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49h
DESIGUALDAD Y POBREZA GLOBAL, IMPLICACIÓN DE LAS EMPRESAS
MULTINACIONALES
Y LA RESPONSABILIDADE SOCIAL CORPORATIVA
Selma Alves Dios
Profesora de la Faculdade de Administração e Ciências Contábeis
de la Universidade Federal Fluminense - Brasil
Área temática: H) Responsabilidad Social Corporativa
Palabras-clave: Deslocalización, poder y político, concentración de riqueza.
DESIGUALDAD Y POBREZA GLOBAL,
IMPLICACIÓN DE LAS EMPRESAS MULTINACIONALES
Y LA RESPONSABILIDADE SOCIAL CORPORATIVA
Resumen
La desigualdad viene intensificándose tanto entre las personas cuanto entre los
países. La reducción de la remuneración del trabajo y la precarización de laboral, así
como las negociaciones desiguales ocurridas en la OMC son factores determinantes
de ese cuadro. Las empresas multinacionales están implicadas no sólo por las
estrategias y prácticas que adoptan, sino que también por políticas y mecanismos que
favorecen a sus intereses de concentración de poder y riqueza globalmente. El control
sobre la conducta de las empresas multinacionales que se aboga a la lógica de la RSC
no sólo no se materializa en mecanismos institucionales eficaces, sino que les dota de
más poder para establecer ellas mismas las condiciones en que subyugan las
personas y los países.
1. INTRODUCCIÓN
La incidencia de la pobreza aumentó y el número de personas clasificadas
como extremamente pobres1 aumentó en cerca de 130 millones entre 2005 y 2008
(Banco Mundial, 2009). La situación se agravo todavía más con la crisis económica,
que amplió drásticamente el número de desempleados y tanto la pobreza como la
desigualdad social tienden a aumentar (UNU-WIDER, 2008).
La solución de este
problema primordial de la humanidad depende fuertemente del desempeño de las
empresas que, sin embargo, pueden empeorar la degradación social cuando adoptan
estrategias y prácticas de concentración de capital, tratan la desigualdad como una
ventaja comparativa y imponen los intereses de las corporaciones por encima de los
intereses de las naciones. De acuerdo con Chesnais (2003), estas instituciones
provocaron la liberalización y la desregulación a marchas forzadas de los países
considerados “emergentes” abriendo sus economías a alas operaciones financieras y
les integrando en los mecanismos internacionales de transferencia de riqueza basados
en los mercados de títulos. Para la OIT (1977), la complejidad de esas corporaciones y
la dificultad de percibir claramente sus estructuras, operaciones y planes, son motivo
de preocupación en el país de acogida, en el país de origen o en ambos.
1
Personas que viven con menos de US$ 1,25 por día.
En ese estudio, buscamos analizar las implicaciones de prácticas comúnmente
adoptadas por las empresas multinacionales en el incremento de la desigualdad social
dentro de los países y entre ellos, así como una comprensión del papel que juega la
Responsabilidad Social Corporativa.
2. DESIGUALDAD SOCIAL ENTRE PERSONAS Y ENTRE PAÍSES
2.1 Desigualdad en el mundo
La desigualdad social es una situación en la que los individuos de una misma
sociedad no tienen las mismas condiciones en los derechos de propiedad, el acceso a
la atención de la salud y la educación, así como muchos otros productos sociales. Está
intrínsecamente relacionada a las disparidades en la distribución de los activos
económicos y de ingresos. Tales disparidades acentúan la situación de pobreza
general, entendida esta como la privación de capacidad para satisfacer algunas
necesidades elementales y esenciales (Sen, 1997), renta familiar per capita muy baja
e imposibilidad de acceso a los productos y servicios fundamentales de supervivencia
en el ámbito urbano y el rural (Instituto Ethos, 2003). Según la CEPAL (2003) el mejor
remedio para reducir la pobreza es reducir la desigualdad.
Se observa la desigualdad entre las personas y entre los países. El estudio
"Personal Wealth From a Global Perspective" de la Universidad de las Naciones
Unidas (UNU-WIDER, 2008), ofrece un panorama de la concentración de la riqueza,
considerado la más amplia iniciativa para investigar el tamaño de la desigualdad en la
distribución de la riqueza en el mundo.
Según el estudio, los 10% más ricos del mundo son dueños del 85,2% de la
riqueza global:
Gráfico 1 – Distribución de la riqueza entre personas en el mundo
Fuente: elaboración propia.
Entre los países, el 50% de los países más pobres poseen apenas 1% de la
riqueza. Los más ricos son América del Norte, con el 6,1% de la población mundial y
el 34,4% de la riqueza; seguido de Europa, con 14,9% de la población y 29,6% da
riqueza; y el grupo de países ricos de Asia y del Pacífico, que incluye el Japón, con
apenas el 5% de la población mundial, y el 24,1% de la riqueza global. En el otro
extremo, China posee una población que representa el 22,8% de todo el mundo y sólo
2,6% de la riqueza; África con 10,2% de la población y sólo un 1% de la riqueza y
India, con 15,4% de la población mundial posee el 0,9% de la riqueza mundial:
Gráfico 2 – Relación entre población y riqueza
Fuente: elaboración propia
En nivel global, la riqueza familiar está muy concentrada. Del
total de la
riqueza mundial, un 40% la posee el 1% de la población adulta (37 millones de
personas):
Gráfico 3 – Concentración de la riqueza en el mundo
Fuente: elaboración propia.
