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Sociedad Iberoamericana de Información Científica Ensayo Clínico Controlado y Aleatorizado sobre Suplemento de Calcio en Mujeres Ancianas Sanas Resumen objetivo elaborado por el Comité de Redacción Científica de SIIC en base al artículo Randomized Controlled Trial of Calcium in Healthy Older Women de los autores Reid IR, Mason B, Gamble GD y colaboradores integrantes de la University of Auckland, Auckland, Nueva Zelanda El artículo original, compuesto por 9 páginas, fue editado por American Journal of Medicine 119(9):777-785, Sep 2006 El calcio reduce en forma sostenida la pérdida de masa ósea y el recambio óseo, pero aún se desconocen sus efectos sobre la incidencia de fracturas. Introducción El calcio es el principal mineral del tejido óseo, cuyos suplementos siempre se han utilizado en la prevención y el tratamiento de la osteoporosis. En la actualidad, hay información clínica que sustenta que el calcio ejerce efectos positivos sobre la densidad mineral ósea en las mujeres posmenopáusicas. Sin embargo, estos efectos han sido leves y sólo significativos en la clínica cuando se lo utiliza en forma continua y progresiva. En varios estudios acerca de la monoterapia con calcio se ha sugerido que la reducción de la pérdida de masa ósea en las mujeres posmenopáusicas se asocia con la disminución del riesgo de fracturas, aunque los metanálisis de los estudios disponibles no muestran información convincente al respecto. También se han aportado datos que sostienen que el uso de calcio y vitamina D reduce la tasa de fracturas en los pacientes ancianos. Sin embargo, en un estudio reciente que incluyó 5 292 mujeres y hombres con fracturas previas, no se demostró beneficio alguno asociado con la administración de calcio, vitamina D o su combinación. En trabajos previos se observó un incremento de la densidad ósea y una reducción aparente en la incidencia de fracturas entre las mujeres posmenopáusicas de Nueva Zelanda, que habían participado de un ensayo clínico con una muestra pequeña de mujeres en las que se evaluó el probable beneficio del suplemento de calcio. El presente estudio fue diseñado para reexaminar de un modo más riguroso los efectos a largo plazo del suplemento de calcio sobre la pérdida de masa ósea y la incidencia de fracturas en esta población. Pacientes y métodos Se realizó un ensayo clínico aleatorizado y controlado en mujeres posmenopáusicas sanas, diseñado para evaluar los efectos del calcio sobre la densidad ósea y la incidencia de fracturas durante un período de 5 años. Las participantes fueron reclutadas a través de la publicidad y por correo electrónico; eran mayores de 55 años, no recibían suplementos de calcio o tratamiento para la osteoporosis y no presentaban enfermedades graves. Los valores de creatinina sérica eran menores de 2.3 mg/dl y los de 25-hidroxi-vitamina D, superiores a 10 μg/l. La densidad ósea de la región lumbar no se encontraba debajo del rango normal adecuado para la edad. Los tratamientos se administraron en forma aleatoria mediante un programa de computación; el número de sujetos estaba designado y los medicamentos eran expendidos por el personal del estudio, que no tenía contacto con personal de otro estudio o con los participantes. Las mujeres recibieron 1 g diario de calcio elemental (como citrato) o un placebo idéntico, dividido en 2 tomas diarias. La adhesión al tratamiento se evaluó mediante el recuento de las tabletas. Las pacientes que habían tenido fracturas durante el estudio recibieron consejos acerca de la prevención de futuras fracturas y la mayoría de ellas comenzaron con tratamientos contra la osteoporosis y tomaron suplementos de calcio. Las participantes fueron evaluadas al inicio del protocolo, a los 30 meses y a los 60 meses. Se realizaron estudios por imágenes de columna, cadera y el cuerpo entero, en tanto que la morfometría vertebral se efectuó mediante absorciometría de rayos X por energía dual. Las fracturas vertebrales incidentales se definieron como la disminución superior al 20% en la altura de cualquier vértebra, siempre que la reducción absoluta fuera al menos de 4 mm. Dos médicos clínicos experimentados evaluaron las vértebras que cumplían con estos criterios para asegurar que la identificación de los márgenes vertebrales fuera la correcta. En cada visita, cada 6 meses, las participantes eran interrogadas acerca de las fracturas. Si éstas se informaban, se obtenía la radiografía de control o su informe. Si la paciente comunicaba un episodio que sugiriera una fractura, pero no se había realizado evaluación radiológica, ésta era llevada a cabo. Las fracturas vertebrales sintomáticas, diagnosticadas en forma independiente a las evaluaciones del estudio, fueron clasificadas como fracturas clínicas, siempre que cumplieran con los criterios de la definición de fracturas vertebrales incidentales. Además, las participantes llevaban un diario para registrar las caídas. La fuerza de la mano se midió por triplicado, en la mano dominante, en tanto que la altura se validó mediante el Harpenden stadiometer. Las concentraciones de 25-hidroxi-vitamina D séricas se establecieron al inicio del protocolo mediante radioinmunoensayo. La actividad total de la fosfatasa alcalina sérica, el hierro, la capacidad de unión al hierro, la ferritina y el magnesio se midieron mediante el Roche Modular autoanalyzer. La plataforma Roche Elecsys 2010 fue utilizada para la osteocalcina sérica, los telopéptidos del colágeno tipo 1 y el propéptido Nterminal de procolágeno tipo 1 sérico. El criterio principal de valoración del presente estudio fue el tiempo hasta la aparición de la primera fractura clínica, en cualquier sitio, en tanto que los criterios secundarios de valoración abarcaron la densidad mineral ósea y los siguientes subgrupos de fracturas: vertebrales totales, de cadera, fracturas distales