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LA PROPIEDAD PRIVADA Y LOS PUEBLOS DEL MUNDO.
uchos estadounidenses
despertaron abruptamente
a una dura realidad cuando el gobierno federal totalmente abandonó a la gente de la
costa del Golfo de México, antes y
durante el huracán Katrina. Mientras
tanto Halliburton y otras corporaciones nadaban en ganancias, gracias
a obtener contratos federales sin un
proceso de licitación para reconstruir
la costa del Golfo. Gente que fue convicta por “saqueo” de productos básicos, agua potable y alimentos, aún
permanece en prisión. Muchos mas
esperan en campamentos de furgones,
administrados por FEMA y que más
que nada parecen prisiones; mientras
tanto New Orleáns es reconstruida
para el deleite de los ricos y
poderosos.
La total y vergonzosa indiferencia
del gobierno por la vida humana, y su
meticulosa atención a las ganancias,
son signos de profundos cambios en
la forma y el papel del Estado (en la
vida ciudadana). “Cambios en la forma y el papel del Estado” puede parecer como una confusa abstracción,
pero es algo que experimentamos a
diario, la red social de protección está
bajo un ataque total. Las corporaciones comerciales se han tomado el
Congreso, un pequeño cartel de banqueros controla el banco de la Reserva Federal, el cual controla la
economía; la pobreza y las deudas se
adueñan de nuestras vidas; las ciudades se deterioran y el espíritu y la
cultura se desintegran.
Estos cambios no son simplemente
M
una mala situación tornándose peor.
Igual que otras poderosas fuerzas que
mueven a la sociedad e irrumpen en
nuestras vidas, son el comienzo de un
nuevo proceso. Un individuo o una
administración en particular, pueden
hacer avanzar o retardar el proceso de
cambio, pero no son la causa de los
cambios políticos actuales.
Ciertamente, por hoy, el complejo
militar e industrial y la administración Bush aceleran el drenaje de
los recursos del país para alimentar a
las corporaciones: minando la
democracia y las libertades civiles,
sacrificando a la madre Tierra y la
paz mundial por el bien de las compañías energéticas. Sin embargo este
proceso es más amplio que cualquier
institución en particular o que el gobierno mismo.
Tenemos que ver más allá de lo
que tenemos frente a nosotros y preguntarnos: ¿qué está pasando y por
qué? Todo cambia y cambia por razones definidas, entender estas razones y sus resultados es posible.
¿CÓMO HEMOS
LLEGADO A ESTE PUNTO?
Para entender el proceso político
en el que nos encontramos, necesitamos volver la vista atrás hacia el proceso que nos trajo hasta acá. A través
de la historia, cuando nuevas formas
de propiedad privada llegaron a predominar, crearon cambios en la forma, función y papel a jugar por el
Estado.
League of Revolutionaries for a New America
P.O. Box 477113
Chicago, Illinois 60647
RETURN SERVICE REQUESTED
Antes del ascenso de la industria
en gran escala, la tenencia de la tierra fue la forma predominante de
propiedad privada, y el Estado tomó
forma y desarrolló funciones que promovieron la acumulación de riquezas
por parte de los terratenientes. Las
líneas que separan los medios de explotación de los medios de control
político, no fueron claramente
trazadas. Los señores feudales no
sólo acumularon riquezas sobre la
fuerza laboral de los campesinos desposeídos en su tierra, sino que también les
cobraron impuestos
directamente y crearon ejércitos a su
servicio. Tenían privilegios y autoridad en el aparato del Estado simple y
directamente porque poseían la tierra.
La industria a gran escala fue una
diferente forma de propiedad privada,
en su ascenso creó una nueva clase
poseedora: los capitalistas industriales. El capital se podía expandir más
lejos y más rápidamente si se mantenía separado del Estado (…los capitalistas y el Estado con papeles
separados en la sociedad). El capital
necesitaba estar libre de responsabilidades con la sociedad, y de obstáculos feudales para su expansión. El
capital también necesitaba de un
suministro de mano de obra, así que
la mano de obra fue “liberada”… es
decir separada de la tierra y de sus
herramientas, y convertida en dependiente de los capitalistas para trabajar.