El 1% más rico detienen una renta de US$517,600 y reside casi
exclusivamente en América del Norte, Europa Occidental y los países ricos de Asia y
el Pacífico, 64,3% de ellos en Estados Unidos y Japón. Entre el 10% de personas más
pobres del mundo, con un patrimonio total inferior a US$ 178, un 26,5% están en la
India, 6,4% en China y 2,2% en Brasil. Los Estados Unidos tienen apenas 0,2% de su
población en ese grupo.
2.2 Desigualdad entre las personas, reducción de salarios y precarización
laboral
La desigualdad entre personas es resultante de las diferencias de capacidad de
negociación y actuación, independiente de valores éticos, bajo las condiciones
culturales, políticas y legales, institucionales existentes en el país.
Según Torres
López (2009), las principales causas de las desigualdades son las diferencias
salariales que dan lugar a grandes desigualdades de ingresos, pues el salario suele
ser la única fuente de ingreso de la mayoría de la población, además de los obstáculos
existentes para que todas las personas accedan en igualdad de condiciones a la
educación y la formación, y el reparto muy desigual del poder en el mundo. Para el
Banco Mundial (2001), la falta de ingresos y activos para satisfacer las necesidades
básicas (alimentos, vivienda, vestido y niveles aceptables de salud y educación); son
los principales determinantes de la pobreza, así como la sensación de impotencia y
falta de representación en las instituciones del Estado y de la sociedad; y
vulnerabilidad ante la crisis. Se observa la estrecha relación entre la desigualdad y la
pobreza y los bajos niveles de ingreso que reciben las personas. Es por medio del
trabajo asalariado que se sostiene la mayor parte de la población del mundo (Banco
Mundial, 2001).
Sin embargo, según el Observatorio de la Sostenibilidad en España (2007), los
trabajos que se crean bajo el actual modelo no logran proporcionar ingresos
adecuados y sustentables y no están redundando en una mejor distribución de la
renta, sino en una progresiva pérdida de poder adquisitivo de los salarios. También la
precarización laboral, se ha extendido en los últimos 30 años en los países
desarrollados impregnando las distintas situaciones de empleo, con inseguridad y
incertidumbre, degradación de las condiciones de trabajo, insuficiencia de los ingresos
salariales y problemas de protección social reducida (Cano, 2007). En la Europa de
los 15, hubo una caída de la participación de los salarios en el PIB, pasando de los
75,5% en 1971/80 a 69,6% en 1995. En una muestra de 53 países sobre los que
existe información, el crecimiento del salario real promedio en la media de países bajó
del 4,3% en 2007 al 1,4% en 2008. El crecimiento del ingreso ha estado bajo presión
por el aumento del desempleo, ejerciendo una presión a la baja sobre los salarios
reales en muchas economías avanzadas (OIT, 2013).
Según Arriola (2007), en las transformaciones recientes del sistema capitalista,
se observa un proceso de sistemática reducción del valor del trabajo, en que se
ignora su
dimensión como necesidad humana primordial y se desvincula de su
significado social, el que permite considerar el trabajo como mero coste de producción,
además de llevar a cabo un reduccionismo que dificulta una visión de la realidad
social. Bajo esa concepción, la lógica “natural” son las acciones en el sentido de
reducir el “coste” laboral, para el que concurre fundamentalmente la alteración de la
regulación laboral hacia la eliminación de derechos laborales históricos, la denominada
“flexibilización”2, permitiendo a las empresas disponer de la fuerza laboral con menos
garantías, reemplazar contratos de trabajo en condiciones más precarias que los
anteriores y con menores niveles de remuneración. Además, introduce un cambio
importante en la correlación de fuerzas de tal modo que el trabajo y sus
representaciones institucionales han perdido parte de su antiguo poder de negociación
(Ruesga, 1997).
En la Unión Europea la desreglamentación del trabajo tuvo gran impulso con el
Libro Verde Laboral (COMISSÃO DAS COMUNIDADES EUROPEIAS, 2006), que
2
Según el autor estos términos pueden ser equívocos en el ámbito de las relaciones laborales.
promueve la flexibilidad de las normas con respecto a procedimientos de despido
individual o colectivo y de seguridad social, exhortando el Derecho laboral a fomentar
la flexibilidad considerando que el modelo tradicional de relación laboral “puede no ser
el adecuado por tener cláusulas y condiciones demasiado protectoras que pueden
desanimar a los empleadores a contratar durante los períodos de bonanza
económica”, aunque que el desempleo y el empleo precario son crecientes, según las
estadísticas presentadas en el mismo documento.
2.3 Desigualdad entre los países y las negociaciones de la OMC
Entre los países, las causas de la desigualdad están asociadas a las
condiciones desiguales de las transacciones entre ellos, debido a las diferencias de
capacidad de negociación y actuación de cada país; y la posibilidad de que
determinado actor manipule las relaciones con el actor o grupo de actores más
dependientes, teniendo en cuenta que los flujos de comercio son la principal evidencia
de interdependencia en la economía mundial3 (Thompson, 2000).
