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LA HIEDRA
La resistencia que se extiende
nº1 | Segunda época | Otoño 2011 | 3€ | Revista de En lucha | www.enlucha.org
15M: El punto
de inflexión
El futuro de la “indignación” a debate: Observatorio Metropolitano H
Miren Etxezarreta H Esther Vivas H Xavier Domènech H José Manuel
Romarís Cercós H Pere Duran
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¿En caída libre?
Los desequilibrios
globales de la
economía
Nuevo sexismo, viejo capitalismo H Patrones de protesta: la experiencia de la Revolución
rusa de 1905 H Aniversarios sepultados. Análisis de la desmemoria
histórica en
Otoño 2011 La Hiedra 1
el Estado español H La prensa revolucionaria en la era 2.0 H ¿Qué es la política?
Los tres días de huelga convocados en Madrid por los sindicatos a finales de septiembre fueron todo un éxito, con un seguimiento del 80%
los dos primeros días, convirtiéndose así en la huelga más grande en la enseñanza madrileña en los últimos 25 años. Los salvajes recortes de la
Comunidad de Madrid están siendo contestados por un profesorado enormemente movilizado, que ha encontrado parte de su inspiración en
el movimiento 15M. Fotos extraídas de: http://fotograccion.org/
Editorial
Un cambio de ciclo
E
l segundo número de La Hiedra llega
en un cambio de ciclo del panorama
político internacional, marcado por una
nueva fase de la crisis económica mundial y por un auge de la resistencia a
sus efectos y las políticas de austeridad. A través
del mundo entero estamos viendo estadillos de
luchas de todo tipo, desde los disturbios sociales
de Londres, la huelga general de Italia y la intensificación de las huelgas en el Egipto revolucionario, que suponen un fuerte rechazo a las cada
vez peores condiciones de la gente.
La lógica del propio sistema capitalista ha
conducido a la situación actual de estancamiento
global y deuda masiva, con la crisis de la
eurozona en el centro. Mientras los capitalistas
le echan la culpa a algunos irresponsables del
sector financiero, cada vez resulta más obvio
que las raíces vienen del corazón del sistema.
Como destacan Diego Mendoza y Joel Sans en
su artículo, la crisis económica actual proviene
de la continuación de la crisis de rentabilidad
de los años 70, cuando se optó por sostener la
economía con la deuda extensiva que contribuyó
a agrandar la crisis actual. Los principales
Estados del mundo siguen preconizando el
neoliberalismo como la única salida, mientras
intervienen continuamente en sus economías
según los intereses del capital y los bancos a
expensas de la mayoría de la población.
La clase dirigente internacional se está
quedando sin remedios ante la profundización
de la crisis y el fracaso total de su solución:
la austeridad brutal. Machacar los derechos
sociales, laborales y políticos de la gente no ha
funcionado. Los rescates y la imposición de
austeridad en Grecia, Irlanda y Portugal no han
resuelto los graves problemas de deuda masiva
de la periferia europea, sino que han empeorado
la situación, empujando a Grecia al borde de su
expulsión de la eurozona. Ahora las economías
de Italia y el Estado español han visto como se
deterioraban sus calificaciones, amenazando
la sostenibilidad de la eurozona entera. Los
ficticios “brotes verdes” que señalaron algunos
políticos ya se han muerto definitivamente y la
precariedad laboral, el desempleo y la pobreza
siguen empeorando. De hecho nos encontramos
ante la posibilidad de una segunda recesión o
incluso de una depresión.
Esto ha conllevado una profunda crisis
política global. La hegemonía global de EEUU
está disminuyendo. Aparecen divisiones
entre las elites europeas y dentro de las
clases dirigentes de cada país. Además, la
socialdemocracia ha sido incapaz de proponer
una salida de la crisis que no consista en
2 La Hiedra Otoño 2011
dinamitar
nuestros derechos sociales y económicos. El
PSOE por ejemplo dejó claro su apoyo total a
la austeridad de la “troika” con la vergonzosa
reforma vía exprés de la Constitución para poner
límites al déficit, acelerando la desilusión de su
base electoral.
Pero la gente de abajo no se ha quedado
callada y quieta ante el intento universal
de hacerle pagar la crisis de los ricos; todo
lo contrario. Ha habido una explosión
internacional de luchas masivas contra las
lamentables condiciones de vida y la cada
vez más patente hipocresía de lo que llaman
democracia y no lo es. Las revoluciones de
Túnez y Egipto que marcaron el comienzo del
auge de la resistencia en enero de 2011 han
continuado con protestas y huelgas de masas
durante todo el año. Sobre todo en Egipto,
las movilizaciones combinan la lucha por una
democracia real con la lucha por un trabajo y
una vida dignos. Como destacamos en la reseña
del nuevo folleto sobre la revolución egipcia,
estas luchas suponen una auténtica amenaza
para el capitalismo y el imperialismo. Han
devuelto la palabra “revolución” al vocabulario
cotidiano de la gente y a la agenda internacional.
La oleada de resistencias se ha materializado
en las numerosas huelgas generales y
manifestaciones de Grecia, reforzadas por más
de 300 ocupaciones de universidades contra
la privatización; en los disturbios contra el
racismo y la crisis en Gran Bretaña; en las
huelgas generales de Italia y Chile…Mientras
el capitalismo enferma cada vez más, la
gente normal está más dispuesta a levantarse
para defender sus derechos, con unas luchas
multitudinarias y una radicalización ideológica
que no se veía desde los años 60 y 70.
En el Estado español el cambio de ciclo viene
marcado por el movimiento 15-M (M15M) que
ha transformado completamente el escenario
político, politizando y movilizando a una capa
muy amplia de la sociedad. El movimiento ha
expresado y conectado con el vasto descontento
Otoño 2011 La Hiedra 3
Editorial
social que llevaba años fermentando debido a la
crisis y la respuesta neoliberal del gobierno: las
reformas laborales, el pensionazo, la reforma de
la Constitución... Como Ana Villaverde explica
en este número, el M15M representa un rechazo
absoluto al sistema político oficial, planteando
en la práctica la alternativa de la democracia
directa. Tras meses de acciones contundentes
y creativas, la paralización de numerosos
desahucios y manifestaciones multitudinarias,
el movimiento es un referente establecido en el
escenario político actual, que sale en los medios
casi a diario. Además, ha radicalizado a otros
sectores indignados de la sociedad, dando un
impulso a las luchas laborales y sociales en los
hospitales de Catalunya o en los institutos de
Madrid, donde se ha desatado una huelga de
tres días a finales de septiembre. La presión
de las asambleas de profesores ha conseguido
obligar a CCOO y UGT a mostrar apoyo para
el movimiento y a convocar los paros que se
pedían para no perder credibilidad frente a
sus bases. El ejemplo de esta huelga puede ser
muy importante para romper con el pesimismo
dentro del movimiento de los trabajadores.
Ante la ronda de recortes sociales brutales
en educación y sanidad o la reforma de la
Constitución, el movimiento afronta el reto
de desarrollar una estrategia eficaz. Las
cuestiones de cómo avanzar, cómo generar
un cambio social y cómo relacionarnos con
las organizaciones y los sindicatos suponen
debates claves. El contenido de esta revista
pretende desarrollar estos y otros temas en
el debate sobre el M15M, con colaboraciones
desde diversos sectores del movimiento, para
ir orientándonos en la lucha y maximizar la
posibilidad de conseguir nuestras demandas y la
realización de una democracia de verdad.
Como se destaca en los varios artículos sobre
el M15M, la clave para aumentar la presión
sobre los políticos hasta parar el neoliberalismo
será extender el espíritu luchador del
movimiento desde las plazas y las calles a los
centros de trabajo. La gente trabajadora está
presente en las asambleas y movilizaciones y
hace falta que use su poder económico. Parar de
trabajar en fábricas, tiendas y oficinas paraliza
el sistema, corta los beneficios de los capitalistas
y tiene el potencial de conseguir cambios
profundos. En varias ciudades el M15M ya
tiene una comisión de huelga y será importante
generalizar esta orientación hacia la clase
trabajadora.
En este contexto la izquierda radical tiene un
papel clave. El M15M ha generado un espacio
fértil para sembrar las ideas revolucionarias
en un contexto de inestabilidad política y
económica. La organización revolucionaria es
una herramienta crucial para ir radicalizando
el movimiento hacia victorias contra el
capitalismo. En ese proyecto la prensa
revolucionaria es imprescindible para difundir
un análisis de su crisis, las perspectivas
anticapitalistas y tácticas eficaces para el
movimiento, además del aprendizaje de nuestra
larga historia de luchas revolucionarias. Una
de estas experiencias fue la Revolución Rusa
de 1905 en la que, como analiza Manel Ros,
hubo experiencias de las que aprender, como el
surgimiento de una nueva forma de democracia
directa o las políticas de la huelga de masas.
En su artículo, Luis Zhu remarca la
importancia de los formatos tradicionales de
prensa revolucionaria —como el periódico
En Lucha / En Lluita —, y pone en contexto
su papel en la época de las redes sociales por
internet.
La amenaza de una victoria del PP en las
elecciones del 20-N hace que todos estos retos,
tanto para la izquierda radical como para el
M15M, sean más urgentes. Una victoria de la
derecha significaría el aumento de la velocidad
y profundidad de los recortes y el compromiso
aún más estrecho con el dogma neoliberal. Esa
ofensiva no solo ocurre contra nuestros derechos
económicos sino también a nivel ideológico.
Supone un giro hacia el racismo, la islamofobia,
el machismo, la homofobia y todas las demás
divisiones sociales que les interesa alimentar
durante épocas de crisis. Regina Martínez
desarrolla un análisis del nuevo sexismo que
normaliza la mercantilización del cuerpo
de la mujer, mientras se exige que sigamos
cumpliendo los roles tradicionales de buena
cuidadora y trabajadora. La victoria de la derecha
refuerza “los valores familiares” con la mujer
relegada al hogar, fortaleciendo las condiciones
para la extensión de ideas sexistas como la
prohibición del aborto, así como ideas homófobas
contra parejas y familias homosexuales. En otro
artículo, Neus Roca explica lo poco que se ha
avanzado en la cuestión de la memoria histórica
y los temas que aún quedan fuera. Se trata de
una cuestión aún susceptible de empeorar con el
probable futuro gobierno de derechas.
Ya hemos visto cómo la clase dirigente se
aprovecha de las divisiones sociales para eludir
su propia responsabilidad en la crisis económica
y social y en las políticas que está llevando a cabo.
Y al fomentar estas diferenciaciones, se abre
el camino a la extrema derecha, como mostró
en las elecciones catalanas el crecimiento del
partido xenófobo Plataforma per Catalunya.
En Noruega se percibió con nitidez la amenaza
real que supone el fascismo para la sociedad y la
democracia. La reseña del libro “No pasarán…
06
22
38
15M: EL PUNTO DE INFLEXIÓN
Ana Villaverde
10
EL FUTURO DE LA ‘INDIGNACIÓN’
A DEBATE
Regina Martínez Pascual
28
Observatorio Metropolitano - Miren
Etxezarreta - Esther Vivas - Xavier
Domènech - José Manuel Romarís
Cercós - Pere Duran
14
¿EN CAÍDA LIBRE? LOS
DESEQUILIBRIOS GLOBALES DE
LA ECONOMÍA
Diego Mendoza Irigoyen y Joel Sans
Molas
4 La Hiedra Otoño 2011
NUEVO SEXISMO, VIEJO
CAPITALISMO
PATRONES DE PROTESTA: LA
EXPERIENCIA DE LA REVOLUCIÓN
RUSA DE 1905
Manel Ros
34
ANIVERSARIOS SEPULTADOS.
ANÁLISIS DE LA DESMEMORIA
HISTÓRICA EN EL ESTADO
ESPAÑOL
Neus Roca
LA PRENSA REVOLUCIONARIA EN
LA ERA 2.0
aunque lleven trajes” en este número destaca este
peligro. Y el pasado nos muestra que si nuestras
clases dirigentes ven su poder suficientemente
amenazado desde abajo, no dudarán en utilizar el
fascismo para mantener el sistema y recuperar el
control, aunque sea bajo una dictadura brutal.
En esta tesitura, hay un gran reto en
consolidar la organización del M15M frente a
quienes quieren que sigamos pagando su crisis.
La izquierda anticapitalista ya ha jugado un
papel importante desarrollando la coordinación
y extensión del movimiento a nivel estatal.
Siguiendo en esta línea, destaca la posibilidad de
utilizar el 20-N para concretar una alternativa
política en las urnas, que sirva de vértice para
juntar las organizaciones y activistas de la
izquierda combativa.
Esto no significa tener ilusiones en la
posibilidad de cambiar la sociedad en base
a reformas parlamentarias, sino utilizar las
elecciones como una plataforma para conectar
con una audiencia masiva, denunciar al propio
sistema político y señalar las calles y centros
de trabajo como los verdaderos sitios donde
luchar y construir la democracia. La mayoría del
electorado de izquierdas (muchos de los cuales
votan al PSOE) simpatizan con el M15M, con lo
que hay que radicalizarlos hacia la movilización.
El M15M puede volver a tener un impacto para
las elecciones del 20-N. La posible organización
de un referéndum popular el mismo día sobre
la reforma de la Constitución y otras cuestiones
señalaría la falta de democracia en el sistema
actual, introduciría nuestras demandas en
el debate público y atraería a más gente al
movimiento. Hay mucho trabajo por hacer,
pero por primera vez en décadas, existe un
movimiento de masas con ganas de cambiar la
sociedad.
49
César Aragón
Luis Zhu
44
¿QUÉ ES LA POLÍTICA?
50
Alex Callinicos
RESEÑAS
47
ACTUALIDAD HISTÓRICA DE
LA OFENSIVA SOCIALISTA:
ALTERNATIVA AL
PARLAMENTARISMO Itsván
Mészáros - Albert García
LO MEJOR DEL 15M EN LA RED
Miguel Sanz Alcántara
NO PASARÁN… AUNQUE LLEVEN
TRAJES. VV. AA. Coord. David Karvala -
52
LA REVOLUCIÓN EGIPCIA Sameh
Naguib - Daisy Farnham
La Hiedra, la resistencia que se extiende. Otoño 2011. Editor: Joel Sans. Redacción: Pau Alarcón, Manel Barriere, Guillen Boix, Daisy Farnham, Angie Gago, Regina
Martínez, Enric Rodrigo, Manel Ros, Miguel Sanz, Luke Stobart y Xoan Vázquez. Web: www.enlucha.org Email: [email protected] Tel: 692 911 939. Si quieres copias
para distribuir escribe a [email protected]. La Hiedra es la revista cuatrimestral de En Lucha
Otoño 2011 La Hiedra 5
15-M
La Puerta del Sol durante la acampada. Foto: En lucha
MOvimiento INDIGNADO
A
estas alturas, nadie puede
cuestionar que el movimiento 15-M ha supuesto un punto de inflexión. Desde la manifestación que le dio nombre el 15 de mayo hasta hoy, a pesar
de sus dificultades y contradicciones,
el movimiento ha sido capaz de mantener el pulso de la lucha en las calles
ante cada nuevo acontecimiento.
¿Por qué ahora?
Debido a su carácter masivo y a su
composición, en la que predomina
fundamentalmente la gente joven,
para buena parte de los integrantes del
movimiento 15-M éste ha constituido
su primera experiencia de participación política directa y movilización.
Las experiencias vividas en las acampadas, que además eran totalmente
inesperadas, parecían alumbrar que
estábamos ante el nacimiento de algo
nuevo y radicalmente distinto a todo lo
anterior. En este contexto, era relativamente fácil caer en la ilusión de que lo
que estábamos haciendo era algo que
había surgido de repente, como de la
nada. Sin embargo, para lograr que el
movimiento avance, es fundamental
analizar cuáles son las condiciones específicas que han posibilitado el surgimiento del mismo y que lo han configurado, así como su evolución.
En primer lugar, es importante entender el surgimiento del movimiento 15-M en su contexto internacional:
marcado por una profunda crisis económica acompañada de una crisis del
sistema político, en la que el proyecto
neoliberal ha ido perdiendo la legitimidad ante las masas descontentas,
las cuales han desarrollado múltiples
formas de resistencia a lo largo y ancho del mundo. Como señala el blogero
Tad Tietze1, desde las primeras revueltas en Túnez, estamos asistiendo a la
ola más grande de resistencia subalterna desde finales de los 60 y mediados
de los 70. Las revoluciones árabes, especialmente en Túnez y Egipto donde
participaron las masas obreras organizadas, han sido capaces de derrocar a
dictaduras que llevaban décadas opri6 La Hiedra Otoño 2011
El punto de
inflexión
El 15-M se ha ido consolidando como un nuevo y dinámico
espacio de debate y, sobre todo, de acción, desde el que organizar
la resistencia ante cada nuevo ataque del sistema. Ana Vilaverde
analiza este movimiento
miendo a sus poblaciones, devolvieron
al mundo la idea de que era posible hacer una revolución. Al mismo tiempo,
en países como Grecia o Islandia, se
han desarrollado movimientos populares que han plantado cara a los recortes. Más recientemente en Inglaterra,
los barrios obreros de varias ciudades
se convertían en escenarios de fuertes
disturbios como resultado de las expresiones de rabia de la población por
años de racismo, maltrato policial y
precariedad. Es evidente que entre los
países del norte de África y la Eurozona, la situación política presenta diferencias de fondo muy significativas,
pero como defiende el mismo bloguero, en este mundo interconectado, las
formas de organización, el lenguaje y
los métodos de activismo sirven de inspiración entre las luchas, adaptándose
en cada caso a las circunstancias locales. Así, no es casual que el movimiento
15-M, inspirándose en el ejemplo de la
Tahrir, adoptase el modelo de “toma
de la plaza” mediante las acampadas.
En países como Grecia
o Islandia, se han
desarrollado movimientos
populares que han
plantado cara a los
recortes
En segundo lugar, en el Estado español ambas caras de la crisis, la económica y la política, han tenido un
efecto particularmente severo. Por un
lado, la crisis ha incidido en la economía española de forma sangrante y sus
efectos han sido desastrosos. El desempleo y la temporalidad están alcanzando los niveles más altos de la UE.
Actualmente, hay aproximadamente
cinco millones de personas en el paro,
lo que supone un 21% de la población
activa, alcanzando este dato el 44% entre la población menor de 25 años. Este
paro escandaloso se combina con unos
salarios cada vez más bajos y la implementación de recortes que han llevado a una drástica reducción del gasto
social. Todo ello acompañado además
de precios de la vivienda desorbitados
fruto de la especulación inmobiliaria.
Esta situación deja a muchas familias
sin la posibilidad de afrontar el pago de
las hipotecas, con el resultado de que
tienen que enfrentarse a desahucios
forzados y por otro lado, impide a la
mayoría de los jóvenes iniciar una vida
independiente.
En este contexto, no es extraño que
exista un escepticismo cada vez más
extendido respecto al sistema político y sus representantes. Como indica
Carlos Taibo2, existía antes del 15-M
un descontento general debido a varios
motivos. Por un lado, la deriva neoliberal del Gobierno del PSOE y su acercamiento a posturas cada vez más a la derecha ha hecho que mucha gente perciba que, en lo que a medidas estructurales se refiere, no existen diferencias
significativas entre las propuestas de
los dos grandes partidos. Éstos han
establecido un acuerdo con las elites
empresariales y financieras a espaldas
de la ciudadanía en medidas tan impo-
pulares y de resultados tan desastrosos como el trasvase de dinero público
para salvar a los bancos y cajas, la reforma laboral y de las pensiones o los
recortes en gasto social y en servicios
públicos como sanidad o educación.
Acuerdo que sólo se ha tambaleado en
algunos casos por las exigencias de todavía más dureza desde las filas del PP.
A todo esto, hay que sumar la aparición
de sucesivos casos de corrupción.
Por último, tampoco se puede explicar el surgimiento y éxito del 15-M sin
entenderlo en un proceso acumulativo
de años de lucha y movilizaciones puntuales por parte de los movimientos
sociales críticos. El movimiento masivo contra la guerra de Irak durante los
años de gobierno del PP supuso que
mucha gente joven tomase conciencia
política y por primera vez aprendiese a
organizarse colectivamente, reuniéndose en asambleas en las universidades y organizando campañas de movilización. Mención especial merecen
los hechos ocurridos del 13M, cuando
por medio de la red que se había creado gracias al movimiento anti-guerra,
cientos de miles tomaron las calles en
protesta por el engaño masivo que supuso la falsa atribución a ETA de los
atentados de Atocha. Como argumenta
Toni Negri3, se trata de un suceso que
guarda ciertas similitudes con lo que
ha sucedido con el 15-M, pero la diferencia fundamental es que en aquel
entonces Zapatero se ponía detrás de
las pancartas. Al posicionarse del lado
de las movilizaciones contra el PP,
gran parte de la izquierda social volvió
a confiar en el PSOE como su representante político, algo reforzado por
su decisión posterior en el gobierno de
retirar las tropas de Iraq. En cambio,
la traición posterior y el desencanto
resultante, hacen que hoy en día ya
no exista ninguna fuerza política con
capacidad para gobernar que pueda
plantear reformas que consigan representar las aspiraciones de la población.
Aunque en un principio pueda parecer que este hecho resta capacidad de
movilización, también ha sido un elemento determinante que ha facilitado
que el movimiento parta de posturas
más radicales y que vaya más allá de la
crítica a las actuaciones del Gobierno,
llegando a cuestionar la globalidad del
sistema político y económico como tal.
Más recientemente, el movimiento
V de Vivienda o el movimiento contra
Bolonia constituyen buenos ejemplos
de movimientos sociales que se han
organizado desde abajo y sin el apoyo
de los partidos políticos institucionales. Todas estas experiencias de lucha
previas han dado como resultado una
generación de activistas con experiencia que ha nutrido las filas del 15-M,
contribuyendo de forma decisiva a su
evolución y consolidación4.
Una victoria tras otra
El contexto de crisis y el hecho de que
se fuesen a celebrar las elecciones municipales y autonómicas en dos semanas, sumado al éxito de la convocatoria de Jóvenes sin Futuro poco antes,
propició al ambiente adecuado para
que la manifestación convocada a iniciativa de Democracia Real Ya del 15
de mayo fuese masiva. Ese primer reconocimiento mutuo en las calles entre decenas de miles de personas que
compartían la indignación con lo que
estaba sucediendo y un deseo manifiesto por cambiar las cosas, hizo que
mucha gente madura recuperase la ilusión perdida y que mucha gente joven
la experimentase por primera vez a ese
nivel. Una ilusión que permitió que
lo que empezó siendo una acampada
de 40 personas en Sol se multiplicase
hasta convertirse en un movimiento de
cientos de miles que tomaron las plazas de más de cien ciudades y pueblos
por todo el Estado. Las acampadas se
convirtieron en ejemplos de democracia directa en la práctica. Desde las
cuestiones más técnicas como la organización de la comida, la limpieza o
las infraestructuras, hasta las cuestiones relativas a la estrategia del movimiento, eran debatidas en asambleas
multitudinarias, en las que las moderaciones iban rotando y todas las y los
participantes tenían la posibilidad de
intervenir.
En sus cuatro meses de existencia,
la trayectoria del movimiento se ha
traducido en sucesivas victorias que le
han permitido consolidarse y avanzar.
Por primera vez en mucho tiempo, la
gente tomó el espacio público, haciéndolo suyo. Gracias a la cooperación
entre los propios acampados, a las extraordinarias muestras de solidaridad
de quienes los apoyaban desde fuera
y a su enorme capacidad de convocatoria, el movimiento ha sido capaz de
conquistar la calle en repetidas ocasiones. Así, fue capaz de desobedecer con
concentraciones masivas el mandato
de la Junta Electoral, que prohibió sin
ningún éxito todas las reuniones en las
plazas durante la jornada de reflexión
previa a las elecciones. También se
logró resistir con éxito ante los sucesivos intentos de desalojo. A pesar de
la brutalidad policial empleada en los
mismos, especialmente durante la jornada del 27 de mayo en Barcelona, las
acampadas lograron permanecer hasta
que, por una cuestión de operatividad
y de evolución lógica del movimiento,
se decidió democráticamente lo contrario. Y dando un paso más allá, en
Barcelona se llegó incluso a lograr un
bloqueo simbólico del Parlament el día
que se iba a aprobar drásticos recortes en el gasto público de un 16%. Un
mes antes nadie podría haber imaginado que el presidente del Parlament
iba a tener que acceder al mismo en 
Otoño 2011 La Hiedra 7
Manifestación del 15-M contra los recortes,
Barcelona, 19-06-11. Pancartas:
 “El voto no es un cheque en blanco para
recortar nuestros derechos”; “Muévete por tus
derechos: Indígnate”; “Su democracia no nos hace
gracia”.
4“Error_404: Democracia no encontrada”.
Fotos: FlickR/joancg
helicóptero. Como era de esperar, los
intentos de descrédito por parte de la
clase política y de los medios de comunicación de todo el movimiento acusándole de violento y antidemocrático
no tardaron en llegar. Pero el éxito de
la movilización del 19J, con cientos de
miles de personas en Barcelona y Madrid, demostró que el movimiento seguía gozando de plena legitimidad y es
más, continuaba ganando apoyos.
La desvinculación del movimiento
de la política institucional y su autodefinición como “apartidista”, ha propiciado que se extienda la idea de que se
trata de un movimiento sin ideología
política, cuyos miembros y reivindicaciones responden al sentido común
y pueden situarse tanto a la izquierda
como a la derecha. Es cierto que en
un principio el apoyo con el que contaban las reivindicaciones que estaban
más relacionadas con elementos “de
forma”, como la corrupción de los políticos o la reforma de la ley electoral,
parecía mayor que el que pudiesen
tener las reivindicaciones de tipo más
estructural, vinculadas al sistema económico. Propuestas como el impago de
la deuda, la derogación de la reforma
laboral o de las pensiones, la oposición
a los recortes sociales o a la privatización de los servicios públicos, tuvieron
también su espacio desde el primer
día, pero no parecían gozar de la misma popularidad en las asambleas. Sin
embargo, conforme se han ido desarrollando los acontecimientos, el movimiento ha ido tomando conciencia
de la vinculación del poder político y
económico y de que la peor corrupción
es la que se hace desde la legalidad.
En este sentido, la paralización de
varios desahucios, así como de redadas racistas de la policía, constituyen
acciones concretas que reflejan la madurez del movimiento, cuestionando la
legitimidad de la legalidad vigente al
servicio de los mercados, así como su
alineación del lado de los sectores de
población más empobrecidos.
Además, la idea de que una democracia real es imposible bajo el capitalismo está cada vez más presente en
8 La Hiedra Otoño 2011
las movilizaciones. La manifestación
del 19J contra el Pacto del euro supuso
una reafirmación en el rechazo al modelo económico imperante. Y el lema
que se leía en la pancarta que encabezaba la manifestación que se convocó
para la recepción de las marchas de indignados que se dieron cita en Sol el 23
de julio: “No es la crisis, es el sistema”,
implica un planteamiento que atribuye a los problemas que enfrentamos
un carácter sistémico, que va mucho
más allá de los problemas coyunturales actuales.
Perspectivas y estrategia
En el futuro, todo parece indicar que
las condiciones que han llevado al surgimiento del 15-M (crisis y desempleo,
restricción de gasto, recortes en los
derechos laborales,…) no van a mejorar, sino todo lo contrario (véase el
artículo de Diego Mendoza Irigoyen y
Joel Sans Molas en esta revista). Como
consecuencia, la crisis política también
se agudizará. Mientras las reivindicaciones en la calle canalizadas por el
15-M van en una dirección, las medidas aprobadas por el Gobierno van
justamente en la dirección opuesta,
aproximándose cada vez más a la derecha y constituyendo toda una ofensiva
contra el estado del bienestar. Además,
los métodos empleados para su aprobación son cada vez más antidemocráticos. Buena muestra de ello es el re-
Se podría llevar a una
radicalización en los
grandes sindicatos,
que tendrán cada vez
menos argumentos por
no convocar una huelga
general
ciente acuerdo entre el PSOE y PP para
la introducción de una reforma constitucional absolutamente regresiva que
establece un tope al gasto público, sin
someterlo a ningún tipo de debate público ni referéndum. Este tipo de políticas no van a hacer sino profundizar
la evidente crisis del PSOE. El adelanto
de las elecciones para noviembre abre
un nuevo escenario en el que, dados los
resultados de las elecciones de mayo,
es muy probable que se produzca un
cambio de Gobierno hacia la derecha.
Una victoria del PP en las elecciones
supondría aún más dureza en los recortes y en los métodos para imponerlos. Esto podría llevar a una radicalización en la estrategia de los grandes sindicatos, que tendrían cada vez menos
argumentos para justificar el hecho de
no convocar una huelga general.
Por otro lado, el movimiento 15-M
está suponiendo cada vez más un desafío a la legitimidad del sistema de
partidos y sus representantes, así como
una oposición frontal a las políticas de
austeridad en el terreno económico. El
sistemático intento de descrédito del
movimiento por parte de los medios de
comunicación, así como el progresivo
endurecimiento de la represión hacia
el mismo, no son algo casual. Sin ir
más lejos, este verano asistimos a una
demostración de fuerza sin precedentes en democracia, cuando por orden
del Ministerio de Interior, la Puerta del
Sol, principal referente simbólico del
movimiento, fue sitiada por la policía
durante días. Dadas las condiciones, es
previsible que en el futuro tengamos
que enfrentarnos a nuevos intentos de
desarticulación del movimiento.
En este contexto, los debates en
torno a cuestiones estratégicas relativas a cómo hacer que el movimiento
crezca, se consolide y gane capacidad
de influencia, son fundamentales. La
descentralización del movimiento por
barrios fue un acierto que sin duda
permitió que su mensaje llegase a mucha más gente y facilitó la creación de
una red de solidaridad entre los vecinos y vecinas que se ha concretado en
victorias tan importantes como la pa-
ralización de desahucios. Sin embargo,
si queremos hacer frente a los recortes,
tenemos que plantearnos cómo podemos hacer para lograr mayor capacidad de influencia en la política ‘oficial’
y presionar para que no les quede más
remedio que tener en cuenta las reivindicaciones del movimiento.