El capitalismo se encontraba en su infancia económica, pero las promesas
de ganancias basadas en la explotación de los obreros en la indus-
Continúa en la página 2
EDICIÓN ESPECIAL — NOVIEMBRE 2006
á ES EL CAMINO HACIA ADELANTE?
¿CUAL
tria a gran escala, dieron forma a las
demandas y programas políticos de la
naciente nueva clase de capitalistas.
En un país tras otro, el ascenso de
la industria a gran escala inició una
época de grandes revoluciones, que
reconstruyeron el Estado. La revolución francesa, la revolución rusa, la
revolución china, y en alguna medida, la guerra civil en los EEUU., llevaron a diferentes clases sociales a
tomar el poder político. Un factor
común en esas revoluciones fue la reconstrucción del aparato estatal para
reacomodar el papel de la fuerza laboral en la gran industria, como la
base principal para la acumulación de
riquezas y el crecimiento de la
economía.
En aquellos países donde las revoluciones dieron el poder a los capitalistas, el Estado protegió a la clase
capitalista, promoviendo condiciones
para que los capitalistas acumularan
las mayores riquezas. El Estado se
apoyó en la básica relación que conforma al capitalismo (los capitalistas
poseen los medios de producción y
lucran de la explotación de los trabajadores, los cuales se ven obligados a
vender su fuerza laboral para poder
sobrevivir) y funcionó para sostener
tal relación. Al mismo tiempo, el Estado, promovió y protegió el mercado
nacional; mercado de mano de obra y
de los productos de esa mano de obra.
El Estado pasó por diversas etapas de
ese proceso, mas sólo fueron formas,
estadios y facetas del Estado en
relación al capital productivo—es decir—la evolución del Estado basada
en las etapas de crecimiento del capitalismo.
El Estado protegió la conexión entre el capital y los trabajadores de los
EE.UU. en la producción así como en
la sociedad, mientras el capitalismo
se expandía y los capitalistas productivos dependían de los obreros industriales en este país. Es más, aun con el
capital siendo exportado a países
menos desarrollados, los capitalistas
todavía dependían de una fuerza laboral estable en los Estados Unidos;
la súper explotación en el extranjero
pagó por los niveles de vida de clase
media de un gran sector de la
población de los EE.UU.
Algo nuevo ocurre hoy: los nuevos
métodos de producción están sacando
a los trabajadores del proceso productivo, y comienzan a destruir la
relación social que define al capitalismo. El proceso apenas comienza y
sus formas no son claras de definir,
sin embargo está desestabilizando
todo aquello en la sociedad que se
apoya en esa fundación, incluyendo
el papel que juega el Estado.
CAMBIOS EN EL CAPITAL
Y EN EL ESTADO
Paso a paso, el Estado está siendo reconstruido para anular las barreras al
capital; para administrar la plusvalía y
crear las mejores condiciones posibles
para su acumulación, y para pasar el
costo de esto a los más pobres y
desvalidos. El Estado todavía protege a
los capitalistas y sus propiedades, pero
está modificando sus formas para lograrlo en las condiciones actuales.
Nuevos métodos de producción están
estableciendo nuevas condiciones en la
sociedad. La electrónica aplicada a la
producción, no sólo reduce el número
de obreros necesarios en las fábricas y
talleres, sino que elimina categorías de
empleo enteras, y estratos de trabajo en
la producción y en la administración,
diseño y transporte asociados a la producción. Esta tecnología reemplazante
de la fuerza laboral, es el comienzo del
fin de la plusvalía.
Su efecto inmediato es un declive en
el margen de ganancias en la producción. Los capitalistas productivos obtienen sus ganancias sobre la mano de
obra; cuanto más baja es la proporción
de la mano de obra en el proceso de
producción, más bajo es el margen de
ganancias. Entonces el capital es llevado a todos los aspectos de la economía
mundial,
Si encuentra resistencia, el Estado se
encarga de apartar los obstáculos.
¿CÓMO SE ESTÁN DANDO
ESTOS CAMBIOS EN
EL CAPITAL Y EL ESTADO?
