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Title: La reconfiguración comercial de los países emergentes: ¿una
nueva inserción del Sur?
Participants: Elda Viviana Tancredi, Fernanda González Maraschio (Universidad
Nacional de Lujan)
Tags: Geography - Emerging Markets - Developing Countries
Abstract
Tras la consolidación de los BRICS, con China como motor indiscutido, un número
creciente de países tradicionalmente periféricos se han reposicionado en el mapa
económico global a partir de un crecimiento sostenido e incremento en la participación
en la economía mundial, en especial en los flujos comerciales. Ello ha ido cambiando,
según la UNCTAD, la vieja geografía del comercio internacional, conduciendo incluso
a la necesidad de repensar ajustes del enfoque “centro-periferia” que expliquen la
evolución hacia un nuevo orden económico internacional multipolar donde los países
emergentes se consolidan como zona dinámica de crecimiento. Sin embargo, resulta
importante mostrar cierta prudencia ante la evolución desigual entre las distintas
regiones en desarrollo y los distintos países ya que las presiones hacia la polarización
siguen marcando las relaciones económicas mundiales. En este trabajo se describirán, a
partir de información estadística provista por organismos multilaterales, las principales
tendencias del comercio mundial desde la posguerra, con el objetivo de comprobar si
efectivamente este nuevo escenario comercial plantea un corrimiento del foco hacia el
Sur con una sostenida inserción de ciertas economías, la calidad de dicha inserción y las
perspectivas que presenta para la periferia que aún continúa con un patrón de
exportación primarizado.
Introducción: periferias emergentes, nuevas y viejas geografías.
La noción de “economías emergentes” ha sido utilizada durante la primera década del
siglo XXI para denominar a los países en desarrollo o periféricos con creciente
protagonismo en la economía mundial. Específicamente, un grupo destacado de estas
“economías en crecimiento”, con los BRICS como caso emblemático y con China como
motor indiscutido, ha incrementado significativamente su participación en el comercio
internacional, impactando en la inserción del “Sur” en los flujos mundiales y su
posición en el mapa económico global.
En este sentido, promediando la década del 2000, algunos organismos multilaterales del
desarrollo como la UNCTAD, sostenían la conformación de una “nueva geografía del
comercio Internacional” (UNCTAD, 2004) frente a una “vieja geografía” definida por
patrones asimétricos y desarrollo desigual, implicando la necesidad de repensar ajustes
del enfoque “centro-periferia” que permitiesen explicar la evolución hacia un nuevo
orden económico internacional multipolar. En esta “nueva geografía” los países
emergentes se consolidan como zona dinámica de crecimiento y el Sur se desplaza
desde la periferia de la economía mundial y del comercio, con cambios en los patrones
tradicionales de la división internacional del trabajo. Así, “la vieja geografía del
comercio internacional, donde el Sur ha servido como hinterland de recursos y
mercados cautivos para los bienes terminados del Norte, está cambiando. El peso del
Sur en el comercio global y los flujos comerciales ha crecido dramáticamente en las
últimas dos décadas. No todos los países en el Sur han sido capaces de tener su lugar
en este viaje pero aun entre algunos de los más pobres se dan indicadores de una mejor
actuación lo que da razones de optimismo” (UNCTAD, 2004:1)
Más allá de este optimismo resulta importante mostrar cierta prudencia ante la
evolución desigual entre las distintas regiones en desarrollo y los distintos países, ya
que las presiones hacia la polarización siguen marcando las relaciones económicas
mundiales. Un análisis exhaustivo de la calidad de dicha inserción, puede evidenciar lo
restringido y coyuntural de la noción de “nueva geografía”, así como su contracara a
partir de tendencias más pesimistas como la “reprimarización” y la “inmergencia”.
En este trabajo se describirán, a partir de información estadística provista por
organismos multilaterales, las principales tendencias del comercio mundial desde la
posguerra, con el objetivo de comprobar si efectivamente este nuevo escenario
comercial plantea un corrimiento del foco hacia el Sur con una sostenida inserción de
ciertas economías, la calidad de dicha inserción y las perspectivas que presenta para la
periferia que aún continúa con un patrón de exportación primarizado.
La creciente participación de las economías emergentes
Desde el inicio del nuevo siglo, las economías emergentes han crecido a un ritmo muy
superior al de las economías desarrolladas. Según estimaciones del Fondo Monetario
Internacional, la tasa media de crecimiento del PIB en las dos últimas décadas fue de un
2,9% en las economías avanzadas y de un 3,6% en las emergentes. Para el período
2000-2010, las tasas medias fueron notablemente diferentes, siendo de un 1,9 % en
economías avanzadas y de un 6,2 % en las emergentes, diferencia que se mantendría
entre los años 2011 y 2015 (6,6 % en las emergentes y 2,5 % en las avanzadas) (ICTSD,
2011:1). Dada la notable desaceleración durante 2012, “lo que hasta ahora había sido
una recuperación a dos velocidades, fuerte en las economías de mercados emergentes y
en desarrollo pero más débil en las economías avanzadas, está convirtiéndose en una
recuperación a tres velocidades. Las economías de mercados emergentes y en
desarrollo mantienen su dinamismo, pero las avanzadas parecen haber llegado a un
punto de bifurcación entre Estados Unidos y la zona del euro” (Fondo Monetario
Internacional, 2013: xiii).
En este crecimiento tienen importancia ciertos factores macroeconómicos y territoriales,
entre los que pueden señalarse la participación en la economía mundial superior al 1%,
una creciente apertura comercial y financiera, la potencialidad brindada por una gran
extensión territorial y demográfica, una marcada estabilidad política e institucional. En
las economías emergentes se concentra la mayor parte de la población mundial y las
tasas de crecimiento demográfico son superiores a las de los países avanzados, por lo
que se estima que para el año 2015 concentrarán más del 85% de la población mundial.