Las reglas aplicables a una gran parte del comercio mundial y los avances más
importantes en la liberación del comercio internacional se realizaron por medio de las
rondas celebradas bajo los auspicios del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros
y Comercio (GATT), desde 1948 hasta 1994, creado con la intención de que se
ocupara del comercio que viniera a añadirse a las dos “instituciones de Bretton
Woods”: el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) (OMC, 2013). Los
impasses en la liberalización del sector de la agricultura condujeron a la Ronda
Uruguay y la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC), con el objetivo
de reforzar y ampliar la liberalización de comercio mundial. Esta pasa a tener un
mandato mucho más extenso GATT, comprendendo ncluso aspectos no arancelarios,
como regulaciones ambientales y sociales y “se ocupa de las normas mundiales por
las que se rige el comercio entre las naciones. Su principal función es velar por que el
comercio se realice de la manera más fluida, previsible y libre posible” (OMC, 2013).
Resáltese que no hay mención de equidad o justicia en estos objetivos.
Según el Corporate Europe Observatory (1999), la OMC es una institución
extremadamente antidemocrática y nada transparente. Los países del Sur tienen muy
poquito que decir en los procesos de negociación, aunque representan a la mayoría de
la población mundial. La falta de recursos humanos y financieros, las negociaciones de
3
El concepto de interdependencia, en la política mundial, implica que los actores están interrelacionados
de tal forma que si algo pasa con un actor, en determinada ocasión y local, todos los demás actores se
verán afectados de alguna manera.
los miembros más poderosos a puerta cerrada y sobre todo, las fuertes presiones
bilaterales de Estados Unidos y la Unión Europea (UE) han hecho que en muchos
casos los países periféricos acepten acuerdos que van en contra de sus intereses. Los
representantes de Estados Unidos y Unión Europea trabajan por el acceso sin trabas a
los mercados para las multinacionales y buscan el desmantelamiento de regulaciones
locales y los obstáculos al comercio y las inversiones en los países menos
industrializados. De acuerdo con Guedes (2003), cuando hacen la defensa de sus
intereses ecnómicos los países desarrollados se garantiza, ante todo, un espacio para
la expansión de las empresas multinacionales. Según Hernández Zubizarreta (2009),
la razón de fondo reside en que los acuerdos suscritos deben respetarse en aras de la
seguridad jurídica, frente a los programas políticos de los nuevos gobiernos (aún que
en condiciones sospechosas).
Para Stiglitz (2006) el actual régimen comercial internacional es injusto para los
países en vías de desarrollo. En las negociaciones comerciales se producen tratos
complejos entre los países, siendo que en las reglas que se derivan suelen imponerse
aranceles cuatro veces más altos de media a los países en vías de desarrollo que a
los desarrollados, y proporcionaron subvenciones masivas a la agricultura y
fortalecieron los derechos de propiedad intelectual4 que beneficiaron ampliamente a
los países desarrollados y perjudicando intensamente a los países en vías de
desarrollo.
En la desigualdad entre los países, cabe considerar también el efecto de los
programas de ajuste estructural impuestos por el FMl y el Banco Mundial a los países
pobres, con medidas como desregulación, privatización de empresas públicas,
reducción de gastos del Estado con los programas sociales, concentración de la
producción de bienes exportables, el pago de la deuda pública a los bancos del Norte
y apertura de los mercados locales a las importaciones de cereales procedentes de los
países del G7, cuyos gobiernos subvencionan la producción, entre otras medidas.
De acuerdo con Santos (2001), las relaciones de explotación constituyen el
factor explicativo fundamental de las desigualdades de clase, y para entender el origen
de la asimetría entre países pobres y ricos, el centro y los países periféricos, se deben
analizar los intereses de clase que se establecen en el ámbito internacional y local. Es
4
El Acuerdo TRIPS (Aspectos Relativos al Comercio de los Derechos de Propiedad
Intelectual), que concede a las empresas el derecho a proteger su `propiedad intelectual´ en
todos los países miembros de la OMC, fue diseñado por un comité (IPC, Intellectual Property
Committee) que reúne 13 grandes multinacionales estadounidenses entre las DuPont,
Monsanto y General Motors.
importante entender que la exclusión es el producto de las relaciones de clase, no de
las naciones.
3. PODER, CONFLICTO DE INTERESES Y ACTUACIÓN POLÍTICA DE LAS
EMPRESAS MULTINACIONALES
3.1 Concentración y poder
Las corporaciones transnacionales son las protagonistas de la economía mundial
no solo por el volumen de recursos que mueven, por su desarrollo organizacional y
tecnológico y su ámbito de actuación, sino que por su poder de influencia en la
conducción de la economía y la política en tanto en el ámbito internacional como en el
ambiente interno de los países. En la actualidad existen cerca de 82 mil empresas
multinacionales, que controlan cerca de 800.000 filiales, responsables de un tercio de
las exportaciones mundiales y dan empleo a unos 77 millones de trabajadores. El
número de trabajadores en algunas de estas empresas multinacionales es mayor que
el número de trabajadores de distintos países5(Antunes, 2013).
