacia este segmento de
trabajadores que todavía mantiene una representación relativamente alta dentro
de la fuerza laboral ocupada en este sector.
Más allá de estas consideraciones, los datos, necesariamente, deben ser
leídos en relación al conjunto de antecedentes revisados en los acápites
anteriores. De este modo, parece evidente que en aquellos trabajadores que se
sitúan en el sector informal de la economía y que no cuentan con
suficiente
capital educativo (particularmente los dos primeros estratos hasta 11 años de
escolaridad) la subocupación constituye un factor que incide negativamente
y
refuerza su situación de vulnerabilidad e integración precaria. Esta lectura no es
necesariamente la misma para el caso de los trabajadores con educación superior
completa, donde la mayor disponibilidad de horas de trabajo puede estar
asociada a las características propias del mercado y el ingreso hora promedio ya
revisado.
Aunque existe un crecimiento importante en el mercado informal entre
ambas mediciones, la fuerza de trabajo ocupada con estudios secundarios
completos es la que presenta, comparativamente, la tasa más baja de
subocupación de todos los estratos educacionales en el mercado de trabajo. En
este sentido, es posible hipotetizar que la menor retribución en ingresos
verificado para este segmento de trabajadores se puede ver compensado, en
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Pág. 19
parte, con una mayor tendencia hacia la estabilidad y permanencia en el empleo
en los últimos años.
Por
último,
el
cuadro
nº
12
resume
los
datos
de
subocupación
considerados desde una perspectiva de género:
Cuadro nº 12. Tasa de subocupación abierta por nivel educacional y
sector de la economía; hombres y mujeres; 1990-2000
Año /
Nivel Educativo
alcanzado
hombres
Primaria incompleta
Prim.comp.Sec.
incomp.
Sec.
comp.
Ter.
incomp.
Terciaria completa
Total
Subtotal Sector
Informal
Varia1990
2000
ción
13,0
16,5
3,5
Subtotal Sector Formal
Total
1990
14,8
2000
12,4
Variación
-2,5
1990
14,4
2000
13,4
Variación
-1,0
9,5
9,9
0,4
8,6
8,5
-0,1
8,8
8,8
0,0
9,4
7,1
10,6
8,2
19,6
11,7
-1,3
12,5
1,0
7,4
10,1
10,0
6,1
9,1
8,0
-1,4
-0,9
-2,0
7,7
9,9
10,1
6,3
10,3
8,6
-1,4
0,4
-1,5
1990
22,9
2000
27,3
Variación
4,4
1990
29,6
2000
31,8
Variación
2,2
1990
25,2
2000
28,8
Variación
3,6
26,1
6,0
16,4
25,1
8,8
18,3
25,7
7,4
7,8
15,4
24,5
16,9
-5,6
25,0
25,1
4,5
20,8
a datos del SITEAL
15,2
24,7
21,0
-0,3
-0,3
0,2
15,8
24,7
20,7
17,8
24,0
22,4
2,0
-0,8
1,7
mujeres
Primaria incompleta
Prim.comp.Sec.
incomp.
20,1
Sec.
comp.
Ter.
incomp.
16,7
Terciaria completa
22,5
Total
20,6
Fuentes: Elaboración Propia en base
La información demuestra la mayor incidencia de la subocupación
femenina en todos los estratos educacionales y en ambos sectores de la
economía, ratificando que el incremento de oportunidades laborales de las
mujeres en los últimos años está asociado a una mayor precariedad y menor
protección social10.
Las estrategias de externalización y flexibilización predominantes en el
mercado laboral en los últimos años, alcanza una incidencia mucho mayor en la
fuerza laboral femenina, la que más que duplica el porcentaje de subcontratación
respecto a la que presentan los hombres ocupados. Paradojalmente, el único
estrato donde se observa un movimiento en sentido contrario (disminución de
5.6% en mujeres y aumento en 12.5 en los hombres) corresponde a los
trabajadores del sector informal con educación superior completa, reforzando la
imagen de que ésta última corresponde a una categoría específica, la de mayor
10
Para una revisión de las características de este proceso véase Valenzuela, M.E.; 2001
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Pág. 20
dinamismo asociada a las oportunidades del crecimiento económico en el país,
pero que dista diametralmente de la condición de precariedad y pérdida de
seguridad laboral que ocurre con el resto de los trabajadores insertos en la
llamada economía informal.