Para ello, es fundamental que de
los barrios se dé el salto a los centros
de trabajo. Cómo hacerlo es un tema
que ha suscitado intensos debates en
el seno del movimiento. La ausencia
de una respuesta contundente de los
sindicatos mayoritarios ante los recortes ha generado una gran desconfianza
hacia ellos, que en el movimiento 15-M
se materializa en un rechazo explícito
hacia los mismos. Aunque esta actitud
es bastante comprensible, en las condiciones actuales una apuesta real por
extender la indignación a los centros
de trabajo y caminar hacia el objetivo
de una huelga general, implica flexibilizar las posturas y apostar por la
confluencia con los grandes sindicatos
cuando estos se movilizan.
Por un lado, las luchas impulsadas
por los sindicatos, aunque sean insuficientes, abonan el terreno para que se
desarrollen otro tipo de movilizaciones
más combativas. La huelga general del
29 de septiembre constituye un buen
ejemplo en este sentido. A pesar de
que los sindicatos no aprovechasen
el ambiente de lucha generado por la
huelga para avanzar en su respuesta a
los recortes y de la frustración que ello
supuso, ésta generó nuevas expectativas de lucha entre mucha gente y sirvió para que se creasen nuevas redes,
como los comités de huelga en barrios
de Madrid y Barcelona, que después
han ayudado también a extender el
movimiento. Asimismo, en Barcelona
el apoyo mutuo y los vínculos que se
han establecido entre la lucha de los
trabajadores y trabajadoras de sanidad
contra los recortes en el sector y el movimiento 15-M, han servido para que
ambos procesos de lucha se refuercen
mutuamente.
En segundo lugar, la confluencia
con los sindicatos permitiría al movi-
miento aproximarse a los sectores de
trabajadores y trabajadoras más descontentas y ejercer una influencia real
en las bases de los grandes sindicatos
hacia posturas más combativas. Un
ejemplo muy ilustrativo al respecto es
lo que está sucediendo en las asambleas de profesores y profesoras en
Madrid contra los recortes en la educación pública. En parte por influencia de las prácticas que muchos de los
trabajadores y trabajadoras han experimentado en el 15-M, las asambleas
están siendo más participativas e incluso se han adoptado métodos como
el hecho de agitar las manos en lugar
de aplaudir5. Además, en algunos centros se están planteando la posibilidad
de acampar a modo de protesta y, lo
más importante, existe un espíritu
muy combativo haciendo posible la
convocatoria de una huelga indefinida de tres días a la semana (propuesta que va más allá de la propuesta de
CCOO y UGT de una huelga general el
Es innegable que vienen
tiempos difíciles, pero
también cargados de
oportunidades
primer día de curso).
Es innegable que vienen tiempos difíciles, pero también cargados de oportunidades. Las acampadas que dieron
inicio a este movimiento hicieron que
mucha gente experimentase otra forma de hacer las cosas y comprobase
que existen alternativas a este sistema
por las que merece la pena luchar. Nos
queda mucho por andar, pero este año
lo iniciamos con el camino ya empezado y con las ilusiones renovadas. ¡Que
se preparen!
NOTAS:
1. Tietze, Tad, 2011: Beyond the age of
austerity, a new pattern of resistance
and revolution emergentes. Blog left
flank. Disponible en: http://left-flank.
blogspot.com/2011/07/beyond-age-ofausterity-new-pattern-of.html
2. Taibo, Carlos, 2011: Nada será como
antes. Sobre el movimiento 15-M. Madrid: Catarata.
3. Negri, Toni, 2011: Reflexiones acerca del 15-M. Reflexiones sobre el 15-M
desde la perspectiva de la Autonomía
como expresión organizativa y política
del poder constituyente. Disponible en:
http://www.kaosenlared.net/noticia/
reflexiones-acerca-del-15-M.
4. Durgan, Andy y Sans, Joel, 2011: “No
one represents us”. “The 15 may movement in the Spanish state”. International Socialism Journal, n. 132, septiembre 2011. Disponible en: http://www.
enlucha.org/site/?q=node/16374
5. Inés Santaeulalia, 2011: ¡Este año no
empieza el curso!, El País, 21/07/2011.
Disponible en: http://www.elpais.com/
articulo/madrid/ano/empieza/curso/
elpepiespmad/20110721elpmad_7/Tes
Otoño 2011 La Hiedra 9
MOvimiento INDIGNADO
El futuro deL
15-m, a debate
Observatorio Metropolitano:
“La respuesta sólo
puede ser, cuando
menos, europea”
¿Qué ha conseguido el 15M hasta hoy?
Mucho, desde luego. El monopolio de
la representación en manos de la clase política ha quedado quebrado por la
irrupción de un ejercicio de democracia
ciudadana que desde el “No nos representan” se ha derramado en multitud
de procesos asamblearios. La cultura
del consenso que desde la Transición
ha servido al chantaje sobre cualquier
movimiento de oposición que vaya más
allá de los cauces instituidos ha quedado también definitivamente rota por
un movimiento que entre sus muchas
virtudes tiene la de proclamarse como
un poder constituyente con derecho a
cuestionar y replantear directamente
todo. No por otra razón, la clase política reacciona torpemente ante los avances del movimiento, en una mezcla
que parte siempre de la confusión y se
mueve a medias entre el guiño oportunista y la represión pura y dura
A pesar de los éxitos de estos meses, los retos que enfrentamos son,
no obstante, enormes. Las élites euro10 La Hiedra Otoño 2011
El Movimiento 15-M sigue movilizando a grandes capas de
la población y marcando la agenda política y mediática. Su
importancia la ha reconocido hasta sus máximos adversarios. No
obstante, también existen incógnitas sobre su futuro y debates
sobre cuáles deberían ser sus próximos pasos, los obstáculos que
encontrará y sus estrategias a largo plazo. Hemos invitado a varios
activistas del movimiento a compartir su punto de vista. Estas
aportaciones no pretenden concluir el debate sino animar a que se
profundice.
peas han apostado todas sus cartas al
beneficio financiero, y de esta forma
han certificado una economía política
contraria a la recuperación y al crecimiento. Lo que algunos todavía llaman
“economía real” (la producción de bienes y servicios, el empleo, etc.) ha sido
sacrificado en la pila de ofrendas a los
acreedores. Traducido en términos políticos, esto quiere decir que en la alternativa entre salvar a los bancos o salvar
a la economía, se ha apostado exclusivamente por lo primero. La primera
lección, pues, para el movimiento, es
que la crisis económica seguirá traduciéndose en más paro, menos recursos,
más privatizaciones.
El segundo elemento que tendrá
que afrontar el 15M, es que la coyuntura política viene marcada por la ausencia de cualquier solución reformista
que parta «desde arriba». La enorme
paradoja de nuestro tiempo es que no
hay espacio para la reforma. ¿Qué canales de integración existen hoy para
“La coyuntura política
viene marcada por la
ausencia de cualquier
solución reformista que
parta ‘desde arriba’.”
las demandas del movimiento? ¿Que
políticos, expertos o empresarios se
atreven a barajar en estos meses nada
que siquiera se parezca a lo que en otro
tiempo fue el New Deal o el Estado del
Bienestar europeo?
En términos económicos, esta ausencia de iniciativa e imaginación tiene
consecuencias brutales: el camino de la
acumulación, sólo se puede seguir por
la vía de la depredación de las mayorías
sociales y del gasto social. Como antes en
los países del Sur, la contradicción de poner por delante el pago a los acreedores
(a los grandes bancos que hoy detentan
la deuda europea) es que ésta redunda
en una mayor depresión económica. Que
este sencillo dilema resulte tan difícil de
entender a las élites españolas y europeas denota no sólo su falta de inteligencia, sino su increíble espíritu suicida.
Pero si se acepta que vivimos en una
suerte de capitalismo que se ha vuelto
contra sí mismo, se entiende también
que la altura del reto resulta gigantesca.
Y quizás insuperable, si el movimiento se
concibe a escala de un solo país. En ningún momento ha sido quizás más cierto
el viejo adagio de los “límites de la revolución en un sólo país”. En una crisis,
que se desencadena, se desenvuelve y
se gestiona a escala global, en la que sus
principales agentes son grandes corporaciones globales, la respuesta sólo puede ser cuando menos europea. La principal urgencia del emergente movimiento
europeo sigue estando en el llamamiento: Peoples of Europe, rise up!
Ver: www.observatoriometropolitano.net
Miren Etxezarreta Seminari
d’Economia Crítica Taifa:
“Pasar de la rabia
y la frustración al
análisis”
No me gusta comentar sobre el 15-M
porque da la impresión que todo el
mundo puede ahora disertar sobre el
movimiento y exigirle todo lo que le
parezca. Nos erigimos en jueces de una
dinámica que justo nace y nos sentimos capaces de requerirle una madurez y que visualice y proponga un futuro que movimientos de trayectoria
mucho más larga distan mucho de presentar. Ha sido capaz de desencadenar
una dinámica que nadie esperaba. Ya
se desarrollará, o no, pero es su dinámica. Pretendemos que un movimiento social que emerge con unos planteamientos de amplia participación tenga
un proyecto social totalmente elaborado (¿como si fuera un partido que establece un plan cerrado y completo?).
Dejemos que el 15-M siga su propia
dinámica y no queramos que el mismo avance como nosotros deseamos, o
preveamos su hundimiento si no transcurre por los cauces que nos gustarían.
Creo que lo primero que el 15-M puede
pedir es que se le deje en paz para que
pueda ir evolucionando según sus propias fuerzas, circunstancias y la evolución de la sociedad.
Poco más debería decir para ser lógica. Pero puedo señalar alguna cosa
que a mi me parece que sería de interés
para cualquier proyecto de transformación social, no sólo del 15-M.
Creo que no se podrá transformar
la sociedad, si no se logra una amplia
alianza entre los movimientos sociales
y los trabajadores, como trabajadores
en su centro de trabajo. Creo que avanzar hacia una conjunción de ambas
fuerzas es una línea de desarrollo imprescindible. Y todavía me parece que
no se plantea con el empuje necesario.
La manera de avanzar conjuntamente no puede ser otra que la acción
en la diversidad. Es preciso aprender
a trabajar juntos, con objetivos inmediatos comunes, pero con una posibilidad de enfoques ideológicos diversos dentro de un enfoque común de
transformación.
Y estaría bien también tratar de
entender lo que pasa. Para progresar
sería útil apoyarse en una teoría. Pasar de la rabia y frustración al análisis.
Entender lo que pasa, y por qué pasa,
para poder luchar contra ello. Las teorías son necesarias. No en el sentido
rígido y paralizante de muchas ocasiones, sino como una línea de reflexión
que guíe la acción.
Una acción que no sólo avanzará por donde desee, sino por donde
pueda conquistar su espacio. Encontrará todo tipo de obstáculos. No hay
transformación social sin lucha. Si
el 15-M logra seguir avanzando los
poderes fácticos que ahora les contemplan con cierto temor, pero sin
grandes alarmas atacarán duro. Hay
que prever el endurecimiento del ataque del poder. No sólo con la policía
sino por otros medios más sutiles y
peligrosos. Y también hay que contar
con los obstáculos que puedan plantear quienes ya existen y se sienten
amenazados por los recién llegados,
aquellos que se quieren arrogar la
sabiduría de saber lo que los demás
deberían hacer.
Me parecen aspectos que podrían
ser de interés. Pero sólo a sus participantes les corresponde decidir por
donde y como querrían avanzar. Y
cómo pueden luchar por su avance.
“No se podrá transformar
la sociedad sin una
amplia alianza entre los
movimientos sociales y
los trabajadores”
Esther Vivas Izquierda Anticapitalista
“Articular la crítica
al actual modelo
con las luchas
contra los recortes”
Para avanzar el movimiento a partir
de ahora creo que es importante reforzar su arraigo territorial: potenciar las
asambleas locales y establecer mecanismos de coordinación estables. También es necesario construir lazos con la
clase trabajadora, los sectores en lucha
y el sindicalismo combativo, y mantener así la presión sobre los sindicatos
mayoritarios, desconcertados por un
cambio en el panorama político y social que no preveían. El reto es trasladar la indignación a los centros de trabajo, donde aún predomina el miedo y
la resignación.
La internacionalización del movimiento es otro reto importante para su
avance. La preparación de la jornada
del 15 de octubre, como fecha unificadora de movilización, buscando además convertirla en un día de acción
global es un paso en esta dirección.
Es necesario combinar el desarrollo de un movimiento generalista,
que hace una crítica de conjunto al
actual modelo político y económico,
con su articulación con las luchas
concretas contra los recortes sociales
y las políticas que buscan transferir
el coste de la crisis a los trabajadores. En este sentido, las ocupaciones
de distintos Centros de Atención Primaria (CAPs), las manifestaciones y
acampadas frente a hospitales que
sufren recortes, etc. indican el camino a seguir.
El movimiento necesita, también,
obtener algunas victorias concretas
que permitan seguir acumulando fuerzas. Los éxitos obtenidos paralizan- 
Otoño 2011 La Hiedra 11
“El paso de las plazas a
los barrios debería tener
como objetivo prioritario
sumar a sectores
populares crecientes a la
movilización”
do varios desahucios son, pese a su
carácter defensivo, pequeños triunfos
que aportan energía.
Los intentos de criminalización y
aislamiento, su cooptación, así como
el reto de mantener amplios apoyos
sociales son algunos de los principales
obstáculos con los que se enfrentará el
movimiento.
Estos, pero, no son nuevos. L@s
indignad@s han superado con éxito los
intentos por criminalizarlos. Su primera victoria fue frente a la Junta Electoral Central que intentó ilegalizar las
acampadas. Después vinieron los intentos de desalojo de varias plazas, algunas de ellas con una fuerte represión
policial, que no hicieron sino aumentar
los apoyos. La acción de bloqueo del
Parlament català, el 15 de junio, fue el
momento de máxima tensión. Pero se
fracasó en la estrategia de aislar al movimiento y las manifestaciones, unos
días después, el 19 de junio, en todo el
Estado fueron las más masivas desde
su inicio.
Otro elemento importante consiste
en articular espacios de toma de decisión unitarios y legitimados, y de establecer una agenda de prioriades para
los próximos meses. En términos generales uno de los mayores retos que
tienen por delante l@s indignad@s
es mantener los amplísimos apoyos
sociales con los que cuentan y seguir
marcando la agenda política del país
en un momento donde los ataques a
los derechos sociales van a intensificarse aún más y en el que la situación
política va a endurecerse.
“Las ocupaciones de
CAPs, las protestas frente
a hospitales que sufren
recortes, indican el
camino a seguir”
12 La Hiedra Otoño 2011
Xavier Domènech historiador
“Alumbrar un
mundo nuevo
en medio de las
cenizas del viejo”
Al principio parecía que la crisis venía
a anunciar la derrota del neoliberalismo y el retorno de un neokeynesianismo. Fue una mera ilusión. De hecho,
lo que hemos tenido hasta ahora, en el
año I y parte del II de la crisis, ha sido
sólo un keynesianismo para ricos, en la
forma de su salvación con recursos públicos, para pasar a recortar los gastos
sociales para asegurar que esa operación es sostenible. Poco tiene que ver
esto con la superación de la crisis, de lo
que se trata, sin más, es de saber quien
se quedará con los recursos todavía
disponibles. Esa es la disyuntiva en la
que nos movemos, la de saber cómo se
distribuye la riqueza, una disyuntiva
que plantea de nuevo el problema de la
democracia. Entendido este problema
dentro de una parte del 15-M como la
necesidad de reforzarla para que cumpla con su propia definición: el gobierno del pueblo. Si los menos están expoliando a los más, habrá que reforzar el
poder de esos más.
Marx no analizó históricamente
sólo la posibilidad de una salida revolucionaría a un agotamiento sistémico,
sino también la de la implosión de un
sistema. El crecimiento exponencial
del capital financiero, desde finales de
los años setenta hasta ahora, ha llevado a que la proporción entre capital
financiero y capital real fuera, justo antes de la crisis, de 4 a 1. Una realidad
que anuncia el mantenimiento sincopado de la crisis, hasta que alguien pague ese diferencial. Pero esto sólo es un
aspecto de la crisis. Éste está relacio-
nado con la crisis de modelo productivo, convive con la crisis ecológica y se
encuentra también con la posibilidad
del colapso energético. Colapsos, agotamientos y dictadura de los mercados
que abocan a los movimientos sociales,
no sólo a reclamar más democracia, y
con ello una distribución más justa de
los recursos, sino también a alumbrar
un mundo nuevo en medio de las cenizas del viejo.
El problema es que si hace unos
meses la pregunta era cómo pasar de
indignados a revolucionarios, probablemente la pregunta ahora es cómo
no pasar de indignados a desesperados. Las imágenes de Londres nos indican mucho de lo que puede pasar en
este sentido. El 15-M surgió en unas
circunstancias políticas y sociales muy
específicas. Circunstancias que en los
próximos meses se van a agudizar a
partir de la ampliación de los recortes
sociales y el más que probable acceso al
gobierno del Partido Popular.
En este marco, los retos son colosales al igual que colosales deben ser las
fuerzas puestas en juego en el campo
de la resistencia y el desafío. El paso
de las plazas a los barrios debería tener como objetivo prioritario sumar
a sectores populares crecientes a la
movilización; la imbricación de las
protestas del 15-M con los colectivos
de trabajadores que luchan contra los
recortes, ligazón que ya ha empezado
a desarrollarse, debería poder densificar el contenido de la protesta hacia los
derechos sociales; y, a su vez, la incorporación del movimiento estudiantil
en las protestas, debería poder conectarlas con los sectores más jóvenes de
la población.
Hay un paso pequeño que va de la
indignación a la desesperación, hay
otro, más grande y complejo, que va
de la resistencia al desafío. Construir
ese último paso demanda de muchas
fuerzas, recursos y paciencia, y de la
posibilidad de pensar un mundo nuevo
entremedio del derrumbe del viejo.
Para una versión ampliada de este artículo:
http://inicis.blogspot.com/
José Manuel Romarís Cercós
¡Democracia Real Ya!
“Sin violencia,
somos más”
El contexto en que se sitúa la evolución
del movimiento es, en primer lugar, de
producción de petróleo estancada desde hace años. Hemos tenido más de un
siglo de crecimiento exponencial y las
reservas existentes no permiten ser demasiado optimistas en cuanto a garantizar el suministro energético del futuro. La imposibilidad de encontrar algún
sustituto adecuado para el petróleo y
la constante disminución de la Tasa de
Retorno Energético de las extracciones
nos auguran un panorama bastante
sombrío para el crecimiento económico
que actualmente está totalmente basado en el consumo energético.
Por otra parte hay que apuntar que
el sistema financiero es una auténtica
pirámide Ponzi que se desmorona en
cuanto frena el crecimiento económico,
trasvasando así toda la riqueza de las
clases humildes hacia las élites. Quien
más tiene es quien acaba saliendo más
beneficiado de este tipo de crisis y las
clases más humildes son las que acaban siendo más castigadas, como ya
lo están siendo ahora con los recortes
sociales en algo tan básico como la sanidad y la educación, dos de los pilares básicos del estado de bienestar que
tanto ha costado construir.
Debido a todo esto, resulta sencillo
predecir que las bancarrotas y la po-
“El sistema financiero es
una auténtica pirámide
Ponzi que se desmorona
en cuanto frena el
crecimiento económico”
breza irán en aumento y por lo tanto
podemos estar seguros de que el número de indignados será lo único que
crecerá de manera exponencial en un
futuro próximo.
En consecuencia, podemos esperar
que este movimiento en favor de la justicia social que conocemos como “15M” tiene y tendrá un gran potencial,
siempre y cuando se siga con la actual
tendencia de evitar actitudes que pudieran ser explotadas por los medios
para criminalizar a los integrantes del
movimiento. Como se ha dicho en la calle y en las plazas, “sin violencia somos
más” porque el que tiene argumentos
no necesita la violencia. Sin embargo,
parece ser que partidos políticos, medios de comunicación y las grandes
fortunas están muy interesadas en enfrentar a la sociedad para que esta no
mire hacia arriba, hacia los responsables de la actual situación. Si la sociedad acaba dejándose llevar se podría
llegar a una dramática polarización de
la sociedad dando pie al crecimiento
de movimientos ultraderechistas que
fomentaría la respuesta irracional ante
esta crisis ineludible.
Espero que no volvamos a cometer
los errores del pasado y que esta sociedad no acabe estrellándose contra el
muro de los mercados.
Pere Duran activista del movimiento
15-M y militante de En Lluita
“Parar la producción
de beneficios,
el corazón del
sistema”
El capitalismo actual es un monstruo
acéfalo que se devora a si mismo - tal
como decía Marx; el propio capitalismo crea las condiciones para su superación. La gestión política neoliberal
que intenta resolver la caída de la tasa
de beneficios no puede permitirse dar
marcha atrás a su proyecto. Cualquier
reforma progresista del sistema político o económico es, a día de hoy, prácticamente inasumible por el sistema. Es
en este sentido que las reformas que el
movimiento defiende, y que el sistema
no puede aplicar, pueden desembocar
en conclusiones y posturas rupturistas
o revolucionarias.
La lógica reforma o revolución tiene
hoy en día una relación más concatenada que dicotómica. Pero esta conclusión no se dará de forma automática, no existirá sino hay activistas que
defiendan y impulsen una perspectiva
rupturista.
Las tareas de aquellos que queremos destruir el sistema capitalista en
su conjunto, no solo detener la fase
neoliberal, deberían ser dos principalmente: seguir trabajando para hacer
aún más amplio y plural el movimiento
y, de forma paralela, generar un polo
anticapitalista o revolucionario que
cohesione y de impulso al discurso y
a las prácticas rupturistas; para que
estas vayan ganando apoyo dentro del
movimiento. No se trata de solapar, ni
controlar, ni manipular el movimiento,
solo de aportar propuestas y razonamientos que vayan transformando la
indignación en una comprensión profunda de las causas de nuestro malestar y en una posición de cambio radical.
El movimiento tiene dos obstáculos
principales, el discurso oficial —que
naturaliza los ataques sociales como un
mal menor inevitable— y la política de
hechos consumados con los que el gobierno aplica los recortes —que ningunea la resistencia y puede llegar a frustrar las esperanzas del movimiento—.
El gobierno del Estado español, al
igual que la mayoría de sus socios europeos, no cede ante las luchas que se
han llevado a cabo. Si el movimiento
no encuentra herramientas que tiren
atrás algunos recortes es muy probable
que las esperanzas y ilusiones vayan
deteriorándose con la frustración del
paso del tiempo. El movimiento debe
empezar a organizarse allí donde creamos y reproducimos el mundo. Para
parar el sistema debemos organizarnos
donde se crean nuestras cadenas; en
nuestro trabajo. Debemos parar la producción de beneficio, este es el corazón
del sistema, la generación de plusvalía.
Muchos, y sobretodo los que están
sufriendo más duramente las condiciones de la crisis actual, necesitan
soluciones y un horizonte factible de
cambio social. Si el movimiento no
consigue atraerlos y convencerlos, con
palabras, pero sobretodo con hechos,
muy probablemente la desesperación
generada por la precariedad total que
se nos avecina va a canalizarse por vías
populistas y probablemente de extrema derecha.
Otoño 2011 La Hiedra 13
¿En caída libre?
Los
desequilibrios
globales de
la economía
Diego Mendoza Irigoyen y
Joel Sans Molas repasan las
claves que explican como se
ha ido desarrollando la crisis
desde la quiebra de Lehman
Brothers hasta el contagio de la
deuda soberana en la periferia
europea.
“A ambos lados del Atlántico
se percibe un estancamiento
económico que puede costar
de nuevo millones de empleos
y que proyecta un modelo
de crisis similar al de la Gran
Depresión: Un crash financiero
asociado a desaceleraciones
económicas profundas y
sostenidas en el tiempo y una
recuperación económica plena
que se demorará más de un
lustro”1.
A
sí analizaba el editorial de
Negocios de El País la situación económica a principios
de agosto. Si bien solo hace
unos meses los gobiernos
hablaban de recuperación, este agosto se han desatado de nuevo las voces
de alarma por la profundización de la
crisis. Los ataques especulativos que
llevaron a la ruina a Grecia, Irlanda
y Portugal se trasladaron a Italia y el
Estado español. Los Estados Unidos
sufrían la primera bajada de la cualificación sobre su deuda en 70 años por
parte de la agencia de calificación Standard & Poor’s y las bolsas se desplomaban. Algunos comentaristas calificaban
el escenario de momento “pre-Lehman
Brothers”.
La clave, en el fondo, es que la economía real se encuentra estancada y
decelerando su crecimiento. Si se observa la evolución de las principales
economías del mundo, en los seis primeros meses del 2011 ninguna ha crecido de forma significativa (cuadro 1).
Incluso la Unión Europea y sus principales motores, Alemania y Francia,
han tenido una desaceleración marcada entre el primer y segundo trimestre.
Los EEUU se encuentran en un crecimiento cercano al 0%. El Estado es-
pañol frena su ya tímido crecimiento.
Si Japón se encuentra ya en recesión,
hay temores de que entren en ella las
dos principales economías del mundo,
EEUU y la UE.
Después de iniciarse hace ya más de
cuatro años, la crisis no solamente no
se está resolviendo sino que empeora.
En efecto, nos encontramos con una
crisis de larga duración que va pasando
por distintas fases.
Fases de la crisis actual
La primera fase de la crisis fue entre
2007 y 2009. Se inició con un crack
financiero especialmente marcado en
septiembre de 2008 con la caída de
Lehman Brothers. Solamente la intervención masiva desde los estados,
con rescates a entidades financieras y
empresas, evitó un colapso total. Este
crack conllevó que en 2009 se entrara en una recesión, con la producción
mundial bajando por primera vez desde 1945.
La segunda fase, entre mediados de
2009 y de 2011, ha estado marcada por
la crisis de la deuda soberana, consecuencia de la bajada de ingresos por la
recesión y el enorme gasto de los Estados en la fase anterior. Los ataques
especulativos de los inversores inter-
nacionales han forzado el rescate de
Grecia, Irlanda, Portugal y Grecia otra
vez. El repunte del crecimiento desde
finales de 2009 fue celebrado ilusoriamente por los gobiernos como la salida
de la crisis. Sin embargo, el crecimiento era fruto de los estímulos de los Estados y estaba hinchado al reflejar una
recuperación desde el punto mucho
más bajo del año anterior, cuando la
inversión se frenó de golpe debido al
inicial aluvión de la crisis.
Después de los datos de este verano
parece que estamos entrando en una
tercera fase. La gravedad del momento
está marcada por una triple crisis. En
primer lugar tenemos la crisis la de la
deuda soberana, especialmente marcada en Europa, pero que provoca inestabilidad también en EEUU. En segundo
lugar, la crisis bancaria se mantiene,
con una paralización del crédito entre
entidades. Finalmente, tenemos el ya
mencionado declive del crecimiento
que posiblemente lleve a la recesión.
Sería la temida crisis en forma de doble caída.
Los tres problemas se agravan entre sí. Una nueva quiebra como la de
Lehman Brothers sería ahora mucho
peor, porqué la masiva inyección de
dinero desde los gobiernos (ahora masivamente endeudados) para evitar
la caída del sistema bancario ya no se
podría repetir. Por otro lado, el marcado endeudamiento de los gobiernos
en 2008 y 2009 -asumible si en poco
tiempo se volvía a crecer- se hace problemático con el estancamiento actual.
Si empieza una nueva recesión el PIB
de cada país decrecerá, con lo que el
déficit aumentará y el volumen de la
deuda se hará más grande en proporción. El efecto de una gran carga de
deuda sobre una economía con poco
crecimiento sumergió a Japón en una
recesión de más de una década después de 1990.
La prolongación de la crisis está
creando fisuras en las ideas neoliberales. Sin embargo, se mantiene un consenso sobre el origen de la crisis que
afecta a la visión de cómo salir de ella.
Explicaciones sobre la crisis
La explicación dominante ve la crisis
solamente como un producto del crecimiento desmesurado de las finanzas.
Según esta visión la caída de los juegos
especulativos astronómicos en 20072008 habría arrastrado al conjunto de
la economía hacia abajo. La situación
actual de falta de crecimiento sería
debida a la inestabilidad creada por el
alto endeudamiento de los estados y
por un sistema bancario sin capacidad
de dar créditos.
Si el origen es el sector financiero,
que contaminaría la economía real, la
conclusión lógica es que con una mejor
regulación se podrían evitar las crisis.
Esta argumentación salva al capitalismo como tal del desastre actual.
Hay una parte de la explicación que
es correcta. Los grandes problemas de
sequía crediticia de los bancos y la deuda de los países significan que las inversiones que se podrían llevar a cabo
en los sectores productivos son frenadas por la falta de crédito.
Cuadro 1. Crecimiento trimestral del PIB (en %).
Pero, de hecho, los problemas son
mucho más profundos. Para entenderlo debemos remontarnos cuatro décadas atrás.
A mediados de los años 70 hubo un
cambio fundamental en el capitalismo.
La tasa de beneficios, alta durante todo
el boom posterior a la segunda guerra
mundial, disminuyó hasta provocar la
crisis de los años 70. Desde entonces la
tasa de beneficios se ha mantenido en
unos niveles bajos, incapaces de provocar una gran expansión económica (la
tasa tenía en 1997 la mitad del valor de
19483).
El neoliberalismo ha sido la justificación de las políticas para aumentar
la explotación de la clase trabajadora
en un período del capitalismo con bajos beneficios, desaceleración del crecimiento y descenso de las inversiones.
Es frente a estos problemas de la economía real que se produce la increíble
expansión de las finanzas. Una porción
importante de la inversión –ante los
bajos niveles de beneficios en la economía productiva- se desvió hacia los
negocios financieros y especulativos.
Ante la pérdida de poder adquisitivo
de la clase trabajadora, se incentivó
enormemente su endeudamiento para
que continuara comprando. El resultado ha sido que la sobredimensión
de las finanzas y la economía del endeudamiento ha permitido al capitalismo continuar en movimiento en las
últimas tres décadas. Sin embargo, el
efecto del endeudamiento ha sido el de
enmascarar los problemas en la economía real, aplazar la caída económica,
solamente haciendo que cuando estallara en 2007-2008 fuera peor4.
