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Efectos no monetarios de la educación en España: análisis a partir del empleo del tiempo Marcos Fernández-Gutiérrez Universidad de Cantabria Jorge Calero Universitat de Barcelona e Institut d’Economia de Barcelona Información de contacto: Marcos Fernández-Gutiérrez Departamento de Economía. Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. Avenida de los Castros, s/n. 39005, Santander. Teléfono: 942202060. Fax: 942201603. Correo electrónico: [email protected] La evaluación de los rendimientos de la educación constituye uno de los principales elementos de atención en el ámbito de la economía de la educación. El grueso de los estudios sobre el tema se ha centrado en los rendimientos económicos obtenidos en el mercado laboral (efectos monetarios). No obstante, algunos análisis han detectado la existencia de otros efectos de la educación cuantitativa y cualitativamente relevantes, englobados dentro de los denominados efectos no monetarios de la educación. En España se han realizado algunos trabajos para estimar la magnitud de los efectos no monetarios de la educación, centrados fundamentalmente en el análisis de las pautas de consumo y gasto de los hogares. El presente trabajo, con una perspectiva novedosa, tiene como objetivo analizar los efectos no monetarios de la educación en España desde el punto de vista del empleo del tiempo. Para ello, utiliza los microdatos de la Encuesta de Empleo del Tiempo 2009-2010 del INE, que ofrece información acerca del tiempo dedicado por los individuos a las distintas actividades diarias. A partir de dicha fuente, se analizan los efectos no monetarios de la educación sobre la probabilidad de realizar distintas actividades de ocio y sobre el tiempo dedicado a las mismas, corrigiendo el efecto de otras variables como la renta y la edad. Los resultados obtenidos reflejan la existencia de efectos no monetarios de la educación sobre el empleo del tiempo de significativa magnitud y relevancia, que favorecen notoriamente la dedicación de tiempo a actividades con externalidades positivas como la cultura, el deporte y la lectura. Estos resultados ponen de manifiesto la importancia de considerar estos efectos en la evaluación de los rendimientos de la educación, en particular en lo que respecta al potencial de la educación para incidir, a través del empleo del tiempo, en la generación de externalidades positivas. Keywords: economía de la educación, rendimientos de la educación, efectos no monetarios de la educación, empleo del tiempo. 1 1. Introducción La evaluación de los rendimientos de la educación y su impacto económico se ha consolidado como un tema de interés prioritario para las políticas educativas, así como para las investigaciones desarrolladas en el ámbito de la Economía de la Educación. La literatura en torno a la evaluación de los efectos de la educación se ha centrado fundamentalmente en los denominados efectos monetarios, referidos al incremento de la productividad que se derivaría de la adquisición de un mayor nivel de capital humano a través de la educación y al aumento de los ingresos salariales asociado a ello (Barceinas et al., 2000; Bils y Klenow, 2000). En los últimos años, con carácter complementario, la literatura ha abordado también de manera creciente el análisis de los denominados efectos no monetarios de la educación, entendidos como aquellas consecuencias de la adquisición de un determinado nivel educativo no asociadas directamente con la obtención de un beneficio monetario (Wolfe y Zuvekas, 1997; Escardíbul, 2002; Calero et al., 2011; Oreopoulos y Salvanes, 2011). Los efectos no monetarios de la educación se reflejan, generalmente de manera beneficiosa, sobre un conjunto amplio de aspectos, tanto desde el punto de vista individual como social, tales como los hábitos de salud, las pautas de consumo y ahorro, las decisiones en el ámbito familiar y los comportamientos y relaciones sociales. De acuerdo con las estimaciones realizadas por Haveman y Wolfe (1984), la magnitud de los efectos no monetarios de la educación resultaría similar a la correspondiente a los efectos monetarios. En consecuencia, una estimación del rendimiento educativo basada exclusivamente en los efectos de tipo monetario estaría infravalorando sensiblemente los beneficios individuales y sociales de la educación (Albert y Davia, 2004). De esta forma, el análisis de los efectos no monetarios de la educación constituye un elemento de gran importancia para la evaluación del rendimiento de la educación y, por ello, también para el diseño de las políticas educativas, como han explicado Calero et al. (2011). Por un lado, debido a problemas de información imperfecta, los individuos no son conscientes de la totalidad de las consecuencias sobre sus condiciones de vida futuras derivadas del nivel educativo que decidan adquirir; esto afecta en particular a los efectos de tipo no monetario, más difíciles de detectar y, en muchos casos, únicamente visibles en fases avanzadas del ciclo vital (tales como sus repercusiones sobre la salud). Por otro lado, los beneficios de la educación para el conjunto de la sociedad (externalidades positivas), inclusive los de tipo no monetario, no son incorporados por los individuos a la toma de decisiones acerca de la adquisición de un determinado nivel educativo. Debido a la existencia de estos problemas de información imperfecta y externalidades positivas, muchos individuos tienden a optar por adquirir un nivel educativo inferior al que optimizaría su bienestar y el del conjunto de la sociedad. Esto resulta uno de los elementos esenciales que contribuyen a 2 justificar la acción de las políticas educativas, con objeto de aproximar la adquisición de educación al óptimo tanto individual como social. Sin embargo, la amplitud de los efectos no monetarios de la educación y la mayor complejidad inherente a su detección y medición han dificultado el análisis de este tipo de efectos, limitando de esta forma el desarrollo de una evaluación más completa del rendimiento educativo y el diseño de las políticas educativas. En España, la incipiente literatura orientada a la evaluación de los efectos no monetarios de la educación se ha basado fundamentalmente en el análisis de las pautas de consumo derivadas del gasto de los hogares (Escardíbul y Calero, 2006; Fernández-Gutiérrez y Calero, 2011). Asimismo, se ha avanzado en la evaluación de los efectos no monetarios de la educación sobre ámbitos concretos donde su detección y la disponibilidad de fuentes de información adecuada es factible, tales como la salud, a partir de los comportamientos de riesgo y los resultados reflejados en el estado de salud declarado (Calero et al., 2011; Fernández-Gutiérrez y Calero, 2014) y el empleo, a partir del análisis de las condiciones laborales (García-Mora, 2004). El objetivo del presente trabajo es analizar los efectos no monetarios de la educación en España desde una perspectiva novedosa, como es el empleo del tiempo por parte de los individuos. Para ello, utiliza la información derivada de la última edición de la Encuesta de Empleo del Tiempo del Instituto Nacional de Estadistica (INE) (INE, 2011), una fuente de enorme interés por el amplio tamaño de la muestra y la gran riqueza de la información que ofrece. A partir de un análisis microeconométrico, controlando por el efecto de otras variables socioeconómicas de importancia (tales como los ingresos, la edad, el sexo, la nacionalidad y la duración de la jornada laboral), así como de las circunstancias adicionales que inciden en las decisiones reflejadas en la información disponible (tales como el trimestre y el día de la semana al que corresponde la información), se obtienen los efectos de la adquisición de un determinado nivel educativo sobre el empleo del tiempo en distintas actividades de ocio (cultura, deporte, juegos, prensa, libros y televisión), con un énfasis particular en aquéllas que presentan efectos positivos para los individuos y/o para el conjunto de la sociedad. En consecuencia, el presente trabajo pretende resultar pionero en la evaluación de los efectos no monetarios de la educación sobre el comportamiento de los individuos y sus repercusiones sociales a partir de información sobre su uso del tiempo. Con ello, este trabajo pretende ofrecer una nueva perspectiva, que contribuya a enriquecer la evidencia existente en relación a la evaluación del rendimiento educativo y, de esta forma, a la toma de decisiones en materia de política educativa. La evidencia obtenida refleja la especial relevancia de los efectos no monetarios de la educación desde la perspectiva del empleo del tiempo, pero también elementos adicionales a considerar para una adecuada explicación e interpretación de estos efectos. 