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Día de la Tierra
ALEJANDRO FEIJÓO
A falta de que el futuro nos aclare las dudas sobre la vida en Marte, nuestro planeta Tierra
es aún el único hogar de todas las especies vivas que se conocen.
El estado de salud con el que afronta el siglo XXI no parece, sin embargo, ser el más óptimo. Sus heridas
se reconocen a simple vista. Bosques devastados, ríos y mares moribundos, el cielo envenenado, el
subsuelo horadado, animales que solo podremos volver a ver en fotografías... Este estado de cosas se
traduce en una serie de enfermedades que amenazan la convivencia y el normal desarrollo de la actividad
humana.
Este año, el Día de la Tierra se celebra bajo el lema “Protejamos a nuestros hijos y a nuestro futuro”.
Agua para la vida
La destrucción de los recursos hídricos es a la vez causa y consecuencia de fenómenos como la
desertificación o la deforestación, al mismo tiempo que se ve alentada por el acelerado crecimiento de la
población mundial, que cada año aumenta en 80 millones de seres humanos. Si a ello sumamos la
política de despilfarro de las grandes corporaciones, un puñado de empresas que malgastan uno de cada
10 litros de agua potable, concluiremos que todo esfuerzo es poco para intentar revertir la situación. Por
ello, como cada año, se hace especial hincapié en las acciones individuales de ahorro y consumo
responsable.
La fuerza verde
Fue en Estados Unidos, el 22 de abril de 1970, donde se realizó la primera movilización organizada con el
objetivo de despertar las conciencias acerca de la fragilidad de nuestro planeta. Aquella gran
concentración, alrededor de 20 millones de norteamericanos, fue el embrión del Día de la Tierra, que
desde entonces se celebra todos los 22 de abril.
A fuerza de razones, la ecologista se ha hecho un sitio entre las banderas que escriben la historia de
nuestra casa común. Su espíritu unificador y la justicia intrínseca de sus postulados le confieren un
poderío impensable apenas tres décadas atrás. Tanto es así, que más de 200 millones de personas han
participado en las últimas celebraciones del Día de la Tierra. Una marea humana de responsabilidad y
solidaridad que no ha podido impedir que miremos al futuro con creciente preocupación.
¿Fatalidad o responsabilidad?
Cierto es que, en la actualidad, la percepción de que la responsabilidad del cuidado del planeta es tarea
de todos se ha multiplicado en proporciones entonces inimaginables. La información de lo que se conoce
como Medio Ambiente comparte ya protagonismo con las principales noticias del mundo, y se ha alzado
como una sección más que relevante en los medios de comunicación.
Sin embargo, cada día asombra menos el descomunal vertido en aguas que no sabríamos localizar en el
mapa; las imágenes de bosques ardiendo irremediablemente son parte indisoluble de nuestros veranos;
las muertes por catástrofes naturales se suman en el haber del infortunio y no en el de la
corresponsabilidad humana.
Esta familiaridad es, con poco margen para la duda, resultado de una creciente y saludable asimilación de
la problemática medioambiental, aunque también comienza a ser signo de dejadez o de fatalidad, la
dimensión de los desastres parece escapar de nuestro voluntarioso pero corto alcance. La buena salud
del planeta no es, pues, capricho de un puñado de ecologistas iluminados. Está en juego la herencia real
que dejaremos a las generaciones venideras. Se agotan los recursos, también el tiempo para
arrepentimientos.
Propuestas didácticas
Actividades para el Día de la Tierra
Más información
Día de la Tierra (web oficial)
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