El auge de las finanzas ha sido un
producto de los problemas de la 
Fuente: Eurostat2
14 La Hiedra Otoño 2011
Otoño 2011 La Hiedra 15
Los países del centro de la UE
imponen la austeridad a la periferia
para garantizar la devolución de la
deuda
economía real. Por esto las dificultades
actuales no sólo son de falta de crédito
para la inversión. De existir este dinero chocaría con el problema de base: la
baja tasa de beneficios. Los empresarios difícilmente invertirán, al prever
pocos rendimientos. Por lo tanto no
nos encontramos con una crisis exclusivamente financiera sino con una
crisis global de la economía producto de las propias contradicciones del
capitalismo.
Desequilibrios globales y en la
eurozona
La crisis se ha desarrollado en un marco de desequilibrios importantes en la
economía mundial, con una división
entre países endeudados y países que
dan crédito. Es la relación entre EEUU
y China5.
Los Estados Unidos compran una
gran cantidad de bienes al país asiático, produciendo un déficit en la balanza comercial (importan más de lo
que exportan). Este déficit lo cubren
pidiendo créditos, principalmente, a la
misma China. Ambos países se encuentran encadenados a una complicada
relación de rivalidad y de dependencia
mutua. China, que posee el 25,7% de la
deuda de los EEUU, criticó duramente
en agosto este país por su “adicción a
la deuda”. Aunque China se ha beneficiado de ello, teme que haya algún
momento en que EEUU (con deuda del
100% del PIB), no pueda pagarle o que
se produzca una devaluación del dólar
que afectaría negativamente a sus reservas en divisas.
A menor escala es también lo que
sucede dentro de Europa entre Alemania y los países periféricos. Alemania
es un gran exportador, sobre todo a
países europeos. El superávit que consigue con las exportaciones lo ha prestado a los países del sur de Europa, que
acumulan importantes deudas. Estos
países, dada su posición periférica,
desarrollaron aún más el crecimiento
16 La Hiedra Otoño 2011
basado en el endeudamiento público
o privado. Con el estallido de la crisis
el endeudamiento público ha aumentado produciendo la crisis de la deuda
soberana en Grecia, Irlanda, Portugal (y cada vez más, Italia y el Estado
español)
Esta crisis interactúa con la crisis
bancaria, con una banca europea que
necesitaría según el FMI una inyección
de 200.000 millones de euros. Gran
parte de la deuda soberana ha estado
financiada por los bancos de Alemania,
Francia y Holanda. Un impago de los
países del sur sería un agujero negro
con consecuencias muy negativas para
los bancos y países prestamistas.
En los cuatro rescates vividos no
se ha tenido como objetivo principal
salvar los países sino los bancos poseedores de deuda. Pero, pese a los
rescates, la crisis de la deuda soberana
en Europa no deja de empeorar. Grecia
necesitó en julio un segundo rescate de
109.000 millones de euros. Aunque las
condiciones financieras fueron un poco
mejores respecto del primero (con un
impago parcial y mejores tipos de interés6) las medidas de austeridad exigidas por la comisión europea y el FMI
van a castigar de nuevo la economía y
La crisis ha desarrollado
fuertes desequilibrios
en la economía mundial,
creando una división
entre países endeudados
y países que dan crédito
la población griegas. El déficit, pese a
los drásticos recortes, permanece anclado a un elevado 10% y hace aumentar la astronómica deuda pública (del
142,9%). El desplome del PIB del 4,5%
en 2010 sólo hace crecer la proporción
de la deuda. El país helénico ha entrado en un espiral descendiente de difícil
salida y ya se apunta que el segundo
rescate no evitará la posibilidad de una
quiebra. De producirse tendría un impacto mucho mayor que la caída de Lehman Brothers.
Inseridos en una dinámica similar,
es posible que un segundo rescate se
tenga que terminar aplicando también
a Irlanda y Portugal.
Último capítulo: Italia y Estado
español
Este verano hemos visto una nueva
fase de ataques especulativos. La prima de riesgo del Estado español que
se encontraba en junio en 250 puntos escaló en solo cinco semanas a un
máximo de 418 puntos a principios
de agosto. La italiana pasó de los 200
puntos a superar también los 400. Esto
hizo temer que se alcanzara un punto
de no retorno (al que llegaron Grecia,
Irlanda o Portugal) que habría podido
llevar a un rescate ingestionable. Sólo
cayeron las primas después de la intervención tardía del BCE comprando
bonos por valor de 22.000 millones de
euros. Pero a mediados de septiembre
las primas de riesgo cruzaban de nuevo
los 360 puntos, muy por encima de la
tónica general de los dos últimos años.
Que los ataques estén afectando la
tercera y cuarta economía de la eurozona (Italia y el Estado español) muestran la dimensión del desastre. Italia,
que lleva la peor parte, tiene una deuda del 120% del PIB, el tercer mayor
volumen de deuda del mundo detrás
de EEUU y Japón, con lo que no es
sostenible tener que pagar unos tipos
de interés mucho más altos.
Si bien el Fondo Europeo de Esta-
bilidad Financiera (FEEF) duplicó su
fondo hasta 440.000 millones, esta
cuantía sería insuficiente si hubiera
que rescatar al Estado español o Italia.
La crisis de la deuda soberana está
llevando a una crisis de la eurozona de
contornos inciertos. La UE está reaccionando muy lentamente a los problemas, fruto de intereses estatales
dispares y de la tensión centro-periferia. Alemania ha recelado de comprar
deuda a los países en problemas y de
crear eurobonos, mecanismos que pararían en parte los ataques especulativos. Esto es porque implicaría hacerse
cargo del coste de las deudas, lo que
muestra que la política de Alemania
está destinada a proteger el conjunto
de la economía alemana y no solamente el sector financiero.
El segundo rescate de Grecia, acordado en julio, a principios de setiembre aún no había sido ratificado por
todos los estados europeos, con Finlandia y Austria pidiendo garantías por
el dinero que van a prestar a Grecia.
Otras medidas acordadas en la reunión
europea del 21 de julio están tardando
en llevarse a la práctica. Vemos como
la ausencia de soluciones ante la acentuación de la crisis está llevando a una
parálisis política. Solamente tras cada
perspectiva de hundimiento la UE se
dota de nuevos mecanismos que supuestamente solucionarán los problemas. Con ellos se subordinan más aún
las políticas del conjunto de países a
los grandes poderes económicos y se
radicalizan las medidas de austeridad
y recortes.
Cuadro 2. Déficit y deuda de los
países europeos en dificultades, en
porcentaje del PIB7
La economía española en crisis
Modelo de austeridad y
exportaciones
Las políticas de austeridad no solamente tienen como objetivo reducir los
déficits y deudas de los países. Forman
parte de una estrategia de los gobiernos para reducir salarios, ser más competitivos transfiriendo rentas de los
trabajadores a las empresas y orientar
las economías hacia las exportaciones.
Es el modelo que ha propulsado el crecimiento económico de Alemania de
la última década, gracias a conseguir
disminuir los salarios reales muy por
delante del resto de países europeos, y
es el modelo que se intenta generalizar
en toda Europa.
De hecho, las mayores economías
del mundo buscan una salida a la crisis sobre la base de las exportaciones:
la UE (siguiendo el modelo Alemán),
EEUU y China. Sin embargo, hay una
contradicción importante. Si todos bajan los salarios para ser más competitivos y exportar... ¿Quién va a comprar
los productos? China -y el resto de
países emergentes que más están creciendo- exporta principalmente a Eu-
ropa y los EEUU, zonas marcadas por
la austeridad. Y Alemania exporta en
grandes proporciones a los países del
sur de Europa, que están sufriendo los
peores ataques sociales.
La aceleración brusca de las políticas de austeridad que estamos viviendo en Europa no tiene precedentes en
las últimas tres décadas de neoliberalismo. Estas políticas conllevan frenar
la inversión pública y, al hacer ataques
sociales, disminuir la capacidad de
comprar de la clase trabajadora. Esto
está produciendo la desaceleración de
la economía real, llevándola en dirección a la recesión.
Las ideas neoliberales no permiten
salir de la crisis, sino que la están profundizando. Sin embargo, continúan
siendo la guía dominante también en
el Estado español.
Los recortes disminuyen
la capacidad de
comprar de la clase
trabajadora, produciendo
la desaceleración de la
economía real en crisis
Para entender la situación actual del
Estado español es preciso hacer una
breve introducción del origen de su
modelo económico actual. Este modelo
proviene de la modificación del modelo
franquista de los años 50, basado en el
turismo norte-europeo y la propiedad
privada de la vivienda, así como en
atraer inversiones industriales extranjeras con bajos salarios y ausencia de
derechos laborales. La transición supuso un continuismo con los intereses
económicos del franquismo y los sucesivos gobiernos de la democracia, tanto del PSOE como del PP, no solo no
mostraron voluntad alguna por cambiar dicho modelo sino que profundizaron en esta especialización. Se dio
un descenso en la tasa de beneficios en
el Estado español desde principios de
los años 60 hasta el inicio de los años
80. Durante los años 80 hubo una recuperación parcial pero se volvió a dar
una nueva caída a inicios de los años
908. Las recesiones de los años 80 y
90 conllevaron la destrucción de parte de la industria productiva y la salida
se encontró recurriendo a las políticas
neoliberales de recortes e incentivando
el endeudamiento.
Paralelamente, la entrada en la Comunidad Económica Europea supuso
el desmantelamiento de gran parte de
la industria del país y comportó un aumento de la deuda externa con las economías europeas más avanzadas. 
Otoño 2011 La Hiedra 17
El BCE, con su presidente Jean-Claude Trichet, es un organismo que subordina su
politica a los intereses economicos de los grandes capitales europeos u
La firma del tratado de Maastricht dio
lugar a una política macroeconómica
cada vez más dictada por Europa, que
en el Estado español supuso la reducción del gasto público, el control de la
inflación y la desregulación del mercado laboral. La creación de la moneda única, el Euro, redujo aún más el
margen de maniobra de la economía
española9.
Todo ello nos lleva a la situación
económica actual del estado español,
cargada de problemas y debilidades.
Problemas de la economía
financiera
El Gobierno del PSOE ha insistido continuamente en que la deuda pública no
es muy elevada. Si bien esto es cierto,
obvia la existencia una de las deudas
privadas más importantes del mundo.
A raíz de las políticas mencionadas, y
a diferencia de otros países europeos
que también tiene problemas de endeudamiento, la deuda privada es uno
de los factores desestabilizadores más
problemáticos, situándose alrededor
del 330% del PIB. Desde los años 90
y hasta la llegada de la crisis mundial
de 2007 el creciente déficit público fue
trasladado al sector (tanto a particulares como empresas) por medio de
una gran expansión del crédito y un
aumento del consumo doméstico, permaneciendo oculto tras la burbuja inmobiliaria. Los créditos permitían no
solo la compra de inmuebles por parte
de particulares sino también la financiación de empresas constructoras e
inmobiliarias. El buen funcionamiento
del mercado financiero permitió obrar
el “milagro” del fuerte crecimiento
económico con un crecimiento de la
productividad no tan elevado propiciando la reducción del desempleo
pero incrementando mucho el endeudamiento doméstico. Tanto es así que,
pese a que la deuda pública del estado
español no es comparativamente demasiado elevada (66’5% del PIB), si a
esta le sumamos la deuda privada, la
suma supone alrededor del 400% del
PIB10. Este volumen de la deuda genera inestabilidad y riesgo de quiebra y
conlleva un gran peligro para la UE ya
que la economía española es demasiado grande como para ser rescatada con
18 La Hiedra Otoño 2011
fondos europeos y a su vez demasiado
grande para dejarla caer sin más.
Por otra parte la deuda contraída
tanto por el Estado como por particulares y empresas en el caso de la economía española proviene en gran medida
(52%) de agentes financieros y fondos
extranjeros.11 Esta deuda externa representa aproximadamente el 170%
del PIB de Estado español12. Todos
los estados se ven obligados a buscar
financiación en los mercados internacionales, pero en el caso del Estado español (y de otras economías periféricas
de la UE) la entrada en la comunidad
económica europea y el pacto del euro
supuso que esta financiación externa
proviniera principalmente de bancos
y fondos europeos (mayormente alemanes, franceses e ingleses) con lo que
los riesgos que esta comporta pasaron
a un segundo plano.
Pero con la llegada de la crisis, y el
estallido de la burbuja inmobiliaria, la
situación cambió y el miedo al impago
por parte de los acreedores se transformó en fuertes presiones de los agentes
económicos internacionales (FMI, BM,
agencias de calificación…) y sobre todo
los europeos (BCE, líderes políticos de
las economías europeas más avanzadas…) para asegurar el retorno de sus
préstamos. Fue entonces cuando el ejecutivo español decidió subsanar la falta
de liquidez de las entidades financieras
con riesgo de quiebra llevando a cabo
fuertes inyecciones de dinero público
(129 mil millones de euros) y obligan-
La deuda publica mas
la privada del Estado
español supone alrededor
del 400% del PIB lo que
genera inestabilidad y es
un gran peligro para la UE
do a fusionar las Cajas de ahorros con
mayores problemas. Estas inyecciones
sumadas a la falta de crecimiento de la
economía y la explosión de la burbuja
inmobiliaria (que ocultaba el déficit estructural del estado) llevaron a las arcas de estado a pasar de una situación
de superávit del 1% del PIB en 2005 al
déficit actual del 9,3%.
Zapatero argumenta que las inyecciones de dinero público a los bancos
no caen en saco roto ya que reportan
beneficios al Estado por medio de los
intereses que generan. Pero la realidad
es que el mismo dinero avalado proviene de créditos europeos a interés
más alto. Un negocio redondo para los
grandes bancos internacionales que
agrava el problema de la deuda.
La crisis de la deuda
La presión de los prestamistas europeos ha hecho que aumenten mucho
las presiones sobre los países deudores. Para frenar el aumento de deuda
pública, que de aumentar se sumaría
a la inestabilidad de la enorme deuda
privada, el ejecutivo español ha llevado
a cabo en esta legislatura un sinfín de
recortes sociales, muchos de ellos encaminados a contentar al BCE quien
“pide” a los estados de la UE un déficit
máximo del 3% para 2013. El último y
tal vez uno de los más graves y evidentes episodios de esta imposición des de
arriba de las políticas de austeridad lo
hemos visto con la llamada “regla de
oro” del déficit apelada por Merkel y
Sarkozy. Zapatero, apoyado por el PP,
se ha lanzado a cambiar la constitución
para incluir en esta una clausula que
limite el gasto del estado, las autonomías y los municipios.
Sin duda, el hecho de que los acreedores sean en una importante proporción instituciones financieras extranjeras dentro del marco de la Unión
Europea conlleva que los países periféricos se tengan que subordinar a las
presiones desde el centro (Alemania y
Francia).
Otro problema que esto comporta
es la especulación financiera que se vivió en agosto. Los tipos de interés de
los bonos españoles llegaron a límites
históricos. Este es un problema que
empieza a preocupar seriamente a la
clase dirigente europea que observa
atónita como sus políticas económicas
no dan un respiro de más de un par de
días a los mercados financieros.
Además encontramos la crisis bancaria. Pese a la reestructuración de
bancos y cajas las entidades están
concediendo pocos créditos, sus balances no se han terminado y la descapitalización con la crisis se mantiene.
Del enorme stock de 700.000 pisos
sin vender, los bancos tienen entre
160.000 y 300.00013.
Un alto tipo de crédito para el Estado español también afecta a las entidades privadas, dificultando que fluya
la liquidez. De hecho el Estado español
es, con Irlanda, el país donde de 2010
a 2011 más disminuyó el volumen de
crédito en relación al PIB14.
Como ya sabemos la economía financiera es una herramienta fundamental en el sistema capitalista actual
que facilita la circulación de capitales
y alarga los ciclos de expansión, pero
que descansa sobre unos cimientos
cuya integridad es imprescindible: la
economía real.
Problemas de la economía real
Ya hemos explicado brevemente cual
es el origen del modelo económico español. Pero la salida basada en las finanzas y la especulación tenía fecha de
caducidad. El crecimiento especulativo
basado en el sector de la construcción
se desmoronó junto con el estallido de
la burbuja inmobiliaria. El Gobierno
no ha podido obviar el peso de este
sector a la hora de dejarlo caer y por
ello continúa paliando en la medida de
lo posible sus pérdidas, como hemos
visto últimamente con la reducción
del IVA del 8 al 4% en la adquisición
de vivienda nueva. Una caída aún más
profunda del sector de la construcción
se extendería rápidamente por los sectores financieros (acreedores de las
constructoras). Pero a su vez existe una
fuerte presión de los bancos para evitar
la devaluación del precio de la vivienda
que comportaría importantes pérdidas
económicas para ellos.
Por otra parte en los últimos tiempos parece haber habido un tímido
intento de cambiar este modelo económico hacia la dinámica de Alemania,
como hemos visto en el incremento de
las exportaciones (un 18,5% durante
el primer trimestre del año)15. Pero la
imposibilidad de devaluar la moneda
fruto del pacto del Euro conlleva serias dificultades a la hora de redirigir
la economía española a la producción
industrial para la exportación.
No obstante, el modelo de crecimiento “clásico” basado en la producción industrial conlleva una dependencia de la demanda internacional,
demanda que se encuentra bajo amenaza. Pero hay un agravante más en el
caso de la economía española y es la
baja demanda interna derivada de la
disminución del poder adquisitivo y la
escasa inversión interna. La inversión
en bienes de equipo cayó un 30% en
2009 y, aunque se recuperó ligeramente en 2010, está bajando otra vez.
El PIB cayó en 2009 un 3,2% y el
año pasado cayó un 0,1%. Las predicciones del gobierno de principios de
año, del 1’3% para este año, se han ido
viendo desmentidas y se augura un
crecimiento de tan solo el 0’8%16. Suponiendo que este ritmo de crecimien-
La imposibilidad de
devaluar la moneda
fruto del pacto del Euro
conlleva dificultades a
los estados a redirigir sus
economias
to se mantuviera (cosa incierta con las
previsiones de recesión), harían falta
3 años para llegar a tener el volumen
económico de 2008. Con un crecimiento tan débil difícilmente se darán
las inversiones (internas y externas)
que requieren los sectores productivos
españoles para su desarrollo.
Por último, el problema del paro
roza límites históricos, con más del
21% de la población activa, la cifra más
alta de la Unión Europea (!). Junto con
el elevado endeudamiento doméstico
es un gran hándicap para la demanda
interna y la reactivación económica.
Además, parece ser que el desempleo
no va a disminuir a corto plazo y se
prevé que el mismo sea crónico durante años, problema que se agravaría
si se entrara de nuevo en recesión. El
paro comporta también un serio malestar social que puede traducirse en
conflictividad.
Fisuras en la estructura del estado
Otra peculiaridad del Estado español
que influye en las cuestiones económicas es el modelo del estado de las
autonomías y la descentralización de
la gestión de los recursos públicos. En
el Estado español las autonomías y los
municipios gestionan una importante
cantidad de recursos y tienen competencias fiscales. Por un lado, se produce
una multiplicación y fragmentación de
los ataques sociales en distintos niveles
y ámbitos territoriales que fomenta la
dispersión de las respuestas. Por otro,
a menudo se generan conflictos de intereses entre los gobiernos autonómicos (quienes defienden los intereses de
la burguesía autóctona) y el gobierno
central (en línea con las grandes corporaciones económicas estatales).
Con la llegada de la crisis y la austeridad presupuestaria estas tensiones se
han visto agravadas. Se ha dado un 
Otoño 2011 La Hiedra 19
pido de 20 días) y parece ser que el
desequilibrio de fuerzas favorece a los
empresarios quienes se han llevado la
mayor parte del pastel en las negociaciones de los recortes sociales.
Este septiembre se han producido
ocupaciones y acampadas en Wall Street
inspiradas por el movimiento de la
indignación del 15M.
Ver: https://occupywallst.org/
Las alternativas: hacia una salida
anticapitalista
proceso de aplicación de ajustes presupuestarios de arriba a abajo y una
oposición contra estas medidas desde
algunos ayuntamientos y gobiernos
autonómicos. Pero las presiones contra el gasto de las comunidades vienen
incluso de más arriba, des del BCE.
Las comunidades autónomas, que
son responsables de una duda del 11%
del PIB estatal harán un tijeretazo
drástico y comprimido de 5.000 millones hasta final de año17 (en Castilla-La
Mancha será del 20% del gasto) con
nuevos recortes este otoño y la posible
introducción del copago sanitario en
algunas zonas. También, el Gobierno
central reclamaba 4.379 millones en
agosto a ayuntamientos y diputaciones.18 Los ayuntamientos están asfixiados por la deuda y junto con las diputaciones deben 37.352 millones, deudas
que provienen fundamentalmente del
fracaso del mismo modelo especulativo inmobiliario.
En Catalunya, por ejemplo, los planes de austeridad del presidente Artur
Mas han sido contestados por la población con luchas sociales desde la base
(desde los hospitales hasta las escuelas
públicas) e incluso con oposición desde
los ayuntamientos. Esta presión desde
abajo ha desbordado al ejecutivo catalán quien ha comenzado a presionar
al gobierno central para conseguir el
dinero correspondiente al déficit fiscal
y quien se opone a las limitaciones del
déficit que se le quieren imponer.
Qué nos espera
¿Y cuál ha sido la respuesta del este gobierno supuestamente socialista ante
la agenda neoliberal europea? Pues la
utilización del keynesianismo hacia el
capital y neoliberalismo hacia los trabajadores. Como ya hemos comentado
anteriormente Zapatero ha cedido sin
demasiados titubeos ante las presiones
de los mercados y los poderes económicos europeos. Los recortes sociales,
las políticas de “flexi-seguridad”, la reducción de los impuestos y las políticas
de transferencia de recursos públicos
a entidades privadas junto con alguna
tímida reforma en contra de los intereses empresariales (como la reforma
farmacéutica) han marcado la agenda
económica del gobierno. Pero estas
medidas no parecen haber conseguido
20 La Hiedra Otoño 2011
ni la creación de empleo (siquiera precario) ni el estimulo económico.
Y es que la poca progresividad fiscal
del modelo español (como se observa
en la disminución desigual del IRPF
para las rentas medias con respecto de
las más altas, un 2’3% frente al 37’6%
desde 1993)19, la disminución del poder adquisitivo de las familias del Estado español y la baja productividad
de la economía son problemas estructurales que se suman a los problemas
generales de la economía mundial. La
austeridad supone menor gasto público, pero también menor capacidad de
llevar a cabo medidas de estimulo económico, disminución de la demanda
y, en último término, posibilidad de la
recesión.
¿Y qué nos queda por delante? Para
cumplir con el objetivo de déficit, dentro de la lógica neoliberal del PSOE y
el PP, mucha más austeridad. Más difícil será cumplir con este objetivo si
se entra en recesión y el volumen de la
deuda aumenta en comparación con el
PIB del Estado, que estaría entonces
disminuyendo. Con la reforma constitucional pactada por los dos grandes
Su receta contra la crisis
es el modelo neoliberal de
hace 30 años: ante una
baja tasa de beneficios,
aumentar la explotación
de la clase trabajadora.
partidos para fijar un techo de gasto
se hace evidente que la clase dirigente
española está dispuesta a llegar hasta
donde haga falta para contentar a los
grandes poderes económicos, que cada
vez reaccionan con mayor escepticismo ante estas medidas.
En agosto y septiembre el Gobierno del PSOE siguió en la línea de poner parches económicos, reduciendo
el IVA en la compra de vivienda nueva
hasta el final del año y suspendiendo
durante 2 años el artículo del Estatuto
de los Trabajadores que impide el encadenamiento de contratos temporales
por más de dos años. Seguimos pues
en la línea de disminuir la recaudación
fiscal y precarizar el mercado laboral.
Esto tiene como objetivo subir los niveles de explotación de los trabajadores
para tratar de incrementar los beneficios empresariales al mismo tiempo
que abaratar costes para ser más competitivos a nivel de exportaciones. Se
trata pues del modelo neoliberal de los
últimos 30 años: ante una baja tasa de
beneficios, aumentar la explotación de
la clase trabajadora.
Para las elecciones del próximo 20
noviembre el partido socialista va a
tener muy difícil alcanzar de nuevo la
presidencia debido al gran malestar
social que han generado las políticas
antisociales de Zapatero y el elevado
desempleo existente. La entrada del
PP en el gobierno no puede suponer
otra cosa que una profundización en
las políticas neoliberales con que nos
debemos ir preparando para lo peor,
como se confirma en las declaraciones
de Rajoy de su última biografía en la
que pone en el punto de mira la legislación laboral y la negociación colectiva.
Por otro lado, la patronal sigue presionando al gobierno para avanzar en
la misma dirección (por ejemplo proponiendo un contrato único con des-
Después de cuatro años de crisis la
clase dirigente no tiene una solución.
Sin embargo, continúa agarrándose al neoliberalismo como a un clavo
ardiente, solamente para hundirnos
más en el desastre. En este escenario
es cada vez más importante plantear
alternativas desde la izquierda a la salida neoliberal.
Vicenç Navarro, que ha realizado
una excelente crítica del neoliberalismo, plantea dos medidas para salir
de la crisis: “Una es que el gasto público aumente y llene el vacío que se
ha creado en la demanda. (...) La otra
medida es crear bancas públicas (...)
que garantice la disponibilidad del
crédito a pequeños empresarios y a la
ciudadanía en general. Tales medidas
aumentarían el crecimiento económico
que es, por cierto, la mejor manera de
reducir el déficit del estado.”20
Estas medidas, conjuntamente con
la subida de impuestos a las rentas más
altas que también propone Navarro, se
deben ver positivamente por la mejora
que supondrían para los trabajadores
y trabajadoras. Sin embargo, como ya
pasó con las medidas keynesianas en
el pasado, tendrían límites para conseguir realmente el objetivo del crecimiento económico, debido a la baja
tasa de beneficios que bloquea la inversión privada. Aumentar la inversión
pública cuando hay un paro de inversión de las empresas es como intentar
empujar un coche que tiene el freno de
mano puesto.
Pese a las medidas fiscales para aumentar la recaudación, si no hay crecimiento, el aumento del gasto público
podría agravar el problema de la deuda
y de la inestabilidad financiera.
La alternativa keynesiana tiene muchas dificultades para aplicarse en un
sólo estado, dada la creciente internacionalización de la economía y, además, obvia que la crisis está anclada
profundamente en los desequilibrios
del mismo sistema. Hace falta añadir
medidas más radicales que confronten
la propia lógica del capitalismo. Aquí
solamente apuntamos algunas de ellas.
Una cuestión clave es dejar de pagar la enorme deuda externa a manos
de los inversores extranjeros, que son
los que están especulando con las cotizaciones de los bonos del Estado. El
impago de la deuda supondría dejar de
depender de las presiones de los inversores y de los poderes europeos para
hacer más recortes y, además, recuperar dinero a usar para fines sociales.
En el mismo sentido, se deben retirar
todas las ayudas dadas a las entidades
bancarias (que continúan llevando a
cabo las mismas prácticas de riesgo) o
nacionalizarlas. Ante el paro de inversión, hay que intervenir la gran cantidad de dinero que está en manos de
las empresas para usarlo en beneficio
de la sociedad. En vivienda se deben
prohibir los desahucios y sacar a la luz
los pisos en manos de los especuladores. Todos los trabajadores en paro deben tener una prestación asegurada al
mismo tiempo que se reparte el trabajo
existente. Finalmente, se debe ir hacia
una democratización de toda la economía, controlada desde abajo por la sociedad. En definitiva, debe prevalecer
el criterio de usar los enormes recursos
existentes y usarlos para reorientar la
economía hacia el beneficio de la gran
mayoría de la población.
Todas estas medidas implican una
confrontación total con los poderes
existentes pero abren la única vía posible para evitar que la crisis la continúen pagando los de bajo. Conseguir
ganar varías de estas medidas en algún
país de Europa crearía un punto de
referencia que incentivaría a los movimientos de otros países a ir en la misma dirección y generalizar esta salida.
Hace falta una perspectiva anticapitalista en la que, más que buscar salvar
el capitalismo de la crisis, se deber luchar para preservar los derechos de la
clase trabajadora y tejer lazos durante
la resistencia para poder crear desde la
base un sistema nuevo libre de crisis
económicas y explotación.
notas
1. Negocios. El País, 2011: “Estancamiento circular”, 7 de agosto.
2. Eurostat, 2011: “Euro area and
EU27 GDP up by 0.2%”. Informe del
16 de agosto. Disponible en: http://
epp.eurostat.ec.europa.eu/cache/
La única vía posible para
evitar que la crisis la
sigan pagando los de bajo
supone una confrontación
total con los poderes
existentes
ITY_PUBLIC/2-16082011-AP/EN/216082011-AP-EN.PDF
3. Harman, Chris, 2009: Zombie Capitalism. Global Crisis and the relevance of Marx. Londres: Bookmarks. p.
196-197
4. Harman, Chris, 2009: Zombie Capitalism p. 278-292. Ver también Harman, Chris, 2009: La nueva crisis del
capitalismo. ¿Qué decimos los socialistas? En lucha, 2009.
5. Callinicos, A. y Jones, J., 2011: “The
student revolt and the crisis” en International Socialism Journal, n. 129,
enero. Disponible en: http://www.isj.
org.uk/index.php4?id=697&issue=129
6. Público, 22 de julio de 2011
7. Confección a partir de: El País, 21
de junio de 2011, Datosmacro (http://
www.datosmacro.com/),
http://
en.wikipedia.org/wiki/List_of_countries_by_external_debt#cite_note-7
,Seminari Taifa, 2011: De la crisi de la
deuda al ajuste, y Reserch on Money
and Finance, 2010: The Eurozone between austerity and default.
8. Stobard, L. 2009: “Ladrillos o cimientos. Preguntas y respuestas sobre
la nueva gran crisis” en La Hiedra. n.
18, diciembre/enero 2009/10. p. 14.
Disponible en: http://www.enlucha.
org/site/?q=node/1795
9. Para profundizar más sobre el desarrollo de la economía española en las
últimas décadas consultar: López, I.,
Rodríguez, E., 2011: “The spanish model” en New Left Review. Mayo-Junio,
p. 1-9.
10. Seminario de economía crítica
Taifa, 2011: “De la crisis de la deuda al ajuste”. Julio p. 10 Disponible
en: http://www.correntroig.org/spip.
php?article2962&lang=ca
11. Seminario de economía crítica Taifa,
2011, p. 5.
12. Sans, J., 2010-2011: “Crisis y recortes: Zapatero prepara nuevos ataques contra la clase trabajadora” en
La Hiedra, diciembre-enero. n. Disponible en: http://www.enlucha.org/
site/?q=node/15531
13. El País, 28 de agosto de 2011.
14. El País, 7 de agosto 2011
15. El país, 2011: “Las exportaciones
crecen el 18’5% en el primer semestre
del año”. 17 de Agosto.