3 Para abordar los objetivos descritos, tras esta introducción, la segunda sección plantea una aproximación a los efectos no monetarios de la educación, describiendo por un lado los ámbitos y resultados en que la literatura ha detectado este tipo de efectos y, por otro lado, las interpretaciones que ha ofrecido acerca de la naturaleza de los mismos. Tras ello, la tercera sección describe la fuente, variables y metodología utilizadas en el análisis. A continuación, la cuarta sección expone los resultados empíricos obtenidos. Finalmente, la quinta sección recoge las conclusiones e implicaciones que se desprenden del análisis. 2. Los efectos no monetarios de la educación Los efectos no monetarios de la educación se caracterizan por su heterogeneidad y amplitud, observándose en aspectos muy diversos, como se refleja en las extensas recopilaciones y clasificaciones de estos efectos realizadas por Haveman y Wolfe (1984), Wolfe y Zuvekas (1997), Escardíbul (2002), Vila (2003) y Calero et al. (2011). Dentro de los efectos no monetarios de la educación, los relacionados con la salud son los que han centrado un mayor interés por parte de la literatura, debido tanto a su relevancia como a la relativa disponibilidad de información. Así, en lo que respecta a los efectos sobre el uso del sistema sanitario, se ha encontrado una relación entre el mayor nivel educativo y un mayor uso de los cuidados preventivos, una mayor atención a problemas sanitarios crónicos y un mayor recurso a cuidados médicos especializados (Feinstein et al., 2006), un menor consumo inapropiado de servicios médicos y productos farmacéuticos (Haveman y Wolfe, 1984) y una mayor propensión a realizar controles periódicos de salud (Vila, 2003). De una manera más amplia, el mayor nivel educativo se ha encontrado relacionado con el uso de una serie de inputs que repercuten en el estado de salud, tales como una menor probabilidad de fumar y, entre los fumadores, una menor cantidad de cigarrillos fumados (Wolfe y Zuvekas, 1997; Bratti y Miranda, 2009), una menor probabilidad de abusar del consumo de alcohol (Grossman y Kaestner, 1997; Escardíbul y Calero, 2006), un menor consumo de ciertas drogas como la heroína (Feinstein et al., 2006), una mayor propensión a practicar ejercicio físico (Wolfe y Zuvekas, 1997; Feinstein et al., 2006) y una mayor probabilidad de seguir una dieta equilibrada (Feinstein et al., 2006). Además de lo que respecta a los hábitos personales, una parte significativa de los efectos no monetarios de la educación sobre la salud se han relacionado con las condiciones del lugar de residencia y del trabajo. Ilustrativamente, las investigaciones realizadas han detectado una relación entre el nivel educativo y la elección del lugar de residencia (Wolfe y Zuvekas, 1997; Vila, 2003), que incidiría en la salud a través de las condiciones generales de habitabilidad, las relaciones con el vecindario, la contaminación del aire y la probabilidad de sufrir un accidente (Feinstein et al., 2006). Respecto a las condiciones 4 laborales, un mayor nivel educativo se ha encontrado relacionado con una menor exposición a las actividades con mayores riesgos laborales (Wolfe y Zuvekas, 1997), unas mejores condiciones ambientales en el trabajo (García-Mora, 2004) y una mayor satisfacción laboral (Vila, 2003; García-Mora, 2004; Fabra y Camisón, 2009). Todos estos aspectos inciden en los efectos no monetarios de la educación detectados sobre los resultados futuros en salud: una menor probabilidad de sufrir limitaciones físicas en actividades habituales, de padecer obesidad y de tener una hospitalización (Feinstein et al., 2006), una menor probabilidad de padecer una depresión (Miech y Shanahan, 2000) y una mayor probabilidad de tener un buen estado de salud declarado (Urbanos, 2000; Groot y Maasen Van den Brink, 2005). Más allá de los efectos no monetarios de la educación sobre la salud previamente descritos, ésta incide en los patrones de consumo de los distintos bienes y servicios, al influir en la formación de las preferencias individuales en el que se basan las decisiones de consumo (Calero et al., 2011; Oreopoulos y Salvanes, 2011). Estas distintas preferencias se reflejan en la incidencia de la educación en el empleo del tiempo disponible. A este respecto, es notoria la relación inversa entre la educación y el tiempo dedicado por las mujeres al trabajo doméstico, debido al incremento de la participación en el mercado laboral ocasionado por aquélla (Haveman y Wolfe, 1984). Pero, además, la educación incide también sobre el tiempo dedicado a otras actividades, entendido como tiempo de ocio (en un sentido amplio). Las investigaciones realizadas al respecto reflejan que, aunque la educación no incrementa el tiempo de ocio, sí incide sobre las preferencias respecto a las distintas opciones de ocio disponibles. En particular, un mayor nivel educativo incrementaría el número de opciones capaces de satisfacer el tiempo de ocio y, con ello, permitiría alcanzar una mayor satisfacción subjetiva a partir del mismo, un fenómeno que ha dado lugar al concepto de “omnivoracidad cultural” (Warde y Gayo-Cal, 2009). Así, un mayor nivel educativo incrementaría las preferencias por actividades como la lectura, la música, el arte y los viajes y, de esta forma, el tiempo dedicado por los individuos a ellas (Haveman y Wolfe, 1984). Las preferencias individuales por el empleo del tiempo de ocio en distintas actividades tendrían también su reflejo en los patrones de gasto. A este respecto, Mañas y Gabaldón (2001) encontraron una relación positiva del nivel educativo tanto con la probabilidad de demandar bienes culturales como con la cuantía gastada en ellos por los demandantes. En un análisis detallado del consumo de bienes culturales, Escardíbul (2002) observó una relación positiva entre el nivel educativo y el gasto de los hogares en asistencia a teatro y espectáculos musicales en municipios densamente poblados, así como con la probabilidad de ir de viaje por motivos vacacionales; en un sentido más amplio, este autor encontró una relación positiva entre la educación (particularmente, para los estudios universitarios superiores) y el consumo de un conjunto de bienes culturales, lo cual relacionó con el concepto de omnivoracidad cultural. Más 5 recientemente, en un análisis de los efectos no monetarios de la educación sobre el gasto de los hogares, Fernández-Gutiérrez y Calero (2011) encontraron una intensa relación entre el nivel educativo y el gasto en libros no de texto, así como una relación entre la educación universitaria y un gasto mayor en comidas en restaurantes y menor en juegos de azar. Por otro lado, las investigaciones realizadas en mercados como los de las telecomunicaciones y la energía han encontrado que un menor nivel educativo, con las consiguientes menores capacidades en materia lectora o matemática, estarían relacionadas con mayores dificultades para la toma de decisiones de consumo de mayor complejidad (George et al., 2011; Clifton et al., 2014). Análogamente, de acuerdo con Vila (2003), un mayor nivel educativo estaría relacionado con una mayor facilidad para acceder a un abanico más amplio de alternativas en el mercado financiero y con una mayor capacidad para analizarlas, lo cual redundaría en un mayor rendimiento del ahorro. Además de los efectos descritos, que actúan en el nivel individual, las investigaciones realizadas han detectado otros efectos no monetarios de la educación sobre la familia