La mayor parte de las ramas económicas están controladas por oligopolios
mundiales compuestos por menos de una centena de corporaciones. La industria del
petróleo y gas es controlado por apenas cinco corporaciones6. En la principal área de
actividad económica de los países subdesarrollados, el sector primario, una imagen
dominante es la de la empresa transnacional que monopoliza cada vez más los
mercados rurales (Blauert y Zadek, 1999).
En un estudio innovador, Vitali y Glattfelder (2011), identificaron y cartografiaron
las conexiones de control a partir de en una base de datos de 37 millones de
empresas e inversores y encontraron un núcleo formado por 1318 empresas (36%)
altamente interconectadas que detienen la mayoría de acciones de las empresas
líderes en el mundo, 95% de los ingresos por ventas de
todas las empresas
multinacionales y congrega los 737 mayores accionistas (0, 123% del total) que
detienen el poder de controlar colectivamente el 80% del valor de las multinacionales.
Del núcleo, 147 corporaciones (menos del 1%) – una "super-entidad" – controla el
40% del total de la riqueza
5
de toda la red, un poder desproporcionado sobre la
Por ejemplo, Wal-Mart, emplea a 2,1 millones de trabajadores, lo cual es más que el número total de
trabajadores en países como Dinamarca, Finlandia, Irlanda y Nueva Zelanda (Antunes, 2013).
6
Las estadounidenses ExxonMobil y Chevron, la británica BP, la británico-neerlandesa Royal Dutch Shell
y la francesa Total.
economía global y pode representar un risco sistémico7 significativo, como afectar a la
competencia en el mercado mundial y a la estabilidad financiera. La mayoría son
instituciones financieras de EE.UU. y los del Reino Unido 8.
Más allá de la noción común de control dada por el derecho de voto de los
accionistas, el control se ejerce a través de de la cadena de relaciones accionarias,
donde un accionista tiene control de una empresa, que controla otra empresa y así
sucesivamente. Según Vitali y Glattfelder (2011) ese poder tiene el sentido del poder
potencial de Max Weber, es decir, la probabilidad de imponer su propia voluntad a
pesar de la oposición de los demás.
Acorde con los autores, hay que plantearse si este núcleo de poder económico
mundial puede ejercer un poder político centralizado intencionalmente. Ellos
sospechan que las empresas pueden incluso competir entre sí en el mercado, pero
que actúan en conjunto en intereses comunes - y uno de los mayores intereses sería
resistir a los cambios en su red.
La nacionalidad de las multinacionales traza un mapa del reparto del poder
entre los Estados. Según Van den Eynde (1999), De las 200 mayores multinacionales,
176 están concentradas en 6 potencias financieras, 74 de ellas (42%)
son
norteamericanas. De las 500 mayores no estadounidenses, 152 son de Japón, 75
inglesas, 47 francesas, 42 alemanas, 22 canadienses y 15 italianas, por lo que el
Grupo de los Siete (el G-7) viene a representar al 80% de las multinacionales.
3.2 Conflicto con los intereses locales y actuación política
La esencia de las empresas multinacionales que tratan los diversos mercados
nacionales como si fuesen uno (Grosse y Behrman, 1992). Llevan a cabo una
actuación que responde a una estrategia única y no se identifican con los intereses de
un único país, sino que tratan de optimizar sus resultados a escala mundial. Faux
(2006), señala que los mercados dentro de las naciones producen inevitablemente
grupos de personas que tienen más dinero y poder que otras. En este sentido, sería
improbable que los mercados globales no crearan una clase superior internacional de
7
Uma medida do quão vulnerável é um sistema em geral. Um nível alto de interconectividad pode ser
ruim para a estabilidade, porque daí o estresse pode se espalhar pelo sistema como uma epidemia.
8
La mayoría son instituciones financieras de EE.UU. y los del Reino Unido, entre las cuales Barclays
PLC, JP Morgan Chase & Co Merrill Lynch & Co., Inc. The Goldman Sachs Group, Inc., Morgan Stanley,
Bank of America Corporation, Lloyds TSB Group PLC y Lehman Brothers Holdings, Inc.
personas cuyos intereses económicos tuvieran más en común unos con otros que con
la mayoría de los ciudadanos que comparten su nacionalidad.
Así, al transcender el marco nacional la organización de las operaciones de las
transnacionales puede dar lugar a conflictos con los objetivos de la política nacional y
los intereses locales, que según Stiglitz (2006) consisten esencialmente en que el
bienestar de los países en vías de desarrollo ricos en recursos depende de que
obtengan mucho a cambio de sus recursos; y el bienestar de las corporaciones ricas
de las naciones industriales avanzadas depende de que estos les cuesten poco.
Para lograr sus objetivos, las multinacionales actúan más allá de la gestión
interna de sus organizaciones, interfiriendo en las decisiones políticas. Trabajan,
deliberadamente y frecuentemente de forma oculta, como actores políticos y poseen
acceso directo a las personas en los niveles más altos del poder político y
administrativo con considerable éxito (Sklair, 1998). Para Stiglitz (2006) superan a
menudo las demandas que reciben del mercado para maximizar la riqueza de sus
accionistas en función de las reglas del juego y, por el contrario, dedican esfuerzos
sustanciales, a menudo ocultos, para establecer ellas mismas esas reglas.
