Download Publicado: En Infobae Argentina 28 de Junio de 2011

Document related concepts

Política fiscal wikipedia , lookup

Conservadurismo fiscal wikipedia , lookup

FairTax wikipedia , lookup

Concierto económico wikipedia , lookup

Ingreso público wikipedia , lookup

Transcript
ESTUDIO LICANDRO-DIAZ
Publicado: En Infobae Argentina
28 de Junio de 2011
EL IMPUESTO A LA TIERRA ES " UN CAMBIO TRIBUTARIO
INNECESARIO PARA URUGUAY"
El ex ministro de Economía uruguayo Gustavo Licandro dijo a Infobae
América que el tributo provoca un trato desigual a las actividades
agropecuarias y erosiona la previsibilidad que caracteriza al país
El presidente José Mujica se prepara para enviar un proyecto de ley que grava
con impuestos la tenencia de tierra de uruguayos y extranjeros, en un giro
inesperado para observadores económicos y políticos porque ingresa en un terreno
que, hasta ahora, estaba reservado al equipo económico del vicepresidente de la
República, Danilo Astori.
Los ministros de Economía y de Agricultura no acompañan el planteo de Mujica. Se
negocia un proyecto común que permita "mantener el rumbo", expresión que tanto
Astori como el primer mandatario utilizaron en el encuentro con empresarios que se
realizó en el Hotel Conrad de Punta del Este.
En la primera reunión ocurrida en ese mismo lugar en 2010, poco antes de asumir el
actual gobierno, se había anunciado que no se pondrían nuevos impuestos y se
invitaba a los empresarios extranjeros a invertir y vivir en Uruguay. En abril de
2011, se comprometieron a "mantener el rumbo".
Los dirigentes más radicales del Frente Amplio entienden que debe gravarse la
tenencia de la tierra para evitar la extranjerización y la concentración en épocas de
bonanza para el campo uruguayo. Otros, cercanos a Astori, sostienen que si el
objetivo es recaudar para invertir en infraestructura, debe gravarse la utilización
de las rutas y puertos nacionales, pero no la inversión en tierra.
Gustavo Licandro, ex viceministro y ministro de Economía de ese país entre 1991
y 1994, ex director ejecutivo de la Asociación de Bancos, ex directivo y asesor de la
Federación y Asociación Rural, habló con Infobae América sobre el proyecto.
El gobierno del presidente Mujica sostiene que el proceso de extranjerización y
concentración de la tierra se puede combatir con un impuesto que grave su
tenencia. ¿Esto es así?, ¿es un instrumento eficiente para ese fin?
La inversión en el sector agrícola en Uruguay es una de las principales características
del país en los últimos años. Ese proceso llevó de la mano a la adquisición de campo
en el país, que se manifiesta en un fuerte proceso de cambio de titularidad de
tierras y en un proceso de inversión en tecnología para la producción
1
ESTUDIO LICANDRO-DIAZ
agrícola. En ese marco, la presencia de propietarios y productores extranjeros es
creciente, que no es igual a concentración de la tierra ya que el número global de
establecimientos no se redujo.
Esto no es malo para el país, ya que refleja, al menos, las siguientes tres
cosas: 1)un importante ingreso de capitales -inversión externa directa- que se
aplica a la compra de campos y a la actividad agropecuaria; 2) que el marco
institucional y de política económica es estable y creíble para extranjeros y locales
que están dispuestos a invertir en el Uruguay; y 3) que la percepción de los
empresarios es que la coyuntura internacional se mantendrá en el mediano
plazo y, por lo tanto, es bueno seguir apostando al sector agropecuario como
generador de ingreso y a la tierra como resguardo de valor.
Gravar la tierra, ¿desestimula la extranjerización y concentración?
No. La nacionalidad del propietario de la tierra no estaría afectada, al menos por
lo que se ha publicitado del proyecto que se elabora. En Uruguay, no importa la
nacionalidad de los agentes económicos. Ni la tierra, ni los depósitos a plazo fijo tienen
bandera. Las medidas no discriminan por nacionalidad.
Lo que podría afectar una decisión empresarial es la incertidumbre que siempre
genera una medida económica contraria a lo que se ha venido anunciando. En los
últimos dos años de reuniones, en sendas reuniones en el Conrad, se anunció
precisamente que no se incrementarían los tributos utilizando alguna frase por
demás gráfica para ello. Más importante que el impacto de este nuevo impuesto,
sería el aumento de la tasa de riesgo del país... Y esto vale para extranjeros y
locales...
Con respecto a la concentración, un impuesto tampoco es un instrumento correcto
ya que, en principio, lo que provocará es un proceso artificial de reducción de áreas
rurales.
La imagen que había del gobierno de Uruguay es que no aumentaría los
impuestos a los contribuyentes. ¿Por qué este cambio?, ¿la posición del
gobierno es unánime a favor del impuesto a la tierra?
No voy a opinar respecto a las razones políticas. Hay quienes dicen que este tema
aparece en la opinión pública luego de un desenlace adverso para la izquierda
en el Parlamento, al no poder votar una ley vinculada a los derechos
humanos. Pero no hay una explicación plenamente aceptada al cambio de rumbo.
Hay quienes afirman que "al campo le va bien, entonces tiene que contribuir a
financiar las inversiones en infraestructura vial del país". Bien, ¿hasta dónde llega?,
esta afirmación no llega muy lejos. El gravamen propuesto recauda menos de US$