Al haber bajos márgenes de ganancia, el capital busca compensar yendo
2
en todas las direcciones posibles. La
tecnología electrónica le ayuda para
ello, y el Estado garantiza las mejores
condiciones posibles para la acumulación de riqueza en manos de la
clase capitalista. Los bajos márgenes de ganancia obligan a la
clase dueña de propiedad privada, a ser cada vez más dependiente del Estado para acumular
la máxima riqueza.
El declive en las ganancias
presenta otras formas y actividades del capital. El capital especulativo es la punta de lanza
de este proceso, y está volviéndose predominante. Esta forma
del capital no financia producción;
florece sobre la creación de crédito y
deudas, sobre la especulación con las
tasas de interés bancario, tasas de intercambio de moneda, precio del petróleo
y otras mercancías. Nada está exento,
nada es sagrado; a menudo el hacer
préstamos a un gobierno, y especular
sobre el alza y baja de los precios de
bonos (emitidos por el gobierno que
acepta el préstamo (para pagar la deuda), es una mejor apuesta que el invertir
en la producción de mercaderías para
las cuales podría no haber mercado.
Los capitalistas financieros y especulativos prosperan sobre nuestras deudas
más que sobre nuestra habilidad para
trabajar. Por lo tanto, cuanto más
grande sea la deuda pública y privada,
más dinero acumularan estos capitalistas, y…..la deuda publica con inversionistas privados, expone al Estado a
manipulación de sus políticas. De allí
que el capital especulativo y el Estado
estén cada vez mas entrelazados.
EL ESTADO Y EL CAPITAL EN
LOS ESTADOS UNIDOS
A pesar de que estos cambios en la
forma y el papel del Estado tienen expresiones y consecuencias en todas
partes, acá nos enfocaremos principalmente en los cambios en el Estado y el
capital especulativo en los EE.UU.
Cada día, trillones de dólares se
mueven digitalmente alrededor del
mundo en busca de inversiones. Los
Estados Unidos operan a través del
mundo financiero---por hoy dominado
por ellos—para crear las más favorables condiciones para acumular capital.
Hoy día, instituciones no elegidas
por voluntad popular, (como la Reserva
Federal de los EE.UU., el Banco
Mundial, bancos centrales, el Fondo
Monetario Internacional, etc.…) manejan las economías, establecen tasas de
intercambio, y financian la deuda pública aquí y alrededor del mundo.
Para compensar por el declive en los
márgenes de ganancia, el capital productivo fluye hacia donde los costos de
mano de obra son más bajos—de los
EE.UU. a México, de México a Bangla
Desh. El Estado protege la fuga libre y
completa del capital a través de fronteras nacionales, iniciando guerras, arreglando préstamos e inversiones,
coaccionando acuerdos comerciales
que asaltan economías nacionales enteras, y que obligan a millones de gente
a abandonar sus tierras, o les vuelven
desempleados., y así sucesivamente.
No toda la producción puede globalizarse...Así que…los tribunales permiten la cancelación de contratos
laborales por parte de las corporaciones. El Estado criminaliza y victimiza a los trabajadores inmigrantes—y de
esta manera intensifica la desigualdad
dentro de la fuerzas laborales—deteriorando los sueldos, prestaciones y seguridad laboral de todos.
El Estado y las corporaciones vuelven los productos de cultura, ciencia y
naturaleza en mercaderías. Otorgando
patentes sobre un específico rasgo de
ADN o sobre productos de investigación científica financiada públicamente, el Estado asegura a las
corporaciones ganancias muy por encima de las que obtendrían con sólo la
explotación de la fuerza laboral.
También hace el Estado transferencias de riqueza: más de $99 billones
serán cortados del presupuesto del
Medicaid y otros programas domésticos
en los próximos años. En los últimos
años los cortes de impuestos sumaron
un promedio de $112,000 a los ingresos
netos de los súper ricos (dos décimos
del uno por ciento de la población) un
beneficio 19 veces mayor que el 0.3%
otorgado al 20% más pobre de los
EE.UU.