de antebrazo y por osteoporosis. Las fracturas patológicas fueron excluidas de todos los análisis. Resultados Disposición de las pacientes y adhesión al tratamiento El 90% de las participantes completó el período de seguimiento, con un cumplimiento promedio, en la toma de la medicación, del 55% a 58%. Algunos de los motivos por los cuales no se completó el estudio, fueron los siguientes: muerte (regis- trada en 63 mujeres), diversas enfermedades (103) y motivos personales (50 participantes). Por otro lado, algunas mujeres continuaron con la medicación luego de 5 años, en las que el cumplimiento del tratamiento fue de aproximadamente 85%. Densidad mineral ósea En el grupo placebo no se produjo pérdida de masa ósea a nivel de la columna vertebral y se registró un incremento de la densidad ósea del 1.5% en las pacientes que recibieron calcio, a los 3 meses de iniciado el tratamiento. Los patrones de pérdida de masa ósea fueron similares en la cadera y el cuerpo completo, con diferencias entre los grupos de 1.6% y 1.2%, respectivamente, a los 5 años. El efecto del calcio sobre la densidad ósea fue más evidente durante la primera mitad del estudio. Cuando se analizaron los cambios entre los 30 y los 60 meses, no se observaron efectos significativos del tratamiento en la columna y en el cuerpo entero, aunque sí se verificaron en la cadera. Para determinar si la ingesta de calcio en la dieta influenciaba los efectos del calcio sobre la densidad ósea se consideraron puntos de corte de 400 a 1 000 mg/día. Sólo cuando la cohorte se dividió en los 800 mg/día, aquellas mujeres con ingestas inferiores tuvieron mayores incrementos en la densidad total de la cadera, en respuesta al suplemento de calcio (p = .007). Las diferencias entre los grupos a los 5 años fueron del 2.3% en la columna vertebral, 2.8% en la cadera y 1.8% en el cuerpo completo, lo que representó una reducción del 64% de la pérdida de masa ósea en la cadera y de 59% en el cuerpo entero en las pacientes que recibían el suplemento de calcio. En este análisis, el efecto en la segunda mitad del estudio fue menos evidente y las diferencias entre los grupos se incrementaron de manera significativa durante este período. Fracturas Durante el período de estudio se registraron 425 fracturas en 281 mujeres. Respecto del total de fracturas clínicas y por osteoporosis, se observaron escasas diferencias entre los grupos, aunque las fracturas de cadera fueron más frecuentes en las pacientes que recibían el suplemento de calcio, en tanto que las fracturas de antebrazo parecieron ser menos habituales en este grupo. Se realizó un análisis que excluyó a las participantes que durante el período de estudio tuvieron adhesión y cumplimiento al tratamiento inferior al 60%. Los resultados sugirieron que el calcio reduce la tasa de fracturas, aunque esto sólo fue significativo para las fracturas de antebrazo. En el grupo placebo, 229 participantes tuvieron cumplimiento inferior al 60% durante un período de 6 meses, similar a las 240 del grupo del suplemento de calcio. La pérdida de altura vertebral fue lineal en ambos grupos. Marcadores de recambio óseo La actividad de la fosfatasa alcalina se midió en todas las participantes al inicio del estudio y a los 5 años. Los valores disminuyeron más en el grupo que recibió calcio, respecto del grupo placebo. En 80 participantes que continuaron con el tratamiento después de los 5 años también se midieron otros marcadores. Los niveles de propéptido N-terminal de procolágeno tipo 1 sérico fueron 22% inferiores en el grupo que recibió calcio; también fueron levemente inferiores en este grupo las concentraciones de osteocalcina sérica y de los telopéptidos del colágeno tipo 1, en comparación con los valores registrados en el grupo placebo, aunque estas diferencias no fueron significativas. Otras mediciones Para evaluar la posibilidad del impacto del calcio sobre la función muscular y la frecuencia de caídas en cada visita se evaluó la fuerza de las manos. Los valores iniciales fueron similares en ambos grupos: 18.4 en el grupo placebo y 18.6 en el grupo del calcio. Durante el período de estudio, la fuerza disminuyó en todas las participantes. La incidencia de caídas fue de 595 y 585 cada 1 000 mujeres/año, respectivamente. Entre las 80 mujeres que continuaron con el tratamiento luego de finalizar el período de estudio, los niveles de hierro, ferritina y magnesio fueron similares en ambos grupos. El 25.6% de las mujeres del grupo placebo, respecto del 28.8% de aquellas que recibieron calcio, perdieron al menos una pieza dentaria. Efectos adversos Se produjo constipación en 132 (18%) mujeres del grupo de calcio y en 82 (11%) del grupo placebo. Dos pacientes del primer grupo presentaron cálculos urinarios. El abandono del tratamiento fue más frecuente en el grupo del suplemento con calcio (336 vs. 296) y las razones manifestadas con más frecuencia fueron motivos de salud en el grupo de tratamiento con calcio en comparación con el grupo placebo. Este hecho estaría en relación con el aumento en la incidencia de constipación en el grupo de mujeres tratadas con calcio. Conclusiones El calcio produce una reducción sostenida de la pérdida de masa ósea y el recambio óseo, pero sus efectos sobre la incidencia de fracturas aún se desconocen. Según los autores, se han comprobado los efectos beneficiosos del suplemento de calcio elemental (como citrato) sobre la densidad ósea y señalan que éstos se sostienen a lo largo del tiempo sobre el recambio óseo. Es probable, agregan, que a través de un metanálisis se puedan dilucidar los efectos del calcio sobre la incidencia de fracturas. Por último, consideran que el presente estudio puede constituir una importante contribución, en lo que respecta a datos disponibles, para los análisis futuros. Copyright © Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC), 2008 www.siicsalud.com