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26 CETT Formación Capacidades, competencias y valores para la EMPLEABILIDAD “La universidad europea está en un proceso de profunda transformación que se fundamenta en la Declaración de Bolonia de 1999 por parte de los ministros de Educación de los países firmantes. Los términos clave de la reforma son empleabilidad, competitividad, influencia internacional, sociedad del conocimiento y adquisición de competencias por parte de los ciudadanos a través de las universidades.” Rioja, A., 2010 La Universidad de Barcelona, en el Plan Marco Horizonte 2020, cuando destaca las funciones de la universidad -educación y formación, investigación y progreso científico, y actitud reflexiva ante la sociedad y el hombre- ya se refiere a la preparación para una actividad profesional y pone de manifiesto que la universidad, como institución generadora de conocimiento y motor de desarrollo social y económico, debe ser capaz de transferir a la sociedad conocimientos de interés social y comunitario, económico y empresarial. Centrándonos en el concepto de empleabilidad, la Confederación de la Industria Británica (2007) la definía como “el conjunto de conocimientos, cualidades y competencias que un individuo debe poseer para garantizar su eficacia en el trabajo y afrontar las cambiantes necesidades en beneficio de sí mismo, de sus empleadores y de la economía en general”. Hay que tener en cuenta, no obstante, que el término empleabilidad ha ido cambiando de significado en los últimos años. Inicialmente se utilizaba para identificar exclusivamente las competencias necesarias para un puesto de trabajo específico, como una competencia laboral (Saterfield y McLarty, 1995). La Organización Internacional del Trabajo (OIT) la considera como “la capacidad para conseguir y conservar una ocupación y la capacidad para sintonizar con el mercado de trabajo, para poder cambiar de ocupación sin dificultades o para encontrar un puesto de trabajo”. Por otro lado, en las conclusiones generales del Seminario Oficial de Bolonia, celebrado en Bled (Eslovenia) en octubre de 2004, se hacía la siguiente interpretación: “el conjunto de logros -habilidades, comprensiones y atributos personales- que proporcionan a los graduados las mejores condiciones para ganar una ocupación y para tener éxito en las diferentes ocupaciones que pueden elegir, con beneficios para sí mismos y para el conjunto del colectivo de los trabajadores, de la comunidad y de la economía”. (Ventura, J.; Martínez, F. 2007). La propuesta docente del CETT Es importante remarcar que el concepto empleabilidad incorpora, además de los conocimientos que cada individuo posee, las capacidades y competencias que ha adquirido, así como la manera de poner en valor y desarrollar los propios rasgos diferenciales, ya sea para presentarlos a los empresarios o al entorno laboral, o para emprender un proyecto personal. En consecuencia, en el momento de la definición, evaluación y actualización de programas y procesos de aprendizaje, y sin que esto implique limitar las propuestas de las universidades a la formación para la inserción laboral de los titulados, habrá que ser permeables también a las demandas sociales. El CETT, coherente con sus principios y con los criterios de la UB, busca en sus propuestas docentes una combinación entre la formación para la ocupación y otra que permita a los estudiantes seguir formándose con un buen nivel de comprensión crítica y con buena disponibilidad para la autoformación. Para el estudiante, la formación debe ser una vía de acceso no sólo al mercado laboral, sino también al conocimiento. En el caso de los estudios de Turismo, tradicionalmente se ha insistido más en los resultados de la formación -en los conocimientos asimilados, los procesos de aprendizaje y las competencias adquiridas- que en la transmisión de conocimientos tradicional. Según la clasificación que propone el informe Universitat 2000, conocido como informe Bricall, se trataría de estudios universitarios de aproximación profesional. Este hecho puede ser debido a las propias características de un sector de servicios intensivo en capital humano, y también a la tardía incorporación de la formación superior en Turismo a la universidad, que no se produjo hasta el año 1996, con la diplomatura en Turismo. Desde el punto de vista de la relevancia para el mercado 27 laboral, hay que considerar la empleabilidad como potencialidad, versatilidad y adaptación a las necesidades cambiantes. Cada individuo es protagonista y responsable de la propia empleabilidad. Esto debe comportar necesariamente que asuma la conveniencia/necesidad de mantenerse al día y la ambición de mejorar; también la necesidad de ser flexible y mantener la cultura del esfuerzo para responder a las necesidades de las empresas y a las demandas sociales. La voluntad de la persona, entonces, tiene una fuerte incidencia en la empleabilidad sin que esto excluya el necesario compromiso que tienen que adquirir todos los agentes y actores sociales para fomentarla, incluidas las universidades y las empresas. La Comisión de las Comunidades Europeas (2001, p.32), en su definición de empleabilidad como “la capacidad de la gente para ser empleada”, se refiere no sólo a la adecuación de su conocimiento y competencias, sino también a los incentivos y oportunidades que se ofrecen a los individuos para buscar ocupación, y está subrayando la responsabilidad común de los individuos, las organizaciones y la sociedad. Pese a que actualmente, con la crisis, se produce un cierto desequilibrio entre la empleabilidad y la ocupación, las personas formadas suelen tener más empleabilidad y, sin duda, más margen y capacidad para dirigir su carrera. No hay que olvidar, sin embargo, que la potencialidad individual procede de la diferencia. Cada persona tiene que identificar sus cualidades más destacadas, y aprovecharlas y cultivarlas, puesto que le permitirán diferenciarse del resto de personas. Manteniendo siempre viva la capacidad y la inquietud para aprender cosas nuevas, haciendo de la curiosidad una mejora personal continua y del aprendizaje permanente el mejor cuaderno de ruta, con una actitud positiva ante los cambios, se puede dinamizar la propia empleabilidad y asumir con éxito los nuevos retos. Como decía René Char, poeta francés del siglo XX, “desarrollad vuestra legítima rareza”. Maria Abellanet. Directora general del Grup CETT Referencias: • Bologna Follow-Up Group. “Employability in the context of the Bologna process”. Disponible en: http://www.ub.edu/ub/europa/ [acceso: 19 enero 2007]. 2004. • Bricall. ”Informe Universidad 2000”. http://www.uam.es/presentacion/univ2000/inf_bricall.htm, consultado el 24/08/11. 2000. • Comisión de las Comunidades Europeas. “Hacer realidad un espacio europeo del aprendizaje permanente”. Bruselas, COM, pp. 678-final. 2001. • Council of British Industry. “Embedding employability in work experience”. http://www.cbi.org.uk/pdf/timewellspent.pdf, consultado el 25/08/11. 2007. • Organización Internacional del Trabajo. www.ilo.org • Rioja Nieto, Ana. “¿Hacia qué modelo de universidad converge europa?”. IC – Revista científica de información y comunicación, 7, pp. 357369. 2010. • Saterfield, T.; McLarty, J. “Assessing Employability Skills”. ERIC Digest, ED391109. 1995. • UB. “Pla marc horitzó 2020”. http://www.ub.edu/horitzo2020/ docs/pla_marc_ub_horitzo2020_es.pdf. 2008. • Ventura Blanco, Javier; Martínez Olmo, Javier. “Inserció laboral i empleabilitat en el marc de l’Espai Europeu d’Educació Superior: el cas de la Facultat de Pedagogia de la Universitat de Barcelona”. Temps d’Educació, 32. 1er semestre 2007.