El Estado transfiere propiedades y
privatiza funciones públicas. Tierras
públicas y recursos naturales son transferidos a manos de corporaciones privadas, para ser vandalizadas para lucro
privado. Las corporaciones dirigen el
suministro de la educación, el agua y la
energía—con fines de lucro—no para el
bien público. Compañías mercenarias
privadas llevan a cabo operaciones militares en otros países, ya para ellas, ya
para el Ejército de los EE.UU.
El Estado rehúsa aceptar responsabilidad social, el gobierno se está convirtiendo en un aparato indiferente e
irresponsable, al cual la democracia no
puede importarle menos.
Todo esto esta convergiendo en el
comienzo de la destrucción del capitalismo, no en su crecimiento,
POLITICA EDITORIAL
A • g r u • p a r
1. reunir en grupo, para poner en un estado de órden, como
tropas que se retiran (para agruparse al ataque) 2. una reagrupación o reunión de fuerzas para renovar un esfuerzo
C a • m a • r a • d a
Una persona con quién uno se alía en una lucha o causa
n este período de creciente movimiento y polarización, ¡Agrupémonos, Camaradas! brinda una perspectiva estratégica para los revolucionarios al indicar e
iluminar la “línea de marcha” del proceso revolucionario.
Presenta un polo de claridad científica para los revolucionarios con conciencia, examina y analiza los problemas reales del movimiento revolucionario, y extrae conclusions políticas para las tareas de los revolucionarios en cada étapa de desarrollo, de
está manera preparándose para las etapas futuras.
Es un vehículo para alcanzar y comunicarse con los revolucionarios tanto afiliados
a la Liga como también no afiliados a la Liga para realizar un debate y planteamiento
y proveer un un foro para éstas pláticas.
E
Editora: Brooke Heagerty
Junta Redactora: Brooke Heagerty, Nicholas McQ, Nelson Peery
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NOVIEMBRE
LAS DIFERENCIAS ENTRE
ESTADO Y EMPRESA PRIVADA
DESAPARECEN
El proceso de fusión del Estado y el
capital está desarrollándose rápidamente, al punto de que es difícil distinguir las funciones y atribuciones de uno
y el otro. El gobierno de los EE.UU. ha
dejado de promover la relación entre el
capital y la mano de obra en este país,
para proteger al capital globalmente. Y
aunque el proceso no está completo, ya
se ha dado pasos en ese sentido, y el
Estado tambalea sobre la decadente
fundación de la sociedad.
El capital productivo es todavía la
única base creadora de plusvalía y
riqueza. Las formas parasitarias de actividad capitalista y de acumulación de
riqueza que están surgiendo por hoy, no
crean plusvalía, sólo la redistribuyen a
los dueños de la propiedad. El parásito
está matando a su anfitrión y para eso
confía en el Estado, de quien depende
cada vez más la capacidad de acumular
riqueza. Una vez más en la historia, desaparecen las distinciones entre la
propiedad privada y el Estado, y sus papeles se fusionan y traslapan.
Todo esto contribuye a crear una
situación inestable: el Estado protege la
relación básica que conforma el capitalismo, y al mismo tiempo depende de
ella. Sin embargo, nuevos métodos de
producción están destruyendo dicha
relación. Los trabajadores no son tan
necesarios como antes, y el Estado no
tiene que garantizar su disponibilidad
de la misma manera. Y debido a que la
mano de obra en los EE.UU. ha sido de
las más caras en el mundo, es lo
primero en ser eliminado, en el relativo
realineamiento del Estado.
La forma exacta de estos cambios no
es automática ni predeterminada; tales
cambios son creados por seres humanos
que dan pequeños pasos para resolver
grandes problemas, todo en el contexto
de historia y cultura determinadas.
Plantear los temas no significa que sean
inevitables, ni tampoco que ello sea la
respuesta final, la causa y dirección del
proceso están claros sin embargo.
En los orígenes del capital el Estado
fue estructurado para acelerar la formación de la clase trabajadora, para proteger al mercado y capitalistas
nacionales. El imperialismo y el “Estado de Asistencia” representaron una
etapa del proceso de crecimiento del
capitalismo.