50 millones, poco más del 1 por mil del PIB, totalmente insuficiente para
financiar obras viales. Así que el cambio de rumbo obedece más a filosofía que a
necesidades fiscales.
2
ESTUDIO LICANDRO-DIAZ
Esto mismo entiende parte del equipo económico y el vicepresidente Astori. Ellos
sostienen que si el objetivo es recaudar para financiar obra pública, entonces debe
gravarse a quienes usan las carreteras, puentes y puertos. Por tanto, proponen un
impuesto a la utilización de la infraestructura vial, algo así como un peaje. Sin ser
perfecta, esta propuesta es de mejor calidad que un impuesto a la tenencia de tierra,
ya que relaciona el financiamiento de las obras a su utilización.
Pero sería gravar la producción agropecuaria...
Es verdad. Pero va en relación con el uso de las rutas y no con el stock de
capital de un empresario. Personalmente, creo que ninguna de las dos alternativas
son necesarias en Uruguay. La recaudación fiscal, fruto del crecimiento económico, es
récord histórico. Pero la aplicación de los recursos fiscales es equivocada ya que el
aumento del gasto público ha sido muy importante, equivalente al aumento de la
recaudación en los últimos 6 años. No se ha creado un fondo contracíclico ni se han
acumulado reservas con superávit fiscal. Tampoco el aumento de los egresos públicos
se explica por crecimiento de la inversión pública. Todo el aumento del gasto ha
sido en salarios y gasto corriente propiamente dicho. Es más, la deuda neta del
sector público sigue aumentando, financiando déficit fiscal que, aunque en niveles
bajos, ocultan un exceso de gasto público e impiden años de superávit fiscal y ahorro
del sector público. Por eso, creo que no es necesario un aumento de impuestos:
basta con ser más cuidadoso en el manejo del gasto público.
Volviendo a los argumentos del gobierno, ¿cuál es su opinión acerca de evitar la
concentración de tierras con un impuesto que permita captar parte del aumento
de su precio?
Poner un impuesto con un monto creciente a superficies mayores de 2.000 hectáreas
genera injusticias varias. No es lo mismo esa extensión en zona agrícola, cuyo
valor de arrendamiento es superior a US$ 350 por hectárea, que igual superficie
en la zona ganadera, con arrendamientos del orden de US$ 50 por
hectárea.Simplemente porque lo que produce una y otra hectárea es sustancialmente
diferente. Ni la tierra ni su arrendamiento valen lo mismo. Sin embargo, se propone un
tributo de igual monto para ambos casos. Son impuestos ciegos, sin "cintura".
Sería equivalente a decir que como los precios de los commodities han subido
internacionalmente, hay que ponerle detracciones (retenciones). Para un país que
es altamente dependiente del comercio internacional y que tiene una política comercial
muy estable en los últimos veinte años, sería un error garrafal. Además, la
producción de las diferentes materias primas tiene rentabilidades diferentes, lo
que hace inconveniente detracciones iguales. Nada más ciego que estos
impuestos que no dependen del ingreso neto sino del nivel de facturación o del stock
de capital de una empresa. Impuestos del pasado que esconden prejuicios varios.
3
ESTUDIO LICANDRO-DIAZ
Usted le atribuye al "clima para inversores" una importancia muy alta, ¿tanto
como para no hacer justicia social con los tributos?
Uruguay es altamente dependiente del ahorro externo. Históricamente, el ingreso
de capitales fue del orden del 3% del PIB. Actualmente es el doble, casi 6% del
PIB. Todo el incremento ha sido inversión externa directa. Esencialmente en
campo y en actividad agrícola. A su vez, el gobierno dijo a los empresarios que
no aumentaría la carga tributaria y se mantendrían las reglas de juego. Todas las
señales contrarias a ese mensaje perjudican el clima para los inversores, locales o
extranjeros. Por lo tanto, se puede afectar el ingreso de capitales al país. Y eso se
traduce en empleo, salario real y crecimiento económico.
Hace pocos años (2007), se aprobó una reforma tributaria importante, en la que
se reducía paulatinamente el impuesto al patrimonio y se incrementaba la base
imponible del impuesto a la renta. La medida propuesta, conceptualmente, va en
sentido opuesto. Por otra parte, no se puede estar modificando el régimen
impositivo todo el tiempo.
Además, los impuestos se utilizan para recaudar fondos para financiar la política
fiscal, no para hacer justicia. La distribución del ingreso se logra con instrumentos
de gasto público, no con los tributos que tanto más neutrales sean, mejor calidad y
eficiencia tendrán para su objetivo principal: recaudar. En esto, todos los indicadores
de bienestar social están mostrando mejorías sustanciales en los últimos años,
por ejecución de políticas sociales o por la propia coyuntura internacional. Todo
por manejo de instrumentos de gasto público.
Entonces, ¿qué le conviene a Uruguay?
Que no se proponga ni se apruebe nada al respecto. Con un ingreso de capitales
que duplica el histórico, un crecimiento de la economía envidiable, una tasa de
inversión satisfactoria y bajísimo nivel de desempleo, no hay que hacer nada que
arriesgue ahuyentar a los inversores. Hay una vieja máxima que dice "no se debe
arreglar lo que no está roto"...
El link de la noticia es:
http://america.infobae.com/notas/28067-El-impuesto-a-la-tierra-es-un-cambio
tributario-innecesario-para-Uruguay
4