Y al igual que la integración comercial, su integración financiera, impulsada por la
inversión extranjera directa, se ha acelerado notablemente en la última década. Mientras
que en 1990 estos flujos se movían exclusivamente en sentido norte-norte, concentrando
en las regiones avanzadas el 99 % de las salidas y el 87 % de las entradas de capitales,
los flujos van cambiando su orientación y, para el año 2010 solo el 47% de las entradas
netas de IED se encuentran en las economías desarrolladas, mientras que un porcentaje
igual se dirige a las Economías en desarrollo y un 6% a las Economías en transición. Y
si bien el origen de los flujos de IED continúa concentrado en los países desarrollados
(74% de las emisiones), es de destacar el aumento de la participación de los países en
desarrollo y en transición, que han duplicado su participación al 26% en 2011 durante
última década (resaltando como es esperable la importancia de Asia). Este avance
gradual, pero continuo de los países en desarrollo sería una de las características
centrales de los flujos de IED en los próximos años (CEPAL, 2012:30)
Algunos autores interpretan estas transformaciones como manifestaciones de una
evolución hacia un orden económico internacional multipolar, en el que los países
emergentes desempeñan un papel trascendental y se consolidan como la zona más
dinámica de crecimiento del mundo. Para Rosales (2009), la magnitud de las
transformaciones podría conducir incluso a la necesidad de repensar algunos ajustes del
enfoque “centro-periferia”, en tanto ya no permite explicar la creciente presencia de
países en desarrollo competitivos que incursionan en los segmentos dinámicos de la
economía mundial y son portadores del cambio tecnológico, representando el grueso del
crecimiento del producto interno bruto mundial, una porción significativa del comercio
internacional y desempeñando un papel cada vez más importante en la mantención de
los equilibrios económicos globales. “…la experiencia de China y varias economías
asiáticas demuestra que la convergencia con los niveles de ingreso de las economías
centrales, si bien lenta, es posible. Sin embargo, podría discutirse que esta
aproximación ha sido posible justamente porque dichas economías desafiaron el patrón
primario-exportador, incursionando en la exportación de manufacturas y avanzando
gradualmente en el contenido tecnológico de las mismas. De hecho, las economías
“periféricas” han sido capaces de acercarse en varios rubros a la frontera tecnológica,
logrando ocupar un lugar de importancia en la economía mundial como exportadores
de manufacturas, servicios o determinadas tecnologías.” (Rosales, 2009:90).
Este proceso está indiscutiblemente liderado por China, cuyo surgimiento como actor
global ha provocado el paulatino desplazamiento del poder en dirección de Asia. Los
BRICS, que la cuentan como integrante principal, se distinguen por cumplir
simultáneamente varias características que les otorga coherencia, no solo ya como
simple acrónimo sino como grupo de países cuyos Jefes de Gobierno se reúnen
periódicamente con voluntad de definir posicionamientos y alternativas comunes1:
a) se trata de países en desarrollo, de gran tamaño económico, peso creciente en la
economía mundial y elevado potencial;
b) son todos ellos países de importancia para la economía mundial, en cuanto que lo que
sucede en sus economías nacionales tiene importantes repercusiones no solo en su
ámbito regional, sino también en el global;
c) representan más del 40% de la expansión de la economía mundial entre 2003 y 2007,
proporción que crece considerablemente ante la recesión de las economías desarrolladas
en el escenario de crisis financiera global de 2008-2009;
d) existen en todos ellos también la voluntad y la capacidad para ejercer una influencia
significativa en el gobierno de la economía mundial, desde una estructura de
cooperación internacional.
1
Los BRICS han celebrado hasta ahora cinco cumbres: el 16 de junio de 2009 en
Ekaterimburgo (Rusia); el 15 de abril de 2010 en Brasilia (Brasil); el 14 de abril de 2011 en
Sanya (China); el 29 de marzo de 2012 en Nueva Delhi (India); el 26 de marzo de 2013 en
Durban (Sudáfrica), donde se aprobó la creación de un banco propio de desarrollo para financiar
proyectos propios y un mecanismo de reservas comunes. La próxima cumbre se realizará en
Brasil en el mes de julio del corriente año y Argentina ha sido invitada a participar de la misma.
En la Declaración de eThekwini, en la Quinta Cumbre de los BRICS realizada en
Durban, Sudáfrica (marzo de 2013), se reafirma además la alianza entre este grupo y los
países de África para el desarrollo, la integración y la industrialización. Sostienen los
Jefes de Estado: “La Quinta cumbre concluye el primer ciclo de cumbres del BRICS y
reafirmamos nuestro compromiso para la promoción del derecho internacional, el
multilateralismo y el rol central de Naciones Unidas. Nuestras discusiones reflejaron
nuestra creciente solidaridad intra-BRICS así como los objetivos compartidos de
contribuir positivamente a la paz global, la estabilidad, el desarrollo y la cooperación.
Consideramos también nuestro papel en el sistema internacional basado en un enfoque
inclusivo de solidaridad y cooperación hacia todas las naciones y los pueblos. Estamos
dispuestos a incrementar nuestro compromiso y cooperación con los países No-BRICS,
en particular los “Mercados emergentes y en desarrollo” y las organizaciones
internacionales y regionales relevantes” (Fifth BRICS Summit Durban, 2013)
Las economías y mercados emergentes, como se ha expresado hasta aquí, constituyen
una categoría más descriptiva que analítica, que intenta dar cuenta de un grupo de países
en desarrollo que tradicionalmente formaron parte de la periferia en el marco de la
división internacional del trabajo, y
que en los últimos años han atravesado un
importante y sostenido proceso de expansión económica. Al igual que otras
clasificaciones operativas, da cuenta de un proceso de desarrollo desigual en el cual
pueden diferenciarse países con comportamientos similares. De este modo, las
categorías Economías avanzadas-Economías emergentes, Norte-Sur, Centro-Periferia,
Países desarrollados- Países en desarrollo, pretenden servir como herramientas para
comprender y describir la situación de un grupo de países y, a la vez, diferenciarlos del
resto. Detrás de cada una, subyacen diferentes enfoques e ideologías en referencia a las
teorías sobre desarrollo. En este sentido, cada organismo multilateral del desarrollo
propone una clasificación propia2.