Con nuevos métodos de producción
se comienza a destruir la fundación del
capitalismo; en el Estado se lleva a
cabo un cambio profundo: de naciónestado protectora del mercado y de las
relaciones sociales dentro de un país, a
un Estado dedicado a expandir el mer-
2006
cado y proteger la santidad de la
propiedad privada globalmente, mientras abandona la responsabilidad por la
sociedad nacional. Para proteger la
propiedad privada bajo esta nueva
condición, el Estado se mantiene, cada
vez más, opuesto a los desposeídos de
empleos y/o de propiedad. Y esto sólo
contribuye más al detrimento de la sociedad.
EL ESTADO DESTRUYE LA
SOCIEDAD Y FORMA
UNA NUEVA CLASE
Las astillas de vidas destruidas
pueden verse en todas direcciones: trabajadores sin prestaciones, trabajadores
sin empleo, trabajadores “indocumentados” sin derechos, jóvenes sin opciones
más que el ejército o la cárcel, ciudades
si agua ni bomberos, la educación y la
salud al amparo de las corporaciones.
Los cambios en el capital y el Estado
deforman nuestras vidas, y al mismo
tiempo crean una nueva clase de proletarios globales. Hoy no es sólo la
economía la que crea estragos, sino las
premeditadas acciones del Estado que
deforman y destruyen la sociedad.
Un ataque total contra la sociedad ha
sido lanzado por la clase explotadora y
especuladora. Ya no les basta con emplearnos para explotarnos, eso no calma
su sed de ganancias. Lucran de nuestras
deudas, confiscan los haberes públicos,
y transfieren fondos públicos a ingresos
privados. Debido a que la clase poseedora y dominante depende cada vez
más del Estado para desangrar la
riqueza de la sociedad, es más difícil
diferenciar entre esta clase poseedora y
el Estado mismo. La soberanía de la
propiedad privada está destruyendo la
sociedad.
La sociedad se polariza. Los ultra ricos pueden pagar servicios privatizados, los empobrecidos se ven forzados
a luchar desesperadamente por sobrevivir; la clase media está empobreciendo. El asalto a la sociedad cambia la
punta de lanza en la lucha social, los
trabajadores con empleo tienen que
luchar por sus sueldos y prestaciones.
Pero ya no sólo son esos los temas de
lucha. El vivir y prosperar como seres
humanos toma valor central, y esto
coloca las luchas sociales en confrontación directa con el Estado.
De la destrucción de la relación entre
los trabajadores y el capital, una nueva
clase de polarización empieza a predominar, y esa es la de la clase global
desposeída y la clase global poseedora.
El Estado es el que progresivamente
cumple funciones de desposeer.
La reorganización de la distribución
de la riqueza de la sociedad de acuerdo
a las necesidades, ya sea por la destruc-
ción del ambiente, el decadente sistema
educacional o el ineficiente sistema de
salud, es no sólo una posibilidad sino
una necesidad urgente. La solución a la
destrucción de la sociedad es el programa de la nueva clase desposeída — la
abolición de la propiedad privada y la
explotación.
Al igual que la clase capitalista en su
ascenso, nuestra clase será formada
políticamente en la lucha por sus
necesidades. Esto no es un proceso automático, sino una combinación de
necesidades reales, experiencias prácticas, polarización ideológica y educación política.
Cuando la opinión pública se polariza sobre cuestiones especificas, la
batalla por un programa de clase es
posible. El tema de la inmigración, por
ejemplo, expresa la transformación
global y vuelve inmediata la pregunta:
¿Cuál es el camino hacia delante?
¿Los intereses de la propiedad privada ó el bienestar de los pueblos del
mundo?
Algunas personas proclaman que
hablan por los intereses de los trabajadores estadounidenses cuando se pronuncian en contra de los inmigrantes.
Como si eso fuera a devolver las prestaciones ofrecidas por una economía que
ya no existe. Los cambios en el capital
demuestran que ello es inmoral e imposible. Por ende, después de que la
clase trabajadora de los EE.UU. se ha
beneficiado—también—del saqueo imperialista del mundo, es demostrable
que ese impulso (a condenar a los inmigrantes) proveerá suelo fértil para el
crecimiento del fascismo en los Estados
Unidos.