Una práctica ostensivamente utilizada es el ejercicio de presión sobre los
gobiernos y parlamentares para que legislen de acuerdo con los intereses de la
empresa, por medio de grupos de presión y de lobbies, cuya eficacia está definida en
grande medida por la capacidad financiera y por la reputación social de la empresa
multinacional, pues la valoración que realiza el cuerpo social es factor relevante en la
decisión de los políticos. Así, por un lado hay una presión directa a nivel de los
organismos del poder (ministros, parlamentarios, altos funcionarios, etc.) y por otro se
ejerce una presión indirecta sobre el público, con el fin de que este actúe sobre los
gobernantes, que siempre están atentos a su opinión. Para Saavredra (2012)
esos lobbies tienen dos caras: por un lado, una pública y transparente encarnados en
aquellos grupos que gestionan su poder de influencia desde las grandes capitales del
poder, sobre todo Washington o Bruselas9; y, por el otro, una faceta oculta,
generalmente inaccesible al público, desde la que intentan ganar voluntades de una
manera más oscura. La composición de esta supuesta "sociedad civil" es preocupante:
9
Los "lobbies" más poderosos son los del complejo de la industria militar, el energético (petróleo y
9
carbón) , el financiero, el sanitario (liderado por multinacionales farmacéuticas), el agrícola (compendio de
grupos de interés que incluye grandes grupos manufactureros como Kraft o Unilever, agrícolas como
Monsanto, tabaqueras como Philip Morris o papeleras como Weyerhauser. Todas las principales
empresas armamentísticas tienen oficina en Bruselas. Las grandes son EADS, Thales (Francia),
Finmeccanica (Italia), y BAE Systems (Reino Unido). Combinadas, controlan dos tercios de los alrededor
de 90.000 millones de euros del mercado europeo (Saavredra, 2012).
el 70% representa intereses industriales, el 2l0% representa a las ciudades, las
regiones, las comunidades autónomas y las organizaciones internacionales, y sólo un
10% representa los sindicatos y las asociaciones de ciudadanos (Cassen, 2008)10.
Entre los principales lobbies de empresas multinacionales se encuentra la Cámara
Internacional de Comercio, que actúa contra tratados medioambientales, como el
Protocolo de Kioto, la Convención sobre la Diversidad o la Convención de Basilea y a
favor de la industria genética y el Acuerdo sobre los Derechos de Propiedad Intelectual
relacionados con el Comercio (ADPIC) de la OMC. La Cámara Internacional de
Comercio describió a sí misma como "la única organización de negocios realmente
global del mundo" (Werner y Weiss, 2003).
Para Harstad e Svenson (2009) el lobbying y el soborno son faces de una
misma práctica, en escalas diferentes. El soborno es lograr transgredir la norma, con
un coste para cada una de las veces que sea practicada, mientras que el lobbying, es
modificar la norma, que, por supuesto, tiene resultado más durable y un coste fijo
único mucho más alto que el del soborno. La empresa tiene incentivos para practicar
el soborno mientras su coste sea pequeño. Cuando el coste de los sucesivos sobornos
ultrapasa el de practicar el lobbyng, es más interesante cambiar la ley.
3.3 Deslocalización y concentración de riqueza
En la deslocalización hacia países menos desarrollados, las empresas en
general van en búsqueda de mano de obra y recursos naturales a más bajo coste. Sin
embargo, los de niveles de salarios más bajos y las condiciones laborales más
precarias, así como la regulación menos estrictas con respecto a la protección del
trabajador y del medioambiente de los países de destino son las determinantes
mismas de la desigualdad, del que las empresas multinacionales sacan sus ventajas.
Para Husson (2007), las deslocalizaciones presionan a la baja sobre las demandas
laborales y sociales de las personas trabajadoras.
Además, las empresas suelen conseguir incentivos fiscales y subvenciones
diversas junto a los gobiernos de los países en que desean instalarse. Los gobiernos
de los países pobres utilizan los escasos recursos, que deben ser aplicados a la salud
pública y el saneamiento, hacia el desarrollo de las infraestructuras de diseños
10
Delante de los 26 000 funcionarios de la Comisión Europea y 785 miembros del Parlamento Europeo,
se estima que hay alrededor de 15.000 personas que trabajan exclusivamente en los grupos de presión,
para presionar tanto a la elaboración de leyes que favorecen sus intereses como para solicitar el
despliegue de las nuevas proyectos de leyes y regulaciones aún más beneficiosos para su negocio
Cassen (2008).
especializados de las actividades de las grandes corporaciones11. Asimismo, en el
país de origen donde reducen sus actividades o cierran sus plantas, suelen dejar
“pasivos sociales” – muchos trabajadores en el paro, la contracción de la economía
local y una huella el stress social, así como buscan obtener ventajas intentando que el
gobierno se haga cargo de parte de las prestaciones sociales debidas en
consecuencia del incumplimiento de los contratos de trabajo rescindidos. Lo mismo
puede pasar cuando las transnacionales cierran o disminuyen sus actividades en el
país de destino.