En resumen, los antecedentes disponibles acerca de la tasa subocupación
laboral en relación al sector económico y nivel educativo alcanzado, reafirman la
tendencia ya señalada acerca de un impacto negativo de la menor escolaridad en
el mercado de trabajo y una situación de desigualdad en los ingresos y calidad del
empleo existente entre hombres y mujeres. La subocupación, desde esta
perspectiva constituye una dimensión que evidencia el carácter segmentado del
mercado laboral y su efecto de inequidad agudizado a lo largo de los últimos
años.
III. Análisis Integrado
Hasta aquí hemos revisado, en términos generales, las principales evidencias
que se desprenden de los datos disponibles acerca de la evolución de los
indicadores de educación y mercado de trabajo urbano en la última década en
Chile. Sin embargo, resulta relevante abordar la pregunta central, que refiere a la
incidencia del incremento del nivel educacional en el acceso a empleos de mejor
calidad, de un modo global. Esta última sección, destinada a un análisis integrado
de la información, pretende enfrentar esta interrogante.
(a) La relación
subocupación
existente
entre
nivel
educacional,
ingresos
y
Para comprobar la relación entre las variables educación, salarios y subocupación,
a partir de la información ya revisada, se propone un ejercicio de análisis que
parte por el establecimiento de tres indicadores fundamentales. Del análisis de la
tendencia de estos indicadores, así como del tipo de relación que se constate
entre ellos, se intentará obtener una conclusión acerca del comportamiento
esperado en la confluencia del perfil educacional, la tasa de salario y la tasa de
subocupación en el mercado de trabajo en Chile durante la década de los 90. En
esa dirección, es necesario especificar los indicadores que serán utilizados.
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Pág. 21
(a.1.) Índice de nivel educacional
La evolución del nivel educacional para los diversos estratos definidos, no
puede
determinarse
totalmente
a
partir
de
la
revisión
de
los
datos
proporcionados, por lo que se requiere hacer una estimación. Con el objeto de
establecer un índice de nivel educacional, que permita ilustrar su evolución entre
los años 1990 y 2000, así como comparar entre los distintos sectores
identificados, se utilizó una aproximación a los años de escolaridad asociados a
cada estrato educacional11. Si bien la escolaridad promedio asumida para cada
estrato no es más que una estimación, permite visualizar un comportamiento
agregado del perfil educacional.
La aplicación de este supuesto generó un índice de nivel educacional, cuya
variación en el decenio 1990 – 2000 se presenta en el Cuadro n° 13.
Cuadro n° 13. Variación en el Índice de Nivel de Escolaridad por
sector económico y por sexo; 1990 – 2000
Sector de Actividad
Total
Hombres
Informal precario
18,7
15,7
Informal "dinámico"
10,6
13,0
Total Sector Informal
14,5
13,4
Sector Público
2,4
5,4
Industria Secundaria
11,9
11,9
Sector Terciario
5,6
7,4
Total Sector Formal
8,1
9,5
Total Ocupados
9,5
10,2
Fuentes: Elaboración Propia en base a datos del SITEAL
Mujeres
19,9
6,0
15,7
-5,1
12,2
2,5
4,4
8,3
Este cuadro ilustra diversas tendencias en los distintos sectores de
actividad y entre hombres y mujeres. En efecto, a nivel global los ocupados
registraron un aumento de 9,5% en el índice de escolaridad, mientras que el
sector formal sólo creció en un 8,1% y el sector informal en un 14,5%. Este
hecho, ya destacado en la sección anterior, puede interpretarse de dos formas:
primero, puede evidenciar una tendencia particularmente dinámica del sector
informal en materia de educación; segundo, puede significar que el sector formal
no tiene la capacidad de absorber el mejoramiento del perfil educacional de los
ocupados.
11
Se asumió que la escolaridad promedio del estrato Primaria Incompleta es de 5 años; que el estrato
Primaria Completa y Secundaria Incompleta tiene 10 años de escolaridad; que el estrato Secundaria
Completa y Terciaria Incompleta es de 13 años; y que en el estrato con Educación Terciaria Completa
es de 15 años.