Millones más se levantan contra la
inmoralidad de negar el derecho de
vivir a los seres humanos, y reconocen
que si un trabajador pierde sus derechos, todos los demás trabajadores
sufren la amenaza de perder los suyos.
El problema no son los inmigrantes
sino la minúscula clase que lucra de los
trabajadores, las deudas y miseria de
millones de gente. Las líneas divisorias
entre las clases deben ser definidas;
nuestra clase debe unirse alrededor de
su programa y ser consciente de la
necesidad de actuar por sus intereses
políticos.
NUEVAS POSIBILIDADES
Cuando algo nuevo comienza, es
posible hacer cosas que antes no eran
posibles. Cuando comprendemos algo
nuevo y emergente en la sociedad,
podemos anticipar su desarrollo, estimar sus consecuencias políticas, y evaluar lo que significa para las tareas
revolucionarias.
Cambios en el capital y el Estado
abren las posibilidades para que los revolucionarios lleven a cabo sus tareas y
la manera de hacerlo. Las ataduras que
ligan la clase trabajadora a su clase enemiga y al Estado se están rompiendo.
Las ataduras que les ligan ideológicamente se están debilitando; mucha
gente ha perdido el sentido de dirección…algunos buscan respuestas. Los
cambios en cualquier proceso político o
económico significan que es posible establecer nuevas formas de pensamiento.
Es posible un marco intelectual completamente nuevo para dar respuesta a
esos cambios.
Establecer nuevas formas de pensamiento y la dirección de ese nuevo
pensamiento, depende de los revolucionarios. Ya es tiempo de que los revolucionarios se unan alrededor del
programa de la clase que está emergiendo de la destrucción de la sociedad. De
no ser así, ¡el proceso no puede ir hacia
delante!
¿QUÉ ES EL ESTADO? ¿QUÉ
ES LA PROPIEDAD PRIVADA?
El Estado es la maquinaria por la
cual una clase oprime a otra y protege
sus riquezas y propiedad. Depende de
la relación entre las clases involucradas
en la producción, y refuerza dicha
relación. En una sociedad capitalista, el
Estado protege la propiedad privada de
la clase capitalista. Por ejemplo, si uno
es dueño de una fábrica, uno tiene el
“derecho” de explotar a la gente, es decir, contratarle, pagarle por el tiempo en
que permanecen trabajando en esa fabrica (o por el valor de lo que producen), para así acumular riqueza
basada en la diferencia.
La propiedad privada no se refiere a
las posesiones individuales de una persona, tales como ropa, automóvil o un
televisor. Se refiere a ser dueño de
medios de explotación, y a ser dueño de
medios de acumulación de riqueza
basados en un sistema de explotación.
Si uno es dueño de un banco, por
ejemplo, acumula riqueza que no fluye
directamente de la producción, pero
que depende de la explotación. Las
leyes y regulaciones establecidas, también le darán toda clase de ventajas para
que sus ganancias sean máximas y acumule riqueza.
Continúa en la página 4
publicado por:
Liga de Revolucionarios
por una Nueva América
3
El Estado protege a la propiedad privada y a la clase que la posee. La forma
y el papel que juega el Estado evolucionan con los cambios en las formas
predominantes de propiedad privada,
las cuales, en turno, arrancan con las
fuerzas impulsoras en la producción y
con nuevos métodos de producción.
EL PAPEL DEL LIDERAZGO
CONSCIENTE
La historia es una cadena de causas y
efectos sin fin, y del crecimiento y declive de las fuerzas sociales que cambian las formas y reglas de la sociedad.
La más básica de éstas fuerzas es la
economía—como la gente se relaciona
en la producción de los bienes necesarios en la vida. Nuevas fuerzas sociales
crean organizaciones e instituciones, a
través de las cuales se manifiestan y expresan su necesidad de controlar sus
propias vidas.
Con los cambios en la economía, la
gente reacciona espontáneamente a las
condiciones de la vida diaria. Surgen
movimientos, y luchan contra condiciones que se hayan vuelto intolerables—grupos de gente que de forma
práctica dan un paso tras otro sin saber
cual será el resultado final. Les llamamos aspectos de movimiento social
“espontáneos”, porque proceden como
una reacción natural a las condiciones.