2
Una primera y fundamental aclaración debe realizarse desde el inicio. Como recuerdan
Méndez y Molinero, “la propia variedad terminológica al definir las desigualdades existentes
ejemplifica, más allá de lo puramente anecdótico, las profundas diferencias tanto en la
explicación del origen como en la definición de sus rasgos esenciales” (Méndez y Molinero,
1984:50). Una renovada reflexión conceptual surge como necesaria aunque no es el centro de
esta presentación; sí se debe dejar establecido aquí que, para poder avanzar sobre la descripción
del comportamiento comercial de las diferentes economías y en especial de los BRICS, debe
tenerse en cuenta que cada una de las instituciones internacionales -que son fuente principal de
información estadística, como OMC, UNCTAD, ONU, PNUD, FMI, BM- realiza diferentes
agrupamientos de países con diferentes criterios (González Maraschio y Tancredi, 2013) .
Diferentes informes presentan agrupamientos de economías emergentes más allá de los
BRICS (a los que incluye en algunos casos):
1) los MITSK (México, Indonesia, Turquía y Corea del Sur) que representaba en 2011
entre 1,6% y 1,1% del PBI mundial nominal y que para Goldman Sachs3 conforman un
nuevo grupo (Financial Times, 2011) resaltando que una “economía en crecimiento”
debe representar más del 1% de la economía mundial y posibilidades de aumentar su
participación;
2) los EAGLEs, que indica 10 economías emergentes que lideran el crecimiento global
(China, India, Brasil y Rusia más México, Corea, Indonesia, Egipto, Taipei y Turquía).
Esta clasificación del BBVA, "no mira tanto la población y el tamaño de la economía
como el PBI incremental que generará. Los países que en los próximos 10 años
contribuirán al crecimiento global más que el promedio del G-6 (el G-7 menos EE.UU.)
son EAGLE. Por ejemplo: si bien el PBI de Rusia supera al de Indonesia y Corea, ellas
dos aportarán más que Rusia al crecimiento mundial en los próximos diez años"
(García Herrero, Navia y Ospina, 2011:4);
3) los “nidos de EAGLE”, que son el conjunto de otras economías (Polonia, Sudáfrica,
Vietnam y Argentina) que podrían destacarse en escenarios futuros;
d) los N-11 (Next eleven), que para Goldman Sachs se pueden considerar potencias
emergentes de segundo orden, después de los cuatro BRIC: Bangladesh, Egipto,
Indonesia, Irán, México, Nigeria, Pakistán, Filipinas, Corea del Sur, Turquía y Vietnam;
4) los CIVETS (Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Sudáfrica), que se
caracterizan por tener una economía dinámica y diversa, además de una gran población
joven, según el HSBC;
5) los VISTA (Vietnam, Indonesia, Sudáfrica, Turquía y Argentina), quienes fueron
señalados por el Research Institute de Japón en el año 2006 como “la nueva generación
de emergentes caracterizados por un grado elevado de estabilidad política, altas tasas
de crecimiento, gran dotación de recursos naturales, fuerza laboral con un nivel
3
Cabe recordar que el economista Jim O`Neill, presidente del grupo financiero durante el
período 2001-2010, fue quien acuñó en 2003 el acrónimo BRIC para referirse al grupo de
economías destacadas compuesto por Brasil, Rusia, India y China. México, Indonesia, Turquía
y Corea del Sur, junto con los BRIC conforman las ocho "economías de crecimiento”.
importante de capacitación además de tener condiciones favorables para incrementar
el comercio”4.
6) los “nuevos” países emergentes del G-20 (México, Indonesia, Turquía, Argentina y
Arabia Saudita), señalados por el Banco de España. Así, los países miembros oficiales
del G-205 pueden ser diferenciados como Economías avanzadas G-20 (Estados Unidos,
Canadá, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Australia y Corea del Sur; más
Unión Europea como bloque) y Economías Emergentes G-20 (BRICS más México,
Argentina, Turquía, Indonesia y Arabia Saudita) (Orgaz y otros, 2011).
Gráfico 1: Principales agrupamientos de las Economías emergentes
Fuente: elaboración propia
4
Cardozo, González y Escudero (2012) [http://indiancurrentaffairs.wordpress.com/]
Grupo de los Veinte (G-20) se crea e formalmente durante la reunión de los ministros de
Hacienda del G-7 de 1999, como un nuevo foro de cooperación y consulta sobre temas
relacionados con el sistema financiero internacional. Este grupo estudia, examina y promueve
las deliberaciones entre los principales países industriales y de mercados emergentes sobre
aspectos de política que guardan relación con la promoción de la estabilidad financiera
internacional. A medida que se profundiza la crisis económica los dirigentes designan al G-20
como el “principal foro para nuestra cooperación económica internacional”. Los miembros del
G-20 son los ministros de Hacienda y los gobernadores de bancos centrales del G-7, otros 12
países clave y también la Unión Europea (FMI, 2012).
5
Pero la emergencia del Sur es un proceso en curso y es necesario mostrar cierta
prudencia, tal como se ha señalado siguiendo las afirmaciones del Secretario General de
la UNCTAD en el XIII período de sesiones en el año 2011: “la resiliencia a la crisis y
la recuperación en algunas partes del mundo en desarrollo marcan sin duda una
importante ruptura con el pasado y han hecho nacer esperanzas de que se inicie un
largo período de convergencia… No obstante, es preciso mostrar cierta prudencia.