Las multinacionales pueden beneficiarse también de transferencias de recursos
por medio de los precios de transferencia, en que unas (en general las matrices)
venden a otras productos intermedios a precios elevados para que estas los
repercutan allí donde los menores salarios permiten una más fácil recuperación del
beneficio, o donde las pérdidas de la filial (no del grupo, que se benefició del alto
precio de venta) sean más fáciles de compensar con ayudas o subvenciones de los
Estados que tratan de garantizar el empleo, o aún para contablemente hacer surgir el
beneficio donde no exista tributación. En España, la filial de una multinacional de
origen alemán “compra” de la matriz productos intermedios a precios de transferencia
interna artificialmente altos y bienes de equipo ya amortizados allí. La amortización de
estos equipos en España y los altos costes soportados por la filial española pueden
llegar a originar “pérdidas” que para el grupo son irreales, pues se compensan con los
precios elevados de suministro y por el hecho de que las máquinas ya estaban
amortizadas. Las pérdidas sufridas en España reducen la recaudación de impuestos y
todavía pueden servir como medio de presión para controlar subidas salariales y para
obtener subvenciones o ayudas estatales que garanticen el empleo en empresas que
se presentan como deficitarias. Sin embargo, la empresa obtiene altos beneficios a
nivel mundial.
Estos fenómenos reducen rentas, reducen la capacidad de los Estados
nacionales de cumplir su función redistributiva y transfieren riesgos a la comunidad
como un todo. Son formas de transferencia de riqueza del sector público al privado,
de las personas de más baja renta –trabajadores o desempleados (que necesitan de
11
En Brasil, en contrapartida al establecimiento de una nueva planta automotriz, los gobiernos
de estados y municipios ofrecen incentivos que incluyen, invariablemente, la donación de
terrenos para la instalación de la planta; provisión de infraestructura para la preparación de la
zona, incluyendo la infraestructura vial y logística, los enlaces ferroviarios y el desarrollo de las
terminales portuarias; exención de impuestos por períodos de diez años; la concesión de
préstamos por parte del Estado, a precios mucho más bajos que el mercado, y la creación de
garantías del gobierno, financieras y jurídicas (Arbix, 2000).
transferencias del Estado) – hacia las personas de renta más alta – los grandes
propietarios de capital – estén estas personas en los países ricos o en los países
pobres, se reflejando en la distribución de renta en la economía.
La evolución de la distribución y la concentración de renta en Europa en el
período entre 1999 e 2008 medida por indicador de la distribución de renta, creado a
partir de la agregación de recursos destinados a los salarios y los impuestos, y un
indicador de la concentración de renta, que agrega los dividendos y a las
amortizaciones (IDR y ICR, respectivamente), con base en la distribución del valor
añadido de las 500 mayores empresas de Europa presenta como dispuesto en la tabla
siguiente:
Tabla 1 - Variación del IDR y del ICR. Media de los países*.
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
IDR 100,0 98,1 99,8 101,7 101,5 101,6 97,7 95,1 91,6 92,3
ICR 100,0 101,3 96,4 94,9 96,0 101,8 106,2 107,2 111,2 104,4
. * base el año de 1999. Fuente: elaboración propia
El IDR presenta perfil decreciente, con ligero crecimiento en los años 2002 a
2004. El ICR presenta crecimiento continuo en todos los años, con excepción del año
de 2001. El mayor crecimiento obtenido por el IDR en el período fue de 1,7% en 2002,
mientras que el ICR obtuvo un 11,2% de crecimiento en 2007 (ese comportamiento se
altera el año de 2008 que se configuró atípico en la economía Europea):
Gráfico 4 – Variación de la distribución y la concentración de renta
en Europa entre 1999 y 2008
Fuente: elaboración propia
12
Sefarti (2003) sostiene que la “creación de valor” – de acuerdo con la expresión
que se ha consagrado – tiende a desplazar el reparto del valor añadido generado en la
producción hacia los objetivos del capital y de quienes lo poseen en detrimento del
trabajo.
Las inversiones que realizan las multinacionales tienden a ser de carácter
temporal, puesto que pueden trasladarse si cambia la coyuntura de ventajas que
12
Estudio inédito ser presentado por esta autora para la obtención del título de Doctorado en
Contabilidad y Finanzas por la Universidad de Zaragoza, España.
justificó las sus inversiones en el país, y así los empleos creados – la principal ventaja
atribuida a la permisión de implantación de una multinacional también tienen esa
característica. Según Ruesga y Bichara (2008), la reducción de la plantilla en los
procesos de reestructuración de las empresas se ha convertido en un importante
elemento de negociación de las empresas transnacionales frente a las políticas
nacionales, condicionando el diseño de estas. En ese sentido, Torres López (2009)
señala que la presencia de empresas multinacionales en una economía no siempre
constituye un hecho favorable debido a que a) las inversiones multinacionales suelen ir
destinadas a la compra de empresas ya existentes o dirigidas a controlar la producción
de algunos bienes que son competitivos con sus líneas de producción en otros lugares
del mundo; b) la inversión de las multinacionales no supone necesariamente una
entrada de capitales; y c) los beneficios a que dan lugar suelen ser repatriados o
destinados a fondos de capitales especulativos o a la inversión patrimonial (inmuebles
o activos no productivos). Asimismo, la mayor presencia de empresas multinacionales
implica, generalmente, una mayor propensión marginal a las importaciones, lo que
impide que sean un factor de estímulo de sectores intermedios nacionales. En este
sentido, puede ser más bien un importante factor de desindustrialización.
