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ESTRATEGIAS EMPRESARIALES | ENTREVISTA
Ignacio Ruiz-Jarabo
sarios son la palanca de la competitividad. La presunción de veracidad de las
actas de inspección y la ejecutividad de
las deudas se ha convertido en una lacra para el desarrollo económico.
Presidente de Adecla, Asociación del Club del Asesor
«Ante la promesa de bajar
impuestos, la reforma
fiscal es una decepción»
¿No cree que en España hay un problema de recaudación fiscal?
Lo que necesita este país es una reducción drástica del gasto público. Y hay
que reducir las necesidades de financiación. El sistema fiscal no se puede
estirar de forma ilimitada. Y si hiciera
falta más, la subida de tipos acabaría
asfixiando a la economía. Si queremos
tener más suficiencia en Hacienda, la
vía es reducir drásticamente el gasto,
con reformas estructurales, reducción
del tamaño del Estado y de todos los
aparatos institucionales que existen en
la actualidad. Eso es lo que ningún
gobierno se ha atrevido a hacer. Si eso
se hiciera, la necesidad de recaudación
sería mucho menor y eso permitiría
realizar una rebaja fiscal aún mayor
para relanzar la actividad económica.
Conocedor de la realidad tributaria desde su etapa como director de la
Agencia Tributaria, Ignacio Ruiz-Jarabo quiere fomentar la relación de los
asesores con el fisco a través de Adecla. Además, analiza la reforma fiscal
del Gobierno y algunas de las medidas que afectan a los empresarios.
José M. Camarero
@jmcamarero
E
l que fuera director de la
Agencia Tributaria entre
1998 y 2001, preside desde hace un año Adecla,
Asociación del Club del
Asesor. La organización, que integra a
4.000 asociados asesores fiscales y laborales, ya cuenta con acuerdos de
colaboración con las principales instituciones, como la Agencia Tributaria.
«Potenciar esa colaboración entre el
fisco y, sobre todo, los pequeños asesores» es uno de los objetivos de su
presidente, quien nos ayuda a analizar
la actualidad tributaria del país.
¿Qué primera petición le quiere transmitir Adecla a Hacienda?
La posibilidad de que se flexibilicen
los plazos de los ingresos de todos los
vencimientos de los impuestos. Ahora,
la coincidencia de vencimiento de los
diferentes tributos supone para el asesor una acumulación del trabajo en
fechas concretas, que se convierten en
días cresta, para luego pasar a fechas
valle. Y queremos plantear la posibilidad de flexibilizar y escalonar estos
procedimientos tributarios.
¿Para qué nace esta organización?
Intentamos ser una respuesta a una
necesidad corporativa. El asesor fiscal
se encuentra sometido a una doble
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tensión: la de los servicios que da a sus
clientes y la de los requerimientos de
las normas de la Agencia Tributaria.
Esta tensión, especialmente para el
pequeño asesor, le convierte en un
francotirador aislado que muchas veces
se encuentra en una situación difícil.
Nacemos para agrupar voluntades e
intereses y para ser un instrumento útil
en una triple defensa: la de la profesión
del asesor; también para facilitar una
mejor atención al cliente; y para ser un
instrumento útil en la relación con la
Administración Tributaria. Porque
entre Hacienda y los asesores tiene que
haber una relación de colaboración. Y
ahí Adecla pretende ser un instrumento útil para potenciar esa colaboración.
¿Los impuestos pesan mucho más en
la planificación financiera?
Efectivamente. Son muy altos y constituyen un elemento trascendental en la
actividad económica. La variable fiscal
es fundamental para escoger o no una
inversión, a la hora de decidir un aumento de plantilla, etc. Y no solo entendida como nivel impositivo, sino
como riesgo o contingencia que está en
todo momento encima de la mesa.
¿Qué le falta y qué le sobra a la reforma fiscal presentada por el Gobierno?
Esta reforma, ni es la que se nos pro-
metió, porque no se produce la anunciada bajada de impuestos, ni es tampoco la que necesita la economía. Le
falta una reducción significativa de impuestos. Si volvemos a 2011, en todos
los tributos pagaremos más que en
2011, salvo en IRPF, donde unos contribuyentes pagarán menos y otros
pagarán más. Y si no, se lo preguntamos a todos esos pequeños empresarios que serán expulsados del régimen
de módulos. Frente a una promesa de
bajada general de 2011, encontrarnos
ahora con una subida de todos los impuestos y un aumento o bajada de algunos en IRPF, es una decepción.