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Al analizar en detalle la variación del Índice en los distintos estratos, la segunda
interpretación parece adquirir fuerza. Debe notarse que la mayor variación del
índice de escolaridad se registra en el sector informal precario, particularmente
en el estrato de mujeres que se ocupan allí. Resultaría irracional que el sector
informal, caracterizado por sus condiciones de baja calidad de los puestos de
trabajo y por su baja productividad, se constituya en el sector que absorba la
mayor proporción de la población que más aumenta su escolaridad. Es más
probable que el sector formal no genere los puestos de trabajo suficientes para
absorber a una fuerza de trabajo con una tendencia creciente de su perfil
educacional.
Otro resultado que resulta destacable en el sector formal, es la baja variación en
el perfil educacional de los trabajadores del sector público (2,4%), que resulta de
la disminución en el perfil educacional de las mujeres empleadas (5,2%) y del
bajo crecimiento de la escolaridad (5,4%) de los hombres ocupados. Como
consecuencia de este comportamiento del perfil educacional, se constata una
disminución de la brecha entre sector formal e informal (Ver diagramas). En
efecto, en el período se advierte que la estructura del empleo en ambos sectores
evoluciona en el mismo sentido, disminuyendo la proporción de educados con
enseñanza primaria incompleta y aumentando la proporción de ocupados con
estudios secundarios completos. Sin embargo, esta tendencia es mucho más
marcada en el sector informal.
1990: Comparación del Perfil Educacional del Sector Formal e Informal
Primario incompleto
40
Secund. Comp.- Terc/Univ .
Incomp.
20
0
Prim. Comp - Sec. Inc.
Terciario / Univ . Completo
Sector Informal
Sector Formal
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2000: Comparación del Perfil Educacional del Sector Formal e Informal
Primario incompleto
40
20
Secund. Comp.- Terc/Univ . Incomp.
0
Prim. Comp - Sec. Inc.
Terciario / Univ . Completo
Sector Informal
Sector Formal
De este modo, se visualiza cómo el perfil educacional de la fuerza de trabajo se
mueve en dos sentidos principales: por un lado, aumentando el nivel de
escolaridad de la población ocupada y, por otro, disminuyendo la brecha entre los
sectores formal e informal.
(a.2.) Índice de Variación de la Tasa de Salarios
La tasa de salario horaria entregada es un dato insuficiente como indicador
de los ingresos del trabajo, por varias razones. En primer lugar, la tasa de salario
disponible es una variable nominal, por lo que contiene la inflación del período. Al
no relacionarse con los datos de nivel de precios, no es claro si la tasa de salario
real está aumentando cuando la tasa nominal lo hace en 3,2 veces en el período.
Segundo, la tasa de salario no puede considerarse sin atender al crecimiento de
la productividad en la economía. La información de referencia no permite
determinar productividad a nivel de los sectores y estratos en análisis.
No obstante, el análisis puede referirse a la comparación entre los estratos
definidos. Esto permitiría conocer si al aumentar la escolaridad en cada estrato y
sector definido, la tasa de salario varía en el sentido de reconocer el mayor perfil
educacional.
Para considerar las restricciones señaladas e incorporar el análisis
comparativo, se elaboró un índice de salario que permite medir la evolución de la
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tasa de salario de cada estrato en comparación al promedio de la población
ocupada. El índice se construye calculando la variación de la tasa de salarios en
cada estrato durante el período 1990 – 2000. Enseguida se define como unidad
de cuenta a la variación experimentada por la tasa de salarios de la población
total ocupada y se asigna un valor arbitrario que sirva de referencia para
dimensionar la variación de cada estrato12. Antecedentes complementarios
señalan que la variación de ingresos experimentada por la población ocupada es
similar al aumento nominal de los ingresos medidos a través de la Encuesta
CASEN13.
El Cuadro n° 14 presenta el resultado de expresar la variación de la tasa
de ingresos de cada estrato en la forma indicada. Un resultado notable, es que el
mayor crecimiento de la tasa de ingreso horario se registra en el sector informal.