4. LAS MULTINACIONALES Y LA RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA
El Estado es la institución formal encargada de regular y fiscalizar la actuación
de los agentes del mercado, incluso de las empresas transnacionales. Sin embargo,
el avance del capitalismo global ha provocado a la vez, que los estados han ido
cediendo parte de su soberanía, y que las compañías multinacionales hayan ido
adquiriendo más influencia y poder (Zubizarreta y Ramiro, 2009). Eso es
particularmente más grave ante una tendencia intrínseca del sistema a la
concentración de la riqueza, por una parte, y la expansión de la pobreza por el otro, ya
que el propio Estado se presenta como la única verdadera salvaguarda de los
intereses vitales de los excluidos en cada país (Santos, 2001).
Ese no fue un movimiento voluntario, sino que más bien una reacción
articulada de las multinacionales.
Las primeras propuestas de regulación, en la
América Latina dieron lugar a fuertes reacciones. En Brasil, hubo duras críticas de
multinacionales al intento del gobierno de reservar el estratégico sector de información
a las empresas nacionales y en México, las transnacionales farmacéuticas
norteamericanas reaccionaron con acciones legales y con amenazas de dejar el país
si se desarrollaron planes gubernamentales de suprimir patentes y promocionar los
genéricos mediante el control de los precios y las inversiones y de potenciar incentivos
discriminatorios (Bello, 2004). En el ámbito internacional, las iniciativas de carácter
universal para controle de las empresas multinacionales a través de la ONU, con
organismos como la Conferencia de las Naciones Unidas Sobre el Comercio y el
Desarrollo (UNCTAD), el Consejo Económico y Social (ECOSOC) o las Normas sobre
La Responsabilidad de las Empresas Transnacionales y otras Empresas Comerciales
(paralizadas desde 2003) no lograron imponerse13. En lugar de eso, desde la ONU, se
promocionó el Global Compact, que se caracteriza por una notable indefinición de sus
contenidos y la ausencia de cualquier mecanismo de supervisión; pero eso sí, permite
disponer del aval de la ONU para definirse como una compañía responsable (Ramiro,
2009).
Así, a pesar de la empresa multinacional ser un agente económico central de
los tiempos modernos, ninguno ordenamiento jurídico hasta hoy ha logrado llegar a un
modelo que se aplique al control de esas organizaciones
Antunes (2013). Por
ejemplo, un número cada vez más reducido de grandes corporaciones sigue
formándose a través de procesos de fusión y adquisición14, sin que haya cualquier
proposición de límite a estas concentraciones o mención del riesgo que eso conlleva.
Por otro lado, los flujos de comercio internacional, así como de inversión se establecen
bajo una tupida red de convenios, tratados y acuerdos que conforman el Derecho
Comercial Global (que se ha dado en llamar lex mercatoria) (Hernandez Zubizzareta,
2009) que garantizan el cumplimientos de los “acuerdos” que todavía son
condicionados por el poder de las corporaciones de imponer sus intereses.
Lo que sí, logró imponerse, fueron las normas supranacionales sectorizadas,
los códigos de conducta internos y la Responsabilidad Social Corporativa, con una
estructura formal de norma jurídica, pero con vocación de construir ámbitos de
derecho blando. De acuerdo con Hernández Zubizarreta y Ramiro (2009),
jurídicamente, la extensión de la Responsabilidad Social Corporativa impide, de facto,
que haya sistemas normativos capaces de neutralizar la fortaleza del Derecho
Comercial Global.
En las “Líneas Directrices para las Empresas Multinacionales” de la OCDE
(Directrices), gran parte de las recomendaciones van dirigidas a los gobiernos (que
13
El mismo GATT surgió de la recusa de los EUA de acatar las determinaciones de la Carta de Habana, de
1948, que establecía normas de control del comercio internacional
1414
.
son quienes subscriben las Directrices), que entre otras determinaciones, establecen
que los gobiernos deben considerar a las empresas como socios de las autoridades
públicas en la puesta a punto y aplicación de los dispositivos voluntarios y
reglamentarios que guarden relación con las políticas que les incumban. Esa
concepción que nos parece absurda dado que las empresas multinacionales tienen
objetivo de maximizar la riqueza de sus inversores, y los gobiernos deben tratar del
bienestar colectivo, mejorando la situación de distribución de riqueza en el conjunto
de la sociedad. Además, determinan que “las autoridades públicas deben consultar a
las empresas sobre la puesta a punto y aplicación de las políticas y reglamentos” y
que “los gobiernos no deben utilizar las Directrices con fines proteccionistas ni de un
modo que ponga en duda la ventaja comparativa de cualquier país en el que inviertan
las empresas multinacionales”.
Las Directrices de la OCDE intervienen en la prerrogativa de los Estados de
introducir las diferencias que sean necesarias para la conducción del bienestar
general, como son las políticas de carácter redistributivo y de desarrollo del mercado
interno. La desigualdad entre los países es la ventaja del cual las multinacionales se
benefician. Es motivo suficiente para pensarse que tengan interese en mantener estas
condiciones. En efectivo, estas desigualdades parecen ser el motivo principal para la
globalización, por el que se defienda el mantenimiento de esas “ventajas” en las
directrices de la OCDE. Sin embargo, es, quizás, el más referenciado como promotor
de la RSC de las multinacionales. Es el documento de referencia por excelencia para
la elaboración de las memorias de sostenibilidad de la Global Reporting Initiative
Sustainability Report (GRI, 2011).