16. Flores, A., 2011: “Economía ya ve
<<difícil>> crecer al 1,3% este año” en
Público. 27 de Agosto.
17. El País, 6 de agosto de 2011
18. El País, 7 de agosto de 2011
19. Estrada, A., González, P., 2011: “La
rebaja fiscal de los ricos multiplica con
creces la de las rentas medias” en Público. 30 de Agosto.
20. Navarro, V., 2011: Por qué la economía española no se recupera. Disponible en: http://www.rebelion.org/
noticia.php?id=124081
Otoño 2011 La Hiedra 21
nuevo
sexismo
viejo
capitalismo
Regina Martínez describe la persistencia de las desigualdades, el rol comercial
del cuerpo de la mujer y la función que desempeña para el capitalismo.
L
as mujeres hemos conseguido,
gracias a la lucha, muchos derechos en los últimos cuarenta
años. Pero lejos de haber logrado la liberación total, hay barreras que no se han superado (discriminación laboral, responsabilidad del cuidado) y en algunos ámbitos la opresión
se ha incrementado (sexualización y
cosificación del cuerpo de la mujer). La
opresión se ha profundizado en algunos aspectos, ha modificado su puesta
en escena. Hablamos del nuevo sexismo, la representación de la opresión de
la mujer en la actualidad que relaciona,
principalmente, dos ideas: se ha conseguido la igualdad y la sexualización
forma parte de la libertad de elección
de la mujer.
Si bien el aumento de la cosificación de la mujer es la principal característica del nuevo sexismo, es importante comenzar reflexionando sobre
las creencias que hacen posible que la
hipersexualización de la mujer pase
desapercibida como una manifestación
más de la libre competencia.
Según algunos autores del ámbito
de la psicología social, el sexismo moderno se fundamenta en tres pilares1: la
negación de la discriminación —existe
la igualdad formal—, el antagonismo
ante las demandas que hacen las mujeres —la incomprensión cuando salimos
a la calle por el aborto libre y gratuito—
y el resentimiento acerca de las políticas de apoyo que consiguen —la criti22 La Hiedra Otoño 2011
cada ley contra la violencia de género
por abrir la puerta a posibles “falsas
denuncias”. No nos encontramos ante
el viejo sexismo descarado y claramente misógino representado, por ejemplo,
por la Sección Femenina de la Falange,
sino ante una ofensiva que combina la
aceptación de cierta igualdad con la resistencia al cambio.
La ilusión de igualdad
La primera creencia que define el nuevo sexismo es precisamente que éste no
existe. Se afirma que se ha conseguido
la igualdad: las mujeres han accedido al
mundo laboral, tienen un marco legislativo que les ampara, las hay que han
llegado a las esferas de poder y además
están protegidas culturalmente por los
límites de lo “políticamente correcto”.
Todas estas son victorias importantes que marcaron un punto y aparte
con la situación que vivían las mujeres
Nos encontramos
ante una ofensiva que
combina la aceptación
de cierta igualdad con la
resistencia al cambio
hace cincuenta años. Y no son victorias
regaladas. Las lucharon en los barrios,
en las calles, en sus puestos de trabajo muchas mujeres y feministas bajo el
franquismo y durante los años setenta.
Si en la primera ola del feminismo las
mujeres de principio de siglo lucharon
por el sufragio femenino, en la segunda
ola durante los 60 y 70 la lucha se centró en los derechos sexuales, el derecho
al propio cuerpo y la igualdad legal y
laboral. Pero mirando hacia atrás, vemos que la falsedad de la democracia
burguesa y la omnipresencia del capitalismo no han permitido que se desarrolle una igualdad profunda y real
para todas.
El acceso de la mujer al mundo laboral (que de hecho existe desde el
inicio del capitalismo) no ha supuesto
la igualdad: las mujeres son mayoría
entre los desempleados de larga duración, tienen el 83% de los contratos a
tiempo parcial y la brecha salarial se
estima en un 27% menos que los hombres en todas las profesiones, en todos
los sectores, con el bajo nivel de prestaciones que todo ello conlleva2. La
responsabilidad del cuidado doméstico
fomenta la opresión y justifica la mayor
explotación. “Las mujeres continuamos
a día de hoy sufriendo una enorme vulnerabilidad tanto dentro del mercado
de trabajo remunerado como fuera de
él, vulnerabilidad que encuentra su
raíz y coartada en nuestra identificación social como responsables de la
Las conquistas conseguidas durante la primera y
segunda ola del feminismo fueronmuy significativas, a
pesar del rechazo explícito de algunos hombres.
reproducción”3.
Los cambios legislativos son claramente insuficientes, además de fluctuantes y en situaciones de crisis como
la actual tardan poco en prescindir de
ellos. Si la democracia burguesa es incompleta y superflua, las medidas legislativas que promueven la igualdad
tienen el mismo patrón, y la equidad
prometida después de la transición
ha supuesto avances constantemente
frenados por el hambre infatigable del
mercado y por la traición de la socialdemocracia a las mujeres trabajadoras.
La igualdad formal no es igualdad real,
pues el sistema no nos sitúa en las mismas condiciones.
En referencia a las cuotas de poder
conseguidas por las mujeres, vemos
que hay más directivas, catedráticas y
políticas que nunca (aunque continúan
siendo una minoría —sólo el 1% de la
riqueza mundial está en manos de mujeres4). Es cierto que no se trata sólo de
las ventajas que tienen estas mujeres
en concreto —pues su presencia tiene
un impacto en la visibilidad social de
un modelo de mujer diferente al tradicional (dependiente y sumisa). Lo que
sucede es que las que han logrado buenas posiciones tienden a extrapolar sus
victorias personales al resto, cuando en
realidad la mayoría de mujeres de clase
trabajadora vive en unas condiciones
durísimas, y cada vez peores con la crisis económica. Por otro lado, no significa obligatoriamente que las mujeres
poderosas desarrollen políticas o visiones de más equidad. Merkel, Aguirre,
Chacón, Barberá…ejemplos sobran.
La propia derrota que padeció la
clase trabajadora y la izquierda en la
transición llevó a la bajada del movimiento. “En la transición pactada no
entraba buena parte de lo planteado
por el feminismo dada la proyección y
envergadura de su propuesta que chocaba con los límites de la política de
pactos”5. Algunas demandas feministas
fueron copadas por las instituciones y
se limitó la lucha por los derechos de
la mujer a cambios superficiales: paridad, retoques legales. “Los Institutos
de la Mujer, estatal y autonómicos, y
otras instituciones absorbieron muchas
reivindicaciones”6. Que un mismo partido cree un Ministerio de Igualdad y
que recorte sanidad y educación es una
contradicción evidente para los derechos de la mujer. Son las políticas del
maquillaje que tan bien aplica el PSOE,
insuficientes para acabar con la discriminación estructural que sufre la mujer en el sistema capitalista. Tal y como
señala Hester Eisenstein en su libro
Feminism Seduced (Paradigm Publishers, 2010), la socialdemocracia se ha
apoderado de algunas ideas feministas
para contribuir a la expansión del capitalismo (como las guerras en Irak o
Afganistán, que se suponía liberarían a
la mujer —con guerra y devastación—).
En cuanto a la creencia de que las
mujeres están protegidas por los cambios culturales que se han producido
en las últimas décadas, hoy en día los
comentarios machistas y misóginos
más directos son menos tolerados, pero
también es cierto que se valora a la mujer en función de los límites de lo políticamente correcto, y ésta es una línea
muy fina y discontinua. Se trata más de
corrección política que de convicción.
Al tiempo que se ataca al ultramachista y misógino Salvador Sostres en los
medios —ha comentado su gusto por
las menores, su disculpa a la violencia
de género y su racismo—7, se relega a
las mujeres a imágenes sexualizadas y
poco valoradas en toda la parrilla televisiva y en los anuncios cínicamente
llamados de “relax” de la mayoría de
la prensa. Es importante haber ganado
una batalla ideológica contra el machismo más rudo, pero si continuamos
representando en nuestra realidad a las
mujeres como inferiores, como objetos
sexuales y personas superfluas, el con-
servadurismo vuelve a ganar la batalla. La ideas no surgen de la nada, tal
y como indicó Marx, “es el ser social el
que determina la conciencia, no la conciencia la que determina el ser social”.
Las victorias ideológicas no se mantienen si no profundizamos y consolidamos las victorias materiales.
Sexismo ambivalente
Todos, y sobre todo todas, tenemos
montones de anécdotas que relatan escenas sexistas, pero hay algunas que no
son admitidas por todo el mundo y se
juzga un comportamiento sexista como
algo aislado o no discriminatorio. Por
ello, más allá de partir de la vivencia,
es importante distinguir qué tipo de
comportamientos sexistas se dan en la
actualidad.
La teoría del sexismo ambivalente8
es bastante clarificadora, dando lugar a
dos tipos de sexismo vinculados: sexismo hostil y sexismo benevolente. El
sexismo hostil es una ideología que caracteriza a las mujeres como un grupo
subordinado y legitima el control social
que ejercen los hombres. Desgraciadamente, tenemos una buena camada
retrógrada con eco en los medios de comunicación de masas que diariamente
pone ejemplos. Sostres, Sánchez Dragó
o, por ejemplo, hace poco Cristina López Schlichting indicando que “el feminismo es la causa del fracaso escolar
masculino. […] Nuestros hijos varones
crecen en un ambiente que les hace lamentar su sexo” 9. En 2009 el arzobispo
de Granada, Javier Martínez, daba a
entender que la mujer que aborta “mata
a un niño indefenso” y, por tanto, “da
a los varones la licencia absoluta, sin
límites, de abusar” de su cuerpo10. El
sexismo hostil es claramente identificable y la reacción es mayoritaria.
Por su parte, el sexismo benevolente idealiza a las mujeres como esposas, madres y objetos románticos,
resaltando características tradicio- 
Otoño 2011 La Hiedra 23
nalmente valoradas como femeninas.
“Se transmite la visión de las mujeres
como débiles criaturas que han de ser
protegidas y al mismo tiempo colocadas en un pedestal en el que se adoran sus roles naturales […], de los que
no debe extralimitarse”11. Este tipo de
sexismo pasa a veces desapercibido y es
más asumido por las mujeres, si bien es
muy peligroso por la falta de reacción
inmediata. Exaltar constantemente la
belleza de la mujer o valorar el cuidado
familiar y obviar otros roles supone que
cuando no se entra dentro de los cánones, se envejece o se pierde el papel de
cuidadora, la autoestima tambalea, la
culpabilidad aflora y las recriminaciones emergen. El sexismo benevolente
utiliza un tono subjetivamente positivo
con determinadas mujeres, las que asumen roles tradicionales, lo que supone
la discriminación de todas aquellas que
tienen papeles diferentes.
Mujeres de plástico
“Es por el porno. Somos
conscientes de lo que
han visto los hombres y
sabemos qué es lo que
esperan”
24 La Hiedra Otoño 2011
El síntoma más característico del nuevo sexismo es la extensión en nuestra
sociedad del tratamiento de las mujeres como objetos. La expansión de la
industria del sexo y la pornificación se
ha dilatado desde los años 80: la prostitución, los clubs de striptease, la explosión de la pornografía por internet.
Las revistas destinadas a los hombres
con mujeres semidesnudas como FHM
o Maxim tienen gran éxito, así como se
da la normalización de imágenes sexualizadas en la publicidad, utilizadas para
vender un billete de avión o un tampón.
La industria del sexo es un gigante. En
el Estado español, factura 420.000 millones de euros, la mitad del presupuesto del Ministerio de Cultura en 201012,
lo que indica que además de la utilidad
ideológica de mantener a las mujeres
subordinadas, tiene un peso nada despreciable para el capitalismo. Pero no
se trata sólo de la industria, sino de la
permeabilización en todos los aspectos
de nuestra vida diaria.
Las niñas juegan con muñecas de
facciones imposibles como las Bratz —
que parecen salidas de quirófano—, comienzan a depilarse antes y se fabrica
ropa interior provocativa, con encaje y
relleno, para niñas que aún no han llegado a la adolescencia. En Gran Bretaña han retirado de la cadena comercial
Tesco un juego de striptease para niñas,
con una barra fija de plástico y billetes
de juguete incluidos. Está en todas partes y con consecuencias nefastas. Pero,
¿qué hay de nuevo en ello? ¿Acaso no
han sido vistas como objetos sexuales
desde hace mucho tiempo? Judith Orr
explica que “cuando crecía como una
adolescente en los setenta estaba claro
que para una mujer joven la apariencia
era algo primordial. Leía artículos en
los que se explicaba cómo aplicar maquillaje en los pómulos y sombra en los
párpados. Ahora eso no es suficiente.
La cirugía estética es algo corriente”13.
De hecho, hay un aumento de la literatura feminista que analiza este fenómeno. Natasha Walter estudia en
Muñecas vivientes. El regreso del sexismo (Turner, 2010) cómo “la influencia
de este entorno cultural es tan grande
que incluso las adolescentes ven en la
cirugía la respuesta a la angustia que
les provoca su cuerpo”. Según Pilar Rodríguez, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME),
“las jóvenes que llegan con fotografías
de famosos para explicar que quieren
unos labios como los de la actriz Angelina Jolie son frecuentes”14. Cada año,
aproximadamente 400.000 personas
se operan de cirugía estética en el Estado español, y alrededor del 90 % son
mujeres. Se estima que alrededor de
un 10% de quienes solicitan una intervención de este tipo son menores de
edad15. Si bien la cirugía facial y el aumento de senos son las más comunes,
la labioplastia y vaginoplastia son cada
vez más demandadas. Como indica el
testimonio de una joven en el libro de
Natasha Walter: “Es por el porno. Somos conscientes de lo que han visto
los hombres y sabemos qué es lo que
esperan”16. Lo que en otra cultura sería
juzgado como una mutilación del cuerpo femenino desde el racismo más eurocéntrico, aquí es valorado como una
opción para aumentar la autoestima.
Si miramos la industria musical, ser
desinhibida y sexy parece ser clave para
dar una imagen de mujer liberada. Beyoncé o Shakira (o las compañías discográficas) no parecen tener suficiente
con su música o su voz; bailar semidesnudas y con una actitud sexualmente
disponible forma parte de ser una gran
estrella. Moda, cosmética, cirugía; pero
también música o cine.
Las imágenes sexualizadas de las
mujeres jóvenes amenazan con borrar
de la cultura popular cualquier otro
tipo de representación femenina. Por
si las deportistas profesionales sufriesen poca discriminación, la Federación
Internacional de Baloncesto (FIBA) ha
decidido que tendrán que llevar pantalones diez centímetros por encima de la
rodilla y con una anchura máxima de
dos centímetros entre la piel y la tela.
La FIBA busca hacer el baloncesto femenino “más atractivo” para los espectadores y para los medios17.
Por otro lado, resulta cansado ver
los bochornosos episodios en la prensa
y televisión con la ministra Leyre Pajín como objetivo, ya sea criticando su
físico o insinuando fantasías. Cuando
una mujer se dedica a la vida política
también es puesta en el punto de mira
Las numerosas y recientes
manifestaciones ‘slutwalk’ denuncian
la normalización del trato a la mujer
como un objeto y la tolernacia frente a
la violencia sexual.
del sexismo. ¿Cómo esperamos que las
mujeres jóvenes tengan otros modelos
diferentes? ¿De qué nos sorprendemos
cuando participan menos en política o
tienen más reticencia a estar en el centro de la vida pública? El mensaje está
claro: si quieres ser una mujer de éxito no puedes escapar al sexismo. Sube
cuanto puedas, pero siempre te estarán
mirando las piernas.
Desfilamos por una pasarela interminable. Se han afianzado normas rígidas de belleza y la principal diferencia
con el sexismo tradicional —que siempre ha exigido a las mujeres tener una
apariencia determinada— es que en la
actualidad nos venden que ser atractivas nos da confianza y poder y es la clave para nuestra liberación. Pero, ¿cómo
ha sido posible? ¿Cuándo se ha distorsionado el discurso feminista para favorecer al sexismo?
Libertad de elección o libre mercado
Se asevera que la libertad que hemos
conseguido las mujeres en los últimos
cuarenta años nos da la opción de hacer
con nuestro cuerpo lo que queramos.
Venderlo, operarlo, ofrecerlo, mostrarlo. Hemos pasado del derecho al propio
cuerpo (reivindicación viva en el movimiento feminista) al derecho a mercantilizarlo. Incluso dentro de la izquierda,
criticar la sexualización se convierte en
ocasiones en un tabú. Cuando se cuestiona, aparece el argumento infatigable
de la libertad de elección. Como decía
Luz Sánchez–Mellado en El País: “Que
me perdonen las ortodoxas, pero estoy
hasta los ovarios de ir con la pancarta
de nosotras parimos, nosotras decidimos por la vida. Me tiño porque quiero,
me ciño porque puedo y llevo tacones
porque me da la gana”18.
Pero, viendo el actual contexto,
¿realmente hay más opciones? ¿Qué
sucede cuando una mujer no entra
dentro de los cánones? ¿En que se basa
la autoestima femenina en nuestra sociedad? “Determinadas elecciones se
aplauden y otras se marginan, y esta
situación tiene consecuencias claras en
el comportamiento de hombres y mujeres”19. No se trata de recriminar a las
mujeres individualmente ni de tener
una prescripción de qué comportamiento es aceptable e inaceptable, sino
de ser conscientes de la presión social
que se ejerce y la utilidad del discurso
de la libre elección para mantener las
ideas dominantes sobre la belleza femenina. Se trata de conseguir y defender una visión de una liberación real,
con una apertura real y opciones para
todas las personas.
La cultura de la hipersexualización
“ha absorbido la historia y el lenguaje
de las luchas de las mujeres por el derecho de exigir sus deseos y necesidades
sexuales, hasta convertirlas en nada
más que objetos para el divertimento
de otros”20. Ha habido una reacción a
las victorias que se ganaron en los 70,
cuando el movimiento feminista “impulsó uno de los cambios de mayor
impacto en la vida de las mujeres y en
el conjunto de la sociedad […] No solo
se trataba de conseguir cambios legislativos y asistenciales concretos, sino
hacerlo formulando nuevos derechos:
el derecho al propio cuerpo, a vivir la
sexualidad y la maternidad con libertad, a decidir”21.
Al igual que ha sucedido con el movimiento por la diversidad sexual LGTB,
“las reformas en favor de la igualdad
[…] han sido aprovechadas por grandes
empresarios, los cuales han desvirtuado el origen luchador de las mismas,
generando el llamado mercado rosa”22.
El capitalismo ha convertido las victorias de la mujer en mercancías. La falsa
El nuevo sexismo, junto
a la responsabilidad del
cuidado, es la principal
expresión de la opresión
de la mujer hoy
idea de igualdad es el marco perfecto
para esta creencia, pues si las mujeres
somos libres e iguales, la sexualización
solo es producto de nuestra propia elección. Pero, ¿quién es libre bajo el capitalismo? Precisamente las mujeres no,
y aún menos las mujeres de clase trabajadora. La libertad de elección se queda en nada cuando impera la libertad
de mercado.
El nuevo sexismo, junto a la responsabilidad del cuidado, es la principal
expresión de la opresión de la mujer
hoy. Al tiempo que ha habido rápidos
cambios en la familia en los últimos
cuarenta años y son aceptadas experiencias sexuales más diversas, el neoliberalismo ha incrementado unas relaciones personales cada vez más alienadas. La educación sexual es mísera
y trabajamos (o no lo hacemos) bajo
mucha presión.
Las necesidades humanas han sido
trasformadas en productos de consumo. Cualquier cosa puede ser comprada. Pero las necesidades sexuales no
deberían ser como una hamburguesa o
unos zapatos, deberían estar basadas en
la atracción mutua, el consentimiento y
la satisfacción. Convertir la sexualidad
humana en un producto de consumo
pone a la mujer en una estantería de supermercado, refuerza la división de las
mujeres como objetos y de los hombres
como los compradores del producto23.
No se trata sólo de la expansión de la
industria sexual y pornográfica, sino de
la instrumentalización del cuerpo de la
mujer en la globalidad del mercado. Si
el neoliberalismo nos ha convertido en
una estrategia para aumentar los beneficios, el capitalismo hace tiempo que
nos puso en venta.
Doble jornada
El nuevo sexismo fomenta sus bases en
la opresión de la mujer. La familia nuclear es la principal institución y su importancia reside, entre otros factores,
en asegurar la reproducción física y el
mantenimiento de la clase trabajadora
de forma gratuita para la clase diri- 
Otoño 2011 La Hiedra 25
El feminismo sigue siendo un frente de lucha para los movimientos sociales.
Protesta feminista en Madrid.
gente. Para justificar esta estructura, se
promueven roles de género para cada
sexo: el hombre aporta el salario y la
mujer el cuidado (es obvio que la mujer trabajadora ha de cumplir ambos).
En el Estado español, “las mujeres disponen de menos tiempo libre que los
hombres ya que, aunque trabajan casi
dos horas menos que ellos, dedican tres
horas más a la realización de las tareas
domésticas y al cuidado de niños y
adultos del hogar”24. Se perpetúa así la
doble jornada: la laboral (discriminatoria y mal remunerada) y la doméstica
(gratuita, invisible y poco valorada).
El nuevo sexismo no se ha desarrollado ni mucho menos en una sociedad igualitaria. El papel impuesto a la
mujer dentro de la familia crea la base
ideológica y material para la opresión.
Si bien las reformas que se suceden
bajo el capitalismo ayudan “a mitigar
la precariedad de la mujer, y tienen que
ser recibidas como un triunfo […], éstas
sólo conseguirán parchear un sistema
que gotea por todas partes”25. Es importante luchar para mejorar la situación
con demandas que hoy sean asumibles,
pero intentando avanzar en la radicalidad para atacar la raíz del problema.
Hay dos perfiles bien marcados: el
de mujer sexy y atractiva o el de madre
y cuidadora. Estos roles coinciden con
el papel reproductivo (sexual) y el de
mantenimiento de la clase trabajadora
que el capitalismo nos reserva. Bajo el
neoliberalismo se combinan espectacularmente ambos. Ser una mujer en
la actualidad significa ser buena en el
trabajo y comprometida como pareja
o madre, pero sobre todo estar preocupada por el físico. Ya no existen sólo
las buenas y las malas, los ángeles del
hogar26 y las mujeres que sobrepasan
los márgenes de lo correcto. Todas tenemos que ser sexualmente agresivas
y tradicionalmente responsables. Esta
ambivalencia genera una tensión enorme para las mujeres de clase trabajadora, que pese a la explotación laboral y
la opresión han de pretender la perfec26 La Hiedra Otoño 2011
ción física. El capitalismo combina las
viejas ideas con las nuevas, mantiene
los papeles que le convienen y añade
nuevas exigencias.
Cambiar las cosas
“El mensaje está claro: si
quieres ser una mujer de
éxito no puedes escapar
al sexismo. Sube cuanto
puedas, pero siempre
te estarán mirando las
piernas.”
¿Cómo podemos cambiar la sociedad
para conseguir una liberación real? Si
la base material de la opresión de la
mujer reside en la familia nuclear, la
lucha contra el sistema capitalista que
la fundamenta es clave. La opresión de
la mujer no tiene efectos iguales para
todas: las de clase dirigente, por su posición social, tienen más posibilidades
de superar las dificultades prácticas.
Poseen más independencia económica
para dejar una mala relación, pagan
por el cuidado de los hijos o pueden coger un taxi a altas horas de la noche y
evitar el miedo a una agresión. Además,
las mujeres de la clase dirigente tienen
un interés claro en mantener la opresión y explotación de las trabajadoras,
como muestra por ejemplo recientemente Esperanza Aguirre con los recortes del sector público en la Comunidad
de Madrid.
Los recortes en sanidad y educación
van a profundizar la opresión; el rol
de las mujeres como cuidadoras está
siendo reforzado por la contracción del
estado del bienestar. “Prácticamente
todas las crisis económicas contemporáneas que hemos conocido disminuyen el tamaño de la economía formal
y aumentan el de la informal y, sobre
todo, el de la economía doméstica y de
cuidados [...] que, como es bien sabido,
realizan sobre todo las mujeres”27. Pero
también tiene consecuencias a nivel
ideológico. Si no conseguimos parar los
recortes sociales y frenar la derechización de las ideas dominantes, volveremos al conservadurismo que promueve
el sexismo hostil, situando a la mujer
como inferior, esclava y sumisa. Por eso
el antisexismo ha de ser profundamente anticapitalista.
En los momentos en que ha habido
grandes luchas de la clase trabajadora,
los movimientos de mujeres han emergido con fuerza. En los años noventa se
empezó a hablar de la tercera ola del
feminismo para referirse a las jóvenes
feministas que, herederas de la lucha
de los setenta, conformaban una visión
plural, sin ser un proyecto unitario ni
un movimiento de masas, pero sí cada
vez más numeroso28. No se trata sólo
de discutir sobre cómo llamamos a un
movimiento, si lo es o no o si merece
etiquetas históricas. La cuestión es que
están cambiando las cosas. Muchas activistas, desde diferentes estructuras
y formas de lucha, se están rebelando
contra los estereotipos de género y la
crisis. Las marchas de las slutwalks29
—activistas que salen a la calle para
rechazar cualquier acción de acoso sexual, con lemas como “mi vestido no es
un sí”—muestran como la indignación
va generando nuevos movimientos.
Campañas contra la publicidad sexista,
contra las manifestaciones machistas
de la iglesia católica, en defensa del
derecho al propio cuerpo, resistiendo
a los recortes. Al mismo tiempo, cada
vez hay más gente que lucha para conseguir una sociedad más justa, basada
en la democracia real. La conexión entre estas dos luchas es orgánica, tal y
como hemos visto durante el 15-M en
las plazas: se ha apelado al uso del lenguaje no sexista, se ha debatido sobre
la opresión de la mujer, se ha apoyado
a sectores de trabajadoras en conflicto.
Se han creado espacios feministas que,
nutridos de activistas con años de experiencia, han contribuido a superar
algunas contradicciones que imperan
en la sociedad y se reflejan en el movimiento—algunas experiencias extensamente relatadas en el reciente Dossier
de la Comisión de Feminismos de Sol30.
La cuestión de la mujer ha estado
presente, pero tenemos que profundizar, impulsar campañas contra el sexismo y conectar la lucha contra los recortes con la lucha por la liberación. Cada
vez hay más activistas que se rebelan
contra la opresión y contra la dictadura
de los mercados, en Grecia, en Egipto;
en las plazas, en los hospitales; de diferentes formas y con distinto alcance.
Ha subido la marea. Como revolucionarias lucharemos para que esta ola sea
anticapitalista y, en consecuencia, profundamente antisexista.
NOTAS
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8. Glick, P. y Fiske, S., 1997 “Hostile and
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10. Extraído de http://www.kaosenlared.net/noticia/arzobispo-granada-simujer-aborta-varon-puede-abusar-ella
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13. Orr, J., 2007. Sexism and the system. A rebel’s guide to women’s liberation. Londres: Bookmarks. pp. 46-51
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27. Gálvez, L., 2011.”Más desigualdad
en el futuro”. Público, 15 de septiembre
de 2011.
28. Orr, 2010
29. Cala Dona, 2011. “No és No. Les
slutwalks” . Extraido de la Termomix,
blog de Cala dona http://www.caladona.org/termomix/archives/5587
30. Disponible en http://madrid.
tomalaplaza.net/2011/07/22/
dossier-de-comision-de-feminista/
Otoño 2011 La Hiedra 27
Patrones de protesta:
la experiencia de la
Revolución rusa de 1905
arrestado en masa y el zar y la policía
consiguieron restablecer el control de
la situación. Los años siguientes para
la clase trabajadora rusa y los revolucionarios en especial, fueron años de
pesimismo y de intentar que la derrota fuera lo menos dolorosa posible. A
pesar de ello Lenin afirmaba: “Cuando
los señores burgueses y los socialistas
reformistas (…) hablan con tanta petulancia de la ‘educación’ de las masas, de
ordinario entienden por educación algo
escolar y formalista, algo que desmoraliza a las masas y les inocula los prejuicios burgueses. La verdadera educación
de las masas no puede ir nunca separada de la lucha política independiente
y sobre todo, de la lucha revolucionaria de las propias masas. Solo la lucha
educa a la clase explotada, sólo la lucha
le descubre la magnitud de su fuerza,
amplía sus horizontes, eleva su capacidad, aclara su inteligencia y forja su
voluntad.”5
A través de los métodos de lucha que se desarrollaron en la
Revolución Rusa de 1905 Manel Ros nos explica que lecciones
podemos sacar para hoy y como podemos aprender de ellas para
futuras revoluciones.
U
na compañera de la asamblea
de barrio, decía hace poco en
una asamblea que las personas que formamos el movimiento del 15M no podíamos
pensar que somos los primeros en hacer lo que hacemos y que muchos y muchas antes que nosotras han luchado
por un mundo mejor. Y es que muchas
veces se escucha la idea –muy atractiva
pero errónea– de que debemos crear
cosas nuevas, que lo viejo no sirve y que
ésta es una lucha nueva, del siglo XXI,
y que por tanto no sólo no nos sirve de
nada fijarnos en las luchas anteriores,
sino que los conceptos o ideas usadas
anteriormente no tienen cabida en las
luchas del siglo XXI.
Este artículo pretende analizar tres
ideas básicas para entender los procesos revolucionarios de forma general,
todas ellas contenidas en las experiencias más relevantes de las luchas de
1905: los soviets –democracia directa–,
la huelga de masas y la teoría de la revolución permanente. Ideas que aunque parezcan antiguas, veremos que no
lo son tanto, y que en períodos altos de
la lucha de clases –como los que estamos viviendo ahora mismo– resurgen
en la actualidad una y otra vez como un
fantasma tozudo que se niega a desaparecer. Un fantasma que ahora mismo
recorre las plazas, calles y puestos de
trabajo de muchas ciudades del mundo.
La chispa que encendió la mecha
Para analizar y entender estos tres conceptos debemos mirar a la revolución
que tuvo lugar en la Rusia zarista de
1905, o lo que el revolucionario ruso
V.I. Lenin llamó más tarde, “el ensayo
general”, refiriéndose a la Revolución
Rusa de 1917, que, esta sí, acabo con
28 La Hiedra Otoño 2011
el estado capitalista, siendo la primera revolución triunfante de la historia1.