En particular, son los hombres ocupados en el sector informal “dinámico” los que
presentan la mayor variación del índice de salario14.Debemos destacar aquí lo ya
reseñado; mientras la tasa de salario de los ocupados en el sector formal
aumenta menos que el promedio, todos los estratos educacionales de ambos
sexos que se ocupan en el sector informal, registraron un crecimiento de la tasa
de salario por sobre el promedio de la población ocupada.
Cuadro nº 14. Índice de variación de la tasa de ingreso horario, por
sector económico y sexo; 1990-2000
Sector de Actividad
Informal precario
Informal "dinámico"
Total Sector Informal
Sector Público
Industria Secundaria
Sector Terciario
Total Sector Formal
Total Ocupados
Fuentes: Elaboración Propia en base
Total
Hombres
12.7
12.2
13.5
14.7
13.2
13.9
10.0
10.4
9.3
9.3
9.4
9.2
9.5
9.4
10.0
9.8
a datos del SITEAL
Mujeres
13.0
11.7
12.7
9.0
9.3
9.9
9.8
10.6
También el cuadro muestra que son las mujeres ocupadas en el sector
formal, en particular en el sector público, las que registraron un menor
crecimiento de su tasa de salario, mientras que la tasa de salario que obtienen las
12
Para fines de facilitar el análisis comparativo, se utilizó un valor arbitrario equivalente a 10 para
representar la variación de la tasa de salarios horaria de la población ocupada.
13
La Encuesta de Caracterización Socio-Económica (CASEN) es un instrumento de aplicación
periódica, destinado a generar información sobre la situación socio-económica del país, medición de la
pobreza y distribución de los ingresos del conjunto de la población.
14
Más adelante se mostrará que corresponden al estrato de educación terciaria completa.
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Pág. 25
mujeres en el sector informal precario, es la que obtuvo un mejoramiento relativo
mayor.
(a.3.) Tasa de Subocupación
Finalmente, el tercer indicador incluido en el análisis, es la variación en la
tasa de subocupación de los distintos estratos de ocupación considerados. En este
caso, interesa determinar cómo evolucionó este índice en el período analizado, de
tal manera de comparar su evolución con la de los indicadores de nivel
educacional y salario. El cuadro n° 15 muestra la variación de la tasa de
subocupación para cada estrato de ocupación considerados en el análisis.
Cuadro nº 15. Variación de la tasa de subocupación de ocupados en
sector informal y formal por sexo; 1990-2000
Sector de Actividad
Total Ocupados
Informal precario
4,4
Informal "dinámico"
1,3
Total Sector Informal
3,3
Sector Público
3,8
Industria Secundaria
-0,8
Sector Terciario
-1,9
Total Sector Formal
-0,9
Total Ocupados
0,1
Fuentes: Elaboración Propia en base a datos del SITEAL
Hombres
0,8
1,0
1,0
2,1
-1,1
-3,5
-2,0
-1,5
Mujeres
5,8
1,1
4,5
7,9
0,8
-0,6
0,2
1,7
La tasa de subocupación se mantuvo constante en el período, presentando
una variación cercana a cero para el total de ocupados. Con todo, la situación es
diversa según el estrato que se examine. En primer lugar, el sector de industria
secundaria y terciaria presenta una reducción de la tasa de subocupación, lo cual
es coherente con el carácter de estabilidad y formalidad de las condiciones de
trabajo en este estrato. Llama la atención que en el sector público se constata
que la tasa de subocupación aumentó significativamente, lo cual es un indicio de
precarización del trabajo en este sector.
En el sector informal, existe un aumento significativo de la tasa de
subocupación, la cual alcanzó a
3,3 puntos porcentuales en promedio. Sin
embargo, al distinguir por subsectores, se observa que la mayor variación se
registra en el sector informal precario, señalando una mantención o una
agudización de las condiciones de insuficiencia de la contratación en este sector.
Contrasta el indicador de este subsector con la variación de la tasa de
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subocupación en el sector informal dinámico, que aumentó sólo en 1,3 puntos
porcentuales.