Tales luchas sólo pueden ser exitosas, si su liderazgo logra infundir el
movimiento con metas alcanzables y
consolidar victorias. Los rebeldes en el
Boston Tea Party, enojados y motivados, querían lograr ciertas metas en sus
vidas personales y colectivas. Los “Hijos de la Libertad” de Samuel Adams
en Boston y luego los Comités de Correspondencia a través de las colonias,
se organizaron para oponerse al control
británico de las colonias. Determinados
a alcanzar una meta política específica,
llevaron liderazgo “consciente” a la
lucha espontánea y lograron ligar la ira
popular a la causa por la independencia.
Los innumerables actores en la Revolución Americana no estaban conscientemente preocupados con las
complejidades de establecer una
república independiente para poder desarrollar una economía “Americana”.
Los abolicionistas no sabían de las intrincadas fuerzas económicas y sociales
que eventualmente resultarían en la
Guerra Civil y que acabarían con la esclavitud. Los millones de trabajadores
que lucharon por establecer sindicatos
laborales en los EE.UU., luchaban por
sueldos y condiciones de vida. Ellos no
estaban conscientes que estipulaciones
de lo que luego seria el Acta Wagner de
Relaciones Laborales, eran necesarias
para reformar la sociedad en torno a lo
4
que es la línea de ensamblaje industrial.
Millones participaron para lograr dignidad e igualdad humanas en la lucha
de liberación de los Afro-americanos; la
mayoría no era consciente de que la
mecanización de la agricultura en el Sur
había removido las bases del viejo orden de vida, y había hecho posible su
lucha.
Los cambios permanentes a gran escala, sólo son posibles cuando los cambios en la economía y la sociedad lo
permiten. A la gente no le agradan los
cambios drásticos; poderosos intereses
creados luchan para preservar el orden
existente, por lo tanto tiene que haber
presiones muy fuertes para ejercer cambios. Cuando nuevas fuerzas se desarrollan, hasta el punto de que la
sociedad ya no puede seguir funcionando como antes, el cambio no puede ser
detenido de manera indefinida. Los
cambios económicos y sociales que
conllevan a crisis y cambios formales
en la sociedad, ocurren en periodos de
años y décadas, para luego derramarse
a la esfera política y ser disputados.
La máquina de vapor y la revolución
industrial crearon las bases para los
cambios revolucionarios en los siglos
de 1700 y 1800. Fueron cambios
económicos y sociales los que llevaron
a la guerra civil en los EE.UU., a las
revoluciones socialistas de siglo 20, a
las luchas laborales de los años 30 y al
movimiento por los Derechos Civiles,
Todos estos cambios son un reflejo y
consecuencia de los cambios en las
relaciones de la mano de obra y la
maquinaría electro-mecánica en la producción industrial capitalista. La sociedad entró en conflicto cuando las
cosas ya no funcionaron como antes.
Los dueños de la propiedad productiva,
los capitalistas, tenían la suficiente
fuerza económica y poder social para
asegurar su victoria.
Hasta el siglo 20, las clases que
tomaron el poder en situaciones revolucionarias, lo hicieron gracias a la ventaja que les daba su posición económica:
por ejemplo, durante la Reforma Religiosa, los terratenientes no-eclesiásticos; durante la Revolución Americana,
los dueños de propiedades coloniales;
en las Revoluciones Inglesa y Francesa,
los comerciantes, los manufactureros y
los industriales. Con el crecimiento y
expansión de la economía, los capitalistas pudieron ganar y mantener el control, acomodándose a las demandas de
cambios económicos y sociales. Los
movimientos lucharon y ganaron reformas sociales, en cuanto la sociedad se
ajustó a la relación entre humanos y la
maquinaria.
Durante los últimos 50 años la
economía mundial ha pasado de ser una
economía industrial basada en mano de
obra a sueldo, a una economía global
basada en la electrónica. La tecnología
electrónica, automatización por computadoras digitales, está reemplazando
la mano de obra en la producción. Reformas como las del pasado, que repercutieron en el antigüo sistema
industrial, ya no son posibles. Millones
de personas, quienes antes podían
vender su capacidad laboral para vivir,
se encuentran sin trabajos, sin casa, sin
atención médica, educación, derechos
civiles y sin esperanza para el futuro.