Durante 1905 Rusia vio como una serie de huelgas ponían al sistema zarista
contra la pared. La revolución de 1905
significó la entrada en escena de la clase trabajadora como transformador colectivo de la sociedad y planteó muchas
cuestiones a tener en cuenta hoy en día.
En 1905 hubo básicamente tres
grandes huelgas. En enero, octubre y
diciembre. La primera de estas surgió
inesperadamente después del despido
de cuatro trabajadores de la fábrica
más grande de toda Rusia, la fábrica
Putilov de San Petersburgo. Los trabajadores de la fábrica fueron a la huelga en solidaridad con sus compañeros
despedidos el 3 de enero.2 A partir de
ahí, tuvieron lugar asambleas masivas
de trabajadores por todo San Petersburgo. Estas no se limitaron a pedir la
readmisión de los cuatro trabajadores
despedidos y la dimisión del responsable de estos, sino que, frente al éxito
de las asambleas, se presentaron demandas que hasta ese momento nunca se habían atrevido a poner encima
de la mesa: la jornada de ocho horas,
aumento de los sueldos, mejoras sanitarias en las instalaciones y atención
médica gratuita.
Pero los huelguistas no se quedaron
ahí, pronto llegaron a introducir otro
tipo de demandas que iban mucho más
allá: libertad de reunión para los trabajadores, tierra para los campesinos,
libertad de expresión y de prensa, la separación del estado y la iglesia, el final
de la guerra ruso-japonesa y la convocatoria de una Asamblea Constituyente.
La huelga que había empezado el 3
de enero en la fábrica Putilov se convirtió para el 7 de enero en una huelga
general de todo San Petersburgo. San
Petersburgo estaba encendida, toda la
ciudad estaba parada por la huelga general, y ésta se extendió como la pólvora desde la capital hacia otras ciudades,
no sólo cercanas, sino también a miles
de kilómetros. Los acontecimientos parecían calmarse, pero sólo fue un espejismo. La guerra contra Japón, y todo lo
que ésta significaba para las condiciones de vida de trabajadores y soldados,
estalló en forma de insurrecciones. Así
surgieron huelgas solidarias en ciudades como Lodz, Odesa o Varsovia.
Finalmente, el 6 de agosto, el Zar parecía empezar a ceder a las presiones,
pero en lugar de conceder la formación de una Asamblea Nacional (parlamento), tan sólo cedió en conceder
la Duma –un órgano meramente consultivo con ningún poder de decisión:
“La Duma estaba a merced del Zar. De
los 1.400.000 habitantes de San Petersburgo, sólo 13.000 tenían derecho
a voto”.3 Esto provocó una segunda ola
masiva de huelgas en octubre, donde
las demandas de los trabajadores habían pasado de lo económico a lo político. La huelga se extendió de Moscú
a San Petersburgo el 2 de octubre, el 7
empezaron las huelgas de ferrocarriles, el 10 se declaraba la huelga política
en Moscú, y así por todos los grandes
centros industriales de Rusia. Todos
los ferrocarriles estaban parados, las
escuelas cerradas, el gas, el agua y el
telégrafo no funcionaban. El 13 de ese
mismo mes el número de huelguistas
superaba el millón, y se formaba por
primera vez en la historia el soviet de
San Petersburgo, un órgano crucial en
la historia de la revolución de 1905,
pero también en la de 1917 y de muchos
procesos revolucionarios.
Democracia directa y desde la base
El 17 de octubre el zar, presionado
por la revolución social, firmaba el documento que daba a Rusia una Constitución. Los trabajadores no estaban
nada satisfechos con las migajas que
les daba el zar. Declaraban que mientras había libertad de reunión, estas
eran constantemente vigiladas por el
ejército; que aunque había libertad de
prensa, la censura aún existía. Además,
habiendo libertad de enseñanza, las
universidades estaban ocupadas por
tropas y había libertad de expresión,
pero las cárceles estaban llenas de prisioneros políticos. Resumiendo: para
los trabajadores, sí, había una Constitución, pero en definitiva la autocracia
zarista permanecía en el poder.
Una tercera ola de huelgas sacudió
El soviet es simplemente
un comité de huelga que
abarca varias fábricas a
la vez
todo el país en noviembre. Las demandas básicas, esta vez, volvían a ser económicas. La demanda por las ocho horas unificaba a todos los trabajadores y
dominaba las huelgas. Otra vez en San
Petersburgo hubo una huelga total, el
3 de noviembre toda la ciudad estaba
prácticamente paralizada. Pero en las
provincias las huelgas no fueron seguidas de la misma forma. Para principios
de diciembre, el Zar se sintió con suficiente fuerza para empezar una represión masiva y brutal contra las huelgas
e insurrecciones. El Comité Ejecutivo
de los Sindicatos de San Petersburgo
fue detenido al completo, el Sindicato
Nacional de Ferrocarriles fue disuelto
y nuevas leyes anti-sindicales fueron
aprobadas. El 7 de ese mes, empezaba
una huelga en Moscú en protesta por
las detenciones y acciones del zar. Esta
se extendió hasta San Petersburgo, con
una huelga de apoyo de 125.000 trabajadores. Esto provocó la insurrección
armada en Moscú: “La insurrección de
1905 alcanzó su punto culminante con
la insurrección de diciembre en Moscú.
Un pequeño número de insurrectos,
obreros organizados y armados –no
serían más de 8.000–, ofrecieron resistencia durante nueve días al gobierno
zarista.” 4
Así, la insurrección fue ahogada en
sangre por las tropas zaristas. Además, el Soviet de San Petersburgo fue
El soviet –palabra muy desprestigiada por años de estalinismo– es simplemente un comité de huelga, pero a
diferencia de un comité de huelga tradicional, éste no sólo cubre una fábrica
concreta sino que abarca varias fábricas a la vez. Pero a medida que la lucha
iba avanzando en 1905 el soviet adquiría cada vez más fuerza: ampliando sus
funciones, consiguiendo apoyo económico durante las huelgas, extendiendo
la solidaridad, organizando la autodefensa frente al estado o gestionando las
fábricas.
Algo muy parecido –con la diferencia clave de que los soviets nacen y se
encuentran en los centros de trabajo– a
lo que actualmente en el movimiento
15M llamaríamos una coordinadora de
barrios o asambleas, que trata de coordinar a los diferentes barrios y asambleas. El revolucionario catalán Andreu
Nin explicaba: “La palabra rusa ‘soviet’
significa sencillamente Consejo o Junta
(…) Su creación no fue debida a la iniciativa de ningún partido ni grupo político, sino que fue obra espontánea de
las masas durante el desarrollo de los
acontecimientos revolucionarios.”6
Pero los soviets también se organizaban de forma muy diferente a los
parlamentos burgueses. La democracia
era lo que hoy llamaríamos una democracia directa y radical: debatida, hecha y aplicada desde la base, de abajo a
arriba, con delegados escogidos en cada
puesto de trabajo y revocables en todo
momento.
El revolucionario Trotski escribió:
“El soviet (…) constituye auténtica democracia, sin una cámara alta o baja,
sin una burocracia profesional, pero
con el derecho de los votantes de 
Otoño 2011 La Hiedra 29
Soviet de San Petersburgo. Fue la principal
expresión de democracia directa creada por
los trabajadores y las trabajadores durante la
Revolución de 1905
Las demandas
económicas por parte
de los trabajadores no
acaban automáticamente
en demandas políticas,
pero no hay una
separación tan grande
entre las dos
revocar a sus diputados en cualquier
momento. A través de sus miembros
–diputados elegidos directamente por
los trabajadores– el soviet ejerce el liderazgo directo de cualquier manifestación social del proletariado cómo un
todo y de sus grupos individuales, organiza sus acciones y les provee con un
eslogan y un pancarta.”7
Pero al igual que pasa con los marcos de lucha hoy en día, los soviets no
eran organismos estáticos que empezaron a organizarse y funcionar de un
modo único y uniforme. Al contrario.
Los soviets eran un organismo flexible
que se adaptaba a las necesidades de las
demandas de los y las trabajadoras y,
sobretodo, a los acontecimientos concretos de cada situación. Nin lo explica
muy bien: “Los soviets no surgieron de
una vez, con las formas relativamente
definidas que tomó en octubre de dicho
año [1905], cuando el movimiento alcanzó su apogeo, sino que fue el resultado de la transformación de los distintos organismos de combate creados en
el curso de la lucha (...) Parecía pasar
de una forma de organización a otra,
modificándola cada vez, eliminando
unos elementos, introduciendo otros,
ora simplificando, ora complicando la
organización.”8
Su establecimiento significaba que
dos formas de poder estaban coexistiendo al mismo tiempo, el gobierno
oficial del Zar y el gobierno revolucionario de los trabajadores. Cómo en
cualquier situación parecida, este poder dual tenía que decantarse hacía un
lado u otro en algún momento. Cómo
hemos visto, al cabo de unos meses, fue
el gobierno del Zar el que acabó con los
soviets. A pesar de eso, Rusia había vivido el nacimiento de un nuevo poder,
que aunque en ese momento fue derrotado, volvería aún con más fuerza en futuras revoluciones. La Revolución Rusa
de 1917 fue una de esas revoluciones,
pero no fue la única que desarrolló estos órganos de poder paralelos. Aunque
en formas muy diferentes pero siempre
con el mismo espíritu de contra poder
paralelo desde la base, podemos encontrar este tipo de ejemplos en Alemania
30 La Hiedra Otoño 2011
en 1918-23, Hungría en 1919 y 1953, el
Estado español en 1936, los “cordones”
en Chile en 1973, Portugal en 1974, las
“shoras” en Irán en 1979 o la revolución contra el estalinismo de Polonia
en 1981.9
Huelga de masas
Durante 1905 pudimos ver también
la importancia de las huelgas y, en concreto, las huelgas de masas. Las demandas económicas por parte de los trabajadores no acaban automáticamente en
demandas políticas, pero también es
verdad que no hay una separación tan
grande entre las dos. La experiencia de
la revolución de 1905 con las huelgas de
masas actuando como motor de la revolución es un buen ejemplo de ello. Rosa
Luxemburgo en su gran obra Huelga
de masas habla muy bien de cómo en
un período revolucionario la lucha económica se convierte en política y al revés: “El movimiento en su conjunto no
se encamina únicamente a partir de la
lucha económica hacia la política, aquí
ocurre también lo contrario. Cada una
de las grandes acciones políticas de masas se transforma, una vez alcanzado su
punto culminante político, en toda una
serie confusa de huelgas económicas
(…) Entre ambas existe una completa
acción recíproca.”10
Lenin sobre los acontecimientos de
1905 destaca algo importante en este
aspecto: “Extraordinario por su peculiaridad fue el entrelazamiento de las
huelgas económicas y políticas en el
período de la revolución. Ésta fuera de
toda duda que sólo la ligazón más estrecha entre estas dos formas de huelga fue lo que aseguró la gran fuerza del
movimiento.”11
La participación de los trabajadores en las huelgas fue espectacular.
Durante 1905 se “perdieron” unos 23
millones de días de trabajo a causa de
las huelgas, once veces más que el número total de huelgas en Rusia durante
toda la década anterior (1895-1904). Si
observamos la tabla podremos comparar el número de trabajadores rusos en
huelga en 1905, con el número máximo
de trabajadores en huelga en cualquier
año desde 1894 a 1908 en los países ca-
pitalistas más avanzados de la época: 12
País
Alemania
Francia
EEUU
Rusia (1905)
Máximo nº de trabajadores en huelga en cualquier año
entre 1894-190813
527.000
438.000
660.000
2.863.000
Esto, de nuevo, parece que porque
pasó en 1905 es algo del pasado. Pero la
realidad y los procesos revolucionarios
son muy tozudos y vuelven a demostrar que hay ciertos patrones cuando
hablamos de revolución. Precisamente
las huelgas de masas y el paso de reivindicaciones económicas a políticas y a la
inversa es lo que hemos podido presenciar en los primeros meses de la revolución de Egipto y la caída de Mubarak –y
no en los primeros años del siglo XX,
sino este mismo año. La lucha contra
la dictadura ha propiciado demandas
económicas importantes, generando
un movimiento huelguístico de gran
envergadura, a raíz del cual entre otras
cosas se ha formado el primer sindicato
independiente desde 1957.
La revolución en Egipto ha sido bautizada por muchos –especialmente por
los medios de comunicación– como la
revolución del Twitter y Facebook, y
sin duda tuvo algunos componentes a
nivel de circulación de información que
no se han dado en otras revoluciones.
Pero como prueba el hecho de que la
revolución avanzó igualmente a pesar
del bloqueo de internet por parte del
Gobierno de Mubarak en los primeros
días de la revolución, el levantamiento
en forma de huelgas de masas tuvo un
papel más que crucial en la caída del régimen, sobretodo en la semana final de
Mubarak. Lo que empezó como huelgas
sectoriales en puntos cruciales para la
economía como el transporte o el Canal
de Suez, acabó con cientos de miles de
trabajadores en huelga. El revolucionario egipcio Sameh Naguib lo explica en
su relato de la revolución: “En la última
semana de la revuelta, una oleada de
huelgas de masas y manifestaciones de
trabajadores y trabajadoras se extendió
como la pólvora en sectores claves de
la economía, combinando demandas
económicas con la principal demanda
revolucionaria de eliminar a Mubarak
(…) El 8 de febrero, 6,000 trabajadores
del Canal de Suez fueron a la huelga,
uniéndose a los trabajadores del textil y
del acero. Al día siguiente, trabajadores
del petróleo se sumaron a la protesta,
exigiendo mejoras salariales y seguridad laboral. Las huelgas se extendieron
rápidamente por todas las grandes ciudades y por muchas de las poblaciones
más pequeñas, arrastrando trabajadores del transporte, del sector textil, funcionarios y trabajadores de la sanidad.
El jueves 10 de febrero, la oleada se había extendido de Alejandría en el norte
a Aswan en el sur. Incluso en las fábricas propiedad de los generales, donde
los trabajadores viven bajo una dura
disciplina militar, prendió la mecha de
las huelgas.”14
La relación que Rosa Luxemburgo
describe en Huelga de Masas entre lo
político y lo económico es de hecho algo
latente y característico de cualquier sociedad capitalista y sus relaciones de
producción y dominación. Es en una
expresión práctica de la dominación
política y económica a la que se ve sometida la clase trabajadora. Si lo pensamos bien, toda huelga tiene una dimensión política desde el momento que representa una amenaza a la dominación
de los jefes o de las imposiciones de los
gobiernos.
Sameh Naguib otra vez explica como
este proceso se ha dado, de nuevo, en la
Revolución egipcia de principios de año:
“Así, en casi todas las grandes huelgas
que han tenido lugar desde la revolución, una demanda muy importante era
destituir a los gerentes corruptos y relacionados con el PND (Partido Nacional
Democrático), y llevarlos a juicio. Esta
demanda claramente política se integraba a las demandas económicas de
sueldo mínimo, contratos permanentes
para los trabajadores temporales, mejores condiciones laborales, etcétera.”15
Pero al contrario de lo que mucha
gente puede pensar, las huelgas en
Egipto no se han detenido con la caída de Mubarak: “La oleada de huelgas
que comenzó en la tercera semana de
revolución y que dio el golpe de gracia
al régimen de Mubarak no terminó con
la caída del dictador”. De hecho ha sido
todo lo contrario y como reconoce Sameh Naguib: “En los dos meses posteriores a la caída de Mubarak han tenido
lugar más huelgas y más trabajadores
han participado en ellas que durante
toda la oleada de huelgas del 2006-9,
la más larga en la historia del Egipto
moderno.16
A pesar de eso, las huelgas de masas
por si mismas no pueden acabar con el
sistema capitalista. Pueden llegar a ganar algunas concesiones, pero nunca el
poder político y económico. Como decía
el revolucionario Tony Cliff: “La huelga
puede ganar el pan, pero no puede ganar la panadería.”17 Para que las huelgas no se queden en una interrupción
sólo temporal de las relaciones de producción y por tanto de la dominación
política, sino que se vuelvan algo permanente, se necesita ir más allá y llegar
En Egipto el levantamiento
en forma de huelgas de
masas tuvo un papel más
que crucial en la caída del
régimen
a tomar el poder político y económico
por completo.
La Revolución que se extiende
Otra de las pautas de protesta que surgieron en la Revolución de 1905 fue la
teoría de la Revolución Permanente
de Trotski –más tarde confirmada por
los acontecimientos. Entre otras cosas
argumentaba que la burguesía rusa
estaba tan ligada al estado zarista que
a pesar de que la clase trabajadora no
estaba muy avanzada o desarrollada,
no podría haber una revolución “burguesa” antes del socialismo. Así la clase trabajadora sería la que –junto a los
campesinos que formaban la mayoría
de la población– acabaría con el zarismo. No sólo sería el motor de cambio,
sino que asumiría el poder ella misma.
La Revolución Permanente no se
trata de hacer la revolución siempre en
todo momento. El nombre permanente
viene no por su permanecía en el tiempo
sino por otras dos razones. La primera
es que se debe desarrollar a una escala
internacional de la misma forma que lo
hace el capitalismo internacional. La
idea de que esto puede pasar no es algo
abstracto que no haya pasado nunca.
De la misma manera que la Revolución
Rusa de 1917 se extendió inicialmente
a Alemania, Hungría y otros países de
Europa del Este, vale la pena recordar
como la revolución en Túnez se extendió a Egipto y la de Egipto a otros
países como Siria. A pesar de tener un
final incierto no se puede negar que en
todos estos países ha existido una revolución. La segunda es que la revolución
se vuelve permanente en el sentido que
transforma la sociedad de arriba a abajo, alentada por la interacción entre las
demandas económicas y políticas, 
Otoño 2011 La Hiedra 31
Imagen de la Revolución egipcia de 2011
como hemos podido ver.
La revolución de 1905 significó una
revolución democrática que tenia muchas posibilidades de llegar a ser una
revolución socialista, lo que significaba
quemar la etapa de la revolución burguesa. Egipto actualmente también
vive una revolución democrática contra la dictadura que, como veremos,
tiene también la posibilidad de ir más
allá, transformándose en una revolución contra el propio capitalismo.
Pero esto en 1905 no estaba tan claro. Los mencheviques –surgidos de la
división del Partido Socialdemócrata
Ruso entre estos y los bolcheviques
en 1903– decían que la revolución de
1905 debía ser “burguesa”. Es decir,
sería liderada por la burguesía. Así que
llamaban a los trabajadores a unirse a
la burguesía en su lucha contra el zarismo. La teoría de la Revolución Permanente de Trotsky ayudó a clarificar
la posición de los bolcheviques, aceptándola más adelante en la Revolución
de 1917. Además los bolcheviques, a diferencia de los mencheviques, veían a
los campesinos como una fuerza revolucionaria clave a tener en cuenta, que
bajo el liderazgo de los trabajadores
podría acabar con el zarismo, mientras
que los mencheviques los veían como
una fuerza demasiado conservadora.
Las teorías de los mencheviques
tampoco surgían de la nada y se basaban en gran parte en la Revolución
francesa de 1789, donde la burguesía
acabó imponiéndose a la monarquía
y tomando el poder político. Cuando
estalló la revolución, la burguesía liberal, que era muy débil en Rusia, apoyo en ciertos aspectos la revolución:
“Durante la huelga de octubre, los empresarios, no satisfechos con no poner
ningún obstáculo para las asambleas
de trabajadores en las fábricas, pagaban el 50% de los sueldos durante el
tiempo que duró la huelga; en algunas
32 La Hiedra Otoño 2011
fábricas se pagaba el sueldo completo.
Nadie era despedido por la huelga.”18
Pero el desarrollo posterior de la
revolución empezó a asustarlos. En
noviembre, cuando los trabajadores
pedían la jornada de ocho horas, la
burguesía no sólo empezó los lockouts
–cierres de fábricas– sino que se empezó a oponer a toda revolución. La
burguesía tenía ahora más miedo de
los trabajadores que de la posible contra-revolución zarista.
Evidentemente la sociedad egipcia,
o cualquier sociedad actual, es muy diferente a la sociedad en la que se desarrolló la revolución de 1905 y es importante tener en cuenta que los procesos
que implican la Revolución Permanente no se pueden dar en cualquier sociedad actual, especialmente en aquellas
que ya tienen una democracia burguesa. Pero a pesar de esto también hay
más de una similitud con Egipto y las
revoluciones que se están dando en el
mundo árabe.
Egipto –como Rusia en su momento– actualmente está menos desarrollado que muchas de las potencias capitalistas a nivel mundial. Pero
a su vez, debido a las imposiciones
del neoliberalismo, contiene formas
avanzadas de capitalismo. En algunas
Los procesos que implica
la Revolución Permanente
no se pueden dar en
cualquier sociedad actual
áreas concretas hay una clase trabajadora muy concentrada y muy militante, pero también existe un número de
personas muy grande que vive en áreas
rurales muy empobrecidas. Grandes
fábricas como la de Mahalla, con unos
24.000 trabajadores19, emplean a un
descomunal número de trabajadores y
trabajadoras con un potencial enorme
para cambiar las cosas por el lugar que
ocupan en la economía.
Lo mismo pasaba en la Rusia de
1905, donde las características concretas de la economía rusa, entre el viejo
orden y un capitalismo con prisas por
consolidarse, hacían que los trabajadores se concentrasen masivamente
en grandes centros de trabajo. Así,
a principios de siglo, el 42,8% de los
trabajadores rusos se concentraban
en apenas 453 empresas, con 1.000 o
más empleados.20 Por ejemplo, la fábrica Putilov de San Petersburgo empleaba en diciembre de 1904 a 12.000
trabajadores.21 Por la posición que ocupaban dentro el capitalismo y su gran
concentración en grandes fábricas, la
clase trabajadora, a pesar de ser una
minoría dentro de Rusia –39,2% frente al 60,8% de los campesinos–22 era la
clave para derrotar no sólo al zarismo,
sino también al capitalismo.
La clase trabajadora egipcia ha jugado un papel clave en la caída del
régimen y de hecho actualmente se
encuentra en una posición de fuerza
debido al impulso de la revolución.23 A
pesar de eso, también como en 1905, la
clase dirigente –después de dejar caer
a Mubarak para salvarse a si misma–
está intentando limitar la revolución,
llevándola a unas elecciones generales
y maquillándola con simples cambios
constitucionales, poniendo los cimientos para asegurar la pervivencia de la
democracia burguesa. A pesar de eso,
la realidad es que la revolución continúa en marcha y nada está decidido.
Recuérdalo tú, recuérdaselo a otros
Los métodos de lucha que surgieron
en la revolución de 1905 nos dan una
guía para entender ciertos patrones de
protesta que se dan en los procesos revolucionarios. A pesar de eso, 1905 no
deja de ser sólo una guía, y los patrones
no son ni mucho menos inevitables.
Depende de lo que hagamos todos y
todas nosotros hoy y aquí, y de lo que
haga la clase trabajadora a nivel inter-
nacional, que estos patrones se repitan
en el futuro.
Hoy la peor crisis económica desde
los años 30 ha generado una oposición
política como no lo había echo antes.
Esta oposición ya ha reavivado la lucha de clases. Pero al igual que sólo
vemos la punta del iceberg de la crisis,
la potencialidad de la lucha de clases es
enorme. A veces puede haber aumentos de las luchas de los trabajadores
durante pequeñas crisis económicas,
pero grandes crisis y eventos políticos sostenidos en el tiempo a menudo
juegan un papel vital para aumentar la
combatividad de la clase trabajadora.
La gran crisis ya está aquí, y los grandes
eventos son los que hemos vivido este
mismo año en Túnez, Egipto, Grecia,
Londres y obviamente el movimiento
15M en el Estado español. El reto al
cual nos enfrentamos, tanto aquí como
en todos los otros países, es como involucramos en él a grandes secciones de
la clase trabajadora, de la gente normal
y corriente, que no se considera revolucionaria o anticapitalista.
1905 y sus lecciones nos dan algunos patrones que podemos seguir. Eso
no significa copiar, sino aprender de
la historia. Hablar simplemente de la
clase trabajadora como una parte más
-junto a las otras- de los explotados por
el sistema, es no tener en cuenta cual es
la clase que por la posición que ocupa
en el sistema capitalista tiene el poder
práctico de cambiar las cosas. La habilidad de los trabajadores para parar
la economía y sus intereses colectivos
como clase le dan el potencial para, no
sólo liderar la lucha contra el capitalismo, sino conseguir una victoria real.
A su vez, es necesario que los revolucionarios no caigamos en el sectarismo y rompamos, a veces, con las
antiguas concepciones que tenemos de
trabajar, delante de un nuevo periodo de luchas, y así atraer a más gente
a nuestras ideas. Esta lección, aunque
parezca de poca importancia, es una de
las más decisivas. Las huelgas o las luchas de los trabajadores, aunque sean
de masas, por sí solas no son la solución definitiva. No importa las muchas
concesiones que gane, o cuanta presión
pueda ejercer contra el sistema, por sí
sola nunca destruiría la maquinaria
del viejo estado. La balanza, más tarde o más temprano, siempre se acaba
decantando hacia un lado. Cuando uno
no acaba con la maquinaria del estado, el estado acaba con él. Como dijo
St. Just, líder de la Revolución Francesa de 1789: “Aquellos que hacen una
revolución a medias cavan su propia
tumba”.24
Para acabar con la clase dirigente la
clase trabajadora debe liderar las luchas desde abajo, unificarlas y concéntralas. Pero eso no se hace por sí solo,
requiere una red de activistas políticos
con argumentos revolucionarios y con
fuertes conexiones entre la clase trabajadora, capaces de aprender de la lucha
y superar el conservadurismo. Esto no
pasará a menos que los que ya somos
revolucionarios seamos capaces de
debatir y exponer nuestros argumentos claramente. La necesidad de una
organización revolucionaria visible no
es simplemente otro aspecto de una revolución, es algo fundamental para que
esta pueda triunfar.
Sólo de esta forma podremos aprender las lecciones que nos muestra la
historia. Lecciones que siguen siendo
muy relevantes hoy en día, delante de
una cada vez más grande polarización
entre explotados y explotadores, entre
opresores y oprimidos.
notas
1. Más sobre la Revolución Rusa en
Trotski, L., 2007: Historia de la Revolución Rusa. Madrid: Veintisiete Letras.
Disponible en www.marxists.org/espanol/trotsky/1932/histrev/tomo1/index.
htm
2. Las fechas citadas se refieren al calendario Juliano, el cual va 13 días por detrás del calendario occidental Gregoriano
Para acabar con la
clase dirigente la clase
trabajadora debe liderar
las luchas desde abajo,
unificarlas y concéntralas
que usamos actualmente.
3. Cliff, T., 1985: “1905”, Socialist Worker Review. Enero , pp. 15-17. Disponible en www.marxists.org/archive/cliff/
works/1985/01/1905.htm
4. Ibíd. , p. 75.
5. Ibíd. , p. 64.
6. Nin, A., Los Soviets: su origen, desarrollo y funciones. Disponible en www.
marxists.org/espanol/nin/1932/soviets.
htm
7. Trotski, L., 1972: 1905. Nueva York.
Citado en Cliff, T., 2001 “Revolution and
counter-revolution: lessons for Indonesia” International Struggle and the
Marxist Tradition. Tomo 1. Londres:
Bookmarks p. 313.
8. Nin, A.
9. Más sobre estas revoluciones en González, M. 2001: Chile 1972-1973: revolución y contra-revolución. Barcelona: En
luch a; Durgan, A. 2011: 1936: Guerra
Civil y Revolución. Barcelona: En lucha.
10. Cliff, T. 2000: Rosa Luxemburgo.
Barcelona: En lucha, p. 18.
11. Lenin, V.I. 1978: Informe sobre la
revolución de 1905. Moscú: Progreso, p.
64.
12. Thomas, M. 2005: “The birth of our
politics: Marxists and the 1905 revolution”, International Socialism nº105 p.
65. Disponible en www.isj.org.uk/index.
php4?id=51&issue=105
13. Pokrovsky, M.N. 1933: Brief History
of Russia, Tomo 2. Londres. p. 151. Citado en Thomas, M. 2005, p. 65.
14. Naguib, S., 2011: The Egyptian Revolution. A political analysis and eyewitness. Londres: Bookmarks, pp. 25-26
15. Ibíd. , p. 39.
16. Ibíd. , p. 37.
17. Cliff, T. 1995, pp.15-17
18. Pokrovsky, M.N., 1993, p. 220. Citado en Cliff, T., 1994: Building the Party.
Lenin 1893-1914. Londres: Bookmarks,
p. 146.
19. Naguib, S., 2011, p. 10.
20. Trotski, L., 1971: 1905 Resultados y
perspectivas. Tomo 1. París: Ruedo Ibérico, p. 21.
21. Cliff, T., 1994, p. 151.
22. Trotski, L., 1971, p. 37.
23. “Los 22.000 trabajadores del téxtil de
Mahalla desconvocan la huelga prevista
para hoy tras conseguir un exitoso acuerdo”: http://t.co/irGfQVV Twitter de @
egiptebarricada sábado 10 septiembre
2011.
24 .Cliff, T., 2001, p. 316.
Otoño 2011 La Hiedra 33
Memoria histórica
Aniversarios
sepultados
Neus Roca analiza la desmemoria histórica en el Estado español, que ha enterrado en el olvido los
crímenes del franquismo y el reconocimiento de las víctimas de la dictadura. Además reivindica la
necesidad de recuperar la historia del movimiento obrero, de los sindicatos y de las organizaciones
revolucionarias para el presente.
“
Si el genio español vuelve a enfurecerse con la intolerancia y
con el odio y con el apetito de
destrucción, que piensen en
los muertos y escuchen su lección: la de esos hombres que han caído
embravecidos en la batalla [...] y que
ahora ya no tienen odio, ya no tienen
rencor, y nos envían el mensaje de la
patria eterna que dice a todos sus hijos:
paz, piedad y perdón”. Hace pocos meses estas frases, fuera de contexto e impregnadas de rancio catolicismo recalcitrante, fueron recitadas nuevamente
por el presidente de la cámara de los
diputados con la intención de “rendir
homenaje a aquellos que murieron en
defensa de sus ideales” y planteando
que “ojalá” puedan emplearse, las citadas palabras, para desterrar el odio y la
intolerancia.