y el entorno cercano y sobre el conjunto de la sociedad. En lo que respecta a los primeros, el mayor nivel educativo se ha encontrado relacionado con una mejor planificación y adaptación del tamaño de la familia al deseado (Haveman y Wolfe, 1984; Vila, 2003) y con una mayor dedicación de tiempo por parte de los padres a los hijos (Greenwood, 1997; GutiérrezDomènech, 2010). Los efectos no monetarios de la educación incidirían, en líneas generales, en el desarrollo cognitivo de los hijos, de tal forma que contribuirían notoriamente a explicar la estrecha relación existente entre el nivel educativo de los padres y el posteriormente alcanzado por sus hijos (Wolfe y Zuvekas, 1997; Vila, 2003; Calero et al., 2008). De acuerdo con Checchi (1997), esta relación depende no solo de la renta de los progenitores, sino también de la transmisión cultural, determinada por el entorno y, en particular, la familia. Ilustrativamente, Calero y Escardíbul (2007) obtuvieron que el número de libros existentes en el hogar, como indicador del acervo cultural del mismo, es una de las variables más relevantes para explicar los resultados de los alumnos de educación secundaria en la evaluación de competencias de PISA en España. Más recientemente, Caparrós (2014), en un estudio también aplicado al caso de España, ha encontrado que el nivel educativo de los padres se relaciona positivamente con la propensión de los niños de 10 a 15 años a emplear su tiempo en actividades como estudiar y leer, y negativamente con hacerlo en otras como ver la televisión o escuchar la radio. Asimismo, la literatura ha descrito otros efectos no monetarios de la educación sobre la familia y el entorno cercano, tales como la relación entre un mayor nivel educativo y una mejor salud del cónyuge y de los hijos (Wolfe y Zuvekas, 1997; Vila, 2003). Finalmente, en lo que respecta a los efectos no monetarios de la educación sobre el conjunto de la sociedad, las investigaciones realizadas han encontrado una relación entre la 6 educación y una distribución más equitativa de la renta (Park, 1996; Choi, 2010), actuando como un elemento favorecedor de la movilidad social (Checchi, 1997; Raymond et al., 2009); una mayor propensión a la estabilidad y la cohesión social y una menor conflictividad (Vila, 2003); una reducción de la actividad delictiva (Haveman y Wolfe, 1984; Escardíbul, 2002); una mayor participación cívica e implicación personal en la actividad pública (Wolfe y Zuvekas, 1997; Huang et al., 2005) y una mayor preocupación por el respeto y la conservación del medio ambiente (Worsley y Skrzypiec, 1998). Todo este conjunto de efectos no monetarios de la educación puede verse reflejado en las decisiones de los individuos en relación al empleo de su tiempo. No obstante, antes de pasar al análisis empírico de esta cuestión, resulta oportuno hacer referencia a las distintas posturas existentes para explicar los efectos no monetarios de la educación desde la teoría económica. Desde la perspectiva neoclásica, los efectos no monetarios de la educación se han explicado, al igual que los de tipo monetario, a partir de la teoría del capital humano, centrándose en el incremento de la eficiencia en el consumo que vendría determinado por un mayor nivel educativo (Rosenzweig y Schultz, 1989; Kenkel, 1991). Así, un mayor nivel educativo llevaría a obtener una mayor cantidad de outputs positivos, a partir de una mayor utilización de los inputs adecuados y de una combinación más eficiente de los mismos; también reduciría la tasa de preferencia temporal de los individuos, lo que les llevaría a valorar en mayor medida el futuro y, con ello, a incrementar la eficiencia en el consumo. De esta forma, la visión neoclásica considera a estos efectos en todo caso como beneficiosos, lo que permitiría hacer referencia a los “beneficios no monetarios de la educación”. Mientras, desde una aproximación institucionalista, como han detallado Escardíbul (2002) y Escardíbul y Calero (2006), la explicación de los efectos no monetarios de la educación se centraría en la influencia del entorno institucional (familia, círculo social, características personales, etc.) en la formación de las preferencias individuales, como base de las decisiones de consumo y el estilo de vida. De acuerdo con esta perspectiva, el nivel educativo adquirido sería un elemento crucial en la configuración de dicho entorno institucional, lo cual incidiría en el desarrollo de distintas pautas de consumo para el individuo. Dado que estas pautas no tendrían que ser necesariamente positivas, desde esta perspectiva no se hace referencia a los beneficios no monetarios de la educación, sino a los efectos no monetarios de la educación. Los resultados obtenidos en el presente trabajo pretenden no sólo aportar una evaluación empírica de los efectos no monetarios de la educación desde una perspectiva novedosa como es el empleo del tiempo, sino también ofrecer evidencia que contribuya a la comprensión y explicación de la naturaleza de estos efectos. 7 3. Datos y metodología Para abordar los objetivos del trabajo, expuestos con anterioridad, se plantean las siguientes hipótesis: 1) El nivel educativo influye en la magnitud del tiempo empleado en distintas actividades de ocio. En caso afirmativo, se habrían detectado una serie de efectos no monetarios de la educación sobre el empleo del tiempo, cuya magnitud se estimaría a partir del análisis planteado. 2) Un mayor nivel educativo se relaciona con más tiempo empleado en actividades de ocio que ofrecen externalidades positivas, en consonancia con los resultados descritos por Wolfe y Zuvekas (1997) y Feinstein et al. (2006) para la propensión a practicar ejercicio físico; Haveman y Wolfe (1984), Mañas y Gabaldón (2001) y Escardíbul (2002) para la preferencia por actividades culturales; Fernández-Gutiérrez y Calero (2011) para la preferencia por el consumo de libros; y Wolfe y Zuvekas (1997) y Huang et al. (2005) para una mayor participación cívica e implicación en la actividad pública. 3) Un mayor nivel educativo se relaciona con una mayor amplitud de las opciones a las que se dedica el tiempo de ocio, en consonancia con el concepto de “omnivoracidad cultural” descrito por Warde y Gayo-Cal (2009). 4) Los efectos no monetarios de la educación en el empleo del tiempo en las actividades analizadas muestran una relación unívocamente positiva con el nivel educativo adquirido. Si se confirma esta hipótesis, estos efectos podrían explicarse a partir de la visión neoclásica. Por el contrario, en caso de que los efectos se observen ligados exclusivamente a determinados niveles educativos, se requeriría incorporar a la explicación elementos derivados de la aproximación institucionalista. El análisis empírico de estas hipótesis se desarrolla a partir de los microdatos de la última edición de la Encuesta de Empleo del Tiempo (EET) (INE, 2011), correspondiente al cuarto trimestre de 2009 y los tres primeros de 2010. Esta encuesta, de periodicidad variable, tiene como objetivo ofrecer información acerca de la distribución del tiempo de la población española. Se basa en un diario de actividades, en el cual los individuos encuestados anotan la secuencia y duración de todas las actividades que realizan durante un periodo de 24 horas, en intervalos de 10 minutos. La EET recoge también información relativa a las características socioeconómicas del individuo encuestado y del hogar del que forma parte. La última edición de la EET, con una muestra de 19.925 individuos, ofrece información correspondiente a 2.778.480 intervalos de tiempo, distribuidos en actividades clasificadas en 115 categorías, de acuerdo con la lista armonizada propuesta por Eurostat. 