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La escuela y su Función estructurante
Lic. Maria del C. Furnari
A la hora de analizar cómo aprende un niño con problemas en la constitución
subjetiva, la Lic. Norma Filidoro en el libro “Psicopedagogía: Conceptos y problemas “i
propone reflexionar sobre la función estructurante de la escuela y la intervención de los
distintos actores institucionales. Los interrogantes que plantea son:
¿Cuál es el lugar que ocupa la escuela como insitución, en la
constitución psíquica del niño/a?¿ Ëste lugar es significativo cuando
el niño en cuestión presente problemas graves en el desarrollo?
¿ Todas las escuelas están en condiciones de recibir niños/as
psicóticos?¿ O se requieren instituciones y docentes especializados
que puedan ofrecer propuestas acordes a sus necesidades?
¿ La intervención docente tiene efectos terapéuticos?
¿ Qué efectos puede producir la inclusión de niños/as con
manifestaciones o síntomas psicóticos en la escuela común?¡ Su
integración debe formar parte de proyecto de integración?¿ Hay
inclusión como efecto de la "voluntad" individual de un docente?
¿ Qué papel juegan las adecuaciones curriculares?
Los niños con problemas en la constitución psíquica, presentan características
particulares en sus aprendizajes por factores muy distintos a los registrados en los cuadros
neuróticos.
En el caso de los cuadros psicóticos, sabemos de la imposibilidad del sujeto para
sostenerse en la escena simbólica.
Si en términos generales, podemos decir que la educación
desempeña un papel fundamental en la estructuración psíquica de un
sujeto, pues se sustenta en la prohibición que hace posible el deseo, el
lugar de “escuela” en los cuadros graves se torna crucial ya que adquiere
un valor constituyente de la posibilidad del lazo social.
¿Pero qué escuela?, ¿la común?, ¿la especial?...
No hay respuestas unánimes, acerca de cuál es la escuela adecuada.
La decisión, será para cada caso particular, a partir de las características del niño pero también
y muy fundamentalmente de las características de la escuela. De lo contrario se producen
forzamientos tanto del lado del niño como del lado de las instituciones. Forzamientos que
pueden conducir a actuaciones que conllevan un alto grado de riesgo para todos los actores
involucrados.
Nos alerta Filidoro, que debemos evitar caer en un igualitarismo imaginario y
tranquilizador que atienda exclusivamente la demanda de los padres para satisfacer
su narcisismo.
Pero, si se abren las puertas de la escuela común a los niños con necesidades educativas
especiales, es necesario, al mismo tiempo, crear los recursos para que esos niños puedan ser
atendidos en igualdad de condiciones con el resto de los pares. De lo contrario, generamos el
contrasentido de declarar iguales “a quienes” no disponen de recursos para ejercer su igualdad
al tiempo que legitimamos la restricción de caminos para la obtención de tales recursos.
Por otro lado, si bien no es posible ubicar la respuesta acerca de cuál será la decisión adecuada
en cuanto a la escuela, podemos explorar situaciones singulares que nos aporten elementos
para pensar y discutir.
La escuela como institución produce un efecto estructurante del psiquismo, al introducir
al sujeto en el orden de la subjetividad, mediante la apropiación del lenguaje.
¿Qué ocurre cuando la institución no
posibilita para un niño la función de interdicción?
¿Y cuando la institución no puede hacer operar,
para ese niño, su legalidad?, ¿Y cuando el niño es pensado
en un lugar de absoluta excepcionalidad?
Estos interrogantes tienen como propósito, construir nuevas miradas en nuestras
intervenciones a la hora de conceptualizar diagnósticos, derivaciones, entrevistas y/o
interconsultas entre profesionales de la salud y la educación.
El niño con síntomas o manifestaciones psicóticas, no puede ser evaluado por sus
producciones. Tampoco se trata de mala conducta, ni siquiera de transgresiones, por la simple
razón de que “desconoce” la existencia misma de la ley en el sentido que no ha podido
instaurar la posibilidad de un ordenamiento simbólico.
Desde hace ya unos años y cada vez con más fuerza, rigor y convicción, la escuela propone
articular el concepto de “aprendizaje” en relación con el de estructura psíquica.
Sostiene Norma Filidoro, que hoy, la escuela y los docentes, deben estar dispuestos a
problematizar sus prácticas, esto es, no deben renunciar a formularse preguntas… y una de
las preguntas clave, es la que plantea las relaciones entre aprendizaje y estructura psíquica.
Este camino nos lleva a interpelar la función simbólica de la institución educativa. Como ya
sabemos, las escuelas, sean de regímenes especiales o comunes, reciben niños que están en
proceso de constitución psíquica. El docente produce con sus intervenciones efectos que
escapan a su control. Que exceden a la sola construcción de conocimientos sobre
determinadas cuestiones de la realidad: basta mencionar los conceptos de transferencia, de
ideal del yo o hablar de rasgos identificatorios, para entender que en el proceso de enseñanza
y aprendizaje se juega otra escena que escapa al modelo de la planificación.
Por último, la autora señala que el docente, que atiende a un niño con trastornos
emocionales, se encuentra necesariamente en situación de tener que ser soporte para quienes
no se sostienen en sus producciones. Es decir, los docentes se encuentran ubicados en un lugar
que posibilita que las intervenciones pedagógicas produzcan efectos terapéuticos.
En función de ello, podemos postular que el “proceso de aprendizaje”
bajo ciertas condiciones, producirá efectos en la estructura psíquica del
niño. A partir de anudamientos producidos en el seno de un proceso
educativo que desempeña entonces, un papel estructurante al proponer
escenas que otorgan significación a las producciones del niño.
Para finalizar, cabe reflexionar, si corresponde a los profesionales de la
psicopedagogía, incluir en sus discusiones epistemológicas tales
planteos.
i
Filidoro N: “Psicopedagogía:conceptos y problemas La especificidad de la intervención clínica” Editorial
Biblos Buenos Aires 2002