El resultado más notable al examinar este indicador es la magnitud del
aumento en la tasa de subocupación en el estrato de mujeres ocupadas en el
sector informal precario y en el sector formal administración pública, lo que indica
la prevalencia de condiciones de trabajo adversas para un amplio sector de la
fuerza de trabajo femenina.
(b) Análisis integrado de indicadores
El objetivo de esta sección es examinar la forma en que evolucionan estos
indicadores
para
cada
estrato
de
ocupación,
de
tal
forma
de
obtener
antecedentes para evaluar la hipótesis planteada. Esto requiere analizar los
indicadores presentados en forma integrada, con el objeto de evaluar si la
variación experimentada por estas variables es coherente con el patrón esperado
de asociación entre perfil educacional, tasa de salario y tasa de subocupación.
Para esto se utilizará la información contenida en el cuadro n° 16, que
resume los valores de cada indicador a nivel de la población ocupada.
Cuadro n° 16. Indicadores de evolución del Mercado del Trabajo (1990
– 2000) para el total de ocupados, por sector de actividad
Variación del Índice
de Nivel Educacional
Sector de Actividad
(%)
Variación en la Tasa
de Salario Horaria (*)
Variación en la Tasa
de Subocupación
(Puntos Porcentuales)
Informal precario
18,7
12,7
4,4
Informal "dinámico"
10,6
13,5
1,3
Total Sector Informal
14,5
13,2
3,3
2,4
10,0
3,8
11,9
9,3
-0,8
Sector Público
Industria Secundaria
Sector Terciario
5,6
9,4
-1,9
Total Sector Formal
8,1
9,5
-0,9
Total Ocupados
(*)
9,5
10,0
0,1
Con fines de ilustración gráfica, se considera como índice base = 10 a la variación
experimentada por el total de ocupados.
Fuentes: Elaboración Propia en base a datos del SITEAL
A partir de esta información, es posible concluir que en términos
agregados, un aumento de 9,5% en el nivel de escolaridad, generó un aumento
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de salarios equivalente al de los ingresos familiares (medidos por la encuesta
CASEN) y que la tasa de subocupación se mantuvo prácticamente constante. Al
desagregar por sectores, se advierte que el aumento del perfil educacional se
sesga en favor de los ocupados en el sector informal, en particular en el sector
denominado precario15.
Al comparar con la segunda columna, se comprueba que, en general, la
tasa de salarios horaria varía en directa relación con el perfil educacional,
favoreciendo en términos relativos a los ocupados en el sector informal. Sólo
escapa a esta tendencia el sector público, donde un bajo aumento del nivel
educacional se asocia con aumentos de la tasa de salario equivalente al promedio
general de los ocupados16.
Sin embargo, la tendencia positiva en los salarios del sector informal,
coincide con un aumento sustantivo de la tasa de subocupación, especialmente
en el sector informal precario.
El diagrama siguiente permite ilustrar las tendencias señaladas, poniendo
en relación los indicadores analizados.
15
Es importante notar que el avance en el perfil educacional de este sector es más fácil, porque se
explica por disminución de ocupados con enseñanza básica incompleta.
16
Debe notarse que el aumento de los salarios ha disminuido la brecha entre sectores, llegando en
algunos estratos educacionales a cerrarse completamente.
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Comparación de la Evolución del Perfil Educacional, la Tasa de Salarios y la
Tasa de Subocupación (1990-2000)
Índice
20
15
Variación del Índice de Nivel
Educacional (%)
10
Variación en la Tasa de Salario
Horaria (*)
Variación en la tasa de
subocupación
5
ar
ia
Se
ct o
rT
er
cia
To
tal
rio
Se
cto
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or
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To
l
tal
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Ind
us
tria
rm
al
Se
cto
rI
nfo
Inf
-5
To
tal
or
ma
lp
re
ca
rio
0
Como puede verse, existe una relación directa entre los tres indicadores,
de tal forma que un aumento en el nivel educacional genera aumentos del salario
relativo. Cuando el aumento en el perfil educacional se registra en el sector
informal, tal aumento en el salario relativo coincide con un aumento en la tasa de
subocupación.
En economía del trabajo, esta mayor tasa de salario podría interpretarse
como un premio al riesgo de los ocupados en el sector informal.