8 A partir de la información disponible en la EET se toma como variable dependiente, en una serie de estimaciones análogas, el logaritmo del tiempo (en minutos) dedicado por los individuos, como actividad principal, a: • Cultura, agrupación de actividades correspondiente a la agregación de las categorías: “Cine” (521), “Teatro y conciertos” (522), “Exposiciones de arte y museos” (523) y “Bibliotecas” (524). Las actividades culturales pueden ofrecer efectos positivos para los individuos que las realizan, a partir del incremento de su acervo cultural y de conocimientos y, a través de ello, dar lugar a externalidades positivas. De acuerdo con los resultados descritos por Haveman y Wolfe (1984), Mañas y Gabaldón (2001) y Escardíbul (2002), cabría esperar una relación positiva entre el nivel educativo y el tiempo dedicado a estas actividades. • Deporte, agrupación correspondiente a la agregación de las categorías: “Correr” (612), “Ciclismo, esquí y patinaje” (613), “Deportes con balón o pelota” (614), “Gimnasia, fitness y culturismo” (615) y “Deportes acuáticos” (616). Se incluyen, por tanto, las actividades de ejercicio físico especificadas por el encuestado, realizadas con un propósito específico y con un carácter intensivo (se excluye, en particular, andar, pasear y caminar). Las actividades deportivas se encuentran también entre las que pueden ofrecer efectos positivos para los individuos que las practican, en forma de una mejor salud futura, generando de esta forma externalidades positivas. En consonancia con Wolfe y Zuvekas (1997) y Feinstein et al. (2006), cabe esperar una relación positiva entre el nivel educativo y el tiempo dedicado a la práctica de actividades deportivas. • Juegos, agrupación correspondiente a la agregación de “Juegos en solitario, apuestas” (731) y “Juegos de sociedad” (732). Se excluyen los juegos informáticos y de teléfono móvil y los juegos no especificados, que corresponden a otras categorías. Se trata de actividades de las que, al contrario que las anteriores, no cabe esperar la existencia de externalidades positivas. La motivación principal de su inclusión es la comparación de los resultados obtenidos con los correspondientes a las restantes actividades. • Prensa, actividad que se corresponde con la categoría “Lectura de prensa” (811), en la cual se incluye la lectura de prensa, revistas y otras publicaciones de carácter periódico. La realización de estas actividades puede considerarse representativa del grado de participación e implicación del individuo en los asuntos públicos y de interés social. En consecuencia, estas actividades estarían asociadas a efectos externos positivos, en forma de una mayor participación e implicación cívica. En consonancia con los resultados descritos por Wolfe y Zuvekas (1997) y Huang et al. (2005), cabría esperar una relación positiva entre el nivel educativo y el tiempo dedicado a esta actividad. 9 • Libros, actividad que se corresponde con la categoría “Lectura de libros” (812), donde se incluye la lectura de novelas, manuales, libros divulgativos, instructivos, etc., por motivos ajenos al trabajo, al estudio y a prácticas religiosas. La lectura de libros puede ofrecer efectos positivos para los individuos que realizan esta actividad, a partir del incremento de su acervo cultural y de conocimientos y, a través de ello, dar lugar a externalidades positivas, como refleja la relación entre el número de libros existentes en el hogar y los resultados educativos de los hijos descrita por Calero y Escardíbul (2007). En consonancia con los resultados obtenidos por Fernández-Gutiérrez y Calero (2011) en relación al gasto en libros no de texto, cabría esperar también una relación positiva entre el nivel educativo y el tiempo dedicado a esta actividad. • Televisión, actividad que se corresponde con la categoría “Ver televisión” (821). En esta categoría no se incluye el seguimiento de cursos, estudios o prácticas religiosas por televisión, ni el visionado de DVDs o vídeos, que quedan dentro de otras categorías. Esta actividad, como el caso de los juegos, no cabe asociarse a externalidades positivas. Representa una de las actividades de ocio más habituales, a la que los individuos dedican su tiempo de manera más pasiva o inercial. De esta forma, la motivación de la inclusión de esta actividad es también utilizarla para contrastar los resultados correspondientes a ella con los de las restantes actividades. En cuanto a las variables independientes, el elemento central del análisis son las relativas al nivel educativo adquirido. La EET recoge el nivel educativo de los encuestados desagregado en 9 categorías: No sabe leer y escribir; Estudios primarios incompletos; Estudios primarios o equivalentes; Enseñanza secundaria de 1ª etapa; Estudios de bachillerato; Enseñanzas profesionales de grado medio o equivalentes; Enseñanzas profesionales de grado superior o equivalentes; Estudios universitarios de primer ciclo o equivalentes; y Estudios universitarios de segundo o tercer ciclo o equivalentes. Dado que para varias de estas categorías el tamaño de la muestra es bastante pequeño, como variables relativas al nivel educativo se toman 5 categorías diferentes, correspondientes a la clasificación simplificada que proporciona la propia EET: Estudios primarios o sin estudios completos, utilizada como categoría de referencia, y que incluye las tres primeras categorías de la clasificación detallada previamente descrita; Estudios secundarios de 1ª etapa (ESTSEC1), que se corresponde con la cuarta categoría de la clasificación detallada; Estudios secundarios de 2ª etapa (ESTSEC2), que se corresponde con el agregado de la quinta y la sexta categoría; Estudios de FP superior (ESTFPSUP), que se corresponde con la séptima categoría; y Estudios universitarios (ESTUNIV), que se corresponde con el agregado de la octava y la novena categoría. Además, las estimaciones realizadas incluyen una serie de variables de control, con el fin de corregir los efectos sobre las variables dependientes derivados de los siguientes factores: 10 • El número de horas habituales de trabajo a la semana (HORASTRAB), incluyendo tanto el trabajo principal como el trabajo secundario, dado que una mayor dedicación de tiempo al trabajo repercute en una menor disponibilidad para el resto de actividades. • La edad del individuo encuestado (EDAD) y esta variable al cuadrado (EDAD^2). • El sexo, diferenciando a las mujeres (“MUJER”) de los hombres, tomados como categoría de referencia. • La nacionalidad, diferenciando a las personas nacidas en España, tomadas como categoría de referencia, de las nacidas en otro país de la UE (“NACEXTUE”) y de las nacidas en un país de fuera de la UE (“NACEXTNOUE”). • Los ingresos mensuales netos del individuo, con el fin de controlar por el efecto renta. De acuerdo con Oreopoulos y Salvanes (2011), esto resulta fundamental para el análisis, dado que permite separar los efectos monetarios de la educación, que quedan asociados a los ingresos del individuo, de los efectos no monetarios, que quedan asociados al nivel educativo. A partir de los intervalos de ingresos ofrecidos por la EET, se agregan los ingresos correspondientes al trabajo principal y al trabajo secundario. Tomándose como referencia la categoría de 601 a 1.200 euros (por ser la más frecuente), se introducen 5 variables de control correspondientes a los siguientes intervalos de ingreso: hasta 600 euros (“ING<601”), de 1.201 a 1.600 euros (“ING1201-1600”), de 1.601 a 2.000 euros (“ING1601-2000”), de 2.001 a 2.500 euros (“ING2001-2500”) y más de 2.500 euros (“ING>2500”). La información relativa a esta variable sólo se encuentra disponible para los individuos que declaran tener una actividad en el mercado laboral, de tal forma que el conjunto del análisis se limita a los mismos. Se excluyen también del análisis los individuos con actividad en el mercado laboral que no declaran su nivel de ingresos (el 18,2% de los mismos). • El trimestre al que corresponde el diario de actividades completado por el encuestado, para corregir el efecto de la época del año sobre la dedicación de tiempo a las distintas actividades. Tomando al primer trimestre del año, se introducen las variables de control correspondientes a los restantes trimestres: TRIM2, TRIM3 y TRIM4. • El día de la semana al que corresponde el diario de actividades, dado que éste incide también sobre la dedicación de tiempo a las distintas actividades. A este respecto, se toma el agregado de lunes, martes, miércoles y jueves como categoría de referencia, introduciéndose variables de control correspondientes a los restantes días de la semana: VIERNES, SÁBADO y DOMINGO. 