Hasta ahora esa evolución ha sido desigual, con grandes diferencias entre las distintas
regiones en desarrollo y los distintos países; muchos de los países menos adelantados
(PMA) han visto aumentar aún más la disparidad entre sus ingresos y los de los demás
países en los dos últimos decenios, lo que indica que las presiones hacia la polarización
siguen marcando las relaciones económicas mundiales. Además, muchos mercados
emergentes continúan dependiendo de las grandes economías y aún son vulnerables a
las variaciones de las condiciones normativas y económicas en esos países. Será
necesario vigilar atentamente la repercusión de la crisis de la deuda de los países del
Norte en los países en desarrollo. La emergencia del Sur es un proceso en curso y
habría que establecer nuevas formas de cooperación y asociación para consolidar los
logros recientes y hacer frente a los retos del futuro” (UNCTAD, 2011:2)
La importancia y la calidad de la inserción comercial de los países emergentes: una
caracterización estadística
En un contexto de incremento exponencial del comercio mundial de mercancías, se
verifica un creciente predominio de las manufacturas, acompañado de la participación
marginal de los productos agrícolas y del aumento de los combustibles desde el año
2003, aunque con altibajos. Para el año 2012 y debido al aumento de los precios de los
commoditties, los productos agropecuarios llegan a representan el 10%, los
combustibles y productos de las industrias extractivas suman el 24% y las manufacturas
alcanzan un 66% (OMC, 2013).
Dentro de las manufacturas, los productos de alta tecnología se posicionan como los
motores del crecimiento real y sostenido de las regiones industrializadas. Este
crecimiento es consecuencia del aumento del comercio intra-industrial entre los países
más desarrollados y los países recientemente industrializados emergentes, y del peso
creciente del denominado comercio intra-firma en las empresas trasnacionales debido a
la fragmentación y deslocalización de la producción internacional.
Gráfico 2: Exportaciones mundiales por sectores 2000-2012 (en valores absolutos millones u$s)
Fuente: elaboración propia sobre datos de OMC (2014)
Más recientemente, las empresas no sólo distribuyen las etapas de producción en
diferentes localidades e importan productos intermedios, sino que han comenzado a
“desagregar” las tareas de oficina y de servicios en general. En particular, se
deslocalizan las actividades en las que las diferencias salariales entre el Norte y el Sur
no están justificadas por una diferencia de productividad.
En cuanto a la participación regional en las corrientes comerciales, los datos más
recientes de la OMC (2013) confirman la tendencia a la concentración del comercio
mundial de mercancías en tres de las regiones del mundo: Asia (32% de las
exportaciones mundiales, destacándose China como primer exportador mundial
representando el 11,1% del total y Japón, que aporta desde el cuarto lugar el 4.3%),
Europa (36% de las exportaciones mundiales con Alemania como tercer exportador
mundial con el 7,6% y Países Bajos en el 5º lugar con el 3,6%) y América del Norte
(13% de las exportaciones mundiales de los cuales el 8,7% corresponde a Estados
Unidos, 2º exportador mundial). El gráfico 3 representa los valores (en millones de u$s)
exportados por las distintas regiones del mundo para los primeros 12 años del siglo
XXI.
Asia, Europa y América del Norte son, además, las regiones en las que es mayor la parte
correspondiente a las manufacturas en sus exportaciones totales de mercancías, al
comprender el 80%, 76% y 71% de las exportaciones respectivas a ese grupo de
productos en el año 2012.
Gráfico 3: Exportaciones mundiales por regiones 2000-2012 (en valores absolutos, en millones
de u$s)
Fuente: elaboración propia sobre datos de OMC (2014)
El siguiente gráfico muestra la importancia de cada una de las regiones en las
exportaciones de productos agropecuarios, combustibles y manufacturas, en tres años
seleccionados (2000, 2006 y 2012). En ellos se verifica el peso significativo de Europa,
América del Norte y crecientemente de Asia en las exportaciones de productos
agropecuarios (señalando un hecho contrario a la tradicional concepción del Sur como
“granero del mundo”); una situación de relativo equilibrio, más allá de la importancia
tradicional de Oriente Medio, en las exportaciones de combustibles; y un claro y
manifiesto predominio de Asia, Europa y América del Norte en las exportaciones de
productos manufacturados. El peso de estas tres regiones en cada uno de los tres
sectores señala así una clara concentración del comercio mundial de mercancías.
Gráfico 4: Participación de las diferentes regiones en las exportaciones sectoriales (años 2000,
2006 y 2012)
Fuente: elaboración propia sobre datos de OMC (2014)
Los países que integran el G8 (G7 + Rusia) representan, por si solos, el 34,1% de las
exportaciones mundiales, mientras que los países que componen el G206 suman el 61%
del total exportado mundial; en otras palabras, de los 17 billones de dólares por las
mercancías exportadas en el mundo en 2012, casi 11 billones corresponden a los países
industrializados y emergentes del G20.
Cabe señalar que los países del grupo BRICS forman parte del G20 y representan el
17,4% de la participación del grupo (3,2 billones de U$S). En los gráficos siguientes se
observan la evolución de ambos grupos entre los años 2000 y 2012. En el primero, se
muestra el notable incremento de la participación en las exportaciones del grupo BRICS
frente al estancamiento del G20.
6
Se denomina G20 al grupo de países industrializados (G7: Estados Unidos, Alemania, Canadá,
Francia, Italia, Japón y Reino Unido) al que primeramente se incorporó Rusia (G8) y luego se
sumaron 11 economías emergentes (Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea
del Sur, India, Indonesia, México, Sudáfrica y Turquía) y la Unión Europea como bloque
económico.
Gráfico 5: Comparación entre el peso del G-20 y de BRICS en las exportaciones mundiales
(2000 y 2012)
Fuente: elaboración propia sobre datos de OMC (2014)
En el segundo, se puede observar que, mientras las exportaciones del G20 crecen a la
par del promedio mundial en todos los sectores, el incremento de las exportaciones del
BRICS los supera en todos y con un desempeño notable en el sector manufacturas,
dónde su participación aumenta más del 600%. Los datos estadísticos disponibles en
cuanto a su participación en el comercio mundial de mercancías muestran también que
los países que conforman los BRICS han mantenido estable su participación alrededor
del 9% durante todo el siglo XX desde el año 1948 (con una caída significativa en los
guarismos de 1973 y 1993, con el 7,2% y 6% del total mundial respectivamente).
Gráfico 6: Crecimiento 2000-2012 de las exportaciones de mercancías (mundo, G-20 y BRICS)
Fuente: elaboración propia sobre datos de OMC (2014)
Pero aumentan significativa y constantemente su peso desde los inicios del siglo XXI,
representando en conjunto para el año 2012 el 17,9% del comercio mundial. Este
crecimiento en la importancia comercial se basa principalmente en el creciente rol
jugado por China que significa el 65% de las exportaciones del grupo en el año 2012.