Lejos de reivindicar o exaltar la
firme apuesta estratégica de reconciliación institucional del presidente de
la Segunda República, Manuel Azaña,
realizada en aquel contexto de posible intervención internacional para
finalizar el conflicto armado y parar la
sangría, el discurso pronunciado por
José Bono el pasado 18 de Julio con
motivo del 75 aniversario del alzamiento fascista expone la paz, el perdón y la piedad como una necesidad
inminente frente a la actual tensión
social en el campo de la memoria.
El discurso llega en un momento
en que la relación con las asociaciones de memoria y de familiares de
víctimas es más tensa producto de la
inoperancia ejecutiva de la nueva legislación sobre memoria histórica y
fosas aprobada por el Gobierno del
PSOE1 . El titular de “Olvido oficial en
34 La Hiedra Otoño 2011
el día de la Memoria” (versión digital de Público, 19/07/2011) sintetiza
la amnesia institucional y social que
aun, 27 años después de la aprobación de la teóricamente democrática y
ejemplar Constitución, impera impunemente en nuestra sociedad.
La situación actual sobre la memoria histórica y los crímenes del
franquismo mantiene una estrecha
vinculación, en tanto predetermina
el escenario, con el proceso político
conocido como Transición, momento
en que se institucionaliza la impunidad y el falso consenso de una guerra
entre bandos hermanos dentro de un
mismo Estado. Y no nos referimos
solamente al campo estrictamente
vinculado a los derechos humanos, de
la condena de la dictadura y el reconocimiento de las víctimas implícito
en ésta, sino también a campos que
tradicionalmente no se han vinculado, como es el papel de los sindicatos
y sus movilizaciones, la capacidad de
respuesta social y de autoorganización, el sistema bipartidista, el régimen monárquico, el peso de la Iglesia
y la falta de separación de poderes
existente en el Estado.
La Transición como instrumento
para la Paz Social
El tiempo transcurrido entre la muerte de Franco en 1975, la elaboración
de la Constitución y el final del gobierno de UCD en 19822 no se caracteriza por la transparencia y la participación, por el contrario queda mejor
definido por los pactos secretos y las
reuniones no oficiales. La muerte del
dictador se produjo en un contexto de
creciente movilización social pese al
alto grado de represión y impunidad.
El nivel de huelgas entre 1975 y 1976
era el más alto de Europa y en Euskal
Herria, donde se combinaban el discurso y reivindicaciones nacionales,
la amnistía y la lucha obrera, fueron
convocadas 13 Huelgas Generales entre enero de 1976 y mayo de 19773.
Aun así, las decisiones y legislaciones acordadas durante este periodo
no tuvieron en cuenta las reivindicaciones de cambio que exigía la sociedad. El peso y el poder de los sectores
falangistas y militares, existente aun
en la actualidad, condicionó las negociaciones por el cambio de régimen.
Al mismo tiempo uno de los partidos
referentes de la izquierda4 y principal fuerza de la oposición, el PCE, o
el PSUC en Catalunya, estableció negociaciones con Adolfo Suárez, presidente escogido por el monarca sucesor del dictador. Éstas finalizaron,
entre otros aspectos, con la firma de
los Pactos de la Moncloa, desarmando así a la clase trabajadora en lucha,
con el apoyo del PCE a la Constitución de 1978 y la aprobación, ya como
miembros electos del Parlamento, de
la Ley de Amnistía de 1977 posterior a
las primeras elecciones.
Esta izquierda aceptó la bandera,
la monarquía y acordó el descenso de
la radicalidad de las luchas obreras y
sociales a cambio de la legalización y
la posibilidad de acceder a escaños
parlamentarios y ayuntamientos para
sus líderes, aun sabiendo la debilidad
en que dejaban al resto de la izquierda hasta pasadas las elecciones. Toda
iniciativa o protesta que supusiera un
peligro para una posible alianza con
los sectores socialdemócratas, inclu-
Apretón de manos entre Santiago Carrillo,
secretario general del PCE, y Adolfo Suárez, líder
de UCD y sucesor de Franco. Tras la muerte del
dictador el PCE entró en el juego de la Transició
y apoyó la Constitución y firmó los Pactos de la
Moncloa.
so con los sectores aperturistas de la
dictadura, fue manipulada, silenciada
o aplastada. Ésto se tradujo en una
parada sistemática de cualquier protesta o lucha que pudiera suponer la
recuperación o reivindicación de algunos de los derechos conseguidos
con las victorias obreras y sociales
de la revolución de 1936 y, al mismo
tiempo, impuso el mantenimiento del
status quo consolidado con la dictadura y no cuestionado por ningún
sector de la clase política durante la
Transición.
Sólo queda resaltar que, aun existiendo demandas y presión social por
la Amnistía de las presas políticas, la
promulgación del Decreto de Amnistía de 1977, como todos los acuerdos
de esta época, responde a los intereses de consolidación de una clase
política muy concreta. En realidad
se va a promulgar una ley de punto
y final, de impunidad absoluta para
los ejecutores de crímenes durante la Guerra Civil y la dictadura. Ley
que obviamente no contempla el carácter de imprescriptibilidad del que
dota la legislación internacional a los
Crímenes Contra la Humanidad y de
Guerra5, tipificación que corresponde
a los perpetrados por el movimiento
franquista.
A pesar que desde el PSOE hasta
el PCE/PSUC, pasando por CCOO y
UGT, no prestaron atención a las demandas sociales una vez iniciadas las
negociaciones con los herederos de
Franco, la resignación no fue la respuesta de la sociedad. Desde la muerte del dictador se sucedieron las manifestaciones y actos de denuncia de
los crímenes que cometió la dictadura
y el fascismo, protagonizados tanto
por las bases de las organizaciones de
izquierdas como por asociaciones de
víctimas, guerrilleras y combatientes
o familiares6. Así mismo la izquierda
radical y revolucionaria inició actos y
conmemoraciones públicas para reivindicar y no permitir el olvido de la
revolución social del 36 que vehiculó
y organizó la resistencia antifascista
hasta la aceptación de las ordenes de
Moscú entre la izquierda radical estalinista y la limpieza del POUM7.
Estas iniciativas por la socialización de la memoria fueron cortadas
de raíz con el intento de golpe de Es-
tado del 23 de febrero de 1981. Éste
no solo permitió una coyuntura política perfecta para la consolidación
de la monarquía y del nuevo régimen
surgido de la falta de participación y
la no ruptura con las fuerzas fascistas,
si no que además dio argumentos de
peso a la izquierda institucional para
limitar extraordinariamente a sus bases estas actividades. Fue una ratificación del peso que jugaba, y aun juega, el tejido fascista consolidado con
la dictadura y que desde ese momento
se aseguró una memoria a su medida.
Consecuencias de la Transición
Tras la muerte del
dictador, la izquierda
revolucionaria inició
actos para reivindicar la
revolución social del 36
Se ha constituido una memoria asentada por un lado sobre el olvido de la
lucha social y la revolución, consolidando así la idea de que la única vía
para poder conseguir mejoras sociales es el diálogo social y la negociación. Sepultando y silenciando las
mejoras y victorias obreras conseguidas con la revolución, potenciando
en su lugar, tanto desde los sucesivos
gobiernos como desde el eurocomunismo, una imagen y construcción de
la República como referente de progresismo y avance social de manera
acrítica con las carencias que mostró.
Consiguiendo así sepultar la memoria
de la revolución y despojar a la clase
trabajadora de las herramientas para
vehicular nuevas luchas.
Al mismo tiempo, se crea una memoria en que son olvidados los crímenes de Guerra y Lesa Humanidad
así como el derecho a restitución,
indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición
que garantiza la legislación internacional (en los casos que geopolíticamente interesa8). Y ésta es una memoria de la que resulta cómplice la
socialdemocracia y en la que debe 
Otoño 2011 La Hiedra 35
recaer la responsabilidad de haber
permitido el surgimiento y consolidación a día de hoy del conocido como
franquismo sociológico en el que
mentiras construidas por el régimen,
como el llamado “milagro español”9
se instauran como memoria social.
Manteniendo el miedo institucional a la verdad y jugando ese rol de
conciliador social, el gobierno socialista de Zapatero durante 2007 inició
un debate en el Congreso alrededor
de la memoria histórica en un contexto de auge del movimiento por la recuperación de la memoria histórica10
.El resultado fue una ley que no incluye ningún tipo de condena al golpe
de Estado y la dictadura, implicando
de facto el no reconocimiento de las
víctimas y los derechos mencionados
más arriba. El Estado no asume responsabilidad real alguna en la gestión
por localizar y investigar las desapariciones forzadas más allá de “facilitar”
en abstracto, afirmando en el artículo
7 numeral II que ningún posible reconocimiento implicará bajo ningún
concepto, ni para el Estado ni para la
administración pública, responsabilidad, compensación o reparación económica o profesional.
Se confirma con esta nueva legislación una de tantas contradicciones
entre lo que supondría un teórico Estado de Derecho y la práctica política del Estado español. No solamente
no aplica la normativa internacional
en materia de derechos humanos por
Crímenes de Guerra y Lesa Humanidad, si no que además este tipo de
legislación procede de organismos y
instituciones de las que forma parte.
El grado de contradicción llega hasta
el punto de promulgar leyes, como la
referente a memoria histórica, que
implican el incumplimiento de los
artículos 10 y 96 de la propia Carta
Magna en que se reconoce la primacía del derecho internacional respecto
del interno.
El Estado ha legislado abstractamente para una responsabilidad privada del derecho a saber y, además,
permite que un cuerpo judicial local,
constituido en su mayoría por viejas
glorias franquistas o personas afines, decida a nivel individual sobre
las propias competencias, y consiguientemente, si abre o no un proceso
penal. En este contexto se dan situaciones tan paradigmáticas como que
el juez más conocido, señor Baltasar
Garzón, de la Audiencia Nacional, tribunal de excepción de herencia franquista, máximo precursor y ejecutor
de una legislación antiterrorista que
garantiza la impunidad policial frente
la tortura y las prácticas que vulneran los derechos humanos, se decla36 La Hiedra Otoño 2011
Barricada en Barcelona durante los Hechos de Mayo de 1937. Durante esos días se decidió en la
retarguardia republicana la suerte de la revolución que había empezado en el 36.
re públicamente con competencias y
abra diecinueve procesos penales y de
revisión por las causas franquistas. Y
aún cumpliendo las premisas de la ley
de memoria y teniendo en cuenta la
carrera de servicio al Estado demostrada por el juez, los procesos se encuentran paralizados. El juez ha sido
suspendido cautelarmente habiéndose aceptado vergonzosamente a trámite una querella por prevaricación
presentada por dos organizaciones de
ultraderecha, una de ellas imputadas
en la recabación de pruebas realizada
por el mismo juez suspendido.
¿Cuál es la realidad? ¿Qué
hacemos?
La Transición intentó
sepultar la experiencia
de la Revolución del
36, cuando la clase
trabajadora vivió la
transformación social
Lo expuesto hasta el momento nos
muestra un marco de inconcreción,
especialmente en el campo legal concreto del reconocimiento y rehabilitación de las víctimas y familiares, en
que se potencia no establecer jurisprudencia sobre ningún tema vinculado. La legislación refleja un Estado
y una clase política con claros objetivos inmovilistas, que delante de cualquier posibilidad de respuesta a una
demanda social, busca como objetivo
prioritario no perder o alterar absolutamente ningún aspecto de lo que
consiguió con la Transición.
Una clase política que espera la
muerte agónica, anónima y sin reconocimiento de las generaciones que
vivieron, padecieron y hicieron frente
al levantamiento y la represión fascista; que evita y anula cualquier tipo
de actuación que implique la recogida
rigurosa de testigos, fuentes orales y
escritas; y que, obviamente, no apoya
las asociaciones o organizaciones que
van más allá del ensalzamiento de los
valores pactados con la Transición.
Valores que llegan a todos los ámbitos controlados por la clase política y
casi inevitablemente se reproducen
fielmente y sin ningún tipo de cuestionamiento en las unidades didácticas de nuestros centros educativos.
La misma que dificultará mediante
abstracciones legislativas el acceso,
incluso por parte de investigadoras
acreditadas, a las fuentes documentales oficiales aun en manos del ejército, cuerpos policiales como la Guardia
Civil o fundaciones de talante fascista
con subvenciones públicas.
Es esta la única manera de asegurar que queda sepultada la posibilidad de recordar la experiencia de la
Revolución del 36, momento en que la
clase trabajadora vivió, desde la base
y mediante la resistencia antifascista,
la experiencia de la transformación
social11. Los ejemplos de las Alianzas
Obreras del 34 tejidas alrededor del
territorio del Estado español, donde
aun sin estar presente la CNT constituían un Frente Único ante la posibilidad de que el fascismo entrase a
formar parte del gobierno. Y especialmente aquellos hechos como la Revolución de Asturias del 34, donde a
diferencia del resto del estado las dos
centrales sindicales sí que crearon
una alianza conjunta declarando que
el fascismo solo se podía parar mediante una revolución, son el tipo de
experiencias de las que nos quieren
despojar. Quieren hacernos olvidar
que pudimos y conseguimos llevar a
cabo con éxito, como clase trabajadora organizada, desde las necesidades
sociales básicas como las escuelas o
el reparto de alimentos hasta la industria de guerra imprescindible para
hacer frente a un levantamiento militar y un golpe de estado que derivó
en guerra12.
Frente a esta memoria manipulada, interesada y parcial, pactada con
los herederos del franquismo, no nos
podemos quedar de brazos cruzados.
Es imprescindible evidenciar el papel
de la izquierda revolucionaria dentro
de la resistencia así como negar la
imagen que la historiografía tradicional y estalinista se ha esforzado en reproducir, reduciendo el conflicto a la
falsa dicotomía democracia-fascismo.
Debemos transmitir en cada uno de
los espacios en los que somos activas
social o políticamente, desde las aulas, bien como docentes o estudiantes, hasta en los debates académicos,
políticos o dentro de los movimientos, pasando por la investigación profesional o cualquier ámbito laboral en
que se produce una lucha por nuestros derechos, la experiencia que nos
lega la revolución social iniciada en
Asturias en 1934 y continuada en el
resto del Estado hasta 1938. Acercar
a cuanta más gente la realidad de que
existe una alternativa al pactismo y
que esta es la lucha y la autoorganización de la clase trabajadora, así como
luchar por el reconocimiento y la dignificación de aquellas que murieron o
malvivieron por defender esta opción
u otras alternativas, es el objetivo inmediato que debemos marcarnos en
relación a la recuperación de nuestra
memoria.
NOTAS:
1. Nos referimos a la ley que lleva
por nombre Ley por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes
padecieron persecución o violencia
durante la guerra civil y la dictadura (10.10.07) las implicaciones concretas de la cual retomaremos más
adelante.
2. Existen divergencias entre la
adopción de las fechas de la Constitución (1978) o el final del gobierno de
UCD (1982) como momento final de
la Transición.
3. Para una buena síntesis de datos
de participación, fechas de convocatoria y seguimiento os remitimos a
Eaude, M., 2009. La Transició. Moviment obrer, canvi polític i resistencia
popular.p. 27. En Lluita. También os
remitimos a Sartorius, N. i Sabio, A.,
2007. El final de la dictadura, Temas
de hoy, Madrid.
4. Aun teniendo en cuenta la orientación política moderada derivada de
la estrategia de “reconciliación nacional”, el partido continua siendo el
principal motor de la oposición antifranquista y en las últimas décadas
del franquismo continuaba siendo el
partido de la izquierda más grande
manteniendo el peso obtenido durante la Guerra Civil. Os remitimos a Morán, G., 1986. Miseria y grandeza del
partido comunista de España. Planeta, Barcelona. para profundizar con el
análisis de este partido.
5. La persecución, detención, tortura
o desaparición forzada por razones de
etnia, sexuales o políticas se encuentran catalogadas en el derecho penal
internacional como Crímenes de Lesa
Humanidad, y a la vez, el incumplimiento del Tratado de Ginebra referente a las garantías y derechos en el
transcurso de conflictos armados es
tipificado en los mismos tribunales
como Crímenes de Guerra. La jurisprudencia en estos casos fue constituida con los juicios de Nüremberg y des
de ese momento se ha aplicado a diferentes juicios internacionales por Crímenes de Guerra y Lesa Humanidad.
Os remitimos a K. Juhl. (2005). The
contribution of (forensic) Archaeologists in Human Rights Investigatons
of Mass Graves. Stavanger.; así como
a los informes de Amnistía Internacional: Las víctimas de la Guerra Civil y el Franquismo: no hay derecho.
Preocupaciones sobre el proyecto de
ley de “derechos de las víctimas de la
Guerra Civil y el Franquismo (2005)
y España: poner fin al silencio y la
injusticia. La deuda pendiente con las
víctimas de la Guerra Civil y del régimen franquista (2006) y al informe
del equipo Nizkor La cuestión de la
impunidad en España (2004).
6. Para un análisis de los movimientos sociales para la recuperación de
la memoria os remitimos a Alberola,
O. I Villagrasa, F. 2008. Miedo a la
memoria. Historia de la ley de reconciliación y concordia. Flor del Viento.
Y también Armengou, M I Belis, R.
2004. Les fosses del Silenci. Hi ha un
holocaust espanyol? Rosa dels vents.
7. Os remitimos a Durgan, A. 2010.
1936: Guerra i Revolució para un análisis más detallado y desglosado de la
situación política que rodeó la revolución española.
8. Para un buen análisis de las intervenciones a nivel internacional, sus
consecuencias, los contextos así como
una buena crítica a la imparcialidad
con que es aplicada esta legislación
os remitimos a K. Juhl. (2005). The
contribution of (forensic) Archaeologists in Human Rights Investigatons
of Mass Graves. Stavanger.
9. Para un buen análisis y desarrollo
de las consecuencias sociales de la
desmemoria y del papel jugado por la
izquierda institucional os remitimos
a Eaude, M. La Transició. Moviment
obrer, canvi polític i resistencia popular. Así como a Dimas Balsalobre,
F. 2009. “El miedo de la clase política
hacia la recuperación de la memoria y
sus efectos desmoralizadores sobre los
colectivos afectados, sus entornos y la
base social de la izquierda” a Pagès i
Blanch, P. 2009 La Transició democràtica als Països Catalans. Història i
Memòria. Universitat de València.
10. Os remitimos a Fosses: la memòria soterrada. Avenç núm. 299,
Febrer del 2005 para tener una visión
diacrónica y global del movimiento
por la memoria en el Estado español
y su vinculación con los existentes de
carácter internacional.
11. Os remitimos al trabajo de Dimas Balsalobre, F. 2009. i Eaude, M,
2009. P 75. para poder valorar las líneas principales de consecuencias sociales de la desmemoria.
12. Os remitimos a Durgan, A.
2010. para un análisis más detallado
de la revolución y de la Guerra Civil.
Otoño 2011 La Hiedra 37
La prensa revolucionaria
en la era 2.0
Luis Zhu revisa la importancia de la prensa revolucionaria para cambiar el mundo, su relación con
los medios de comunicación alternativos y realiza una aproximación a las nuevas redes sociales
digitales.
S
e atribuye al político conservador Edmund Burke la
expresión “el cuarto poder”
para referirse a los medios de
comunicación. Burke lo acuñó
durante la Revolución Francesa para
cargar contra la influencia creciente
que tenía la prensa liberal frente a los
poderes tradicionales. Es cierto que la
prensa y el acceso a la información jugaron un papel fundamental a la hora
de conseguir mayores derechos democráticos. Sin embargo, más tarde sería
la propia burguesía que salió triunfante de la revolución la que acabaría con
la libertad de prensa por temor a nuevos avances democráticos que la apartaran del poder.
Hoy en día la prensa y los medios
de comunicación de masas en general
se han convertido verdaderamente en
el cuarto poder. Casos de corrupción
tan sonados como el del News of the
World, de Rupert Murdoch, conservador y propietario de todo un imperio mediático, no sólo nos confirman
el poder de los medios sino también
cómo actúan en connivencia con otras
autoridades, como la policía.
Los medios de comunicación
capitalistas
Los medios de comunicación de masas
están en manos unos pocos capitalistas. Todos funcionan como cualquier
otra empresa bajo este sistema, es decir, explotan trabajadores para obtener
el máximo beneficio económico posible. Además representan una de las
principales formas de transmisión de
ideología, en este caso, la ideología que
le interesa a los poderosos. Aunque se
puedan apreciar diferencias nada despreciables entre medios más conservadores o liberales, en definitiva, casi
todos defienden sin fisuras que el capitalismo, es decir el afán de lucro y la
explotación de personas como motor
de la sociedad, es la mejor forma de organizar la humanidad. En la práctica,
ningún medio de comunicación capita38 La Hiedra Otoño 2011
lista antepone el derecho a la información de la mayoría de la sociedad a los
intereses económicos e ideológicos de
la clase dominante.
No obstante, esto no significa que
los medios de comunicación sean máquinas perfectas de adoctrinamiento
que mantienen en la oscuridad a casi
toda la población, cual caverna de Platón. Esto no es así básicamente por
tres razones.
La primera es que los medios de
comunicación funcionan gracias a los
y las trabajadoras. Pero los y las periodistas pueden haber recibido una
formación crítica con el discurso de la
clase dominante; la mayoría de ellos,
y más tras la crisis económica, trabajan en condiciones cada vez más precarias que les dificulta enormemente
elaborar informaciones veraces que
no muestren únicamente la versión de
los poderosos; y a menudo puede ser
la propia dirección quien intervenga
directamente en los contenidos.
No obstante, los y las trabajadoras
organizadas pueden sacara a la luz
estas manipulaciones estructurales o
directas, tal como los operarios de una
fábrica pueden denunciar a su empresa
por verter residuos tóxicos a un río, o
los conductores de autobuses urbanos
protestar por las malas condiciones
laborales porque ponen en peligro la
seguridad de los viajeros. Ejemplos recientes como las protestas en antena en
Telemadrid por las reiteradas mentiras
de sus informativos, o la decisión de
Los medios de
comunicación reflejan tanto
los prejuicios sembrados
por la clase dominante
como las rebeliones que
cuestionan éstos
los periodistas el El País de no firmar
los artículos para rechazar los despidos
y los recortes laborales, motivo por el
que sus colegas de la BBC fueron a la
huelga el pasado mes de julio, muestran cómo los propios trabajadores de
los medios de comunicación pueden
abrir brechas en la estructura mediática capitalista.
La segunda es que la credibilidad
de los medios de comunicación convencionales es cada vez menor. Quizás
en el inicio de los medios de masas (la
prensa durante la segunda mitad del
siglo XIX, la radio en los años 20 y 30 y
la televisión durante los 50) gran parte
del público creía en lo que decían. Sin
embargo, después de décadas de contrastar la información de los medios
con la experiencia cotidiana, muchas
veces contradictoria y otras sin relación alguna, la mayoría de la población ha acabado por no fiarse de ellos.
Hoy en día, según un estudio de la
Asociación de Prensa de Madrid, sólo
un 29,9% de la población confía en la
prensa, mientras que la televisión y la
radio consiguen una aprobación del
32,6% y el 23,7% respectivamente.
Y la tercera es que los medios de
comunicación comerciales son un negocio y buscan conectar con la gente
en cada momento. Esto significa que
pueden reflejar tanto los prejuicios
sembrados por la clase dominante
como las rebeliones populares que
cuestionan éstos, como el movimiento
antiguerra, las revoluciones en el mundo árabe o el movimiento 15M, todos
ellos con una gran cobertura mediática. No obstante, es también cierto que
es en estos momentos de convulsiones
sociales, cuando la clase dirigente encuentra en los medios la vía perfecta
para intervenir en las ideas de la gente,
camuflando sus opiniones bajo un aparente manto de objetividad. Si hay crisis, no es por el sistema, sino que es un
accidente puntual fruto de la avaricia
de unos pocos; si se aplican recortes es
porque gastamos demasiado en bien-
Bajo el capitalismo, los medios de comunicación son un negocio como cualquier otro. Su prioridad son los beneficios, no la información. Sin embargo, su
particularidad es que son una de las herramientas clave para difundir las ideas que le interesa a la clase dominante.
estar, o porque hay demasiados inmigrantes, o porque es inevitable; si hay
agresiones sexuales a mujeres es porque iban provocando; si hay guerras es
para traernos la paz, etc.
El sexismo, el racismo, la guerra o
el afán de lucro como motor de la sociedad son algunas de las ideas que
esparcen los capitalistas para que nos
enfrentemos entre nosotros. No sólo
eso, el capitalismo además de generalizar estas ideas negativas, también intenta ocultar sus abusos y los ejemplos
de resistencia popular.
Pero más allá de todo pesimismo,
las contradicciones y las opresiones del
capitalismo generan revueltas y revoluciones que abren brechas mediáticas
que los medios capitalistas no pueden
ocultar. La Primavera Árabe ha vuelto
a demostrar que una revolución desde
abajo es posible, mientras que el Movimiento 15M ha hecho añicos la idea
de que los jóvenes eran ignorantes y
vagos; todo lo contrario, están indignados, tienen ideas y lucharán hasta el
final por ellas. Sin embargo, los medios
de la clase dominante buscaran volver
al status quo anterior; en el mundo
árabe cooptando los procesos revolucionarios para dirigirlos hacia regímenes liberales, como en Egipto, Túnez o
Libia, y en el Estado español criminalizando el movimiento, como tras el bloqueo del Parlament de Catalunya.
Ante este modelo burgués de los
medios de comunicación han surgido
históricamente muchos ejemplos de
comunicación contestataria. En este
artículo nos interesa sobre todo abordar el modelo de la prensa revolucionaria, del cual participa el periódico
En Lucha. También examinaremos dos
formas de comunicación diferentes a
la convencional: la prensa alternativa y
las redes 2.0.
La herencia revolucionaria
A lo largo de la historia los revolucionarios han visto en la prensa escrita
una herramienta imprescindible para
combatir la vieja sociedad y luchar por
una nueva más justa e igualitaria.
Edmund Burke tenía razón al preocuparse por la prensa. Durante la Revolución Francesa, Jean Paul Marat editó
L’Ami du Peuple (El Amigo del Pueblo), un periódico que fue decisivo en
el curso de los acontecimientos. Marat
fue uno de los líderes de la revolución,
en gran parte gracias a su diario, que
vendía unos 2.000 ejemplares entre las
personas más implicadas en la revolución. L’Ami du Peuple se posicionaba
a favor de los oprimidos por la monarquía absolutista y su lenguaje era claro
y cercano al de la gente corriente, lejos
del amaneramiento burgués. Marat, de
familia acomodada, se indignaba con
la complacencia de los sectores más
moderados de la burguesía que esperaban que el Rey ofreciera una monarquía parlamentaria al estilo inglés. En
su periódico defendía enérgicamente
una alianza entre la burguesía y los
campesinos para acabar rápidamente
con la monarquía. Marat vivió lo suficiente para ver rodar la cabeza de Luis
XVI, pero murió poco meses después
asesinado por una aristócrata.
Si L’Ami du Peuple contribuyó a
acabar con el Antiguo Régimen en
Francia y extendió las ideas liberales
Pravda era revolucionario
porque explicaba en
cada momento de las
luchas de los trabajadores
propuestas para ganar la
batalla
por toda Europa, el papel del diario
bolchevique Pravda en la Revolución
Rusa sería todavía más importante.
Pravda ayudó a acabar con el régimen
zarista, que vivía del viejo feudalismo
del campo y del naciente capitalismo
de las ciudades, y en el proceso también consolidó un modelo de prensa
para hacer la revolución.
El periódico de Lenin no sólo explicaba de forma comprensible las ideas
socialistas sobre la sociedad de clases y la revolución, sino que contenía
muchas cartas escritas por los propios
trabajadores en las que explicaban sus
experiencias, sus ideas y sus esperanzas. Pravda se vendía en buena medida
también gracias a los trabajadores y
trabajadoras, que lo distribuían entre
sus compañeros en las fábricas y los
leían en voz alta cuando era necesario.
No sólo eso, los obreros, cuando compraban el periódico, añadían a menudo unos céntimos de más para ayudar
a sufragarlo. En 1913, Pravda vendió
unos 30.000 ejemplares diarios y recibió más de 2.000 donaciones. De este
modo, el periódico bolchevique consiguió tejer una red de colaboradores
que escribían, distribuían y financiaban el diario. Así, cuando el Estado ilegalizó Pravda, cosa que ocurrió varias
veces, los bolcheviques podían contar
con el apoyo de muchos trabajadores
que redactaban, repartían y pagaban el
periódico de forma clandestina.
Pravda no era un periódico revolucionario sólo porque analizaba la sociedad rusa en términos de clase, ni
porque la mitad de sus páginas estuvieran protagonizadas por la incipiente clase trabajadora; había algo más. El
diario bolchevique era revolucionario
porque explicaba en cada momento de
las luchas de los trabajadores propuestas para ganar la batalla. Por ejemplo,
antes de la Revolución de Febrero de
1917, Pravda argumentaba que los enemigos del pueblo ruso no eran los 
Otoño 2011 La Hiedra 39
soldados alemanes contra los que se
luchaba en la Primera Guerra Mundial,
sino los capitalistas, los terratenientes
y el régimen zarista. Tras la caída del
Tzar, el Gobierno provisional formado
por liberales se resistió a abandonar la
guerra. El diario bolchevique extendió
la consigna ‘pan, paz y tierra’, alentando a la formación de soviets de obreros,
soldados y campesinos, los cuales protagonizarían la Revolución de Octubre
que acabaría con la guerra y el capitalismo, aunque fuera por poco tiempo.
Un periódico como Pravda no hubiera existido tal como fue sin una
organización revolucionaria como el
Partido Bolchevique. Como en la famosa metáfora de Lenin, Pravda sirvió
de andamio para los miles de militantes bolcheviques a lo largo de toda Rusia. El periódico fue un instrumento
fundamental para conectarlos al conjunto de los acontecimientos y para
que pudieran reaccionar e intervenir
coordinados y en el mismo sentido. El
crecimiento del partido tras la Revolución de Febrero se debió sobre todo
a la explosiva situación política, pero
el periódico revolucionario les ayudó
mucho a vincular a los miles de nuevos
militantes -en San Petersburgo se pasó
de 2.000 a 36.000 miembros en sólo
cuatro meses. En definitiva, Pravda fue
la mejor herramienta para conectar
con la clase trabajadora, para difundir
las ideas socialistas y para organizar a
los y las revolucionarias.