Hay que mencionarse todavía el mecanismo de la concepción de normas a las
cuales todos los países deban convergir, que intervienen directamente en los
mercados y someten también a las empresas menores, formuladas por instituciones
privadas con el objetivo de reducir los costes de las operaciones y permitir mejor
controle de las transacciones globalmente, como en el caso de las
Normas
Internacionales de Información Financiera (NIIF), y incluso establecer condiciones para
expansión de mercado, como en el caso del Codex Alimentarius15. Cabe destacar que
la implementación de las NIIF ha sido recomendada por el Banco Mundial y el por el
15
una norma internacional que trata de “armonizar” la disponibilidad futura y la situación
jurídica de hierbas, vitaminas, aminoácidos, minerales y todos los otros suplementos en todo el
mundo elaborada por un comité llamado Comisión del Codex Alimentarius,
www.codexalimentarius.org.
FMI16 en informes que tienen por objetivo evaluar la observancia del país a los
Principios de la OCDE (Report on the Observance of Standards and Codes – ROSC).
La concepción de la RSC termina por cumplir una triple función. Por un lado,
neutraliza la capacidad de regulación y de control de las multinacionales por parte de
los estados, así como intensifica el poder de actuación de las multinacionales por el
establecimiento de normas y acuerdos que someten los países ante los intereses de
las multinacionales. Por otro, es una poderosa herramienta para crear valor, por
promover una imagen frente a la opinión pública que soma al valor de la marca y
refuerza la idealización de los clientes. Y todavía posibilita una opinión favorable ante
a los gobiernos y parlamentares sumando poder de presión a los lobbies.
5. CONCLUSIONES Y SUGERENCIAS
El expuesto a lo largo de este estudio contraria la clásica la idea de que la
instalación de una multinacional es algo incondicionalmente positivo y da cuenta de
que el mantenimiento de la desigualdad y la pobreza entre las personas y entre los
países no sólo es consecuencia del proceso de concentración de riqueza, sino que
hace parte de los intereses de las multinacionales. Además, presenta la posibilidad de
que estas organizaciones actúen políticamente en conjunto para ese fin, promoviendo
la debilidad de las regulaciones nacionales y la ampliación del poder de las empresas
multinacionales (así como actuaciones de naturaleza operacional), desplazando la
capacidad de regulación hacia instituciones y normas supranacionales que no tienen
carácter universal y defienden intereses de las multinacionales.
El establecimiento de normas supranacionales para el “control” global de la
Responsabilidad Social Corporativa de las empresas multinacionales, además de
someter la actuación de los estados y sustraer su poder de regulación y fiscalización,
busca garantizar una coyuntura que no vaya en conflicto con los intereses de las
multinacionales allí instaladas.
El reconocimiento de estos hechos insiere nuevas
cuestiones que no deben ser ignoradas en la investigación académica, que tiene
relevancia fundamental no sólo para la comprensión de estos fenómenos, sino que
para la integración de eses conocimientos en la conciencia social. Hay que pensarse
las implicaciones más allá de las relaciones formales. Basar los análisis a hechos
formales es un reduccionismo que impide la comprensión de los procesos de
16
Véase el “Informe ROSC”).
conducción de la economía y la política global y mantiene en lo superficial cualquier
proposición de solución.
El problema de la actuación de las multinacionales es esencialmente de
naturaleza moral, pero su gravedad e implicaciones no permiten que las soluciones
permanezcan en el plan de las recomendaciones de conducta ética.
Exige el
restablecimiento de la supremacía de los controles universales por encima de
cualquier instrumento que pueda subyugar los intereses nacionales y el rescate del
debate global acerca del controle del control del comercio internacional y de las
inversiones extranjeras, como ponerse en cuestión en el ámbito de la RSC la asimetría
entre la fuerza jurídica de los acuerdos comerciales del GATT/OMC y la de las
Declaración de los Derechos Humanos de la ONU y otros documentos elaborados en
el seno de la ONU que representen más los intereses de la humanidad y la
preservación de la justicia económica y social en el mundo. Parafraseando Hernández
Zubizarreta (2006) “¿Acaso la seguridad jurídica sustentada en contratos y tratados
bilaterales está por encima de los derechos de la mayoría de los hombres y mujeres
de los países?”. La solución pasa también por promover la concientización de los
gobiernos, trabajadores, organizaciones de la sociedad civil y para promover las
condiciones para que la sociedad pueda actuar en la inhibición de este poder paralelo
y dar suporte en la conducción de las políticas públicas en pro del interese colectivo.
Como sugerencia de nuevos estudios, entendemos que hay la necesidad de
profundizar los análisis sobre los procesos de concentración de empresas, los
mecanismos por el cual se implementan estrategias a través de las redes de control
accionario y los efectos de eso en las políticas y las economías de los países; sobre la
implicación de las corporaciones en el diseño y aplicación de los acuerdos comerciales
internacionales y de los mecanismos que garantizan la obediencia a estos “acuerdos”;
así como de la implicación de corporaciones en la adopción de normas internacionales
y de efectiva conveniencia de los países se sometieren a tales reformas.
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