11 De esta forma, se obtiene una muestra válida para el análisis compuesta de 6.918 observaciones individuales para las que existe información completa. La tabla 1 recoge la distribución de esta muestra utilizada en el análisis en función del nivel educativo, ponderada en términos poblacionales. Tabla 1. Distribución de la muestra utilizada en el análisis en función del nivel educativo, ponderada en términos poblacionales. Nivel educativo (clasificación simplificada) Nivel educativo (clasificación detallada) % No sabe leer y escribir 0,8 Estudios primarios incompletos 3,3 Estudios primarios o equivalentes 12,4 Estudios primarios o sin estudios completos 16,5 Enseñanza secundaria de 1ª etapa 21,8 Enseñanza secundaria de 1ª etapa 21,8 Estudios de bachillerato 16,8 Enseñanzas profesionales de grado medio o equiv. 7,4 Enseñanza secundaria de 2ª etapa 24,2 Ens. profesionales de grado superior o equiv. 10,4 Estudios de FP superior 10,4 Est. universitarios de primer ciclo o equiv. 11,4 Est. universitarios de segundo o tercer ciclo o equiv. 15,8 Estudios universitarios Fuente: elaboración propia a partir de INE (2011). % 27,1 En el análisis econométrico, cuyos resultados se recogen en la siguiente sección, se estiman, en primer lugar, mediante MCO, los efectos del nivel educativo sobre el tiempo dedicado por el conjunto de los individuos a las actividades analizadas, corrigiendo el efecto de las variables de control previamente descritas. Para ello, se aplica la siguiente ecuación separadamente a cada una de las actividades objeto de análisis: Donde: ln 𝑦𝑦𝑖𝑖 = 𝑥𝑥𝑖𝑖′ 𝛽𝛽 + 𝑢𝑢𝑖𝑖 yi = tiempo, en minutos, dedicado por el individuo i a la actividad en cuestión. xi = vector de variables independientes y de control para el individuo i. Los coeficientes β estimados de esta forma indican el incremento porcentual esperado, en función de cada variable independiente x, en el tiempo dedicado por los individuos a cada 12 actividad. En particular, los coeficientes asociados a las variables educativas indicarían la magnitud del efecto no monetario de la educación correspondiente al nivel educativo en cuestión, en relación a la categoría de referencia (estudios primarios o sin estudios completos). La metodología previamente descrita constituye una primera aproximación a la estimación de los efectos no monetarios de la educación en el empleo del tiempo. Sin embargo, la presencia de un elevado número de observaciones en las que las variables dependientes toma valor cero (los individuos que no realizaron la actividad en cuestión en el día) hace recomendable estimaciones adicionales que eviten la infraestimación de los efectos. Con este propósito, siguiendo la metodología aplicada por Caparrós (2014), se estima un modelo en dos partes, mediante el cual la decisión de realizar la actividad y el tiempo dedicado a ella por los que la realizan se analizan independientemente. De acuerdo con Cameron y Trivedi (2009), un modelo en dos partes para el tiempo dedicado por los individuos a cada una de las actividades analizadas vendría dado por: 𝑓𝑓(𝑦𝑦|𝑥𝑥) = � Pr(𝑑𝑑 = 0|𝑥𝑥), Pr(𝑑𝑑 = 1|𝑥𝑥)𝑓𝑓(𝑦𝑦|𝑑𝑑 = 1, 𝑥𝑥) , 𝑠𝑠𝑠𝑠 𝑦𝑦 = 0 𝑠𝑠𝑠𝑠 𝑦𝑦 > 0 Donde d es una variable binaria que toma valor 1 en caso de que y > 0 (se realiza la actividad) y valor 0 caso de que y = 0 (no se realiza la actividad). En la primera parte del modelo se estima el efecto del nivel educativo, corrigiendo el efecto de las variables de control, sobre la probabilidad de realizar cada una de las actividades objeto de análisis, a partir de estimaciones probit para cada una de ellas de la forma: Pr(𝑑𝑑𝑖𝑖 = 1|𝑥𝑥) = Φ(𝑥𝑥𝑖𝑖′ 𝛽𝛽) A partir de estas estimaciones probit, se obtienen los efectos marginales asociados a cada nivel educativo, que indican el incremento esperado en la probabilidad de realizar la actividad, en valores absolutos; y las semielasticidades, que indican el incremento en dicha probabilidad expresado en términos porcentuales. En la segunda parte del modelo, se estiman mediante MCO los efectos del nivel educativo, corrigiendo el de las variables de control, sobre el tiempo dedicado a cada actividad por parte de los individuos que realizaron la misma, aplicando la siguiente ecuación para cada actividad: 𝑙𝑙𝑙𝑙(𝑦𝑦𝑖𝑖 |𝑑𝑑 = 1, 𝑥𝑥) = 𝑥𝑥𝑖𝑖′ 𝛽𝛽 + 𝑢𝑢𝑖𝑖 Por último, para contrastar la tercera hipótesis planteada en el análisis (relativa a la “omnivoracidad cultural”), se toma como variable dependiente el número de las actividades objeto de análisis realizadas por cada individuo en el día en cuestión. El efecto del nivel 13 educativo sobre dicha variable, corrigiendo el de las variables de control, se estima a través de un modelo probit ordenado de la forma: Pr(𝑛𝑛𝑖𝑖 = 𝑗𝑗) = Φ�𝛼𝛼𝑗𝑗 − 𝑥𝑥𝑖𝑖′ 𝛽𝛽� − Φ(𝛼𝛼𝑗𝑗−1 − 𝑥𝑥𝑖𝑖′ 𝛽𝛽) Donde j = 1, …, m, siendo m igual al número de actividades objeto de análisis. En todas las estimaciones realizadas se introducen los factores de ponderación ofrecidos por la EET, obteniéndose resultados representativos a nivel poblacional. 4. Resultados 4.1. Análisis descriptivo Como aproximación al posterior análisis econométrico, la tabla 2 recoge un análisis descriptivo del tiempo empleado por los individuos en las actividades objeto de análisis. Para cada actividad, la tabla recoge el tiempo medio dedicado a la misma por el conjunto de los individuos (media incondicional), el porcentaje de los mismos que dedicó tiempo a la actividad en el día de la encuesta y el tiempo medio dedicado por los que realizaron la actividad (media condicional). Toda esta información se recoge también desagregada en función del nivel educativo. Como se observa, la Televisión es, con gran diferencia, la actividad que absorbió una mayor dedicación de tiempo por parte de los encuestados (media incondicional), con un promedio de 101,43 minutos al día. A gran distancia, el Deporte recibió una dedicación media de 9,57 minutos al día. Las restantes actividades contaron con una dedicación aún menor: Libros (5,29 minutos), Prensa (4,31 minutos), Cultura (3,68 minutos) y Juegos (3,39 minutos). La media incondicional de dedicación de tiempo a las distintas actividades está muy ligada al porcentaje de individuos que realizó las mismas. La Televisión es, de nuevo con gran diferencia, la actividad realizada por un mayor porcentaje de los individuos (el 78,85%). A mucha distancia se encuentran el Deporte (9,90%), la Prensa (8,74%) y los Libros (8,26%). Mientras, únicamente el 3,21% y el 3,05%, respectivamente, dedicaron tiempo a los Juegos y a la Cultura. La dedicación de tiempo por parte de los individuos que realizaron las distintas actividades (media condicional) muestra un patrón distinto con valores, en general, sensiblemente superiores. Aunque la Televisión recoge la mayor dedicación de tiempo por parte de los individuos que realizaron la actividad (con una media de 128,64 minutos), la Cultura (120,71 minutos), los Juegos (105,41 minutos) y el Deporte (96,68 minutos) se encuentran a poca distancia. Por su parte, los Libros y la Prensa, con una media de 64,13 y 49,33 minutos, 14 respectivamente, contaron con una menor dedicación de tiempo por parte de los que realizaron la actividad. La tabla 2 muestra también la distribución del tiempo medio dedicado a estas actividades en función del nivel educativo. Cuatro actividades destacan por incrementarse la dedicación de tiempo que reciben conforme aumenta el nivel educativo: la Cultura, el Deporte, la Prensa y los Libros. Asimismo, el porcentaje de individuos que realiza estas actividades también se incrementa al aumentar el nivel educativo. De estas actividades, el Deporte y los Libros muestran una tendencia uniformemente al alza en el tiempo empleado en ellas conforme se incrementa el nivel educativo. Mientras, para la Cultura y, especialmente, para la Prensa, las diferencias en la dedicación de tiempo entre los distintos niveles educativos son mucho más reducidas, con excepción de la Educación universitaria, grupo para el cual el tiempo empleado en estas dos actividades es sustancialmente superior al de los restantes niveles educativos. Finalmente, para