El testigo de la prensa revolucionaria lo recogerían en los siguientes años
Alemania e Italia. Inspirados por la Revolución Rusa, la clase trabajadora de
ambos países protagonizaba huelgas de
masas. En Alemania, Rosa Luxemburg
impulsó la Liga Espartaquista y su publicación Die Rote Fahne (La Bandera
Roja). Frente al reformismo, defendían
la fuerza de la clase trabajadora para
hacer la revolución internacional. La
Liga, sin embargo, fue demasiado pequeña y sus líderes, Rosa Luxemburg
y Karl Liebknecht, fueron asesinados
por paramilitares de extrema derecha,
los Freikorps, que cumplían una orden
del socialdemócrata Friedrich Ebert,
presidente de la República de Weimar.
En Italia, l’Ordino Nuovo de Gramsci participó en la ola de huelgas más
grande que había visto el país. Su intento de formar consejos de obreros a
semejanza de los rusos acabó al triunfar el fascismo. A pesar de ello, Gramsci consideraba que l’Ordino Nuovo
fue realmente revolucionario para la
clase trabajadora italiana porque “en él
podían encontrar algo de sí mismos, la
mejor parte de ellos, porque en él, ellos
daban respuesta a sus propias batallas
interiores: ¿Cuál es la mejor manera de
ser libres?, ¿cómo podemos ser nosotros mismos?”
En el Estado español, en los años
30 el POUM de Andreu Nin y Joaquim
Maurín fueron quienes más defendieron el espíritu originario de la Revolución Rusa, ahora secuestrada por la
burocracia estalinista. El principal periódico del POUM, La Batalla, defendió
las tesis de la revolución internacional
frente al socialismo en un solo país de
Stalin. Durante la Guerra Civil española, el periódico poumista luchó por
ganar la guerra haciendo la revolución.
Sin embargo, su escasa implantación
más allá de Catalunya y la represión
estalinista desatada tras los Hechos de
Mayo de 1937 lo llevaron a la clandesti-
Edición del 22 de febrero de 1919 de Die Rote Fahne. En portada, el diario protesta por el asesinato de
Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg.
40 La Hiedra Otoño 2011
nidad y a la posterior desaparición.
Existen otros ejemplos históricos
en los que no vamos a ahondar. El modelo de la prensa revolucionaria se ha
ido perfilando a través de las derrotas
y, sobre todo, de las victorias de los y
las revolucionarias que lucharon por
cambiar el mundo. La experiencia
triunfante de Pravda en la Revolución
Rusa es, sin duda, la más relevante. En
este sentido, el periódico En Lucha/
En Lluita, con sus defectos y virtudes,
pretende continuar este hilo rojo de la
historia.
En lucha, anticapitalismo y
revolución
La prensa liberal, tras una aparente
neutralidad, explica el mundo a través
de la voz de los poderosos que trata de
dividirnos con individualismo, racismo o sexismo. Su análisis del mundo
es habitualmente fragmentario, inconexo y tramposo, haciéndonos creer
que estamos todos en el mismo barco
pero pidiendo sacrificios siempre a los
de abajo.
Frente a un mundo que no es neutral, el periódico En Lucha/En Lluita
se posiciona claramente a favor de la
clase trabajadora y de todos los oprimidos por el capitalismo. En sus páginas se intenta dar voz siempre a los que
sufren los recortes, las discriminaciones o las guerras, y se analiza cómo estas injusticias no son hechos aislados,
sino que son consecuencia del sistema
capitalista, un modelo de sociedad que
busca el beneficio económico de una
minoría por encima del bienestar de
la mayoría. Por eso, entender que, por
ejemplo, las luchas de los trabajadores
griegos contra los planes de austeridad
están conectadas con nuestra realidad
es clave para superar el aislamiento y
el pesimismo.
Por otra parte, En Lucha también
ofrece sus páginas a los y las activistas de los movimientos sociales, en los
cuales participa activamente. Feministas, ecologistas, estudiantes o trabajadoras y trabajadores en general, entre
otros, pueden encontrar siempre un
espacio para explicar y difundir sus luchas. Así, En Lucha aspira a conectar
las luchas de los diferentes movimientos, encontrar puntos en común y acumular fuerzas para alcanzar victorias.
La clase dominante, en general, está
unida y decidida a que la crisis la pague la clase trabajadora, así que necesitamos vincularnos y crear redes entre
todos los sectores para combatirla.
A la prensa capitalista no le interesa destacar los ejemplos de resistencia
y de victoria de los y las trabajadoras.
En cambio, uno de los cometidos más
importantes de la prensa revolucionaria es la de generalizar las experiencias
de lucha exitosas. Esto es fundamental,
por un lado, para animar a otras personas a luchar porque demuestra que
ganar es posible y, por otro, para compartir estrategias y tácticas con otros
sectores en lucha. No sólo eso, el periódico En Lucha no se queda al margen
de las luchas, participa en ellas y busca
conjuntamente las mejores estrategias
y tácticas para cada momento.
Las grandes historias de la prensa
revolucionaria son el referente indiscutible para un periódico como En Lucha. No obstante, existen otros modelos de prensa no burguesa que son interesantes de observar, como la prensa
alternativa.
Alternativas al mainstream
Existen en el mundo decenas de periódicos alternativos que trabajan para
desenmascarar la falsedad de los argumentos de los medios capitalistas.
En el Estado español, dos de los más
conocidos son Diagonal, semanal y de
ámbito estatal, y La Directa, quincenal
y del ámbito de los Països Catalans.
Ambos proyectos parten de coordenadas muy similares. Buscan convertirse en medios de comunicación alternativos a los tradicionales, pero a la vez
que son serios y plurales. En este sentido son mucho más amplios y abiertos
que los medios de contrainformación
que se dirigen a un público previamente convencido. Frente al modelo de
negocio del periodismo liberal, estas
cabeceras oponen el periodismo militante y definen sus proyectos como herramientas de transformación social.
No en vano, tanto Diagonal como La
Directa reconocen explícitamente que
son medios que provienen y trabajan
para dar voz a los movimientos sociales de resistencia a la globalización capitalista. El periódico catalán declara
inequívocamente que “LA DIRECTA es
un semanario pensado, dirigido y sostenido desde los movimientos sociales
y para los movimientos sociales”. “Las
personas que ahora formamos el núcleo principal de DIAGONAL venimos
de distintas experiencias de los movimientos sociales y de base”, afirman
desde la web del semanario estatal.
La asociación de estos medios alternativos con los movimientos sociales
anticapitalistas no es casual. Las múltiples resistencias que en 1999 dieron
respuesta en Seattle a un discurso
capitalista ufano desde la caída del
Muro de Berlín irrumpieron de forma
espectacular en los informativos y tabloides corporativos globales. Los movimientos sociales necesitaban un presencia mediática, pero no a cualquier
precio, de modo que se imponía la necesidad de crear sus propios proyectos
informativos para disponer de voces
Dos de los periódicos alternativos más populares del Estado español.
Los medios alternativos
pretenden recoger toda
la diversidad de los
movimientos de oposición
a la globalización
capitalista
autónomas, independientes y lo más
representativas posibles. Así, los nuevos medios alternativos pretendían recoger de forma autogestionada toda la
diversidad de los movimientos de oposición a la globalización anticapitalista,
convertirse en un foro donde se reunieran todas las experiencias, tácticas
e ideas que surgían de cada campaña.
Así, medios como La Directa o Diagonal asumen básicamente dos objetivos nada desdeñables: combatir la
influencia de los medios de comunicación capitalistas y ser el altavoz de los
diversos movimientos sociales.
Quizás la diferencia fundamental
entre la prensa alternativa y la prensa
revolucionaria es que, mientras la primera concentra muchos esfuerzos en
ser un medio de comunicación alternativo a los medios capitalistas, la segunda se centra sobre todo en cómo organizarnos y coordinarnos para ganar las
luchas y acabar con el capitalismo.
Otra diferencia importante radica
en la forma de entender e intervenir
en el mundo. La prensa alternativa, en
general, admite múltiples visiones de
la sociedad y, por tanto, acepta múltiples estrategias para cambiarla. La
prensa revolucionaria normalmente
tiene una visión estructurada y coherente, en el que las partes encajan en
un todo. Aunque la pluralidad de estrategias es bienvenida para debatir cuál
es la mejor, la tradición revolucionaria
se decanta por centralizar los esfuerzos
en una determinada para poder vencer a una clase capitalista muy unida y
coordinada.
En el fondo, los marcos teóricos de
una y otra son diferentes, pero en el desarrollo de una y otra hay muchos puntos tangenciales. Ambos modelos 
Otoño 2011 La Hiedra 41
son muy importantes y complementarios, pero hay que destacar que la prensa revolucionaria se centra exclusivamente en reforzar las resistencias e impulsar las luchas contra el capitalismo.
Aquí es donde radica su singularidad y
su potencial revolucionario.
Tejiendo redes 2.0.
En el último año, los medios de comunicación liberales han insistido en
señalar la importancia de Internet y
las redes sociales en el triunfo de las
revoluciones en Túnez y Egipto. Así
mismo, en la UE muchas personas, colectivos y organizaciones aprovechan
Facebook, Twitter y otras plataformas
para convocar manifestaciones, como
los estudiantes en Gran Bretaña o el
Movimiento 15M en el Estado español.
¿Significa esto que la organización de
las movilizaciones será virtual y dejará
obsoleto los carteles, las octavillas y los
periódicos distribuidos en mano?
Es preciso reconocer primero que
los avances en las tecnologías de la información y comunicación han facilitado mucho el contacto entre individuos
y colectivos. Al igual que lo hiciera la
imprenta, el telégrafo, el teléfono o la
radio, Internet ha cambiado y ha agilizado nuestra forma de comunicarnos. Al igual que Marat aprovechó la
imprenta para imprimir centenares
de periódicos contra la monarquía absolutista, o Trotski y Lenin el teléfono
para estar al corriente de la toma del
Palacio de Invierno y otros edificios
estatales, hoy en día aquellos y aquellas que queremos cambiar el mundo
aprovechamos las posibilidades que
nos ofrece Internet para informarnos o
comunicarnos.
Las redes 2.0. han cambiado mucho
el panorama de la comunicación. Hasta ahora, sólo una minoría tenía acceso
a un público masivo. Ahora, con Twit-
Las redes sociales son un nuevo medio de
comunicación para hacer negocio y para difundir
las ideas dominantes. No obstante, también
pueden ser una herramienta accesible para que
las ideas anticapitalistas lleguen a mucha gente.
42 La Hiedra Otoño 2011
La nuevas redes sociales
son útiles para las
revolucionarias porque
sirven para ampliar la
influencia de sus ideas y
contactar con más gente
ter o Facebook, en teoría, hay miles de
personas que pueden hacer llegar su
mensaje a un público masivo.
Sin embargo, entre muchos activistas que apuestan por la lucha en la
calle, en los barrios, en los lugares de
trabajo, etc., existe un cierto recelo hacia las nuevas redes sociales 2.0 bajo
argumentos muy diversos, como que
son frívolos o que están vigilados por
el Estado. Aunque en parte sean ciertas
estas consideraciones, debemos tener
en cuenta que se trata de medios muy
permeables y en los que participan miles de personas, sobre todo en las zonas urbanas. Por ello, es importante
que así como vamos tejiendo redes en
los barrios o en los centros de trabajo
para luchar contra los ataques de la
clase dominante, aprovechemos también las posibilidades que nos ofrecen
las plataformas sociales virtuales para
llegar al máximo número de gente.
Por ejemplo, las personas que convocaron por Facebook los cortes de carreteras contra los recortes en Sanidad
en Catalunya o, más aún, las que convocaron las protestas en plaza Tahrir
contra Mubarak eran las que después
estaban allí defendiendo la sanidad pública o combatiendo la dictadura, realizando asambleas, cortando carreteras,
ocupando el espacio público, etc. Es
esta visión combativa y complementa-
ria de las redes sociales virtuales la que
nos puede ayudar en las luchas para
cambiar el mundo desde la base.
Los límites de Internet 2.0
Para muchos de los jóvenes activistas
anticapitalistas, el uso de las nuevas
tecnologías de la información y comunicación es algo habitual. Ello provoca
que a veces no sea fácil tener una visión de conjunto de la realidad. Bajo el
capitalismo el acceso a Internet, como
a otras tecnologías, bienes y servicios,
depende del nivel de renta del que se
disponga. Por ello, no todo el mundo
tiene Internet, ni mucho menos. De
hecho, se dice que existe una estratificación o brecha digital según la renta
y a nivel internacional. Por ejemplo, a
nivel global en 2010 solo el 28,7% de la
población tenía acceso a Internet, según Internet World Stats. Los porcentajes varían en función del desarrollo
económico de cada continente. Mientras en Europa y EEUU la penetración
de Internet es del 58% y el 77% respectivamente, en Asia se reduce al 20% y
en África sólo el 10% de la población
tiene acceso a la red. En Egipto, por
ejemplo, del 15% de la población que
tenía acceso a Internet únicamente
una cuarta parte de ellos tenían Facebook antes de la Revolución, según la
propia red social. La penetración de
Facebook ha sido posterior a la Revolución, tras una campaña propagandística que atribuía el éxito de la revuelta
popular a la red social.
En el caso del Estado español, las
personas que tiene acceso a Internet
representan el 47% de la población,
entre las cuales sólo el 12% participan
en alguna red social, según el Eurobarómetro de la Comisión Europea de octubre de 2010.
Sin embargo, las limitaciones de Internet no son solo cuantitativas, sino
también cualitativas. Un aspecto conocido es que, como con otros medios
de comunicación, la información en
Internet no es objetiva ni neutral. Aunque las posibilidades de participar en
la creación y difusión de información
sean mayores que con los medios tradicionales, en general los medios más
seguidos son aquellos que eran previamente más conocidos, es decir, los medios capitalistas.
Otra cuestión importante es que
“la era de la información” se convierte
frecuentemente en un caos hiperabundante de informaciones inconexas y
superficiales que no proporcionan una
visión global y profunda de los acontecimientos. La mayoría de los lectores
de medios digitales pueden conocer
muchos hechos de actualidad a nivel
global, pero les resulta difícil encontrar
una explicación coherente y profunda
sobre el porqué pasan las cosas y qué
relación tienen con su vida. Existen
muchos estudios sobre este fenómeno,
como el libro de Nicholas Carr Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con
nuestras mentes?, pero es curioso que
ya en 1921, el comunista húngaro Adalbert Fogarasi hiciera una crítica sobre
la prensa capitalista que todavía es válida en la era de Internet: “Se ha logrado un avance sistemático para crear ignorancia mediante la comunicación de
una gran cantidad de conocimientos e
información. La prensa capitalista busca dar forma a la estructura de la conciencia de los lectores de tal manera
que será incapaz de distinguir entre lo
verdadero y lo falso, de relacionar causa y efecto, de situar los hechos individuales en su contexto total, de integrar
racionalmente los nuevos conocimientos en su perspectiva, etc., en un proceso en el que la conciencia del lector
se mantiene en un estado de continua
inseguridad, perplejidad y caos”.
Las redes sociales digitales refuerzan todavía más este proceso, ya que
son espacios comunicativos en los que
predominan los mensajes cortos, rápidos, inconexos y superficiales.
Las redes 2.0. también han influido la forma en que la gente participa
políticamente. El escritor canadiense
Malcom Gladwell, en su artículo Small
Change: Why the Revolution Won’t be
Tweeted, nos explica que las redes sociales no son efectivas para conseguir
una mayor motivación política, como
afirman algunos autores especialistas
en marketing, sino que “son efectivos
para conseguir una mayor participación rebajando el nivel de motivación
necesario”. Esto puede provocar una
falsa percepción de incremento de la
participación política, al menos desde una perspectiva activista, porque
aquellos que firman en Internet luego
no aparecen en la manifestación, ya
que esto requiere un grado mayor de
compromiso.
A pesar de todo, las nuevas redes
sociales son útiles para los revolucionarios y revolucionarias porque sirven
para ampliar la influencia de sus ideas
y contactar con más personas para impulsarlas a luchar en la oficina, el aula
o la calle.
La prensa revolucionaria en la
calle
Más importante que las propias limitaciones de Internet, aquello que da
sentido todavía hoy en día a un periódico revolucionario impreso es que las
luchas, las victorias y las revoluciones
se consiguen en el mundo material.
Las nuevas tecnologías de la información tienen un papel importante, pero
lo que acaba con dictaduras seculares y
lo que puede frenar las ofensivas neoliberales son las huelgas de masas de los
trabajadores.
Es en este terreno donde la prensa
revolucionaria puede desplegar todas
sus posibilidades. En las manifestaciones, las huelgas o las ocupaciones el
periódico es una herramienta de agitación mucho más ágil que Internet. No
sólo sirve para animar a los activistas
a seguir luchando, sino que mediante
el debate se les puede ayudar a generar
nuevas ideas y estrategias. Además, el
periódico permite conectar in situ a los
trabajadores en lucha, debatir y coordinarse con otros sectores movilizados
o por movilizar.
Por otra parte, el periódico revolucionario no es una suma de artículos
cualquiera, está planificado y pensado
para dar una visión determinada de
la sociedad y de las luchas según cada
contexto político. Así mismo, las ventas en la calle del periódico no son un
simple punto de venta, son actos políticos con los que contactar con las personas indignadas con las injusticias y con
ganas de luchar.
Y por último, como se ha comentado antes, el periódico revolucionario
está íntimamente unido a la organización revolucionaria. El periódico
permite a los activistas de diferentes
lugares aprender de las experiencias
de unos y otros, para aplicarlo en sus
luchas. Esto a su vez genera nuevas experiencias e ideas que pueden escribir
en el periódico, lo cual ayudará a otros
activistas. La prensa revolucionaria
bien empleada es una poderosa herramienta para impulsar las luchas y para
construir una organización revolucionaria que sea decisiva para destruir el
capitalismo.
Otoño 2011 La Hiedra 43
¿qué es la política?
¿
Qué es la política? La respuesta que a esta pregunta da el
marxismo es tan radical que
la inhabilita como otro simple “enfoque” en el estudio
de la política. El marxismo (a lo largo
del ensayo emplearé ese término para
abreviar lo que ha llegado a conocerse
como el marxismo clásico de Marx y
Engels, Lenin y Trotsky, Luxemburg y
Gramsci)1 niega que la política sea una
característica persistente de toda forma de sociedad. Además, afirma que
la política, donde si exista, no puede
estudiarse aislada del resto de la sociedad. Por último, el marxismo, por
cuanto es un programa práctico tanto
como un cuerpo de análisis teórico,
busca la abolición de la política. Obviamente, estas afirmaciones son incompatibles con la noción de una disciplina
autónoma de la política.
Para apreciar la fuerza de la opinión
marxista de la política, puede resultar
útil considerar primero otros enfoques
más convencionales. Es costumbre
pensar que la política surge y se ocupa
de un conjunto de instituciones políticas formales, que en nuestra propia sociedad son el Parlamento, el Gabinete,
las elecciones, etc. Se supone que estas
instituciones son relativamente autónomas del resto de la vida social, y por
esto se considera que la política está
sustraída del todo social.
La disciplina de la política tiende a
reflejar esta opinión. Así pues, la teoría política intenta resolver cuestiones
tales como la naturaleza de la sociedad
justa y los derechos y deberes de los
ciudadanos. Los métodos que emplea
son los del análisis conceptual y la reflexión a priori de los primeros principios. La suposición subyacente es que
existe un conjunto de problemas políticos que es tan universal que resulta
común a todas las formas de la sociedad, que la teoría política puede resolver sin llevar a cabo una investigación
empírica de los rasgos específicos de
cualquier sociedad en particular. De
manera notoria, esto ha llevado a los
pensadores políticos una y otra vez a
tratar los problemas peculiares de su
propia época y lugar como si fueran
problemas de cualquier sociedad.
44 La Hiedra Otoño 2011
Para mucha gente la política es lo que hace las instituciones y
los políticos. Alex Callinicos explica a partir del marxismo cómo
la política engloba la sociedad en su conjunto y, sobre todo, las
relaciones de clase que se dan en su interior.
La ciencia política se centra en las
instituciones políticas. Intenta revelar
la distribución del poder dentro de los
sistemas políticos actuales, pero este
estudio prosigue sin ningún intento
coherente de relacionar la distribución
del poder político con patrones más
amplios de desigualdad social y económica. Las fuerzas sociales sólo figuran
cuando chocan contra estas instituciones desde fuera, como en el caso de los
grupos de presión. El tema de moda de
los estudios de comportamiento electoral cataloga obsesivamente las preferencias políticas de los ciudadanos. Sin
embargo, sus intentos por relacionar,
por ejemplo, el fenómeno de “infidelidad partidaria” en Gran Bretaña, con
las crisis sociales, económicas y políticas de los últimos veinte años, son superficiales e indiferentes.
El marxismo desafía la suposición
básica que está tras la disciplina de
la Política, es decir, que hay un rasgo
permanente y autónomo de la sociedad llamado política. En primer lugar,
en la tradición realista de Maquiavelo
y Hobbes, el marxismo insiste en que
la política no se ocupa tanto de los
derechos como del poder. “Empezando con Maquiavelo, Hobbes, Spinoza,
Bodinus y otros de los tiempos modernos”, Marx escribió con aprobación, “la
El marxismo niega
que pueda estudiarse
la política aislada del
resto de la sociedad; su
objeto es lo que Marx
llamó “el conjunto de las
relaciones sociales”
fuerza se ha representado como la base
del derecho... si se toma el poder como
la base del derecho... entonces el derecho, la ley, etc., son sólo el síntoma, la
expresión de otras relaciones sobre las
que descansa el poder estatal”.2
De este modo, Marx declaró su falta
de simpatía por la teoría política como
se practica en la actualidad. La tarea de
la teoría no es encontrar una justificación moral o jurídica para el ejercicio
del poder político, sino entender los
procesos sociales que generan y sostienen a las instituciones y prácticas
políticas. Se rechaza cualquier distinción marcada entre la teoría política y
la ciencia política, entre la teorización
a priori y la investigación empírica. El
estudio de la política procede a la manera de otras ciencias, a través del descubrimiento de patrones causales.
Por el mismo motivo, ninguna ciencia observa sencillamente al mundo,
sin ninguna suposición acerca de lo
que es probable que descubra. El papel de la teoría es el de sentar las bases
para el estudio empírico, sugiriendo
las direcciones en las que la investigación puede ser más productiva.3
De este modo, el marxismo niega que
pueda estudiarse la política aislada del
resto de la sociedad. Su objeto es lo que
Marx llamó “el conjunto de las relaciones sociales”.4 Así, la sociedad puede
entenderse únicamente como un todo
estructurado, como una totalidad. Las
diversas formas de la vida social, la
política inclusive, son comprensibles
como aspectos de este todo. Lo que determina la naturaleza de la política es
su papel dentro de la totalidad social.
Como ya lo señalé, tal enfoque socava el concepto mismo de una disciplina
aparte de la Política. Si el marxismo
está en lo cierto, el comportamiento
político sólo puede estudiarse con la
ayuda de una variedad de disciplinas:
El capitalismo sólo es la última forma de sociedad
de clases, en la que una minoria de propietarios
se apropia de la riqueza creada por las y los
trabajadores.
la economía, la sociología, la antropología, la historia, etc. En verdad,
uno podría ir más lejos y decir que,
de acuerdo con el marxismo, sólo hay
una ciencia social que abarca e integra
todas estas disciplinas supuestamente
distintas. El nombre que los marxistas
por lo general dan a esta ciencia unificada es el materialismo histórico, el
estudio sistemático de las formaciones
sociales fundado por Marx. Esta opinión de la ciencia social no excluye la
posibilidad de especializarse en áreas
particulares, pero sí sugiere que todo
estudio limitado debe buscar constantemente colocar sus investigaciones en
el contexto del conjunto social.
La fuerza de un enfoque tan integral
al estudio de la sociedad es que desafía
la fragmentación de las ciencias sociales existentes. El intento por separar
las distintas disciplinas lleva a la creación de divisiones artificiales. Resulta
imposible entender la política británica contemporánea sin un conocimiento profundo de la historia económica
y social del país, pero esto significa
inmediatamente el traspasar los limites de la política hacia la economía, la
sociología y la historia. La misma censura se aplica a las otras ciencias sociales que pretenden serio. El intento
por reducir la economía a un cuerpo de
técnicas matemáticas carente de toda
relación con el estudio de las fuerzas
sociales y políticas ha contribuido a los
desastres del monetarismo.
Desde un punto de vista marxista,
la política debe considerarse solamente como un aspecto del conjunto social,
a estudiarse como parte de un análisis integrado de esa totalidad. De un
modo más especifico, en los términos
de Lenin, “la política es la expresión
más concentrada de la economía”.5 Las
instituciones y luchas políticas surgen,
y sólo pueden entenderse en el marco
de los conflictos básicos del conjunto
social. Estos conflictos se generan en el
nivel de lo que Marx llamó fuerzas productivas y relaciones de producción.
La opinión de Marx del conjunto social
queda expresada de la manera más sucinta, en estas famosas líneas escritas
en 1859:
“En la producción social de su vida,
los hombres entran en relaciones definidas que son indispensables e independientes de su voluntad, relaciones
de producción que corresponden a
una etapa definida del desarrollo de
sus fuerzas productivas materiales.
La suma total de estas relaciones de
producción constituye la estructura
económica de la sociedad, el verdadero fundamento del que surge una superestructura legal y política, y al que
corresponden formas definidas de conciencia social. El modo de producción
de la vida material condiciona el proceso vital social, político e intelectual
en general. No es la conciencia de los
hombres lo que determina su ser, sino
al contrario, es su ser social lo que determina su conciencia”.6
Así pues, la producción es el “verdadero fundamento” de la vida social.
La política, la ley y la cultura surgen
de esta base, pero la producción en sí
tiene dos aspectos, el material y el social. El aspecto material es lo que Marx
llama fuerzas productivas. Estas corresponden a grandes rasgos, a lo que
hoy llamamos tecnología. Los instrumentos de los que nos valemos con el
fin de producir objetos, sean la piedra
del habitante de las grutas o los robots
en las modernas plantas automotrices,
y la fuerza física, la habilidad y el conocimiento que se emplean para poner en
movimiento estos instrumentos, son lo
que constituye las fuerzas productivas
de la humanidad. En su aspecto más
básico, la historia es el registro de la
capacidad cada vez más sofisticada de
los seres humanos, para producir. Este
La explotación y la
lucha de clases son
las que proporcionan
la clave para cualquier
comprensión auténtica de
la política
proceso es lo que Marx describió como
el desarrollo de las fuerzas productivas. Desafortunadamente, la historia
no acaba ahí:
“En la producción los hombres entran en relación no sólo con la naturaleza. Producen sólo cooperando de
determinada manera e intercambiando sus actividades. Con el fin de producir, entran en contacto y relación
definida entre si y sólo dentro de estos
contactos y relaciones sociales tiene
lugar su relación con la naturaleza, su
producción.”7
Estas relaciones sociales de producción han dado lugar, durante los
últimos dos milenios, a la división de
la sociedad en clases. Una minoría
puede adquirir el control de los medios
de producción, es decir, de la tierra y
de los instrumentos de producción. Se
vale de este control para forzar a los
productores directos, la masa de la población que en realidad efectúa el trabajo de producir la riqueza de la sociedad, a llevar a cabo trabajo excedente.
En otras palabras, los productores directos, sean ellos o ellas esclavos, campesinos o asalariados modernos, se ven
obligados a trabajar, no sólo para satisfacer sus necesidades y las de cualquier
persona que pueda tener a su cargo,
también para satisfacer las necesidades (incluyendo los lujos y los medios
de librar una guerra) del dueño de los
medios de producción, sea éste amo
de esclavos, señor feudal o capitalista.
“Lo que distingue a las diversas formaciones económicas de la sociedad es el
modo en que este trabajo excedente le
es arrebatado al productor inmediato,
al trabajador”.8
Tal opinión de la sociedad de clases
coloca a la explotación, la extracción
del trabajo excedente, en su centro.
“La clase”, escribe el antiguo historiador G.E.M. de Ste. Croix, “es esen- 
Otoño 2011 La Hiedra 45
cialmente el modo en que se refleja la
explotación en una estructura social”.9
El capital de Marx es sobre todo una
demostración del modo en que el capitalismo se basa en la explotación.
El origen de las ganancias de las que
depende el capitalismo como sistema
económico, es la plusvalía extraída de
los trabajadores dentro de la producción. El capitalismo no es sino la más
reciente forma de la sociedad de clases.
¿Qué implicaciones tiene este análisis de la sociedad para el estudio de
la política? En primer lugar, sólo puede entenderse la política en el contexto
de un proceso de cambio histórico. La
explicación de Marx de las fuerzas productivas y las relaciones de la producción es dinámica. Estas dos entran en
conflicto y al hacerlo, las formaciones
sociales se ven obligadas a pasar por
un cambio: “Las relaciones sociales en
las que producen los individuos, las relaciones sociales de producción y cambio, se transforman, con el cambio y
desarrollo de los medios materiales de
producción, las fuerzas productivas”.10
Este conflicto entre fuerzas productivas y relaciones de producción
encuentra su expresión en la lucha de
clases. Las relaciones de explotación
de la producción que forman la base
de cada sociedad de clase obligan a la
clase explotada a resistirse. De este
modo, la explotación da lugar a la lucha de clases, la lucha constante entre
el explotador y el explotado. La oración
inicial del Manifiesto comunista declara: “La historia de todas las sociedades
que hasta ahora han existido, es la historia de la lucha de clases”.11 Esta lucha
de clases es “la fuerza motriz inmediata
de la historia”.12 La explotación y la lucha de clases son las que proporcionan
la clave para cualquier comprensión
auténtica de la política:
“La forma económica específica en
que se extrae el trabajo excedente no
pagado de los productores directos,
determina la relación de los gobernantes y los gobernados... siempre es
la relación directa de los dueños de
las condiciones de producción con los
productores directos... lo que revela el
secreto más íntimo, la base oculta de
toda la estructura social, y con ella... la
forma especifica correspondiente del
Estado”.13
Siempre debe rastrearse la política
hasta su “base oculta” en la lucha de
clases. Marx mismo observó este precepto con el mayor éxito, en sus escritos sobre Francia, que incluyen obras
maestras de análisis histórico-político
tales como El dieciocho brumario de
Luis Bonaparte. Sin embargo, y más
que eso, precisamente porque la política surge de la lucha de clases, es un
fenómeno histórico transitorio.