En este sentido, es conveniente señalar que la creciente inserción comercial de los
BRICS y de las economías emergentes en general, no siempre se realiza en base a una
mejora en su calidad sino que, por el contrario, se sustenta en la expansión de la
producción primaria. Los países que conforman el BRICS tienen una composición de
exportaciones por sectores que se diferencia entre las economías que efectivamente han
modificado su perfil exportador hacia las manufacturas de alto y mediano-alto
contenido tecnológico, y las que, si bien han dinamizado su sector externo, el
incremento de los flujos descansa en una canasta principalmente conformada por
recursos naturales,
materias primas, y productos de bajo valor agregado y escaso
contenido tecnológico.
Gráfico 7: Exportaciones del Grupo BRICS por sectores para el año 2012 (en valores absolutos
–millones de u$s- y relativos)
Fuente: elaboración propia sobre datos de OMC (2014)
Gráfico 8: Composición de la canasta exportadora de países BRICS por sectores (2012)
Fuente: elaboración propia sobre datos de OMC (2014)
Brasil, Sudáfrica y Rusia tienen una canasta basada en las exportaciones sustentadas en
recursos naturales (tanto bienes agrícolas como combustibles y minerales), mostrando
una situación primario-exportadora que no se ha modificado en los últimas décadas. En
el caso de Rusia es muy significativo el peso de los combustibles y minerales; en Brasil
cobra relevancia el sector agrícola mientras que en Sudáfrica va aumentando la
presencia de las manufacturas. Es este último país el que mantiene a lo largo del período
1980-2011 una balanza comercial siempre deficitaria. Rusia y Brasil muestran
claramente
el
fenómeno
usualmente
denominado
“reprimarización”
de
las
exportaciones, a través del incremento sostenido de los sectores de productos primarios
y combustibles frente a la declinación del sector de manufacturas.
Para Svampa (2013), esta reprimarización se vincula con la consolidación de un estilo
de desarrollo neoextractivista que promueve el patrón de acumulación basado en la
sobre-explotación de recursos naturales, en gran parte no renovables, así como la
expansión de las fronteras del capital hacia territorios antes considerados como
improductivos, en un tipo de valorización financiera (“el consenso de los
commodities”): hidrocarburos (gas y petróleo), metales y minerales (cobre, oro, estaño,
bauxita, zinc, litio, boro), productos agropecuarios (maíz, soja y trigo) y
biocombustibles, son algunos de los productos con participación creciente en las
canastas exportadoras.
En cuanto al resto de los “grupos emergentes” señalados anteriormente, se observa
también una primarización de sus canastas exportadoras claramente en tres de los
grupos (EAGLEs, MITSK y VISTA). En el gráfico 9 resulta evidente la minoritaria
participación de las manufacturas frente a los productos primarios, en especial
combustibles y minerales.
Gráfico 9: Exportaciones de los Grupos emergentes EAGLE, MITSK Y VISTA (por sectores),
en valores absolutos y relativos (1980-2012)
Fuente: elaboración propia sobre datos de OMC (2014)
Por el contrario, en los dos países del sudeste asiático que conforman los BRICS (China
e India), son predominantes las exportaciones de manufacturas. La balanza comercial de
la India es permanentemente deficitaria mientras que la de China es positiva a partir de
1990.
Una estructura comercial similar con predominio de la exportación de manufacturas,
presentan los otros tres grupos de economías emergentes: N-EAGLE, N-11 y CIVETS.
Ellos tienen en común la participación de Indonesia, Turquía y Vietnam, países que en
conjunto suman el 2,5% de las exportaciones y el 2,9% de las importaciones. Dada la
importancia central de China en los BRICS, es también este grupo el que manifiesta el
fuerte predominio de manufacturas.
Gráfico 10: Exportaciones de los Grupos emergentes N-EAGLE, N-11, CIVETS y BRICS (A)
(por sectores), en valores absolutos y relativos (1980-2012)
Fuente: elaboración propia sobre datos de OMC (2014)
En el caso de estos países en desarrollo que exportan principalmente manufacturas, se
experimentaría según la UNCTAD un deterioro de su relación de intercambio, lo que se
debe en parte al aumento de los precios de sus importaciones de productos básicos, pero
también a la caída de los precios de las manufacturas que esos países exportan en
comparación con los de las manufacturas exportadas por los países desarrollados. Se
esta forma, puede visualizarse una “diversidad de los efectos de los recientes
movimientos de los precios internacionales en la relación de intercambio de los países
en desarrollo. La variación de la estructura mundial de la demanda y de sus efectos en
los distintos países ha dado lugar a una redistribución de los ingresos, no solo entre los
países en desarrollo y los desarrollados, sino también, cada vez más, entre diferentes
grupos de países en desarrollo” (UNCTAD, 2012:38).
Es importante remarcar que China es además el centro de la denominada “Fábrica
Asia”, ensamblando piezas y partes importadas desde otras economías de la región y
exportando productos finales, en especial desde el rápido crecimiento de las cadenas de
producción asiáticas en las últimas dos décadas, con fuertes vínculos productivos con
Japón, Corea del Sur y la provincia china de Taipei. Así China es hoy el principal
mercado regional para los bienes intermedios, a partir de los cuales produce los bienes
finales que exporta a los mercados de los Estados Unidos y la Unión Europea (CEPAL,
2012:21). En la tabla muestra a los cinco principales socios comerciales (tanto como sus
destinos como los países de origen de sus importaciones) de los cinco países BRICS
incluyendo además los datos comerciales de Argentina, la que se detalla dada la
invitación recibida a participar de la próxima cumbre de los BRICS.