Esta situación es razonable cuando la tendencia del mercado del trabajo
favorece la estabilización del empleo en el sector denominado formal. Sin
embargo, si la estructura productiva de la economía se mantiene, después de una
década, con un cuarto de la población ocupada en el sector informal, el rasgo no
es alentador.
En efecto, si no se ha avanzado hacia una mayor formalización de las
condiciones de trabajo en la economía, se genera una incertidumbre respecto a
los reales beneficios que pueden obtener los trabajadores al aumentar su capital
humano.
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IV. Conclusiones
Para finalizar este artículo, puede señalarse, a manera de síntesis que:
(1) En Chile, durante la década del 90 no existe un cambio sustancial en la
proporción de trabajadores ocupados en los sectores formal e informal de la
economía; lo que se observa es una mayor movilidad intrasectorial, caracterizado
por el incremento del porcentaje de trabajadores en empresas del sector servicios
(crecimiento observado tanto en el ámbito informal como en el sector formal de
la economía) y, muy particularmente, la variación del nivel de escolaridad del
conjunto de la fuerza de trabajo.
(2) En efecto, en términos globales existe una disminución del porcentaje de
trabajadores ocupados con bajo nivel educacional (escolaridad inferior a la
educación primaria completa) y un incremento general de aquellos que alcanzan
la enseñanza media incompleta y completa. Este hecho responde a una serie de
factores, pero sin duda los mayores niveles de retención escolar y el conjunto de
programas gubernamentales dirigidos a mejorar el nivel de competencias básicas
de la fuerza de trabajo en las últimas décadas, ha tenido una incidencia positiva
en este cambio. De igual manera, se observa un incremento de la fuerza de
trabajo con educación superior completa y un incremento de la incorporación de
trabajadores con este nivel educacional en el sector informal (dinámico) de la
economía.
(3) Los antecedentes demuestran una importante relación entre el nivel
educacional alcanzado y la situación de la fuerza de trabajo dentro de la
estructura ocupacional.
Aquellos trabajadores con menor nivel educacional se
ven desplazados hacia el sector informal precario de la economía, ocupando
puestos de trabajo de bajos ingresos y mayor desprotección. Particularmente
destaca el incremento relativo de los trabajadores con 5 o menos años de
escolaridad en el sector informal, y una mayor presencia en este sector de
quienes cuentan con enseñanza media incompleta y completa. Es en este sector,
además, donde se verifica una mayor incidencia de la subocupación, cuestión que
redunda en el incremento de la precariedad laboral y los bajos ingresos y una
mayor
concentración
de
la
fuerza
laboral
femenina
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que,
en
términos
Pág. 30
comparativos, concentran las ocupaciones más precarias y con menor protección
social.
(4) La revisión de los ingresos promedio que percibe la fuerza laboral ocupada,
refleja el grado de diferenciación que existe en el mercado por el nivel de
estudios alcanzados. Como se ha sostenido, los ocupados con enseñanza
universitaria completa perciben ingresos que duplican al promedio nacional y, en
los últimos años, el segmento de trabajadores con este nivel educacional que se
encuentran en el mercado informal han casi sextuplicado sus ingresos. Un mayor
nivel de subocupación comparativo de este segmento respecto a sus pares
insertos en el sector formal, no parece inhibir una tendencia evidente de
instalación de un polo dinámico de trabajadores con alto nivel educacional en el
sector llamado informal. La no correspondencia entre nivel educacional e ingresos
percibidos en el sector de los empleos tradicionales podría explicar, por lo menos
en parte, este hecho novedoso verificado entre ambas mediciones.
(5) El reconocimiento del mercado a quienes cuentan con estudios superiores
completos, no parece tan evidente respecto al resto (la gran masa de
trabajadores) que de igual manera han aumentado sus años de escolaridad
promedio. En este sentido resulta importante destacar la baja incidencia de la
enseñanza secundaria completa en las remuneraciones promedio que alcanzan
los trabajadores en esta condición, sin que se observe, a lo largo de la década,
diferencias significativas con aquellos trabajadores que no han completado los 12
años de educación formal. Este hecho puede dar cuenta de una señal de
desincentivo al esfuerzo de educacional de la población, particularmente en la
demanda de fuerza de trabajo verificada en las empresas de carácter secundario
y terciario del ámbito formal. Si esto es así, en el mediano y largo plazo puede
producirse un desajuste estructural entre el aumento del capital humano y los
requerimientos del mercado de trabajo en el país, verificándose una creciente
desvalorización de las credenciales educacionales, incluso en el ámbito de la
educación superior.