los Juegos y, de manera más clara, para la Televisión, el tiempo dedicado por los individuos, así como el porcentaje de realización de la actividad, tiende a disminuir conforme aumenta el nivel educativo. Tabla 2. Empleo de tiempo por los individuos de la muestra en las actividades analizadas, en función del nivel educativo. TOTAL Est. Prim. Est. Sec. 1 Est. Sec. 2 Est. FP sup. Est. Univ. Tiempo dedicado (media incondicional) 3,68 1,84 2,23 3,30 3,16 6,49 % realización actividad 3,05% 1,51% 2,05% 2,57% 2,07% 5,58% Tiempo dedicado (media condicional) 120,71 121,66 108,93 128,31 152,66 116,37 Tiempo dedicado (media incondicional) 9,57 5,61 6,80 8,55 11,99 14,17 % realización actividad 9,90% 5,21% 7,06% 9,74% 10,74% 14,83% Tiempo dedicado (media condicional) 96,68 107,77 96,32 87,82 111,70 95,51 Tiempo dedicado (media incondicional) 3,39 3,60 4,23 3,42 3,25 2,61 % realización actividad 3,21% 3,07% 3,87% 3,20% 3,04% 2,85% Tiempo dedicado (media condicional) 105,41 117,18 109,30 106,67 107,00 91,54 Tiempo dedicado (media incondicional) 4,31 3,82 2,78 4,10 3,45 6,35 ACTIVIDAD Cultura Deporte Juegos Prensa 15 Libros Televisión % realización actividad 8,74% 5,87% 5,90% 8,66% 6,77% 13,58% Tiempo dedicado (media condicional) 49,33 65,07 47,17 47,29 50,89 46,81 Tiempo dedicado (media incondicional) 5,29 2,49 3,37 4,55 5,94 8,96 % realización actividad 8,26% 3,78% 5,00% 6,84% 8,17% 14,89% Tiempo dedicado (media condicional) 64,13 65,99 67,41 66,48 72,69 60,20 Tiempo dedicado (media incondicional) 101,43 124,40 112,09 99,54 94,28 83,34 % realización actividad 78,85% 83,25% 80,90% 78,50% 79,41% 74,62% Tiempo dedicado (media condicional) 128,64 149,43 138,55 126,81 118,72 111,68 1,120 1,027 1,048 1,095 1,102 1,263 Número de actividades realizadas Fuente: elaboración propia a partir de INE (2011). 4.2. Análisis econométrico La tabla 3 recoge los resultados de las estimaciones de los efectos del nivel educativo y del resto de variables introducidas sobre el tiempo dedicado por el conjunto de los individuos a las actividades objeto de análisis. Cultura. La educación universitaria muestra una relación positiva significativa con el tiempo dedicado a esta actividad, incrementándolo en una cuantía esperada del 17,7% respecto a la categoría de referencia. Sin embargo, de los restantes niveles educativos, únicamente la educación secundaria de segunda etapa muestra un efecto en el mismo sentido, con una magnitud sustancialmente más modesta, cifrada en el 5,5%. Mientras, para los restantes niveles educativos el efecto no es significativo. Deporte. Los resultados reflejan un patrón similar al caso anterior. La educación universitaria muestra también un efecto positivo sobre el tiempo dedicado a esta actividad, en este caso cifrado en el 26,4%. En cuanto a los restantes niveles educativos, sólo la educación secundaria de segunda etapa muestra un efecto positivo significativo, por una cuantía del 13%. Los efectos para los restantes niveles educativos no son estadísticamente significativos. Juegos. En este caso, las variables asociadas al nivel educativo no muestran, en ningún caso, efectos estadísticamente significativos sobre el tiempo dedicado a esta actividad. Este resultado refleja el contraste entre el patrón de empleo del tiempo en esta actividad y en las restantes actividades analizadas. 16 Prensa. Todos los niveles educativos muestran un efecto positivo estadísticamente significativo, en relación a la categoría de referencia, sobre el tiempo dedicado a esta actividad. Además, la cuantía estimada de estos efectos tiende a incrementarse conforme aumenta el nivel educativo. Así, para la educación secundaria de primera etapa, se espera un incremento del 10,8% respecto a la categoría de referencia en el tiempo dedicado a la lectura de prensa; para la educación secundaria de segunda etapa y la FP de grado superior, dichos efectos se sitúan en el 20% y el 14,4%, respectivamente; finalmente, el mayor efecto se asocia a la educación universitaria, situándose en el 32%. Libros. Como en el caso anterior, todos los niveles educativos muestran un efecto positivo significativo, respecto a la categoría de referencia, sobre el tiempo dedicado a esta actividad. Este efecto, además, tiende a incrementarse conforme aumenta el nivel educativo. En particular, con respecto a la categoría de referencia, la educación secundaria de primera etapa incrementa en un 10% la cuantía esperada del tiempo dedicado a la lectura de libros, por el 14,6% de la educación secundaria de segunda etapa, el 21,8% de la FP de grado superior y el 36,9% de la educación universitaria. Televisión. A diferencia de lo observado para el resto de actividades analizadas, la relación detectada entre el nivel educativo y el tiempo dedicado a esta actividad es de carácter inverso. La magnitud de este efecto tiende a incrementarse conforme aumenta el nivel educativo. Así, mientras la educación secundaria de primera etapa no muestra efectos significativos respecto a la categoría de referencia, la educación secundaria de segunda etapa y la FP de grado superior reducen la cuantía esperada del tiempo dedicado a ver televisión en un 19,9% y un 21,6%, respectivamente. El efecto asociado a la educación universitaria es aún más intenso, situándose en el 45,5%. Además de los coeficientes asociados al nivel educativo, los correspondientes a las variables de control reflejan otros elementos de interés. El número de horas de trabajo muestra una relación inversa con la dedicación de tiempo a actividades como Televisión, Libros, Deporte y Cultura. La dedicación de tiempo por parte de las mujeres a Televisión, Deporte y Prensa es menor, al contrario que a Libros. Los ingresos se relacionan positivamente con el tiempo dedicado a actividades como Deporte, Prensa y Libros, lo cual reflejaría los efectos de tipo monetario. La edad y la nacionalidad también muestran una relación significativa con el tiempo dedicado a varias de las actividades. Finalmente, destaca la influencia tanto del trimestre como del día de la semana en el empleo de tiempo en las actividades objeto de análisis. 17 Tabla 3. Resultados de las estimaciones MCO sobre el tiempo empleado en las actividades analizadas. CULTURA DEPORTE JUEGOS PRENSA LIBROS TELEV. 0,535** 0,483* -0,002* -0,004** Var. de -0,024** 0,006 control 0,000** -0,000 0,015 -0,228*** -0,122*** -0,120 -0,056 -0,246*** -0,051 -0,114** 0,015 -0,008 0,091* 0,175** -0,068 0,107 0,103 0,409*** -0,049 0,000 -0,022 0,323*** -0,020 -0,042 0,051** 0,046 0,162*** -0,038 0,148*** 0,021 0,032 0,012 Nivel 0,055* 0,130** educativo 0,038 0,119 0,177*** 0,264*** 6.918 6.918 N 3,65 10,29 F 0,000 0,000 PROB>F Significatividad: *>90%, **>95%, ***>99% 0,602*** -0,001 -0,026*** 0,000*** -0,028 -0,052 -0,085** -0,025 0,012 -0,003 0,062 0,007 -0,091*** 0,042 -0,039 0,033 0,121*** 0,139*** 0,050 0,020 0,016 -0,007 6.918 3,21 0,000 -0,033 -0,001 -0,012 0,000*** -0,154*** -0,125** 0,026 -0,088** 0,009 0,037 0,269*** 0,146 -0,041 0,042 -0,027 0,054 0,135*** 0,309*** 0,108** 0,200*** 0,144** 0,320*** 6.918 14,15 0,000 -0,050 -0,005*** 0,001 0,000 0,221*** -0,143** -0,102** -0,032 0,094** 0,090 0,214** 0,185** -0,007 0,059 0,025 -0,013 -0,019 0,071 0,100** 0,146*** 0,218*** 0,369*** 6.918 11,56 0,000 3,387*** -0,022*** 0,051** -0,000 -0,322*** -0,145 -0,125 -0,399*** -0,173** -0,111 -0,156 -0,416*** 0,024 -0,241*** 0,072 0,034 0,083 0,545*** -0,030 -0,199* -0,216* -0,455*** 6.918 12,71 0,000 Constante HORASTRAB EDAD EDAD^2 MUJER NACEXTUE NACEXTNOUE ING<601 ING1201-1600 ING1601-2000 ING2001-2500 ING>2500 TRIM2 TRIM3 TRIM4 VIERNES SÁBADO DOMINGO ESTSEC1 ESTSEC2 ESTFPSUP ESTUNIV Fuente: elaboración propia a partir de INE (2011). A continuación, se detallan los resultados del modelo en dos partes. La tabla 4 muestra los efectos marginales obtenidos de las estimaciones probit, que reflejan el incremento esperado en la probabilidad de realizar cada una de las actividades asociado al nivel educativo y a las variables de control. A continuación, la tabla 5 recoge las semielasticidades de los efectos ligados al nivel educativo, que reflejan dicho incremento expresado en términos