Principales socios comerciales BRICS + Argen na (%)
Exportaciones
CHINA
Importaciones
Exportaciones
RUSIA
Importaciones
1. Estados Unidos
17.2 1. Unión Europea (27)
11.7 1. Unión Europea (27)
46.8 1. Unión Europea (27)
41.9
2. Unión Europea (27)
16.3 2. Japón
9.8
2. China
6.8
2. China
16.4
3. Hong Kong, China
15.8 3. Corea del Sur
9.3
3. Bielorrusia
4.1
3. Ucrania
5.7
7.9
7.4
4. Turquía
5. Japón
3.1
3.0
4. Japón
5. Estados Unidos
5.0
4.9
4. Japón
5. Corea del Sur
7.4 4. China
4.3 5. Estados Unidos
Exportaciones
INDIA
Importaciones
Exportaciones
BRASIL
Importaciones
1. Unión Europea (27)
16.8 1. Unión Europea (27)
11.1 1. Unión Europea (27)
20.2 1. Unión Europea (27)
21.4
2. Estados Unidos
12.8 2. China
11.1 2. China
17.0 2. China
15.3
3. Emiratos Arabes Unidos
12.4 3. Emiratos Arabes Unidos
7.7
3. Estados Unidos
11.1 3. Estados Unidos
4. China
5. Singapur
5.1
4.7
6.7
5.9
4. Argen na
5. Japón
7. 44
3.3
Exportaciones
¿Argen na?
Importaciones
Exportaciones
4. Arabia Saudita
5. Suiza
SUDÁFRICA
Importaciones
. Ar gen na
5. Corea del Sur
14.6
7.4
4.1
1. Unión Europea (27)
20.0 1. Unión Europea (27)
28.7 1. Brasil
20.4 1. Brasil
26.1
2. China
11.7 2. China
14.4 2. Unión Europea (27)
14.7 2. Unión Europea (27)
17.9
3. Estados Unidos
8.7
3. Arabia Saudita
7.8
3. Chile
6.3
3. China
14.5
4. Japón
5. India
6.2
4.2
4. Estados Unidos
5. Japón
7.4
4.5
4. China
5. Estados Unidos
6.2
5.1
4. Estados Unidos
5. México
12.4
3.3
Fuente: elaboración propia sobre datos disponibles en
[http://www.wto.org/spanish/res_s/statis_s/statis_maps_s.htm]
Los otros países del BRICS representan el 6,8% del total de destinos de las
exportaciones chinas y el 8,7% del origen de sus importaciones: el 2,1% del total de las
exportaciones chinas se dirigen a Rusia, el 1,6% a Brasil, el 2,3% a India y el 0,7% a
Sudáfrica; mientras que del total de importaciones, el 2,9% provienen de Brasil, el
2,4% de Rusia, el 1% de India y el 2,4% de Sudáfrica (BRICS, 2013 y OMC, 2014). A
diferencia de lo señalado para China, los otros países del grupo BRICS sí lo tienen entre
los primeros socios comerciales (manteniéndose la Unión Europea de todas formas en
primer lugar tanto como destino de exportaciones como de origen de las importaciones).
Con exportaciones concentradas en cinco destinos principales, resulta notable el peso de
China tanto como destino como origen de mercancías: 17% y 15,3% respectivamente
para Brasil; 11,7% y 14,4% para Sudáfrica; 6,8% y 16,4% en Rusia; y 5,1% y 11,1%
para India (OMC, 2014).
Argentina, por su parte, presenta vinculaciones comerciales importantes con dos
BRICS: Brasil, el principal socio comercial del país tanto para exportaciones con el
20,4%, como para importaciones con el 26,1%; y China, 3º origen de importaciones con
el 14,5% y 4º destino de exportaciones. Argentina y Brasil son las economías más
importantes de la región en términos comerciales. Cabe señalar que la región de
América del Sur, Central y Caribe presenta en 2012 una participación del 4,2% en el
total de exportaciones mundiales, aporte similar al de otras regiones marginadas como
África y la Comunidad de Estados Independientes. Esta participación muestra un
incremento leve desde 1993, año en que la región aporta un 3% sobre el total. Es en el
2003 cuando se inicia este leve ascenso principalmente explicado por la creciente
participación de Brasil y por el incremento de los precios de los productos primarios.
Gráfico 12: Participación de América del Sur, Central y el Caribe y algunos países
seleccionados en las exportaciones mundiales de mercancías (2012), en valores absolutos
(millones de u$s)
Fuente: elaboración propia sobre datos de OMC (2014)
Una mirada a largo plazo evidencia que ese crecimiento es apenas una leve
recuperación de la participación de la región, que en 1948 era del 11,3%. Como se
observa en el gráfico siguiente, este porcentaje se reduce casi ininterrumpidamente hasta
los años ´90, y el crecimiento destacado de la última década constituye una recuperación
de menos de la mitad de la proporción que le correspondía a la región a mediados del
siglo XX. También se puede observar que países de la región como Argentina y Brasil,
siguen la tendencia regional, pasando de una participación del 2,8% y 2%,
respectivamente, a la actual de 0,5% y 1,4%. Argentina, por ende, participa actualmente
con menos de la cuarta parte que en 1948.
Aunque la recuperación de Brasil ha sido mucho más acelerada ambos países presentan
similar participación del sector manufacturas, Brasil con un 35% y Argentina con un
33%. Mientras que Argentina se destaca con un 56% de productos agropecuarios, en
Brasil tiene mayor peso el sector de Combustibles y productos de las industrias
extractivas, con un 28%. En los dos países, el porcentaje de productos primarios supera
el 65% (OMC, 2013).
Gráfico 13: Exportaciones de Argentina, Brasil y Chile (valores absolutos para el período 19802012) y peso en el total de exportaciones de la región desde 1948
Fuente: elaboración propia sobre datos de OMC (2014)
¿Cuál es entonces el interés de los países del grupo BRICS en una posible incorporación
de Argentina? Poco modifica los valores del grupo en tanto aporta una proporción
similar a la de Sudáfrica y, desde ya, no aporta manufacturas a la composición sectorial
del grupo, aunque suma productos primarios estratégicos en un 67%. Como ya se ha
mencionado, la demanda mundial de los productos primarios ha sido incrementándose,
debido sobre todo, de la extraordinaria expansión económica de China y de otras
economías emergentes durante la última década; demanda asociada al crecimiento de
los sectores de la construcción, la infraestructura y la manufactura.