Además, la economía necesita estímulos para relanzarse y superar la situación crítica en la que
se encuentra. Y el es«EL AUTÓNOMO tímulo más importante es la rebaja del
NECESITA UN
coste fiscal.
VERDADERO IVA
DE CAJA Y QUE
UNA INSPECCIÓN
DEJE DE TENER
PRESUNCIÓN DE
VERACIDAD, YA
QUE LE DAÑA»
Apuesta por reducir
impuestos, pero el
Gobierno recuerda
que era «inevitable»
subirlos por el contexto. ¿Siempre que
se suben impuestos
se recauda menos?
Este axioma no funciona de forma universal. Lo hace cuando hay sobreimposición. Es decir, cuando la tributación
es excesiva, la rebaja de tipos provoca
el aumento de las bases imponibles. Y
cuando es moderada, ese axioma ya no
se produce. Por ello, para que funcione
ese esquema, es necesario que exista
una sobreimposición que, por supuesto, en España sí que se da ahora. Pero
En el caso de autónomos, se han aprobado medidas como el IVA de caja.
Hay que hacer un IVA de caja auténtico, y no una trampa, que es lo que se
ha puesto encima de la mesa. Los autónomos lo han rechazado en bloque,
porque así lo han percibido. El IVA de
caja debería permitirles pagar el IVA
sólo cuando hayan cobrado el servicio
prestado. Y lo que hay ahora es un
diferimiento en el plazo, como máximo
de dos años. Al final de ese plazo, tendrán que pagar el IVA, aunque aún no
hayan cobrado el servicio prestado.
además, esto es importante porque a
tipos más altos hay más fraude. Eso se
ha visto con el IVA: cada vez que suben
sus tipos, lo que se ha disparado es la
oferta de servicios «sin IVA». Eso pasó
con las subidas de 1993 y 1994 y lo que
pasa con las de Montoro recientes y
con la inicial de Zapatero.
¿Estamos ante una reforma integral o
medidas puntuales?
Son modificaciones parciales en el
IRPF y algo en Sociedades. Son ajustes
casi de carácter técnico, que hace que
algunos destinatarios paguen menos,
pero también otros más. Y queda otra
reforma de carácter organizativo: habría que acabar con la presunción de
veracidad de las actas de inspección.
La ley presume que una liquidación de
Hacienda siempre es veraz, frente a la
opinión del contribuyente afectado.
Así, la liquidación se convierte en cobrable, sin perjuicio de recurso. Pero
el contribuyente tiene que pagarla ya.
En los casos en los que un contribuyente recurre, los Tribunales EconómicosAdministrativos vienen anulando la
mitad de esas liquidaciones de Hacienda. Y en los casos en los que no se anulan, después sí lo hacen gran parte de
los tribunales de justicia. ¿Tiene sentido que se mantenga esa presunción de
veracidad, cuando se demuestra que en
su mayoría son inveraces? La consecuencia es que el contribuyente se ha
encontrado asfixiado financieramente
por pagar una deuda que no era tal.
Esto no es sostenible en un estado moderno y en una economía cuyos empre-
¿Por qué sigue siendo la lucha contra
el fraude el Talón de Aquiles del fisco?
El fraude fiscal va a existir siempre que
haya impuestos. Y en todos los países
donde hay impuestos, hay fraude. La
obsesión por eliminar el fraude es tan
absurda como lo sería por eliminar las
infracciones de tráfico, por ejemplo. La
gran preocupación debe ser reducir ese
fraude a límites razonables y que el
defraudador tenga el castigo que se
merece. Normalmente se hacen medidas antifraude de carácter normativo:
¿Que hay fraude en los módulos? Pues
se quitan a los empresarios de módulos. Si hay un fraude, que se persiga y
se castigue, pero que no se apruebe
una norma que acabe con determinados regímenes fiscales a los que se acogían todo tipo de contribuyentes, los
que defraudan y los que no.
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