porcentuales. Tras ello, la tabla 6 muestra los efectos del nivel educativo sobre el tiempo dedicado a cada una de las actividades por parte de los individuos que las realizan. Cultura. La educación universitaria incrementa sustancialmente la probabilidad de realizar esta actividad. La semielasticidad muestra cómo, en concreto, la educación universitaria incrementa la probabilidad de realizar esta actividad en un 138,4% en relación a la categoría de referencia (estudios primarios y sin estudios completos). De los restantes niveles educativos, únicamente la educación secundaria de segunda etapa muestra una relación positiva 18 significativa con la probabilidad de realizar esta actividad, aunque de magnitud más modesta. Para los demás niveles educativos, el efecto no es significativo. Por otro lado, una vez se consideran sólo los individuos que realizan la actividad, el nivel educativo no muestra, en líneas generales, efectos significativos sobre el tiempo dedicado a la misma (salvo la mayor dedicación por parte de los individuos con FP de grado superior). Deporte. Salvo para la educación secundaria de primera etapa, un mayor nivel educativo se relaciona con una mayor probabilidad de realizar esta actividad. En particular, en relación a la categoría de referencia, la probabilidad de practicar deporte se incrementa en un 47,8% y un 38,3%, respectivamente, para los individuos con educación secundaria de segunda etapa y con FP de grado superior; mientras, para la educación universitaria, el incremento esperado es del 70,8%. Una vez se consideran sólo los individuos que realizan la actividad, el nivel educativo no tiene efectos significativos sobre el tiempo dedicado a ella. Juegos. En este caso, el nivel educativo no muestra efectos significativos sobre la probabilidad de realizar esta actividad, lo cual refleja el contraste con las restantes actividades objeto de análisis. El nivel educativo no tiene tampoco efectos significativos sobre el tiempo dedicado a la actividad por parte de aquellos individuos que la realizan. Prensa. El nivel educativo se relaciona positivamente con la probabilidad de realizar esta actividad. Además, la magnitud del efecto, en líneas generales, se incrementa conforme aumenta el nivel educativo: respecto a la categoría de referencia, la probabilidad de realizar la actividad se incrementa un 44,7% para la educación secundaria de primera etapa; un 85% para la educación secundaria; un 61,7% para la FP de grado superior; y un 125,5% para la educación universitaria. Considerando exclusivamente los individuos que realizan esta actividad, el tiempo dedicado a ella es menor para los niveles de educación secundaria de primera etapa y educación universitaria, mientras que el resto de efectos no son significativos. Libros. Como en el caso anterior, el nivel educativo muestra un efecto positivo y de magnitud creciente sobre la probabilidad de realizar esa actividad. Así, en relación a la categoría de referencia, la probabilidad de lectura de libros se incrementa un 44,6% para la educación secundaria de primera etapa, un 67,9% para la educación secundaria de segunda etapa, un 95,1% para la FP de grado superior y un 134,9% para la educación universitaria. Una vez los individuos deciden realizar la actividad, el nivel educativo no tiene efectos significativos sobre el tiempo dedicado a ella. Televisión. En este caso, la educación universitaria muestra una relación negativa con la probabilidad de realizar la actividad. Para dicho nivel educativo, la probabilidad de realizar la actividad se reduce un 8,7% respecto a la categoría de referencia. El resto de niveles educativos no muestra una relación significativa con la probabilidad de ver la televisión. Por otro lado, para 19 los individuos que realizan esta actividad, el nivel educativo se relaciona inversamente con el tiempo dedicado a la misma: así, respecto a la categoría de referencia, el tiempo dedicado a ver la televisión por los individuos que lo hacen es un 9,4% inferior si cuentan con educación secundaria de segunda etapa, un 12,8% menor en el caso de FP de grado superior y un 18,6% para la educación universitaria. Tabla 4. Efectos marginales obtenidos de las estimaciones probit sobre la probabilidad de realizar las actividades analizadas. CULTURA DEPORTE JUEGOS PRENSA LIBROS TELEV. -0,001* -0,001** -0,004** 0,001 0,000*** -0,000 0,002 -0,050*** -0,036* -0,039 -0,019* -0,072*** -0,013 -0,046** 0,003 0,002 0,017** 0,032** -0,015 0,027 0,016 0,077*** -0,010 -0,002 -0,003 0,061*** -0,002 -0,011 0,017** 0,004 0,037*** -0,021* 0,036*** -0,003 0,011 0,011 Nivel 0,016* 0,042*** educativo 0,012 0,034** 0,037*** 0,062*** 6.918 6.918 N 106,03 230,66 F 0,000 0,000 PROB>F Significatividad: *>90%, **>95%, ***>99% -0,000 -0,005*** 0,000*** -0,006 -0,011 -0,036** -0,012 -0,001 -0,001 0,009 0,003 -0,023*** 0,008 -0,006 0,010 0,026*** 0,029*** 0,013 0,007 0,004 0,001 6.918 87,97 0,000 -0,000 0,009*** -0,000 -0,035*** -0,060** 0,001 -0,051*** 0,001 0,006 0,034** 0,013 -0,008 0,011 -0,004 0,021* 0,040*** 0,073*** 0,031** 0,059*** 0,043** 0,087*** 6.918 310,88 0,000 -0,001*** 0,004 -0,000 0,056*** -0,041* -0,039** -0,002 0,019* 0,016 0,037** 0,043*** 0,001 0,011 0,009 -0,002 -0,009 0,014 0,032** 0,048*** 0,068*** 0,096*** 6.918 248,87 0,000 -0,004*** 0,010** -0,000 -0,041*** -0,043 -0,045* -0,079*** -0,039** -0,011 -0,006 -0,070** 0,016 -0,037** 0,021 -0,002 -0,032** 0,054*** 0,000 -0,026 -0,025 -0,067*** 6.918 148,46 0,000 Var. de control HORASTRAB EDAD EDAD^2 MUJER NACEXTUE NACEXTNOUE ING<601 ING1201-1600 ING1601-2000 ING2001-2500 ING>2500 TRIM2 TRIM3 TRIM4 VIERNES SÁBADO DOMINGO ESTSEC1 ESTSEC2 ESTFPSUP ESTUNIV Fuente: elaboración propia a partir de INE (2011). 20 Tabla 5. Efectos del nivel educativo sobre el incremento porcentual en la probabilidad de realizar las actividades analizadas, a partir de las estimaciones probit. CULTURA DEPORTE ESTSEC1 0,413 0,129 ESTSEC2 0,618* 0,478*** ESTFPSUP 0,448 0,383* ESTUNIV 1,384*** 0,708*** Significatividad: *>90%, **>95%, ***>99% Nivel educativo JUEGOS PRENSA LIBROS TELEV. 0,444 0,253 0,151 0,049 0,447** 0,850*** 0,617** 1,255*** 0,446* 0,679*** 0,951*** 1,349*** 0,000 -0,035 -0,033 -0,087*** Fuente: elaboración propia a partir de INE (2011). Tabla 6. Resultados de las estimaciones MCO sobre el tiempo empleado en las actividades analizadas por aquéllos que las realizan. CULTURA DEPORTE JUEGOS PRENSA LIBROS TELEV. 5,674*** 4,442*** 0,005 -0,009** Var. de -0,070*** 0,022 control 0,001*** -0,000 -0,043 -0,192*** 0,354** 0,484*** 0,193 -0,217 -0,100 -0,184 -0,110 -0,094 -0,112 -0,073 -0,009 -0,157 -0,136 -0,269** -0,048 0,050 -0,123 0,066 -0,142 -0,081 0,340** 0,062 0,457*** 0,362*** 0,296** 0,300*** -0,049 -0,152 Nivel 0,087 -0,182 educativo 0,393* 0,025 0,117 -0,079 194 691 N 2,21 4,55 F 0,003 0,000 PROB>F Significatividad: *>90%, **>95%, ***>99% 3,716*** 0,003 0,015 -0,000 -0,108 0,368 0,793** 0,538** -0,220 0,077 0,091 -0,374 -0,112 0,011 -0,186 0,020 0,581*** 0,673*** -0,089 -0,152 -0,118 -0,207 215 3,18 0,000 4,455*** 0,004 -0,046 0,000 -0,183*** 0,079 0,139 0,123 0,091 -0,017 0,049 -0,008 -0,076 0,026 -0,086 -0,007 0,081 0,237*** -0,243* -0,181 -0,090 -0,226* 668 3,10 0,000 4,594*** -0,005 -0,031* 0,000* 0,012 -0,577*** 0,135 -0,059 0,178* 0,062 0,082 -0,212 0,002 0,159* -0,138* -0,056 0,001 0,170** -0,039 -0,060 0,125 -0,132 621 3,16 0,000 4,592*** -0,005*** 0,002 0,000 -0,156*** 0,076 0,126*** -0,012 0,008 -0,067 -0,158*** -0,100 -0,057 -0,077** -0,017 0,059* 0,312*** 0,389*** -0,030 -0,094** -0,128** -0,186*** 5.503 17,63 0,000 Constante HORASTRAB EDAD EDAD^2 MUJER NACEXTUE NACEXTNOUE ING<601 ING1201-1600 ING1601-2000 ING2001-2500 ING>2500 TRIM2 TRIM3 TRIM4 VIERNES SÁBADO DOMINGO ESTSEC1 ESTSEC2 ESTFPSUP ESTUNIV Fuente: elaboración propia a partir de INE (2011). Para completar el análisis empírico, la tabla 7 recoge los resultados de las estimaciones de los efectos del nivel educativo y de las variables de control sobre el número de las actividades objeto de análisis realizadas en el día. Como se observa, el nivel educativo incide de manera positiva y significativa sobre el número de actividades realizadas. Además, el efecto es mayor 21 conforme aumenta el nivel educativo considerado. En cuanto a las variables de control, un mayor nivel de ingresos afecta también positivamente al número de actividades realizadas (efecto de tipo monetario), mientras que el número de horas de trabajo, el sexo femenino y la nacionalidad extranjera lo hacen negativamente. El día de la semana incide también significativamente en la variable dependiente en cuestión. Tabla 7. Resultados de las estimaciones mediante un probit ordenado sobre el número de actividades analizadas realizadas en el día. N OPCIONES Var. de control Nivel educativo HORASTRAB EDAD EDAD^2 MUJER NACEXTUE NACEXTNOUE ING<601 ING1201-1600 ING1601-2000 ING2001-2500 ING>2500 TRIM2 TRIM3 TRIM4 VIERNES SÁBADO DOMINGO ESTSEC1 ESTSEC2 ESTFPSUP ESTUNIV N F PROB>F Significatividad: *>90%, **>95%, ***>99% -0,013*** 0,005 0,000 -0,123*** -0,310*** -0,281*** -0,299*** -0,035 0,116* 0,223*** 0,180* -0,029 0,083 0,010 0,054 0,040 0,308*** 0,121** 0,173*** 0,153** 0,315*** 6.918 0,000 369,03 Fuente: elaboración propia a partir de INE (2011). 