El freno a la expansión de las economías emergentes
Los datos trabajados hasta aquí dan cuenta de la notable expansión comercial de países
clasificados como emergentes y que pueden ser agrupados de acuerdo a su
“potencialidad económica”. También se ha demostrado que la expansión de estos
grupos se basa, exceptuando algunos casos particulares con China como caso
paradigmático, en una canasta exportadora en la que predominan los productos
primarios, cuya participación se ha acentuado en las últimas décadas.
Desde el año 2012 se registra una desaceleración de la expansión de las economías
emergentes, incluyendo la del grupo BRICS. Según un estudio de la CEPAL (2013), el
menor crecimiento reciente en los BRICS se puede atribuir a diferentes factores que se
gestaron durante el período de mayor auge entre 2010 y 2011, tales como el incremento
de las tasas de interés que frenaron el crecimiento, la caída de la demanda de
importaciones por parte de la Unión Europea, Japón y Estados Unidos, así como la
reducción de las inversiones extranjeras directas en las economías emergentes. El
debilitamiento de la demanda internacional también afecta a los precios de los productos
básicos, lo que ha frenado asimismo el crecimiento del valor de las exportaciones de
dichos productos por parte de los países emergentes.
En 2012, Brasil crece un 0,9%, Rusia un 3,4%, India un 5,1%, China un 7,8% y
Sudáfrica un 3,6%. Otros países en desarrollo también registran una desaceleración,
incluidos Indonesia, Turquía y las economías en transición de la antigua Europa
oriental. En comparación con su desempeño de los últimos años, la desaceleración del
comercio chino y la inversión extranjera directa es notable. La menor tasa de
crecimiento de la importación de metales y algunas otras materias primas (como cobre,
hierro y acero) por parte de China incide en la caída de los precios mundiales. Según un
último informe de CEPAL, China ya experimenta ritmos descendentes de crecimiento
económico, aun cuando continúe manteniendo un considerable liderazgo económico
global (Ibarra, 2014)
Por su parte India también ha ido desacelerando su crecimiento desde 2009, hasta llegar
al 5,1% en 2012, el menor en una década, como resultado de una baja demanda externa,
un débil consumo y un fuerte ajuste fiscal (Naciones Unidas, 2013b)7. No obstante, en
otras economías emergentes como Filipinas, la contracción del sector externo es
compensada por el consumo privado, que aporta más del 50% del PIB, gracias al menor
desempleo y al aumento de los salarios. También las proyecciones para las economías
de la ASEAN en los próximos 20 años son positivas, así como el destacado papel de
Indonesia, Filipinas, Malasia, Tailandia y Vietnam, que se augura estarán entre las
principales economías del mundo.
7
En CEPAL, 2013.
El Banco Mundial, en cambio, en un reciente informe publicado 2014, indica que el
crecimiento en Asia oriental y el Pacífico se ha reducido por tercer año consecutivo a
aproximadamente 7,2% en 2013, como reflejo del menor crecimiento de Indonesia,
Malasia y Tailandia, donde la actividad se ve afectada por los débiles ingresos en
concepto de productos básicos y los ajustes normativos realizados para abordar el
sobrecalentamiento interno. En un análisis prospectivo, el informe indica que “el PIB
de China se mantendrá inalterado en 7,7% en 2014, disminuyendo a 7,5% en los
próximos dos años como resultado del desapalancamiento y la menor dependencia de
la inversión inducida por políticas. La región es vulnerable a los riesgos de un
despliegue descontrolado de la inversión china y el brusco endurecimiento de las
condiciones financieras mundiales. Los exportadores de productos básicos también son
vulnerables a caídas más agudas de las esperadas en los precios de los productos
básicos.” (Banco Mundial, 2014)
La desaceleración del comercio mundial, las condiciones financieras más difíciles y los
mercados de productos básicos menos favorables en 2013, también impactan en las
economías de América Latina y el Caribe; no obstante se prevé que el crecimiento
regional repuntará de 2,9% en 2014, a 3,1% en 2015, antes de acelerarse a 3,7% en
2016. Así, “el grueso de los países emergentes (India, Brasil, Sudáfrica, Argentina,
Turquía, México) tendrá que acomodarse a condiciones externas más duras en el
intercambio
comercial
y
el
financiamiento
internacionales
derivados
del
reordenamiento de las políticas de los gobiernos primermundistas y de sus bancos
centrales. En particular, enfrentarán desplazamiento de los flujos de capital y el alza de
las tasas internacionales de interés, así como el debilitamiento de la demanda mundial
de materias primas. Esos fenómenos ya deprimen su desarrollo, los orillan a devaluar,
a elevar las tasas de interés, admitir mayor inflación e, indirectamente, a comprimir su
aporte a las transacciones internacionales” (Ibarra, 2014:19)
La continuidad de la participación de estos países en grupos de intereses comunes,
como el BRICS puede ser, de todas formas, la estrategia de largo plazo debido al
potencial de crecimiento que encierran tanto las corrientes comerciales entre los países
en desarrollo como la cooperación en materia de inversiones en los decenios venideros.
Tan es así que reunidos los ministros de comercio de los BRICS durante la Conferencia
Ministerial de la OMC en el año 2011, no dudaron en afirmar su creencia en que “los
BRICS deben desempeñar un papel principal en la cooperación Sur-Sur” y se
comprometieron a “seguir aumentando los lazos económicos, comerciales y en materia
de inversiones entre los países… no solo al servicio de nuestros intereses comunes sino
también para ayudar a fomentar el crecimiento de la economía mundial reforzando la
cooperación económica y comercial de manera progresiva, proactiva y pragmática”
(OMC, 2011). Pero ello debe hacerse desde el reconocimiento de las asimetrías
existentes que resultan de suma importancia pues, como se sigue insistiendo desde
documentos como los de CEPAL y la UNCTAD, ellas generan siempre una distribución
desigual de los beneficios de toda integración. Para ello resultará central en los acuerdos
futuros de integración el impulso de las actividades con valor agregado que eleven la
inversión, aumenten las capacidades nacionales y regionales, y mejoren el ingreso y
calidad de vida de todas las naciones y los pueblos hacia un desarrollo inclusivo.