(6) El mantenimiento, casi de un modo inalterable, de la importancia relativa del
mercado informal de la economía, es otro modo de observar el impacto parcial
que tiene el incremento del nivel educacional de la fuerza de trabajo en el país
durante los últimos años. Como se ha insistido, aunque se necesite mayores
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Pág. 31
niveles de escolaridad para no ser relegado a las actividades signadas por la
precariedad y los bajos ingresos, para el grueso de la fuerza de trabajo no parece
existir una retribución evidente en el mercado laboral a los mayores niveles de
educación alcanzado; el polo dinámico de aquellos trabajadores con educación
superior constituye, por cierto, una excepción notable, que abre interrogantes de
estudio en el futuro. En el sector empresarial formal, los criterios de premio por
productividad parecen tener mayor incidencia que el nivel educacional de los
ocupados y, en términos generales, la mantención de una tasa de subocupación
alta, con un fuerte crecimiento en el sector informal, el de mayor aumento de la
escolaridad promedio, también relativiza la incidencia del nivel educacional en los
ingresos y calidad de los puestos de trabajo. Por cierto, sin desconocer el vínculo
evidente que existe entre el incremento del capital humano y los desafíos de
crecimiento económico, los datos aquí revisados no constituyen una señal
alentadora que permita prever un mayor alineamiento entre los avances en el
nivel educacional de la fuerza laboral y las condiciones del mercado de trabajo en
el futuro próximo.
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Bibliografía
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Ediciones, Santiago.
-Gatica, J. & Romaguera, P. (2005) “El mercado laboral en Chile: nuevos temas y
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-Valenzuela, M. E. & Venegas, S. (2001) “Los mitos y realidades de la
microempresa en Chile: Un análisis de género”. Centro de Estudios de la Mujer
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-Valenzuela, M.E. (2001) “Calidad del empleo de las mujeres en los países del
Cono Sur”; en Revista Proposiciones nº 32; SUR Profesionales, Santiago.
-Weller, J. (2000) “Tendencias del empleo en los años noventa en América Latina
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-Weller, J. (2004) “El empleo terciario en América Latina: entre la modernidad y
la sobrevivencia” Revista de la CEPAL nº 84; Santiago.
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¿Qué es el SITEAL?
El Sistema de Información de Tendencias Educativas en América Latina
(SITEAL) es un programa que desarrollan en forma conjunta el Instituto
Internacional de Planeamiento de la Educación - Buenos Aires (IIPE - UNESCO,
Sede Regional Buenos Aires) y la Organización de Estados Iberoamericanos
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI).
La misión del SITEAL es hacer un análisis de tendencias que muestran los
problemas de la inequidad en el acceso a la educación, profundizando en el
estudio de la relación entre educación y sociedad, indagando el impacto que
tienen en el sistema educativo los diferentes escenarios económicos y sociales
de la región, y señalando los efectos de la educación en la calidad de vida de las
familias y en la dinámica social.
Para lograr este objetivo, el Programa se propone:
- Analizar tendencias a partir del seguimiento de un conjunto de indicadores
representativos de las principales dimensiones de la cuestión social y
educativa.
- Captar la complejidad de los diversos escenarios sociales que se van
conformando en la región, destacando la heterogeneidad de contextos en
los que debe operar el sistema educativo.
- Identificar nuevos fenómenos sociales y educativos, a partir de una
exploración permanente de la información.
- Plantear con fundamento hipótesis de escenarios futuros que orienten la
toma de decisiones educativas en el mediano y largo plazo.
La estrategia elegida por el SITEAL para el logro de estos objetivos es la
sistematización y la transferencia de información cuantitativa producida por
diversos organismos públicos de los países de América Latina, así como del
conocimiento elaborado a partir de ella.
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