Para ver por qué es adyacente la
existencia de la política con la de las
clases, consideremos algunas de las
decisiones rivales de la política. Una
definición así, expresada por Albert
Weale, es la de la política como un proceso de elección colectiva, como una
actividad en la que se combinan los
individuos para llegar a una decisión.
Sin embargo, tal definición no deslinda
la política, como de todas maneras se
entiende por lo general, de otros procesos de elección colectiva. Weale no
afirma otra cosa. Simplemente sugiere
que concebir la política como una elección colectiva, aclarará algunos problemas distintivos. Existen, sin embargo,
características de la política diferentes
a la toma de decisiones. Una, la exis-
La explotación de las sociedades de clases dan lugar a la lucha de clases, la batalla entre el explotador y
el explotado que es el motor de la historia.
46 La Hiedra Otoño 2011
tencia de conflictos de interés entre los
individuos o grupos, puede llegar a caber en la definición de Weale. Una segunda, la fuerza o coerción, no puede,
y Peter Nicholson sugiere que la fuerza
es lo que distingue a la política como
actividad social. Concebir la política
como coerción destaca marcadamente
un tercer punto, las desigualdades de
poder entre los diferentes individuos y
grupos.
NOTAS:
Alex Callinicos nació en Harare
(Zimbabwe) el 24 de Julio de 1950. En
1973 se licenció en filosofía, política y
economía en la Universidad de Oxford,
y en 1979 obtuvo de la misma universidad un postgrado en literatura y humanidades. Entre sus libros más conocidos figuran Marxism and Philosophy
(1983), Las ideas revolucionarias de
Karl Marx (1983), Making History
(1987), The Revenge of History (1991),
Contra el Postmodernismo. Una crítica marxista (1991), Social Theory. A
historical introduction (1999), Igualdad (2000), Contra la tercera vía
(2001) y Un Manifiesto Anticapitalista (2003). Escribe regularmente en el
semanario británico Socialist Worker,
la revista mensual Socialist Review y la
revista trimestral International Socialism, de cuyo consejo editorial forma
parte. Es miembro de la dirección del
Socialist Workers Party de Gran Bretaña. La primera edición de este folleto
fue realizada durante Marzo de 2006
pero este trabajo fue publicado por primera vez como ‘Marxism and Politics’,
en A. Leftwich, ed., What is Politics?,
Oxford: Blackwell, 1984.
1. Véase “What is the Real Marxist
Tradition?”, de J. Molyneux, en International Socialism 2:20 (1983).
2. De K. Marx y F. Engels, Collected
Works (50 vols., Londres, 1975) (En
adelante citado como CW), V. pp. 322
y 329.
3. Véase Philosophical Papers, de I.
Lakatos (Cambridge, 1978).
4. CW, V, p. 4.
5. De V.I. Lenin, Collected Works
(Moscú, 1965), XXXII, p. 32.
6. De K. Marx y F. Engels, Selected
Works (3 vols., Moscú, 1973) (en adelante citado como SW), I, p. 503.
7. CW, IX, p. 211.
8. De K. Marx, Capital I (Harmondsworth, 1976), p. 325.
9. The Class Struggle in The Ancient Greek World, de G.E.M. de Ste.
Croix (Londres, 1981), p. 51.
10. CW, IX, p. 212.
11. Ibid., VI, p. 483.
12. SW, III, p. 94.
13. De K. Marx, Capital III (Moscú,
1971), p. 791.
:
s
a
ñ
e
res
Lo mejor del #15M
en la red
C
omo en todos los eventos históricos en los que se da una
participación social masiva,
en torno al 15M se ha producido, en una franja de tiempo
de tan sólo varios meses, una explosión
de reflexiones, artículos, crónicas y libros. Especialmente sorprendente ha
sido la rapidez de autores y editoriales
en lanzar a la venta libros que conectan de manera directa o indirecta con
el movimiento, explicando su papel
histórico, el impacto en la política estatal e internacional o la amplia base
de acontecimientos sociales y políticos
que han gestado las condiciones para
la explosión de los indignados. Xavier
Domènech (historiador y profesor de
la Universitat Autónoma de Barcelona), en su artículo “Dos lógicas de
un movimiento: una lectura del
15-M y sus libros”1 revisa la eclosión
literaria en torno al 15M y las diferentes
perspectivas (emocional, genealógica,
contextual) que diferentes autores desde dentro y fuera del movimiento han
abordado con vivaz rapidez editorial.
Domènech, en su reseña libre de estas
obras recientes, advierte una y otra vez
sobre las actitudes que pretenden destilar una rápida teoría del nacimiento
y evolución del 15M, saliendo al paso
de un fenómeno que nadie esperaba y
cuyas formas nadie podía prever: “…no
se puede permitir que el afán de escribir ahora demasiado rápidamente nos
impida de nuevo saber que nada está
escrito. No sabíamos si pasaría o no,
lo deseábamos pero no lo sabíamos,
y cuando pasó no pasó como nadie
había imaginado y nos gustó precisamente por esto. Pensar sobre ello nos
da herramientas, pero establecer legitimidades o principios inmutables no
parece que nos puede ayudar mucho
a andar.” Sin embargo, la innumerable cantidad de reflexiones acerca del
15M en la red es especialmente rica en
crónicas, genealogías y análisis contextuales, pero pobre en planteamientos
de análisis que nos “ayuden a andar”.
Son por eso destacables aquellos pocos
Miguel Sanz realiza un
breve repaso de los artículos
más interesantes desde el
punto de vista de los y las
activistas organizadas en en el
movimiento.
“
Son destacables aquellos
pocos artículos que
quieren aportar una
argumentación estratégica
para los que ansían
conocer la dirección hacia
donde caminar
”
artículos que, aun sabiendo lo arriesgado de la empresa, quieren aportar una
argumentación estratégica para los que
desde dentro del movimiento ansían
conocer la dirección hacia donde caminar. Es obvio que sólo aquellos autores
y activistas implicados individualmente o a través de sus organizaciones en
la construcción “multifrentes” del 15M
pueden arrojar luz sobre las potencialidades del movimiento, cómo desarrollarlas y en qué dirección. Ya en el mes
de junio, tras la jornada de movilización del 19J (que resolvió de un plumazo las dudas sobre la continuidad del
movimiento) pudimos leer el artículo
de Miguel Romero “19J: Himno a la
alegría”2 , donde además de realizar
una interesante descripción de la evolución del movimiento desde el 15 de
mayo hasta el 19 de junio, plantea las
transformaciones que estaban ya ayudando o podrían ayudar a dar pasos
cualitativos en la configuración de la
lucha del 15M: consolidación de la descentralización en barrios, bloqueo de
desahucios y, sobre todo, la orientación
hacia el movimiento obrero. Este asunto de la relación entre la lucha laboral
y el 15M es subrayado en los artículos
procedentes del ámbito de la izquierda
anticapitalista, especialmente los publicados en nuestra web (“El 15M y la
clase trabajadora: de la revuelta a
la victoria”3 ) y, más tímidamente en
algunos artículos publicados en la web
de Izquierda Anticapitalista, en cuya
Universidad de Verano pudo tratarse
abiertamente este debate (ver “El retorno de la cuestión social. Las relaciones entre el 15M y los sindicatos. Foro debate II Universidad
Verano IA”4 ).
La preocupación por la vinculación
entre el movimiento obrero y el 15M
en el ámbito de las organizaciones implicadas en el movimiento no ha sido
estéril. La multiplicidad de comisiones
de trabajo dedicadas a la materia laboral y el apoyo a los conflictos laborales en la mayoría de núcleos locales y
asambleas del 15M dan buena prue- 
Otoño 2011 La Hiedra 47
reseñas:
ba de ello. Sin embargo, otras posiciones dentro del movimiento inciden en
lo agotado de esta perspectiva e intentan desarrollar planteamientos estratégicos anclados en la potencialidad
‘constituyente’ del movimiento 15M.
Con poco tiempo transcurrido desde
el estallido del movimiento, el afamado intelectual Toni Negri realizó una
escueta exposición de sus pensamientos sobre el 15M, planteando de forma
pionera esta visión. En sus “Reflexiones acerca del 15M”5 , Negri subraya la convergencia de sectores sociales
en función de sus diferentes conflictos
económico-identitarios en el seno del
15M. La insistencia en el ‘trabajo inmaterial’ (una categoría en referencia
permanente a la reestructuración del
sistema industrial capitalista y la importancia creciente del trabajo intelectual en contraposición al manual) parece querer insistir -aunque de forma
velada- en la importancia del sector
juvenil de trabajadores dedicados a labores no manuales y con una relación
discontinua –precaria- con el mercado
laboral. La insistencia de Negri en la
centralidad del ‘precariado’ representa
un desafío velado a la perspectiva de
ubicar a la clase trabajadora organizada, como conjunto definido, en el centro de las movilizaciones. Para Negri,
la explotación por parte del capital de
la información generada dentro y fuera
de los márgenes del sistema productivo conduce a la exaltación de nuevos
sujetos de cambio, que según su interpretación, están bien representados
en el 15M. Es evidente que, si alguna
categoría ha tenido presencia en este
movimiento desde su inicio, es la de los
trabajadores y trabajadoras precarias
jóvenes, pero insistir en su dominancia
en las asambleas y en qué medida se
inter relaciona con otros sectores dentro del movimiento no deja de ser un
ejercicio meramente descriptivo carente de valor estratégico. Es así porque la
disección realiza por Negri en estas Reflexiones desemboca en una suerte de
previsión sobre la evolución del movimiento con dos categorías contrapuestas: o el movimiento se consolida como
un contrapoder o acaba desembocando en un poder constituyente. Ambas
previsiones son de escasa utilidad si no
van acompañadas de propuestas tácticas que permitan iluminar el camino a
recorrer desde dónde nos encontramos
ahora hasta la transformación de este
movimiento en algo mucho más sólido como un contrapoder o un poder
constituyente.
48 La Hiedra Otoño 2011
reseñas:
Las previsiones de Negri constituyen un intento por aclarar cuál será la
trayectoria del 15M, pero se despliegan
aparentemente en un contexto vacío,
donde la evolución del movimiento tan sólo dependerá de sí mismo o
como máximo, de su interacción con
un escenario económico que seguro
irá a peor. La introducción en los análisis sobre el 15M del contexto político
estatal e internacional en el que este
movimiento viene desarrollándose
es un ejercicio poco practicado por la
pléyade de autores y activistas que lanzando artículos en estos meses. Jaime
Pastor, en su artículo aparecido en Le
Monde Diplomatique en el mes de julio “Otra política es posible. Otra
izquierda es necesaria”6 , realiza
la labor de hilar lo que está sucediendo en la espiral del movimiento con
Es evidente
que, si alguna
categoría ha tenido
presencia en este
movimiento, es la
de los trabajadores
y trabajadoras
precarias jóvenes,
pero insistir en su
dominancia en las
asambleas no deja
de ser un ejercicio
meramente
descriptivo carente
de valor estratégico
los acontecimientos políticos que dan
marco a las movilizaciones iniciales:
la debacle electoral del PSOE el 22 de
mayo, el auge de la izquierda en Euskal Herria y la ausencia de un referente
político de izquierdas en el plano estatal. Especialmente destacado resultan
los comentarios en torno a este último
elemento, la relación entre el 15M y
el proceso de recomposición de la izquierda a nivel estatal. Meritorio resulta por parte de Pastor el abordar con
claridad –y al mismo tiempo con precaución- el debate incipiente entre la
participación política de la izquierda y
los activistas del movimiento: “Porque
parece incuestionable la centralidad de
este movimiento en el nuevo ciclo que
por fin se abre y, a la vez, sería destructivo para él convertirlo en campo de
confrontación o instrumentalización
por parte de diferentes corrientes políticas. Más bien, habría que apostar por
que siga descubriendo nuevas grietas
en el sistema para así ir abriendo brechas que contribuyan a la construcción
progresiva de un bloque social, político
y cultural contrahegemónico frente al
bloque actualmente hegemónico y en
ascenso de la derecha.”
Es difícil prever cual será la evolución del 15M pero los horizontes no
pueden levantarse a partir de una previsión en la que el movimiento seguirá
creciendo y fortaleciéndose de forma
perpetua. Por eso el debate sobre los
resultados a medio y largo plazo del
movimiento y su relación con la reconstrucción de la izquierda estatal son de
importancia estratégica. A su vez, el elemento táctico y subjetivo que sigan las
y los participantes en este movimiento
será decisivo respecto a esto.
Seguiremos de cerca cual son los
análisis y propuestas que desde la red
sigan abriendo el debate de hacia dónde debemos caminar.
NOTAS:
1. En castellano: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=4341 y
en catalán http://www.inicis.blogspot.
com/
2. http://www.rebelion.org/noticia.
php?id=130850.
3. http://www.enlucha.org/
site/?q=node/16144
4. http://www.anticapitalistas.org/
El-retorno-de-la-cuestion-social
5. http://www.kaosenlared.net/
noticia/reflexiones-acerca-del-15m
6. http://www.vientosur.info/documentos/Art.%20LMD%20_3_.pdf
Libro
No pasarán…
aunque lleven
trajes. La
lucha contra
la extrema
derecha hoy
VV.AA. Coord. David Karvala
Ediciones “La Tempestad
Habréis oído la frase “un
libro es un arma”. No me
cabe la menor duda de que
este libro sí lo es.
Pese a ser una recopilación de textos de diversos
autores, la coordinación y
el orden de los mismos por
parte de Karvala les da coherencia y les complementa:
habla del fascismo como un
problema de plena actualidad, no como un recuerdo
del pasado. Está ahí, crece y
es hora de luchar contra él.
Para tantos que ven los
horrores de los campos
nazis como algo del pasado
e irrepetible en la actualidad, hechos como los
sucedidos recientemente en
Noruega quizás le inviten
a una reflexión y es bueno
recordar que en el pasado
grupos reducidos, a los
que se despreciaba como
insignificantes, crecieron
en pocos años hasta llegar a
ser lo que fueron. Es bueno,
por eso, el recuerdo de qué
es el fascismo que agrupa
en una primera sección
textos de Joel Sans sobre el
fascismo en la Alemania y
la Italia de entreguerras, de
Alejandro Andressi sobre
el caso español de la misma
etapa y de Pau Alarcón que
hace un repaso del fascismo
moderno europeo.
En una segunda sección,
Miguel Urban analiza la
actualidad del fascismo en
el caso del Estado español;
Higinia Roig, el ascenso de
Plataforma per Catalunya;
Jaume Botey, las políticas
racistas; y Abdennur Prado,
lo qué supone ser musulmán en el Estado español.
Os encontraréis la creencia extendida de que es útil
la lucha contra el racismo
pero que no tiene sentido
hablar de fascismo e incluso
que es hacer propaganda
de grupos minoritarios. No
solo sectores de izquierda
institucionalizados minusvaloran el riesgo. En la
revista Viento Sur, siempre
coherente en este aspecto,
Enzo Traverso reconoce
el riesgo del fascismo en
Europa del Este pero dice a
continuación: “En Europa
occidental, sin embargo, el
“Sin algún éxito
contra las causas
que sirven de
abono al fascismo
(el paro, los
recortes de todo
tipo a los sectores
más humildes) no
podremos parar su
avance. ”
fascismo es prácticamente
inexistente, como fuerza
política organizada…”.
¿Estamos ante una derecha
“desfascistizada” que toma
la forma del populismo,
como dice Traversa, o un
fascismo actualizado “que
lleva trajes” como defiende
el libro?
En su tercera sección,
Karvala analiza las distintas
estrategias seguidas por la
izquierda para hacer frente
a la amenaza fascista; y Sylviane Dahan y Lluis Rabell,
los límites de la experiencia
de SOS Racisme en Francia.
Después, se analizan las
experiencias del movimiento antifascista en Alemania,
Gran Bretaña y el Estado
español.
En la conclusión, se
responde a varias de las
objeciones con que tropieza
el militante que trabaja por
construir un frente único
antifascista para frenar el
crecimiento de la extrema
derecha.
La amplitud de este frente es otro debate. Algunos
sectores rechazan a todo
grupo u organización controlada por el reformismo a
modo de la experiencia de
los frentes populares (alianzas políticas de partidos y
sindicatos obreros con partidos de la burguesía). Esto
puede llevar, sin embargo,
a quedarnos reducidos a
una unión testimonial de
siglas de extrema izquierda
y, consiguientemente, al
aislamiento. En la experiencia particular de Vilanova
en Catalunya donde varias
activistas hemos sufrido
agresiones a manos de Plataforma per Catalunya, la
participación en Unitat contra el Feixisme i el Racisme
- Garraf de entidades culturales, folclórico-populares,
deportivas, organizaciones
de inmigrantes, sindicatos,
asociaciones musulmanas
(incluida la relación con
la mezquita) nos permitió
organizar una protesta de
2000 personas en la que
participaron los distintos
candidatos a las elecciones
municipales. Hechos como
los de Noruega aclaran que
los enemigos para los fascistas no son solo la izquierda
radical.
En el contexto del libro
hay -bajo mi punto de vista- una excesiva confianza
en que después de 40 años
de franquismo basta con
descubrir que, detrás de los
trajes, están los viejos fascistas de siempre para que
los trabajadores no caigan
en sus redes. En mi opinión
necesitamos usar contra el
fascismo también la unidad
en la lucha por los problemas sociales. Sin algún
éxito contra las causas que
sirven de abono al fascismo
(el paro, los recortes de todo
tipo a los sectores más humildes) no podremos parar
su avance.
Otro punto que levanta
muchas reticencias, quizás
insuficientemente tratado,
es la conquista de la calle.
Para los fachas las demostraciones de fuerza, el
atemorizar a la población,
son esenciales. No podemos
regalarles la calle. El tema
es conflictivo porque tiene
que quedar muy clara la
diferencia entre una postura
de no ceder la calle y una
pelea de “bandas” que nos
aísla. La mejor vacuna contra este problema la conseguimos precisamente con la
amplitud del frente y con las
movilizaciones masivas.
¡Nos vemos en la
barricada!
César Aragón, militante
de Revolta Global-Esquerra Anticapitalita.
Otoño 2011 La Hiedra 49
reseñas:
las ideas son armas...
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Libro
Actualidad
histórica de la
ofensiva socialista: Alternativa al parlamentarismo
Itsván Mészáros,
Viejo Topo, 2011
173 pág.
Itsván Mészáros, de origen
húngaro, es sin lugar a dudas
uno de los filósofos marxistas
más importantes de nuestra
época. Discípulo de Georg
Lukács, trabajó con él durante
siete años hasta que decidió
abandonar Hungría en 1956,
a raíz de la invasión soviética.
A continuación se afincó
en Gran Bretaña, donde en
la actualidad es profesor
emérito de la Universidad de
Sussex.
Mészáros es autor de numerosos ensayos, entre ellos Más
allá del capital (1994), resultado de más de dos décadas
de intensa reflexión sobre la
sociabilidad contemporánea y
la lógica que la gobierna. Otro
título suyo ganó el Premio
Libertador al Pensamiento
Crítico 2008 que otorga el
Gobierno de Venezuela.
Pese a que el lenguaje de
Mészáros suele ser bastante
exigente y sus trabajos no
son fáciles de leer, la tesis de
su último libro, Actualidad
histórica de la ofensiva
socialista, es simple y clara
desde el principio: la única
forma de escapar a las
gravísimas consecuencias de
la crisis actual es atender a la
ineludible necesidad de que
50 La Hiedra Otoño 2011
las clases trabajadoras pasen
de una actitud puramente
defensiva a una ofensiva. La
única forma de efectuar este
paso es que el movimiento
obrero deje de concebir el
parlamento como el lugar
central de la transformación
social.
La presentación de esta tesis
ocupa, a modo de extensa
introducción, la primera parte
del libro. La segunda parte
está dedicada a desarrollar
los argumentos expuestos con
anterioridad. Así, Mészáros
explica que, aunque el capitalismo siempre ha estado
sumido en crisis cíclicas, desde los años 70 las crisis se han
convertido en estructurales.
Para el autor, el capitalismo
está entrando en conflicto
con sus propios límites, en
un período de recurrentes
crisis económicas, sociales,
militares y medioambientales.
Es más, la “muerte del
estado del bienestar” está
conduciendo a una verdadera
“crisis de dominación” que
afecta a todas las esferas de la
sociedad, convirtiéndose también en una crisis de todas las
instituciones políticas.
Y, sin embargo, en este momento de cambio histórico,
el movimiento obrero –en
palabras de Mészáros– “se
ve obligado a defender sus
intereses no sólo con una sino
con las dos manos atadas a la
espalda. Una de ellas amarrada por fuerzas abiertamente
hostiles a los obreros y la
otra por sus propios partidos
reformistas y los dirigentes de
los sindicatos”. En efecto, ni
el surgimiento de la socialdemocracia ni el “Compromiso
Histórico” de los partidos
comunistas italiano y francés
han llevado a la mejora gradual de las condiciones de las
clases trabajadoras; más bien
al contrario, los más de cien
años de adaptación a las “reglas democráticas del juego
parlamentario” han conducido a que la clase obrera haya
sido “totalmente privada de
sus derechos políticos”.
Todo ello no se debe simplemente a traiciones o ambiciones personales, sino que es la
consecuencia de una concepción errónea sobre el poder
capitalista. El parlamento
nunca será un medio para
acabar con el capitalismo; ni
siquiera sirve para elevar el
nivel de vida a través de demandas parciales, puesto que
–como estamos viendo– en
cualquier momento el propio
parlamento puede anular
tales concesiones. Esto es así
porque el verdadero poder
reside fuera del parlamento:
se trata del ejército, la policía,
las empresas.
“El capital es la fuerza extraparlamentaria por excelencia
“Si el poder
reside fuera del
parlamento, la
lucha para derrotar
al capitalismo
debe tener lugar
principalmente
fuera del
parlamento”
en nuestro orden social”,
repite Mészáros insistentemente. A pesar del espejismo
mistificador que ofrecen las
elecciones democráticas,
la realidad es que hay una
distancia inmensa entre el
poder económico de aquellos
que ostentan la “propiedad
exclusiva” sobre los medios
de producción, y la mayoría
de las sociedad que no tiene
más remedio que sobrevivir
trabajando para ellos. Así,
esta separación entre la
igualdad política formal y la
desigualdad económica real
implica que el parlamento
no puede ser un medio para
enfrentarse a los intereses del
capital. Además, esta separación entre política y economía
se refleja en el movimiento
obrero, dividido entre un
“brazo político” (los partidos
de izquierda institucionales)
y un “brazo económico” (los
sindicatos).
Aquí radica la idea básica de
este breve libro de Mészáros.
Si el poder reside fuera del
parlamento, la lucha para
derrotar al capitalismo debe
tener lugar principalmente
fuera del parlamento. La
única forma de pasar a
la “ofensiva socialista” es
construir un movimiento
revolucionario de masas que
tenga demandas parciales,
pero sobre todo un objetivo a
largo plazo; un movimiento
extraparlamentario que luche
en los puestos de trabajo,
que supere la división entre
política y economía, haciendo
que los trabajadores utilicen
su poder económico como los
verdaderos productores de
la riqueza de la sociedad que
son; un movimiento, finalmente, que no tema hablar
sobre la necesidad de acabar
con el estado para construir el
socialismo desde abajo.
Albert García
Si quieres suscribirte envía tus datos a:
[email protected]
Contra el capitalismo…

El capitalismo produce desigualdad, opresión, hambre,
destrucción mediombiental y guerra. Para mantenerse, nos
explota cada vez más a los trabajadores de todo el mundo, y
nos da a cambio cada vez menos.
Por la solidaridad…

El sistema intenta enfrentarnos los unos contra los otros, con
el racismo, el sexismo, la homofobia, las divisiones nacionales.
Tenemos que luchar con todo tipo de opresión. Esto significa,
entre otras cosas, defender la liberación de la mujer y de la
gente LGTB, oponernos a los controles de inmigración, dar
apoyo al derecho de autodeterminación para los pueblos...
Por la revolución…

La única forma de acabar con el capitalismo y lo que conlleva
es una revolución desde abajo. Apoyamos las reformas pero no
son suficiente. Los intentos por arreglar el mundo desde arriba
-el estalinismo en los paises denominados ‘comunistas’, las
luchas guerrilleras...- con todas sus diferencias, no produjeron
el nuevo mundo que buscamos, sino sólo una versión diferente
del capitalismo. La derrota de la Revolución Rusa demuestra
que hace falta una revolución internacional para acabar con la
explotación.
Dentro del movimiento…

Formamos parte del movimiento anticapitalista y luchamos
contra el neoliberalismo y la crisis. Participamos en las luchas
de la clase trabajadora, así como en la lucha por democratizar
nuestros sindicatos. Queremos unir las diferentes luchas,
unir los movimientos. El anticapitalismo necesita a los
trabajadores, y los trabajadores necesitan el anticapitalismo.
Ser revolucionarios y revolucionarias significa que somos parte
activa del movimiento, impulsándolo cuanto podemos.
…Organicémonos!

Las personas que compartimos la visión de una revolución
desde abajo y del socialismo autogestionado y radicalmente
democrático, debemos unirnos y organizarnos. Así podemos
contribuir mejor, con movilización y con ideas, a impulsar la
lucha por el otro mundo que queremos. Por eso necesitamos
un partido revolucionario. En Lucha está lejos de ser este
partido pero si estás de acuerdo con nosotros, únete a En
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
Otoño 2011 La Hiedra 51
por Daisy Farnham
Textos anticapitalistas
La Revolución Egipcia
La revolución egipcia le ha dado un golpe
gigante al capitalismo y al imperialismo, así
como un impulso masivo a todos los movimientos contra el neoliberalismo y la crisis. En
ausencia de información en los medios sobre la
revolución que se desarrolla en Egipto, el folleto de Sameh Naguib ofrece un análisis clave
para entender los hechos de enero de 2011 y las
luchas que siguen actualmente en las calles y
centros de trabajo.
Naguib nos cuenta el desarrollo de la revolución, sus retos y sus victorias contra el dictador
Mubarak y su brutal régimen neoliberal. La
gente formó comités populares para coordinar
la revolución y estableció una federación de
nuevos sindicatos independientes del estado.
Superó una fuerte campaña contra la revolución del régimen y los medios, así como la
violencia brutal de la policía y los mercenarios del dictador, que asesinaron a casi 1.000
protestantes.
Pero en una cuestión de solo 18 días, la gente
normal obligó a Mubarak a huir del país. Así, la
gente corriente fue consciente de su capacidad
de tomar el control sobre sus propias vidas y
cambiar la sociedad
radicalmente. Se calcula que 15 millones
de personas participaron en la oleada
de manifestaciones,
ocupaciones y huelgas
masivas.
Como Naguib explica, estos hechos
no vinieron de la
nada. Al contrario de
lo que nos dicen los
medios —que fue una
revolución por Facebook—, la revolución
es el resultado de
una década de auge
de luchas y huelgas
contra el conjunto del neoliberalismo, el imperialismo de EEUU,
la represión y el empeoramiento
de las condiciones de la vida de la
mayoría de la gente.
“La clase
La clase trabajadora jugó un
papel clave en la caída de Mubatrabajadora ha
rak. Cuando la gente trabajadora
experimentado la
llevó las manifestaciones de las
democracia desde
plazas a sus centros de trabajo
abajo y anhela una con huelgas y ocupaciones, perjudicó seriamente los intereses de la
revolución capaz
clase dirigente y Mubarak se vio
de crear cambios
obligado huir.
materiales en sus
condiciones de
vida”
52 La Hiedra Otoño 2011
La lucha continúa
La gente sabe que la nueva
Junta Militar no representa la
democracia por la que lucharon. La integran los
antiguos ministros de Mubarak y ya ha prohibido las manifestaciones, las huelgas y ha asesinado a protestantes. Encima ha impulsado un
programa neoliberal, igual que el culpable del
empobrecimiento del pueblo egipcio.
Ante esto, el movimiento revolucionario se
ha dividido. La parte burguesa, que solo quería
una revolución política —una democracia formal y el mantenimiento del mercado libre—,
ha chocado con la clase trabajadora, que ha
experimentado la democracia desde abajo y
anhela una revolución capaz de crear cambios
materiales en sus condiciones de vida. Naguib
señala que “la libertad para el/la trabajadora no
solo significaba el derecho a votar o la libertad
de expresión; también significaba la libertad
de vivir sin hambre, inseguridad y la amenaza
constante del desempleo”.
Así, la población egipcia no ha dejado de
luchar, a pesar de la prohibición de protestas,
la violencia del estado y la presión de la vuelta
al trabajo para “salvar la economía egipcia”. De
hecho, la caída de Mubarak le dio un impulso
enorme a las luchas: ha habido más de 1.000
huelgas en los 6 meses tras su derrumbe.
Los comités populares y los nuevos sindicatos siguen con la revolución social para “sanear” la sociedad, lo que implica cambios en la
estructura socioeconómica. En un hospital y un
ayuntamiento la gente trabajadora ha echado
a su gerente y ha elegido a sus representantes.
El “saneamiento” mezcla lo político y lo económico de forma crucial; dos complementos
claves para la profundización de la revolución.
La exigencia de medidas contra la corrupción
va junto a la demanda de un salario mínimo y
mejores condiciones.
Sin embargo, quienes han perdido su poder
están luchando ferozmente para recuperarlo.
Naguib explica como la clase dirigente intenta
dividir a la población con la violencia, el nacionalismo y el sectarismo religioso. Por otro
lado, señalando la amenaza de la revolución
para el capitalismo internacional, las potencias
occidentales junto al FMI y el Banco Mundial
han prestado casi 25 mil millones de dólares,
condicionados a un programa económico de
liberalización y privatización.
Ante la organización de quienes pretenden
frenar la revolución, los y las revolucionarias
tienen que estar muy organizadas. Con un
sistema mundial en crisis, Naguib subraya la
importancia de los partidos revolucionarios
internacionalistas para coordinar y extender la
resistencia, para conseguir la democracia y la
verdadera libertad. Como señala, “por primera
vez en décadas, literalmente tenemos un mundo que ganar”.
La Revolución egipcia, nuevo folleto de En lucha,
(2,40 euros). Un análisis político realizado por
Sameh Naguib, testigo del proceso.