5. Conclusiones Los efectos no monetarios de la educación, pese a su heterogeneidad y las particulares dificultades para su detección y su medición en relación a los efectos monetarios, resultan un elemento esencial para realizar una evaluación completa de los rendimientos de la educación y para un diseño adecuado de las políticas educativas. El presente trabajo ha analizado los efectos no monetarios de la educación en España desde una perspectiva novedosa, como es el empleo 22 del tiempo en una serie de actividades de ocio, asociadas a distintas actitudes de los individuos y a distintos efectos de su realización sobre los mismos y sobre el conjunto de la sociedad. Como respuesta a la primera hipótesis planteada, se ha detectado que el nivel educativo influye sensiblemente en el tiempo empleado en determinadas actividades de ocio. Se trata, por tanto, de relevantes efectos no monetarios de la educación, que cabe incorporar a la evaluación del rendimiento educativo y al diseño de las políticas educativas. Además, buena parte de estos efectos muestra una magnitud muy intensa, incluso superior a los efectos de tipo monetario. No obstante, se observan grandes diferencias en función del tipo de actividad y del nivel educativo en cuestión. En lo que respecta a la segunda hipótesis planteada, se ha comprobado cómo, en términos generales y en consonancia con los resultados esperados a partir de la literatura, un mayor nivel educativo se relaciona con una mayor propensión a dedicar más tiempo a las actividades que ofrecen mayores efectos positivos sobre los individuos que las realizan y para el conjunto de la sociedad, en forma de externalidades positivas: las actividades culturales, la práctica de deporte, la lectura de prensa y la lectura de libros. Por el contrario, estos efectos no se observan para otras actividades de ocio sin estas repercusiones positivas, como la práctica de juegos, mientras que para ver la televisión los efectos detectados son de sentido contrario. En particular, los resultados obtenidos reflejan cómo el nivel educativo se relaciona negativamente con el tiempo empleado en ver la televisión, la actividad que tiende a copar una mayor dedicación de tiempo de entre las que han sido objeto de análisis. Por el contrario, a medida que aumenta el nivel educativo, tiende a incrementarse la probabilidad de realización y el tiempo dedicado a las restantes actividades analizadas (salvo los juegos): la cultura, el deporte, la prensa y los libros. De esta forma, como respuesta a la tercera hipótesis planteada, la evidencia obtenida se encuentra en consonancia con el concepto de “omnivoracidad cultural” enunciado por Warde y Gayo-Cal (2009), de acuerdo con el cual un mayor nivel educativo no necesariamente incrementa el tiempo de ocio, pero sí el abanico de opciones de los individuos para emplearlo. Finalmente, en relación a la cuarta de las hipótesis, los efectos no monetarios de la educación muestran pautas de distribución complejas, en lugar de pautas unidireccionales, como podría esperarse a priori. En particular, dentro de las actividades que ofrecen mayores externalidades positivas, un mayor nivel educativo muestra un efecto positivo sobre la dedicación de tiempo tanto a la lectura de libros como de prensa, cuya magnitud se incrementa conforme aumenta también el nivel educativo. Mientras, en lo que respecta a las actividades culturales y a las actividades deportivas, los efectos positivos sobre la dedicación de tiempo a ellas fundamentalmente se limitan a la educación universitaria, mientras que otros niveles 23 educativos no muestran efectos significativos. Se detecta, en resumen, que la adquisición de un nivel educativo superior no está automáticamente asociada a la aparición de los efectos no monetarios de la educación en el empleo del tiempo detectados en el análisis. Esta evidencia no contradice necesariamente la visión neoclásica, que centra su explicación de los efectos no monetarios de la educación en el incremento de la eficiencia en el consumo; no obstante, sí sugiere que, en consonancia con Escardíbul y Calero (2006), la aproximación institucionalista puede resultar de interés para contribuir a explicar la naturaleza de los efectos no monetarios de la educación. En esta aproximación, la atención se centra en el papel de la educación en la determinación del entorno social y de este, a su vez, en la configuración de las decisiones de consumo y el estilo de vida. Esta segunda explicación, no obstante, llevaría a cuestionar que los efectos no monetarios de la educación, en este caso relativos al empleo del tiempo, resulten siempre y de manera unívoca beneficiosos para el individuo en cuestión y para el conjunto de la sociedad. Los resultados obtenidos en este trabajo contribuyen a poner de relieve la importancia de incorporar a la evaluación del rendimiento educativo y al diseño de las políticas educativas los efectos no monetarios de la educación, más allá de los efectos de tipo monetario. En este sentido, la perspectiva del empleo del tiempo, además de resultar innovadora para el análisis de esta materia, se ha demostrado de gran interés para contribuir a una visión más completa del rendimiento de la educación. De esta forma, se pone de manifiesto que el diseño de las políticas educativas ha de incorporar también los efectos no monetarios de la educación sobre el empleo del tiempo y, en particular, su capacidad para potenciar la dedicación de tiempo a actividades con un mayor potencial para generar externalidades positivas. Los efectos observados en este trabajo constituyen una motivación adicional para políticas educativas que favorezcan la adquisición de un mayor nivel educativo por parte de los individuos, en especial la educación universitaria, que muestra los efectos más intensos sobre el empleo del tiempo. La no consideración de estos efectos, por el contrario, llevaría a infraestimar los beneficios de la educación y, de esta forma, también de las políticas aplicadas para favorecer su adquisición. La profundización del análisis de los efectos no monetarios de la educación en el empleo del tiempo ofrece líneas interesantes de continuidad, como son las orientadas a analizar el empleo del tiempo en actividades como la atención a los hijos y sus efectos en la transmisión intergeneracional del nivel educativo, las actividades con mayores beneficios potenciales sobre la salud u otro tipo de efectos externos positivos y los efectos no monetarios de la educación sobre las decisiones relativas al empleo y al transporte. 24 6. Bibliografía Albert, C. y Davia, M. A. (2004): “Salud, salarios y educación”, Hacienda Pública Española, 169, 11-34. Barceinas, F.; Oliver, F.; Raymond, J. L. y Roig, J. L. (2000): “Los rendimientos de la educación y la inserción laboral en España”, Papeles de Economía Española, 86, 128-148. Bils, M. y Klenow, P. (2000): “Does Schooling Cause Growth?”, American Economic Review, 90 (5), 1160-1183. Bratti, M. y Miranda, A. 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