Un cambio fundamental en la
economía, ha hecho necesaria una
transformación fundamental de la forma en que viven y son gobernados los
seres humanos.
LAS LUCHAS ESPONTÁNEAS
Y LOS LÍDERES CONSCIENTES
En las pasadas batallas por reformas,
los luchadores se organizaban en torno
a algún aspecto común de su identidad
tal como empleo, raza, y género. Y consiguieron reformas y concesiones a
través de duras luchas, pero sin tener
que entender la dinámica de poder del
sistema clasista en el que vivían. Hoy
en la lucha contra la destrucción de la
sociedad, la tendencia natural de los
movimientos espontáneos es retroceder
a lo que funcionaba en el pasado, y
luchar basándose en su identidad social.
Sin una clara comprensión de la historia
y de su clase, son llevados a seguir
líderes que aparecen con planes que reflejan ese pasado y apoyan las instituciones del antigüo orden (o su beneficio
personal).
La gente lucha con la
esperanza de que, si lucha lo suficientemente fuerte, la sociedad puede ser reformada
para
satisfacer
sus
necesidades.
Pero la época de acomodamiento y
reformas es cosa del pasado. Nuestra
lucha hoy es por cambiar el sistema
económico en que vivimos, un sistema
que satisface las necesidades de una pequeña clase de capitalistas por un sistema que sirva a las más amplias
necesidades de la humanidad. Los
movimientos espontáneos de masas
necesitan un liderazgo que comprenda
las fuerzas sociales y de clase, que están definiendo este momento en la historia. Se necesita un liderazgo que
comprenda que este es el final de un periodo en la historia, y el comienzo de
otro. Sin esta clase de liderazgo el
movimiento espontáneo estará reducido
a ser un clamor en contra de condiciones cada vez peores. La naturaleza
objetiva de esta lucha y el hecho de que
las viejas presunciones no funcionan,
obligan a muchos luchadores a confrontar la necesidad de una nueva manera de comprensión y de búsqueda de
una nueva ruta revolucionaria. Los
movimientos espontáneos dan cabida a
revolucionarios en búsqueda de entendimiento del mundo y de una estrategia para cambiarlo.
Solo un liderazgo que comprenda y
sepa responder a la realidad actual (es
decir que sepa unificar los movimientos
con su clase y con sus intereses de
clase) puede moverlos en dirección
constructiva. Tal liderazgo se desarrolla
cuando los revolucionarios conscientes
se unen con las algunas veces difusas y
desorganizadas demandas revolucionarias de las masas. Ellos no intentan desviar los movimientos de sus
caminos o convencerlos con ideas abstractas, sino que ayudan a clarificar y
enfocar su intención objetiva y revolucionaria.
Los movimientos espontáneos se
desviarán y fracasarán sin un liderazgo
que comprenda el papel de la clase revolucionaria, y la necesidad de construir
una nueva sociedad.
Así como las intolerables condiciones llevan a más y más gente a los
movimientos, también así los falsos
líderes confabulan para ocultar la naturaleza de clase de la lucha, para poner a
un sector de la clase en contra de otro, y
convencer al movimiento que sus esperanzas deben cifrarse en uno u otro
grupo de los capitalistas.
El primer paso a dar para nuestra
clase, es entender que es una clase, y no
solamente
un conglomerado de grupos con
antigüas ideas de identidad social. Las
antigüas relaciones—una clase obrera
vinculada a los capitalistas por la parte
“media”—se desmoronan. Una nueva
clase de desposeídos empieza a formarse; el programa de esa clase, es decir, compartir las riquezas de la
sociedad para el beneficio de todos,
representa el futuro y es la dirección a
seguir en nuestra lucha.
Armados de un liderazgo consciente
para luchar por un programa de clase,
por una estrategia que rompa con la
clase capitalista, y por un independiente
partido de clase; los movimientos
espontáneos pueden convertirse en
fuerzas capaces de asegurar un futuro
de abundancia y paz.
NOVIEMBRE 2006