Más allá de sus logros comerciales, se puede destacar entonces la importancia del grupo
BRICS como espacio de negociación e intercambio entre países de “el Sur” que se
posicionan como un nuevo polo de poder económico frente a las tradicionales de “el
Norte”. En este sentido las reuniones anuales, en la que participan los presidentes de los
países que integran el grupo, constituyen un espacio importante de toma de decisiones,
tal como se manifiesta en la última reunión celebrada en Durban (Sudáfrica) los días 26
y 27 de marzo de 2013, cuando los Estados decidieron crear un banco común de
desarrollo. Este banco sería la primera institución formalizada del grupo y se encargaría
de financiar proyectos de infraestructura a largo plazo en los países BRICS y, más
adelante, en otros países en desarrollo. Asimismo, se inician las negociaciones sobre el
monto de capital del banco y la participación de cada país, su gobernanza y su
ubicación, entre otros. Otro resultado de la reunión es el establecimiento de un acuerdo
de reserva contingente (con un tamaño inicial de 100.000 millones de dólares), cuyo fin
es ayudar a los países BRICS a mitigar presiones de liquidez a corto plazo. También se
acuerda que este grupo apoye el desarrollo del continente africano.
Asimismo, en contexto de conflictos políticos internacionales en los que participan sus
miembros, como el conflicto entre Rusia y Ucrania, resulta importante el apoyo de
economías que fortalezcan la presencia del sur. El protagonismo de China es relevante
no solo en la producción y el comercio mundiales, sino también en el ámbito financiero
internacional; lo que la lleva a desempeñar un papel cada vez más importante en el
mantenimiento de los equilibrios económicos globales. Como sostiene Turzi, “el poder
internacional se desplaza de Norte a Sur, de Occidente a Oriente y del Atlántico al
Pacífico” (Turzi, 2013:1)
Reflexiones finales
El proceso de desaceleración de los últimos años evidencia la fragilidad de la expansión
del Sur y los riesgos de hablar de una Nueva Geografía de los flujos comerciales, en la
que la inserción de las economías en desarrollo se concrete y sostenga, a la vez que
demuestre un incremento en la calidad de la misma para estos países que algunos
denominan “economías inmergentes” (Sorman, 2014), que pueden seguir en crisis si no
se emprenden reformas basadas en la productividad e innovación que permitan superar
la dependencia de las volátiles cotizaciones de las materias primas o los bajos salarios.
Ello lleva a la necesidad de repensar lo afirmado sobre la multipolaridad, que llevaría a
una convergencia en el desarrollo de los países del mundo; y a ser cautelosos en tanto
quizás se esté en presencia de un orden igualmente desigual con la consolidación de un
corrimiento del eje central hacia este país y la permanencia de las marginalidades
tradicionales. Para los países emergentes, el aumento de las relaciones comerciales con
China desde inicios del siglo XXI ha dado lugar a dos visiones opuestas sobre las
ventajas o desventajas de una asociación estratégica con el gigante asiático. Desde una
visión pesimista se afirma el “riesgo de dependencia (y posible involución)
caracterizada por una especialización primarizada, complementaria con la creciente
demanda china, que llevaría a una situación similar a la de la década de 1930”
(Bekerman, 2013:7). Esta situación de primarización de las canastas exportadoras se
sigue verificando tanto para Brasil y Argentina como para Rusia y Sudáfrica, y en otros
grupos de economías consideradas emergentes (tales como los EAGLE, MITSK Y
VISTA) como se ha mostrado en los cuadros consignados en este trabajo. El efecto de
reprimarización puede verse agravada ya que China es el “país que de modo acelerado
va imponiéndose como socio desigual en lo que respecta al intercambio comercial con
la región. (…) Desde el punto de vista social, el Consenso de los Commodities conlleva
la profundización de la dinámica de desposesión (…) esto es, el despojo y la
concentración de tierras, recursos y territorios, que tienen a las grandes corporaciones,
en una alianza multiescalar con los diferentes gobiernos, como actores principales”
(Svampa, 2013:4).
China se ha convertido en los últimos años en uno de los socios comerciales principales
de Argentina, pero desde un rol de proveedor de manufacturas y de receptor de materias
primas, lo que implica analizar también con cautela las implicancias de esta relación.
Por ejemplo, desde una situación deficitaria, ocho productos concentran el 95% de las
exportaciones argentinas (porotos de soja, petróleo, aceite de soja, cueros y pieles,
carnes, residuos alimenticios, tabaco y lana), mientras que las importaciones
provenientes de China se componen de teléfonos, computadoras, químicos,
motocicletas, juguetes, manufacturas de plástico e instrumental médico (Le Monde
Diplomatique, 2013:66).
Pero también ha dado lugar a una visión optimista que observa el ascenso chino “como
una oportunidad de consolidación de un nuevo orden internacional menos centrado en
la dependencia de la hegemonía estadounidense, en la que países como Brasil pueden
insertarse con facilidad dada su condición de productores de materias primas y, por lo
tanto, como mercado estratégico ante el creciente nivel de consumo chino y asiático”
(Bekerman, 2013:7). Pero ello puede suceder desde una integración impulsada por una
complementariedad
productiva
y de
inversión
creciente
entre
los
sectores
manufactureros de los países del sur. Varios interrogantes emergen en países como los
latinoamericanos ante la posibilidad de que el proceso comercial alimente tendencias
centrípetas en Asia; o de que China se convierta, como dueña del futuro, en una
aspiradora mundial de recursos energéticos, minerales y alimenticios (Le Monde
Diplomatique, 2013). Ello se convierte en una “razón adicional para buscar el diálogo
y la identificación de una agenda de interés común que permita avanzar en los procesos
de integración regional” (Rosales y Kuwayama, 2012).
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